Mayelín Ruiz Álvarez*
Rosa María Rodríguez Carmona**
UNISS José Martí, Cuba
Correo: mayelin@uniss.edu.cu
RESUMEN
La batalla en defensa de la Revolución ha sido una constante en diversas tribunas después del triunfo revolucionario de enero de 1959. En la oratoria de los presidentes que ha tenido la República de Cuba pueden encontrarse importantes reflexiones que tienen como idea esencial la defensa del socialismo ya sea de sus enemigos externos como de otros dentro del país que también laceran y pretenden corromper los principios en los que por décadas se ha sustentado la Revolución. El presente trabajo aborda algunos aspectos fundamentales, cuyo repaso ofrecerá al lector una visión panorámica de la defensa de la Revolución, pautas en la construcción del sistema social cubano, desde la óptica de Fidel, Raúl y Miguel. El objetivo del mismo reflexionar en torno a la congruencia de pensamiento de estos dirigentes, así como las potencialidades que ofrecen sus concepciones en la formación de jóvenes en el complejo contexto de su educación universitaria.
Palabras claves: oratoria, presidentes en Revolución, discursos, intervenciones.
ABSTRACT
The battle in defense of the Revolution has been a constant in various forums after the revolutionary triumph of January 1959. In the oratory of the presidents that the Republic of Cuba has had important reflections can be found that have as an essential idea the defense of socialism and be it of its external enemies or of others within the country that also lacerate and seek to corrupt the principles on which the Revolution has been based for decades. The present work addresses some fundamental aspects, whose review will offer the reader a panoramic view of the defense of the Revolution, guidelines in the construction of the Cuban social system, from the perspective of Fidel, Raúl and Miguel. The objective of the same reflect on the congruence of thought of these leaders, as well as the potential offered by their conceptions in the formation of young people in the complex context of their university education.
Key Word: oratory, presidents in Revolution, speeches, interventions.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Mayelín Ruiz Álvarez y Rosa María Rodríguez Carmona (2019): “La oratoria de presidentes cubanos después de 1959: su legado en la educación universitaria”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/10/oratoria-presidentes-cubanos.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1910oratoria-presidentes-cubanos
INTRODUCCIÓN
La humanidad sufre en el siglo XXI una de sus crisis más violentas. Catalogada como sistémica e integral, sin precedentes en la historia del capitalismo como sistema, donde se combina la crisis energética, las calamidades derivadas del cambio climático y la agresión al medio ambiente, con la crisis alimentaria, causada por la transformación de ciertos cultivos como el maíz y la caña de azúcar en agrocombustibles y la generalización de la pobreza y la inequidad económica y social entre las naciones y al interior de cada una de ellas, unido al fantasma cada vez más amenazante de la crisis del agua, que ya condena a la quinta parte de la población mundial.
El proyecto civilizatorio constuido desde el sistema social socialista, establece una alternativa al conflicto existencial actual, un método honrado para articular lo diverso y lo universal; esclarece además, cómo bajo estas condiciones de igualdad, justicia social, lo humano se convierte en el enigma que lapropia historia resuelve. Las esperanzas de un mundo mejor siguen latentes, solo los hombres con su acción conjunta y mancomunada pueden alcanzarla, como resultado de su propia transformación.
El actual proyecto social socialista por el que transita Cuba, coexiste con otras fuerzas y corrientes que centran su atención en los errores cometidos, sin embargo la posición altruista de quienes han tenido dirigido la nación constituye exprexión cimera de defensa de la Revolución, desde su oralidad
Los discursos de los presidentes cubanos después del triunfo revolucionario, giran alrededor de una idea única: la defensa de la Revolución Cubana, no solo de los enemigos externos, siendo su principal el imperialismo norteamericano, sino también desde los internos. La esencia del concepto de Revolución expresado por el Comandante Fidel Castro Ruz, enarbola el significado de lo que es ella; todo lo contrario lacera su soberanía e independencia nacional.
El presente trabajo –inacabado- es el resultado de un proceso de selección de discursos de los presidentes que ha tenido la República de Cuba desde la asunción de Fidel Castro, transitando por Raúl y hasta su actual mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Indudablemente, este análisis ha exigido un examen riguroso que reconoce la oralidad de los líderes revolucionarios en la defensa de continuar construyendo nuestro sistema social; las congruencias de su pensamiento, los nuevos enfoques, los nuevos matices, a la luz del actual contexto.
Toda selección de discursos referido a este tema es indudablemente un riesgo, puesto que solo expresa un acercamiento al asunto seleccionado y por lo tanto no constituye un trabajo totalmente concluido, máxime si se reconoce que Díaz-Canel, quien asumió la presidencia en abril de 2018 y a pesar de la intensa agenda de trabajo que ha venido desarrollando en tan solo seis meses, tiene mucho que expresar todavía. No obstante a ello, sus pronunciamientos en defensa de la Revolución pueden ya calificarse como constante en todas las tribunas nacionales e internacionales donde ha estado presente.
Constituye este trabajo un material de consulta para profesores y/o estudiantes, quienes encuentran en él fragmentos de discursos en los que se enfatiza qué hacer, cómo continuar, qué priorizar, qué no olvidar, todo ello, en defensa de la Revolución, desde la palabra de sus máximos dirigentes, en diferentes escenarios.
El objetivo del trabajo es demostrar la unidad de pensamiento en defensa de la Revolución Cubana desde la oratoria de Fidel, Raúl y Díaz-Canel, constituyendo el mismo un
DESARROLLO
La oratoria, conocida como el arte de hablar con elocuencia, fue practicada por Fidel Castro Ruz desde el triunfo de la Revolución en 1959, hasta el año 2007, en que por razones de enfermedad se vio alejado de comparecencias públicas. Fueron muy frecuentes en los años iniciales de la Revolución y retomados en cada momento que fue necesario explicar algunas situaciones de forma detallada al pueblo.
Así también Raúl Castro, desde que asumió la Presidencia de los Consejos de Estados y de Ministro de la República de Cuba y posteriormente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, han mostrado con magistral dinamismo, desde su oratoria, que la Revolución Cubana no solo se defiende con armas en la mano, sino que la palabra es medio para salvaguardarla también.
El pensamiento alrededor de la defensa de la Revolución puede encontrarse en la oratoria tal y como ellos lo proyectan, en una constante búsqueda y mostrando la capacidad para escudriñar más allá de lo ordinario, de lo común, de lo cotidiano, trascendiendo coyunturas y previendo cambios.
No se encuentra una reiteración, sino una permanente profundización en los análisis, como algo inacabado, donde van apareciendo aristas en estos complejos momentos por los que transita el mundo en general y dentro de él la Revolución Cubana.
Indudablemente, Fidel, sentó pautas. Sus discursos siempre han tenido un fin esencialmente político, son eminentemente informativos, se distinguen por la transmisión del espíritu de una época o momento histórico, aportan detalles, diversidad de puntos de vista y permiten profundizar en la historia de la Revolución, son portadores de información teórica y de las decisiones más trascendentales de la máxima dirección de nuestro proceso.
En tribunas tanto nacional como internacionales, estas máximas figuras, han asumido una posición contestataria si de lucha contra el imperialismo se trata, pero no han escondido jamás lo perfectible de la construcción de nuestro socialismo y lo necesario de la unidad sobre todo, en defensa de las conquistas alcanzadas.
Tal y como aseverara Fidel “A esta Revolución no podrá destruirla el enemigo, pero sí nosotros mismos y sería culpa nuestra.” (Castro, F. 2005:1). Por ello también es meritorio significar que debe defenderse la Revolución de sus propios enemigos internos.
¿Sería interesante preguntarse qué Revolución defender? En fecha 1. de mayo de 2010, Fidel Castro, desde la Plaza de la Revolución, dejó a la posteridad el concepto de Revolución y es ese el punto de partida que ha tomado este trabajo para reconocer lo que han defendido él y los presidentes sucesores, desde su locuaz concepción. La Revolución que han defendido y debe defenderse es la:
-Del sentido de momento histórico.
-Que cambiará todo lo que debe ser cambiado.
-De la igualdad y libertad plena.
-De ser tratado y tratar a los demás como seres humanos.
-Que se emancipa por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos.
-Que desafía poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional.
-Que defiende valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio.
-Que significa modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo
-Que no miente jamás y no debe violar principios éticos.
-De la unidad, independencia.
-Que lucha por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo.
-Que es base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.
A partir de estas pautas que encierran lo que es la Revolución, las autoras seleccionaron textos, los cuales se ponen a consideración para los lectores ya sean estudiantes y/o profesores, con el fin de encontrar en apretada síntesis ideas a partir de las que puede enjuiciarse cómo desde la oralidad, desde diferentes tribunas, han defendido siempre la Revolución Cubana y sus conquistas.
A ello se integra que la bibliografía debe ser referente obligado ante la pretensión de profundizar en el pensamiento revolucionario de los presidentes, encontrando allí la orientación hacia el discurso íntegro.
Para el trabajo las autoras asumen la definición de texto dada por Magalis Ruiz Iglesias, al plantear que: “Un texto es un acto oral o escrito, ideacional, discursivo e interpersonalmente coherente” (Ruiz Iglesias, 1995: 3).
Se ha tenido en cuenta además, la clasificación de los textos aportada por esta misma autora en la obra citada, en la que reconoce a los textos de carácter oral a los discursos, las conferencias radio-televisivas, las entrevistas.
En el caso particular del máximo líder de la Revolución Cubana, hay registrados, más de 1150 discursos públicos, a lo largo de 50 años de Revolución en el poder.
La palabra oral fue siempre el instrumento preferente utilizado por Fidel para informar, esclarecer, explicar y orientar al pueblo, con los únicos propósitos de servir a la verdad y mantener y elevar la conciencia política de los cubanos. (Álvarez Tabío, 2008:3).
Detenerse a ahondar más en el caso específico del Comandante en Jefe es un fin intencionado de este trabajo, pues su oratoria constituye un paradigma, incluso reconocido por sus sucesores.
Sobre los rasgos de la oratoria de Fidel Castro, el Che afirmó: “En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como un diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y de victoria” (Guevara, 1970: 370).
García Márquez (1987) también se refiere a estas cualidades de la oratoria de Fidel subrayando: “Empieza siempre con voz casi inaudible, de veras entrecortada, avanzando entre la niebla con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia. Entonces se establece entre él y su público una corriente de ida y vuelta que los exalta a ambos y se crea entre ellos una especie de complicidad dialéctica, y en esa tensión insoportable está la esencia de su embriaguez. Es la inspiración: el estado de gracia irresistible y deslumbrante que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo.” (García Márquez, 1987: 5-7).
Los rasgos que caracterizan sus discursos y lo que se logra entre él y el público ha sido valorado por Fidel, definiéndolo de la siguiente manera: “(…) Generalmente llevo las ideas básicas, esenciales, cinco ideas, seis ideas fundamentales y un objetivo central de la exposición, entonces las desarrollo y mientras hablo se suscitan nuevas ideas y nuevos argumentos. Fluyen mejor las ideas cuando el discurso es eminentemente político, histórico, revolucionario, emotivo (…) He podido apreciar lo siguiente: el contacto con el público, la influencia del público, es la mejor fuente de inspiración, surgen repentinamente ideas y argumentos que a usted no le vienen a la mente con tiempo el día antes o muchos días antes. Cuando uno está en contacto con el publico nada es artificial, nada es abstracto, surgen mejores cosas, las palabras son más persuasivas, más convincentes.”(Elliot y Dymally, 1985: 74-78).
Constituye una tarea difícil definir los discursos de Fidel, Raúl y Díaz-Canel que resultan más relevantes, pues cada uno de ellos puede considerarse un verdadero ejercicio de inteligencia.
Las innumerables intervenciones escuchadas o leídas posteriormente, confirman cuáles son los caminos por los que debe transitar la Revolución Cubana y de qué barreras debe separarse o vencer. Al respecto Fidel expresaba:
“…el relajo no es socialismo… la arbitrariedad no es socialismo… el desorden y la anarquía no es socialismo. A lo que nadie tiene derecho es a querer pasar de contrabando el relajo, el desorden, el anarquismo y el despotismo como socialismo.” (Castro, F. 1962:12)
Por su parte Raúl ha sentenciado que: “Lo más sensible es el deterioro real y de imagen de la rectitud y los buenos modales de los cubanos. No puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con progreso; vivir en sociedad conlleva, en primer lugar, asumir normas que preserven el respeto al derecho ajeno y la decencia. Por supuesto, nada de esto entra en contradicción con la típica alegría de los cubanos, que debemos preservar y desarrollar” (Castro, R. 2013: 4)
Haciendo alusión a los combates que tiene que librar la Revolución, Miguel Díaz–Canel afirmaba: El primero, (se refiere a los combates) vencer nuestras propias indisciplinas, errores e imperfecciones.” (Díaz-Canel 2018c:15)
Es evidente que defender la Revolución implica un sinnúmero de elementos, algunos de los cuales han estado en el centro de la atención de sus máximos dirigentes. No lo expresan de forma tácita, sino abiertamente: es necesario vencer el desorden, la arbitrariedad, la vulgaridad, la indecencia, las indisciplinas. Son estos enemigos históricos internos de la Revolución Cubana, reconocidos constantemente como tal.
Para lograr seguir adelante con el proyecto social que se construye, una idea clara y segura se encuentra en la oratoria y la acción de estos revolucionarios la atención al hombre, a los trabajadores, al pueblo en general, pues esta Revolución es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo cubano.
En el discurso en la clausura del Congreso de Trabajadores de la Construcción. El 20 de mayo de 1960, Fidel expresaba: “La Revolución tiene que explicarles a los trabajadores los problemas económicos, para que ningún trabajador ignore las realidades económicas de la producción, los medios correctos para elevar el estándar de vida del pueblo” (Castro, F. 1960a:2)
“La Revolución nos ha enseñado a todos nosotros, que lo que se le plantea al pueblo, y lo que surge del pueblo, inmediatamente cobra fuerza arrolladora, y, sin embargo, cualquier cosa que se haga a espaldas del pueblo, cualquier medida, (…),que se tome a espaldas de la base, crea malestar y crea disgustos, en la misma medida en que estaría dispuesto a hacer mucho más cuando se consulta con ella, y cuando se le convence de que es necesario hacer un esfuerzo, o es necesario hacer un sacrificio. Ese es el verdadero método revolucionario.
Muchas veces se sabe en la calle, o en el centro de trabajo, lo que no se sabe desde el cargo de ministro, o desde un alto cargo del Estado. Cuando se quiere saber sobre muchos temas, sobre muchas cuestiones, no hay mejor método que hablar con el pueblo.” (Castro, F. 1961:1)
En otros escenarios, como el discurso por el 30 aniversario del triunfo de la Revolución, con elocuencia dejaba ver que: “El secreto de la atención al hombre es la clave en la defensa del socialismo… Si se confía en el hombre se pueden ver los milagros de que el hombre es capaz, en la lucha por la construcción del socialismo” (Castro, F. 1989:12)
El actual Primer Secretario del PCC, ha expresado en torno al tema: “…en las condiciones del socialismo… un asunto decisivo es la marcha de la batalla con las indisciplinas, las ilegalidades, el delito y la corrupción... Son temas cruciales… Erradicar estos males es tarea crucial de defensa de la Revolución”
“… en las condiciones del socialismo es muy difícil enfrentar peligrosos vicios sin el concurso de los trabajadores, ellos son la fuerza esencial” (Castro, R. 2006: 3)
Más recientemente afirmaba: “Queda muchísimo trabajo por hacer. Para ello contamos con la pujanza y compromiso patriótico de la gran masa de intelectuales, artistas, profesores y maestros revolucionarios, así como la firmeza de nuestros centros de investigaciones sociales, universidades y de su estudiantado.” (Castro, R. 2014: 1)
Por su parte el actual presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al concluir su visita a la Isla de la Juventud, tras el paso del ciclón Michael por las cercanías del municipio expresó en total sintonía al hablar con el pueblo: “Nadie mejor que ustedes, (…) para hacer esos planteamientos, porque son los que están en las localidades y saben dónde las cosas se traban. Todo lo que ustedes dicen se toma en cuenta” (Díaz-Canel 2018d: 4)
En esencia, se encuentra como una línea única de pensamiento en las intervenciones de los presidentes, el reconocimiento, el respeto, el rol del pueblo, si de construcción de la Revolución se trata: su concurso es insoslayable para ello.
La Revolución solo logra conquistas o reveses si ese pueblo, si esa masa gigantesca está unida, es compacta, marcha como cuadro apretado por una misma meta. En tal sentido, es la unidad elemento clave para defenderla.
Fidel nos dejó clara la idea que: “La Revolución, es el arte de unir fuerzas, es el arte de aglutinar fuerzas para librar batallas decisivas contra el imperialismo. Ninguna revolución, ningún proceso se puede dar el lujo de excluir a ninguna fuerza; ninguna revolución se puede dar el lujo de excluir la palabra sumar.” (Castro, F. 1972:1)
El principal enemigo histórico de la Revolución Cubana: el imperialismo norteamericano, jamás ha dejado de estar presente en la palabra de los presidentes cubanos, pues ellos y el pueblo en general, conocen cuánto deseo insaciable tiene su gobierno de destruir la Revolución, sin embargo, valoramos al pueblo norteamericano con toda la justicia que merecen. A eso nos enseñó Fidel.
“Durante estos 30 años la Revolución se defendió de la amenaza imperialista, de las agresiones imperialistas de los planes imperialistas, de la subversión imperialista, de los crímenes del imperialismo… El imperialismo no ha renunciado a la idea de liquidar el socialismo en Cuba… de liquidar nuestra Revolución. Sería una ilusión –una ilusión en laque no puede caer jamás la actual generación y las nuevas generaciones- la idea de que ya todo ese período difícil para la Revolución y para la Patria ha pasado” (Castro, F. 1989:11)
Hace tan solo 4 años afirmaba el líder indiscutible de nuestro proyecto revolucionario que: “En nuestros caso, como sucede en varias regiones del mundo, se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo, enfiladas contra las esencias mismas de la Revolución Socialista… En las presentes circunstancias, el desafío se hace mayor y estamos seguros de que con el concurso de las fuerzas que dispone la Revolución saldremos victoriosos en este decisivo campo de batalla” (Castro, R. 2014: 1)
También Díaz- Canel habló en el propio EE UU sobre este país: “Tenemos que aprender de la etiqueta que existe entre los vecinos. Los buenos vecinos conversan; los buenos vecinos comparten. Los buenos vecinos no construyen muros” (Díaz-Canel, M. 2008a: 8)
Cuba y Estados Unidos comparten muchas tradiciones culturales, por lo que esta debe continuar sirviendo para construir puentes.” (Díaz-Canel, M. 2008a: 8)
“Lamentablemente las relaciones bilaterales están en retroceso, pero no nos vamos a detener… La mayoría del pueblo estadounidense no quiere que se bloque a Cuba (Díaz-Canel, M. 2008a:8)”
Sentencia además una idea perenne: “Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al error” (Díaz- Canel 2018b: 11)
En torno al bloqueo que EE UU lleva adelante sobre Cuba expresó: “… alguien puede decir: están obsesionados con el bloqueo. No, yo creo que los que están obsesionados con bloquearnos son los gobiernos norteamericanos. Nosotros no somos una amenaza para nadie. Nosotros lo que tenemos es una voluntad y una vocación por justicia social, por construir un país mejor.” (Díaz-Canel 2018c: 3)
Disímiles mensajes elocuentes en torno a la defensa irrestricta de la Revolución, se encuentran en otras intervenciones. Fidel dejaba a la posteridad este mensaje: “… Porque lo que vale en una revolución no es el interés de un día, sino el interés futuro,…; lo que vale en una revolución no es lo más cómodo, sino, muchas veces. Lo más difícil” (Castro, F. 1960b:2)
Raúl por su parte aseveraba que: “Ante los grandes peligros externos y los derivados de nuestras propias deficiencias, de nada sirve lamentarse, lo esencial es enfrentarlos con el máximo de energía y decisión. Trabajar con organización, constancia, educados sencillamente en el estricto cumplimiento del deber” (Castro, R. 2006: 3)
En otra oportunidad expresaría: “No renunciaremos jamás a la dignidad, a la solidaridad humana y a la justicia social, convicciones profundas de nuestra sociedad socialista” (Castro, R. 2015: 4)
Parece un diálogo entre presidentes lo que a continuación se devela. En el Acto Central por el XXX aniversario de la entrada del Comandante en Jefe Fidel Castro a La Habana él expresaba: “Los imperialistas no se ocultan en decir que cuando pase esta generación revolucionaria –es decir, cuando pase totalmente la generación de los que hicieron la guerra y de los que llevaron a cabo la Revolución en estos 30 años- la tarea será más fácil… que las nuevas generaciones tendrán menos compromiso con la Revolución… que será más fácil librar la batalla con las nuevas generaciones” (Castro, F. 1989: 15)
Sin embargo la respuesta es contundente desde la propia oratoria de la nueva generación que hoy lleva adelante la Revolución. Miguel Díaz-Canel pareciera responder con estas palabras: “Acomodarnos en la gloria que nos precede para vivir a su sombra, sería traicionarla... Afuera hay un mundo que nos mira con más interrogantes que certezas. Por demasiado tiempo y de las peores maneras ha recibido el mensaje equivocado de que la Revolución termina con sus guerrilleros… Digámoslo con todas las letras: la Revolución Cubana sigue de verde olivo, dispuesta a todos los combates.” (Díaz-Canel 2018c:15)
La lectura y análisis del pensamiento de Fidel, Raúl, Miguel, a partir de su oratoria, permiten a las autoras reconocer como ideas esenciales con relación a la defensa de la Revolución; las siguientes claves que pueden servir de referente a los lectores para su mejor y mayor comprensión:
-El valor que se le otorga al pueblo.
-La insoslayable necesidad de respetar los derechos humanos esenciales.
-La Revolución no puede prescindir de la ética.
-La unidad.
-Desarrollar una cultura del trabajo como primera necesidad vital del hombre, en función de garantizar equidad y justicia social.
CONCLUSIONES
Desde la oratoria de Fidel, Raúl y Miguel se delimitan ideas esenciales: la ética, la justicia social, la unidad, el humanismo, el antimperialismo, los cuales deben ponderarse para seguir defendiendo la Revolución Cubana.
No es la oratoria de estos revolucionarios expresión de un pensamiento pesimista. Es voluntad de construir un país mejor, de continuar transitando por el sistema social socialista, que no se ha intentado ni intenta gobernar desde disposiciones frías e inexplicables, sino mediante la consulta popular,la persuación, el ejemplo.
Los tres presidentes en Revolución que ha tenido Cuba, han asumido una posición contestataria y reconocida por su pueblo, constituyendo referente importante que puede ser aprovechado por el docente en la formación de los jóvenes universitarios.
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