Maily Morejón Concepción*
Juana Pérez Rodríguez**
Yuniet de la Caridad Varela Rodríguez ***
Universidad de Cienfuegos, Cuba
Correo: mmorejonconcepcion@gmail.com
Resumen:
El desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones y el acceso cada vez mayor a ellas han provocado que los jóvenes desarrollen una relación muy importante ellas. Los usos de estas nuevas tecnologías por parte de los jóvenes, en el contexto cubano, tanto en la facilidad con que se apropian de ellas como en su calidad de nativos digitales conlleva a que estos vivan continuamente en la recomposición de prácticas y representaciones y a su vez impactan en la manera en que desarrollan sus relaciones sociales. Lo anterior obliga a los científicos sociales y decisores políticos a tomar a los jóvenes como protagonistas de su realidad y a comprender la condición juvenil que emerge en este siglo. Con este trabajo nos hemos propuesto reflexionar sobre la realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC en el contexto actual.
Palabras Claves: Tecnologías- Información-Comunicaciones-Jóvenes-Internet-Redes Sociales
Abstract: The development of information technologies and communications and the increasing access to them have caused young people to develop a very important relationship. The uses of these new technologies by young people, in the Cuban context, both in the ease with which they appropriate them and in their capacity as digital natives means that they live continuously in the recomposition of practices and representations and in turn impact on the way they develop their social relationships. This forces social scientists and political decision makers to take young people as protagonists of their reality and to understand the youthful condition that emerges in this century. With this work we have proposed to reflect on the reality of young Cubans facing ICT in the current context.
Keywords: Technologies- Information-Communications-Youth-Internet-Social Networks
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Maily Morejón Concepción, Juana Pérez Rodríguez y Yuniet de la Caridad Varela Rodríguez (2019): “Las tecnologías de la información y las comunicaciones: una mirada a la realidad de los jóvenes cubanos”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/tecnologias-informacion-cuba.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906tecnologias-informacion-cuba
MÁS QUE INTRODUCCIÓN, PUNTO DE PARTIDA.
El progreso tecnológico ha hecho posible que cada día se cuente con herramientas mas eficientes para acceder a contenidos informativos, transmitir datos e imágenes, comunicarnos y relacionarnos con otras personas. Muchas de las llamadas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), están basadas en el uso de Internet y se han incorporado como aplicaciones o servicios que utilizamos desde nuestro ordenador, tableta o teléfono móvil.
Es incuestionable que vivimos inmersos en una época de cambio social debido a la influencia de las TIC. Estas herramientas tecnológicas nos han proporcionado muchas ventajas en cuanto a movilidad, información fácil y actualizada, entretenimiento, relación social, etc.
Las TIC, de manera equivalente a la escritura (como tecnología de la palabra), no son únicamente un conocimiento técnico, una habilidad discreta, que produce cambios en las personas independientemente del contexto. Por el contrario, las TIC son una práctica social; es decir, están inmersas dentro de contextos sociales. Por ello, involucran comportamientos, valores y significados asociados a ellas, y están inscritas en las relaciones de poder y desigualdad que atraviesan las sociedades (Ames, 2014: 4).
El desarrollo de estas nuevas tecnologías y el acceso cada vez mayor a ellas han hecho que los jóvenes tengan una relación muy importante, concretamente con Internet y la telefonía móvil. Estos cambios que se producen en nuestra sociedad de una forma tan rápida, repercuten directamente en las relaciones sociales y en la actitud de las personas ante las nuevas situaciones que provocan.
Los usos de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes, en el contexto cubano, tanto en la facilidad con que se apropian de ellas como en su calidad de nativos digitales conlleva a que estos vivan continuamente en la recomposición de prácticas y representaciones y a su vez impactan en la manera en que desarrollan sus relaciones sociales. Lo anterior obliga a los científicos sociales y decisores políticos a tomar a los jóvenes como protagonistas de su realidad y a comprender la condición juvenil que emerge en este siglo.
Con este trabajo nos hemos propuesto reflexionar sobre la realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC en el contexto actual. Se realiza un recorrido por conceptualizaciones en torno a las TIC y la juventud como categoría social, así como por los elementos del contexto que condicionan las características de la juventud cubana y el uso y desarrollo de estas tecnologías como parte del proceso de informatización de la sociedad cubana, para finalizar analizando realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC.
TIC: MUCHO MÁS QUE HERRAMIENTAS
Como todo proceso de profunda transformación social, la expansión global de las TIC es un fenómeno complejo y polifacético en el que coexiste la posibilidad de reproducción de un orden económico, político, cultural y de género marcado por la desigualdad como también por la manifestación de procesos de resistencia, de resignificación y de apropiación de estos bienes por parte de sujetos y grupos sociales que pugnan por democratizar y asegurar la inclusión y la diversidad de este nuevo entorno sociocomunicativo.(Bonder, 2008: 918).
“En líneas generales podríamos decir que las nuevas tecnologías de la información y comunicación son las que giran en torno a tres medios básicos: la informática, la microelectrónica y las telecomunicaciones; pero giran, no sólo de forma aislada, sino lo que es más significativo de manera interactiva e interconexionadas, lo que permite conseguir nuevas realidades comunicativas”. (Cabero, 1998: 198). La columna vertebral de estas nuevas tecnologías es Internet.
Autores como ManuelCastells, Edgar Morin y Stanley Aronowitz les asignan un papel fundamental en los nuevos escenarios y dinámicas sociales. Los conceptos de red, de globalización, y sociedad en red, entre otros, intentan dar sentido a un cambio de época cargado de incertidumbres, expectativas, promesas y amenazas.
Castells y Hall (2001) afirman enfáticamente que los procesos tecnológicos deberían pensarse a partir de marcos interpretativos que tomen en cuenta la aplicación de la innovación tecnológica en las prácticas sociales y en la nueva división social del trabajo. Su concepto de “tecnópolis” remite a la conformación de una economía global y, especialmente, a la aparición de una nueva forma de producción y gestión económica en la cual las TIC constituyen la base material para la integración de los procesos económicos en el ámbito mundial, al tiempo que proporcionan la necesaria flexibilidad para el desarrollo eficaz de tales procesos.
En suma, es indudable que la expansión global de las TIC imprime una nueva dinámica y sustancia a las construcciones socioculturales y topográficas, transforma radicalmente las nociones de tiempo y espacio y asigna un valor superlativo a la información y el conocimiento, o al menos, a ciertas formas de conocimiento que se legitiman por estos mismos soportes tecnológicos (Bonder, et al: 920).
El uso de las TIC no se inserta en sujetos que funcionan como receptáculos vacíos, sin historias ni contextos, sino que se entrelazan con ellas y las modifican, al tiempo que son o pueden ser resignificadas en virtud de las necesidades, posibilidades y creatividad de las personas. Resultando entonces significativo explorar las relaciones que se establecen entre estas y la juventud.
PENSAR LA JUVENTUD: LA CONSTRUCCIÓN DE LA CATEGORÍA
Aunque la cuestión juvenil históricamente no ha tenido un lugar central en las ciencias sociales si ha sido analizada desde varios enfoques. No se trata en estas páginas de rastrear las distintas formas en que se ha construido la categoría juventud sino de destacar aquellas construcciones que más aportan a los análisis que posteriormente estaremos realizando.
En la actualidad la juventud continúa siendo objeto de análisis de las ciencias sociales, alcanzando mayor centralidad. Sin embargo, en las últimas décadas, la realidad internacional ha cambiado, lo que condiciona los comportamientos juveniles y las concepciones acerca de la juventud. De ahí la referencia a los efectos de la globalización y el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, que a nuestro juicio, dejan su impronta en los jóvenes en sentido general, y en la juventud cubana en particular.
La juventud como categoría científica engloba las características históricas concretas que definen a un grupo sociodemográfico. Esta es una etapa que responde a características sociales concretas que determinan los roles y las funciones a desempeñar por estos actores sociales y pautan las relaciones sociales que se establecen entre los miembros de este grupo y de ellos con los restantes grupos sociodemográficos que constituyen una sociedad concreta.
Es importante tener en cuenta que este grupo social no es homogéneo y para su comprensión partimos de una concepción de juventuden la que ésta se define como una categoría histórico concreta que designa un grupo sociodemográfico interidnte diferenciado según su pertenencia a la estructura social de la sociedad, en particular a las distintas clases y capas que la componen, a la vez que constituye su segmento más dinámico y móvil(Domínguez, 1995).
Lo más importante de este período es su contenido, o sea, el proceso de transformación que se produce en el individuo, que va desde su capacidad para reproducirse sexualmente hasta la de reproducir a la sociedad.
Buckingham en su trabajo Crecer en la era de los medios electrónicos. Tras la muerte de la infancia (2002), refiere que “La juventud como concepto es una representación cultural que comparten los miembros de una cultura, una cultura que en la actualidad está cada vez más globalizada, en la que las representaciones y los significados socialmente construidos comparten elementos cuyo origen son otros grupos sociales distantes en el espacio y aún en el tiempo. Esto significa que ni la juventud, ni la infancia, ni la adultez son absolutas y universales, sino relativas y contingentes en el tiempo histórico y en los espacios culturales. Es decir, son construcciones sociales que revisten diversas formas en los distintos contextos históricos, sociales y culturales.
La nueva generación latinoamericana de científicos sociales dedicados a la cuestión juvenil muestra consenso respecto a la diversidad actual de la juventud. Es muy común que no se hable de juventud, sino de juventudes, cuyas diferencias están determinadas por elementos sociales y culturales, estrechamente relacionados con las transformaciones ocurridas en la organización económica.
Como dice el sociólogo argentino Mario Margulis (2001), no existe una única juventud. Al interior de este colectivo existe una diversidad de culturas o tribus que son móviles, se congregan a partir de estilos de vida, prácticas, sensibilidades, éticas y estéticas.
En América Latina se produce un proceso de segmentación, generado por los cambios en la economía, el trabajo, la política y la cultura; adicionando el enorme efecto socializador de las tecnologías de la información y las comunicaciones como elemento constituyente de subjetividades.
Balardini (2003: 23) sostiene que los medios moldean una cultura juvenil en conflicto con la cultura forjada por los espacios tradicionales de socialización; ya que al permitir la comunicación con gran número de personas en cualquier lugar del mundo, sobrepasan su papel informativo, para convertirse en agentes socializadores de referencia, capaces de contrarrestar, complementar o potenciar la influencia de otros agentes socializadores como la escuela o la familia. Estos canales aportan gran parte de la información con la que se construye la imagen de la realidad, proporcionan valores, normas, modelos, símbolos, etc. y a su vez tienen una amplia capacidad para decir el significado de las cosas, su importancia y cómo hay que valorarlas. Con gran despliegue tecnológico, invaden todos los espacios, la familia, las calles, los establecimientos, las plazas públicas, internet, entre otros, mediante la publicidad, la música, el cine, la televisión, etc. El fenómeno de los medios se agudiza por el proceso de globalización, que atraviesa diversos ámbitos, de ahí que, junto a la globalización de la producción, la distribución y comercialización, se globalicen también las comunicaciones y los mensajes, contribuyendo a desarrollar una cultura globalizada de consumidores.
“Estas profundas mutaciones culturales producidas los últimos años, vinculadas a cambios en la organización productiva de nuestras sociedades y esta irrupción invasora, masiva de los medios de comunicación que ya no podemos elegir, sino que está presente en toda nuestra vida social, van a constituirse en la argamasa de la pluralidad de adolescencias y juventudes con que nos vamos a encontrar.”(Balardini, 2003: 22).
Sin embargo, no siempre se produce una recepción pasiva de las transmisiones mediáticas; con respecto a esta problemática, Balardini defiende el criterio que la diferencia de influencia se relaciona con la diferenciación social, el origen familiar, el hogar de procedencia y la capacidad de consumo.
Es decir para abordar los asuntos relacionados con la juventud hay que tener en cuenta su heterogeneidad y el lugar que ocupan en la estructura socioclasista, así como el contexto histórico concreto en el que se desarrollan pues cada fenómeno o proceso social es asumido de manera diferente por los grupos juveniles dependiendo de estas cuestiones. Por ello veamos ahora algunos elementos del contexto cubano que nos hablan de las características de la juventud en nuestro país.
SER JOVEN EN CUBA: ALGUNOS ELEMENTOS DEL CONTEXTO
Las transformaciones en las condiciones materiales y sociales de existencia que ha vivido el país ha incidido en la producción de los nuevos sujetos sociales y por tanto en la reproducción social trayendo consigo la aparición de diferencias notables entre las distintas generaciones provocando cambios que van desde el plano cognitivo hasta el plano moral. Ya para el 2013 el 20% de la población había nacido a partir de 1990, es decir posterior al derrumbe del campo socialista y en condiciones de período especial.
Las características del período en el que ha crecido la actual juventud cubana resaltan por la complejidad, tanto en el ámbito nacional como el internacional: derrumbe del campo socialista, período especial, crisis de los balseros, doble moneda, apertura al turismo, apertura a las nuevas tecnologías, apertura a la diversidad sexual, diversificación de las formas de empleo no estatal, aumento de las desigualdades, crisis mundial, lineamientos de la política económica, actualización de la política migratoria, pero también total acceso a la educación, impacto de los Nuevos Programas de la Revolución en el marco de la Batalla de Ideas, crecimiento de la pertenencia a las Organizaciones Políticas y Estudiantiles, entre muchas otras.
A partir de todos aquellos elementos que en el orden objetivo afectaron a la sociedad cubana desde la década de los 90 y que impactaron directamente en el ámbito de la vida cotidiana, los jóvenes han experimentado un crecimiento de la heterogeneidad en el área subjetiva, en particular, en cuanto a expectativas, valores y cultura política, lo que se expresa en un amplio abanico de intereses y una relativa pasividad, lo colectivo ha perdido fuerza en el imaginario social cediendo terreno al individualismo, a las estrategias familiares de sobrevivencia y de elevación de los ingresos.
Los jóvenes cubanos en su mayoría poseen elevados niveles educativos y altos niveles de inclusión a organizaciones políticas y sociales, particularidad de la juventud cubana en el contexto internacional, donde hay desencanto con las organizaciones políticas y por tanto no están interesados en pertenecer a ellas. No obstante es importante destacar que los espacios de participación de estos se han formalizado al punto que las organizaciones de masas han perdido capacidad de interlocución con los jóvenes, quienes no comprenden sus roles, no ven sus intereses representados en estas y por tanto no se involucran en sus procesos. A partir de investigaciones realizadas 1 se determinó que los jóvenes cubanos poseen elevadas expectativas profesionales y de consumo y bajos niveles de satisfacción con sus ingresos y con sus posibilidades de consumo.
Hoy la juventud cubana se enfrenta al reto que representa el envejecimiento poblacional y su impacto sobre las relaciones intergeneracionales, quienes tienen su primera expresión en el ámbito familiar, pero que se extienden al espacio laboral, comunitario y al de la sociedad como un todo. Es importante resaltar que cada grupo generacional que coexiste hoy se ha desarrollado en momentos históricos –sociales concretos que les ha permitido trazar diferentes estrategias para su desarrollo y por tanto compartir diferentes vivencias. Esto ha provocado que entre generaciones jóvenes y adultas haya cierto distanciamiento de normas y valores.
Especial atención requiere este asunto, pues, aunque desde el triunfo mismo de la Revolución los jóvenes han jugado un rol protagónico, en nuestro país predomina y se reproducen patrones adultocéntricos en los diferentes espacios de interacción social, limitando en alguna medida su integración social.
Finalmente, en otro ámbito, es importante señalar por su posible vinculación con los procesos de socialización, que a la hora de compararse con las generaciones precedentes, los jóvenes tienden a subvalorarse, justamente en cuanto al desarrollo de sus propios valores. La dinámica de estas relaciones se enmarca en una visualización de más diferencias que semejanzas, caracterizada por la visión más crítica y negativa de sí mismos en relación a sus antecesores.
El comportamiento de subvaloración o mayor criticidad en su comparación con las generaciones mayores, sí alerta y pone el acento en el funcionamiento de los procesos socializadores, y la posibilidad de la existencia de mecanismos autoritarios y rígidos, que no permiten la actualización y contextualización de los valores. Estas cuestiones han sido identificadas por los diferentes estudios donde se alude a la existencia de relaciones de autoridad que afectan la interrelación generacional armónica, que se pueden manifestar en procesos de socialización marcados por la rigidez, autoritarismo y el paternalismo, tanto desde las instituciones formales como las informales(Castilla, 2016: 13).
Unido a estos procesos demográficos la juventud se enfrenta hoy a las dinámicas socioeconómicas, en momentos en que se están implementando los lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución como parte de la Actualización del Modelo Económico y Social. Las repercusiones en el orden económico están teniendo su impacto tanto en sentido estructural como subjetivo. En primer lugar se expresan en los procesos de movilidad social asociados a cambios en la gestión de la propiedad y luego en la forma en que perciben esos cambios y su relación con la continuidad del proyecto revolucionario. Este elemento es importante si se tiene en cuenta que los jóvenes están más dispuestos al cambio que las personas adultas.
Otro elemento importante a tener en cuenta es la utilización de las TIC y su paulatino desarrollo en Cuba, así como el acceso cada vez mayor de las personas a estas y la voluntad política del gobierno revolucionario de que esto continúe in crescendo.
CUBA EN EL CONTEXTO DE LAS TIC
Cuba es un país, que a pesar de sus limitaciones, ha realizado enormes esfuerzos por mantenerse a la par de los adelantos tecnológicos que han surgido a escala mundial. Tanto es así, que nuestra sociedad ha priorizado el uso de estas tecnologías en los renglones más importantes del país, estamos hablando de la salud pública, el sector empresarial y la educación.
Los Jóvenes Club de Computación también se han sumado a todo lo que favorezca el desarrollo de la sociedad y para ello ha contribuido con su experiencia a trabajar por tratar de erradicar las dificultades que se vayan presentando.Sin embargo la situación de la actividad informática existente no permite dar respuesta a todas las necesidades que se demandan por la población, con un escaso avance en el uso de las TIC de forma uniforme y coherente.
La informatización, que se ejecuta desde hace varios años, demuestra la voluntad política del país por acercar cada vez más las nuevas tecnologías a la población, refrendado en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que rigen las transformaciones en curso, y parten de que no es posible una sociedad próspera y sostenible sin subordinar a tales objetivos las herramientas que garanticen el acceso al conocimiento, la eficiencia, la productividad y la excelencia.
Asimismo, la Primera Conferencia Nacional del Partido se trazó, como uno de sus objetivos, "aprovechar las ventajas de las tecnologías de la información y las comunicaciones, como herramientas para el desarrollo del conocimiento, la economía y la actividad político e ideológica; exponer la imagen de Cuba y su verdad, así como también combatir las acciones de subversión contra nuestro país".
Un pilar fundamental en la estrategia para llevar a cabo la informatización de la sociedad cubana es el desarrollo de la infraestructura y el equipamiento. Para ello se trabaja en seis puntos: integración de servicios de telefonía, televisión digital y datos, creación de una red nacional de centros de datos, garantías en infraestructura de cobertura nacional, despliegue de la banda ancha en el país, comercialización de equipos informáticos a precios asequibles, y la necesaria sostenibilidad. (Guevara, 2015)
Las bases para la informatización de la sociedad cubana tienen como objetivo que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se conviertan en un sector de desarrollo estratégico y potencien una economía del conocimiento. “Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) tienen el potencial de brindar nuevas soluciones a los problemas del desarrollo,en particular en el contexto de la globalización, y pueden promover el crecimiento económico, la competitividad, el acceso a la información y los conocimientos, la erradicación de la pobreza y la inclusión social”, acotó en su intervención en la sesión plenaria de la Reunión Multisectorial Global sobre el futuro de la Gobernanza de Internet, el Viceministro de Comunicaciones de Cuba, Wilfredo González Vidal.
El año 2017 marcó la expansión del acceso a Internet en Cuba. Por solo citar un dato interesante: se produjeron a diario 250 000 conexiones a través de más de quinientos puntos de acceso público en todo el archipiélago. Los datos más recientes ofrecidos por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) a CubaTV confirman 135 000 accesos diarios al portal de gestión Nauta y más de 300 000 conexiones diarias en estos momentos.
En 2017, fuimos también la nación de mayor crecimiento en dos categorías de conectividad digital: por un lado, presencia en redes sociales —con más de 2,7 millones de nuevos usuarios- y por otro, uso de móviles para acceder precisamente a Facebook, Twitter, Linkedin.Yapara 2018, la informatización de la sociedad cubana continúa como prioridad. De hecho, ETECSA anunció la apertura del servicio de datos móviles (Schlachter, 2018) .
Hay que destacar además, el impacto de los Joven Club de Computación y Electrónica, la paulatina ampliación del servicio Nauta Hogar, las posibilidades de la Banca Electrónica y los resultados de la Universidad de Ciencias Informáticas, que ha promovido la industria cubana del software.
Esta nueva situación tecnológica en la isla viene a describir la realidad de los jóvenes cubanos ante las TIC. Este camino de exploración está en la base del estudio que presentamos.
JUVENTUD Y TIC EN CUBA: ALGUNAS REFLEXIONES
Según Sergio Balardini (2004), las nuevas generaciones representan el nuevo homo videns, cuyas nociones de tiempo y espacio difieren radicalmente de la cultura de los viejos sapiens, de la palabra y el texto escrito. Flamantes videoformados/as establecen una vinculación con las TIC que va mucho más allá de manipular determinados instrumentos tecnológicos, “hay un poder subjetivador profundo en esta relación y sus nuevos lenguajes que arroja como resultado la producción de nuevos sujetos y subjetividades, en la que no se trata de la dimensión del poseer, sino del ser”.
Ahora bien, aunque el consumo de tecnología digital sea un hecho cotidiano para los jóvenes, es obvio que sus posibilidades de acceso y sobre todo sus oportunidades y capacidades de apropiación son muy disímiles según el sector social, capital cultural y el género.
Los datos más recientes demuestran que la brecha en el acceso a las TIC se está nivelando, evidenciando que las mujeres superan a los varones. Sin negar que los elevados precios que aún existen en nuestro país sea un factor condicionante para el acceso a estas tecnologías, los datos demuestran que los jóvenes cubanos están entrando a ritmo rápido en estos entornos.
Allí se encuentran con un volumen inmenso de información de todo tipo, una amplia gama de representaciones y valores culturales y estilos de vida; y, fundamentalmente, con estímulos para el consumo de bienes, la creación de emblemas de identidad y el acceso a nuevos espacios de sociabilidad que traspasan las fronteras locales y nacionales.
Quizás uno de los fenómenos más interesantes de la Cuba actual sea el llamado “paquete”,compilación digital que circula por todo el país a través de discos duros externos. Este incluye telenovelas, series, películas, videos musicales, documentales, música, videojuegos, catálogos, publicidad, noticieros, revistas, libros, actualizaciones de anti-virus, reality shows, aplicaciones para móviles, entre otros.
Según algunas de las pocas investigaciones que se han realizado al respecto, los jóvenes son los consumidores más activos de esta forma de entretenimiento, lo que ha hecho mermar la asistencia a los espacios públicos que ofrecen opciones con más condiciones para socializar pero que, tal parece, no cumplen totalmente con las expectativas de este grupo etáreo como tampoco las deficientes y muchas veces poco atractivas propuestas de la televisión.
Es necesario destacar que en un contexto desfavorecido tecnológicamente, nuestra población juvenil ha adquirido las habilidades tecnológicas necesarias para interactuar con tecnologías digitales. Esta ha logrado apropiarse de las competencias necesarias para hacer un consumo crítico y creativo de bienes y servicios culturales propios de los mercados informales; pero también para configurar sus propios consumos culturales, que denotan prácticas de participación de mayor implicación. No obstante estas prácticas muestran accesos diferenciados a partir de la tenencia a nivel personal de determinadas tecnologías, economía familiar o personal distintiva y residencia en zonas urbanas, entre otros factores.
Datos procedentes de investigación realizada por el Centro de Estudios sobre Juventud en el año 2016, arrojaron que un 70 % de los jóvenes entrevistados tienen acceso a las tecnologías, fundamentalmente a teléfonos móviles y computadoras, las cuales utilizan como herramientas para el intercambio de información y útiles para el estudio y el trabajo; además de considerarlas imprescindibles para los procesos de socialización. Un elevado número de adolescentes accede a internet a través de las zonas wifi, lo que implica erogación de ciertas sumas monetarias, que generalmente aporta la familia.
El intercambio de fotos, música, videos y juegos es lo principal del uso que atribuyen a las nuevas tecnologías, y en segundo lugar lo relacionan con la obtención de información para el estudio. Son las féminas las que más acceden a internet.
La generación más joven parece encontrarse más cómoda con el uso de las TIC y más adepta a ellas para expandir su conocimiento.La posesión de estas tecnologías, crea en ellos sentimientos de felicidad, pues significa una manera de estar “actualizados”, “a la moda”; aunque en algunos casos se detectaron síntomas de superioridad respecto a otros, teniendo en cuenta que este acceso otorga plusvalía social2 .Los artefactos diferencian a sus usuarios y anuncian las brechas de desigualdad entre unos jóvenes y otros.
El carácter lúdico en las relaciones sociales, el presentismo y el hedonismo son cuestiones que se han reforzado en la juventud cubana a través del uso de las TIC. Así mismo nada de lo que pasa en el mundo les es ajeno, se mantienen enlazados a través de complejas redes de interacción y consumo. El estar conectados trasciende el sentido técnico para transformarse en un espacio de socialización, de pertenencia a una o más redes sociales.
Según una investigación exploratoria a nivel nacional sobre el uso actual de las TIC por los adolescentes y jóvenes cubanos en sus prácticas sociales,realizada por el Centro de Estudios sobre Juventud (Juventud Rebelde, 2018),la mayoría de los adolescentes y jóvenes cubanos se conectan a la red de redes solo cuando tienen la posibilidad. El teléfono móvil es la tecnología más utilizada por ellos para acceder a Internet y la mayoría ha accedido alguna vez a una o más redes sociales. Estos espacios los adolescentes y jóvenes los aprovechan en primer lugar para contactar con amigos y con personas que hace tiempo no ven, en segundo lugar para conocer personas nuevas, en tercer lugar para subir videos y fotos, en cuarto lugar para obtener información y por último, un porciento muy poco significativo como para otorgarle un lugar, lo utiliza para difundir la realidad cubana.
Atendiendo a esto y teniendo en cuenta que, cómo se planteó anteriormente, los jóvenes cubanos tienen una elevada integración a organizaciones políticas y sociales, urge que estas organizaciones aprovechen los espacios generados por las TIC para aumentar la participación social de la juventud. Para generar esa interlocución necesaria con adolescentes y jóvenes, de manera que sus criterios e intereses se encuentren en las plataformas digitales con los principios y valores de la Revolución Cubana.
Siguiendo los resultados de esta investigación (Juventud Rebelde, et al) la mayoría de los adolescentes y jóvenes utilizan las computadoras, laptops, móviles y tabletas para trabajar o estudiar, para entretenerse y para comunicarse y muchos de ellos lo hacen en su centro de estudio.
Resulta entonces importante también que los procesos educativos llevados a cabo por las instituciones de educación cubanas conlleven a una integración de los jóvenes a la sociedad del conocimiento a través de las TIC, lo que posibilita integrarse a la revolución de la información, acceder a trabajos “inteligentes” y participar en redes en las que circula el conocimiento.
La utilización de estas tecnologías como un medio para el desarrollo de los jóvenes en las escuelas y universidades cubanas posibilita la adquisición de habilidades para ejercer nuevas formas de ciudadanía, convivir constructivamente en el multiculturalismo, y combinar el vínculo inmediato con el vínculo mediático.
MÁS QUE UN CIERRE, ALGUNAS REFLEXIONES
Las tecnologías de información no son meros recursos o instrumentos que se insertan en un orden socioeconómico y cultural preexistente sino que lo subvierten, aunque de maneras altamente complejas y todavía poco exploradas (Bonder, et al: 919).
Ante la creciente expansión y uso de las TIC en la sociedad cubana, resulta más importante que nunca, ampliar los espacios para que las juventudes se re-conviertan en protagonistas activos del cambio y contribuyan a articular las propuestas formuladas desde el Estado con sus propios intereses y necesidades. Ello requiere repensar las formas de participación juvenil a través de diversos canales que hagan más atractivas y efectivas las formas de ejercer su ciudadanía y participar en la solución de sus propios problemas.
Parece indispensable inventar con los jóvenes modos de habitar la sociedad de la información o del conocimiento que revigoricen las maneras de pensar y comprender su cultura e identidad, así como su papel en la sociedad cubana actual, sin dejarse subyugar por la cultura dominante. Para ello la educación tiene que jugar un papel preponderante.
El estado cubano y sus políticas sociales dirigidas a la juventud tienen que ser capaces de disminuir la brecha de desigualdades que existen entre los jóvenes teniendo en cuenta las posibilidades de acceso a la tecnología digital. Resulta imprescindible entonces que se amplíen y diversifiquen más las zonas con acceso a internet y que se reduzcan los precios para acceder a este, así como que se realice la comercialización de equipos informáticos a precios asequibles a adolescentes y jóvenes. Es decir, en este sentido las políticas sociales tienen que lograr articular las expectativas y necesidades individuales con las metas sociales que se pretenden alcanzar mediante el proceso de informatización de la sociedad cubana.
BIBLIOGRAFÍA