Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA POPULAR COMO PROCESO CLAVE EN LA TRANSICIÓN HACIA EL SOCIALISMO EN CUBA

Autores e infomación del artículo

Orlando Peláez Escalona*

Pedro Lázaro Mariño Montano**

Universidad de Granma, Sede Blas Roca Calderío, Cuba.

Correo: opelaeze@udg.co.cu


RESUMEN
La transición hacia el socialismo en Cuba ha sido un modo específico del desarrollo, a partir de la toma del poder político en 1959, que llega hasta nuestros días, donde la participación política del pueblo ha sido decisiva en el proceso de transformación en las diferentes esferas. Este trabajo contiene reflexiones acerca de la participación política del pueblo en la obra de la Revolución como pieza clave en la transición hacia el socialismo. También se enfatiza en la necesidad de incrementar los niveles y dinámica participativa, considerando al pueblo como sujeto colectivo masivo en los propósitos políticos compartidos. Promover una participación política creciente de los colectivos laborales, estudiantiles y pueblo en general en la ejecución de las políticas, a la vez que se incrementen los intercambios directo de los dirigentes con las masas, se constituye en un imperativo para la construcción del socialismo próspero y sostenible, exigencia planteada con rigor en los documentos del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Palabras claves: Participación política-Transición socialista-Modelo Económico.
Abstract
The transition towards socialism in Cuba has been a specific way of development, from the seizure of political power in 1959, which continues to this day, where the political participation of the people has been decisive in the process of transformation in the different spheres . This work contains reflections on the political participation of the people in the work of the Revolution as a key piece in the transition towards socialism. Emphasis is also placed on the need to increase levels and participatory dynamics, considering the people as a collective collective subject in shared political purposes. Promoting a growing political participation of labor, student and people groups in general in the implementation of policies, while increasing the direct exchanges of leaders with the masses, constitutes an imperative for the construction of prosperous socialism and sustainable, a requirement raised with rigor in the documents of the VII Congress of the Communist Party of Cuba.

Keywords: Political participation-Socialist transition-Economic model.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Orlando Peláez Escalona y Pedro Lázaro Mariño Montano (2019): “La participación política popular como proceso clave en la transición hacia el socialismo en Cuba”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/transicion-socialismo-cuba.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906transicion-socialismo-cuba


INTRODUCCIÓN
El llamado de Fidel Castro en su genial concepto de Revolución de emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos constituye una brújula para enfrentar el complejo, heterogéneo, prolongado y contradictorio proceso de transición al socialismo, donde la participación política activa del pueblo en la implementación de las transformaciones, junto a la unidad y una certera conducción política de la sociedad, son determinantes para el avance hacia el socialismo próspero y sostenible. En este escenario la participación política ha facilitado construir las relaciones de poder de la mayoría, en las diferentes esferas en defensa del proyecto social revolucionario.
El proceso revolucionario cubano desde sus inicios se caracterizó por una gran batalla entre los intereses del pueblo y los intereses contrarios a él y en esa lucha el actor principal ha sido el propio pueblo. En las condiciones actuales del desarrollo del socialismo en Cuba se requiere tener en cuenta, con la debida profundidad, el aspecto relacionado con la participación política  del pueblo como instrumento de dotación de conciencia del mismo, a partir de valores que garanticen su movilización, autorregulación y capacidad de respuesta, aparte de la asunción de actitudes y conductas a favor del perfeccionamiento de nuestro sistema social.
Las transformaciones revolucionarias en Cuba, desde 1959, crearon condiciones para que de manera progresiva y armónica se conformaran los valores éticos y políticos inherentes a la sociedad socialista. Pero ello no se alcanzó de forma lineal, sino a través de un proceso dialéctico y contradictorio de sustitución de los viejos valores dominantes por una ética y política humanista y socialista. El pueblo, como sujeto ético y político, se autoconstruyó, superándose a sí mismo, a través de un proceso educativo en el cual formó las cualidades que corresponden al nuevo tipo de sociedad. Fue el pueblo liderado por sus genuinos representantes el protagonista en la construcción de una nueva experiencia social para la nación cubana, el socialismo. La participación política  consciente y creadora del pueblo es el proceso real de construcción de hegemonía, de consolidación de significados éticos y políticos en una nueva lógica civilizatoria anticapitalista.
Para nadie es un secreto que en los últimos años ha disminuido considerablemente la participación política popular, haciéndose ineficiente la gestión de las instituciones políticas y gubernamentales para dar atención y convocar a la solución de necesidades materiales y espirituales básicas de los ciudadanos. Sin embargo, hay interés, tanto por los ciudadanos como por los organismos políticos, gubernamentales y de masas de recuperar las formas y espacios de participación política popular adecuándolas al contexto actual.
Hay que tener en cuenta que como sistema en transición no escapa de las imperfecciones que ello presupone y se debate en la búsqueda del modelo deseable en condiciones muy adversas y prácticamente sin referentes. No estamos en presencia de un socialismo puro, acabado. Se trata de una sociedad en transición hacia ese nuevo sistema, proceso que se produce en condiciones en  gran medida anormales; por lo que su sistema político y su democracia tienen que reflejar necesariamente, ese estadio de desarrollo en que se encuentra la sociedad cubana.
Estamos en presencia, a decir de algunos autores de una ‘’democracia social transicional’’, que es la democracia del proyecto social socialista en desarrollo y que, sin duda alguna es superior a la democracia representativa burguesa, la cual, de hecho, es excluyente, no da la posibilidad de participación política real, en su sentido amplio, de las  amplias masas populares. Siendo un sistema abierto al perfeccionamiento, en el proceso cubano tampoco puede dejar de observarse la dialéctica de lo real y lo posible, de lo objetivo y lo subjetivo, de lo interno y lo externo, ni puede dejar de percibirse que este perfeccionamiento tiene que desarrollarse en condiciones dictadas por la crisis económica interna y por la creciente hostilidad norteamericana.  
Sin embargo, aun cuando el sistema político mantiene su desarrollo democrático y sus instituciones han ampliado y perfeccionado los espacios y mecanismos de participación política popular, todavía no se alcanza el nivel participativo requerido para este contexto histórico concreto de Actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista. Parte del potencial participativo acumulado en la sociedad se encuentra subutilizado. Nuevas contradicciones aparecen y distinguen valorativamente el proyecto revolucionario cubano actual.
 Algunas de estas contradicciones atentan hoy contra los valores que emergieron y consolidaron las transformaciones revolucionarias a lo largo de estos 60 años de Revolución. La esencia del proceso socialista cubano, su estrategia, ha estado en convertir al pueblo en protagonistas del proceso de transformación y a la persona humana en verdadera finalidad de la sociedad.
El debate y los cambios que se operan hoy en la realidad cubana tienen la intención, en lo fundamental, de recuperar este sentido estratégico del protagonismo cotidiano del pueblo en el proyecto socialista. La situación actual se vuelve más compleja, los cambios socioeconómicos se suceden de manera vertiginosa y a veces sin la coherencia y sistematicidad precisa para hacerlos conscientes o relacionarlos con la cotidianidad, consecuentemente, los valores que resultan no siempre se articulan con el ideal socialista. El impacto sociopolítico de las transformaciones económicas incide en la estructura socio-clasista y delinean nuevas capas y grupos sociales portadores de sus correspondientes necesidades, intereses y valores. Esto abre nuevas preocupaciones en el orden valorativo vinculadas esencialmente a los significados éticos y políticos del proceso socialista cubano.
Reflexionar acerca de la participación política popular como proceso clave en la transición hacia el socialismo, en el contexto del proceso de Actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, conduce en el orden teórico a una mayor sensibilidad acerca de la vitalidad del asunto y en el práctico a un accionar más ágil y consciente en su perfeccionamiento.
El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba  precisó que el trabajo político ideológico desarrollado por el Partido ha mantenido el objetivo estratégico de preservar y fortalecer la unidad patriótica y moral de pueblo y la Revolución, lo cual tiene su sustento en promover una participación política creciente de los colectivos laborales, estudiantiles y pueblo en general en la ejecución de las políticas, a la vez que se incrementen los intercambios directo de los dirigentes con las masas.
DESARROLLO
1.1-La participación política. Su conceptualización.
Algunos autores consideran que el fenómeno de la participación política constituye uno de los fenómenos más complejos en cuanto a sus múltiples definiciones,  diversidad de formas en que puede concebirse la participación política, a partir de la incidencia que pueden tener los resortes motivacionales, las diferenciaciones sociales, culturales, educativas, los recursos disponibles, etc., que pueden influir positiva o negativamente en la acción misma de los sujetos de la participación política así como la multivariedad de paradigmas explicativos que sobre la participación política existen dentro de los estudios sociopolítico.
Por otra parte, contribuye también a la complejidad, en el tratamiento de ese fenómeno en cuestión, el hecho mismo de existencia de diferentes visiones de lo político, dentro del marco de lo cual adquiere significación la participación política, y los sujetos atribuyen significado a sus acciones.
 Los debates en torno a la participación política que se desarrollan ya desde mediados del siglo XX encuentran su precedente teórico dentro del pensamiento político desde el siglo XVIII y la versión liberal de legitimidad que consideraba que un gobierno era legitimo cuando contaba con el consentimiento de los gobernados, el cual debía expresarse a través de la participación política de los ciudadanos. Como parte de los debates anteriormente referenciados se encuentra la problemática de su conceptuación. El politólogo norteamericano H. McCLOSKy, por ejemplo, definía la participación política como aquellas actividades voluntarias mediante las cuales los miembros de una sociedad intervienen en la selección de los gobernantes y, directa o indirectamente, en la formación de la política gubernamental (1999-pág-62).
Los politólogos ingleses Robert Dowse y John Hughes al respecto añaden que en su sentido más amplio, esta definición incluye desde las conversaciones políticas intrascendente, como las que uno puede mantener en un club, hasta la intensa actividad de un miembro de un grupo político marginal (Robert, y John Política y Democracia1989-pag-42).
El sociólogo español Salvador Giner señala que “la participación política define en general el grado en que los ciudadanos ejercen aquellos derechos políticos que les son conferidos consensualmente’’ (participación política en España-2006-pag-9).
 Así la participación política hace referencia al número de los que votan, a la afiliación a partidos políticos, a la asistencia a actos públicos, a la pertenencia a movimientos y asociaciones cívicas, etc.”, mientras que el cientista político italiano Giacomo Sani expone lo siguiente: “En la terminología de la Ciencia Política la expresión participación política se expresa para designar una serie de actividades: el acto del voto, la militancia en un partido político, la participación en una manifestación, la contribución dada a una cierta agrupación política, la participación en comicios, la difusión de la información política etc.”. (Participación política social en Italia 1997-pag1 03).
 Los investigadores norteamericanos S. Verba, N .Nie y J. Kin entienden por participación política “aquellas actividades legales realizadas por ciudadanos particulares no involucrados profesionalmente en política, destinadas, más o menos directamente, a influir en la selección del personal del gobierno y en la toma de decisiones y acciones concretas que estos llevan a cabo” (Verba, Nie y Kim,1978;46).
El politólogo norteamericano JH. Nagel define la participación política como las acciones a  través de las cuales los simples miembros de cualquier sistema político influyen o intentan influir en los resultados de la actividad de este (Najel, Jh: participación, 1976-pag53).
El politólogo italiano Gianfranco Pasquino señala que “la participación política es el conjunto de actos y de actitudes dirigidos a influir de manera más o menos directa y más o menos legal sobre las decisiones de los detentadores del poder en el sistema político o en cada una de las organizaciones políticas, así como en su misma selección, con vista a conservar o modificar la estructura del sistema de intereses dominantes” (Revista de estudio socio político-1993 pag.123).
Después del análisis de estos antecedentes se aprecia que deben considerarse, entre otras, dos importantes variables que intervienen en la determinación de la participación política; la variable legalidad (dada por conformidad de la población con las normas legales existentes) y la variable (legitimidad que se expresa a través del grado de aprobación o respaldo que pueda tener una u otra acción dentro de una población).
La participación política es en la mayor parte de los casos una acción de carácter colectivo entre sujetos que comparten motivaciones, intereses y visiones del mundo de la política, los cuales a través de su acción se convierten en portadores de unos determinados significados compartido.
Lo anterior tiene su expresión concreta en la concepción de la participación política de las teorías  burguesas  de la  democracia, en primer lugar en los partidarios del elitismo democrático del siglo XX, que atribuye la extensión de la participación política de amplios sectores poblaciones como una amenaza a las “instituciones democráticas”. Consideran que la participación política de los ciudadanos debe reducirse al mínimo, para concentrar los instrumentos de toma de decisiones en manos de quienes están mejor informados y pueden apoyar con más eficacia los valores “democráticos”
Para una comprensión del fenómeno de la participación política, el examen crítico de los diversos enfoques y paradigmas explicativos  existentes constituye una tarea de primer orden en el campo de los estudios socio político
Los fenómenos que una y otra vez han aquejado al sistema político capitalista se encuentran determinados por la propia lógica que impone el sistema de dominación burguesa. El examen del fenómeno de la participación política.es un ejemplo que nos revela precisamente esta necesidad de adaptación que dicho sistema de dominación ha desarrollado con el fin de “explicar” lo que acontece.
 Uno de los campos que ocupo la atención de la politología capitalista desde la segunda conflagración mundial, lo fue precisamente el de la participación política y su perspectiva de análisis. Veamos el criterio de la  clasificación de participación política que considera tres perspectiva fundamentales: la perspectiva unidimensional, la perspectiva multidimensional, y la perspectiva de “repertorio múltiple de acciones políticas” (Marisa Revilla Blanco Participación política: lo individual y lo colectivo en el juego democrático. Temas  de sociología política, pp.301-307).
Los estudios empíricos de participación política se iniciaron desde finales de la década del 50 del pasado siglo, constituyéndose en la denominada “perspectiva unidimensional “de la participación política. Destacándose entre otros los estudios desarrollados por R .E. Lane y por L. W. Milbath.
En este contexto la participación política comenzó a ser considerada a partir de un ordenamiento interno y jerarquizado de acciones que seguían los sujetos en sus comportamientos  políticos.
Con el tiempo, esta perspectiva comenzó a ser cuestionada a partir de que no todos los sujetos que intervenían en lo político partían de similares criterios a la hora de involucrarse o no en la política, y lo que todavía tenía mayor peso era la consideración de que el grado de esfuerzo  o dificultad que una u otra actividad tenia para el sujeto era el único factor que podía movilizar a los sujetos a participar políticamente.
Lo anterior condujo a la aparición de nuevas investigaciones que trataron de ampliar el diapasón explicativo de factores condicionantes de la participación política. De esta manera hacia inicios dela década del 70 del pasado siglo, comenzó a abriese paso la denominada” perspectiva multidimensional” tras las investigaciones primero de S. Verba y N. Nie, y posteriormente con J. Kim. La participación política paso a ser concebida por estos autores como aquellas actividades legales que en el interior del sistema político realizaban ciudadanos particulares no vinculados profesionalmente a la política, los que a través de ellas se proponían influir tanto sobre la decisión de quien gobierna, como también sobre los comportamientos colectivos de los gobernantes. De esta manera, según esta perspectiva de análisis, existían múltiples dimensiones que se combinaban en distinta proporción durante el proceso de la participación política. 
A diferencia de S. Verba , N. Nie, quienes circunscribían su compresión a las acciones convencionales legales que dentro del marco institucional  desarrollaban los individuos, autores como S.Barney M. Kaase fueron ampliando el espectro dimensional que según  ellos condicionaba la participación política. De esta manera  los citados autores pasaron a incluir no solo las actividades convencionales que se  realizaban bajo un marco legal,  sino también las actividades no convencionales  como podían ser actividades de protestas y contestatarias al sistema político dominante.
 Los politólogos norteamericanos Sidney Verba y Norman Nie escribieron: “La participación política es predominantemente actividad de los ricos,  de los ciudadanos mejor educados, con un estatus alto de ocupación, son los que menos necesitan los resultados beneficiosos de la participación política, quienes ya están favorecidos en el plano económico y social”. Según este criterio, los menos favorecidos y que, supuestamente, están  más interesados por los resultados de la participación política en el proceso político, quedan al margen de la política activa, y los que no obstante, logran incorporarse a ella, no están capacitados para tomar decisiones y elegir.
 Otra de las concepciones capitalista es la teoría de la democracia elitista del siglo XX que rompió radicalmente con la teoría clásica de la democracia del siglo XVIII en lo que respecta a la participación política. Esta última declaraba que el pueblo debía participar directamente en la toma de decisiones políticas más importantes; sus ideas están presentes en el pensamiento de J.J Rousseau J. S Mill.
Los elitistas, por su parte, reducen el contenido de la participación política al ejercicio del voto .J.A. Shumpeter, por ejemplo, plantea que la participación política debe ser limitada, que los políticos deben tomar las decisiones y el ciudadano elegir o rechazar a los políticos. Según este criterio, la democracia moderna es el gobierno por el político; la política gubernamental debe ser potestad de los políticos profesionales; confiere al individuo un papel pasivo en el proceso de participación política, e incluso van más allá cuando se pronuncian porque las decisiones importantes en un grupo o partido deben tomarla los líderes
Los teóricos de la democracia participativa consecuentes con la teoría clásica de la democracia del siglo XVII, se pronuncian por la incorporación eficaz de las masas al proceso de toma de decisiones políticas. Platean que la posición supuestamente “antidemocrática” de las masas es resultada de la insuficiente instrucción, de la desigualdad económica y de que no tienen posibilidades reales de influir eficientemente en los procesos políticos. Estas ideas están en J. J. Rousseau, J, S. Mill y después en C. Patermany B. Barber. Además estiman que es necesario destruir los principios oligárquicos de organización y toma de decisiones, poniendo bajo el control de las masas no solo la labor de los dirigentes de los partidos, sino de los órganos administrativos y legislativo; consideran que esta participación política es necesaria porque sin ella no hay posibilidad de establecer límites razonables a quienes controlan las instancias de poder.  
A pesar de las diferencias que pudiesen  existir .entre cada una de  estas teorías   de análisis de la participación política que dentro de la politología occidental se han desarrollado , podemos afirmar que en la gran mayoría de los casos dentro del mundo capitalista continua siendo la participación electoral la forma de participación política que se considera más importante, al tiempo que continúan siendo las acciones individuales que de manera particular emprendían los sujetos ( el voto, la militancia en un partido, los contactos con representantes políticos, etc.),las formas que por excelencia se han identificado como participación política, quedando de esta forma un tanto al margen la significación colectiva que debe tener la participación política, a partir de la connotación que dimana de la esencia misma de los fenómenos políticos, y que dimana del análisis marxista de las totalidades sociales. Penetrar en tales esencias demanda de una Ciencia Política de Enfoque Sur 
Las anteriores definiciones conceptuales sobre la participación política  nos permiten aproximarnos a una comprensión de dicho fenómeno; han enfatizado en diversos momentos o rasgos que intervienen en la comprensión de la participación política. Por su parte Carlos Cabrera define por participación política al conjunto de acciones individuales o colectivas que permiten a los ciudadanos El “tomar parte”, involucrarse o contribuir directa o indirectamente en la producción y desarrollo de lo político, intervenir en los procesos de formación  y toma de decisiones políticas, subjetivando con ello su posición política ante determinados objetos, procesos y fenómenos políticos que intervienen en su vida cotidiana. Tales acciones pueden plasmarse tanto desde cauces institucionales convencionales,( actividades que tienen que ver con el apoyo a instituciones y canales legales establecidos de participación política (como son elecciones, campañas electorales y apoyo a los partidos políticos) como también desde cauces no institucionales, no convencionales (actividades que se realizan fuera de las vías institucionales, como pueden ser las huelgas, las sentadas, las recogidas de firmas, las manifestaciones, los movimientos sociales o las asociaciones de ciudadanos). (Cabrera, 2015: 15).
Existen múltiples acepciones del término de participación política, las cuales se aplican a las actividades del pueblo en todos sus elementos que conforman el sistema político de una sociedad. Sin embargo, es definida generalmente como el acto de tomar parte en la formación, aprobación o aplicación de medidas de política pública, siendo esta definición aplicable a la actividad de un político, un funcionario gubernamental o un ciudadano común.
 Otra definición la conceptúa como la capacidad que tiene el ciudadano común para involucrarse e incidir en los procesos de toma de decisiones, lo cual tiene un momento relevante en la participación política electoral, aunque no se limita a ella; es un medio para transformar las relaciones de poder  y superar la brecha entre decisores y ejecutores.
El concepto de participación política es un asunto de gran importancia epistemológica para la ciencia política. Es una categoría referida a fenómenos políticos diversos, que han tenido y tienen múltiples  enfoques, que se encuentra en constante evolución y desarrollo como reflejo de los cambios en la vida política de la sociedad en cada momento histórico-concreto.
Los componentes de la participación  política  se integran de manera sistémica tanto en el  plano individual, como en el colectivo, por cuanto forman parte de la vida espiritual de toda sociedad, se concretan en la conducta asumida por los diversos actores en relación con múltiples problemáticas y fenómenos de la actividad política. El componente afectivo ocupa el papel rector por cuanto está ligado a la evaluación del objeto de la participación política.
Con solo conocer el concepto de participación política y los componentes que lo conforman, no se despliegan todas las potencialidades epistemológicas y teóricas que entraña delinear, desde la ciencia política, la participación  política, Por ello será necesario detenerse en los estudios de la participación política más difundidos en las Ciencias Políticas contemporáneas.
 1.2- La participación política en el proceso de Actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista.
Marx y Engels ofrecieron un proyecto transicional político socialista como alternativa revolucionaria, una opción real para la independencia y soberanía de las clases explotadas, y donde los individuos se convierten en actores políticos activos, transformadores de la realidad. Se destaca la  intervención de  un factor nuevo, que es la acción consciente del hombre en la construcción de las relaciones sociales de producción.
Lenin concebía que en la transición socialista el proceso revolucionario educara a las masas y las convertía progresivamente en participantes activos en las transformaciones de la sociedad, considerando su participación política  cada vez mayor como táctica y estrategia política.
La transición al socialismo en Cuba ha sido un modo específico del desarrollo, a partir de la toma del poder político en 1959 y que llega hasta nuestros días.  El mismo puede ser visto en dos planos temporales: la etapa democrático- popular y la transición socialista. En la primera se produjeron las transformaciones vinculadas al problema agrario y campesino; el logro de la independencia económica frente al dominio del capital extranjero, que poseía los eslabones principales de la economía. En la segunda, se desarrollan las transformaciones fundamentales en el sistema de propiedad que ponen en manos del pueblo los medios fundamentales de producción. En ambas la participación política  del pueblo ha sido decisiva. 
En el caso cubano el socialismo se comienza a construir en condiciones difíciles de subdesarrollo impuestas por el capitalismo neocolonial. A ello se suma el férreo bloqueo económico, financiero y comercial, unido a las acciones hostiles y agresivas del imperio, al triunfar una Revolución Socialista en el Hemisferio Occidental tan cercana a los EE. UU.
El contexto actual influenciado por una fuerte ofensiva neoliberal, acompañado de la subversión político –ideológica, exige  de todos los revolucionarios una respuesta más ágil, inteligente y oportuna ante los retos. La aspiración de construir una nación soberana, independiente, democrática, socialista, próspera y sostenible descansa sobre la base de alcanzar niveles efectivos de participación política de la población y de los trabajadores en todos los órdenes de la vida económica, política y social, así como en los mecanismos de evaluación, retroalimentación y ajuste al proceso de transformación social.
En la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista se expresa que la sociedad cubana se encuentra en el período histórico de construcción del socialismo, en el cual son determinantes para su consolidación y avance la unidad político -ideológica y la participación política activa del pueblo con una certera conducción.
Esta idea se reitera en uno de sus principios, al afirmar que la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción es la forma principal de propiedad del sistema socioeconómico y se constituye en base del poder real de los trabajadores y de todos los cubanos.
Para ello las transformaciones en este tipo de propiedad se caracterizan por el papel protagónico de la clase obrera y los trabajadores en general, con elevadas potencialidades y conciencia, capaces de trabajar con motivación, eficacia y productividad; a la vez que demanda de métodos participativos de dirección y control despojados de formalismos, que abarque al colectivo laboral participando activamente en el cumplimiento de políticas y directivas.
La Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba hace un llamado a acrecentar la participación política popular consciente, protagónica y transformadora del pueblo en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, teniendo en cuenta que la sostenibilidad, preservación y desarrollo de nuestro sistema social depende de los resultados que se alcancen en este proceso.
La participación política popular  no se logra por decreto, es un proceso donde los sujetos estén dispuestos a querer participar, que es más que movilizarse. Tiene en cuenta las necesidades para motivar. Lleva implícito el entusiasmo. Hay que incentivar a la gente, enamorar las personas en la tarea para que se involucren. No basta con querer, es necesario saber participar, estar preparado para opinar, aportar, controlar conocer el significado político de su actuación, beneficios que recibe y los riesgos a que se expone. Entrenar en el arte de discutir, de defender su punto de vista, su posición. Dotar de métodos y argumentos para participar, levantar la autoestima de cada persona y colectivo.  Poder participar, verificar si existen las vías para participar, crear las condiciones (objetivas y subjetivas) y un clima de confianza, seguridad y respeto para la participación. Estimular la creación de condiciones para el más amplio y sincero intercambio de opiniones de los dirigentes de las organizaciones políticas y de masas, así como las instituciones del Estado y del Gobierno con los trabajadores y la población.
La participación política popular es un proceso de involucramiento de los dirigentes y dirigidos de forma cohesionada, consciente, comprometida y activa en el cumplimiento de los objetivos propuestos. Genera desarrollo en forma de espiral, aspirando a nuevos niveles participativos que responde a metas superiores. Produce cambios cualitativos, a la vez que necesita replanteos sucesivos que garanticen su evolución.
El aumento de la participación política entre los sujetos genera crecimiento, responsabilidad, autodesarrollo y aumento de capacidades. En la medida que los sujetos se interrelacionan más, tienden a producir un mayor involucramiento, propiciando un ciclo retroalimentado que lleva a la elevación de los niveles participativos.
1.3- La participación política como proceso clave en la transición socialista en Cuba.
En la sociedad socialista y en toda sociedad que inicie un proceso revolucionario, la participación política popular debe ser un derecho ciudadano, pues constituye una de las vías principales para ejercer el derecho de participar en la construcción de la nueva sociedad, al tiempo que, por ello mismo, es también un deber.
En las condiciones de la democracia socialista, la consulta a los ciudadanos a través de los mecanismos gubernamentales globales como los referendos, y más restringidos, como las solicitudes individuales y colectivas a organismos públicos, medios de comunicación y dirigentes políticos, están directamente relacionada con la participación política popular.
La experiencia de Cuba socialista como proceso democrático, tanto en la esfera política como en toda la vida social, conjuga armónicamente la participación política con la conciencia y la cultura políticas, factor principal para mantener el consenso popular alrededor del proceso revolucionario, lo que contribuye sustancialmente a su plena legitimidad.
En Cuba, la participación política popular se manifiesta en un contexto de amplia legitimidad y gobernabilidad, sustentada por el apoyo mayoritario del pueblo, a pesar de las condiciones de subdesarrollo, de la compleja situación internacional y de la agresividad del gobierno de los Estados Unidos; y se expresa en la democracia socialista, perfectible, pero superior al modelo burgués de democracia ‘’representativa’’, que se presenta como alternativa por los politólogos del primer mundo.
En la transición socialista, la participación política popular adquiere una decisiva connotación, pues en los países cuyos pueblos asumen la vía de desarrollo socialista se requiere la máxima participación popular en general y política en particular, para poder enfrentar los grandes retos de la construcción del socialismo y del enfrentamiento a la reacción interna y externa, sobre todo del imperialismo norteamericano.             
Se pueden precisar las siguientes ideas a la interrogante ¿Por qué la participación política popular es un proceso clave en la transición hacia el socialismo?

  • Garantiza en gran medida el carácter democrático del socialismo.
  • Es una vía esencial para lograr la prosperidad material y espiritual de toda la sociedad.
  • Contribuye a la condición del desarrollo de la transición socialista para avanzar hacia un nuevo estadio.
  • Demuestra que en la transición socialista el hombre es lo primero y que el “hombre nuevo” es alcanzable.
  • Contribuye a reproducir las relaciones de poder. La participación política popular es un tema vinculado con una concepción y forma de ejercicio del poder desde los diferentes espacios y redes de interacciones de la vida cotidiana y su expresión en las relaciones e instituciones sociales, culturales y políticas.
  • Es una herramienta potenciadora de las capacidades colectivas para ejercer influencia real en las decisiones políticas y de gobierno.
  • Empodera a los diferentes actores sociales en función de la construcción de visión de nación soberana, independiente, democrática, socialista, próspera y sostenible.
  • Convierte al sujeto popular en artífice de las políticas y las transformaciones económicas y sociales.
  • Es una vía para acercar a las masas populares a lo mejor de la creación humana y a la información.
  • Es un antídoto contra la subversión político –ideológica, la banalidad y la política neoliberal que nos quieren imponer las sociedades de consumo y el nuevo orden político imperante en el mundo actual.

En un escenario caracterizado por el incremento y heterogeneidad de los sectores y grupos, así como el aumento de acciones subversivas por parte del enemigo dirigidas fundamentalmente a los sectores identificados como vulnerables, donde se estimula la apatía, el desaliento, el desarraigo y la falta de confianza en la Dirección de la Revolución y el Partido, es importante garantizar una participación política  superior de la población en aspectos decisivos de la sociedad, ratificando la idea de Fidel que la verdadera democracia está en ‘’…tener en cuenta el sentimiento y sabiduría de las masas’’.
El logro de una participación política popular superior debe ir acompañada de una labor preventiva (que se anteponga a los problemas), inteligente (sobre la base de la preparación integral, el conocimiento previo, con argumentos sólidos, con métodos adecuados), firme (sobre la base de los principios socialistas, con firmeza ideológica), sistemática (día a día, minuto a minuto, no dejando espacios vacíos, reiterando ideas esenciales) y de mayor alcance (que se le llegue a un mayor número de personas y con mayor calidad)
Es vital que los cuadros perfeccionen el estilo de dirección para propiciar un mayor vínculo con las masas, que exijan y controlen como corresponde, que conozcan lo que sucede a su alrededor, que movilicen a los colectivos a la solución de los problemas y estimulen la iniciativa creadora, para que el pueblo se proyecte verdaderamente como sujeto colectivo masivo del poder. Se impone a la dirección política de la sociedad prestar mayor atención a la dialéctica de la relación dirigente- dirigido en aras de contribuir al perfeccionamiento democrático.
La construcción del socialismo próspero y sostenible sólo será irreversible si junto al desarrollo económico social y cultural se perfecciona la institucionalidad lograda y la acompañan mecanismos de participación política efectivas, en particular la participación política de los trabajadores en defensa del protagonismo de la propiedad estatal como cimiento estratégico, que tengan en cuenta los cambios generacionales que introducen nuevas vivencias, experiencias y motivaciones.
Repensar la forma en que se aprovecha el potencial participativo acumulado por la sociedad cubana, superar los obstáculos actuales, cambiar prácticas, así como reformular concepciones de participación política popular en un escenario económico e ideológico dinámico y complejo es un imperativo, teniendo en cuenta que se pone en riesgo el  logro de la unidad en la diversidad, el sostenimiento de las conquistas sociales logradas, el prestigio político alcanzado por Cuba en la arena internacional; así como el logro de visión de nación independiente, soberana, democrática, socialista próspera y sostenible.

CONCLUSIONES

  • La Revolución cubana ha demostrado la posibilidad de una democracia participativa en una sociedad en transición socialista en las más difíciles condiciones.
  • En la transición socialista, la participación política popular adquiere una decisiva connotación, pues en los países que asumen la vía de desarrollo socialista se requiere la máxima participación popular en general y política en particular.   
  • El proceso de actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista exige de un perfeccionamiento sostenido de la participación política en todas las esferas de la vida social.
  • La participación política popular es una condición inherente al desarrollo socialista.

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*Profesor Asistente del departamento Historia y Marxismo Leninismo, Licenciado en Educación en la especialidad de Maestro Primario por el Instituto Superior Pedagógico “Blas Roca Calderío” (1991).Aspirante a Máster en Estudios Sociopolíticos.
** Profesor Instructor del departamento Historia y Marxismo Leninismo. Licenciado en Educación en la especialidad de Marxismo Leninismo e Historia por la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Blas Roca Calderío” (2013).

Recibido: 25/03/2019 Aceptado: 26/06/2019 Publicado: Junio de 2019


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