Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


EL ANCIANO Y LA FAMILIA. UN RETO A LA REFLEXIÓN

Autores e infomación del artículo

Dianelis Moreno Moreno*

Dayanis Castillo Suñol**

Niurka Dayanis Cuenca Ramos***

Centro Universitario Municipal Songo La Maya, Cuba

Correo: dayanisc@uo.edu.cu


Resumen.
La presente investigación está vinculada con la relación familia- anciano en adultos mayores pertenecientes a la Casa de Abuelos de La Maya en el período comprendido entre enero y noviembre de 2018, aprovechando las potencialidades que ofrece la Extensión Universitaria, al garantizar el vínculo de la universidad con la comunidad y las instituciones sociales. Se formuló como objetivo: diseñar un Plan de Acción que permita incidir en las contradicciones existentes en las relaciones familia – anciano. Se utilizaron métodos teóricos como el Análisis de Fuentes Documentales, Análisis –Síntesis, Inducción-Deducción e Histórico-Lógico. También se utilizaron técnicas como el Cuestionario, la Entrevista y la Intervención Grupal: Taller de reflexión acerca de la familia y el adulto mayor. Se realiza una descripción del comportamiento de las variables estudiadas y se propone un Plan de Acción para dar tratamiento a esta problemática en pos de mitigar las contradicciones existentes en las relaciones familia- anciano y crear una conciencia social e individual acerca de las particularidades de la tercera edad.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Dianelis Moreno Moreno, Dayanis Castillo Suñol y Niurka Dayanis Cuenca Ramos (2020): “El anciano y la familia. Un reto a la reflexión”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (febrero 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2020/02/anciano-familia-reflexion.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe2002anciano-familia-reflexion


Introducción.
La disminución de las tasas de fecundidad, junto con el aumento de la esperanza de vida, determina cambios notables en las pirámides poblacionales de la mayoría de los países del mundo. En Cuba, hay cada vez más adultos mayores, considerados como tales a quienes alcanzan y sobrepasan los 60 años de edad.
A pesar de pertenecer al grupo de los naciones del tercer mundo, y gracias al desarrollo científico – técnico alcanzado, Cuba ostenta el pronóstico de que para el 2025 uno de cada cuatro cubanos tenga 60 años o más, aquí es donde viene a desempeñar un papel fundamental la política oficial cubana, que otorga prioridad a la Salud Pública, la Educación y Cultura, que tributa a una mejor calidad de vida, es decir, aumenta las expectativas de existencia de hombres y mujeres de la isla.
Sin dudas el envejecimiento poblacional en los próximos años traerá aparejado un conjunto de consecuencias en el ámbito económico, político y social para lo cual debemos prepararnos, toda vez que se reconoce al envejecimiento como una perspectiva no solo individual sino social. 
Es importante citar algunos de los principales eventos que, a nivel mundial, se han convocado para el tema de la vejez.
En 1991 la Asamblea General de la Naciones Unidas refirió principios a respetar en cuanto a los ancianos, entre ellos, los relativos al acceso a alimentos, agua, vivienda, servicios de salud, capacitación, apoyo familiar y comunitario, participar en las decisiones de jubilación, formar asociaciones, y a vivir con dignidad.
A partir de 1999, el Día Internacional de las Personas de Edad promueve los principios a respetar en cuanto a los ancianos, bajo el lema “Hacia una sociedad para todas las edades” para lo cual el día primero de Octubre se organizan marchas intergeneracionales en muchas ciudades del mundo, también en Cuba se celebra cada año.
La dirección del Estado concede gran importancia a sus adultos mayores. En Cuba existe como programa priorizado dentro del sector Salud Pública, el “Programa de Atención al Adulto Mayor” y se han creado instituciones como casas de abuelos y hogares de ancianos, de los cuales cabe destacar que siempre constituyeron la última alternativa para solucionar las dificultades de un adulto mayor, es decir, el anciano debe permanecer en su medio familiar recibiendo el apoyo emocional y social de sus seres queridos.
Con la realización de un proceso exploratorio y la revisión de los expedientes de los ancianos pertenecientes a la Casa de Abuelos de la localidad de La Maya, específicamente en las reinvestigaciones y evaluación exhaustiva, así como, en entrevistas realizadas, se pudo detectar que existen dificultades en la convivencia familiar, que a pesar de que los ancianos conviven con hijos y nietos refieren sentirse solos, marginados y en ocasiones rechazados por éstos.
Se pudo conocer que existen insuficiencias en la atención al adulto mayor por parte de la familia:
No manifiestan interés por la socialización del anciano, por sus aspiraciones y necesidades de participación familiar y de autorrealización. Sin embargo sobrecargan al anciano con tareas domésticas y con responsabilidades concernientes al desempeño de sus roles.
Satisfacen en alguna medida las necesidades de los ancianos pero no se ocupan de su bienestar psicoemocional, de mejorar los estilos de vida, incluyendo el empleo adecuado del tiempo libre, a través de actividades de esparcimiento y recreación.
Conviven con los ancianos y no asisten a consultas médicas con ellos, muchos desconocen el tratamiento que le ha sido orientado por el facultativo o si cumplen las prescripciones médicas, pero además prácticamente no se comunican con ellos.
Por lo anteriormente expuesto se declara como problema: Existencia de insatisfacciones respecto a la atención familiar en ancianos pertenecientes a la Casa de Abuelos de la localidad de La Maya. Se formuló como objetivo: Diseñar un Plan de Acción que permita incidir en las contradicciones existentes en las relaciones familia – anciano, desde la carrera del Departamento de Ciencias Sociales y Humanísticas del Centro Universitario Municipal de Songo La Maya.
Se plantea como necesidad social de esta investigación que los diferentes sectores sociales unidos al Ministerio de Salud Pública, elaboren y apliquen estrategias de intervención que posibiliten relaciones humanas armoniosas entre la familia y el anciano, creando capacidades para enfrentar plenamente esta etapa de la vida, con sus desafíos, determinantes culturales, psicosociales, económicos y físicos, así como las crisis normativas del Ciclo Vital de la familia.   
Se realizó una investigación aplicada de tipo descriptiva en su primera parte y de desarrollo tecnológico donde se propone un Plan de Acción aplicable al contexto comunitario o de convivencia familiar con adultos mayores. Se trabajó con ancianos pertenecientes a la Casa de Abuelos de La Maya desde enero a noviembre de 2018. El estudio se realizó con un universo de 38 ancianos, a los cuales se les aplicó un cuestionario que constituyó ser la fuente primaria de la investigación. Se emplearon métodos teóricos como el Análisis de Fuentes Documentales para realizar una revisión de los estudios relacionados con el tema, Análisis –Síntesis para el estudio de la bibliografía pertinente, el método de Inducción-Deducción en la etapa diagnóstica para realizar generalizaciones y arribar a conclusiones. Se utilizó además, el método Histórico-Lógico para determinar los antecedentes históricos referidos al tema objeto de estudio. También se utilizaron técnicas como el Cuestionario y la Intervención Grupal: Taller de reflexión acerca de la familia y el adulto mayor. Las sesiones se realizaron en el horario de la tarde con una duración de 2 horas. Al final de cada sesión se concluyó con devoluciones de las intervenciones del mismo grupo, respecto al tema de discusión. El cuestionario se utilizó con el objetivo de obtener información acerca de cómo la familia es percibida por el anciano. Se exploraron las variables siguientes: Edad, Sexo, Escolaridad, Funcionamiento familiar, Satisfacción de las necesidades básicas y manifestaciones de violencia intrafamiliar hacia el anciano.
Esta investigación constituye un modesto aporte para el trabajo con familias disfuncionales en pos de dar tratamiento a las contradicciones que surgen alrededor de la relación familia-anciano, desde la carrera de Licenciatura en Educación Primaria a través del proceso de Extensión Universitaria, posibilitando además, la integración del Centro Universitario Municipal al trabajo comunitario e intersectorial.
Desarrollo
En la actualidad muchos países latinoamericanos, al igual que el resto del mundo, esperan un aumento de la población adulto mayor, pero lo que más caracteriza a la población mayor de esta área geográfica es la convivencia con la familia, a diferencia de otros modelos culturales de envejecimiento. 8
 La familia es el grupo de intermediación entre el individuo y la sociedad. Es el primer grupo humano, poderoso agente formador de la personalidad, y a pesar de los grandes cambios y transformaciones del mundo contemporáneo, sigue siendo el hábitat natural del hombre. confianza1.
La familia es una unidad social constituida por un grupo de personas unidas por vínculos consanguíneos afectivos y/o cohabitaciones. Como categoría psicológica, se define como un sistema de relaciones cualitativamente diferente a la simple suma de sus miembros. Es una categoría histórica, pues su vida y sus formas están determinadas por el modo de producción y el sistema de relaciones sociales, a la vez que es una categoría evolutiva por los cambios cualitativos que se producen en el transcurso de los diferentes estadios de su Ciclo Vital1.
Es un objeto de estudio bidimensional, por una parte opera en calidad de institución social y como unidad psicológica particular, como microsistema con una especificidad propia, que la hace única e irrepetible.
En los tiempos actuales, mucho se habla de la crisis de la familia a nivel mundial, ya que han surgido valores emergentes que tienden a sustituir los valores de la familia como grupo humano, sin embargo, ésta ha resistido ante los impactos sociales5.
La relación entre individuo familia y sociedad, hay que entenderla en sus múltiples interrelaciones y no como un proceso unidireccional .Se hace necesario comprender dos niveles, uno macro sociológico y uno micro sociológico. El primero para establecer las relaciones entre familia y sociedad, y el segundo para explicar la interrelación entre familia e individuo.
La familia es una institución que juega un papel crucial en el desarrollo psicosocial de sus integrantes, que además, desempeña un rol decisivo en la educación formal e informal de sus miembros, constituye un significativo espacio donde se integran los valores éticos y humanísticos y donde se profundizan los lazos de solidaridad.
La familia, además de ser un grupo de gran importancia para el desarrollo humano, es también donde ocurren, hacia su interior y a través de las interacciones familiares, los procesos que determinan su funcionamiento y formas de existencia. Es la familia la institución más importante para el anciano, y donde el adulto mayor, como parte integrante de ella, tiene mucho por contribuir y aportar.
Cuando los padres entran en la vejez y no pueden cuidarse por sí mismos pasan a ser cuidados por los hijos lo que puede provocar fricciones, por lo general muy serias, llegando a convertirse en una crisis que algunos llaman de desvalimiento. La mejor solución, según plantean estudiosos del tema, es la aceptación realista de las fuerzas, limitaciones y las habilidades para permitirse ser independiente por parte del anciano y que el hijo adulto, tenga la habilidad de aceptar el papel de cuidador y simultáneamente siga siendo hijo1.
La Red Internacional para la Prevención del Maltrato al Adulto Mayor define el maltrato como un acto, único o reiterado, u omisión que causa daño o aflicción a una persona mayor, que se produce en el seno de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza11.
La violencia intrafamiliar tiene formas solapadas de manifestarse, bajo la justificación de que lo que sucede en el marco familiar es privado y que cada grupo impone sus reglas de respeto y de relación entre sus miembros, por lo que bajo ese tapiz existe un número importante de víctimas11
El maltrato a ancianos es el trato indebido o negligente a una persona de la tercera edad por otro individuo que le cause daño o lo exponga al riesgo de sufrir daño a su salud, su bienestar o sus bienes. A pesar de que el tema de la violencia ha sido tratado con bastante frecuencia, la violencia hacia los adultos mayores por parte de los familiares ha sido virtualmente ignorada hasta años recientes5.
Aunque resulta inconcebible que los adultos mayores, débiles, dependientes, discapacitados sean objeto de conductas mal tratantes en el seno de la familia, principalmente por sus propios hijos e hijas, estos en nuestros días continúan siendo víctimas de la violencia familiar.
 Entre las manifestaciones de violencia psicológica se aprecia cuando el sujeto es humillado, ignorado, desvalorizado, amenazado de la pérdida de algo significativo, al limitar los contactos con otras personas, la prohibición de la participación del sujeto en determinadas actividades, intimidación o intento de ésta a través de miradas, gestos, movimientos violentos que tienen como objetivo provocar el temor y el sometimiento.
 En nuestra sociedad las ofensas verbales y gesticulares se hacen cada vez más frecuentes sobre los ancianos ya que la población desconoce que estas constituyen un modo de violencia, es decir, sólo entienden por violencia el maltrato físico (golpes) y le restan importancia a los daños psicológicos que estos ocasionan. En numerosas investigaciones sobre el tipo de violencia hacia el anciano se señala como más significativo y frecuente la violencia psicológica y entre las manifestaciones de violencia más usadas resultaron las ofensas verbales, ofensas gesticulares, el impedimento de los ancianos a plantear sus problemas y participar en decisiones familiares. confianza14.
El abuso emocional continuado aún sin violencia física, provoca consecuencias muy graves desde el punto de vista del equilibrio emocional. Muchos psiquiatras llegan a diagnosticar cuadros psicóticos en personas que en realidad están sufriendo las secuelas del maltrato psicológico crónico, las personas sometidas a situaciones crónicas de violencia dentro del hogar presentan un debilitamiento gradual en sus defensas físicas y psicológicas, lo cual se traduce en un incremento en los problemas de salud, principalmente, enfermedades psicosomáticas y depresión.
 Otra razón por la que pueden aparecer este tipo de trastorno, se aprecia en el estudio realizado por Cardona donde el 57% de los adultos mayores estudiados por él no tienen participación activa en la toma de decisiones del hogar situación que además de aislarlos de su vínculo familiar, los lleva a retraerse y a deprimirse, causando en muchas ocasiones, sentimientos de pérdida, tristeza, desinterés por las actividades, merma de la energía, pérdida de la confianza y autoestima, sentimientos injustificados de culpabilidad, ideas de muerte y hasta el suicidio. confianza15.
El maltrato a los ancianos ha sido el último descubrimiento de la violencia familiar. La dificultad para detectar estas conductas agresivas o negligentes hace dudar a los expertos sobre la exactitud de su incidencia, que en el mundo se sitúa aproximadamente en un 3 %. Isabel Iborra, representante por España de la Red Internacional para la prevención de los abusos a ancianos, expresa que los adultos mayores no reconocen el maltrato por tabú y porque no lo ven, porque sus vidas han sido muy duras y, en cierta medida, están acostumbrados a él. Algunos sienten culpabilidad porque se trata de sus hijos, y piensan que los han educado así. Otros se preguntan qué hicieron para ser tratados de esta forma. confianza11.
El abuso, maltrato o violencia ocurre en todas las etapas del ciclo de la vida. El reconocimiento de la violencia en el ambiente doméstico por parte de la medicina es ya antiguo, se ha identificado el llamado "anciano maltratado"; sin embargo, referirse a la violencia en el ámbito familiar cuesta trabajo, ya que la familia es el lugar donde nace, crece y se desarrolla el ser humano, y constituye el núcleo de toda sociedad.
La violencia contra el adulto mayor es un fenómeno mundial que también ocurre en los hogares cubanos. Por lo general, se habla del maltrato infantil y femenino, pero el que se manifiesta de manera aislada o reiterada con los ancianos en centros de trabajo, vecindarios, instituciones sociales y en la propia familia, aún permanece insuficientemente reconocido y abordado.
La creciente esperanza de vida permite suponer que el contacto intergeneracional será cada vez mayor, conviviendo los más jóvenes con los más viejos, lo que implica muchas veces la existencia de conflictos intergeneracionales, pues las características psicosociales de las distintas etapas evolutivas o de desarrollo matizan las relaciones familiares, generando incompatibilidad y alteraciones en la funcionabilidad y dinámica familiar. Esto obliga a proyectar acciones e iniciativas para atender a un grupo poblacional cada vez más amplio, en función de capacitar a las nuevas generaciones y crear una conciencia de respeto, cooperación y amor hacia el anciano.
La familia como red de apoyo social, acrecienta su importancia, con el envejecimiento de sus integrantes. La naturaleza de las relaciones con los hijos y las formas de solidaridad intergeneracional son un elemento fundamental para el análisis de la calidad de vida de los adultos mayores, por tanto brindar una atención oportuna y adecuada en un entorno de apoyo, apertura ante los cambios, aceptación y gratitud en el medio familiar continúa siendo la mejor opción.
La tercera edad es una etapa de la vida en la que el ser humano elabora una reflexión de lo que ha logrado en su trayectoria de vida, así como de las oportunidades que se han dejado pasar o simplemente se han postergado.
Si bien la vejez en sí misma no es una enfermedad, sí es una etapa de la vida en la que coinciden habitualmente varias enfermedades. Así también la vejez puede ser una época de realización de agradable productividad y de la consolidación de habilidades y conocimientos, sin embargo los recursos emocionales de esta etapa de la vida, con frecuencia disminuyen debido a muchas crisis y tensiones acumuladas a las que las personas deben enfrentarse y que puede ser el detonador de algún problema de salud mental entre los que se destacan como más frecuente la depresión. Algunos de estos retos pueden ser: la pérdida de la pareja, de algún amigo o de algún miembro de la familia, el aislamiento o soledad.
Los adultos mayores tienen que enfrentarse al duelo de múltiples pérdidas, entre ellas, la pareja, los amigos, los familiares, los colegas, en algunos casos la independencia de los hijos, que crea la llamada sensación de Nido Vacío15, así como el declive de las capacidades físicas y de la salud.
Muchos ancianos pueden vivir incluso, en situación de duelo permanente debido a la pérdida sucesiva de personas cercanas y muy queridas. No obstante, algunos de nuestros ancianos han mostrado interés en reanudar su vida amorosa, pues han encontrado nuevas parejas, sin embargo, este evento ha provocado falta de aceptación familiar, de apoyo, de comprensión y de protección, factores microsociales que describen el funcionamiento  familiar e  interfieren en el estado emocional del anciano  y  su sexualidad.
Diversos autores coinciden en que el respeto al espacio físico y psicológico del otro, así como la elaboración de límites precisos y permeables, representa un elemento importante en la intervención familiar y en la promoción de una familia funcional y sana.          
Análisis descriptivo de los resultados.
La distribución por sexos de la población estudiada se comportó de la siguiente forma: El sexo femenino quedó representado por 6 abuelas, para un 15,8% y el Masculino por 32 para un 84,2%.La diferencia entre sexos se manifiesta fundamentalmente en que las mujeres poseen una integración familiar más completa que los hombres. Estos últimos, en comparación con las mujeres presentan un mayor predominio como usuarios de estas instalaciones sociales (Casas de Abuelos u Hogares de Ancianos), lo que se debe al debilitamiento de la integración familiar como sistema de apoyo condicionado. El grupo de edades que predominó fue el de 70 a 79 años, integrado por 21 personas que representan el 55,3%. Respecto al nivel de escolaridad predominó el de primaria terminado con 18 abuelos, que representa el 47.4%. En cuanto a la satisfacción de las necesidades básicas se observó un estatus regular en los 38 ancianos encuestados para un 100%, debido a que la familia satisface parcialmente las necesidades de éstos. Respecto al funcionamiento familiar 35 formaban parte de familias disfuncionales representando el 92.1%. En cuanto a las manifestaciones de violencia intrafamiliar predominó el maltrato psicológico en 34 ancianos que representan el 89.4%.
En el Taller de reflexión los abuelos reconocen como contradicciones actuales en la convivencia familiar: pérdida de autoridad, irrespeto de límites y del espacio físico y psicológico del anciano, escasa atención familiar, comunicación inadecuada, trato negligente e indiferente. Como necesidades de los ancianos objeto de estudio aparece la de afecto y afiliación, la de participación social y la de comunicación.
La comunicación es fundamental en todas las etapas de la vida, constituye una necesidad social y es precisamente por la falta de comunicación, que muchos de estos ancianos poseen sentimientos de soledad aún viviendo en familia, se sienten excluidos y rechazados por recibir una atención indiferente o por ser ignorados.
Por otra parte, algunos abuelos refieren una comunicación indirecta, que los hace sentir como carga para su familia además de generar estados de ánimo negativos y alteraciones emocionales como la depresión, refiriendo inclusive que debían morir (Ideas Suicidas).
También fueron proyectadas necesidades de afecto vinculadas con los deseos de poseer relaciones afectivas armoniosas con sus familiares y que los comprendan. Así mismo aparecen necesidades crecientes de participación social y familiar expresadas a través de los deseos del anciano de sentirse útil, de ser tomado en cuenta como individuos que tienen sus propios criterios y opiniones. Los abuelos reclaman la falta de tiempo de sus hijos para la comunicación y la atención que esperan de ellos.    
Atendiendo a estos resultados se propone la implementación del Plan de Acción siguiente:
Meta No. 1: Elevar el conocimiento de la familia acerca de las particularidades de la tercera edad.
Acción 1.1: Realizar actividades de capacitación, dígase conferencias o talleres donde se aborden las características biopsicosociales de la ancianidad.
Acción 1.2. Debatir sobre las principales necesidades y problemáticas de la tercera edad en la actualidad, creando espacios de apertura al desarrollo.
Acción 1.3. Identificar preferencias y motivaciones de los ancianos con el objetivo de descartar los prejuicios sociales sobre la vejez.
Acción 1.4. Debatir sobre la importancia que tiene para la salud el empleo adecuado del tiempo libre.
Fecha: Enero –Marzo 2019. Responsables: Autores de la investigación
Meta No. 2 Promover la comunicación clara y directa entre los miembros de la familia.
Acción 2.1. Realizar dinámicas familiares donde se visualicen las contradicciones que surgen al usar códigos comunicativos indirectos y mensajes de doble significado.
Acción 2.2. Realizar lecturas comentadas acerca de la falta de comunicación en la convivencia familiar y sus posibles consecuencias.
Acción 2.3. Dramatizar situaciones familiares donde se utilicen mensajes bilaterales para posibilitar la reflexión grupal.
Acción 2.4. Reflexionar sobre la importancia que tiene para el anciano el sentirse escuchado por su familia, así como que compartan con él sus preocupaciones, conflictos y también sus triunfos y alegrías.
Fecha: Abril– Junio 2019.   Responsables: Trabajadora social de la casa de abuelos y autores.
Meta No. 3. Promover la aceptación de la familia respecto a los derechos de participación social del anciano.
Acción 3.1 Realizar taller de reflexión grupal acerca de los principios y derechos que poseen los ancianos.
Acción 3.2 Desarrollar juegos o técnicas de participación que ilustren la importancia de la integración del anciano, de su independencia y autonomía.
Acción 3.3 Estimular la atención familiar adecuada y priorizada al adulto mayor concientizándolos de sus deberes como familia.
Fecha: Julio –Agosto 2019.   Responsables: Trabajadora social de la casa de abuelos y autores.
Meta No. 4 Sensibilizar a la familia con la necesidad de fomentar valores hacia la ancianidad en las nuevas generaciones.
Acción 4.1 Realizar reflexiones a partir de lecturas comentadas que aborden temas como el amor hacia el adulto mayor, la responsabilidad y el humanismo.
Acción 4.2 Debatir acerca de la importancia que tiene desarrollar la capacidad de escuchar, sobre la base de que esas mismas historias que repiten incansablemente los abuelos, serán las que también los actuales hijos y nietos repetirán cuando sean ancianos.
Acción 4.3 Proyectar películas que traten el tema de los valores y la ancianidad y realizar cine-debates.
Acción 4.4 Desarrollar charlas educativas acerca de los hábitos de cortesía y la solidaridad hacia los ancianos.
Acción 4.5 Debatir sobre la necesidad de concientizar que las actuales generaciones serán los ancianos del futuro, con el objetivo de que se identifiquen y sensibilicen con esta etapa de la vida.
Acción 4.6 Realizar dinámicas familiares donde se aborde el valor de los sentimientos y la supremacía de lo espiritual sobre lo material.
Fecha: Septiembre – Octubre 2019.   Responsables: Trabajadora social de la casa de abuelos y autores.
Meta No.5 Promover la Funcionabilidad familiar.
Acción 5.1 Desarrollar charlas educativas acerca del respeto de los límites y espacios de los ancianos, así como de la autoridad que poseía en etapas anteriores de la vida.
Acción 5.2 Orientar a la familia sobre la importancia de establecer reglas flexibles y claras dentro del hogar.
Acción 5.3 Debatir sobre la necesidad de una adecuada distribución de roles, sin sobrecargar al anciano de tareas ni subvalorar sus potencialidades.
Acción 5.4 Desarrollar el juego dramático basado en un hecho de la vida cotidiana donde se escenifiquen incomprensiones de la familia hacia el adulto mayor y surjan de este modo los criterios y opiniones reflexivas en pos de la transformación personal.
Acción 5.5 Orientar sobre la necesidad de expresar afecto al anciano, brindar apoyo emocional y potenciar una autoestima positiva.
Fecha: Noviembre - Diciembre 2019.  Responsables: Trabajadora social de la Casa de Abuelos y autores.
Resultados esperados: Incrementar la participación familiar y social del anciano, promover la satisfacción de sus necesidades de comunicación, de desarrollo y de afecto y afiliación, sobre la base de un adecuado funcionamiento familiar, así como, dinamizar las relaciones familia-anciano, de forma tal que estos últimos puedan ser reinsertados a su medio familiar.

Conclusiones
-Los ancianos estudiados demandan de un sistema de comunicación adecuado por parte de su familia, además poseen una necesidad creciente de participación familiar y social.
-En la percepción que el adulto mayor tiene de la relación familia-anciano influyen determinantes no solo individuales sino también socioculturales y familiares.

Recomendaciones
-Realizar estudios donde se elaboren estrategias de Orientación familiar para la convivencia con los adultos mayores.
-Incrementar investigaciones donde se brinden nuevas opciones de participación social para las personas de la tercera edad.

 Bibliografía

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*Lic. en Psicologia, MSc. Longevidad Satisfactoria. Profesor Auxiliar, Centro Universitario Municipal Songo La Maya.
** Lic. en Sociología, MSc. Gestión de Procesos Formativos Universitarios. Profesor Auxiliar Centro Universitario Municipal Songo La Maya. dayanisc@uo.edu.cu
*** Lic en Contabilidad y Finanzas. MSc. Gestión de Dirección. Profesor Asistente, ncuenca@uo.edu.cu


Recibido: 07/10/2019 Aceptado: 07/02/2020 Publicado: Febrero de 2020


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