Abraham Ernesto Espinosa Mendoza*
EstudianteJeverson Santiago Quishpe Gaibor**
DocenteAdriana Jeanyne Guanuche Alban3***
DocenteUniversidad Politécnica Salesiana, Ecuador
Correo: aespinosam2@ups.edu.ec
RESUMEN
Este escrito hace una revisión de la evolución de la religión católica en la ciudad de Quito señalando sus orígenes, luego se muestra el desarrollo que se tuvo hasta la situación actual, continuando con los valores universales que deberían ser el código moral por el cual se rigen todos sus creyentes.
El fin es tratar de explicar cómo se ha dado paso a una libertad religiosa en la actualidad lo que causa diferencias entre la ética ideal católica con el estilo de vida moderno las cuales se enfrentan en la sociedad de Quito. Se llega a la conclusión que existe un conflicto entre el punto de vista de la ética católica conservadora y una individualista, producto de una sociedad moderna.
Palabras Clave: Quito-ética-moderna-revisión-valores-universales
ABSTRACT
This paper makes a review of the evolution of the Catholic religion in the city of Quito, pointing out its origins, then it shows the development that had until the current situation, continuing with the universal values that should be the moral code by which they are governed all his believers.
The aim is to try to explain how religious freedom has been given way today, which causes differences between the ideal Catholic ethic and the modern lifestyle which are faced in Quito society. It is concluded that there is a conflict between the point of view of conservative Catholic ethics and an individualistic, product of a modern society.
Keywords: Quito-ethic-modern-revision-values-universal
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Abraham Ernesto Espinosa Mendoza, Jeverson Santiago Quishpe Gaibor y Adriana Jeanyne Guanuche Alban (2019): “Ética en un Quito moderno”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (mayo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/05/etica-quito-moderno.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1905etica-quito-moderno
1 INTRODUCCIÓN
En un mundo moderno cada vez más alejado del ideal de la religión y más cerca de venerar a la tecnología el concepto de la ética también se va actualizando a las realidades de nuestra ciudad.
Este trabajo se ha hecho como el inicio de una respuesta a la pregunta. ¿Qué papel tiene la ética en un Quito moderno? La ética es el estudio filosófico, científico de la moral y es teórico (Dalgleish et al., 2007), pero la realidad, lo ideal, siempre tiene diferencias con lo real.
El objetivo de este escrito es presentar un punto de vista que muestre esta actualización del concepto de la ética, al comparar el ideal de la ética según diferentes puntos de vista con el concepto que se mantiene actualmente.
2 MARCO TEÓRICO
Para empezar a describir la ética en la ciudad de Quito en la actualidad es este marco teórico se describirá a la ciudad de Quito, su historia religiosa, posteriormente la situación religiosa actual de Quito para terminar con los valores católicos y universales en los que se basa la religión dominante en Quito.
2.1 Quito, descripción y origen
El nombre oficial de la ciudad es San Francisco de Quito, llamada así en la fundación española de la ciudad en honor a los misioneros franciscanos, es la capital del país de Ecuador. Se encuentra ubicada en las laderas del volcán activo Pichincha, en los andes, a más de 2800 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con 2´644.145 de habitantes actualmente, y por lo tanto “es la segunda ciudad más poblada del país después de Guayaquil”3. Según este instituto, “Quito es el centro financiero, económico, también por su historia, es el centro político y cultural del país ”3. Por esta razón la ciudad es la ubicación de los principales centros gubernamentales, administrativos, financieros, culturales y comerciales del Ecuador. El sacerdote católico Esaú de María Díaz indica que la fecha de la primera fundación, la indígena es incierta;
“los registros más antiguos se hallan en la hacienda del Inga alrededor del año 1030 A. C. El Inca Huayna Cápac convirtió a Quito en una ciudad importante del norte del Tahuantinsuyo, territorio del imperio Inca, y durante varios lapsos de tiempo se movilizó entre esta y Tomebamba, esta última capital norteña del imperio. Quito había sido la ciudad más septentrional del Imperio inca hasta ese momento, y antes de ser tomada por Benalcázar fue incendiada por el caudillo inca Rumiñahui, tras enviar el tesoro de la ciudad, hacia los Andes” (Diaz, 2008).
2.2 Historia Religiosa de Quito
Según registros históricos desde Perú salieron expediciones militares y evangélicas hacia las demás regiones de la América española. De ahí salió el capitán Sebastián de Benalcázar en 1533 hasta llegar al Ecuador, donde funda en diciembre de 1534 la ciudad de San Francisco de Quito. Con él, fue el sacerdote mercedario Fray Hernando de Granada quien tuvo a su cargo la evangelización de Ecuador y Colombia. “En el Ecuador tuvo más auge la acción evangélica de los religiosos, que en otras partes de América” (Diaz, 2008).
Quito llegó a ser el centro de operaciones de los ejércitos y a su vez de la expansión de la iglesia.
El segundo obispo de Quito, Pedro de la Peña, participó en el Concilio Provincial de Lima, cuyas decisiones afectaron la organización eclesial en la primera parte, y la manera de tratar a los indios en la segunda. Allí, se definió lo que sería la política oficial durante todo el periodo colonial: “una pedagogía especial para enseñanza de la doctrina, y un amor entrañable de parte de los sacerdotes a los indios, como a menores de edad en la familia de la Iglesia.”(Diaz, 2008).
Se convocaron tres sínodos en Quito y Loja (1570, 1594 y 1596) para reglamentar la vida de la iglesia en lo que concernía en los temas de los colonos y a los indios. “En aquel lugar, se adoptaron reglas específicas acerca de modalidades de vida requeridas de los indios, sobre vestimenta, apartamientos, limpieza, vida sedentaria, vida matrimonial, formas de comer, uso de la cruz, obediencia como siervos, entre otros” (Lara, 2001).
“Con esto se quería imponer el estilo de vida español, con la intención de hacer a los indios más humanos y civilizados. Para la evangelización se impartía una enseñanza doctrinal mínima, propia para menores de edad. Lo importante no era la comprensión de la verdad, sino que los indígenas acataran los ritos y las prácticas sacramentales como canales de la gracia. Era demasiado esperar que las “mentes incultas” entendiesen los misterios de la fe” (Diaz, 2008).
3 Instituto Nacional de estadísticas y Censos de Ecuador (INEC, 2017)
Esta aculturación forzada no era inculcada por medio de la persuasión, sino castigando a quienes no se sometieran a las prescripciones de los españoles. Se quemaban las casas y se expropiaban los terrenos de los indios que huían de las reducciones.
Para comenzar la obra de evangelización, se establecieron conventos en las tierras un tanto pacificadas. Sin embargo, la tarea resultó sumamente difícil. Escribiendo sobre Popayán (en lo que hoy es territorio colombiano), que era parte del obispado de Quito, el misionero Juan de Valle (m. 1562) afirmó: “Los tiempos . . . no fueron propicios para intensificar una obra profunda y eficaz de evangelización, mientras los indios eran duramente castigados por las correrías de los exploradores.”
2.2.1 Desde los inicios hasta la independencia.
Los españoles introdujeron el catolicismo en los años 1530 y el obispado de Quito se estableció en 1545. Tanto las autoridades españolas como las católicas, haciendo uso de la infraestructura de los incas, se establecieron a lo largo del territorio.
Después del primer sínodo diocesano en 1595, empezó un programa de evangelización en Ecuador por miembros del clero diocesano y religiosos principalmente franciscanos, mercedarios, dominicos, agustinos y los jesuitas a partir del 1596 (Lara, 2001).
Al finalizar el siglo 17, el Ecuador estaba “bien evangelizado”, de acuerdo con los historiadores católicos. Sin embargo, después de la expulsión de los jesuitas en 1767, quienes sólo en el Río Napo habían establecido 33 misiones entre aproximadamente 100.000 habitantes se produjo un retroceso en la evangelización y conservación de lo alcanzado (Freile, 2015).
Durante la época colonial, la Iglesia Católica fundó instituciones de enseñanza tales como la Universidad de Quito, y en 1760 establecieron una imprenta en el mismo lugar. Durante el siglo 18 prevaleció un continuo progreso de cristianización en el país, sin embargo, la independencia del país de España en 1822 trajo muchos problemas (Diaz, 2008).
2.2.2 La iglesia católica tras la independencia.
La dependencia de la Iglesia de los sacerdotes españoles, religiosos y religiosas y el apoyo financiero causó un recorte en los servicios ofrecidos. Las limitaciones de la Iglesia, especialmente en el liderazgo pastoral y el trabajo parroquial, llevaron a un mayor desarrollo del catolicismo popular, que integra muchos elementos tradicionales de la cultura, creencias y prácticas amerindias (sincretismo) (Freile, 2015).
José de Cuero y Caicedo, Obispo de la ciudad de Quito entre 1802 y 1815. Vivió la revolución quiteña de 1809 y fue presidente de la Segunda Junta de Gobierno de esta. Óleo sobre lienzo que se encuentra en la Sala Capitular de la Catedral Primada de Quito, de autor desconocido (siglo XIX) (Freile, 2015).
En 1848, la Diócesis de Quito fue ascendida a arquidiócesis bajo el arzobispo Nicolás Joaquín de Arteta y Calixto, quien murió en septiembre de 1849 y fue reemplazado por el arzobispo Francisco Xavier de Garaycoa Llaguno en 1851. Entre 1786 y 1848, se establecieron las siguientes diócesis: Ayacucho (Huamanga), Cuenca, Guayaquil, Maynas, Popayán y Trujillo (Lara, 2001).
2.2.3 La iglesia tras la aprobación de la constitución de 1869.
La Constitución de 1869, aprobada por el gobierno del presidente Gabriel García Moreno (1859-1865 y 1869-1875), declaró la Iglesia Católica la religión oficial del país y sólo los católicos podían obtener la ciudadanía. Bajo el nuevo presidente, se estableció un concordato con el Vaticano (1863), una nueva diócesis y se les devolvió a los jesuitas las escuelas y misiones.
Sin embargo, el presidente García Moreno fue asesinado en agosto de 1875 y su muerte no solamente puso fin al concordato, sino que también causó una ola de persecución contra la Iglesia bajo el nuevo régimen (Freile, 2015).
“Parte del rencor que generó García Moreno entre los Liberales, fue su amistad con la Compañía de Jesús. Durante este periodo de exilio, él ayudó a un grupo de jesuitas desplazados a conseguir refugio en Ecuador. Él también abogó por una legislación que prohibiera las sociedades secretas. Esta acción y algunas otras similares, animó a que los partidos anticatólicos del Ecuador, especialmente los masones, lo vieran como un enemigo odiado” (Diaz, 2008).
Mientras la situación política en esa época era “extremadamente enredada y tenebrosa”, el hecho de que García Moreno fuera elegido para un segundo término (1869-1875), mostró su popularidad, tanto con la jerarquía de la Iglesia Católica como con las masas. Su vigoroso apoyo a la alfabetización universal y a la educación empleando el modelo francés, se consideró tanto controversial como sobresaliente (Diaz, 2008).
2.2.4 La Iglesia durante el gobierno de los liberales
Las fuerzas anticlericales en control del gobierno durante la administración del presidente Liberal José Eloy Alfaro Delgado (1895 a 1901) repudiaron el concordato en 1895. En 1899, el gobierno Liberal aprobó una nueva Constitución que garantizaba la libertad de credo y respetaba todas las religiones (Freile, 2015).
Estas acciones fueron un fuerte golpe para la Iglesia Católica. Las órdenes religiosas incluyendo a los capuchinos, salesianos, misioneros de Steyl y varias órdenes de hermanas religiosas, desaparecieron y el Obispo Schumacher se exilió (Lara, 2001).
En 1910, la religión del Estado era el catolicismo, pero se toleraban otros credos. El Estado apoyaba que la gente continuara con la fe católica y se mantuvieran las instituciones educativas religiosas, tales como los tres seminarios de Quito y uno en cada una de las seis diócesis. Al mismo tiempo, el gobierno pasó la ley de que no se permitiría ninguna nueva orden religiosa extranjera en el país (Lara, 2001).
El gobierno ecuatoriano era controlado por Liberales anticlericales que daban libertad política y religiosa a todos sin la interferencia política de la jerarquía católica. Los años 1930 y 1940, fueron marcados por una inestabilidad política y económica y la llegada de políticos populistas tales como el presidente José María Velasco Ibarra quien era el candidato del Partido Conservador en 1933. Él fue presidente durante cinco veces entre 1934 y 1972 (algunas veces como dictador); sin embargo, él solamente sirvió uno de esos términos (1952-1956) sin ser removido por el ejército.
En 1952, él se describió a sí mismo como un neoliberal que representaba “una tercera posición entre el capitalismo y el comunismo”.
2.2.5 La Iglesia ecuatoriana tras el concilio vaticano II
Se generaron varias tensiones entre la Iglesia Católica ecuatoriana durante los años 1960 y los subsiguientes, como resultado de los retos impuestos por el Concilio Vaticano Segundo (1962-1965), la Conferencia Latinoamericana de Obispos realizada en Medellín (Colombia) en 1968, la aparición de la Teología de Liberación Latinoamericana y el movimiento de Renovación Carismática Católica.
“Estas fuertes nuevas corrientes polarizaron en varias facciones a los obispos católicos, sacerdotes, (diocesanos y religiosos), hermanos y hermanas laicas (miembros de órdenes religiosas), y laicos en general. Los tradicionalistas querían que la Iglesia se mantuviera como antes de las reformas aprobadas por el Segundo Concilio Vaticano (a mediados de los años 1960), con énfasis en la autoridad apostólica, la teología ortodoxa, los sacramentos y la fe personal. Los Reformistas generalmente apoyaron la posición de la Iglesia después del Vaticano II a favor de la modernización y la tolerancia de la diversidad basada en la libertad religiosa” (Diaz, 2008).
Los Progresistas, inspirados por las reformas aprobadas por el Vaticano II y las conferencias de Medellín, buscaban implementar la nueva visión enfocada a “una opción preferencial hacia los pobres” a través de acciones sociales y políticas dirigidas a transformar la sociedad ecuatoriana y a establecer la justicia social a través de medios pacíficos (Lara, 2001).
“Los agentes Carismáticos buscaban la transformación de la vida comunal y espiritual de los católicos por medio del poder del Espíritu Santo (incluyendo el” bautismo del Espíritu Santo y el habla en lenguas”), en vez de ser a través de activismo político y social” (Diaz, 2008).
2.3 Quito en la Actualidad
Según datos del Instituto de la Ciudad, el 48 por ciento de quienes viven en Quito se define como católicos practicantes. Sin embargo, existe un 52 por ciento de gente que se divide entre católicos no practicantes y miembros de otras religiones. Después de la católica, las religiones más comunes en la ciudad son la cristiana y la evangélica, aunque, según el Municipio, cada vez existen más comunidades religiosas que transitan sin problemas por las calles quiteñas.
El concejal Pablo Ponce, presidente de la comisión de Seguridad y Convivencia Ciudadana, asegura que Quito no es una ciudad en la que se registren problemas de segregación religiosa que puedan considerarse peligrosos. “Quito es una ciudad cosmopolita, y el hecho de que, aunque haya una religión mayoritaria, como la católica, se respete la libertad de fe y de culto sin que eso signifique segregación alguna”, dice Ponce (Diario la Hora, 2009).
2.4 Valores católicos
De acuerdo con representantes cristianos, “los verdaderos valores siempre producen un crecimiento, mientras los valores que nos hacen mal se designan como antivalores”. Designan a los valores buenos como valores universales ya que: “Los valores que realmente valen la pena para todas las personas, que nos ayudan a ser mejores y nos acercan a Dios.
Valores universales
De acuerdo con estos representantes: “La familia es la mejor escuela donde se aprenden a vivir los grandes valores. Esta es ese lugar querido por Dios donde aprendemos a ser personas. En el hogar es donde nos ejercitamos y vivimos los valores universales. La familia es la mejor escuela de la formación de las personas” (Fabelo Corzo, 2004).
Las virtudes humanas
“Son aquellos hábitos que nos ayudan a vivir mejor cada día. que nos ayudan a crecer como personas, como la honestidad, la responsabilidad, el servicio, la fidelidad, la justicia, la generosidad, la paciencia, la bondad, etc. Tristemente muchas de las virtudes humanas hoy día no se viven, pues el mundo está lleno de injusticias, de irresponsabilidades, de infidelidades, de egoísmo” (Fabelo Corzo, 2004).
Los valores absolutos
“Son los que nunca han de cambiar. Son parte de nosotros mismos. Algunos de ellos son: la vida, la dignidad de todas y cada una de las personas, la verdad, el bien, etc. Por tanto, la mentira y la violencia son antivalores” (Fabelo Corzo, 2004).
Los valores cristianos
“Son aquellos que Dios ha querido enseñarnos, como la humildad, la abnegación, la caridad fraterna, la santidad, la castidad por amor a Dios. Todos ellos son la corona del cristiano” (Fabelo Corzo, 2004).
Reflexión ética de Quito
Quito es una sociedad de mayoría católica
La religión católica sigue teniendo una gran influencia en Quito, desde la fundación española y la evangelización de los indígenas, hasta en concilio vaticano II y en los valores con los que se ha desenvuelto, se puede decir que la religión cristiana es el origen de nuestra ética actual. Por tal motivo la ética quiteña va a estar estrechamente relacionada con el ideal religioso de la biblia cristiana.
La ética cristianan se centra en los valores universales, la calidad de vida no.
Teóricamente todos los cristianos quiteños deberían seguir este estricto código ético, pero se sabe que esto no es así, la sociedad quiteña tiene un punto de vista más individualista y práctico, buscando el objetivo de una mejor calidad de vida. Como bien lo indica Ardila: “Calidad de vida es un estado de satisfacción general, derivado de la realización de las potencialidades de la persona”(Ardila, 2003).
De hecho, en nuestra sociedad se admira al que no sigue este código ético religioso, se celebra al “sapo”, que en nuestro vocablo quiere decir el que es más listo que los demás y logra sus cometidos por encima de los demás.
Realidad del Quito moderno
Es el conflicto entre el ideal de un cristiano, frente a la realidad ética de un quiteño moderno, lo que se cree correcto para la sociedad en común frente a lo que se cree correcto para los intereses personales, tal y como lo explica el escrito de la ética y la sociedad del consumo: “Hemos afirmado que la deshumanización del hombre -la búsqueda del bienestar, legítima, se convierte en una trampa- y el egoísmo son las causas últimas del problema.”(Cortina Orts, 1994). El conflicto está claro aún si lo correcto es hacer lo que determina la biblia frente a una ética actualizada por una sociedad cada vez más numerosa, materialista y relacionada con la tecnología.
3. CONCLUSIONES
1.Quito es una ciudad que fue católica desde su fundación española en 1534, los cuales impusieron su religión en la población indígena hasta el concilio vaticano II, en el cual se dio apertura a libertades de pensamiento.
2.Esta libertad de pensamiento dio lugar a una diversidad religiosa, pero, aun así, casi la totalidad de la población de Quito es católica o cristiana.
3. Los valores universales, los cuales son el pilar molar de la religión católica buscan un estilo de vida ideal, que tiene claras diferencias con la búsqueda de una mejor calidad de vida en una sociedad moderna.
BIBLIOGRAFÍA
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