Bertha Alejandra Paredes Calderón*
Mayra Luzmila, Pomaquero Yuquilema**
Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Ecuador
Correo: bparedes@espoch.edu.ec
Resumen
Los individuos razonan de manera simbólica, como parte de una tradición de pensamiento que mistifica la realidad humana. Su significado es especial para las personas que comparten recuerdos, valores y creencias socialmente aceptadas, siendo estas representaciones perceptibles a quienes plasman la conciencia cultural, racional o emotiva que los personifica. El exhaustivo proceso de entendimiento sobre la dialéctica cultural ecuatoriana, basa su fundamento en la recolección de fuentes bibliográficas, que a través de un registro de datos ordenado, permita delimitar y representar personajes y su entorno, así como, también su valioso significado. El análisis narrativo maneja de forma simultanea el estudio de la tríada de Pierce y los niveles interpretativos del relato. Su resultado, demuestra que las culturas ecuatorianas están constituidas como un conjunto de rasgos espirituales y materiales, conformados como fuentes de identidad e identificación de lugares. Las Guacamayas fruto de una cultura idealista contribuyen a la personificación simbólica de origen cultural, evidenciada en valores enunciativos.
Palabras clave: Imagen – simbolismo – mítico – semiótica- cultura.
Abstract
Individuals reason symbolically, as part of a tradition of thought that mystifies human reality. Its meaning is special for people who share socially accepted memories, values and beliefs, these representations being perceptible to those who embody the cultural, rational or emotional awareness that personifies them. The exhaustive process of understanding about the Ecuadorian cultural dialectic, bases its foundation on the collection of bibliographic sources, that through an ordered data record, it allows to delimit and represent characters and their environment, as well as their valuable meaning. The narrative analysis simultaneously manages the study of Pierce's triad and the interpretative levels of the story. Its result shows that Ecuadorian cultures are constituted as a set of spiritual and material features, shaped as sources of identity and identification of places. The Guacamayas fruit of an idealistic culture contribute to the symbolic personification of cultural origin, evidenced by enunciative values.
Keywords: Image - symbolism - mythical - semiotics - culture.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Bertha Alejandra Paredes Calderón y Mayra Luzmila, Pomaquero Yuquilema (2019): “La imagen como interpretación simbólica de los legados culturales: personajes míticos ecuatorianos - leyenda de las guacamayas”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (mayo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/05/legados-culturales.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1905legados-culturales
La semiótica, según Roland Barthes, es un método que permite entender las prácticas culturales que implican necesariamente significaciones de diverso orden (Chandler V H A4 - Mendizábal, I R, 1998). Estas prácticas culturales formadas a partir del flujo de ideas y conceptos identificadores, tienden a homogenizarse desechando diferencias y matices en un intento de emitir mensajes claros absolutos que puedan ser fácilmente entendidos y aceptados por la sociedad.
El objetivo de la investigación es indagar en los valores de identidad cultural fundados a partir de relatos. Para ello según González (2000), la identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma la cultura, la lengua como instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias (...) Un rasgo propio de estos elementos de identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo, pues son producto de la colectividad” (p. 43).
Varias investigaciones se han interesado en la construcción de identidad a partir del análisis del relato, de esta forma Susana Arroyo (2004), toma en consideración al relato ilustrado, donde trata la historia de un héroe (personaje-narrador), en el acontecer de un día de su vida. Tras el relato y las imágenes se encuentra un modelo de análisis semiótico. Cada uno de los seis capitulos se ha analizado desde la perspectiva de la semiótica de Charles Sanders Pierce.
Otra de las obras que estudia el relato y la semiótica es Sulbarán (2000) donde se análiza al film desde una perspectiva netamente narrativa y no sólo mediante el estudio de los códigos de representación visual o auditiva.
Finalmente Cuñarro y Finol (2013), desarrollan un estudio de las principales convenciones del cómic para abordar el problema lingüístico, icónico y gráfico desde una perspectiva semiótica.
La investigación se interesa por los personajes míticos, su representación desde perspectivas semióticas que evidencian acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, dioses, semidioses, héroes, monstruos y personajes fantásticos, los cuales buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno. Su comprensión se realiza a partir de la interpretación narrativa del relato que según Chandler y Mendizábal (1998), es una organización significante (de lenguaje) que remite a lo real “significante” (acciones) (p.192). Ese lenguaje verbal evidencia la comunicación a través de una amplia gama narrativa, cuyo significado varía de acuerdo al acervo cultural, constituido a partir de una metodología que permita; la investigación, de los elementos signicos, y niveles de narración de personajes míticos, que para el caso específico es la leyenda de las guacamayas de la provincia del Cañar- Ecuador.
Las teorías que respaldan la investigación, son fundamentalmente aquellas relacionadas a los aspectos semióticos, representados en las teorías narrativas de Jean Marie Floch, estudiadas a partir de esquemas narrativos que parten de relatos y discursos que describen el proceso de comunicación y su relación con los elementos semióticos. Reforzados con los estudios de Greimas y Courtés acerca del relato, donde se define al mismo, como una unidad discursiva de carácter figurativo, situado en una dimensión pragmática (Almeida, 1989).
Es la escencia de todo relato el contar, es decir, de relacionar las tranformaciones debidas a las cciones de los personajes. En el mismo ámbito Propp (1974), define al relato como una serie ordenada de episodios formales interdefinidos, su aporte en la investigación complementa el uso de aspectos culturales que dotan de significado a las mencionadas narraciones y que las convierten en piezas de comunicación en el entorno que los representa. Según Noriega, Vera y Grubits (2010), la cultura es un sistema de interrelaciones entre los procesos individuales ontogenéticos, los sociales e históricos del comportamiento colectivo en un corte de tiempo y los antropológicos e históricos que hacen posible los productos culturales, incluyendo a las manifestaciones artísticas, cotidianas, científicas, tecnológicas y las de tipo folklórico” (p.100).
Se clasifica a la narrativa en relatos históricos, relatos maravillosos o fabulosos (mitos) y hechos fabulosos o de pasatiempo documentado. Historia de las literaturas del Ecuador (2013).
En cuanto a los discursos según Sayago (2014), el leer la realidad social, se relaciona directamente con el giro discursivo que plantea una perspectiva nueva y alternativa a la de la filosofía de la conciencia respecto de los objetos de estudio y la objetivación de lo conocido. Podríamos decir que con el giro discursivo se pasa de un paradigma que ponía las ideas y la introspección racional en el centro de la observación certera del mundo, a otro que prioriza la observación y el análisis de los discursos. Esto implica un cambio epistémico radical en la mirada científica. Como bien lo aclara Ibáñez (2003), la dicotomía mente/mundo es reemplazada por la dualidad discurso/mundo. En esta visión, el lenguaje no se considera solamente un vehículo para expresar y reflejar nuestras ideas, sino un factor que participa y tiene injerencia en la constitución de la realidad social. Es lo que se conoce como la concepción activa del lenguaje, que le reconoce la capacidad de hacer cosas (Austin, 1982) y que, por lo mismo, nos permite entender lo discursivo como un modo de acción. Por consiguiente lo social como objeto de observación no puede ser separado ontológicamente de los discursos que en la sociedad circulan. Estos discursos, además y a diferencia de las ideas, son observables y, por lo mismo, constituyen una base empírica más certera que la introspección racional. Todo lo anterior permite afirmar que el conocimiento del mundo no radica en las ideas, sino en los enunciados que circulan. Como vemos, este paradigma le reconoce al lenguaje una función no sólo referencial (informativa) y epistémica (interpretativa), sino también realizativa (creativa), o, generativa (Echeverría, 2003).
Con respecto a la interpretación y la semiois es importante destacar que toda relación de interpretación pone en contacto tres aspectos: el signo, el objeto referencial y el interpretante. Según Pierce (como se cita en Almeida, 1989), es imposible concebir un discurso sin incurrir en la interpretación. Los niveles interpretativos del relato según (Almeida, 1989) todo relato tiene 3 núcleos cognitivos el contrato, la sanción y la enunciación. El contrato para Greimas es la relación entre el sujeto y el objeto, donde el objeto se construye en relación al sujeto. Su interpretación categorizante, evidencia el juego entre lo narrativo y lo figurativo a partir de valores semánticos del sujeto virtual, abstracto o metafórico, fundadas de leyes metonímicas del Sujeto en su devenir de código. (i.e. amigo, sembrador etc., es decir actor).
La sansión es la segunda performancia cognitiva, que evidencia los valores socio-semánticos instaurados desde el contrato. Este tipo de interpretación algorítmica, analiza el paso de una figura a otra al interior de un mismo tema. (i.e. el aprendiz ha devenido “maestro”). Y la enunciación es la tercera instancia interpretativa del relato llamada también interpretación referencial, se refiere a las relaciones entre un mundo objetivo (tematizado) y un mundo de valores adquiridos, intercambiados o reconocidos.
La cultura está compuesta por símbolos. Precisamente la capacidad del ser humano para simbolizar, o ha convertido en un arma superior y le ha permitido agrandar su cultura incesantemente. Los gestos, las palabras, las actitudes, etc. Son simbólicos. El significado de los símbolos depende de cada cultura, esto es, del consenso existente en cada cultura respecto a los significados. Lo que hacen los miembros de una sociedad es decodificar constantemente los signos que persiguen, a fin de dotar a los mismos de significados. (Gómez, 2010, p.8). En cuanto a los mitos Godelier (como a se cita en Quinotoa, 2013) postula lo siguiente: el pensamiento mítico es el pensamiento humano que percibe la realidad a través de la analogías que son a la vez una manera de hablar y una manera de pensar una lógica que se expresa bajo la forma de metáfora
Según Taylor y Oberem (como se cita en Benítez & Garcés, 1989, p.103-105), “los Cañaris formaban una unidad lingüística más no pública. Había numerosos grupos con diferentes grados de complejidad en su organización socio - política que iban desde Cacicazgos hasta tribus. Los que estaban organizados en Cacicazgos presentaban”, las mismas características que los del norte. En momentos de conflictos se unían y formaban unidades mayores a nivel militar, para luchar contra el enemigo. A nivel económico, mantenían redes de intercambio tanto con los grupos amazónicos como con las paltas del sur. Los Cañaris que en su idioma “kichwa” se escribe “Kañari” son los antiguos pobladores del territorio de las provincias de Azuay y Cañar dentro del Ecuador, aunque también se han encontrado pruebas de su presencia en otras provincias como Chimborazo, El Oro, Loja y Morona Santiago.
Finalmente los aspectos gráficos y figurativos se establecen como objetos semióticos construidos a partir de prácticas significantes o espontáneas (Fontanille, 2008). Su representación evidencia elementos como: la línea,dirección, forma, tamaño, textura y color de los cuales se distinguen tres factores espaciales de posición, tamaño y forma (Caivano, 2011). Bruner (1984), la representación, o un sistema de representación, es un conjunto de reglas mediante las cuales se puede conservar aquello experimentado en diferentes acontecimientos (p.122).
La metodologia de la investigación propone el uso del método de investigación cualitativo- descriptivo que parte del relato concebido por medio de fuentes bibliográficas y fuentes vivas, y su estudio a través de los niveles interpretativos del relato como; el contrato, la sanción y la anunciación. Lo importante aquí es señalar que las categorías lingüísticas o semióticas son propiedades de las categorías discursivas, una especie de subconjunto que emana del nivel anterior. Cada uno de estos niveles está más cerca del texto mismo y su existencia teórica se aleja cada vez más del mundo extra discursivo y responde más al mundo de los signos (Voloshinov, 1992). Por lo mismo, este nivel en el que nos encontramos ahora sólo se actualiza en la textualidad de los signos. Aquí los contornos textuales se vuelven más densos y ya operamos sobre textos, sean de naturaleza lingüística o semiótica (Santander, 2011).
Las posibilidades que ofrece el análisis del discurso como una herramienta de análisis cualitativo, primero analiza las representaciones discursivas puestas en circulación por cada medio, centrando la atención en categorías tales como la justificación del conflicto, la descripción de los hechos, la caracterización de los actores sociales involucrados, el tono del relato, la importancia otorgada a los aspectos ecológicos, económicos y culturales (Sayago, 2014).
El análisis comienza con un proceso de codificación e identificacion de elementos sígnicos y su situación en los niveles narrativos, la desagregación permite establecer situciones de importancia. Este proceso de etiquetamiento desagregación-reagregación es impulsado por una tarea de interpretación que debe ser altamente reflexiva, ya que es necesario evaluar de manera constante la validez de las semejanzas y diferencias reconocidas (Sayago, 2014).
De esta forma es necesario en primera instancia mencionar la leyenda y como en ella se contruyen los personajes míticos.
Análisis del relato bajo la relacion de contrato, sanción y enunciación: Leyenda de las Guacamayas autor: González Suérez citado en Encalada, V. O. (2010).
El origen del pueblo Cañari se remonta a tiempos inmemoriales y hace referencia, entre otras tradiciones al diluvio universal, que todas las culturas señalan en sus historias sagradas. Según Zaruma 1993, el diluvio Cañari, diezmó a toda la población, menos a dos hermanos que se refugiaron en la montaña más alta llamada Huacayñan o camino del llanto
Los dos hermanos guarecieron en una cueva. Al pasar de los días salieron a buscar alimentos, y al retornar encontraron en ella manjares listos y aparejados sin que supiesen quien los había preparado.
Esta escena se repitió por tres días consecutivos, sin saber quién era ese ser misterioso que les estaba proveyendo de alimentos. Los hermanos determinaron que uno de ellos saldría en busca de alimentos, como en los días anteriores, y que el otro se quedaría oculto en la misma cueva.
Ante esto, el mayor de los hermanos decidió esconderse […] y así descubrió a dos hermosas guacamayas con rostro de mujer, pero al intentar comunicarse con ellas, las aves salieron volando. Cristóbal de Molina relata que el hermano menor, enojado por el acto de su hermano, decide quedarse a esperar el retorno de las guacamayas. Al tercer día, las aves volvieron y el hermano menor aprovechó para arremeter contra ellas, pero la guacamaya mayor huyó dejando a la menor. Esta última, se quedó y se casó con el hermano menor, tuvieron seis hijos, tres hombres y tres mujeres, estos descendientes se repartieron por Cañaribamba y se convirtieron en los progenitores del pueblo Cañari
Este mito ha sido el más relevante dentro de esta cultura. Sin embargo, “la leyenda no dice nada con respecto a la suerte del hermano mayor, pero refiere particularidades relativas a las aves misteriosas: las guacamayas tenían el cabello largo y lo llevaban atado, a usanza de las mujeres Cañaris; las mismas aves fueron quienes dieron las semillas a los hermanos, para que sembraran y cultivaran la tierra”). Estimulados por esta tradición religiosa, los Cañaris adoran como a una divinidad al cerro de Huacay-ñan.
Hay, sin embargo, otra versión en la que relata que se casan ambos hermanos y no solamente el menor de ellos como se determina en la anterior versión. Esta afirmación la trae el diccionario Kichwa - Castellano, compuesto por el investigador de origen cuencano, Claudio Tones Fernández de Córdova, aunque sin indicar la fuente de donde ha sido tomada.
Zaruma (1993) explica que: “fueron dos las parejas de los cuales los Cañaris se creían descendientes, [...] uno poblado por descendientes de la primera pareja y el otro sector por los de la segunda pareja, localizados al sur y al norte de su territorio; y, posiblemente un tercero que ocupaba la parte oriental y que estaría influenciado por otras culturas procedentes de la región amazónica (p. 21-26).
La historia afirma la estructura del contrato al relacionar lo personajes en el relato y su constitución formal, los Cañaris los reconocían como reales, por tanto, adoraban a la guacamaya como su dios principal ya que era su progenitor.
Narrativamente se reconocen como sujetos a los dos hermanos Cañaris y a las dos aves guacamayas que figurativamente tenían aspecto de mujer (cabello largo y atado), y simbolicamente representaban la fertilidad, feminidad y masculinidad relativamente. Las guacamayas consideradas como diosas, capaces de dar vida, y de proveer alimento.
Los factores narrativos eviendian el uso del sexo masculino y femenino como un requisito para la reproducción y susbsistencia, mencionando asi que llegaron a procrear seis hijos, cumpliendose el hecho de la sanción en los niveles enunciativos del relato, pasando la guacamaya de ser una ave a diosa y de diosa a mujer (desde la perpectiva progenitora y esposa). En cuanto a la enunciación se evidencia claramente la desaparición de un primer mundo, del cual no quedan más que dos sobrevivientes, asi como tambien el surgimiento de un nuevo, creado a partir de una supervivencia humana.
El resultado de las narrativas analizadas ofrece un enfoque semiòtico de los signos donde la forma concreta tiene relación directa con los elementos de la naturaleza, la profunda simbología de los animales tuvo carga religiosa e ideológica, los pueblos antiguos valoraron los espíritus, el poder de las aves y demás animales.
Las representaciones de los seres mitológicos (guacamayas) simbolizan la trasformación de la vida a través de personajes mitológicos que traen a manera de suerte la vida la oportunidad de la misma.
La narrativa puede ser entendida como una sucesión de transformaciones de estados operadas por un sujeto y al mismo tiempo como una sucesión de establecimientos y rupturas.
El discurso moderno inserta en aspectos como la diversidad cultural, la inclusión, el desarrollo y la idea misma de identidad, sin responder a la comunicación en una cultura global que responde a cosmovisiones, sistemas de valores y patrones de conducta ajenas a nuestra identidad cultural.
Al análisis de la narrativa evidencia la presencia de todos los elementos constitutivos en la construcción del relato, evidenciando una presencia altamente espiritual y simbólica, a partir de elementos y su interacción.
La contundencia de los elementos y su alto significado, evidencian las relaciones entre los niveles del relato y la triada de Pierce, haciendo cumplna con su función narrativa.
La coherencia teórica de las nociones que, provenientes de diferentes disciplinas, contribuyen a generar una sofisticada conceptualización del discurso estudiado.
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