Francisco Javier Ruiz Durán*
Universidad de Extremadura
Correo: pacobadajoz@hotmail.com.
Resumen: En este artículo les mostraremos el origen, la historia y el desarrollo moderno de las “otras” grandes organizaciones internacionales del Crimen organizado, a ejemplo de la Cosa Nostra siciliana, que se extienden mediante el contrabando, el blanqueo de capitales, la extorsión, la corrupción, la violencia, el tráfico de drogas y armas…: la Yakuza japonesa, las Tríadas chinas, las Maras, la Mafia rusa, la Mafia albanesa y la Maffya turca.
Palabras clave: Crimen organizado, Yakuza, Tríadas, Cárteles, Maras, Mafia rusa, Mafia albanesa y Maffya turca.
Abstract: In this article we will show you the origin, the history and the modern development of the other great international organizations of organized crime, such as the Sicilian Cosa Nostra, which spread through smuggling, money laundering, extortion, corruption, violence, drug and arms trafficking…: the Japanese Yakuza, the Chinese Triads, the Maras, the Russian Mafia, the Albanian Mafia and the Turkish Maffya.
Keywords: Organised crime, Yakuza, Triads, Cartels, Maras, Russian Mafia, Albanian Mafia and Turkish Maffya.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Francisco Javier Ruiz Durán (2020): “Historia del crimen organizado II: las otras grandes mafias”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (febrero 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2020/02/crimen-organizado-mafias.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/caribe2002crimen-organizado-mafias
1. La Yakuza.
En Asia, actualmente, la Yakuza japonesa es una de las organizaciones criminales más activa del mundo. Según afirman derivan de la clase guerrera de la sociedad feudal nipona, los samuráis, que desde el siglo XII hasta el siglo XVII fueron una clase propia con privilegios determinados. Durante siglos se caracterizaron por su gran maestría en el arte de la guerra, su fidelidad a su señor y su estricto código moral –como las reglas de la caballería de la Europa medieval.- denominado bushido 1. Pero en 1603 Leyasu Tokugawa inició la dinastía de los sogunes y promulgaría una serie de leyes, en 1615, que pacificarían el país; así se ganó a los Daimio2 y se fue haciendo innecesario los servicios de muchos samuráis. Por este motivo algunos de ellos comenzaron su paso al bandidaje o a la defensa de los desamparados; nacieron así los machi-yokko o <<seguidores del pueblo>> de la cual afirman derivarse los Yakuza. En el siglo XVIII esas bandas de delincuentes que habían formado los macki-yokko se diferenciaron en dos grupos: los bakuto –tahúres, que cubrían su cuerpo con tatuajes, que pasaron de divertir a los viajantes japoneses a la usura- que se localizaban en las ciudades dedicadas al juego y las apuestas y los tekiya –buhoneros- que ocuparon los mercados de los pueblos dando protección, al estilo mafioso del pizzo, a los comerciantes. Pero hay un segundo relato que señala al periodo de paz y modernización iniciado en Japón durante el siglo XVII, ocurridos durante la unificación política del país, que sustituyó al Antiguo Régimen de los samuráis por un nuevo sistema de gobierno más centralizado. En ese contexto algunos afirman que un grupo de samuráis se hicieron mercenarios o se unieron a otros elementos marginales –traficantes, ladrones y jugadores- para formar la nueva clase criminal que se conocería como los boryokudan. Con el tiempo las actividades de estos criminales llegaron hasta la ciudad donde se afianzó la estructura sindical propia de los Yakuza. Los mismos Yakuzas insisten en el relato de los samuráis para así poder presentarse como los defensores del código de honor conocido como el <<Legado bushido>>.
Acto seguido, los bakuto y los tekiya comenzaron a organizarse jerárquicamente en familias –ikka- siguiendo los dos roles sociales principales de la cultura japonesa: el oyabun, o condición de padre, que presta ayuda y protección; y el yobun, o condición de hijo, que ofrece obediencia y lealtad. En este periodo los bakuto comenzaron a llamarse a sí mismos yakuza, termino derivado de un juego de cartas –hanafuda o <<juego de las flores>>- que hace referencia a la peor mano posible, pues los bakuto tenían conciencia de pertenecer a una clase inútil y al margen de la ley. Con el tiempo los teyika, y cualquier banda criminal que se organizase en familias bajo la relación oyabunkobun, también comenzaron a denominarse yakuza.
A mediados del siglo XIX se produjo la caída de los Sogunes Tokugawa, que representa el final de la sociedad feudal, con la llegada al poder del Emperador Meiji Tenno se inició un periodo de restauración que se caracterizó por los cambios sociales producidos por las relaciones con Occidente; especialmente con Gran Bretaña, que propició la Revolución industrial nipona. Pero la ruptura de los lazos feudales, no sólo liberalizó la capacidad de intelectuales, industriales y comerciales, si no que permitió que la Yakuza se introdujera en el negocio de los transportes, los puertos comerciales y el negocio de la construcción. En el siglo XIX la Yakuza comenzó a operar abiertamente bajo reglas de conducta como no utilizar la violencia contra la población civil inocente o las autoridades policiales. La Organización se conformaba por miembros de grupos violentos denominados boryokudan o kumiin y por los individuos asociados denominados jun-kumiin. Los kumiin ingresaban de forma secreta, tras una compleja ceremonia, y ascendían según la cantidad de dinero que aportaban a la Organización. Y cuando alcanza cierto status pueden recibir el permiso para crear su propio grupo. Durante el siglo XIX y el XX la Yakuza controló la prostitución, el contrabando, el blanqueo de dinero, las apuestas, los espectáculos, el negocio de la extorsión, la especulación de bienes inmobiliarios, la pornografía, las armas y el tráfico de drogas. En este contexto comprenderemos mejor como la Yakuza se hizo un hueco entre las élites económicas de Japón. Asimismo, el profundo nacionalismo de su ideología la ayudó a establecer alianzas con la clase política conservadora para la cual se encargaría de ejercer la represión sobre los sindicatos así como las actividades de colonización, espionaje y terrorismo en Corea y China.
En este contexto, a finales del siglo XIX, se iniciaron los primeros contactos entre la yakuza y la política japonesa; dando origen a dos sociedades delictivas secretas: la sociedad del Océano Tenebroso inspirada en Mitsuru Toyama –denominado <<Emperador de los Tugurios>> y la Sociedad del Dragón Negro fundada por Ryohei Uchida –el brazo derecho de Toyama-. “Estas dos organizaciones criminales iniciaron su programa expansionista, patriótico y militarista por todo Japón, atrayendo hacia sí a los Yakuza como fuerza paramilitar ultranacionalista y creando el adecuado ambiente social que impulsó el periodo expansionista de los primeros años del siglo XX con la invasión de Corea y China y la Guerra de Rusia”3 . Y, finalmente, en 1919 Uchida y Toyama se unieron a Tekejiro Tokunami para crear una especie de sindicato del crimen que se conocería como la <<Sociedad de las Esencias Nacionales del Gran Japón>> -Dai Nippon Kokusui-kai-, una federación de bandas criminales con 60.000 miembros, con ideas antidemocráticas y anticomunistas, que se convertirían en el brazo militar de los dos grandes partidos de la época, el Minseito y el Seiyukai.
De modo paralelo al viejo continente, donde emergían el fascismo del socialista Mussolini y el nacional-socialismo de Hitler, en el país del Sol Naciente se desarrollaron las condiciones necesarias para que se organizase un poderoso movimiento nacionalista; que terminaría uniéndose en el Eje Roma-Berlín-Tokio ratificado en 1940; que desembocaría en la II Guerra Mundial. Con la derrota del Eje, Japón se rindió el 2 de septiembre de 1945, la Yakuza japonesa iniciaría su periodo de mayor crecimiento en Japón, China Filipinas y Corea; gracias a su control sobre el mercado negro, a sus redes de intermediarios y sus conexiones políticas –el Partido Liberal Demócrata gobernó durante décadas-. La razón fue la misma que aupó a la Mafia siciliana, la alianza anticomunista con los intereses geopolíticos de los Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría. “Entre 1946 y 1948 […] el responsable de los servicios secretos norteamericanos, Charles Willoughby, quien se dedicó a reclutar a los jefes de la Yakuza para que, a cambio de impunidad, pusieran sus redes políticas, militares y mafiosas al servicio de la lucha contra el comunismo en la Guerra Fría. Dos nombres destacaron en este ambiente: Ryoichi Sasakawa y Yushio Kodoma” 4. Así en este periodo tanto la Cosa Nostra como la Yakuza se dedicaron a sabotear las organizaciones de izquierda, organizar múltiples mítines anticomunistas y concederles su apoyo en las elecciones. De ese modo la Yakuza consiguió favores políticos como desarrollar proyectos inmobiliarios. Pero poco a poco se desarrolló una nueva generación de criminales, más apegada al dinero que a las viejas tradiciones, que siguiendo el ejemplo de la Mafia italoamericana comenzaron a establecer lazos con las comunidades de japoneses en el extranjero y con grupos criminales en Hong Kong, Australia, Hispanoamérica, el sudoeste asiático y la Rusia asiática. Y durante la segunda mitad del siglo XX la Yakuza comenzó la reestructuración y la extensión de sus principales familias para agrupar a centenares de bandas. De estas bandas destacarían la Yamaguchi-gumi de Kobe, la Inagawa-kai de Tokio y la Sumiyoshi-kai.
En 1946, cuando Kazuo Taoka se presentó como el kumicho de la Familia Yamaguchi-gumi, el puerto de Kobe pasó a ser controlado por la organización criminal llamada a ser la más poderosa de Japón. En este contexto la Yamaguchi-gumi, la Sumiyoshi-kai, la Kokusui-kai y la Inagawa-kai, con unos 200.000 miembros, comenzaron a crecer y a diversificar sus negocios, en la economía ilegal y la legal, desde el tráfico de drogas, el contrabando de armas y el negocio del sexo hasta la participación en las empresas más importantes del Japón mediante la sokaiya o chantaje corporativo 5; pasando por los casinos, agencias de publicidad, teatros, salones de relax, blanqueo de dinero, estudios de cine… Actualmente los expertos calculan que hay unas 5.000 bandas Yakuzas integradas en las 4 grandes organizaciones de la Yakuza; y que seguirán creciendo gracias a la globalización mundial tanto como a la Pax Mafiosa que mantienen con las Tríadas chinas para penetrar, con colaboración con la Mafia rusa y la Cosa Nostra siciliana e italoamericana, en América y Europa.
La Yakuza está organizada piramidalmente, tal y como ocurre en la Cosa Nostra siciliana, pero se diferencia en que se basa en la aceptación de dos roles sociales, y no en el respeto siciliano, derivados de la relación entre el oyabun –o rol de padre- y el kobun –o rol de hijo-, que simboliza la lealtad absoluta a los miembros de rango superior. El jefe supremo es el kumicho que domina a los asesores, jefes de cuartel, jefes regionales, jefes de bandas y familias, hermanos menores y líderes de las pandillas callejeras juveniles. Como dato curioso debemos recordar que el ingreso en la yakuza se realiza con una sencilla, pero simbólica, ceremonia entre el candidato y su oyabun; se sientan uno frente al otro para compartir unas escamas de pescado y unas tazas de sake. Si alguna vez un miembro de los Yakuza decepciona a uno de sus jefes puede terminar celebrando la ceremonia denominada yubitsume –la amputación de la última falange del dedo meñique-6 o también su muerte.
La Yamaguchi-gumi es posiblemente la mayor organización criminal del mundo. Fundada en 1915 como un sindicato de estibadores en el puerto de Kobe se empezó a extender por todo el país en 1946 y hoy en día está en toda Asia, Europa y Estados Unidos obteniendo miles de millones de dólares anuales gracias al contrabando de armas, el tráfico de drogas, la pornografía por internet, la prostitución, la especulación urbanística, el chantaje corporativo, el juego, etc. 7 La Yamaguchi-gumi del boryokudan Nobura Yamaguchi, fallecido en 1946, y cuyos sucesores, Yoshinori Watanabe y Kazuo Taoka, desarrollaron una estructura feudal con un jefe supremo o kumicho, un consejero mayor o saiko komon, un grupo de jefes responsables de las nuevas bandas afiliadas que aportarían un millón de dólares mensuales en concepto de diezmo; gracias también a la construcción y a su infiltración en negocios legales. En la década de 1980 los Ichiwaki, un pequeño grupo de la Yamaguchi-gumi, se escindió creando una nueva organización con diez mil miembros que llegarán a asesinar al lugarteniente de Watanabe, Masashi Takenaka. La Guerra Yama-Ichi, en la zona de Kansai, produjo centenares de muertos tanto como el reforzamiento de la Yamaguchi-gumi al recibir el apoyo de diversas bandas criminales, y clientes, que acudieron a ella para buscar protección. En julio de 2005 Watanabe fue destituido por su lugarteniente Kenichi Shinoda poco antes de ser detenido. De este modo el poder llegó a Shinodu Tsukasa que comenzó a introducir la organización en Tokio, tras anunciarlo públicamente, anulando por su fin la vieja alianza de los otros dos clanes Yakuza, Inagawa-kai y Sumiyoshi-kai, gracias a que en 2007 ya contaban con unos cuarenta y cinco mil miembros.
La Yakuza se nutre principalmente de la clase trabajadora y los escoge tras un periodo previo de inmersión en la delincuencia juvenil. La Yakuza, al considerarse la heredera de la tradición samurái, no esconde su identidad ni sus sedes que son tan con cocidas como sus periódicos, sus películas y sus anuncios en internet. Por su parte, fortalecen su imagen pública con eficientes y amplios servicios sociales como lo ejemplificó la Yamaguchi-gumi con el terremoto de Kobe, así en 1981 cuando murió Kazuo Taoka, “mil doscientos miembros de familias yakuza acudieron a su entierro. Entre sus amigos se contaban incluso dos antiguos primeros ministros de Japón. Por su parte, Susumi Ishii también mantuvo buenas relaciones con varios líderes políticos relevantes, algunos de los cuales habían sido yakuzas, y tuvo tratos con los más importantes agencias de bolsa del mundo (de las que recibiría dos mil trescientos millones de dólares en préstamos y garantías financieras) 8.
La Yakuza, por tanto, se destaca por el amplio espectro de negocios ilegales, prostitución, juego, pornografía, extorsión, usura, protección y tráfico de personas, armas y drogas9 ; sus relaciones con la Policía, gracias al férreo control que ejercen sobre la criminalidad común; y su influencia política, conseguida a través de su nacionalismo anti-comunista. A tal punto llega la consideración de muchos japoneses por la Yakuza que recurren a ella para negociar u obtener las retribuciones correspondientes a los accidentes de tráfico; que en los juzgados tardarían años. En este contexto tampoco les sorprenderá el hecho de que desde los años cincuenta la Yakuza, en aras del ideal del wa –armonía-, ofrece su mediación para solventar las deficiencias legales del sistema en los impagos o el incumplimiento de contratos. De facto, en la década de 1970 cuando el Japón sufrió los efectos de una burbuja financiera que dañó la economía incluso durante los años ochenta; los bancos y las grandes corporaciones que necesitaban terrenos, incluso derribando otros edificios, para invertir el dinero de la especulación financiera, terminaron recurriendo a la Yakuza para intimidar a los vecinos que se negaban a vender. Además la Yakuza captó mano de obra, no especializada, para apoyar el auge de la construcción en un primer momento; y no tardó en comprar y vender directamente los bienes inmobiliarios en colaboración con las compañías y los bancos. Desde finales de los años ochenta, los yakuza instituyeron la práctica sokaiya.
Por otro lado, la Yakuza se caracteriza por hacer negocios principalmente en Japón aunque desde la década de 1970 aprovecha sus contactos internacionales para ejercer presión sobre el turismo japonés, para sacar bienes y servicios en Norteamérica o para sobornar u obligar a su protección a los hombres de negocios en Hispanoamérica. Recientemente la Yakuza ha comenzado en Hawaii sus negocios de juego, prostitución y tráfico de drogas; la importación de cocaína a Japón; el tráfico de drogas a Australia; todo tipo de tráfico ilegal y actividades financieras ilícitas en Rusia; y el tráfico de armas en Filipinas.
A pesar de las actividades ilegales y de su gran poder y publicidad el Gobierno nipón no aprobó una ley antiyakuza hasta 1992 aunque su impacto hasta hoy ha sido realmente mínimo pues en 2008 se estimó que oficialmente poseían unas ochocientas empresas y en 2003 se habían calculado unos noventa mil miembros en las veintitrés federaciones Yakuza. También se estiman unos ingresos cercanos a los quince millones anuales de dólares; aunque los expertos la calculan entre el doble o el triple de lo estimado oficialmente. Eso sí, la crisis económica ha producido que el nivel de violencia de la Yakuza se ha disparado hasta llegar a implicarse en tiroteos o realizar atentados con bomba. Pero también se explica por la aparición de una nueva y agresiva organización criminal denominada <<cabeza de serpiente>> formada por pandilleros que dirigen redes de juego, prostitución, tráfico de armas y de personas entre China y Japón. También es cierto que la Yakuza ha contratado a bandas chinas de Tokio, Osaka o Yokohama para realizar atentados. El problema podrá ser si en el futuro estas relaciones pueden poner en peligro la supremacía de la Yakuza en el mundo criminal de Japón.
2. Las Tríadas chinas.
La sociedad china es tradicionalmente jerárquica y sus individuos jamás se han concebido como seres independientes. De ello resulta una noción denominada Qinquing muy similar la idea de Famiglia que encontramos en el sur de Italia. Ese colectivismo familiar trasladado al mundo criminal, según los expertos, se manifestó en las Tríadas chinas, los tong y las bandas asiáticas. Hasta el siglo XIX la palabra tríada se empleaba para designar un símbolo místico chino, un triángulo equilátero cuyos vértices representaban el cielo, la tierra y el hombre; pero su significado cambiaría cuando el director de un colegio anglochino en 1821 eligió este término para bautizar a las diferentes sociedades secretas que entonces existían en China. No obstante las Tríadas también son conocidas como Hei shehui –sociedades negras- o Tian-dihui –Asociación o Sociedad del Cielo y la Tierra-; amén de que la historia de China va en paralelo a una milenaria tradición de sociedades secretas. En 1674 se produjo la caída de la Dinastía Ming y la aparición de la primera Tríada como hoy la conocemos; por las precarias condiciones de vida en el país se produjeron levantamientos sociales que los Ming intentaron parar pidiendo ayuda a los manchúes. Pero cuando se controló la situación los manchúes derrocaron al Emperador y establecieran la dinastía Chíng. Ante semejante acto de traición, 133 monjes budistas juraron luchar por la restauración de la dinastía Ming; en 1674 casi todos fueron detenidos y ejecutados. Sólo escaparon cinco monjes que pasaron a ser conocidos como los Cinco Ancestros y le pusieron nombre a lo que quedaba de la organización. La Hung Mun o Sociedad del Cielo y la Tierra, es la primera Tríada como las conocemos hoy, pues su emblema es un triángulo que simboliza al Cielo, la Tierra y la Humanidad. Eso sí, la representación de los tres elementos esenciales del Universo chino es lo que le dio el nombre de Tríadas a ojos occidentales; pero en China siempre se conocieron como hei she hui –sociedad secreta- o <<sociedad negra o siniestra>>. Desde 1674 hasta 1842 las Tríadas intentaron derrocar la dinastía Chíng; bajos sus principios budistas provocaron, a menudo, levantamientos civiles contra las injusticias y en favor de las clases campesinas. Pero a medida que la realidad social China, se fue complicado las Tríadas comenzaron a radicalizar sus posturas y a deslizarse abiertamente al campo delictivo.
Pero algunos remontan los orígenes de las Tríadas con el Monasterio de Shaolin en el siglo XVIII para subrayar los principios patrióticos o cuasireligiosos. Aunque lo más probable es que daten de las primeras rebeliones contra el Emperador en 1708, en Zhejiang, y en 1787, en Taiwán. Posteriormente participaron en los levantamientos de los Boxers y de los Taipings. En el siglo XIX su poder de reclutamiento era tal que incluso la mayoría de los tres millones de chinos establecidos en Estados Unidos Tailandia, Malasia, India… eran iniciados. La sociedad secreta, les gustase o no, les brindaba seguridad en un medio desconocido y, a veces, hostil. El poder de las Tríadas fue algo que comprendieron los británicos cuando habiendo colonizado Hong Kong, y emitido una ordenanza contra las Tríadas en enero de 1845, la isla seguía siendo controlada por las sociedades secretas.
Cuando a finales del siglo XVIII los comerciantes británicos introdujeron el opio procedente de la India en China, estaban abriendo, sin saberlo, la senda por la que se desarrollaría la criminalidad de las Tríadas. De esta forma olvidaron su oposición política a los manchúes y se pasaron directamente a la explotación de sus propios paisanos. A mediados del siglo XIX comenzaron las denominadas guerras del opio porque el Gobierno imperial chino quiso evitar el contrabando iniciado por los británicos para eludir el desarrollo de los problemas sociales derivados del consumo de narcóticos. La victoria británica en la Primera Guerra del Opio (1839-1842) conllevó la apertura de cinco puertos más en China para el comercio exterior y la cesión de Hong Kong a la Corona británica. En este contexto, la humillación propiciada por los británicos permitió a las Tríadas un mayor crecimiento, que siempre sería combatido por las autoridades británicas. Pero en 1848 la Sociedad de los Adoradores de Dios, una secta encabezada por un revolucionario religioso llamado Hong Xiuquan, se alió con la Sociedad Hung Mun dando inició a una serie de revueltas, conocidas como la Rebelión Taiping, contra el poder imperial Chíng que una fuerza conjunta de británicos, estadounidenses y chinos aplastó en 1864. La muerte de 20 millones de personas terminó derribando el Imperio en 1912; y dejó a las Tríadas como la única forma de resistencia organizada contra las potencias extranjeras. El último episodio de estas revueltas ocurriría en 1900 con la célebre rebelión bóxer 10 con cuya derrota las Tríadas se orientaron únicamente a las actividades delictivas. De esta forma las Tríadas desarrollaron un universo paralelo a las reglas y la política de su propio país, pero con la capacidad suficiente como para condicionar e involucrar esa política. “No en vano las Tríadas apoyaron a Sunt Yat-sen en su propósito de derrocar a la dinastía Chíng para crear un estado republicano, cosa que se llevó a efecto en 1912” 11.
Las Tríadas colaboraron en el derrocamiento del Emperador de China, difundiendo ideas entre los campesinos, suministrando armas y dinero así como encargándose de la intimidación y los asesinatos políticos. Es más, “Sun Yat-sen primer presidente de la República de China, dirigía la Tríada de las Tres Armonías, una de las más poderosas del continente […] se produjo una gran proliferación de bandas […] el mismo Sun Yat-sen, en 1911, estimaba que congregaban a 35 millones de personas. Las Tríadas se convirtieron en la guardia pretoriana del nuevo régimen y se dedicaron a eliminar a la oposición e intimidar a la prensa. Muchos de sus miembros ingresaron en los servicios secretos, el ejército y las sociedades estatales. De hecho, la China republicana estaba gobernada por las Tríadas […]. En la práctica, era imposible distinguir entre el Gobierno y las Tríadas”12 . Cuando el Partido Comunista preparaba su sublevación contra la Concesión francesa de Shangai el Gobierno acudió a las Tríadas para restablecer el orden. Así, los miembros de La Banda Verde detuvieron y ejecutaron, el 12 de abril de 1927, a cientos de revolucionarios, asesinaron a 700 sindicalistas y eliminaron a unos 5.000 opositores al régimen entre abril y agosto. La República, el mundo empresarial y el Partido Nacionalista o Kuomintang (KMT), con capital en Nankín, se apoyaban en las Tríadas. El propio General Chiang Kai-shek, jefe del Ejército del KTM, era iniciado de La Banda Verde y se casó de segundas con unan prostituta de un burdel de <<Mister Du>>, que también se había iniciado en La Banda Verde. “En 1937, Dai Li, jefe de la policía secreta del KMT, se apoyó en <<Mister Du>> para desarrollar unos grupos paramilitares, en especial los Camisas Azules, organización de corte fascista que profesaba una fantástica lealtad a Chiang Kai-shek”13 .
Durante los años treinta, Shanghai fue un paraíso para los Servicios de Inteligencia y para los traficantes de cualquier género del mundo criminal; incluso los gánsters locales participaron en la guerra clandestina entre el gobierno nacionalista y las fuerzas de ocupación japonesas. De esta forma, <<Míster Du>> era el auténtico dueño de la ciudad y por sus servicios a la causa nacionalista fue nombrado General de División del Ejército del Kuomintang. Con ello, pudo desarrollar impunemente el tráfico de drogas y la prostitución; con los años las Tríadas terminaron siendo las tropas de choque del Gobierno y del Kuomintang. En 1937, <<Mister Du>> huyó a Hong Kong para seguir dirigiendo sus actividades clandestinas hasta que murió en 1951. Sus restos se trasladaron a Taiwán donde se levantó una estatua por su <<lealtad>> y su <<integridad personal>>. Como un héroe nacional. Pero a mediados de la década de 1940, la amenaza comunista de Mao Zedong obligó a Chiang Kai-shek a ir al sur de China para reclutar soldados entre las Tríadas. Aunque en 1949, la victoria comunista propició que nacionalistas y miembros de las Tríadas huyeran a Hong Kong, Macao, Taiwán, Singapur y Tailandia. Y no sería hasta la liberación del comunismo, por las reformas económicas de Deng Xiaoping, y la devolución de Hong Kong -1997- y Macao -1999- a China, cuando se produjo el regreso de las Tríadas a la China continental. Como ejemplo de esta expansión tenemos el arresto de 7.500 personas en la provincia de Cantón o de 1.041 personas en Hong Kong en 2003, por su relación con las Tríadas, o la redada de 2005 denominada <<Sol deslumbrante>> donde durante once días se arrestaron 1.616 personas, se hicieron 2.000 registros, se incautaron 4´5 millones de cigarrillos de contrabando, 159.000 cedes pornográficos, 3.000 litros de aceite ilegal, armas y drogas.
Con la Guerra de Vietnam las Tríadas crearon un intenso tráfico de heroína que terminaría con el desarrollo de un centro de operaciones en Ámsterdam para dar satisfacción a la demanda de los soldados norteamericanos que, tras su salida de Vietnam, habían sido destinados a Europa. Pero, desde la década de 1980, con las transformaciones económicas que introdujo el Partido Comunista en China desde 1975 y la devolución de las colonias de Macao y Hong Kong, en la última década del siglo pasado, provocaron “un doble efecto: el aumento de la presencia de miembros de las tríadas y otros grupos criminales chinos en países occidentales, a través de la inversión en negocios legales, y su reimplantación en la China continental”14 . En este contexto, la mayor parte de la heroína producida alrededor de Laos, Birmania y Tailandia -el Triángulo Dorado-, en la década de los ochenta y principios de los años noventa del siglo pasado, llegaran a los mercados internacionales gracias a las rutas que atravesaban China con la connivencia de las Organizaciones criminales y el Ejército. Pero los efectos que produjo su consumo interno llevó al Gobierno chino a reprimir este tráfico que llevaría a su sustitución por el de la efedrina, tráfico precursor de las anfetaminas, hasta tal punto que entre el 2000 y el 2006 el 39 % de las anfetaminas apresadas a nivel mundial por la Fuerzas de Seguridad, se produjo en China. A la par, las Organizaciones criminales chinas potenciaron el tráfico de personas, el blanqueo de dinero, la prostitución, el robo de coches, el tráfico de órganos, la protección, la falsificación de documentos, el tráfico de armas y la promoción de negocios legales como tiendas, restaurantes y fábricas.
En los inicios del siglo XXI el Estado chino, oficialmente, incrementaría la persecución contra el Crimen organizado, como puso de manifiesto la detención de casi nueve mil personas en septiembre de 2003, en una operación que llevó a la policía al registrar alrededor de dos mil establecimientos sólo en Cantón, en la zona continental. A este tipo de operaciones el Gobierno chino le ha sumado la reforma del sistema legal para recortar el poder que habían alcanzado ya las Tríadas. Eso sí, las Tríadas contestaron aumentando sus actividades en el extranjero con organizaciones colombianas, rusas o italianas. Pero la mayor Mafia de China es el propio Gobierno comunista: “caso tras caso, las catastrofes que soliviantaban a la opinión pública china resultan tener origen en chanchullos, fraude, malversación y clientelismo. Por ejemplo, en el terremoto de Sichuan las escuelas se construyeron mal porque hubo sobornos; el tren que chocó en Wenzhou lo administraba una de las agencias más corruptas del país… en el caso de la leche infantil contaminada, granjeros y distribuidores sobornaron primero a inspectores del Estado… funcionarios del Estado, con sueldos oficiales del orden de los veinte o treinta mil dólares anuales, se convirtieron en asiduos compradores de Gucci y Louis Vuitton, hasta el punto de que las boutiques pekinesas de alta gama se quedan sin existencias cada vez que se reunía el Congreso Nacional del Pueblo” 15.
Otra importante manifestación del Crimen organizado asiático son las bandas nacidas en torno a la inmigración china, y también vietnamita, en Estados Unidos. La promesa del oro propició la llegada de chinos en el siglo XIX a unas minas con unas condiciones de trabajo durísimas, que junto a las actividades xenófobas contra ellos, les llevaron a crear asociaciones para su protección como los tong, derivación inglesa de la palabra china tang, que se establecieron en San Francisco por la década de 1850. Cierto es que aunque la mayoría de las asociaciones tong eran de corte fraternal, económica o política, algunas derivaron hacia una esfera criminal –extorsión, contrabando de opio, juego y prostitución- gracias a que un tong no podía denunciar a otro miembro. Y a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, varios grupos tong entraron en guerra hasta que la caída de la rentabilidad de la prostitución y el juego en Estados Unidos tras la I Guerra Mundial hizo que estas organizaciones se interesaran por el turismo y los restaurantes. Pero algunas sociedades tong comenzarían a colaborar con otras bandas criminales, como los Dragones Voladores16 o los Fantasmas de las sombras; en San Francisco, Boston, Chicago o Nueva York para que vigilaran las calles.
3. Los Cárteles.
Los Cárteles de la droga son organizaciones criminales hispanoamericanas dedicadas al comercio y tráfico ilegal de armas y drogas. Debido a las enormes ganancias que obtienen de sus negocios ilícitos y a la continuidad de sus asesinatos, en Colombia y México, principalmente, se ha comenzado a hablar de <<narco-estados>> o de <<narcocultura>> que han variado desde la vestimenta hasta la forma de pensar, pasando por el valor de la misma vida humana. Los Cárteles, igual que la Cosa Nostra, han de cumplir ciertos requisitos para ser considerados como tales. “Poder social, blanqueo de dinero, influencia política y determinados años de antigüedad son los aspectos que marcan y definen a los cárteles de la droga”17 . Como pueden ver, nada hay que distinga a los Cárteles de la Mafia; pues el narcotráfico ha alcanzado tal poder que ha desarrollado un verdadero universo paralelo ilegal que a menudo se confunde y penetra con el mundo del Estado legal.
Rememoremos que muchos expertos en sociología afirman que una sociedad de delincuentes debe cumplir cuatro requisitos fundamentales para considerarse como una Mafia:
A pesar de que el narcotráfico ha sido la actividad delictiva más perseguida, en las últimas décadas, este se ha reforzado hasta el punto de convertirse en mucho más que un delito; pues ha arraigado en la sociedad, ha influido en el sistema económico y político, ha penetrado en la cultura y desde luego ha corrompido a las instituciones que deberían combatirlo. Porque la <<narcocultura>> no se oculta sino que se presenta públicamente en todas las esferas de la vida: <<narcocorridos>>, <<narcodinero>>, <<narcopolítica>>, <<narcolimosnas>>…
El desarrollo de la industria de las drogas, principalmente cocaína, y el constante aumento de su demanda en Estados Unidos y en el resto del globo generó la dinámica necesaria para la explosión del Crimen organizado en Hispanoamérica; sobre la base del control coercitivo de los pequeños productores de coca, opio y cannabis en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú y el desarrollo de las redes de distribución en Europa y Estados Unidos. Así como los acuerdos con las Organizaciones criminales asiáticas y europeas para vender sus mercancías ilegales. Por otro lado, el Régimen cubano de Fulgencio Batista permitió a los gánsteres norteamericanos dirigir los casinos de la Habana; pero este negocio se acabó cuando Fidel Castro lo derrocó en 1959 y muchos de esos mafiosos, incluyendo los narcotraficantes, tuvieron que emigrar a Estados Unidos –Nueva York, Miami y Nueva Jersey- para buscar nuevas oportunidades. Tras el desastre de la invasión de Bahía Cochinos, en 1961, algunos exiliados iniciaron el abastecimiento de cocaína y marihuana a sus compatriotas cubanos; comenzando así la senda que les llevaría a Colombia para importar la cocaína que iban necesitando a medida que se disparaba su clientela en gran parte de Estados Unidos. Pero cuando en los años sesenta aumentó el flujo migratorio de Colombia hacia Norteamérica los traficantes colombianos no necesitaron mucho más para controlar el mercado de su nuevo país; sólo enviar un ejército de matones que intimidaron y asesinaron a los cubanos de Nueva York y Miami. Por tanto la gran demanda de drogas en la década de 1960 y la tradición colombiana en el tráfico ilícito de esmeraldas, ganado y café comenzó a dar salida, vía Estados Unidos, a los cultivos de marihuana de la Sierra de Santa María en la región de la Guajira; con la connivencia de la Mafia italoamericana establecida en Panamá. Aunque cuando lo cultivos de marihuana del norte de California comenzaron a ser productivos los mafiosos italoamericanos pidieron a los narcotraficantes colombianos que empezasen a producir cocaína; pues en Estados Unidos esta droga comenzaba a ser más consumida que la heroína.
Por tanto, la demanda norteamericana de cocaína junto con las intrincadas y mal comunicadas poblaciones rurales colombianas ofreció la conjunción necesaria para que Colombia, a mitad de camino entre Perú y Bolivia que eran los primeros países productores, se convirtiera en la mayor industria de cocaína del mundo en el siglo XX. Es más, los expertos también suman a la violencia imperante ya en Colombia, el caldo de cultivo idóneo para desarrollar los Grupos criminales tan violentos y disciplinados como exige una mercancía tan codiciada; la creación del Instituto de Investigación Química Avanzada de Bogotá, en 1968, que facilitaría a los narcos los químicos necesarios para la transformación de la pasta de coca en cocaína; y curiosamente, el plan guberidntal de repoblar algunas zonas remotas del sur del país en la década de 1970 como la provincia de Caqueta. Todos estos factores permitieron el desarrollo de las Organizaciones criminales que controlaban el negocio y exportación de la cocaína, la heroína, las anfetaminas y la marihuana, con paradas en Centroamérica, el Caribe o México, hacia Norteamérica. Así llegarían a controlar el 80 % de la producción y venta global de cocaína en la década de 1990. En esta década los Cárteles colombianos eran ya amplias y complejas organizaciones bien compartimentadas para cultivar, transformar, transportar, distribuir y vender la cocaína así como, la financiación y la seguridad del negocio.
Los Cárteles tienen una estructura jerárquica dependiente de uno o varios líderes como el Cártel de Medellín o por una Confederación de distintos líderes como el Cártel del Valle o el de Cali; un aislamiento total entre sus secciones así como entre los diversos escalones de su jerarquía; un gran número de colaboradores dominicanos y jamaicanos para la distribución en Norteamérica; y un gran número de banqueros, asesores profesionales, abogados… establecidos en Estados Unidos. Como último dato, para comprender el poder y la violencia de los Cárteles colombianos, debemos recordar que en la década de 1990 se producían unos 30.000 asesinatos anuales relacionados con el narcotráfico.
La ciudad andina de Medellín, enclavada en la turística e industrial provincia de Antioquía se encontraba gravemente afectada por los efectos de la guerra civil, entre 1948 y 1958, tanto como el declive industrial que le sobrevino en los años setenta. De aquí comenzó su reputación como enclave de carteristas, contrabandistas y asesinos antes de la llegada del comercio de la cocaína. Sobre 1976 el Cártel de Medellín llegó a una alianza con varios grupos de traficantes que importaban coca desde Perú para convertirla en cocaína en Medellín. Comenzaría así el dominio criminal de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y los hermanos Ochoa.
Carlos Lehder, antes del Cártel de Medellín, había sido un reconocido traficante de marihuana en Norteamérica que pudo, por sus ganancias y sus buenas relaciones, comprar un islote en las Bahamas para crear el primer servicio de transporte de cocaína a Estados Unidos mediante avionetas privadas; Rogriguez Gacha llegaría del provechoso tráfico de esmeraldas y tenía unas convicciones anticomunistas tan arraigadas como Carlos Lehder; los tres hermanos Ochoa, hijos de un importante ranchero de Medellín, entrarían en el Cártel como socios capitalistas; y el Patrón, Pablo Escobar, que había sido dirigente estudiantil, contrabandista, extorsionador y asesino antes de asumir el reto de la Mafia italoamericana de sustituir la marihuana por la coca. Así en 1976 Pablo Escobar se convirtió en líder de un pequeño grupo de mulas con cuyos beneficios se fue comprando una flota de avionetas con las que comenzaría a tener unas relaciones directas con los cultivadores de Perú y Bolivia; comenzó a crear una red de negocios legales; adquirió gran número de propiedades; compro el periódico Medellín Cívico; y la revista Forbes calculó su riqueza en siete mil millones de dólares en 1997. Además, gracias a los consejos de su madre, se convirtió en ejemplo de hombre hecho a sí mismo que no olvidó beneficiar a los más humildes. Ejemplo de ello fue la construcción de viviendas dignas para más de 2.000 familias en el proyecto <<Medellín sin tugurios>>, el pago de deudas o el arreglo de negocios ruinosos. Y así, se ganó el apoyo popular que lo llevó a ocupar un escaño en la Cámara de Representantes por el movimiento Nuevo Liberalismo en 1982. Pero tanta fama y riqueza llamó la atención de la Guerrilla marxista colombiana M-19 que intentó varios secuestros de miembros importantes del Cártel para pedir un rescate por ellos. Esto ocurrió con Fabio Ochoa, Juan David Ochoa y Marta Nieves Ochoa. Tras estos sucesos más de doscientos traficantes se reunieron en el rancho de los Ochoa para crear una fuerza paramilitar, con la que contrarrestar los ataques de las FARC y el M-19, que se conocería como <<Muerte A los Secuestradores>> (MAS). En sus primeras semanas de vida el MAS torturó y ejecutó a todo aquel que creía vinculado al M-19, sin excluir mujeres, ancianos, jóvenes o sindicalistas, hasta que liberaron a Marta Nieves Ochoa. Eso sí, poco a poco esta fuerza paramilitar fue creciendo y con ello los narcotraficantes aumentaron en unas mil hectáreas fértiles sus posesiones, amén de su influencia política; así como a alquilarse por aquellos terratenientes hastiados de las guerrillas.
En este contexto, el Gobierno comenzó a presionar a Pablo Escobar, incluso le destituyeron del cargo de diputado por la acusación de narcotráfico que formuló el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, hasta que en 1984 destruyeron uno de sus campamentos, lo que le supuso una pérdida de miles de millones de dólares; Pablo Escobar ordenó el asesinato del Ministro de Justicia, que a su vez propició que el Gobierno aceptase firmar la extradición de los narcos a Estados Unidos que provocaría una guerra sin cuartel: <<Mejor una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos>>. El periodo terrorista ordenado por Pablo Escobar produjo más de 2.000 muertos. Además en 1984 se detuvo en España a Jorge Ochoa por tráfico de cocaína en una trama europea; mientras en Colombia el Cártel asesinó a más de treinta jueces que habían firmado extradiciones a Estados Unidos. En los años siguientes aumentó el número de asesinatos selectivos –fiscales, jueces, policías, políticos, periodistas y testigos- además de los atentados con bomba y secuestros. Murieron cientos y cientos de policías por el rumor de que Pablo Escobar ofrecía unos mil dólares norteamericanos por cada agente muerto. Las autoridades respondieron apresando o abatiendo a varios lugartenientes del Cártel lo que provocó que en 1987 se registrasen a más de mil personas a diario en la ciudad de Medellín como represalia.
En esta línea en 1989 Escobar ordenó el asesinato de algunos candidatos a las elecciones presidenciales además de varios atentados como el del avión comercial con más de cien víctimas que explotó cerca de Bogotá 19 o el de la central de la Policía secreta colombiana (DAS) que provocó setenta muertos y cientos de heridos. A finales de ese mismo año la Policía abatió a Gonzalo Rodríguez Gacha, socio de Escobar. Finalmente, el Gobierno de César Gaviria aprobó una nueva Constitución en 1991 que eliminaba la extradición y reducía drásticamente las penas para los narcotraficantes que provocó la entrega voluntaria de los tres hermanos Ochoa y la del propio Pablo Escobar, para evitar su extradición a Estados Unidos. Aunque desde prisión pudo seguir dirigiendo el Cártel de Medellín e incluso ordenar el asesinato de los hermanos Moncada Galeano. Ante tal situación los hermanos Carlos y Fidel Castaño crearon un grupo paramilitar conocido como los <<Pepes>> -Perseguidos por Pablo Escobar- para asesinar al jefe del Cártel de Medellín. Posteriormente Escobar, al conocer que sería extraditado, se escaparía de la cárcel –conocida como la Catedral y que él mismo había mandado diseñar- pero el 3 de diciembre de 1993 fue abatido en una redada policial gracias a que se le localizó por una llamada que realizó a su familia20 .
El Cártel de Cali, surgido en la propia capital del Valle del Cauca, germinó como la competencia al Cártel de Medellín por el tráfico de cocaína cuando la potente industria de la zona como había ocurrido en Medellín, se hundió en la década de 1970 por las cuotas internacionales sobre el azúcar. En este contexto la crisis económica en una ciudad portuaria con extensas zonas de cultivo de opio y coca cercanas, propició que los cinco grandes grupos traficantes de la ciudad se unieran bajo el mando de Gilberto Rodríguez Orejuela, su hermano Miguel y José Santacruz Londoño. Todos ellos habían nacido en la marginalidad y formaron una gran fortuna gracias a los numerosos secuestros que realizaron en los años setenta. Esa fortuna fue la que les permitiría entrar en el mundo de la droga en los años ochenta cuando Gilberto compró una avioneta para llevar la pasta de coca desde Perú a Cali para procesarla y reenviarla a Norteamérica. Así no tardaría en alcanzar beneficios anuales calculados entre cuatro y ocho mil millones de dólares y pasar a tener una flota de setecientos aviones. El Cártel de Cali se basaba en las relaciones familiares y en los principios de lealtad y disciplina; pero también dependía de un estilo de gestión muy avanzado. Los hermanos Rodríguez y Santacruz operaban como directivos de una multinacional dando órdenes por sofisticados teléfonos móviles, fax, ordenadores… Además tenían un director ejecutivo que se encargaba de adquirir, procesar y transportar la cocaína, venderla y blanquear las ganancias. Todo el sistema estaba herméticamente compartimentado además de contar con varias decenas de sucursales internacionales como la que tenían en el barrio neoyorquino de Queens. Zona donde residían más de 30.000 colombianos. La <<Pequeña Colombia>> 21. Por otro lado, el Cártel de Cali recibía un porcentaje de las ganancias de unos doscientos grupos pequeños, sólo en Cali, por su ayuda en el transporte y distribución de sus productos así como por su protección.
La lealtad en el Cártel se mantenía con procedimientos como el de sumergir a los chivatos en barriles de ácido. Además, en 1991 los hombres de su sección de seguridad, los Escorpión, desarrollaron una campaña de Terror contra simpatizantes guerrilleros y sindicalistas que contabilizó más de un centenar de muertos así como el asesinato de niños de la calle, prostitutas, homosexuales, rateros y mendigos. También hubo refriegas con el Cártel de Medellín. Pero la filosofía empresarial del Cártel de Cali se destacaba por priorizar el soborno y la infiltración en los negocios legales para lo que no dudó en sobornar a gran cantidad de policías, jueces y militares; apoyó la carrera presidencial de Ernesto Samper en 1994; compró la mayor cadenas de farmacias del país lo que le permitiría el acceso ilimitado a todas las sustancias químicas que necesitase, un equipo de fútbol, una cadena de televisión, varios Bancos y algunas compañías de taxis22 . A todo ello el Cártel de Cali le sumó su habilidad para encontrar nuevas vías de negocios y financiación así como su capacidad para obtener información sensible sobre las estrategias de sus adversarios. “El cártel hizo un inteligente uso de la información accesible a sus múltiples socios y empleados legales, dispuso un nutrido equipo de investigadores privados y urdió una tupida red de individuos infiltrados en todas las instituciones y organismos estatales, incluso en la DEA” 23.
A la persecución financiera del Estado reaccionó desarrollando nuevas estrategias financieras como el uso de dólares ganados en Norteamérica para comprar televisores, coches y productos de lujo que ilegalmente ingresaban en Colombia para venderlos en pesos. También pagaron precios inmensos, de forma anónimamente y en metálico, por fincas, joyas, obras de arte o coches de lujo. Para evadir la presión creciente de los Estados Unidos en la frontera el Cártel subcontrató los servicios de traficantes mexicanos para que introdujesen su droga en Norteamérica. Y en los años noventa el Cártel de Cali comenzó una diversificación de su mercado hacia Europa, gracias a los tratos con traficantes italianos, españoles, nigerianos y rusos, con la que superar el estancamiento del mercado estadounidense. Pero, finalmente, la costumbre de coordinarlo todo como una multinacional permitió que se pudiese acumular las pruebas necesarias, gracias a las intervenciones telefónicas, con las que se encarceló a los hermanos Rodríguez. Santacruz murió abatido por la Policía cuando intentaba huir en 1995.
Precisamente desde mediados de los años noventa, escindiéndose algunos de ellos del Cártel de Cali, se originó en la Región del Valle del Cauca la organización narcotraficante más potente de Colombia bajo el mando de la familia Henao; que llegó a exportar más de diez mil millones de dólares en cocaína, vía México, a los Estados Unidos entre 1990 y 2004. Y terminó haciéndose, prácticamente, con todo el control del tráfico de drogas en su país gracias a su asociación con grupos menores tras la caída del Cártel de Medellín y el de Cali. Eso sí, el Cártel del Norte del Valle siempre ha mantenido una lucha interna ente sus tres grandes líderes, Diego León Montoya Sánchez << el Señor de la Guerra>>, Juan Carlos Ramírez Abadía <<Chupeta>> y Wilber Varela <<Jabón>>, y han mantenido una colaboración constante con los grupos paramilitares de las AUC –Autodefensas Unidas de Colombia-. En esta época también operaba el Cártel de la Costa que exportaba la cocaína por el Caribe. Eso sí, con la caída de los Cárteles de Cali y Medellín terminó dejando un vacío que sólo se subsanaría con la creación de los <<cartelitos>>.
Por otro lado, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) crearon sus movimientos guerrilleros de izquierdas en las zonas rurales de Colombia donde el Estado nunca había tenido suficiente presencia en los años sesenta. Pero en los años sesenta las FARC comenzaron a financiarse mediante la extorsión, el secuestro, el robo de ganado y el tráfico de drogas que aumentó el poderío de la guerrilla en todo el sur y este de Colombia así como su expansión en las zonas fronterizas de Ecuador y Venezuela. Con estos procedimientos las FARC comenzó a desarrollar rasgos de las Organizaciones criminales tanto como de grupo terrorista. Esta última se la otorgaría unos treinta Estados entre los cuales están la Unión Europea, Colombia y Estados Unidos. En los años ochenta las FARC concedieron permiso a los campesinos del río Caguán para que plantaran las semillas de coca en el departamento de Caquetá, así como la venta de pasta, a cambio de un impuesto que oscilaba entre el 10 y el 15% por kilo adquirido. En 1982 se negoció este impuesto directamente con los Cárteles que compraban la producción hasta que en 1984 estalló un conflicto con el Cártel de Medellín. A pesar de ello, las FARC trasladaron el impuesto a los compradores en todas las zonas bajo su control, más nuevos impuestos a los cultivadores y recolectores así como a los traficantes que hacían uso de las pistas aéreas. Así fue como a finales del siglo XX las FARC se habían convertido en una auténtica narcoguerrilla. “Entre 1993 y 1996 se asumió el control pleno del tráfico de drogas en varias localidades, se estableció un precio fijo para la pasta de coca, se forzó a los campesinos en vender toda esa mercancía al frente local y se almacenaron y vendieron cantidades importantes de coca a miembros de los múltiples pequeños cárteles surgidos tras la muerte de Pablo Escobar” 24. Con estos ingresos las FARC impusieron su control en nuevas zonas para el cultivo de coca tanto como para comenzar a refinar y vender la cocaína. Esta situación empeoró todavía más cuando el Presidente Andrés Pastrana desmilitarizó las provincias de Caquetá y Meta, zona aproximadamente como Suiza, que la narcoguerrilla dedicó al cultivo de coca trayendo a un gran número de cultivadores de otras partes de Colombia. De esta forma las FARC llegó a tener presencia en 162 de los 189 municipios colombianos dedicados al cultivo de la cocaína en la primera década del siglo XXI; y en el 90 por ciento de las regiones donde se cultivan la amapola para obtener la heroína. En este contexto el Ministerio de Hacienda en 2005 calculó que el treinta por ciento de los ingresos de las FARC, varios cientos de millones de dólares anuales, lo obtenían con los impuestos a traficantes y cultivadores.
Por otra parte, en el sur del país las FARC se dedicaron a proteger los laboratorios de los traficantes cuando no colaboraban con los narcotraficantes de México, Panamá o Brasil para fomentar el tráfico internacional de cocaína. Finalmente, debemos indicar que en 2006 el Departamento de Justicia de Estados Unidos afirmó que las FARC tenían relación con la mitad del tráfico internacional de cocaína. Empero, las FARC comenzaron a perder su inmenso poder gracias a la política contundente del Presidente Álvaro Uribe, que contaba con el respaldo norteamericano, a partir de 2007. Además los narcotraficantes y los grandes terratenientes, en la última década, comenzaron a coordinar los grupos paramilitares de toda Colombia para combatir a la guerrilla marxista hasta la creación en 1997 de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC que llegaron a contar con el apoyo del Ejército hasta que los secuestros, las mutilaciones, masacres en las zonas rurales provocó que la Unión Europea y Estados Unidos las incluyesen en la lista de Organizaciones terroristas. Es más, las AUC no sólo comenzaron a tomar territorios pertenecientes a la guerrilla en el sur sino que iniciaron su colaboración con el Cártel del Valle en el norte. A ello debemos sumarle las ganancias que obtenían del contrabando de armas, de los secuestros o de la venta de gasolina. Finalmente las AUC se rindieron a cambio de no ser perseguidos judicialmente y pudieron entrar en la arena política. Cierto es que algunos de sus miembros se dedicaron a traficar con cocaína y a la extorsión en los arrabales de las grandes ciudades de Colombia.
A pesar de toda la importancia de la guerrilla y los paramilitares, tras la caída de los Cárteles de Cali y Medellín, la mayor parte de la droga que se exportaba de Colombia quedaría bajo el control de los microcárteles y cartelitos. Los cartelitos y microcárteles, proliferaron por cientos en toda Colombia, con una estructura poco jerarquizada en pequeñas células apoyadas por las nuevas tecnologías (móviles, internet, programas de encriptación…) y profesionales independientes a los que contratan. Además se adaptaron con facilidad a la exportación de heroína y el cultivo del opio para el mercado estadounidense.
El narcotráfico comenzó en México con la heroína y la familia Herrera poco después de la II Guerra Mundial; pero el altísimo nivel de corrupción y el clientelismo político retrasó el desarrollo de los grupos criminales, a gran escala, hasta bien entrado el siglo XX25 . Así en la década de 1960 comenzó el contrabando en la frontera con Norteamérica que llegaría a su cénit con la demanda de cocaína que explotó a partir de los setenta. Y en 1990 cuando los estadounidenses aumentaron su presión sobre el corredor caribeño, dirigido por los colombianos, su negocio aumentó todavía más. La familia Herrera sentó un precedente para las organizaciones colombianas cuando la heroína que sintetizaban en sus laboratorios la exportaba a Chicago para que la distribuyesen sus hombres, junto con la marihuana, en Nueva York, Boston, Detroit, Louisville y Filadelfia. Para ello Jaume Herrera Nevarez, ex-miembro de la Policía judicial, integró seis familias en la organización que contaba con cinco mil miembros y creó los contactos necesarios por diversos países Hispanoamericanos a partir de la década de 1980. Además los Herrera comenzaron a desarrollar el tráfico de cocaína antes de que emparentasen familiarmente con algunos narcotraficantes colombianos. Empero, la persecución que mantuvo Estados Unidos contra esta familia terminó propiciando su caída pero los contactos que habían creado desvelaron el camino a las nuevas organizaciones colombianas. Así para evitar la presión norteamericana los cárteles colombianos se asociaron con los contrabandistas mexicanos, a cambio de la mitad de la mercancía transportada, para introducir la cocaína en los Estados Unidos a través de sus redes para la heroína y blanquearles las ganancias.
Con la caída de los Cárteles colombianos, los mexicanos se orientaron hacia los laboratorios de coca de Bolivia y Perú que les convertiría en los mayores importadores de droga a los Estados Unidos. Los nuevos Cárteles mexicanos introducían la droga desde Guatemala por tierra aunque el peso de las operaciones se llevaba por aire y por mar, hacia Yucatán, Michoacán y Guerrero. Luego transportaban las drogas de Yucatán por tierra a Norteamérica por la frontera de Texas y por aire y mar a través del Golfo de México; y la droga de Michoacán y Guerrero, por tierra y a través del Océano Pacífico, era enviada a California. Oficialmente en 2008 se estimó unos beneficios ilícitos -de la cocaína, la heroína, las metanfetaminas y la marihuana- de aproximadamente treinta mil millones de dólares anuales. No olvidemos, que los Cárteles mexicanos producen la mayoría de las anfetaminas y la marihuana en su país. La marihuana se cultiva en algunas zonas rurales mientras que la producción de anfetaminas se realiza gracias a la importación del precursor químico <<ephedra>> que compran en China. Ni tampoco, que estos Cárteles también se dedican al tráfico de personas hacia Norteamérica; incluidas mujeres jóvenes destinadas a la prostitución.
La colaboración inicial con los colombianos hizo que los nuevos Cárteles mexicanos se conformasen bajo el mismo patrón organizativo: modelo jerárquico y compartimentado, estricta disciplina e incentivos económicos y alto nivel de especialización en las labores realizadas. De esta forma en cada ciudad en la que operaban tenían un encargado, de rango alto o medio, que supervisaba sus actividades. Además tampoco se olvidaron de la intimidación o soborno de los mandos policiales, militares o de los funcionarios. Blanqueaban su dinero mediante negocios legales de venta de coches, casas de cambio, pequeñas empresas y hoteles. Eso sí, los Cárteles mexicanos no olvidaron ni el fomento de las relaciones por toda Hispanoamérica para sus negocios ni la importancia de las relaciones de familia para el sustento de la organización. Aun con todo ello, en México los narcos se han vistos envueltos en continuos conflictos entre sí dando paso a su asociación con diversas bandas criminales –Zetas, Gente Nueva o Pelones- para las funciones de chantaje, secuestros y asesinatos. De este elenco criminal destaca la banda creada inicialmente por unos treinta miembros del Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Especiales que comandaba Heriberto Lazcano hasta su captura en 2004 por la Policía mexicana. Hoy en día los Zetas26 han evolucionado hasta entrar en el mundo del tráfico de drogas, así como en el control de las rutas del narcotráfico en la frontera norte, las costas del pacífico, los Golfos del Caribe y el de México amén de las autopistas federales gracias a sus contactos por todo el país; así como, a su gran habilidad para contar con la protección del mismo Gobierno.
Los Cárteles mexicanos más conocidos son los de Tijuana, Juárez, Sinaloa, el Golfo y Sonora. Tras la caída de Tijuana y Juárez fueron los del Golfo y Sinaloa los que controlarían la mayor parte del narcotráfico mexicano.
El Cártel de la Ciudad de Juárez, cercana a la frontera tejana de El Paso, se creó a mediados de la década de 1980 por Rafael Aguilar Guajardo, policía federal, y su cuñado Rafael Muñoz Talavera al unir varios grupos de traficantes y establecer relaciones con la familia Herrera y el Cártel de Cali. Tras la caída de ambos fundadores, en la década de 1990, Amado Carrillo Fuentes asumió la dirección de la organización; aprovechó la caída de los Cárteles colombianos de Cali y Medellín para hacerse con el mercado de cocaína y llevar el tráfico ilegal de drogas a Estados Unidos, a unas cuotas desconocidas gracias a que ya tenía una flota de aviones Boeing 727 –por lo que se le conocía como <<El Señor de los Cielos>>, a sus sus estrechas relaciones con la Agencia Nacional Antidroga o a que puso en nómina a algunas unidades del Ejército y la Policía27 . De esta forma amasó una fortuna estimada en veinticinco millones de dólares antes de su muerte y un reguero de 400 asesinatos. Con la llegada de Alcides Ramón Magaña el Cártel tomaría el relevo de los narcos colombianos en la Península del Yucatán y comenzó a colaborar con el Cártel de Sinaloa a través de la familia Beltrán Leyva. Otra característica del Cártel de Juárez sería su asociación con las bandas de La Línea, formada por policías de Chihuahua, y la del Barrio Azteca en El Paso, Austin y Dallas para tener contactos en ambos lados de la frontera. Cuando finalmente la DEA norteamericana puso precio a la cabeza de Amado Carrillo este se instaló en Chile bajo el nombre de Jorge <<el Llorón>> Torres desde donde negociaría con el Gobierno mexicano su situación; pero la negativa de las autoridades mexicanas a sus condiciones le llevó a practicarse una operación de cirugía estética en Ciudad de México que le provocaría la muerte por una septicemia el 4 de julio de 1997. Hoy por hoy, muchos siguen creyendo que sigue vivo y en libertad.
Por otra parte, el Cártel de Tijuana –también conocido por los Aretes o Arellano Félix Organitation <<AFO>>- se originó por los negocios de la familia Arellano Félix en la frontera entre México y California. Esos negocios incluyeron la colaboración del Ejército y la Policía mexicana para dotarles de armamento y vehículos robados para sus operaciones; el asesinato de periodistas y policías que no colaboraban; la alianza con el Cártel de Sonora y una lucha encarnizada con el Cártel de Juárez. Se extendió por 15 estados mexicanos durante la década de 1990 y tocó el tráfico de marihuana, heroína, cocaína y metanfetamina. Hoy prácticamente está desaparecido.
En el noroeste y el Golfo de México el Crimen organizado estaba representado por el Cártel del Golfo, grupo pionero en el tráfico de drogas, dirigido por Juan García Abrego que en diez años obtuvo una fortuna de quince mil millones de dólares. Además Abrego se alió con el Cártel colombiano de Cali para transportar su droga a Nueva York, Houston y Dallas, y de paso estructuró su organización a imagen y semejanza del Cartel de Cali: compartimentación, uso extensivo del soborno y la creación de un ejército privado. “En 1996 se descubrió que el programa antinarcóticos de la policía judicial federal mexicana había recibido nueve millones de dólares por proteger el Cártel del Golfo” 28. Pero en los años noventa sus principales valedores políticos fueron reemplazados de sus cargos y se acabó su relación con el Cártel de Cali. En este contexto Oscar Malherbe, nuevo jefe del Cártel del Golfo, comenzó a colaborar con el Cártel de Juárez y la banda de los Zetas; de hecho los Zetas aseguraron la supervivencia del Cártel, ante la presión de la Policía y de otros Cárteles, al convertirse en su brazo armado. Así en 2003 cuando se detuvo a Osiel Cárdecanos, entonces líder del Cártel del Golfo, los Zetas se encargaron de mantener el tráfico de cocaína en las ciudades fronterizas de Matamoros y Nuevo Laredo. Sin embargo, en 2008 los Zetas, sin dejar de colaborar con el Cártel del Golfo, comenzaron una línea de acción más independiente que les llevó a trabajar con otros narcos.
En el Estado de Chinaloa Joaquín Guzmán Loera, Jefe del Cártel de Sinaloa, se encargó de que pocos granjeros y ganaderos se quedasen sin conocer los grandes beneficios que procuraba el cultivo de amapolas; gracias a una clase política que no deseaba conflictos en la zona. El Cártel de Sinaloa fue el responsable del Túnel con aire acondicionado de más de cuatrocientos cincuenta metros que sirvió para transportar toneladas y toneladas mensuales de cocaína desde Tijuana hasta San Diego, en Estados Unidos. En 1993 Joaquín Guzmán fue detenido y encarcelado pero escaparía de la cárcel en 2001, justo cuando el Gobierno de México aceptó su extradición a Norteamérica, y supo aprovechar la presión policial sobre los Cárteles de Tijuana y del Golfo, para convertir al Cártel de Sinaloa en la Organización criminal más importante de México. Y otra de las razones de ese poderío fue la alianza del Cártel de Sinaloa con los narcos vinculados a la familia Beltrán Leyva, que controlaban el paso de drogas desde Sonora a Estados Unidos; hasta que en el 2008 la persecución policial, las presiones de otros Cárteles y la llegada a Sinaloa de un fuerte contingente militar significó la ruptura de la asociación y el comienzo de las dificultades para el Cártel de Sinaloa. El Cártel del Golfo es una compleja organización criminal que actúa en 13 estados mexicanos cuyo epicentro se localiza en Tamaulipas. Allí, “domina prácticamente todas las instituciones, incluyendo la Policía, el sistema penitenciario y la política de la región”29 . Hoy por hoy, el Cártel del Golfo es la más poderosa organización mafiosa dedicada al narcotráfico en Hispanoamérica; a pesar, de su enfrentamiento abierto con el Cártel de Sinaloa. Como dato curioso, el Cártel del Golfo tiene un sistema de contrainteligencia gracias a una red de taxistas; a imagen de lo que hicieron los hermanos Rodríguez Orejuela en Colombia.
Finalmente tenemos que hablar del Cártel de Colina que crearon los hermanos Azmecua Contreras en los años noventa para el tráfico de metanfetaminas que fabricaban gracias a las droguerías que poseían en Tijuana. Además no dudaron en asociarse con una serie de bandas para transportar las metanfetaminas hasta California. En 1991 el Cártel de Colina tenía contactos en Alemania, Suiza, República Checa y la India para obtener los productos químicos que también necesitaban para crear nuevos negocios. Este grupo se ha mantenido unido tantos años porque reclutaba a sus miembros entre sus familiares y amigos más íntimos y solían evitar cualquier conato de violencia con otros grupos de narcotraficantes. Hoy son las hermanas las que dirigen la organización mientras sus hermanos cumplen condena.
En 2006 se abrió un nuevo periodo en el tratamiento estatal del Crimen organizado con la elección de Felipe Calderón como Presidente. La presión estatal contra todos los grupos tuvo un impacto simbólico en la sociedad cuando comenzaron las detenciones de algunos de sus líderes. En esta línea también se reforzó la colaboración con el Gobierno norteamericano, que además del envío de la DEA aportó recursos de inteligencia y económicos, con el acuerdo denominado Iniciativa Mérida. La contundencia de la operación produjo un descenso del transporte de cocaína, el aumento del cincuenta por ciento del precio de la cocaína en Norteamérica, el decomiso de 205 millones de dólares en marzo de 2007, 23.562 kilos de cocaína en octubre de 2007 y de centenares de armas, munición y granadas en noviembre de 2008. Todo ello supuso varios records internacionales pero aun así en 2008 aproximadamente el noventa por ciento de la cocaína que llegaba a Norteamérica lo hizo vía México.
Por otro lado, las organizaciones mexicanas cambiaron las rutas, utilizaron a las bandas como los Zetas para suplir las pérdidas, aumentaron la superficie de tierra dedicada al cultivo de drogas, establecieron nuevas bases en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá para el narcotráfico al tiempo que reforzaron la colaboración con los productores de coca del Perú, comenzaron a extenderse por Chile y Argentina donde producían parte de la metanfetaminas que vendían, utilizaron a Chile y Argentina como bases para extender la venta de drogas a países vecinos así como para enviar drogas a México, con escala en Paraguay, y finalmente establecieron nuevas bases en África occidental y Europa para implementar las operaciones de tráfico de inmigrantes, drogas y armas. Pero la presión del nuevo Gobierno de Calderón provocó la pérdida de poder de los grandes Cárteles, Golfo y Sinaloa, que provocaron escisiones e incluso ataques por parte de otras organizaciones que querían recoger su poder.
Ante esta nueva situación política los Cárteles respondieron con 1.700 muertes en 2007 y más de 4.000 en 2008. Los asesinados eran mayoritariamente policías aunque también cayeron políticos, periodistas, transeúntes y algunos narcos rivales así como algunos de sus hijos. En este contexto volvió la práctica da las decapitaciones junto con la novedad de publicar listas negras de policías para intimidarlos o anunciar públicamente sus asesinatos. Finalmente, ante “la habilidad de los narcos para intimidar y corromper las fuerzas de seguridad locales, estatales y federales, el gobierno mexicano acabó optando por involucrar al ejército en la lucha antidroga, y desplegó decenas de miles de soldados en distintos estados con diferentes misiones: impedir los enfrentamientos callejeros entre grupos criminales, erradicar cultivos, reunir información, detener e interrogar a sospechosos y confiscar mercancías”30. Aun así, en 2009 los Cárteles establecieron el terrorífico record de 6.500 ejecuciones en el marco de la segunda guerra, paralela, que abrieron los narcos entre sí para controlar las mejores rutas. Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Michoacán y Baja California se sumieron en una guerra total como representaron los más de los dos mil asesinatos que vivió Ciudad Juárez en 2009, fruto del enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa, que apoyaba a las bandas de los Mexicles y los Artistas Asesinos, y el de Juárez, que apoyaba a los Aztecas.
Por su parte los Zetas se enfrentaron a La Familia de Michoacán y a la organización de Beltrán Leyva por el control de los puertos de Lázaro Cárdenas y Acapulco, a finales de 2008, que dejó las imágenes de las sábanas colgadas con amenazas junto a los regueros de cadáveres; muchos de ellos colgados de postes, farolas o puentes. A su vez el Presidente Calderón, pese a una oleada de oposición, mantuvo la estrategia de colaboración entre la Policía y el Ejército que produjo un número considerablemente superior de detenciones e incautaciones de armas y drogas a las realizadas con anterioridad. En esta oportunidad los objetivos fueron el Cártel de Sinaloa y la banda de los Zetas. Estos hechos provocaron en el Estado de Chihuahua, en 2009, en una verdadera guerra civil entre los narcos y los ocho mil militares y policías que casi diariamente se enfrentaron en tiroteos callejeros.
En la primera década del siglo XXI el nivel de violencia se mantenía altísimo en algunas zonas de México; aunque la situación no es comparable a la violencia que se vive en Venezuela, Colombia, Guatemala, Honduras, Brasil o El Salvador. La Guerra sigue abierta.
4. Las Maras.
Las Maras son un grupo de pandillas juveniles latinas surgidas en los suburbios de algunas ciudades norteamericanas, como California, durante el siglo XX como consecuencia de los flujos migratorios; que en los años ochenta aumentaron con las Guerras civiles en Honduras, Guatemala y El Salvador. En este contexto surgieron la Banda de la Calle 18, hoy Mara 18 o M-18, y la Mara Salvatrucha, MS-13, que llegarían a crecer exponencialmente cuando estallaron las citadas Guerras civiles. Muchos de esos nuevos inmigrantes procedían del mundo criminal o habían recibido entrenamiento militar en la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de corte comunista. Con este bagaje y el paso de los años la Mara Salvatrucha y la Mara 18 evolucionaron en su organización y comenzaron a trasladar sus operaciones a México y Centroamérica. Situación que aumentó cuando tras los disturbios raciales de los Ángeles en 1992 el Gobierno norteamericano aumentó las penas y comenzó a facilitar la expulsión del país de miles de estos delincuentes. De esta forma las Maras creadas en Estados Unidos se implantaron en Hispanoamérica aprovechando la falta de previsión de las autoridades locales. Desgraciadamente Honduras se convirtió en uno de los mejores ejemplos cuando en 2004 se convirtió en el país con más homicidios del mundo; 45´7 por 100.000 habitantes.
Además de los tatuajes, sus costumbres y su violencia las Maras también importaron la venta de crack y el reclutamiento juvenil a Centroamérica. De esta forma en Centroamérica los datos oficiales de 2003 pusieron de manifiesto la pertenencia de decenas de miles de jóvenes a la M-18, MS-13, Los Cholos, Los Rockeros, Los Charly, Mao Mao, Nicas, Vatos Locos… La singularidad de la subcultura marera –ropa, tatuajes, lenguaje propio, códigos, normas o símbolos- se desarrolló de su necesidad de preservar el secreto de sus comunicaciones en los ambientes marginales y penales donde se desenvuelven. Las Maras tienen una jerarquía que empieza con una jefatura compartida por varios líderes –Mero Mero, Mero Queso, Big palabra-; luego un Gran Mister o Leader que ostenta la jefatura de varias clickas; las clickas son las agrupaciones que agrupan unos veinticinco o cincuenta mareros, aunque en Honduras se han detectado algunas con trescientos miembros, con distintos rangos donde los veteranos forman la Base dura encargada de la logística, la vigilancia o los asesinatos; bajo ellos están los novatos, los aspirante y los simpatizantes. Con esta organización la Mara Salvatrucha llegó a México alentada por los Cárteles del narcotráfico, pensaban en subcontratarlos como sicarios, y a cambio estos les ofrecieron sus contactos en Norteamérica para exportar sus drogas. De esta forma las Maras se extendieron desde el Estado sureño de Chiapas hasta el de Tamaulipas en la frontera con Estados Unidos. Además, las Maras comenzaron a participar en el tráfico de inmigrantes hacia Estados Unidos junto a los criminales mexicanos.
En la década de 2000 el Presidente de Honduras, Ricardo Maduro, puso en marcha una política represiva casi militar para desarticular la Mara Salvatrucha y otras bandas cuyas fuerzas ya sumaban decenas de miles de miembros. Esta línea de acción también fue tomada en Guatemala y El Salvador en 2003 donde tras varias cumbres de Jefes de Estado comenzaron las medidas para frenar la distribución y venta de drogas por parte de las Maras. Las Maras contestaron desencadenando unas represalias indiscriminadas, incluyendo decapitaciones, en Honduras y Guatemala que terminó con detenciones masivas de mareros que dispararon la población reclusa de Centroamérica. Y precisamente en la prisión sería donde sus líderes desarrollaron una mayor jerarquía en las Maras y un mayor número de pactos de no agresión entre las distintas Maras.
5. La Mafia rusa.
El Crimen organizado es el tipo de delincuencia organizada más característica de Euroasia desde la caída del Muro de Berlín. La implosión de la URSS -Armenia, Ucrania, Lituania, Chechenia, Georgia…- provocó que tras un siglo de Totalitarismo socialista la desconfianza hacia el Estado fuese el caldo de cultivo idóneo para el desarrollo del Crimen organizado. Tampoco debemos olvidar que la falta de ética en el trabajo del sistema socialista científico –comunismo- fomentó la corrupción política y económica dentro del propio Régimen y la vertiginosa transición a una economía de mercado que sólo benefició a una pequeña élite de la antigua burocracia del Partido Comunista. Todo ello produjo una gran economía sumergida, entre el 17 y el 25 % del PIB mundial según el FMI y el Banco Mundial, que no tardó en buscar nuevos socios y mercados, en Rusia y en otros países de la Europa del Este, aprovechando el desmantelamiento de la jerarquía de mando, los controles fronterizos y el desempleo de tantos policías, militares y agentes de inteligencia que la caída de la URSS provocó en los organismos de seguridad y defensa soviética. Así Tras la caída del Muro de Berlín la Mafia rusa se ha convertido en uno de los más poderosos, versátiles y complejos representantes del sindicato criminal del mundo; aprovechando las posibilidades de expansión y crecimiento, hasta entonces desconocidas, que trajo la llegada del capitalismo al universo soviético. Pero la Mafia pudo colonizar el sistema soviético porque el vacío de poder provocado por el hundimiento del sistema y la imposibilidad de asumir tantos cambios en tan poco tiempo, jugó a su favor.
Eso sí la caída del Muro benefició a todas las Mafias del mundo como quedó claro con las declaraciones de Antonino Calderone, arrepentido, en 1993 cuando respondió una de las preguntas de la Comisión Parlamentaria Antimafia sobre la reciente expansión de la Cosa Nostra por Europa: “<<Van a abrir las fronteras. Si Italia es grande, señor Presidente, imagínese lo grande que es Europa. Por eso teníamos que ser previsores” 31. Es decir, la Mafia italiana inició con previsión su propia globalización; mientras la Mafia rusa aprovechaba el vacío de poder postsoviético para situarse como administradora de la infraestructura económica, armamentística y empresarial del país más grande del mundo. Con estos pilares la Europa del este no tardó en ser un poderoso reclamo para la Yakuza japonesa, las Tríadas chinas y los Cárteles de Colombia, en una perfecta Pax Mafiosa pactada con anterioridad.
Por otro lado, el botín de las guerras balcánicas ayudó a las unidades paramilitares que participaron en ella a crear sus nuevos imperios criminales de contrabando de las mercancías producidas en Rusia, Hispanoamérica, China, India o África; que importaban a Europa, Japón, Estados Unidos y Oriente Medio. En este contexto la inestabilidad sociopolítica de los Balcanes no tardaría en extenderse hacia el Cáucaso, la zona conocida como los <<istanes>> de Asia Central, donde tras la caída de la URSS se recreó la vieja <<ruta de la seda>> en su versión criminal –tráfico de personas, drogas, dinero negro, armas…- que conectaba esta zona con Europa y Norteamérica.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas nunca permitió que el Crimen organizado llegase a las proporciones que conocemos en otras partes del globo, pero no pudo eliminarlo. Así la delincuencia soviética se distribuyó en tres niveles: el primero los conformaron los funcionarios y burócratas del Partido Comunista; el segundo los formaron los agentes económicos que buscaban la forma de producir y comerciar sin que el Estado se enterase; y el tercero lo integraban los grupos criminales como los Vory V Zakone –Ladrones en Ley- que terminarían siendo los principales criminales de la era postsoviética.
Los Vory se originaron en los presidios y campos de concentración soviéticos donde hombres de baja extracción social, y de todas las etnias, se unieron bajo un código de conducta tan férreo que, al impedir toda colaboración con el Estado, les dio la fama de ser los únicos ladrones honorables. Durante la II Guerra Mundial los Vory se dividieron en dos facciones: una, la que colaboró con los alemanes, y la otra, fue impasible a la situación. Los colaboracionistas fueron marginados por los otros Vorys por haber infringido la tradición antiestatal hasta que fueron readmitidos. Finalmente los Vory terminaron adoptando la colaboración con el Estado cuando ello facilitaba sus actividades criminales. En este contexto la liberación de ocho millones de presos por la muerte de Stalin en 1953 favoreció la expansión de los Vory. Un dato realmente importante fue que los Vory se habían infiltrado en los puestos más importantes del Partido Comunista desde la década de 1960. Por ejemplo, los gestores de las empresas estatales comenzaron a trabajar para los Vory cuando no ingresaron en algunos de sus grupos como hicieron varios de los miembros del Partido Comunista. Debemos recordar que “consecuencia de las políticas de racionamiento y de estricto control de precios, el régimen comunista alimentó una economía sumergida que trataba de corregir la divergencia oficial entre los valores del mercado y los controles administrativos. Así, los bienes que la población necesitaba, que eran escasos, y otros productos de lujo que el partido comunista empleaba para premiar a los burócratas y los políticos obedientes entraron en la economía soviética a través de un mercado informal y extraoficial de altos precios controlados por los Vory”32. Así las rutas y los contactos que los Vory establecieron para el contrabando durante este periodo son los pilares de su organización tras la caída de la URSS. A principios de 1990 ya había voces que advertían del poder del Crimen organizado ruso. El propio Presidente ruso Boris Yeltsin llegó a decir “<<el crimen organizado destruye la economía, interfiere en la política, amenaza a los ciudadanos y a toda la nación rusa… ¿Ya se tilda a nuestro país de gran potencia mafiosa!>>” 33.
Hoy en día la Mafia rusa es la organización criminal más compleja y poderosa del mundo; pero a diferencia de su admirada Mafia siciliana la rusa no tiene sede central, ni jerarquía, ni tradiciones ancestrales, ni prestan juramentos sagrados y ni siquiera mantienen lazos de consanguinidad. Ya en la década de 1990 se contaban más de 5.000 bandas relacionadas con la Mafia rusa y se calcularon más de tres millones de miembros. Sus actividades van desde el robo, las falsificaciones, la extorsión, el tráfico de órganos, el contrabando, las drogas, la pornografía, el tráfico de armas, el blanqueo de dinero, la usura, el juego, el chantaje empresarial… De todas las organizaciones de la Mafia rusa destacan, por su alcance internacional y su expansión creciente, destacan cinco: Soutsevskaya. Bajo el liderazgo del famoso Sergey <<Mikhas>> Mikhailov se especializó con el blanqueo de dinero, la trata de blancas y el tráfico de armas y drogas. Tambovskaya. Del robo de coches en Europa del este para su envío a África evolucionó hacia la pornografía infantil en Internet, el contrabando de inmigrantes y el secuestro de personas para la prostitución, la pedofilia o el tráfico de órganos. Su centro de operaciones está en la Costa del Sol española aunque el capo Guennadi Petrov fuese detenido en Mallorca en junio de 2008. Podoskaya. Se dedica al negocio de los préstamos a un alto interés con fines extorsionadores, el blanqueo de capitales, la usura, la clonación de tarjetas de crédito o la falsificación de moneda gracias a sus bancos propios. Muzukinskaya. En Hispanoamérica cambia armas por la cocaína que luego distribuirá en Europa. Izamailovskaya. Principalmente centrada en el tráfico de narcóticos –cocaína, heroína y derivados- pero también se extiende por la pornografía infantil en internet.
Los Vory tienen unan organización jerárquica donde cada hombre tiene que aportar a tres valedores del grupo y jurar los dieciocho artículos del código de honor, en una ceremonia, cuya infracción puede llegar a ser condenada con la muerte. Al ingresar cada hombre cambia su nombre y comienza a tatuarse el cuerpo para afirmar su pertenencia, estatus o su especialidad criminal. Los grupos se componen de células en redes, cada una con un jefe y su lugarteniente bajo las órdenes del Vor V Zakone en un territorio determinado que previamente ha sido elegido en una reunión tras una recomendación, como mínimo, de otros dos líderes.
En agosto de 1991 se produjo el fracaso del Golpe de Estado promovido por el ala más dura del Partido Comunista que alzó al poder a Boris Yeltsin que en enero de 1992 comenzó a liberalizar los precios y a vender empresas nacionales a los mismos directores corruptos que se habían asociado con los Vory. Las excepciones a la venta de empresas fueron las del petróleo, diamantes, metales y gas; que las mantuvo a un precio cuarenta veces inferior al del mercado mundial. Por otro lado, se privatizó el monopolio estatal de la URSS sobre las importaciones y exportaciones del comercio exterior con lo que se permitió a unos pocos empresarios y comerciantes hacerse con una gran parte de los recursos estatales, en poco tiempo, que hizo a unos pocos centenares de hombres de simples negociantes a multimillonarios. Así adquirieron una gran influencia sobre el Presidente Yeltsin a la par que comenzaron una inmensa fuga de capitales hacia los Bancos de Suiza o la isla de Nauru en el Pacífico.
La Mafia rusa, en la década de 1990, se encontró en una sociedad sin prácticamente control guberidntal y sin una legislación que penase la corrupción o el blanqueo de dinero. Ante este panorama la Mafia rusa supo valerse del vacío de poder para tomar el control de Rusia. La táctica fue atraerse a toda persona, criminal o no, dispuesta a medrar rápidamente; y los viejos políticos, los periodistas, los artistas, los banqueros y algunos agentes del orden, miembros del Ejército y de la KGB, tanto como, la nueva nomenklatura dieron ese paso para huir de una pobreza desesperada que azotaba Rusia. “De hecho, para los rusos que sufrieron aquellos años, la mafia era la única organización que funcionaba, la única sociedad que garantizaba la supervivencia. Y de todo ello se sirvió la mafia rusa para obtener información, respaldo legal, prestigio social y tapadera política” 34. En febrero de 1993 el propio Presidente Boris Yeltsin afirmó en una conferencia que “<<casi dos terceras partes de la estructura comercial rusa tenían vínculos con el creciente mundo de la delincuencia>>”35 ; pero en 1994 tuvo que afirmar que la Mafia rusa era responsable del 80 % de las acciones de privatización así como la propietaria del 55 por ciento del capital financiero.
La Mafia rusa se hizo con el control de la transición de Rusia hacia el capitalismo, y con semejante poder, no tardó en comenzar a penetrar en países con altos índices de corrupción, con economías débiles o con fuerte arraigo de organizaciones criminales a las que pone a su disposición su impresionante potencial económico y armamentístico. La táctica que siguieron para este propósito fue la entrada en todos los antiguos países satélites o los nuevos Estados independientes para unirse con los grupos criminales nacionales que se estaban formando: Chechenia, Armenia, Georgia, Azerbayan, Uzbequistán, Bielorrusia, Ucrania, Ingushetia…; la vinculación con la Yakuza y las Tríadas para introducirse en el negocio de la droga en Asia y lavarles el dinero negro en Rusia; y la expansión a Occidente gracias a sus buenas relaciones con la Mafia siciliana, los Cárteles y la Cosa Nostra norteamericana. La Mafia rusa destaca por sus operaciones de cambio de cocaína por armamento del ex–Ejército Rojo como las que ha realizado en Estados Unidos en 1992 con Cárteles colombianos a los que incluso estuvieron a punto de venderles un submarino –con un ex–Almirante y 18 marineros incluidos- para el tráfico de drogas desde Centroamérica hacia Estados Unidos y Canadá. La CIA y el FBI desbarataron la operación que llevaba a cabo Ludwig Fainberg con Juan Almeida y Nelson Yester en Miami.
Un ejemplo del poder de la Mafia rusa es Semyon Yukovich Mogilevich que mediante la estafa a los ciudadanos judíos que querían abandonar la URSS, rumbo a Israel, pudo cimentar sus negocios en Israel, Hungría y Ucrania desde su fábrica de material militar antiaéreo, colaborar con la Sontsevskaya y hacerse con el control de uno de los Bancos privados -el Inkombank- más grandes de Rusia para hacer inversiones en Gran Bretaña y Norteamérica. Otro ejemplo es Uyacheslav Ivankov, <<Yaponchik>, que tras su paso por la cárcel –e ingreso en el Mundo de los Ladrones- se relacionó con Yuri Churbanov –yerno del Presidente Beznev- para extender sus negocios a Alemania y Estados Unidos. Es más el FBI lo considera la cabeza del Crimen organizado en Norteamérica. Y en este contexto también tenemos a Sergey <<Mikhas>> Mikhailov –jefe de la Sontsevskaya- que escapó de una condena a muerte, por violación y asesinato de una niña de 10 años, porque apareció un presidiario que confesó el crimen por el que habían condenado a Mikhailov.
Con la caída de la URSS el propio Estado tuvo que permitir a las bandas callejeras o gruppirovki que se encargaran de la seguridad. “Así, en el nuevo ambiente de los años noventa, marcado por importantes desigualdades e ineficiencias económicas, con una Rusia fragmentada en quince Estados independientes y un Estado absolutamente desfasado, corrupto e incompetente, diversos sectores empresariales comenzaron a recurrir a los servicios de protección privada que ofrecían diversos grupos criminales cada vez más organizados que comenzaron a alquilarse como fuerzas del orden”36 . En este contexto, un informe oficial publicado en 1994 demostraba que el setenta por ciento de las grandes empresas y Bancos, así como, casi todos los pequeños negocios rusos pagaban cuotas de protección, a alguna organización criminal. En torno al quince o veinte por ciento de los beneficios de los negocios que protegen. Protección que asumen después de amenazarlos o mediante agresiones, torturas a familiares, tiroteos o atentados bomba. En esa época hubo más de mil asesinatos anuales en Moscú, Ekaterimburgo, San Petersburgo y otras ciudades rusas para eliminar a la competencia o para asesinar a un empresario por no haber cumplido sus compromisos comerciales. Los Vory también extorsionaron a los empresarios amenazándolos con desvelar sus prácticas irregulares o sus cuentas fraudulentas al Estado; amedrentaban a las empresas rivales que ofrecían productos de mejor calidad o a mejor precio por reducir sus beneficios; y con todo ello terminaron controlando los precios en el sector del taxi, algunos aeropuertos o la ganadería. La situación llegó a tal extremo que incluso cuando un empresario tenía un conflicto con otro recurría a una entrevista con el grupo criminal que lo protegía para evitar males mayores. Esta relación entre el mundo empresarial y el criminal denominada Strelka tenía una efectividad del noventa y cinco por ciento de los casos.
En Rusia se desarrollaron miles de asociaciones criminales de diferentes dimensiones, principalmente bandas, en zonas limitadas de sus ciudades. Aunque aquellas que mantenían contactos con la burocracia y los oligarcas del nuevo Régimen si trabajarían a escala nacional e internacional para diversificar sus negocios. Esta gran variedad de organizaciones criminales independientes se conforman en la cárcel; los gimnasios y los centros de artes marciales; los ex–miembros de los Servicios de Inteligencia, las Fuerzas Armadas o las de Seguridad. Oficialmente se estimó que un cuarenta por ciento de los miembros de la KGB fueron admitidos en el mundo criminal para servir a empresarios con negocios ilegales.
La Tamboskaya, una poderosa organización criminal de San Petersburgo, es una de las excepciones del Crimen organizado al compartir lazos de parentesco. En Rusia se caracterizan por su origen étnico: armenias, georgianas, chechenas, daguestanas, azerbaiyanas, ingusetias, polacas, ucranianas, ex–yugoslavas… Pero ni siquiera no ser de la etnia predominante suele restringir la pertenencia a un grupo ruso. Es más, la Mafia chechena permite que se utilice su nombre en otras ciudades, aunque no se forme con chechenos, a modo de franquicia a cambio de un porcentaje de los beneficios de la organización. Y ahí, en las ambiciones económicas, encontramos el rasgo común a todas las organizaciones criminales rusas. En este contexto, los Vory dividieron el país en doce regiones, como resultado de una reunión de sus principales líderes en 1992, donde actuarían a todos los niveles con la connivencia de empresarios y burócratas. En Moscú emergería la Hermandad Solntsevskaya, con nueve mil miembros, que se convirtió en el grupo criminal más poderoso de la capital y no tardarían en extenderse por los países del este.
Todo comenzó cuando un camarero aficionado a la lucha libre, llamado Serguei Mijailov, entró en prisión por fraude en 1986 y conoció a Víctor Averín junto al que, tras su vuelta al barrio moscovita de Solntsevo, creo una banda ente los aeropuertos de Vnukovo y el de Yuzhny, por donde pasan las carreteras hacia los puertos del mar Negro y hacia Ucrania que supone un gran comercio. La captura de ambos personajes en 1989 permitió la entrada de bandas chechenas en Moscú que terminarían generando la guerra con las bandas eslavas en 1992. A pesar de todo, cuando Mijailov volvió a la calle recuperó gran parte de su poder desarrollando un nuevo modelo flexible de expansión para la Hermandad cuyas brigadas comenzaron a actuar con autonomía con sus propios jefes y negocios sin tener que entregar los beneficios a la organización central. De esta forma Mijailov dirigió lo que se denominaría los Cuatro Grandes que dirigían las nuevas brigadas, puntualmente se repartieron bares, hoteles, las tres principales estaciones de tren de Moscú, supermercados… Con todo ello, Mijailov dio un nuevo giro a su organización cuando entró en el mundo de la Banca, aumentando así la relación de la Mafia rusa con los nuevos oligarcas, poco antes de afincarse en Suiza.
La capital industrial de Rusia, Ekaterimburgo, está localizada en la frontera entre Europa y Asia, en la ladera de los montes Urales, y en los noventa se convirtió en el muestrario de todas las organizaciones criminales. Precisamente esta ciudad había sido la elegida por muchos presos políticos y criminales liberados a la muerte de Stalin para instalarse. Así dieron comienzo los negocios en el mercado negro, el contrabando y la colaboración de los criminales comunes con los empresarios corruptos en los Urales. Era un terreno abonado cuando llegaron los Vory, que se unieron a los criminales de la zona y repartieron Ekaterimburgo en distintos sectores, y de esta forma nacerá la Uralmashevskaya, formada por matones de los clubs deportivos de la ciudad, para la extorsión, la elaboración de alcohol, inversiones empresariales, financiación de candidatos políticos y establecer contactos con varios gobiernos regionales. En los Urales, además, surgió el Grupo Central como competencia a la Uralmashevskaya hasta el punto que ambas organizaciones crearon sus grupos entrenados por miembros de las Fuerzas Especiales para liquidar a sus competidores. De esta forma los Vory se unieron a otras bandas criminales de la ciudad para defenderse. Ninguna organización ha llegado a ejercer el control en la ciudad.
En lo referente a los negocios debemos recordar que la Hermandad de Solntsevo, la Tambovskaya de San Petersburgo, las bandas chechenas de Moscú y la Uralmashevskaya de Ekaterimburgo diversificaron y legalizaron buena parte de sus inversiones gracias a los contactos con los burócratas y los oficiales de aduanas que les permitieron obtener préstamos del Banco Central y comprar las licencias para la exportación. Además obtuvieron grandes beneficios de la fabricación de éxtasis y anfetaminas, vendiendo heroína de Asia Central a Europa y Estados Unidos, importando cocaína a Europa, traficando con personas o explotando a las mujeres. En esta línea, la inclusión en sus filas de miembros del Ejército y la KGB les abrió las puertas al tráfico de armas para los conflictos étnicos que surgieron en la última década del siglo XX; comenzaron a colaborar con la Mafia siciliana, la Camorra, la ´Ndrangheta, la Yakuza, las Tríadas o los traficantes colombianos, mexicanos y turcos; y finalmente se unieron a los oligarcas rusos para blanquear y evadir los capitales que también utilizarían para financiar sus empresas legales e incluso la compra de Bancos para sus fines; cuando no para ofrecer sus servicios a los narcotraficantes colombianos.
Con la llegada de Vladimir Putin al poder en el año 2000 el Crimen organizado ruso comenzó a sentir la presión estatal sobre sus líderes, entramados y asociaciones de forma continuada. Además el Estado recuperó la protección a los ciudadanos, mejoró la burocracia y persiguió con dureza la corrupción. De esta forma comenzó la salida al extranjero de un gran número de jefes criminales a Hungría, Polonia o La República Checa; y por ende a la Unión Europea. En este contexto, Semyon Mogilevich, miembro de la Hermandad y uno de los capos más poderosos de Rusia, al llegar a Hungría participó en un gran fraude de combustibles para calefacciones, tras su transformación química, como combustible para vehículos a las gasolineras. El negocio era tan rentable que fomentaría decenas de asesinatos entre gánster, empresarios y agentes de aduanas que estaban involucrados.
Por otra parte, en los años noventa los criminales rusos también encontraron refugio en Israel para los judíos nacidos en la extinta URSS. Una vez instalados no tardaron en levantar negocios de prostitución, especialmente en Tel Aviv. Además los nuevos ciudadanos israelíes como Mijailov y Mogilevich pudieron aprovechar un sistema bancario ideado para promover el regreso de todos los judíos del mundo, la aliyah; y que no tenía una legislación que previniera el blanqueo de capitales. De ello la Policía israelí estima que los rusos pudieron blanquear entre cinco y diez mil millones de dólares sólo en Israel. Las organizaciones rusas también han emprendido una expansión en Europa, Iberoamérica y Norteamérica para escapar de la presión ejercida por Putin. Aunque también es cierto que existen voces que apuntan que algunos líderes criminales blanquean su dinero gracias a algunos ministros de Putin.
Con la caída del Muro de Berlín el Servicio de Seguridad búlgaro (DS), que desde los años sesenta se dedicó al comercio ilegal e internacional de armas nacionales a África y Oriente Medio mediante la tapadera de la empresa Kintex, se reubicó en el mercado del tráfico ilegal de drogas, antigüedades, personas y obras de arte; a la par, empresas como Kaptagon se dedicaban a la exportación de anfetaminas búlgaras a Oriente Medio; los Servicios Secretos búlgaros se encargaron del transporte de la heroína turca, el ochenta por ciento de la que llegaba a Europa; también captaron a los científicos necesarios para desarrollar los productos de alta tecnología que luego vendían de forma ilegal, con los que obtenían casi seiscientos millones anuales entre 1981 y 1986. Llegados a este punto no se sorprenderán si les digo que cuando el Partido Comunista búlgaro aprobó el decreto para la creación de empresas privadas o de capital mixto en 1986, los miembros del DS fueron los fundadores del noventa por ciento de las nuevas compañías mixtas. De facto, la élite política y económica de Bulgaria se fraguó de las relaciones con el Crimen organizado y los Servicios de Inteligencia. Por ejemplo, Ilya Pavlov, antiguo campeón de lucha libre, creó la empresa Multigroup en 1988 para la exportación e importación de obras de arte y antigüedades; para ello contrató a un alto cargo del DS llamado Dimitri Ivanov que les facilitó la utilización de las redes de Kintex para sus negocios y contactar con el líder del Partido Comunista búlgaro, Andrei Lukanov, y los dirigentes del sindicato Podkrepa. De esta forma Multigroup creó empresas de agricultura, transporte y energía en todas las ciudades donde casualmente el sindicato Podkrepa tenía alguna sede. Pavlov es un representante del entramado delictivo y empresarial que existe en Bulgaria gracias al contrabando de cigarrillos, drogas y venta de coches, a los Balcanes y Europa del este, sustraídos por toda Europa. Esta situación se valió de los ocho cambios de Gobierno que sufrió Bulgaria entre 1989 y 1997. Ello alentó la creación de una élite políticamente empresarial corrupta gracias a la paralización del sistema judicial, a la falta de control estatal y la pésima situación económica y social del país. Y por si fuera poco, en este periodo también estalló el conflicto de Yugoslavia donde los serbios acudían a su frontera para todo tipo de contrabando.
Poco a poco, las bandas criminales búlgaras fueron constituyéndose en agrupaciones mayores sobre empresas que utilizaban como pantallas legales en relación con las compañías aseguradas fundadas por las bandas locales. El ejemplo más claro es la empresa Vyarnost Investitsii Sigurnost o Royalty Investments Security (VIS) fundada por Vasil Iliev, conocido campeón de lucha. Iliev fundó VIS con las ganancias obtenidas con la extorsión, el asesinato y el robo de coches y domicilios en Bulgaria. El nivel de beneficios de VIS junto a las tensiones internas provocó el nacimiento de su principal competidora con la Sofia Insurance Company (SIK). Asimismo, Ivan Pavlov comenzó a cooperar con la SIK para enviar a Serbia millones de litros de petróleo, violando el embargo de la ONU. En esta línea ambas empresas dominaron la economía ilegal, y una parte de la legal, del país de 1994 a 1997 puesto que los medianos y pequeños empresarios legales contrataban como encargados en sus restaurantes, oficinas, tiendas… a miembros de VIS o del SIK para obtener protección así como la cobertura de la aseguradora. A ello, los líderes criminales comenzaron a desarrollar contactos políticos y judiciales aunque no evitó que muchos de ellos fueran eliminados por sus rivales. La era dorada, de 1994 a 1997, terminó cuando el Gobierno búlgaro se volcó sobre el control de los negocios de importación y de los seguros y empezó a retirar las licencias mercantiles a todas las aseguradoras de VIS, SIK y las relacionadas con Multigroup. A pesar de todo, el Crimen organizado continuó con los robos de coches y el tráfico de drogas mientras entraba en la falsificación de documentos y moneda y sobre todo en la exportación de prostitutas a Europa occidental. En esta línea, la privatización de las empresas estatales que ordenó el Gobierno búlgaro volvería a permitir al Crimen organizado blanquear su dinero en negocios legales. A finales de los años noventa muchos grupos criminales búlgaros se trasladaron al sur de Europa para dirigir sus operaciones que han experimentado un grave descenso en los inicios del siglo XXI.
Yugoslavia padeció una cruenta serie de guerras entre 1991 y 2001 que alumbró siete nuevos países: Croacia, Serbia, Kosovo, Montenegro, Bosnia Herzegovina y Macedonia. Pero la violencia, la desesperanza y el desempleo en la zona provocó el desarrollo de numerosos negocios ilegales tras la guerra; donde además la amistad entre políticos y criminales es más estrecha que en cualquier otra ex–provincia de influencia comunista. “Las nuevas repúblicas estaban gobernadas por las élites cuyos miembros procedían a partes iguales del partido comunista, la policía y las mafias locales, que se lanzaron a privatizar el aparato del Estado y que eran lo bastante hábiles para ocultar su avaricia e incompetencia incentivando un nacionalismo étnico exacerbado. Una vez estallada la guerra, las mafias se ocuparon de sus aspectos logísticos, lo que les permitiría aumentar su control sobre la economía, la política y el gobierno. Por otro lado, los mismos hombres de poder que promovían la guerra entre sus pueblos colaboraron entre sí con fines económicos” 37. En la Guerra de los Balcanes se desarrollaron numerosas unidades paramilitares que terminaron integrándoles en el Crimen organizado que además contaba con el apoyo estatal. La unidad serbia conocida como las Boinas Rojas actúa en Kosovo a las órdenes de Minorad Lukovic (ex–legionario francés) que tras la guerra tuvo un puesto elevado en la jerarquía del Clan Zemun, una de las tres organizaciones criminales más importantes de Serbia. Minorad Lukovic aumentó su estatus criminal cuando organizó el asesinato del Primer Ministro serbio Zoran Djinjic, sucesor de Slobodan Milosevic.
Durante la guerra los grupos criminales jugaron un importantísimo papel para la violación sistemática del embargo de la ONU –armas, bienes y productos, petróleo, metales, drogas…- gracias a la alianza entre criminales y hombres de negocio tanto como a la colaboración de los grupos criminales de los distintos países en guerra para aumentar sus beneficios a costa de entregar armas, petróleo o alimentos al enemigo. De ahí se desarrolló una nueva clase alta formada por empresarios y criminales como Vladimir Bokan. Bokan ya era un empresario de éxito bien relacionado con las autoridades comunistas antes de empezar la guerra. Pero cuando estalló el conflicto utilizó sus contactos para iniciarse en el contrabando de armas, tabaco o metales hasta que tuvo que emigrar a Grecia para escapar a los intentos de asesinato de sus rivales. Poco después, aprovechando que su suegro era un importante militar montenegrino llegó a relacionarse con el Primer Ministro Milo Djukanovic.
En este contexto también aparecería Arkan, un agente de la policía secreta serbia –UDBA-, que durante la guerra fundó la trágicamente conocida unidad paramilitar de los Tigres de Arkan –unos diez mil hombres bien entrenados y equipados por la Policía serbia- que se vieron envueltos en saqueos, tráfico de armas y crímenes contra la humanidad por genocidio. A pesar de todo, sus contactos políticos, su popularidad y sus ayudas a pobres, huérfanos, lisiados y familiares de soldados fallecidos le concedió a su partido político 14 escaños en las elecciones serbias del año 2000. Desde 1996, Arkan dirigía toda una serie de negocios legales como gimnasios, casinos, discotecas, restaurantes, panaderías, pastelerías, almacenes, gasolineras, una agencia de seguridad privada o un equipo de fútbol llamado Obilic que de segunda división lo llevó a ganar la liga, amenazando a los jugadores del equipo rival, como buen mafioso. Pero en el año 2000 Arkan fue asesinado en circunstancias poco claras pero cercanas a uno de los grandes contrabandistas de Serbia, Marko Milosevic, el hijo del antiguo Presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. Estos hechos provocaron la <<Primavera Sangrienta>> entre las tramas balcánicas que culminaron con el asesinato del Ministro de Defensa serbio, Vanja Bokan, en Atenas el año 2000 por haber denunciado los negocios de contrabando en los que él mismo había participado. De esta manera, Serbia mantiene un entramado criminal no muy diferente al de los países exsoviéticos: robo de casas, coches y armas así como tráfico de armas, alcohol, drogas químicas, heroína, tabaco, personas… Es más, Serbia es una zona de tránsito para las drogas químicas producidas en Moldavia, Rumanía y Ucrania y la heroína procedente de Turquía y Asia.
La mayoría de los grupos criminales balcánicos tienen un tamaño pequeño, están poco jerarquizados, son flexibles y muy autónomos, desarrollan diversas actividades ilícitas y las lealtades duran lo que duran las operaciones. De los países balcánicos el Crimen organizado más poderoso se sitúa en Albania cuya Mafia tiene fuertes vínculos familiares, está distribuida en clanes y tienen un férreo código de conducta denominado kanun o código de honor muy arraigado en la cultura albanesa. Este código que valora el secreto y la defensa del clan sirve para favorecer la existencia de su organización frente a la presión policial. La Mafia albanesa tiene predilección por la droga y por ello en 1970 establecieron contactos con las organizaciones turcas para el traslado de heroína a Europa occidental vía los Balcanes. Pero con la guerra estas rutas se vieron amenazadas y fueron desviadas a la costa de Durres en Macedonia, después a Albania y finalmente por mar a la ´Ndrangheta calabresa.
Cuando la guerra llegó a Kosovo la Mafia albanesa no dudó en colaborar con el Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK) que estaba apoyado, a pesar de sus métodos terroristas, por los Gobiernos de Albania, Alemania y Estados Unidos. Pero al terminar la contienda no se acabó la relación de la Mafia albanesa con la gran cantidad de soldados que se integraron en las mismas redes ilícitas con las que habían colaborado durante la guerra; los líderes de la UÇK iniciaron su carrera política en Kosovo; y la Mafia albanesa en Kosovo y Macedonia continuaron el tráfico de heroína, armas y personas así como el robo de coches, la extorsión y el secuestro. Los tres grandes clanes familiares en Albania son los de Kula, Abazi y Borici. Finalmente debemos recordar que los movimientos migratorios provocados por la guerra permitieron a la Mafia albanesa extenderse por Alemania, Grecia, Suiza e Italia e incluso obtener importantes cuotas de las actividades criminales en Noruega, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos. “A finales de la primera década del siglo XXI,… Europol… actividades delictivas perpetrada por toda Europa por grupos albaneses, a los que se describe como una de las primeras amenazas transnacionales para el Viejo Continente en relación con el crimen organizado” 38.
6. La Mafia albanesa.
La Mafia albanesa se reparte por Albania, Montenegro, Serbia-Kosovo y Macedonia; y por razones geopolíticas –históricas y geográficas, tienen vínculos ancestrales con Italia y Turquía donde el Crimen organizado está pleidnte desarrollado. Eso sí, tampoco podemos olvidar que el espacio albano –Albania, Kosovo y los Balcanes- han representado históricamente la vía central de la ruta de la heroína procedente de Asia y Turquía; y, desde los años ochenta, la emigración albanesa a Europa y Estados Unidos que huía de la represión del Régimen comunista. Y precisamente esta emigración fomentó el desarrollo internacional que la organización desarrolló con la independencia de Kosovo tras la Guerra de Yugoslavia.
En Albania la Mafia es una seria amenaza para la estabilidad política y económica del país, como afirmó el informe de la Comisión de las Comunidades Europeas de 2003 o el informe de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa de 2004 donde se afirma: “la impunidad y la libertad de acción de que goza la criminalidad organizada –propiciada por la debilidad de la Administración y de la ineficiencia del sistema judicial- constituyen no sólo una amenaza para el orden público sino también para las perspectivas económicas y la estabilidad política del país” 39. La democracia albanesa está en grave riesgo porque los políticos, así como los funcionarios judiciales y administrativos, amparan abiertamente a la Mafia –tráfico de drogas y operaciones de blanqueo de capitales- en detrimento de la economía nacional. Y máxime aún, si después de blanquear sus capitales no se blanquean los mafiosos así mismos y se presentan como políticos y/o compran los medios de comunicación. “Esta complicidad entre mafiosos y políticos albaneses quedó demostrada en el verano de 2004, cuando diputados de todas las tendencias se opusieron a la adopción de las leyes sobre la creación de unidades de policía para luchar contra el crimen organizado” 40. No olvidemos que los clanes criminales de Albania y Kosovo se han reunido en torno a un partido político como fachada, tal y como hicieron con la UÇK durante la Guerra de Yugoslavia, por lo que muchos funcionarios y algunos Ministros utilizan sus cargos para encubrir o desarrollar sus actividades criminales. Es más, las operaciones contra el Crimen organizado en Albania deben entenderse como prácticas para eliminar a la competencia política-criminal. “Los clanes criminales en Albania se encuentran principalmente en las ciudades de Elbasan (clan Pequini), Dürres (clanes Koka, Berisha, Murati, Bezhi y Hasani), Fier (clanes Xhen y Boria), Shëngjin, Shkodër, (clanes Lushaj, Bubaci, Gjeka y Gusha), Tirana (clanes Rama y Markaj) y Vlora”41 .
La Mafia albanesa ostenta el control sobre las rutas del tráfico de drogas a Europa que les proporcionan unos 1.500 millones de dólares anuales sin contar con el tráfico de tabaco, personas, vehículos robados, armas, trata de blancas… Y su prosperidad se cimenta gracias a la diáspora albanesa por Europa –Suiza, Italia, Francia, Países Bajos, Suecia, Austria, Grecia, España, Luxemburgo, Bélgica, Dinamarca, Noruega, Gran Bretaña, Bulgaria y República Checa- que ronda las 700.000 personas. Muchos expertos afirman que “la entidad albanokosovar va camino de convertirse en una <<Colombia europea>>”42 .
7. La Maffya turca.
La delincuencia organizada en Turquía se remonta a la época del sultanato de Rum, fundado por la dinastía Selyuquí en 1071, con los grupos de bandidos que existían en las zonas rurales de varias provincias conocidas como los kabadayi o rufianes. En su época el término se empleaba para designar a los luchadores locales más fuertes, honestos y valientes; así los auténticos guardianes de los valores de la comunidad y defensores de los humildes eran considerados rufianes. Es más, durante el dominio de Addulhamit II (1876-1909) se les concedió un puesto en la Administración pública, a pesar de sus acciones violentas y sus actividades ilícitas, para controlarlas y utilizarlas para cruentas misiones especiales del Estado. Cuando el Imperio otomano se acercaba a su fin los rufianes olvidaron su código de honor y comenzaron a abusar de sus prerrogativas e inmunidad hasta el punto de perder el respeto que tradicionalmente se habían ganado en gran parte de la sociedad. A pesar de la caída del Imperio algunos de estos grupos, recordando sus antiguos códigos, mantuvieron sus actividades en la nueva República de Mustafa Kemal Atatürk en 1923 hasta que en la década de 1950 los grupos marginales de los rufianes empezaron a multiplicar sus actividades ilegales: creación de casa de juegos; y extorsión de pequeños comercios, bares, y casinos; contrabando de morfina y heroína principalmente tras la II Guerra Mundial con la colaboración del Crimen organizado italiano. La Maffya moderna nació en la década de 1940 cuando los Baba se asociaron con las mafias italianas en el tráfico de estupefacientes. En especial Bekir Celenk, el gran Baba de postguerra. Hoy por hoy, según un informe de 2004 de la Cámara de Comercio de Ankara “existe una maffya turca y mueve alrededor de 60.000 millones de dólares de la economía sumergida turca. Es decir, la cuarta parte de la renta nacional” 43.
En la década de 1970 los problemas económicos empujaron a una importante parte de la población a trasladarse desde la Península de Anatolia hacia las ciudades; lo que provocaría grandes cambios en la sociedad turca. “Muchos de esos emigrantes carecían de educación formal, pero estaban profundamente familiarizados con el viejo código de los rufianes y con una cierta cultura de las armas y la violencia… A partir de aquí surgieron rápidamente nuevas estructuras delictivas formadas por individuos vinculados por parentesco u origen y agrupados en torno a líderes criminales que recibían el título de baba (padres o padrinos)” 44. Los grupos criminales turcos dominarían el mercado negro del café, las armas, el petróleo, el hierro o los productos electrónicos. Con los beneficios de estas actividades ilegales llegaron a tales cuotas que sus organizaciones tuvieron que crear empresas legales para poder blanquearlos. En esta época se caracterizaban, además de los lazos de parentesco y origen, por la ausencia de conflictos con el Estado y el alto nivel de aceptación social que tenían por su tradición de redistribuir en sus sociedades parte de los beneficios ilícitos tanto como por realizar favores sociales a familias y personas de su misma procedencia.
Las crisis económicas periódicas y las campañas terroristas realizadas por los kurdos del PKK y los armenios del ASALA, en la década de 1970, provocaron una inestabilidad tal en la sociedad turca que se traduciría en varios Golpes de estado; el último fue en septiembre de 1980. En este contexto la colaboración de muchos de los golpistas fue crucial para la creación de nuevos grupos criminales con altas relaciones y mucha experiencia política. Así la cúpula de los rufianes se fue refinando con líderes de amplia cultura académica y militar que además gozaban de un gran crédito social por su rebelión contra el Estado. Según la percepción de gran parte de la sociedad turca, su imagen era tal que la población les requería para el cumplimiento de escrituras y contratos así como para solucionar los daños y perjuicios de los accidentes de tráfico. Pero también ofrecerían su respaldo al Estado en la intensa actividad contraterrorista de los grupos paramilitares de corte nacionalista como los Lobos Grises, o los idealistas, que financiaban sus acciones con el tráfico de drogas junto al Crimen organizado en el que terminarían integrándose muchos de estos nacionalistas.
Llegados a este punto, comprenderemos mejor porque a la Maffya turca se la denomina como <<el mundo subterráneo>> o <<el Estado profundo>>; reflejo también de la tradicional alianza entre el Crimen organizado y los políticos, órganos de seguridad y empresarios del antiguo Imperio otomano. El mejor ejemplo de ello fue <<el caso de Susurluk>> donde, el 3 de noviembre de 1996, un accidente de tráfico en Susurluk (Anatolia) desveló un gran escándalo político. Los muertos eran el director adjunto de la Policía de Estambul Huseyin Kocadag; el organizador de las operaciones antiterroristas de los años setenta Abdallah Catki que además era buscado por la Interpol por tráfico de drogas y asesinato y el diputado kurdo Sedat Bucak que luchaba contra el PKK. Turquía vivía un convulso periodo donde diversos grupos terroristas tenían al país al borde de la anarquía y el Estado pidió ayuda a los nacionalistas de los Lobos Grises45 o Ulkucu, también llamados idealistas, cuyo número dos era Abdallah Catli. Por ello, “los Lobos Grises se ocuparon de eliminar, tanto en Turquía como en el extranjero, a terroristas armenios, marxistas, kurdos y de otras filiaciones. Este grupo nacionalista […] empezó a financiar sus actividades políticas y <<antiterroristas>> con el tráfico de drogas” . Finalmente no tardaron en aliarse con los Baba para convertirse en una verdadera organización del Crimen organizado. Y por cierto, la Maffya turca no es una organización homogénea por motivos étnicos, políticos y regionales pero su potencial reside en que el 80 por ciento del tráfico de drogas procedente de Asia pasa por Anatolia. En la década de los noventa la relación del Gobierno turco de Tançu Ciller con la Mafia era tan evidente que la prensa hablaba de <<banda de Estado>>. Ejemplo de ello fue la publicación de conversaciones telefónicas como la que mantuvo el Ministro de Estado Eyup Asik, número dos del Gobierno de Musut Yilmaz, que negociaba con el Baba Alaatin Cakici para privatizar el Banco público Turkbank y que llamaba al Baba para asegurarse de la única oferta de licitación fuese presentada por el empresario Korkmaz Yigit. A cambio el empresario se había comprometido a financiar al Partido. Con semejante escándalo el Gobierno turco terminó cayendo; pero en las elecciones legislativas del 2002 la desacreditada clase política se vio vencida por los islamistas <<moderados>> del Partido de la Justicia y el Desarrollo. El AKP es considerado la fuerza política turca que mantiene a raya la corrupción mafiosa. Y que hoy en día está instituyendo una dictadura en el país.
En este contexto tendría lugar la modernización del Crimen organizado turco, manteniendo los lazos de familia, la asimilación de los emigrados rurales y la estructura jerárquica férreamente centralizada, donde comenzaron a imitar a otros grupos mafiosos en sus entramados económicos, especialización en sus tareas, transformación en hombres de negocios, internacionalización de sus actividades y colaboradores, y desarrollo de negocios legales tanto como de sus contactos en el mundo empresarial. El Crimen organizado turco se caracteriza por el contrabando de personas, armas y heroína, la extorsión, la ayuda para obtener contratos de concesión pública, el cobro de cheques o el cumplimiento de los contratos. En esta línea no han dudado en subcontratar a las bandas callejeras turcas para ciertas tareas; y finalmente no podemos olvidar que en Turquía es muy infrecuente el conflicto entre este tipo de organizaciones por la preferencia común de monopolizar las regiones o las diferentes zonas de negocio: estableciendo buenas relaciones con los políticos, la burocracia y las fuerzas de seguridad de la zona tanto como la eliminación física de sus competidores. Por otro lado, el accidente de tráfico ocurrido en Susurluk dejaría al descubierto la relación del Crimen organizado, el Estado y la estrategia occidental anticomunista.
Turquía por su situación geográfica entre Asia y Europa, tanto como, por su producción de opio de la que elaboraban heroína, como también hacían con el opio de Pakistán y Afganistán, tuvo gran participación en el negocio internacional de narcóticos con la ayuda de la Mafia siciliana y la corsa. En los años setenta las presiones internacionales llevaron al Estado turco a prohibir el cultivo de opio lo que llevaría a las organizaciones turcas a establecerse en Pakistán y Afganistán para producir la heroína. Pero en los años ochenta la Guerra de Afganistán, la Guerra Irán-Irak y los atentados terroristas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán –PKK- crearon un clima de tensión que favoreció la ampliación de mercado del Crimen organizado turco que contó para ello con la necesidad de financiación que requirieron todos estos enfrentamientos. Por si fuera poco, la Guerra civil del Líbano convirtió el puerto de Estambul en el epicentro del contrabando marítimo de narcóticos –procedentes de Pakistán, Afganistán, Irán, Irak y Siria- en el Mediterráneo. Además desde Turquía, vía carretera, trasladaban estas mercancías hacia Europa a través de los Balcanes. Así se forjó el poderío económico y la colaboración ilícita entre las Mafias turcas, rusas e italianas; tanto como las ramificaciones de la Mafia turca en Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido, Rumanía y Hungría para el tráfico de drogas, las operaciones de blanqueo de dinero e incluso la venta de armas.
Conclusión.
A lo largo de este artículo habrán podido ustedes comprender, que en Asia la Yakuza es una de las organizaciones criminales más activa del mundo: controla la prostitución, el contrabando, el blanqueo, las apuestas, los espectáculos, la extorsión, la especulación inmobiliaria, la pornografía, las armas, el tráfico de personas, el chantaje corporativo, la usura, el tráfico de drogas… Así se hizo con un hueco entre las élites económicas de Japón y desde 1970 comenzó a expandirse por Norteamérica, Hispanoamérica, Australia, Rusia, Filipinas, Europa, China… Que las Tríadas chinas desarrollaron un intenso tráfico de heroína, efedrina, anfetaminas, personas, órganos, armas… conjuntamente con el blanqueo, la prostitución, el robo de coches, la protección, la falsificación de documentos y la promoción de negocios legales. Y como el incremento, desde 2003, de la presión del Estado sobre la Mafia china les obligó a aumentar sus relaciones con las organizaciones colombianas, rusas o italianas, así como a iniciar su penetración moderna en Estados Unidos; aunque la mayor Mafia de China sigue siendo el Gobierno del Partido Comunista. Que en el continente americano los Cárteles de Hispanoamérica se dedican al tráfico de armas y drogas, con unas ganancias tan espectaculares que se puede hablar de <<narco-estado>>; por lo que no se distinguen mucho de la Mafia. Todo comenzó con el control coercitivo de los pequeños productores de coca, opio y cannabis en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; luego vendría el desarrollo de las paradas -en Centroamérica, el Caribe y México- de la cocaína, la heroína, las anfetaminas y la marihuana hacia Norteamérica y Europa; y más tarde sus enfrentamientos con las guerrillas marxistas (ELN y FARC) por el control de las plantaciones de coca, antes de aliarse en Colombia, México, Panamá o Brasil. Y las Maras que pronto trasladaron sus operaciones ilegales a México y Centroamérica; y hoy son un problema de enormes proporciones para el cual estos países todavía no tienen respuesta. Que en el Viejo Continente la Mafia rusa, nacida en los campos de concentración soviéticos, eclosionó tras un siglo de Totalitarismo socialista y se ha convertido en uno de los más poderosos, versátiles y complejos representantes del sindicato del crimen mundial; pero la extensión de la ex-URSS es tal que las Mafias del Este no tardaron en firmar una Pax Mafiosa con la Yakuza, las Tríadas y los Cárteles para poder aprovechar todas las oportunidades; amén del desarrollo de la Mafia albanesa o la histórica Maffya turca.
Bibliografía
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