Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


EL COMPONENTE ETNOHISTÓRICO-ABORIGEN COMO PROBLEMA SOCIAL DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

Autores e infomación del artículo

Alfredo Caballero Labrada*

Universidad de Las Tunas. Cuba

Correo: acaballero@ult.edu.cu


RESUMEN
En la investigación se destaca el interés mostrado  por el Estado, el Partido y la Revolución Cubana con respecto a la política científica para fomentar el vínculo entre la Educación Superior, ciencia y tecnología en pos del desarrollo cultural de la sociedad, enfocado a la transformación cualitativa del proceso formativo que tiene lugar en nuestras universidades y que debe ser una tarea de primer orden en el actual contexto internacional. Refiere que el componente etnohistórico-aborigen ha sido tratado desde varias ciencias, entre las que se destacan: la Arqueología, Sociología, Antropología, Etnología, Psicología, Historiografía, Didáctica y la Pedagogía entre otras, no obstante pese a los esfuerzos realizados por los investigadores de cada una de estas ramas científicas no se logra un tratamiento adecuado a este importante componente en la formación inicial del profesor de Marxismo-Leninismo e Historia; teniendo en cuenta que el mismo contribuyó unido a los componentes africano y europeo o español a la formación y consolidación de la nación y nacionalidad cubanas. El trabajo ofrece un análisis del legado de grandes pedagogos cubanos y de considerar que los hombres viven y se desarrollan en sociedad y en correspondencia con la realidad existente transforma esta para el disfrute de todos. Plantea la necesidad y pertinencia social de continuar fomentando el desarrollo de investigaciones sociales y humanísticas en el área educativa lo cual implica retos importantes: por una parte, desarrollar investigaciones sobre la práctica educativa e introducirlas para su perfeccionamiento y, por otra, formar en los docentes y estudiantes la cultura científica que demandan los momentos actuales. Contiene una fundamentación teórica que permite demostrar que existe una estrecha relación dialéctica entre ciencia, tecnología, sociedad, educación, cultura y el componente etnohistórico-aborigen. Al respecto ofrece varias definiciones de autores que propician una mejor comprensión de estos conceptos tan necesarios para comprender los hechos, fenómenos y procesos históricos.  Refiere las potencialidades de este componente para la formación inicial  del futuro profesional  de Marxismo-Leninismo e Historia y la necesidad de continuar perfecccionando el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la Educación Superior en aras de lograr un profesional comprometido con el momento histórico que vive nuestro país . Además se demuestra que para lograr transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia en la formación inicial de profesores de esta especialidad, necesitamos apoyarnos en los aportes de la ciencia y la tecnología para de este modo resolver los problemas sociales y científicos que se manifiestan en nuestra labor profesional y que obstaculizan el desarrollo exitoso del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia. Se defiende que el tratamiento adecuado al componente etnohistórico-aborigen en la formación inicial  del futuro profesional de Marxismo-Leninismo e Historia contribuye al enriquecimiento de los contenidos históricos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba, favoreciendo de este modo el desarrollo de habilidades como son la selección y secuenciación de contenidos, clasificación y caracterización de grupos humanos; así como la formación de valores identitarios que integren elementos naturales, patrimoniales y culturales; por lo que si logramos que los estudiantes se sientan identificados con sus antepasados estaremos fortaleciendo la identidad nacional.

PALABRAS CLAVES: ciencia - tecnología - educación - sociedad - etnohistórico - aborigen - enseñanza - aprendizaje.

ABSTRAC
The research highlights the interest shown by the State, the Party and the Cuban Revolution regarding scientific policy to promote the link between Higher Education, science and technology in pursuit of the cultural development of society, focused on qualitative transformation of the formative process that takes place in our universities and that should be a task of the first order in the current international context. It refers that the ethnohistorical-aboriginal component has been treated from several sciences, among which stand out: Archeology, Sociology, Anthropology, Ethnology, Psychology, Historiography, Didactics and Pedagogy, among others, despite the efforts made by the researchers of each one of these scientific branches an adequate treatment to this important component in the initial formation of the teacher of Marxism-Leninism and History is not achieved; taking into account that it contributed together with the African and European or Spanish components to the formation and consolidation of the Cuban nation and nationality. The work offers an analysis of the legacy of great Cuban pedagogues and of considering that men live and develop in society and in correspondence with the existing reality transforms this for the enjoyment of all. Raises the need and social relevance of continuing to promote the development of social and humanistic research in the educational area which involves important challenges: on the one hand, develop research on the educational practice and introduce them for improvement and, second, train teachers and students the scientific cultures that demand the current moments. It contains a theoretical foundation that demonstrates that there is a close dialectical relationship between science, technology, society, education, culture and the ethnohistorical-aboriginal component. In this regard offers several definitions of authors that promote a better understanding of these concepts so necessary to understand the facts, phenomena and historical processes. Refer to the potential of this component for the initial training of the future professional of Marxism-Leninism and History and the need to continue improving the teaching-learning process of the History of Cuba in Higher Education in order to achieve a professional committed to the moment historic that our country lives. It also shows that in order to transform the teaching-learning process of history in the initial training of teachers of this specialty, we need to rely on the contributions of science and technology in order to solve the social and scientific problems that manifest themselves in our professional work and that hinder the successful development of the teaching-learning process of History. It is defended that the adequate treatment to the ethnohistorical-aboriginal component in the initial formation of the future professional of Marxism-Leninism and History contributes to the enrichment of the historical contents in the teaching-learning process of the History of Cuba, favoring in this way the development of skills such as the selection and sequencing of content, classification and characterization of human groups; as well as the formation of identity values ​​that integrate natural, patrimonial and cultural elements; so if we manage to make the students feel identified with their ancestors we will be strengthening the national identity.
KEY WORDS: science - technology - education - society - ethnohistorical - aboriginal - teaching - learning. 

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Alfredo Caballero Labrada (2019): “El componente etnohistórico-aborigen como problema social de la ciencia y la tecnología”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (julio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/07/componente-etnohistorico-aborigen.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1907componente-etnohistorico-aborigen


1. PERTINENCIA SOCIAL DEL TRATAMIENTO AL COMPONENTE ETNOHISTÓRICO-ABORIGEN
En el transcurso de la historia de Cuba, la tradición educativa ha estado indisolublemente ligada a la ciencia. L. Bombino (2004, 14) plantea la necesidad de indagar en los aportes al pensamiento ético proporcionados por José de la Luz y Caballero, Félix Varela, Enrique José Varona, José Martí, Ernesto Guevara y Fidel Castro, entre otros tantos que nos han legado sapiencia, ejemplaridad y ética científicas. Consecuente con este legado, la  Revolución ha mantenido entre sus prioridades una política de acceso gratuito y obligatorio a la educación, a la par de un creciente desarrollo de las investigaciones científicas en esta área, consciente de su importante función para el desarrollo social.
La Política Científica Nacional está constituida por orientaciones generales que sirven de base al desarrollo planificado y armónico, a la innovación y perfeccionamiento de las estructuras organizativas y las funciones de la ciencia y la tecnología.
En el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba se actualizaron los Lineamientos de la Política  Económica y Social del Partido y la  Revolución para el período 2016-2021, con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugados con la necesaria formación de valores éticos y políticos en los ciudadanos, en íntima relación con la ciencia. En los Lineamientos se regula la política a seguir en cuanto al desarrollo científico nacional y su relación con la educación:
117. Continuar avanzando en la elevación de la calidad y el rigor del proceso docente-educativo, así como en el fortalecimiento del papel del profesor frente al alumno; incrementar la eficiencia del ciclo escolar, jerarquizar la superación permanente, el enaltecimiento y atención del personal docente, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y el perfeccionamiento del papel de la familia en la educación de niños, adolescentes y jóvenes.
122. (…) Actualizar los programas de formación e investigación de las universidades en función de las necesidades del desarrollo, la actualización del Modelo Económico y Social y de las nuevas tecnologías (PCC; 2016).
Fomentar el desarrollo de investigaciones sociales y humanísticas en el área educativa implica retos importantes: por una parte, desarrollar investigaciones sobre la práctica educativa e introducirlas para su perfeccionamiento y, por otra, formar en los docentes y estudiantes la cultura científica que demandan los momentos actuales. Ambos aspectos están estrechamente relacionados con la voluntad estatal de fomentar el vínculo entre la Educación Superior, la ciencia y la tecnología en pos del desarrollo cultural de la sociedad, enfocado a la transformación cualitativa del proceso formativo que se revertirá en el desarrollo social.
Desde la propia concepción de la Educación Superior cubana aparece su compromiso con la solución de problemas sociales, a través de la formación de profesionales comprometidos con el desarrollo del país a partir de la vinculación estudio-trabajo y teoría-práctica, que se materializa mediante las dimensiones investigativa, académica, laboral y extensionista.
“La Educación Superior cubana está enfrascada en mantener su modelo de universidad moderna, humanista, universalizada, científica, tecnológica, innovadora, integrada a la sociedad y profundamente comprometida con la construcción de un socialismo próspero y sostenible…” (MES; 2016)
En tal sentido la Historia de Cuba ofrece todo un caudal de conocimientos que enriquecen la memoria y la cultura históricas de nuestros estudiantes. Por tanto constituye una premisa indispensable en la formación inicial del profesor de Marxismo-Leninismo e Historia la enseñanza de la misma, para formar un profesional que se caracterice por una sólida preparación política e ideológica basada en los principios de la Ideología de la Revolución Cubana con el objetivo de dar respuesta a las necesidades que demanda la sociedad cubana y de continuar perfeccionando el proceso de construcción del socialismo.
El componente etnohistórico-aborigen ha sido tratado desde varias ciencias, entre las que se destacan: la Arqueología, Sociología, Antropología, Etnología, Etnografía, Psicología, Historiografía, Didáctica y la Pedagogía, no obstante su abordaje ha sido fragmentado y con un marcado interés clasista. La aplicación de métodos y técnicas permitieron detectar que son deficientemente utilizadas las potencialidades que ofrece la Historiografía sobre el componente etnohistórico-aborigen para la explicación del contenido histórico, prevalece un abordaje fragmentado del mismo en el proceso de enseñanza de la historia, además no siempre el docente relaciona los eventos históricos que ocurren a escala local, con los que se desarrollan a escala nacional y regional lo cual conduce al insuficiente reconocimiento por parte de los estudiantes del legado aborigen a nuestra cultura material y espiritual.
Esta problemática revela la existencia de una contradicción que se genera entre la exigencia de formar un profesional con una amplia formación cultural, humanística e identitaria que se exprese, ante todo, en la interpretación y explicación de los procesos históricos, sociales y culturales relacionados con el ser humano y el desarrollo de un estilo de pensamiento y actuación en función de la transformación de la realidad, los cuales deben ser potenciados desde la asignatura de Historia de Cuba y el limitado conocimiento que poseen los estudiantes sobre la influencia del componente etnohistórico-aborigen en la conformación de la nación y nacionalidad cubanas, lo cual permite afirmar que nos encontramos ante un problema de la ciencia y la tecnología.
En correspondencia con esta realidad se identifica como problema científico: insuficiente tratamiento del componente etnohistórico-aborigen desde la disciplina Historia de Cuba en la formación inicial del profesor de Marxismo-Leninismo e Historia; por lo cual la investigación tiene como objetivo  elaborar una metodología para el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba en la carrera licenciatura en Educación, especialidad Marxismo-Leninismo e Historia, sustentada en una concepción didáctica que aborde el componente etnohistórico-aborigen a fin de lograr un profesional con una formación cultural integral que se nutra de valores identitarios, integrando elementos naturales, patrimoniales y culturales en la enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba.

En Cuba, el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológicaes materializado a través de los Planes de Ciencia e Innovación Tecnológica, en los que el Proyecto Científico-Técnicoes su categoría básica. Según la Res. 44 (2012, p. 2-3), en su artículo 7:
Los proyectos constituyen la célula básica para la organización, ejecución, financiamiento y control de las actividades y tareas de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación, dirigidas a materializar objetivos concretos, obtener resultados de impacto y contribuir a la solución de los problemas que determinaron su puesta en ejecución.
En consecuencia, la investigación tributa al proyecto ¨Historia para enseñar y aprender¨, perteneciente a la Universidad de Las Tunas, que se ocupa y preocupa por perfeccionar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia en todos los niveles de enseñanza.

1.1 RELACIÓN ENTRE LA CIENCIA, TECNOLOGÍA, SOCIEDAD, EDUCACIÓN, CULTURA Y EL COMPONENTE ETNOHISTÓRICO-ABORIGEN.
Al referirse a la relación entre la ciencia, la cultura y la sociedad, (Núñez; 2007) afirma que la actividad que denominamos ciencia se desenvuelve en el contexto de la sociedad, de la cultura e interactúa con sus más diversos componentes. Al hablar de ciencia como actividad nos referimos al proceso de su desarrollo, su dinámica e integración dentro del sistema total de las actividades sociales y, tal como asegura el propio autor, el enfoque de la ciencia como actividad ofrece un excelente punto de partida para explorar sus relaciones con el marco cultural en que ella actúa.
La ciencia supone la búsqueda de la verdad bajo un estricto rigor que conduce a la mayor objetividad. Y este es uno de los rasgos que la identifica dentro de la actividad humana y de sus relaciones sociales, pues la ciencia es penetrada por determinaciones práctico-materiales e ideológico-valorativas, tipos de actividad a las cuales ella también influye considerablemente. Implica, así mismo, producción, difusión y aplicación de conocimientos. (Núñez; 2007)
Entiendo, por tanto, que en el desarrollo social la ciencia desempeña un decisivo papel, en tanto constituye un sistema de conocimientos ordenados que transforma nuestra cosmovisión, cuya veracidad se comprueba y puntualiza constantemente en la práctica social. Como sistema de conocimientos es una forma de la conciencia social, ya que se encamina a la solución de problemas culturales, espirituales y materiales que se generan en la sociedad. Estos conocimientos se producen en el proceso de interacción del sujeto con el objeto, es decir, en la actividad, la cual solo es posible en la práctica.
Además, la ciencia es también una profesión debidamente institucionalizada, portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas; es método, tradición acumulativa de conocimiento, factor principal en el mantenimiento y desarrollo de la producción. De ahí que los estudios sobre ciencia y tecnología permiten la comprensión e interpretación de estos como procesos sociales, lo que influye en la visión de la realidad de los hombres en cada época histórica, condicionando el modo en que se relacionan con la naturaleza y también su capacidad para transformarla a favor de sus necesidades.
A su vez, el desarrollo e interacción social han generado contradicciones profundas y antagónicas. Estas contradicciones dadas en los hechos, fenómenos y procesos sociales son consideradas problemas sociales, que pueden generarse también desde la propia ciencia. Los problemas sociales pueden ser de diversa naturaleza: problemas del hombre consigo mismo, en la relación hombre-hombre, en la relación hombre-naturaleza, y es precisamente con la ayuda de la ciencia y la tecnología que se pueden solucionar.
Ante la interrogante de cómo dar solución a estos problemas sociales, la actividad científica resulta la vía más efectiva para resolverlos. Esta es definida como un proceso y resultado de carácter creativo o innovador que, con el empleo de métodos científicos, pretende encontrar respuesta a problemas trascendentales y con ello hallar rasgos significativos que aumenten y enriquezcan el conocimiento humano.
Movido por el interés de buscar solución a diversos problemas, surgidos en el transcurso de su vida social, el hombre acude a la investigación. Como resultado de la misma aumentan y se enriquecen sus conocimientos de manera creativa e innovadora, a la vez que determina las vías de inserción en la práctica social, con lo que se justifica la lógica de la ciencia.
La definición de ciencia ha sido tratada por muchos autores y, como consecuencia, ha ido perfeccionándose a tono con la naturaleza mutante de su desarrollo. En la actualidad guarda un estrecho vínculo con la filosofía y su comprensión, lógicamente, está en dependencia de la posición filosófica que asumamos.
(Núñez; 1991) confirma que la filosofía marxista tiene entre sus tareas prioritarias ayudar a pensar los problemas relativos al desarrollo social, a identificar los fines de este y los medios que son coherentes con ellos; a su vez, debe contribuir a imaginar modelos de desarrollo alternativos a aquellos que la práctica ha demostrado inoperantes o inalcanzables y a definir las fuerzas materiales e intelectuales y sus relaciones, que deben permitir su realización.
En el Diccionario filosófico abreviado (Rosental y Ludin, 1981) la ciencia se define como una forma de la conciencia social; constituye un sistema, históricamente formado, de conocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y se puntualiza constantemente en el curso de la práctica social; donde la fuerza del conocimiento científico radica en el carácter general, universal, necesario y objetivo de su veracidad.
En el Glosario de términos de mayor empleo en el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica (CITMA, 1996) se define la ciencia como el proceso por el cual la humanidad hace un intento organizado de descubrir el modo en que las cosas funcionan como sistemas causales y se precisa que el producto o el resultado de la misma constituyen un sistema coherente de información codificada y correlacionada, que es impulsada por el conocimiento y refleja las relaciones sociales en las formas organizativas de su existencia.
Las definiciones anteriores confirman el criterio de Núñez (2007) de que a la ciencia se le puede analizar como sistema de conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestro imaginario y nuestra cultura; se le puede comprender como proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen nuevas posibilidades de manipulación de los fenómenos; es posible atender a sus impactos prácticos y productivos, caracterizándola como fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza; la ciencia también se nos presenta como una profesión debidamente institucionalizada portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas.
A partir de la opinión anterior asumo que la ciencia se entiende como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Aún más, la ciencia se nos presenta como una institución social, como un sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, con las necesidades y las posibilidades de la sociedad dada. (Kröber, 1986 apud Núñez, 2007, p. 37)
Se asume esta definición pues en ella se evidencia el papel fundamental que le corresponde a la ciencia en la sociedad contemporánea, lo que la convierte en cuestión clave para el desarrollo de ésta.
En íntima relación con la ciencia se encuentra la tecnología, que desde hace ya varios años ha adquirido una gran connotación en el contexto educativo. Núñez afirma que ambas no son solo productos de una actividad humana especializada, sino procesos sociales de producción, difusión, aplicación y valoración (Núñez, 2007). Esta concepción implica que toda evaluación de la correlación entre el conocimiento científico y tecnológico y los procesos productivos tiene que estar mediada por el análisis del contexto social que la condiciona.
González, López y Luján (1998 p. 13) afirman que la tecnología contemporánea se basa en la ciencia pero no se deriva de ella directamente, de modo que entre ellas más que relaciones lineales causales se puede hablar de una compleja dialéctica. Criterio este que tomo en consideración, en tanto entiendo la tecnología como el conjunto de conocimientos —tanto científicos como empíricos, teóricos y prácticos, métodos y procedimientos para el diseño, producción y distribución de bienes y servicios, impulsados por la satisfacción de necesidades de la sociedad.
A partir de estos presupuestos se precisa la posición de la ciencia y la tecnología con respecto al sistema social y su consideración como procesos que determinan el desarrollo de la sociedad. Esta última, por su parte, es definida por Marx (1973; p. 532) como el producto de la acción recíproca de los hombres, un determinado nivel de desarrollo de las facultades productivas, que corresponde a una determinada forma de comercio y de consumo. A determinadas formas de desarrollo de la producción, del comercio de consumo, corresponden determinadas formas de la conciencia social, una determinada organización de la familia, de estamentos o de las clases; en una palabra, una determinada sociedad civil.
En la investigación se parte de que los hombres viven y se desarrollan en sociedad, en los que influyen un grupo de factores que permiten la apropiación de conocimientos, hábitos, actitudes, herencia cultural, valores, normas y patrones sociales. Se asume, por tanto, la Educación como una forma determinada del comportamiento social y un tipo específico de relación social (Blanco; 2001, p. 1). Como fenómeno social ejerce una influencia determinante en la formación de la personalidad del profesor de Marxismo-Leninismo e Historia, al prepararlo desde lo individual para su inserción plena y activa en la sociedad.
Consecuentemente con lo referido, el componente etnohistórico-aborigen en la formación inicial  del profesor  de Marxismo-Leninismo e Historia contribuye al enriquecimiento de los contenidos históricos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia de Cuba, favorece el desarrollo de habilidades como la selección y secuenciación de contenidos, clasificación y caracterización de grupos humanos; así como la formación de valores identitarios que integren elementos naturales, patrimoniales y culturales, por lo que lograr que los estudiantes se sientan identificados con sus antepasados estaremos fortaleciendo la identidad nacional.
Cuando se habla de ciencia, tecnología, educación, cultura y sociedad un importante elemento vinculado a ellas lo constituye el componente etnohistórico-aborigen como uno de los componentes fundamentales que contribuyeron a la formación y consolidación de la nación y nacionalidad cubanas. Por tanto, este es núcleo fundamental para fortalecer nuestra identidad nacional y el desarrollo cultural de la sociedad, en el cual la ciencia y la tecnología desempeñan un rol fundamental.
De manera general podemos afirmar que existe una estrecha relación entre la ciencia, la tecnología, la educación, la cultura —y el componente etnohistórico-aborigen. De lo anterior se desprende, también, que llevar a cabo una investigación científica que tenga como objetivo transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia en la formación inicial de profesores de Marxismo-Leninismo e Historia, constituye un problema social de la ciencia y la tecnología.

CONCLUSIONES
El Estado, como regulador de la sociedad, es el encargado de trazar las políticas científicas y tecnológicas en estrecha relación con la educación y la cultura, en tanto todas contribuyen a la construcción de la sociedad del presente y a los debates de cómo debe ser la sociedad futura. La Política Científica Nacional tiene entre sus prioridades la formación integral de los profesores, encargados de brindar la educación y la instrucción, de garantizar el relevo generacional ciudadano.
La investigación educacional desempeña un papel esencial en el perfeccionamiento del sistema educativo cubano y de la sociedad en su conjunto, lo que legitima su importancia ya que posibilita elevar el nivel científico-técnico, profesional, cultural y la formación integral de las nuevas generaciones. En este sentido, la ciencia y la tecnología se entienden no solo como actividades productoras de conocimientos, sino también como productoras de arte —y la Pedagogía es arte, es ciencia y es tecnología a su vez.
De este modo, la actividad científica se confirma como la vía más efectiva para resolver los problemas sociales que se presentan en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia, pues propicia el enriquecimiento del conocimiento acerca del fenómeno y la determinación de los métodos y procedimientos para transformar la práctica pedagógica. De ahí que sea necesario acudir a la investigación científica para la elaboración de una metodología para el tratamiento didáctico del componente etnohistórico-aborigen,  sustentada en una concepción didáctica que aborde el mismo a fin de lograr un profesional con una formación cultural integral que se nutra de valores identitarios, integrando elementos naturales, patrimoniales y culturales en la enseñanza-aprendizaje de la historia.
En una época como la nuestra, signada por la globalización neoliberal, debemos estar muy atentos a la formación histórica de los futuros profesores de Marxismo-Leninismo e Historia a la par del desarrollo científico y tecnológico.

BIBLIOGRAFÍA
Blanco, A. (2001). Introducción a la Sociología de la Educación. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
González, M., J. A. López, J. A. Luján. (1998). Ciencia, tecnología y sociedad. Una introducción al estudio social de la ciencia y la tecnología. Madrid: Tecnos.
Marx, C. (1973). Obras escogidas. Tomo II Moscú: Editorial Progreso.
MES (2016). Proyecto Documento Base para los Planes de Estudio E, La Habana.
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente. (1996). Glosario de términos de mayor empleo en el sistema de ciencia e innovación tecnológica. Ciudad de La Habana: Dirección de Política Científica y Tecnológica.
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente. (2012). Resolución 44 Reglamento para el proceso de elaboración, aprobación, planificación, ejecución y control de los programas y proyectos de ciencia, tecnología e innovación.
Núñez, J. (2007). La Ciencia y la Tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar. La Habana: Editorial Félix Varela.
Núñez, J. (1991). Filosofía, Ciencia y Desarrollo social en América Latina. Tesis en opción al grado científico de doctor en Filosofía. Universidad de La Habana, Cuba.
López Bombino, Luis. R y col (2004). El saber ético de ayer a hoy, tomo l. Editorial Félix Varela, Ciudad de La Habana.
PCC (2016). VII Congreso del Partido Comunista de Cuba. Actualización de los Lineamientos de la Política  Económica y Social del Partido y la  Revolución para el período 2016-2021. (En soporte digital)
Rosental, M. y P. Ludin (1981). Diccionario filosófico abreviado. La Habana: Editora Política.

*Licenciado en la especialidad de Marxismo-Leninismo e Historia en el 2014. Actualmente pertenece a los proyectos de investigación ¨Historia para enseñar y aprender¨ y ¨El papel de las inversiones norteamericanas en la acentuación de la racialidad en el territorio de Las Tunas a inicios del siglo XX¨; ambos radicados en la Universidad de Las Tunas.

Recibido: 03/04/2019 Aceptado: 03/07/2019 Publicado: Julio de 2019


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