Pamela Méndez Menéndez*
Rocío Aguiar Sierra**
Universidad Marista de Mérida. Mérida
Email: pamela.mendez1985@gmail.com
Resumen
En las Instituciones de Educación Superior (IES), la ética es un tema de relevancia en la creación de programas del área de la salud. La ética profesional le da sentido a cualquier profesión y satisface las demandas ticas y morales de la sociedad. Los valores profesionales son importantes en todas las profesiones, aún más en el área de ciencias de la salud. Son los directivos de las instituciones formadoras de recursos humanos en salud quienes deben asumir esta responsabilidad.
El objetivo de la investigación fue analizar las concepciones de los directivos de instituciones del área de la salud de Mérida Yucatán sobre la ética profesional y los valores profesionales a fomentar en alumnos de esta área. El instrumento empleado fue la Escala de Valores profesionales (para profesores) de Anita Hirsch. La muestra fue de 30 directivos de instituciones y universidades del área de la salud en Mérida.
Como resultados se determinó que un buen profesional debe ser responsable, tener valores éticos, honesto, respetuoso, entre otros valores. También consideran que es muy importante que la institución u universidad desarrolle valores profesionales en sus alumnos.
Palabras claves: Ética profesional -valores profesionales-instituciones de salud- IES
Abstract
In Higher Education Institutions (IES) in the area of health, ethics is a relevant issue in the creation of programs. Professional ethics gives meaning to any profession and satisfies the ethical and moral demands of society. Professional values are important in all professions, even more in the area of health sciences. It is the directors of the institutions that train human resources in health related areas who must assume this responsibility.
The objective of the research was to analyze the conceptions of the directives of institutions of the health area in Merida, Yucatan on the professional ethics and the professional values to be fostered in students of this area. The instrument used was the Professional Values Scale (for teachers) of Anita Hirsch. The sample was of 30 directives of institutions and universities in the health area, in Merida, Yucatan.
As results, it was determined that a good professional should be responsible, have ethical values, be honest, respectful, among other values. They also consider that it is very important for the institution or university to develop professional values in its students.
Keywords: Professional ethics - professional values - health institutions - IES
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Pamela Méndez Menéndez y Rocío Aguiar Sierra (2019): “Valores profesionales del área de la salud”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/03/valores-profesionales-salud.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1903valores-profesionales-salud
La ética profesional le da sentido a cualquier profesión, al mismo tiempo que satisface las demandas éticas y morales de la sociedad. En las Instituciones de Educación Superior (IES), la ética es un tema de relevancia dentro de la misma currícula. Normalmente existen alguna materia o un eje curricular vinculado con la ética o bioética dentro de las mismas IES y en especial en el área de la salud. Esto se ve reflejado en el perfil de egreso, en el cual se resaltan los valores con los cuales se espera egresen los alumnos.
Los valores profesionales son valores humanos perfilados a una profesión. Estos deben influir en las actitudes y comportamiento de los profesionistas y en su concepción del ejercicio de su labor. La educación en valores profesionales implica desarrollar la personalidad profesional integral, mediante la modelación durante toda la vida universitaria (Benois, 2011: 1).
La formación ética es necesaria en las universidades y abarca a todos los profesores, alumnos y actores involucrados. Ya no basta egresar alumnos con conocimientos y habilidades, es necesario propiciar en los alumnos experiencias que les permitan construir principios y valores para que desarrollen competencias y cualidades personales que los hagan tomar decisiones éticas en pro de la sociedad (Barrón, 2004: 18).
A pesar de que los temas relativos a ética profesional han sido estudiados desde diferentes perspectivas, es necesario lograr un conocimiento más amplio que permita hacer propuestas con base en las necesidades reales de formación profesional. Es necesario que la institución y sus directivos, como primera instancia, vean a la formación en valores como una intervención educativa, donde hay que conocer las necesidades de formación ética y valoral dentro del contexto que implica su profesión y a partir de eso se formulen nuevos objetivos para la planeación (Benois, 2011: 6).
Si bien los valores profesionales son importantes en todas las profesiones, en el área de ciencias de la salud, son parte fundamental de la práctica laboral. En la actualidad la práctica médica y los servicios en el área de la salud, han evolucionado de manera drástica, por los adelantos científicos y tecnológicos. Como menciona Lipovetski, la hipermodernidad es una nueva época histórica y teórica que es multivariada, pero guarda ciertos elementos claves. Es una época que carece de profundidad y es superficial, es un mundo en simulación, sin afecto por las cosas y sin emoción real por los logros obtenidos (Tamés, 2007: 3).
En un contexto, donde las desigualdades sociales son tan grandes y en el que los códigos de las prácticas sociales se están modificando de manera significativa, cobra especial interés conocer qué está haciendo la universidad por inculcar los valores ético-profesionales orientados a la búsqueda del bienestar colectivo (Osuna y Luna, 2008: 4).
Es por ello el objetivo del presente estudio, es analizar las concepciones de los directivos de instituciones del área de la salud de Mérida Yucatán sobre la ética profesional y los valores profesionales a fomentar en alumnos de esta área.
Mucho se habla de la crisis de valores que caracteriza la existencia de la humanidad en la época actual, y de una ruptura significativa entre los sistemas de valores y la conducta del ser humano. Los efectos de esta crisis tienen repercusiones en los individuos, hay autores como (Tardif, 2004: 181) que al hablar de ello hacen énfasis en la crisis de fe como la incapacidad de creer en algo, la desconfianza en el futuro (Arana y Batista, 1999: 1) llegan a afirmar que la sociedad en la actualidad vive sin valores.
Al parecer han surgido nuevos valores asociados al modelo de vida cultural y socioeconómica. También puede ser que se dé un choque o confusión en el actuar de los seres humanos debido a la multivariedad de valores que ha traído la internalización de valores de otras culturas, de las que se tiene mayor influencia gracias a los avances tecnológicos y a la globalización.
Ángel Díaz Barriga (2006: 2) habla de esta crisis y se refieren a ella como la transmisión tradicional de valores de la generación adulta a la joven, reconocida por Durkheim y que la “escuela podía relativamente armonizar dentro de sus muros”, experimenta una ruptura, similar a la que han padecido las economías locales por los procesos de globalización.
Uno de los síntomas de esta crisis es la inseguridad de los sujetos sociales acerca del verdadero concepto de valor; surge la duda de qué considerar valioso, y qué considerar antivalioso. Parecen atribuir valor a lo que no merece tenerlo, es así que van optando por cambiar de lugar los valores en el sistema jerárquico, otorgando mayor prioridad a las cosas sin relevancia social (Osuna, 2008: 4 y Tardif, 2004: 185). Si esta crisis de valores afecta a individuos y a las instituciones, también a los profesionistas que se forman en ellas.
Según Tardif (2004: 185) menciona que existe la crisis de ética profesional o también llamada crisis de valores que guían en el actuar profesional. En los últimos años se puede observar dentro de los sectores laborales donde se desenvuelven los profesionales, un gran número de conflictos que tienen que ver con la toma de decisiones ético-profesionales y que afectan directamente a la sociedad a la cual se presta el servicio. Estos conflictos se hacen más relevantes cuando afectan de manera directa a los seres humanos.
El concepto que tienen sobre la ética profesional las instituciones o colegios de profesionistas, se ven reflejados en sus integrantes o egresados. Estos colegios tienen un código ético establecido el cual debe regular a todo profesionista adscrito al mismo, este debe de guiar el ejercicio de su profesión. Uno de los problemas reales es la falta de autoridades que supervisen que los profesionistas cumplan con los valores éticos que establece el código de su profesión. Es por esto que pueden caer en faltas éticas o malas prácticas profesionales sin penalizaciones, llegando a afectar a la sociedad (Tardif, 2004: 185).
Los valores no sólo son una cuestión personal, sino que una mala actuación profesional repercute en todos los ámbitos de la sociedad. Esta es la razón por la cual una falta de valores a nivel profesional se refleja en la sociedad en su conjunto, derivando así en un problema social. La crisis de valores se refleja en las acciones y conductas poco éticas que se aprecian tanto en la práctica profesional como en los diversos ámbitos de desarrollo de la sociedad, tales como: la política, la economía, tanto en organizaciones públicas como privadas (Osuna y Luna, 2008, p. 4).
Según Hirsch, (en Alcántara y Barba, 2003:19) para aproximarnos a la temática de la ética profesional, hay que comenzar examinando el concepto de profesión:
La profesión es una actividad social cooperativa, cuya meta interna consiste en proporcionar a la sociedad un bien específico e indispensable para su supervivencia como sociedad humana, para lo cual se precisa el concurso de la comunidad de profesionales que como tales se identifican ante la sociedad.
El profesional debe de tener conocimientos para poder otorgar un servicio de calidad, debe dominar las técnicas, llevar una formación especializada en el área, poder emitir juicios con responsabilidad, otorgar el servicio sin pensar en las ganancias obtenidas. Para poder organizar las profesiones y sus funciones, existen organizaciones que crean y auto regulan los principios éticos de las profesiones, se encargan de la admisión e exclusión de los profesionistas, impulsan un alto nivel de competencia y buscan el mejoramiento de las condiciones de trabajo y el prestigio social, identidad social y de pertenencia a un grupo, también llamados colegios de profesionistas (Alcántara y Barba, 2003: 21).
Los códigos deontológicos de cada profesión se nutren del horizonte que ofrece la ética profesional. Es por ello que, si bien los valores de cada profesión no se limitan a los suscritos por estos códigos, los valores que éstos comprenden, sí dan cuenta de aquellos valores que constituyen principios que rigen el ejercicio y el comportamiento ético de la profesión (Ibarra, 2007: 46).
Hirsch, (2002: 8) describe el concepto de valores profesionales como “maneras de ser y de obrar, que una persona o colectividad, juzgan como ideales y que hacen deseables o estimables a los individuos o a los comportamientos a los que se les atribuye ese valor”.
Lipovetski, (en Casas y Rodriguez, 2015: p.52) afirma que:
La identidad del individuo ha sido fragmentada y modificada por el ideal del “Yo”, la vida se construye de manera fugaz, las ciudades contienen desigualdad social, la información es tan amplia y a veces innecesaria. En este momento el mundo se encuentra en una crisis, donde el modelo económico, la dinámica estructural genera cambios en la dinámica social, sustituyendo el trabajo del ser humano por comunicaciones en medios en electrónicos.
La práctica médica dentro de la época de la hipermodernidad se ve influida por el sometimiento laboral, que las instituciones gubernamentales ejercen en los médicos, la falta de insumos para poder realizar su trabajo de manera adecuada, la eminente privatización condicionada a las políticas neoliberales en salud y la sobrecarga de consultas al día que tienen los médicos y profesionales de la salud. Todo esto genera que su práctica se vuelva impersonal y breve y esto a su vez genera una falta de reconocimiento social por parte de la comunidad.
Las instituciones de salud, demandan un profesional que pueda entender el contexto real de la población y poder marcar una diferencia en sus acciones diarias, que contenga una responsabilidad social implícita en sí.
Este estudio tiene un enfoque cuantitativo, es no experimental ya que no se manipuló intencionalmente ninguna variable, sino que simplemente se analizó el nivel o modalidad de una o diversas variables en un momento dado” (Hernández, Fernández y Batista, 2008: 149). También se trata de una investigación transversal, ya que se “recolectan datos en un solo momento, en un tiempo único. Su propósito es describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado. Los datos se recuperarán una sola vez, también será un estudio descriptivo.
El instrumento que se empleó en el estudio fue un cuestionario de actitudes y opiniones sobre valores profesionales, desarrollada por la Dra. Anita Hirsch (2005). El cuestionario para profesores consta de los datos generales, que se refieren a los datos demográficos de los sujetos. También, se les solicita describir lo que a su juicio son los cinco rasgos más significativos de ser un buen profesional, posterior, contiene una serie de preguntas donde describen el grado de importancia que le otorgan los directivos a la ética profesional, los valores profesionales.
El Instrumento ha sido validado a nivel nacional e internacional, de manera que se realizara una tropicalización del mismo, buscando ajustar los criterios y datos generales para profesores y directivos de instituciones del área de la salud, para esta tropicalización, se realizó un proceso de jueceo y posterior los investigadores encargados en la revisión del cuestionario fueron seis expertos en el área.
Los sujetos a los cuales se le aplicó la encuesta fueron 31 directivos de las escuelas e instituciones de salud del estado de Yucatán. Posterior a la aplicación del instrumento, se analizarán los datos estadísticamente, con el programa IBM SPSS STADISTICS 22, haciendo énfasis en los datos que evalúen las competencias éticas
A continuación, se presentan los datos demográficos de los sujetos. De los 31 sujetos de la muestra, el 32% (10) tienen entre 30 y 40 años y el 29% (9) entre 40 y 50 años. Por lo que se refiere al sexo el 65% (20) son mujeres y el 35% (11) son hombres. En cuantos, a la antigüedad académica de los directivos, el 32% (10) tienen entre 11 y 20 años trabajando en la institución y el 65% (20) cuentan con el grado de maestría.
En la segunda parte del cuestionario se solicita describir lo que a su juicio son los cinco rasgos más significativos de ser un buen profesional, en la tabla 2, se describen cuáles fueron los rasgos más frecuentes que determinaron los directivos. La pregunta era una respuesta en formato lista ascendente a descendente, donde el primer puesto es el rasgo que consideran con mayor relevancia. Para poder darle una ponderación a los rasgos, se determinó que la frecuencia del rasgo uno, tiene un valor multiplicado por cinco, el rasgo 2, un valor multiplicado por 4, así sucesivamente hasta llegar al rasgo 5 que tiene un valor multiplicado por 1.
Se puede concluir que los directivos de CIFRUS, determinan que el rasgo más importante de ser un buen profesional en el área de la salud, es ser un profesional ético, como segundo rasgo relevante consideran la responsabilidad para poder ser un buen profesional. Como tercer rasgo consideran el humanismo, como cuarto la empatía y como último rasgo consideran el compromiso como parte fundamental del ser un buen profesional.
Los resultados que los directivos determinaron como valores básicos que debe de promover su institución al alumnado o personal, son la responsabilidad, el respeto, los valores éticos, la honestidad y el compromiso.
Una de las preguntas realizadas a los directivos fue que valores deberían de promover como institución en sus profesores o personal. Se observa en la tabla 4 que entre los valores básicos que consideran que deben de promover se encuentran: respeto, responsabilidad y honestidad.
Como tercera etapa del cuestionario se evaluaron varios conceptos, uno de ellos era el grado de importancia que a su juicio le concede por parte de los académicos universitarios a la ética profesional, como se puede observar en la tabla 5, 93% (29) directivos contestaron dentro de los rangos de importante, bastante importante y más importante. El 96% (30) reconoció como muy importante el grado de importancia que le otorga a la ética profesional en su trabajo académico, como también, 30 directivos consideran que es muy importante que la institución u universidad desarrolle los valores profesionales en sus alumnos. El 96% (30) de los directivos consideran que es de suma importancia que exista mínimo una materia de ética profesional para el alumno en todas las instituciones, el 80% (25) mencionan que dentro de su institución o programa académico que coordinan se promueve la formación de ética profesional en los estudiantes, el 90% (28) consideran que los egresados de su programa académico o institución enfrentan dilemas éticos en su ejercicio profesional.
En el sentido estricto, el reto de las instituciones de educación superior actual, es formar profesionales orientados no solo a la acumulación de conocimientos teóricos y especializados en su área, si no de ser capaces de tomar decisiones responsables y morales las cuales les hagan incidir, de manera directa e indirecta, en la calidad de vida de la sociedad a la cual prestan sus servicios (Osuna y Luna, 2008). Como observamos en los resultados 25 de 31 directivos mencionan que el programa o institución donde labora promueve la formación de ética profesional en los estudiantes, pero 6 de los directivos determinó que no promueve la formación en ética profesional en los estudiantes, pero a su vez busca “buenos profesionales” que una de sus características primordiales sea que cuenten con valores éticos, que nos pudiera relevar este dato, que tal vez las algunas instituciones consideran relevante que los profesionales contengan valores éticos pero no consideran que la institución donde egresen deba formarlos.
Es una llamada de atención, algunos programas de las escuelas de ciencias de la salud, omitan materias como ética o bioética, las cuales pueden formar a los futuros profesionistas en valores, es preocupante que los directivos de algunas instituciones no tengan claro cuál es su rol como instituciones formadoras de recursos humanos en salud.
La educación en valores sigue siendo una necesidad inapelable. López (2006:17) menciona que hay que “aprender a orientar y capacitar a los futuros profesionales para optar por un proyecto de vida responsable individual y social, orientado hacia un mundo mejor”.
La educación es el eslabón fundamental para el éxito de la sociedad, ella integra la coexistencia de competencias específicas de cada profesión. Además, la educación es el instrumento de promoción y protección de la identidad cultural, cuya vía consigue personas autónomas capaces de proteger y promover los derechos de los ciudadanos, en este caso sus pacientes (López, 2006: 17).
El comentario anterior menciona la necesidad de reconocer la importancia de las instituciones de educación superior como formadores de valores éticos, profesionales y personales, ya que los egresados de la institución desempeñaran papeles relevantes en la sociedad y se espera que tengan una formación crítica y humana para desenvolverse de manera ética.
El gran reto de la humanización y de las instituciones formadoras de recursos humanos en salud, es vincular las investigaciones y conocimientos con los valores éticos, morales y sociales. Rediseñar un nuevo horizonte en el cual los profesionales de la salud estén preocupados por respetar la dignidad humana.
Los valores profesionales son un proceso de transformación de la cultura organizacional que necesita reconocer y valorizar los aspectos subjetivos, históricos, socioculturales de los pacientes, de los mismos alumnos o futuros profesionales, esto con el fin de generar una mejor calidad de vida, de asistencia social, promoviendo la integración de valores humanos y valores profesionales específicos del profesional de la salud (Backes, 2007:35).
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*MNEFD Pamela Méndez Menéndez. Universidad Marista de Mérida. pamela.mendez1985@gmail.com