Javier Alfredo Mera Vera *
Viviana Milene Zambrano Acosta **
Jimmy Manuel Zambrano Acosta ***
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
Correo: jamerav@utm.edu.ec
RESUMEN
Se muestra un estudio descriptivo e ilustrativo de la situación familiar que enmarca lo relacionado con la disfuncionalidad de estas, a partir de su desarrollo para con las actividades y formación de los menores que están presente en las mismas. Por tanto, se analiza la disfuncionalidad familiar como factor determinante en los comportamientos sociales de los alumnos del colegio “Velasco Ibarra” de Portoviejo, Ecuador.
Al efectuarse un estudio de campo se emplearon una serie de métodos y técnicas de recogida de información como entrevistas, encuestas y observaciones en el desempeño de las familias muestreadas. Se trabajó con 187 alumnos de dicho centro educacional que se corresponde con la misma cantidad de familias, las que se estructuran por 604 miembros.
La disfuncionalidad de las familias se corresponde con la formación de los miembros más jóvenes de esta, y en su grado, se desprenden una serie de comportamientos sociales negativos que hay que rectificar con el necesario acuerdo y desempeño de la escuela, organizaciones sociales y la propia familia.
Palabras claves: Funcionalidad familiar; Familia; Comportamiento social; Diagnóstico familiar; Abordaje escolar.
Summary
It shows a descriptive and illustrative study of the family situation that frames the related to the dysfunctionality of these, from its development to the activities and training of the minors that are present in them. Therefore, family dysfunctionality is analyzed as a determining factor in the social behavior of students at the "Velasco Ibarra" school in Portoviejo, Ecuador.
When a field study was conducted, a series of methods and techniques were used to gather information such as interviews, surveys and observations on the performance of the families sampled. We worked with 187 students from that educational center that corresponds to the same number of families, which are structured by 604 members.
The dysfunctionality of the families corresponds to the formation of the youngest members of the family, and in their grade, a series of negative social behaviors that must be rectified with the necessary agreement and performance of the school, social organizations and their own family.
Keywords: Family functionality; Family; Social behavior; Family diagnosis; School boarding.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Javier Alfredo Mera Vera, Viviana Milene Zambrano Acosta y Jimmy Manuel Zambrano Acosta (2019): “Los comportamientos sociales de los estudiantes del colegio “Velasco Ibarra” de la ciudad de Portoviejo y la funcionalidad familiar: un estudio diagnóstico”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (julio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/07/comportamientos-estudiantes.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1907comportamientos-estudiantes
INTRODUCCION
La evolución de la sociedad tanto en los aspectos de globalización como de sus avances tecnológicos, ha permitido que no solamente tenga un impacto positivo en su desarrollo sino también emerjan aspectos negativos tales como: la discriminación étnica, la dependencia de estupefacientes, la disfuncionalidad familiar, la violencia en diversas formas, entre otras.
En Ecuador en lo particular esos efectos negativos también se hacen evidentes como productos de una serie de situaciones de orden político, sociales y económicos en gran medida, los cuales repercuten en las comunidades de forma directa e indirecta.
La adolescencia es una etapa de transición muy especial y compleja en la que se pasa de la niñez a la adultez, lo cual conlleva múltiples cambios físicos, cognoscitivos y psicosociales (Papalia, Wendkos, & Duskin, 2005). Es de importancia hacer referencia en que la adolescencia como su nombre lo indica es una etapa donde se adolece, se entra en una etapa donde se deja de ser niño para ser adulto, pero aún no se es adulto, aunque pudiera parecerles a los individuos, es marcada por una significativa inexperiencia en muchos y diversas situaciones de adultez. Cuando los cambios antes mencionados se combinan con problemas familiares, estos pueden influir en la formación y desarrollo de la personalidad del adolescente, fundamentalmente que presente diversos problemas en su comportamiento que terminan en conductas asociales o antisociales que repercuten tanto en el ámbito familiar, personal y educativo.
En Ecuador, como lo establece incluso la literatura especializada se considera a la familia como el núcleo fundamental de la estructura de la sociedad, y esta por diversas situaciones en la actualidad se torna cada vez más vulnerable y frágil, en donde las consecuencias por lo general se reflejan en los hijos e hijas. El deseo de los padres de desempeñar adecuadamente este rol, especialmente en épocas de la adolescencia que involucra cambios rápidos, en las que tienen que enfrentarse a circunstancias variables, está condicionado por su preparación en todos los órdenes y por demás se requiere revisar sus funciones parentales básicas y asumir nuevos roles de acuerdo a las demandas específicas y particulares de cada adolescente.
Por supuesto, un aspecto clave en el debate acerca de la familia es lo relativo a las funciones que ésta ejerce y cómo las ejerce.
En plena coincidencia con Castro Alegret, P. L. (1995) el concepto de función familiar, común en la sociología contemporánea, comprende para nosotros la interrelación y transformación real que se opera en familias a través de sus relaciones o actividades sociales, así como por efecto de las mismas.
El análisis histórico concreto de la familia como institución social indica que en cada formación económico-social esta cumple deberes que emanan de la base de la sociedad. En este sentido existe diversidad de criterios en relación con la tipología de las funciones familiares; no obstante, se observan algunas regularidades conceptuales en las cuales la familia desempeña funciones de tipo económicas, bio-sociales, espiritual-culturales y educativas, comunes para todas las formaciones económico-sociales.
Las actividades y relaciones intrafamiliares, que los especialistas agrupan fundamentalmente por su contenido en las llamadas funciones familiares, están encaminadas a satisfacer las importantes necesidades de sus miembros, aunque no como individuos aislados, sino en estrecha interdependencia. Es importante resaltar que los comportamientos sociales que efectúan los adolescentes y jóvenes, se ven caracterizados intrínsecamente a través de la funcionalidad que exista en su ámbito familiar, que puede ser negativo o positivo por agruparlos de alguna manera, aunque para ello se requiera de la debida profundización y análisis de las condiciones objetivas que se relacionan con los móviles o causas fundamentales para que estas se concreten.
Hoy en día por la complejidad de los contextos disimiles, es necesaria una lucha profunda contra muchos factores, por citar algunos: los procesos de nuclearización familiar, la erosión de la comunidad, la diferenciación y especialización de roles, la distancia geográfica de las generaciones familiares, el incremento del trabajo fuera del hogar, la incidencia del divorcio y las familias reconstituidas, el abuso y negligencia infantil, los problemas emocionales y la alta incidencia del embarazo en la adolescencia, así como otros muchos problemas que terminan repercutiendo en los comportamientos en diversos procesos sociales.
Los adolescentes necesitan establecer y mantener un vínculo afectivo significativo con los padres o las personas que los representan y cuidan. Esta relación es fundamental para desarrollar y afianzar la seguridad y confianza en sí mismo de sentirse amados y desarrollar sus capacidades y potencialidades básicas para el comportamiento de los adolescentes.
Los comportamientos sociales vienen a ser una pieza fundamental a lo largo de toda la vida, puesto que el desarrollo de estos determina la adquisición de aptitudes y actitudes necesarias para el desarrollo humano y para enfrentar de forma efectiva los retos de la vida diaria (Haynes, S. 2005).
En los adolescentes el tema relacionado con los comportamientos sociales es importante, ya que estos influyen en el ámbito escolar, familiar, personal y diversas esferas de desarrollo durante su vida. La deserción escolar, los comportamientos violentos y las perturbaciones psicopatológicas en la vida adulta son consecuencia de las dificultades para relacionarse o de la aceptación por los compañeros del aula, esto durante la niñez o la adolescencia (Michelson, Sugai, Wood y Kazdin, 1987; Arias y Fuertes, 1999; Ison, 2004; Moreno Méndez, J. H., & Chauta Rozo, L. C. 2012).
Respecto al ámbito familiar, mencionan que un adolescente tiende a ser más violento o tener comportamientos sociales negativos de diversas índole cuando recibe modelos característicos a seguir por parte de sus padres y personas cercanas en los diversos contextos donde se desempeña, ya que su educación se ha formado de ese modo, esto además aumenta, con la violencia que ellos presencian en el hogar. (González Sala, F., Gimeno Collado, A., Meléndez Moral, J. C., & Córdoba Iniesta, A. 2012; Higuita-Gutiérrez, L. F., & Cardona-Arias, J. A. 2016)
El presente estudio adquiere importancia porque permite dar a conocer la relación que existe entre la funcionalidad familiar y los comportamientos sociales en estudiantes de bachillerato del colegio “Velasco Ibarra” de Portoviejo, Ecuador. Así mismo, la investigación ayuda a conocer la funcionalidad de diversas familias, las regularidades que en este sentido están presentes y se reflejan en el comportamiento de los adolescentes, y de este modo proporcionar un conocimiento que viabilice y fundamente la toma de decisiones y medidas preventivas con relación a esta problemática existente.
DESARROLLO
El educar a un niño impone un reto para el cual sólo el buen juicio y el amor no bastan. No todos los padres están suficientemente preparados; algunos no piden ayuda por diversas causas, a pesar de la situación difícil que vive la familia. Lo más terrible es que, en ocasiones, no tienen ni conciencia de lo mal que la manejan y del efecto que sus malas decisiones tendrán a futuro tanto para la familia como núcleo e institución como para cada uno de sus miembros de forma particular, en especial los niños y los adolescentes. De ahí la importancia que los padres tengan acceso a todas las vías de orientación, preparación, ayuda no necesariamente asociadas al nivel cultural (Arés Muzio, P, 1999).
Son atinadas las palabras de Patricia Arés Muzio al destacar la importancia de una adecuada preparación de los padres para satisfacer las disímiles necesidades de los hijos(as) al referirse al papel educativo de la familia; entre otras razones por el valor que representa para el desarrollo de los hijos(as).
Es innegable que cuando la familia ejerce una influencia positiva en la educación y la formación de su descendencia, los progresos son visibles y alentadores. Los resultados, es decir, tener una familia funcional o disfuncional, dependen de la comunicación y del papel desempeñado por los miembros de la familia, no de forma directa tiene que ver la presencia física incluso de alguno de los padres o de ambos.
Una familia es funcional cuando las interrelaciones personales de sus miembros están matizadas por el equilibrio y la armonía emocional; además, cuando se satisfacen todas las necesidades materiales, afectivas, culturales y educativas con la consiguiente formación y transformación de cada uno de sus integrantes. Así, la comunicación se torna franca, abierta espontánea, dialógica y funcional. Gimeno Collado, A., Córdoba Iñesta, A. I., Meléndez Moral, J. C., & Cerviño Vázquez, C. (2004).
Si se afectan algunas de sus funciones, en cierta medida, la comunicación intrafamiliar e interfamiliar y las disímiles necesidades no se satisfacen, aparece, entonces, la disarmonía y el desequilibrio emocional, por ende, la disfunción familiar. En estos casos no se logra la formación y la transformación de los miembros de la familia e incluso, en ocasiones la disfuncionalidad trasciende los límites de la familia nuclear y llega a la extendida y a otros elementos de la comunidad.
Al atender lo antes mencionado y la importancia de las funcionas de la familia para el caso que ocupa el presente escrito, estas se pueden resumir en:
La función económica garantiza, en sentido general, la satisfacción de las necesidades materiales, individuales y colectivas, matizadas por el sentido de pertenencia de cada uno de los integrantes de la familia ante las tareas y responsabilidades del hogar, con particular énfasis en la distribución de las tareas a desempeñar por el adolescente. Estas actividades, cuando se realizan de manera consciente y voluntaria, propician un clima de satisfacción personal y colectiva que redunda en beneficio de la formación y la transformación positiva de cada uno de sus miembros. El estímulo sistemático para el desempeño de las tareas y responsabilidades favorece extraordinariamente el nivel de cooperación y el compartir de las mismas, con la consiguiente satisfacción de sentirse útil y necesario.
La función biosocial (reproductora o biológica), asegurada o bien dirigida, propicia la estabilidad conyugal de la pareja y con ello el establecimiento de patrones de conducta adecuados de fácil trasmisión a los hijos(as), a fin de sentar las bases para la seguridad emocional y la identificación de éstos con la familia.
La satisfacción de las necesidades culturales, en sentido general, se manifiestan en la función espiritual-cultural, con la inclusión de todo lo relacionado con la educación de los hijos(as); es por ello que algunos autores la consideran como la función educativa. En ella está presente el legado cultural generacional que, sin lugar a dudas, establece las bases educativas que comienzan desde el nacimiento y no finalizan hasta la muerte.
Al respecto Arés (2000; 2002) desarrolló un modelo analítico que comprende cuatro funciones de la familia o "complejos de funciones" que cumple en su cotidianeidad y que en algunos casos se asemejan a las anteriormente mencionadas:
1. Biosocial-Reproductiva: Se relaciona con las necesidades de procreación y reproductora de la familia, donde se generan las relaciones sexuales y emocionales de la pareja, las afectivas y de parentesco. En ésta, es importante encaminar la orientación familiar hacia cuestiones tales como la planificación familiar y el desarrollo de las condiciones favorables; a partir del análisis coherente del status y las posibilidades reales de la pareja, a partir de la responsabilidad, el compromiso social y personal que se asume.
2. Económica: Se refiere al mantenimiento de la familia en la convivencia del hogar común, a través de la realización y distribución de tareas domésticas y rutinas cotidianas de la vida, la división de roles, la planificación del presupuesto, la satisfacción de necesidades materiales y el abastecimiento y consumo de alimentos, en lo cual se generan relaciones de dependencia económica entre los miembros. Ésta constituye una función determinante para el desarrollo del proyecto familiar; pues su funcionamiento inadecuado, puede desencadenar consecuencias desfavorables para los miembros dependientes de otros, y finalmente para la familia en general.
3. Cultural-Espiritual/Afectiva: Se ocupa de la transmisión cultural transgeneracional de valores y pautas de comportamiento para la formación de la identidad individual y genérica de los miembros, la matriz relacional básica y el espacio de comunicación, a la vez que, proporciona sostén emocional, protección, satisfacción y refugio. Además, está en relación con las actividades para el empleo del tiempo libre.
4. Educativa-Formadora/Socializadora: constituye una supra función que deviene del cumplimiento de las anteriores, como resultado de múltiples actividades y relaciones establecidas en la familia, e incluye elementos importantes dentro de los que se destacan: la crianza, el apoyo y protección psicosocial, la culturización y socialización. Actualmente ésta función está encaminada hacia la prevención, orientación y desarrollo de las potencialidades de los miembros más jóvenes.
Núñez Aragón, E. (1999) puntualiza atinadamente que la familia funciona como la primera escuela del niño y que sus padres, asumen el rol de sus primeros maestros de mejor o peor forma, de manera consciente o inconsciente, sistemática o asistemática y de la forma en que se comporten y relacionen todos estos factores, se cumple con mayores o menores resultados su función educativa.
Es innegable que para lograr el correcto cumplimiento de la función educativa, los padres deben prepararse para desempeñarla, porque es en la familia donde los hijos(as) aprenden a vivir, valorar, dialogar, trabajar, escuchar y sobre todas las cosas a amar. Aprenden, además, a comportarse socialmente con hábitos y actitudes dignas en correspondencia con los patrones de conducta de su propia familia acordes con la sociedad contemporánea. La preparación implica la actuación ejemplar de los padres.
Dinámica familiar, relaciones intrafamiliares y comunicación familiar.
La funcionalidad familiar se corresponde con el estilo de funcionamiento de la familia, manifestándose en y a través de la dinámica familiar y sus elementos componentes. Referida esta última, al sistema de funcionamiento de las relaciones, las interacciones mutuas y las actividades que se producen en la familia en función del vivir cotidiano y la satisfacción de las necesidades comunes; se expresa mediante el modo del cumplimiento de sus funciones y la creación de los espacios para el crecimiento personal de cada uno de los miembros, según la percepción de cada miembro en cuanto a sus vivencias afectivas generadas por la convivencia y el grado de participación en la misma.
Segal, L., & Watzlawick, P. (1994) explica que la familia es una estructura dinámica que mantiene una estabilidad mediante procesos de realimentación (Escartín, Palomar y Suárez, 2004, p.180).
De lo anterior se desprende el análisis del funcionamiento de la estructura familiar, al constituir la organización de las relaciones familiares, la cual resulta ordenada a través de los roles por los que opera la familia para delimitar los límites y la territorialidad, modificándose durante el curso de la vida familiar. Éstos, a su vez, se derivan de las normas sociales y son garantizados mediante el cumplimiento de las reglas y normas establecidas, en función de regular la interacción y el comportamiento familiar de acuerdo a los valores de la familia y la sociedad, y de esta forma evoluciona en el tiempo.
El carácter de las relaciones entre los miembros de la familia es un importante indicador de la dinámica concreta producida al interior de ésta, así resulta condicionada por la comunicación que, como proceso educativo y formativo, se basa en la calidad y cantidad de la información y en el ejemplo personal de quien la transmite. Así, se origina su propio estilo comunicativo, el cual influye fuertemente en sus miembros y éstos al relacionarse con los demás. (Mendoza-Solís, L. A., Soler-Huerta, E., Sainz-Vázquez, L., Gil-Alfaro, I., Mendoza-Sánchez, H. F., & Pérez-Hernández, C. 2006; Zavala, G., & Pilar, G. 2016).
En la familia la comunicación se da como un proceso de interacción social donde los miembros intercambian entre sí, a partir de la transmisión de señales y símbolos que cada uno codificará y decodificará dentro de un marco conceptual, referencial y operativo; determinando la formación de sus cualidades psicológicas y la línea de tendencia de su personalidad. Su forma está constituida por las relaciones interpersonales, y sus vínculos, con las múltiples formas de actividad y costumbres del ser humano, en tanto su contenido se refiere al nivel racional y emocional de la información.
Pero en virtud del ciclo de vida familiar no siempre se desarrollan en las mejores condiciones y lejos de contribuir a la socialización, genera impedimentos a ésta, al introducir y desarrollar valores cuyos contenidos conforman un proceso de transformación, y afectan a todas sus estructuras y otros procesos asociados (Zabala, 2010, p.93).
Desde esta perspectiva, según Porlán Ariza, R., Rivero García, A., & Martín del Pozo, R. (1998), puede reproducir patrones saludables o distorsionadores de los procesos de aprendizaje de vida, que pueden no ser funcionales a los fines del sistema dominante y constituir, entonces, un terreno de choque y de cambio, convirtiéndose ella en un elemento de ruptura. En este punto, se relacionan los efectos que podrían derivarse de la existencia y la reproducción de las inadecuadas pautas de crianza y un conjunto de fenómenos negativos que expresan debilidades en el proceso socializador de los adolescentes y las jóvenes generaciones a las que pertenecen. Que muchas veces no encuentran la debida resistencia en la ideología familiar, pues, en cierta medida, están asociados al modo de vida familiar y a patrones internalizados y proyectados por los miembros adultos de la familia (Urrutia, 2003, p.179, 182, 186).
Son incuestionables los vínculos entre la familia y los diversos comportamientos transgresores de lo socialmente instituido, de los comportamientos adecuados y aceptados como normas. Las fallas en su función socializadora, habitualmente, conducen a transgresiones diversas que alejan a los individuos de los preceptos y valores que la sociedad desea reproducir; los que son totalmente opuestos y que, en términos generales, se pueden llamar actitudes o comportamientos antisociales y delictivas.
“Los grupos familiares que favorecen la aparición de tales manifestaciones, se caracterizan por peculiaridades moralmente negativas y perniciosas que dañan sensiblemente a las personas (adolescentes y jóvenes fundamentalmente) sometidas a su influencia alejándose de los fines sociales provechosos e individualmente constructivos”. (Lugones, 1985, p.201).
Las transgresiones de los adolescentes se originan como defectos o problemas en la formación, principalmente, derivados de la educación familiar en el desarrollo de su formación personal, al mismo tiempo por las fallas en los mecanismos sociales de influencia positiva sobre él, en el cual la comunidad, los grupos de coetáneos u otras personas con las que comparte de forma regular y fundamentalmente incluso deficientes manejos en la escuela. Esta confluencia en el tiempo de factores y condiciones que la propician y permiten su desarrollo con su insuficiente accionar, genera afectaciones que van más allá del marco individual, afecta a la familia y, a su vez, es afectado por ella. (Suarez Cuba, M. A., & Alcalá Espinoza, M. 2014; López Mero, P., Barreto Pico, A., & del Salto Bello, M. W. A. 2015).
La influencia nociva del lugar de convivencia y el medio familiar se evidencia cuando, además, no existe otro contrapeso positivo en la interacción con otros elementos sociales como son el contexto escolar y el círculo de amigos. Aquí se incluyen las relaciones familiares y otras de carácter estable que forman una unidad dialéctica particular y única; las que conforman o ayudan a asentar la transmisión de valores contrarios al desarrollo de la sociedad, expresada a través de una insatisfactoria formación moral de la personalidad, la cual facilita una decisión amoral para satisfacer una necesidad.
Discusión de resultados
Visto todo lo anterior en materia de fundamentación teórica para lo que se trabajó en el campo sobre los comportamientos de los estudiantes del colegio “Velasco Ibarra” de la ciudad de Portoviejo, se aplicaron una serie de instrumentos como guía de observación, entrevistas y encuestas a familiares, docentes y estudiantes fundamentalmente para lograr una cantidad sustancial de información sobre el tema, que permitió ofrecer regularidades y resultados a tener en cuenta a modo de diagnóstico, para futura intervención o diseño de alternativa.
Los resultados se exponen al tener en cuenta toda la muestra escogida (187 estudiantes del colegio “Velasco Ibarra” de la ciudad Portoviejo, los cuales pertenecen a familias conformadas por un total de 604 miembros solo atendiendo en este caso a los que viven con los adolescentes).
Prevalece la religión católica con 289 miembros, 176 son protestante, 19 son del judaísmo, 5 son practicantes del islam, 54 son seguidores de otras religiones y 61 no practican religión alguna.
De estos 604 miembros de las familias de los estudiantes de la muestra 296 son casados, 159 divorciados, 80 en unión libre, 11 viudos(as) y 58 solteros.
En cuanto a la ocupación, 478 trabajan ya sea de forma o informal, 97 no trabajan y se incluyen amas de casa y 126 estudian solamente o estudian y trabajan.
Los ingresos familiares de acuerdo a los datos obtenidos como promedio económico, estos se agrupan fundamentalmente en: menos de 500 usd 279, entre 500 a 1500 usd 137 y con más de 1500 usd 62.
Al investigar los estudiantes de la muestra y sus familias se obtuvieron los siguientes resultados: Existe un 67.9 % de familias incompletas dentro de la muestra (127), en donde el estudiante generalmente convive con la madre y el padrastro. En otros casos (11) los alumnos conviven con el padre y la madrastra, de estas familias incompletas conviven con otros familiares donde generalmente aparece la figura del abuelo y/o la abuela. Existe un 26.2 % que viven con el padre y la madre (49). Se considera importante este dato por la significación que tiene para el desarrollo del sujeto la presencia de ambos miembros, en tantos portadores de comportamientos socialmente asimilada y susceptible donde cada uno asume un papel destacado en el aprendizaje de sus hijos. Del mismo modo, se aprecia que el 71.6 % de las familias estudiadas son extendidas (134), lo que está vinculado a determinadas razones expuestas por los mismos a través de las entrevistas realizadas, entre ellas:
Esto no fuera significativo si a ello no estuvieran aparejadas contradicciones en cuanto a los modos de encausar la educación de estos escolares que viven en un ambiente desorganizado y de fuertes tensiones familiares.
Al investigar los aspectos más significativos para la vida de estos adolescentes a partir de sugerencias previamente establecidas, se determinó que en los alumnos con situaciones negativas en su comportamiento social y el aprendizaje el 54.5 % consideraron el estudio (102), el 17.1 % de los sujetos la salud (32), y el 28.3 % la familia (53).
Se observa en general una tendencia hacia la desorientación que porta la familia en su dinámica intra e ínter sistema. Estos resultados son justificados con más detalles en otros momentos de la investigación. En los alumnos sin problemas de comportamientos sociales negativos y de aprendizaje se observa que los aspectos más significativos para su vida son tres: en primer lugar el estudio, en segundo lugar la familia y en tercero la salud.
En muchas ocasiones las situaciones familiares inadecuadas provocan hasta un rechazo por la convivencia familiar de los alumnos. En cuanto a la satisfacción de las necesidades en el seno de la familia el 22.4 % de los alumnos (42) consideran que se han logrado completamente, se sienten completamente satisfechos con las muestras de cariño, afecto y comprensión por parte de sus padres, en tanto el 77.5 % lo han logrado en menor grado (145). No obstante, la aplicación de otros instrumentos arrojaron como resultado que las familias de los alumnos con irregularidad en el comportamiento social no favorecen la satisfacción de estas necesidades, sobre todo si se tienen en cuenta algunos indicadores del funcionamiento familiar tales como armonía y comunicación, entre otros que se constatan a través del inventario de funcionamiento familiar.
El cuestionario se dirigió también a constatar la percepción de los alumnos acerca de las relaciones interpersonales con sus padres, por medio de un conjunto de alternativas, tanto positivas como negativas. La comparación de estos resultados, permitió llegar a la determinación de algunas regularidades en las relaciones afectivas de las familias que se explicarán a continuación:
En el desempeño de las funciones de la familia se asumen determinadas actitudes para con los hijos. En el cuestionario aplicado se profundizó en el modo de educación de los padres, obteniéndose los siguientes resultados:
Los alumnos reconocen que sus padres han sido cariñosos, amorosos y comprensivos en el 42.2 % de los casos (79). En tanto el resto asume que la actitud de los padres ha sido rechazante en el 11.2 % (21), sobreprotectora el 20.8 % (39); permisiva, autoritaria e inconsciente el 61.4 % (115). Con mucha frecuencia los alumnos refieren reiteradas actitudes negativas hacia sus padres.
Un análisis de estos resultados permitió determinar que:
Las anteriores síntesis parciales de los resultados demostraron la tendencia de las familias de escolares hacia la disfuncionalidad. Al evaluar el cuestionario aplicado a los estudiantes se apreciaron estas valoraciones subjetivas, lo que permitió confirmar las ideas planteadas en esta investigación.
Por otra parte, al detallar en cada uno de los indicadores se apreciaron diferencias considerables y hasta cierto punto esperado, en cuanto a las frecuencias determinadas por la familia. Así, en las familias los indicadores más deteriorados son los de permeabilidad y comunicación. Esto resulta interesante a los fines investigativos, ya que a través del trabajo se sostienen los criterios de la importancia de la funcionalidad para el crecimiento familiar y la permeabilidad en el proceso de orientación familiar con vistas a la modificación de actitudes por parte de la familia en la dinámica de sus relaciones y que estas evidentemente tienen una interpretación y reflejo en los alumnos en sus comportamientos sociales.
En una cantidad menor de las familias estudiadas (33) para un 17.6 %, se observó que los indicadores con mayor incidencia en el extremo positivo, son la afectividad y la armonía, seguido muy de cerca por la comunicación. Puede considerarse que estos indicadores representan la base para el éxito en las relaciones familiares y una garantía para su desarrollo.
En sentido general la tendencia de los indicadores del funcionamiento familiar se orientó hacia el extremo negativo sobre la base de su repercusión en los comportamientos sociales de los alumnos e incluso su rendimiento escolar.
También se constató:
Desde esta perspectiva y con los elementos resultantes logrados que se analizaron se llega a síntesis de los mismos y se plantea en cuanto a la disfuncionalidad de estas familias de escolares del colegio “Velasco Ibarra” de Portoviejo, Ecuador lo siguiente:
Al atender una escala valorativa utilizada en una de las encuestas aplicadas a las familias, se entiende como Muy Satisfecho (MS), Satisfecho (S), Poco Satisfecho (PS), Insatisfecho (I). En correspondencia se llegaron a las siguientes conclusiones con los 187 alumnos con que se trabajó.
Es indiscutible que estos resultados confirman la necesidad de desarrollar intervenciones en las familias disfuncionales de los escolares de este colegio, pues constituyen agentes de riesgos o causales en la aparición de la limitación en el aprendizaje de los mismos, así como otras dificultades asociadas a la misma que se expresan en gran medida con comportamientos sociales negativos.
En otro instrumento aplicado se llega a resultados relacionados directamente con algunos comportamientos sociales negativos por parte de los alumnos de interés para la presente investigación, se señalan los siguientes:
De esta forma se realiza una exposición de los principales resultados logrados con la aplicación de una serie de instrumentos de investigación, tanto a los miembros de las familiares de los escolares muestreados como a ellos mismos. Dicha información en general garantiza un nivel de conocimiento para conformar un cuadro diagnóstico de la situación familiar, como respuesta a los comportamientos sociales de los escolares en general, revelándose en gran medida las causas y potencialidades de su expresión y desarrollo.
CONCLUSIONES
Se analizó la información teórica recopilada y a partir del análisis documental de varias investigaciones realizadas al respecto en otros contextos, así como criterios de varios especialistas y autores de obras al respecto, con el fin de determinar la importancia que tienen la dinámica familiar y la disfuncionalidad familiar en los comportamientos sociales negativos de los escolares.
La disfuncionalidad o afuncionalidad familiar es una circularidad que se trasmite de manera multigeneracional por el grado de significación que reviste los malos manejos de los menores en el seno de familias con estas características. Además que la dinámica que se expresa en las mismas, se caracterizan por una dificultad en el sistema comunicacional, de permeabilidad, valoral y armónico, lo que se mantiene como forma de conservar un equilibrio dentro del sistema difícil de romper. La manera de culminar este tipo de circularidad es con la finalidad que ejerza cada uno de sus miembros de forma consciente y con la ayuda necesaria en cuanto a la orientación familiar.
Se identificaron los diferentes tipos de familia y las diversas estructuras para establecer la relación de estas con el entorno educacional de sus menores, así como las características de las familias estudiadas y su incidencia en la formación de los menores en su seno.
Además, se puede concluir que los comportamientos sociales negativos que expresan los escolares del colegio “Velasco Ibarra” de Portoviejo, es debido a la falta de motivación e interés de parte de los propios escolares y fundamentalmente a la dinámica familiar. Una dinámica familiar con una estructura amplia y permeable es responsable de estos comportamientos de los escolares, ya que se encuentran involucrados en los conflictos internos del sistema de reglas y normas, y estas se vuelven extremadamente extritas o permisivas, además dejan de estimular la formación adecuada de los mismos.
También es necesario que la instancia del diálogo y la posibilidad de proponerse metas y aprender estrategias de resolución de conflictos sean prioritarias en este contexto escolar, se hace necesario indagar en otros aspectos que emergen como transversales en el estudio y al parecer estarían asociados a la convivencia y la familia en general, por ejemplo, las situaciones de violencia a nivel familiar y de la comunidad en la cual viven, las presiones sociales a que se ven expuestos los alumnos que ingresan a las instituciones educacionales, las diferencias individuales y evolutivas, las características del clima y cultura escolar, y la relación maestro-alumno, las relaciones escuela-familia, al tener presente que estas representaciones se construyen en un momento histórico propio del grupo de adolescentes, pero que de todas maneras hay elementos significativos que permitirán indagar con mayor profundidad las interacciones cotidianas que emergen en la convivencia de las comunidades educativas.
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