Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630

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LA FEDERAL: PRIMER COMBATE DE ERNESTO CHE GUEVARA DURANTE LA CAMPAÑA INVASORA DE 1958 EN CUBA

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INTRODUCCIÓN
El éxito de la lucha revolucionaria del pueblo cubano a lo largo de su historia, depende en grado superlativo, de lograr la extensión de esta a lo largo y ancho del territorio nacional. Los inicios de la lucha, en cada etapa histórica, en el territorio oriental ha condicionado la estrategia de extender la lucha hasta la región occidental, de ahí la necesidad de llevar a cabo la invasión militar del occidente del país.
La idea de llevar a cabo la invasión a occidente fue siempre parte de la estrategia de los principales jefes independentistas cubanos durante los treinta años de la lucha contra la dominación colonial española. Ella pudo ser materializada durante la llamada Guerra Necesaria, cuando el contingente invasor partió de Mangos de Baraguá el 22 de octubre de 1895, bajo la dirección del Mayor General Antonio Maceo y luego de cruzar la trocha militar de Júcaro a Morón, se les unieron las tropas del Generalísimo Máximo Gómez, para llevar adelante la compleja campaña que concluyó exitosamente en Mantua, Pinar del Río, el 22 de enero de 1896.
Con el reinicio de la lucha revolucionaria el 26 de julio de 1953 bajo la dirección de Fidel Castro, luego de la prisión de los moncadistas y su posterior liberación por la presión popular, marchan al exilio y se lleva a cabo la expedición del yate “Granma”, que posibilitó la conformación de un núcleo guerrillero en la Sierra Maestra, en la provincia de Oriente. Cuando las condiciones lo permitieron se reeditaría la hazaña de la invasión a Occidente, 62 años después, cuando dos figuras también legendarias de la historia patria, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, condujeron dos columnas guerrilleras para extender la lucha revolucionaria contra la dictadura batistiana hasta las provincias de Las Villas y Pinar del Río, según la orden expresa emitida por el Comandante en Jefe Fidel Castro en agosto de 1958. Esta vez no fue necesario llegar hasta la más occidental de las provincias cubanas, la guerra se decidió en el centro de la isla.  
DESARROLLO:
El año 1958 sería decisivo para el desarrollo de la lucha revolucionaria en Cuba. El país vivía  momentos difíciles, pero determinantes para su futuro inmediato. Así con el comienzo del año, el Ejército Rebelde amplió su zona de operaciones.
Es después del 16 de febrero de 1958, cuando las dos columnas guerrilleras que operaban en la Sierra Maestra, bajo la certera dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro, desarrollan el segundo combate de Pino de Agua, que permitió ocupar un importante número de armas y parque, lo que posibilitó la  creación nuevas columnas y la apertura, a partir de marzo, del II Frente y III Frente Orientales. Camilo Cienfuegos bajó a operar en los llanos del Cauto. La guerra se expandía por todo el territorio oriental. En la provincia de Las Villas ya estaban operando algunos grupos guerrilleros desde fines de 1957. Mientras en las ciudades se mantenían las acciones clandestinas, de forma sistemática.
Todos estos avances de la lucha revolucionaria en el país hacían creer que ya existían las condiciones propicias para una desarrollar una acción definitiva: la huelga general.
La dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio convocó a la huelga general el 9 de abril de 1958. Ese día se declararon huelgas y paros en diferentes ciudades del país, al mismo tiempo que se realizaban acciones armadas y otros actos como parte del plan previsto. La represión desatada por el Ejército batistiano fue brutal. La huelga fracasó y no logró su objetivo, las condiciones no estaban aún maduras para ese tipo de acción; evidentemente se había sobrevalorado la maduración de la situación revolucionaria, además de las deficiencias que existieron en la organización de dicha acción.
El líder de la Revolución Fidel Castro estaba convencido de la necesidad de extender la guerra hacia el centro y el occidente del país, pero el fracaso de la huelga del 9 de abril, hizo aplazar estos planes por el momento. No obstante, por aquellos días intercambió criterios con el Che acerca de esa estrategia militar. Y al respecto el Guerrillero Heroico escribiría a Camilo, el 23 de mayo de 1958: «Te aviso que tenemos, con el mandamás, un proyecto bonito mediante el cual plantarás la maceica bandera en Pinar y yo laburaré [sic] de Máximo [Gómez], como corresponde». (Fernández Ramírez, 2018: http://www.cubahora.cu/especiales/el-camino-de-cuba/noticias/invasion-a-occidente-reedicion-de-una-hazana)
Después del fracaso de la huelga general, la dictadura militar de Fulgencio Batista consideró que había llegado el momento propicio para lanzar una gigantesca ofensiva contra el principal bastión guerrillero comandado por Fidel, asentado en el macizo montañoso de la Sierra Maestra y así infringirle una costosa derrota que pondría fin a la lucha guerrillera en las montañas orientales, lo que provocaría la caída del resto de las acciones subversivas contrarias al régimen de facto.
El Estado Mayor Conjunto del ejército batistiano diseñó un plan estratégico, contando con la asesoría de la Misión Militar norteamericana, y a partir del 24 de mayo de 1958, puso en marcha la gran ofensiva clasificada como Fase Final (FF) contra la Sierra Maestra. Contaba con la movilización de alrededor de 10 mil efectivos militares, equipados con un moderno armamento, y apoyados por la artillería ligera y pesada, transportes blindados, la aviación y la marina, para enfrentar y derrotar a un ejército que, en ese momento, no sobrepasaba los 300 combatientes. A principios de agosto de 1958, luego de dos meses y medio de incesante batallar y en solo 74 días, es derrotada la ofensiva del ejército de la tiranía batistiana por el grupo guerrillero. (Quesada González, 2018: http://bohemia.cu/historia/2018/08/cuba-1958-rebeldes-hacia-occidente/)
En su libro “La victoria estratégica” Fidel señala que:
“El enemigo sufrió más de 1 000 bajas, de ellas más de 300 muertos y 443 prisioneros, y no menos de cinco grandes unidades completas de sus fuerzas fueron aniquiladas, capturadas o desarticuladas. Quedaron en nuestro poder 507 armas, incluidas dos tanques, 10 morteros, varias bazucas y 12 ametralladoras calibre 30.”
“A todo ello habría que añadir el efecto moral de este desenlace y su trascendencia en la marcha de la guerra: a partir de ese momento, la iniciativa estratégica quedaba definitivamente en manos del Ejército Rebelde, dueño absoluto, además, de un extenso territorio al que el enemigo no intentaría siquiera volver a penetrar. La Sierra Maestra, en efecto, quedaba liberada por siempre.”
“La victoria sobre la gran ofensiva enemiga del verano de 1958 marcó el viraje irreversible de la guerra. El Ejército Rebelde, triunfante y extraordinariamente fortalecido por la enorme cantidad de armas conquistadas, quedó en condiciones de iniciar su ofensiva estratégica final.” (Castro Ruz, 2010, 704-705)
Había llegado el momento oportuno para desencadenar la ofensiva general que conduciría a la victoria total sobre el ejército de la tiranía. Ante esta nueva situación, el Comandante en Jefe Fidel Castro da las órdenes para organizar las columnas invasoras, que tendrán como destino final llevar la guerra a las provincias de Las Villas y Pinar del Río y cohesionar las fuerzas revolucionarias que operaban en el resto del país.
Por ello el 10 de agosto, Fidel se reúne por primera vez con Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos para explicarles el plan invasor, aunque antes, de una manera u otra, lo había comentado o dejado entrever a otras provincias con distintos compañeros, ya que dicha estrategia era determinante para derrotar las fuerzas enemigas.
Según testimonio del ya fallecido General de División Sergio del Valle:
“Fidel comprende que había llegado el momento de pasar a la ofensiva, de explotar el éxito obtenido, totalizar la guerra en Oriente, extenderla hasta el occidente, dividir la Isla, hostigar al enemigo en todas partes, y trazar el plan estratégico para la etapa final y decisiva de la guerra. La invasión dentro del plan jugaría en ese momento un papel primordial y, después, de apoyo al avance de las fuerzas principales”. (Gálvez, 2008: http://epoca2.lajiribilla.cu/2008/n384_09/historia.html)
En sus crónicas de la Revolución tituladas “El Aniversario 50 de la invasión rebelde”, William Gálvez, participante de la epopeya invasora, rememora que Fidel al reunirse con Che y Camilo, en Las Mercedes, les informó acerca del plan invasor, cómo debía ser su actuación en todo el recorrido, la cantidad de hombres que cada uno llevaría consigo, así como otras instrucciones relacionadas con el audaz proyecto. Pero aún, este día no les entrega la orden del cumplimiento de la misión. Les indica que de inmediato se dediquen a organizar las respectivas columnas hasta una nueva citación. Pero subraya que deben partir lo antes posible de la Sierra Maestra.
La orientación dada a Camilo consistía en llegar hasta Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba. Al conocer su misión, solicita al Comandante en Jefe el nombre de Osvaldo Herrera para su columna, en memoria del heroico capitán caído, pero Fidel le explica que ya ha escogido el de Antonio Maceo, y Camilo comprende que era lo más adecuado, pues se trataba de reeditar la más gloriosa epopeya de la Guerra del 95, obra del genial táctico y estratega mambí, según testimonia William Gálvez.
El comandante Che Guevara debía conducir la otra columna hasta el territorio de Las Villas y una vez en ese territorio, tal como lo haría Camilo Cienfuegos en Pinar del Río, asumiría el mando total del MR-26-7 en esa provincia e impediría el paso de transportes y efectivos militares por tierra hacia Oriente. En este caso no se escogió nombre para la columna, esta había sido fundada el 24 de mayo de 1958 en Minas del Frío con el nombre de Ciro Redondo, destacado revolucionario en la lucha contra la tiranía desde los sucesos del asalto al cuartel Moncada hasta la lucha guerrillera y que cayera heroicamente, con el grado de capitán, en el combate de Mar Verde. Ambos comandantes se mostraron muy satisfechos por la misión asignada.
Camilo reconoció que desde mucho antes el Che Guevara tenía en mente un plan invasor, lo que queda corroborado en el escrito que este le enviara el 12 de abril de 1958: “Te diré que pensaba proponerle (a Fidel), si fracasaba la huelga, organizar una columna invasora de 20 hombres y dejarte varado en la zona, pero como te anticipaste por escrito, le propondré que sean dos columnitas con sus respectivos comandantes...” (Gálvez, 2008: obra citada).
A partir del 11 de agosto ambos comandantes comenzaron a dar los primeros pasos para llevar a cabo su misión. Este propio día Camilo emprende el regreso hacia El Salto, donde ha indicado a los componentes de su tropa que se concentren.
Por su parte, el Che Guevara se mantiene acampado en Las Mercedes, donde se da a la tarea de organizar su columna, seleccionando los hombres y los armamentos. Primeramente el Che se reunió con más de un centenar de hombres, de donde seleccionaría aquellos que lo acompañarían en la riesgosa misión y les pidió su disposición a realizarla o no.
Los integrantes de su Columna han relatado que, el Che habló de forma muy concreta y sobria sobre la misión que se les encomendaba, que era voluntaria, que no se consideraría una cobardía el no querer ir. Les argumentó que tal vez el 50 por ciento no pudiera llegar a cumplir la misión, pues el llano no era igual a la Sierra, consideró necesario dar un tiempo para pensar y considerar la decisión a tomar por cada uno. Exigió que la respuesta fuera individual, y agregó que quienes no desearan ir, serían trasladados a otras columnas, según señala el periodista Pérez Galdós.
En ese primer momento el Che no explicó el lugar exacto hacia donde se trasladarían a operar, aunque si especificó que la misión era muy peligrosa y dura, pero que había que cumplirla aunque llegara un solo hombre al destino final. Precisó que cada hombre debía estar preparado para dirigir la Columna, teniendo en cuenta lo que pudiera pasar y alertó: “Habrá momentos en que estaremos días dentro del agua y pasaremos sed, pasaremos mucha hambre y podemos caer en cercos del enemigo sin esperanza de recibir refuerzos”. (Pérez Galdós, 2013: http://www.radiorebelde.cu/especiales/che/la-invasion-columna-ocho-ciro-redondo-encabezada-por-che-20130831/)
La Columna invasora, dirigida por el Che, la van a integrar veteranos combatientes del Ejército Rebelde y jóvenes seleccionados de la escuela de reclutas que había funcionado en Minas de Frío en el macizo montañoso oriental. Trató que se quedaran en la Sierra Maestra los compañeros que consideró que por su estado físico no les sería fácil vencer el largo trayecto, pero algunos se negaron, y le afirmaron que ellos estaban seguros de poder hacerlo.
Unos días antes de la partida del Che, también con el propósito de extender la guerra al occidente del país, específicamente a la provincia de Pinar del Río, el 21 de agosto había partido desde la Sierra Maestra, al frente de la columna dos, el comandante Camilo Cienfuegos. La columna de Camilo, no tuvo necesidad de llegar hasta el extremo occidental del país, pues la tiranía se derrumbó el Primero de Enero de 1959, cuando las fuerzas revolucionarias completaron la rendición de las fuerzas enemigas en la región central de la Isla.
Este propio día 21 de agosto, Fidel emitió la orden militar dirigida al Che, donde precisaba:
“Se asigna al comandante Ernesto Guevara la misión de conducir desde la Sierra Maestra hasta la provincia de Las Villas una columna rebelde y operar en dicho territorio de acuerdo con el plan estratégico del Ejército Rebelde. La Columna No. 8 que se destina a ese objetivo, llevará el nombre de Ciro Redondo, en homenaje al heroico capitán rebelde muerto en acción y ascendido póstumamente a Comandante.
"La Columna Ciro Redondo partiría de Las Mercedes entre el 24 y el 30 de agosto.
"Se nombra al comandante Ernesto Guevara jefe de todas las unidades rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en la provincia de Las Villas, tanto en las zonas rurales como urbanas y se le otorgan facultades para recaudar y disponer en gastos de guerra las contribuciones que establecen nuestras disposiciones militares, el Código Penal y las Leyes Agrarias del Ejército Rebelde en el territorio donde operan sus fuerzas; coordinar operaciones, planes, disposiciones administrativas y de organización militar con otras fuerzas revolucionarias que operen en esa provincia, las que deberán ser invitadas a integrar un solo Cuerpo de Ejército para vertebrar y unificar el esfuerzo militar de la Revolución; organizar unidades locales de combate, y designar oficiales del Ejército Rebelde hasta el grado de Comandante de Columna.
"La Columna No. 8 tendrá como objetivo estratégico batir incesantemente al enemigo en el territorio central de Cuba, e interceptar hasta su total paralización los movimientos de tropas enemigas por tierra desde Occidente a Oriente, y otros que oportunamente se le ordenen.” (Castro Ruz, 2010:: http://www.cubadebate.cu/especiales/2010/10/15/la-contraofensiva-estrategica-agosto-de-1958/#.W9HiVn3Cajc)
En cumplimiento de esta orden, poco tiempo después de las ocho de la noche del 31 de agosto de 1958, en medio de una pertinaz lluvia, la columna invasora número ocho “Ciro Redondo”, bajo las órdenes del Che partió de El Jíbaro, Sierra Maestra. La integraban 144 hombres, distribuidos en cinco pelotones. Una escuadra médica pertenecía al pelotón de la comandancia, encabezada por el doctor Oscar Fernández Mell, mientras que el Comandante Ramiro Valdés Menéndez fungía como segundo jefe de la tropa. Así lo explica el historiador Pedro A. García. (García, 2016: https://cyohueso.wordpress.com/2016/09/01/che-la-columna-8-y-la-necesaria-unidad/)
Al iniciar la marcha los integrantes de la Columna tuvieron que enfrentarse a condiciones climáticas adversas. Estaba afectando la zona un ciclón, y sus lluvias intensas habían provocado un crecimiento notable del río Cauto y no pudieron cruzarlo hasta el 3 de septiembre. Los campesinos de la zona, en un bote de remos, pasaron toda la columna. La operación duró unas ocho horas. Es significativo destacar que el campesinado los siguió ayudando durante el trayecto por la provincia oriental y para los invasores en peores condiciones físicas consiguieron caballos.
Particularmente durante los primeros días de la invasión el Che y Camilo mantuvieron una estrecha coordinación en el avance respectivo que realizaban hacia el occidente del país, sobre todo en el recorrido por la provincia oriental. Ya después, en la provincia de Camagüey ambas columnas tuvieron que avanzar por zonas diferentes.
Luego de recorrer la provincia oriental, azotados por el mal tiempo, bajo constantes aguaceros y por caminos convertidos en verdaderos lodazales, en horas de la noche del 7 de septiembre, ambas columnas invasoras cruzaron, aunque por distintos lugares, por el sur del río Jobabo, que también se encontraba crecido y penetran en la provincia de Camagüey. Atrás quedaba el seguro resguardo de la Sierra Maestra oriental, a partir de ahora les esperaba un terreno de extensas llanuras y totalmente desconocido, que le exigiría desplazarse con sumo cuidado.
El tránsito por el sur de Camagüey, donde predominaban los grandes latifundios azucareros y arroceros, algo despoblada y de pocos asentamientos campesinos, fue extremadamente tenso por las condiciones pantanosas de la zona sur de la provincia, lo que fue acentuado por las intensas lluvias originadas por la influencia de un huracán.
El Che evoca este momento en “Pasajes de la Guerra Revolucionaria”, testimonio escrito después del triunfo de la Revolución:
“Caminábamos por difíciles terrenos anegados, sufriendo el ataque de plagas de mosquitos que hacían insoportables las horas de descanso; comiendo poco y mal, bebiendo agua de ríos pantanosos o simplemente pantanos. Nuestras jornadas empezaron a dilatarse y a hacerse verdaderamente horribles. Ya a la semana de haber salido del campamento, cruzando el río Jobabo, que limita las provincias de Camagüey y Oriente, las fuerzas estaban bastantes debilitadas. Este río, como todos los anteriores y como los que pasaríamos después estaba crecido. También se hacía sentir la falta de calzado en nuestra tropa, muchos de cuyos hombres iban descalzos y a pie por los fangales del sur de Camagüey.” (Guevara, 2001: 252-253).
Una vez en territorio camagüeyano la Columna No 8, dado el deteriorado estado físico de sus integrantes, muchos de los cuales padecían de laceraciones y llagas en los pies, lo que dificultaba la marcha, gestionó y consiguió avanzar con el auxilio de varios camiones y de un auto ligero, de los que llamaban “pisicorre”, aunque no contaron con la ayuda de prácticos o guías, que fueran buenos conocedores de la zona por la que transitaban.
A pesar de que los jefes de las columnas invasoras habían recibido la orden de no enfrentarse directamente con el ejército de la tiranía, en ocasiones esta situación fue inevitable. En la madrugada del 9 de septiembre de 1958 la Columna del Che tiene su primer combate en el llano y al mismo tiempo en la campaña invasora. En su diario Guevara escribió: “...Hemos estado viajando toda la noche hasta la madrugada. Cuando el segundo vehículo estaba entrando en La Federal nos avisan que la vanguardia ha caído en una emboscada del Ejército…” (Gálvez, 2005: http://www.lajiribilla.co.cu/2005/n228_09/historia.html)
La finca La Federal, en el antiguo central Elia, perteneciente entonces a la provincia de Camagüey (hoy queda enclavada en el municipio Colombia, provincia Las Tunas), se encuentra a 20 o 25 kilómetros del límite con la antigua provincia de Oriente. Era propiedad del latifundista Remigio Fernández Blanco, quien poseía un patrimonio superior a las mil caballerías de tierras en esta zona. Allí existía un confortable chalet de dos plantas, donde residía el hijo del dueño de aquella rica comarca. Esta propiedad era protegida cada noche por una patrulla de la Guardia Rural, encargada de garantizar la seguridad y protección de sus propietarios y de su patrimonio.
Cuando el reloj marcaba las 4:45 de la madrugada del martes 9 de septiembre de 1958, la punta de vanguardia de la columna de carros se detuvo próxima a unos 50 metros de la portada del batey de la finca “La Federal”, ubicado en la zona conocida por Tana. Los soldados de la Guardia Rural, que custodiaban la propiedad, se encontraban algo dispersos, pero al observar las luces del pisicorre, que encabezaba la columna invasora, le hacen la señal establecida desde un Jeep, encender y apagar tres veces las luces. Dicha señal es contestada, según testimonio de varios invasores, de forma fortuita por el Comandante Ramiro Valdés, ya que no se conocían las señas y contraseñas del ejército enemigo.
Los rebeldes comenzaron a avanzar por ambos lados del camino, en dirección hacia el lugar donde se encontraban los soldados. El cabo Medina, alias “Mabulla”, quien estaba al frente del grupo de soldados, da el alto a los guerrilleros que avanzan y les pide identificarse, el soldado invasor Alberto Martínez le responde “el 26 de Julio”, por su parte el cabo le riposta “aquí la Guardia Rural” y acto seguido abría fuego. La balacera se generalizó por ambas partes, los soldados trataron de organizarse.
Casi simultáneamente, momentos antes de iniciarse el combate Ramiro Valdés y Alberto Martínez, alias Kiko”, capturaron al campesino Julio Rodríguez que estaba bañando un caballo, y al originarse el tiroteo, obtienen información del campesino acerca de la cantidad de integrantes de la escuadra militar, los que consideró entre ocho o diez soldados.
El teniente Marcos Borrero Fonseca trató de refugiarse detrás de tres tanques de 55 galones a orillas de la puerta del corral de ordeño, pero estos estaban vacíos, lo alcanzaron varios proyectiles y murió al instante. El combate continúo, por lo que los soldados, en inferioridad numérica, se repliegan hasta el chalet y allí organizaron la defensa circular del mismo, desde la segunda planta.
Cuando el Che es informado de lo ocurrido se traslada inmediatamente hasta el lugar, ordenó a Ramón Silva que con los hombres de su pelotón estableciera una emboscada en el camino hacia el central Elia (actual central Colombia, provincia de Las Tunas) para contener la llegada de refuerzos enemigos.
El cabo Medina con los soldados que le quedaban, pues uno había escapado, se parapetó en una habitación del chalet en la segunda planta, donde tenían buena visibilidad y dominaban la dirección principal del ataque rebelde. Por su parte, el Che ordena a la tropa rebelde rodear el lugar.
Al hacerse difícil desalojar a los soldados de la habitación que ocupan, desde donde disparaban en situación ventajosa, entonces a propuesta de Enrique Acevedo González se organiza un grupo comando, integrado por él, Roberto Rodríguez Fernández (El Vaquerito) y Ángel Frías Roblejo, piden autorización para, en una arriesgada acción, penetrar en la casona y neutralizar al enemigo. El Che los autoriza pero les alerta que se cuiden, que los podrían matar.
El grupo comando logra penetrar en el chalet, después de revisar la planta baja y no encontrar nada, intentan subir por la escalera, pero los recibe una lluvia de balas. Enrique Acevedo es herido en ambos brazos y Ángel Frías, logra llegar al segundo piso pero ante la balacera que se origina se ve obligado a saltar hacia la planta baja y se fractura una pierna. El Vaquerito, mientras tanto logra ascender por la parte trasera de la edificación y llega hasta el pasillo, situándose frente a la puerta de acceso a la habitación que ocupan los soldados y comenzó a batirla, disparando y combatiendo de forma desigual contra los soldados, que se ven entre dos fuegos. Al mismo tiempo otros rebeldes logran penetrar en la casona.
Cerca de las ocho de la mañana los sitiados se rinden, salieron cuatro soldados muy nerviosos de la habitación donde se habían parapetado, según testimonio de los prisioneros ellos querían rendirse pero el Cabo Medina y Reyes Ibáñez (segundo jefe del pelotón) los amenazaban con matarlos, como ambos pierden la vida en el encuentro, los soldados sobrevivientes aprovechan este percance para rendirse a los rebeldes. (Colectivo de autores, 2013: http://www.ecured.cu/Combate_de_la_Federal),
En el transcurso del encuentro el Ché le envió un mensaje a Camilo, que había acampado cerca del lugar, para informarle de lo ocurrido. Este se presentó de inmediato en la finca La Federal para ayudar a sus compañeros si lo necesitaban, pero el Che no aceptó esta ayuda por considerarla innecesaria y para que Camilo no se retrasara en su plan de marcha. Este hecho ponía de manifiesto la solidaridad y estrecha cooperación que existía entre ambos jefes y columnas, lo cual estuvo presente en toda la invasión y en la campaña de Las Villas, hasta el final de la guerra. (Aguilera, 2017: http://www.acn.cu/especiales-acn/28406-la-federal-escenario-del-primer-combate-del-che-en-el-llano).
Una vez rendidos los soldados se pasa balance a la situación. Los heridos comenzaron a ser atendidos y se enterró a Marcos Borrero cerca del lugar donde cayera. Enrique Acevedo es trasladado al batey Asturias, y en la casa del campesino Ricardo Sánchez Medrano fue operado. El capitán Herman Marks, norteamericano, también resultó herido leve en un talón, a consecuencia de lo cual abandonó la columna invasora.
En horas del mediodía, cuando aún los hombres de la Columna 8 no habían terminado de retirarse del lugar se produjo un nuevo combate, cuando fueron sorprendidos nuevamente por fuerzas de refuerzo enviadas por el Ejército, compuesta por unos 60 hombres.
El pelotón del capitán Ramón Silva, encargado de organizar una emboscada en el camino que conducía de La Federal al central Elia se quedó dormido por el agotamiento, los soldados logran acercarse a sus posiciones y conminan a Silva a que se entregara, se inicia el tiroteo y cae herido mortalmente el soldado Dalcio Gutiérrez Acosta.
A Dalcio lo alcanzó un proyectil por la espalda que le salió por el vientre destrozándolo. Sus compañeros lo sacan del lugar y lo llevan en un vehículo hacia la casa donde se había ubicado el puesto médico de la columna en el batey Asturias, el Che inmediatamente lo atiende y manda a preparar el instrumental quirúrgico para someterlo a una operación urgente. El doctor Fernández Mell comienza a operarlo, pero le informa al Che que no hay nada que hacer. La operación quedó inconclusa pues el proyectil le había destrozado el hígado, por lo que falleció pocos minutos después.
En el propio batey Asturias se enterró a Dalcio cerca de la casa donde murió, a unos 60 metros del lugar. Lo acompañaron algunos campesinos de la zona. En ese momento llegó el grueso del pelotón de retaguardia, entre ellos el invasor Ramón Gutiérrez, hermano de Dalcio, quien fue avisado y acudió a pedir el fusil de su hermano para continuar combatiendo.
Cuando se logró contener al enemigo, el Che dio la orden de continuar el avance, retirándose hasta el monte de “La Federal” que era grande y espeso, ya a la medianoche se reinicia la marcha pues era necesario alejarse del lugar lo antes posible para no ser blanco de la aviación durante el día, dejando atrás los límites del antiguo Central Elia y adentrándose en territorio del central Francisco (hoy Amancio Rodríguez). (Colectivo de autores, 2013: obra citada)
Días después de este combate, el 13 de septiembre, el Che envía informe escrito al Comandante en Jefe, donde le explica lo sucedido:
“Después de algunas accidentadas jornadas te escribo todavía en pleno Camagüey, a punto hoy de cruzar la parte más peligrosa o una de las dos más peligrosas del recorrido. Camilo ya cruzó antenoche con bastantes dificultades técnicas pero sin problemas militares. Desde el último informe que te rendí pasaron algunas cosas desagradables pues, debido al fallo de los prácticos caímos en una emboscada en la finca de Remigio Fernández, en La Federal, muriendo Marcos Borrero, el que fuera capitán; redujimos a los guardias que eran ocho, haciéndoles tres muertos y cuatro prisioneros que conservamos con nosotros hasta encontrar la oportunidad de soltarlos; uno escapó y dio el pitazo. Llegaron unos 60 guardias y, por consejo de Camilo que estaba cerca, nos retiramos sin combatir casi, pero perdimos otro hombre Dalcio Gutiérrez, de la Sierra. Herman fue herido en una pierna, levemente y Enriquito Acevedo de cierta gravedad en ambos brazos. Se distinguieron el mismo Acevedo, el capitán Ángel Frías y el teniente Roberto Rodríguez El Vaquerito. Posteriormente, trataron nuevamente de avanzar y sorprendimos un camión pero con sólo cuatro hombres nuestros en la emboscada, haciéndoles dos bajas por lo menos. Nos retiramos a La Federal y rápidamente nos fuimos, sacando a Enrique para su curación, al día siguiente ametrallaron los B-26. Camilo pudo seguir más aprisa y nosotros estamos esperando el resultado de unos camiones que mandé coger”. (Guevara, 2001: 306).
En “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” el Che recordó este hecho de forma sucinta:
“La noche del 9 de septiembre, entrando en el lugar conocido por La Federal, nuestra vanguardia cayó en una emboscada enemiga, muriendo dos valiosos compañeros; pero el resultado más lamentable fue ser localizados por la fuerzas enemigas, que de allí en adelante no nos dieron tregua. Tras un corto combate se redujo a la pequeña guarnición que allí había, llevándonos cuatro prisioneros. Ahora debíamos marchar con mucho cuidado, debido a que la aviación conocía nuestra ruta aproximada.” (Guevara, 2001: 253-254).
El mando militar de la provincia camagüeyana, el Regimiento Agramonte, establecido en la cabecera provincial, una vez conocido el combate de La Federal adoptó medidas urgentes para enviar hombres y armamento pesado para perseguir y enfrentar a las columnas invasoras rebeldes. Ello queda corroborado en el siguiente radiograma enviado por dicho mando:
RADIOGRAMA URGENTE
Sept. 9 1958
Capt. Aydte. Rgto. 2 GR
CGUEY. (Camagüey)
Mande inmediatamente a “La Federal” de ser posible los dos scouts totalmente equipados ametralladoras Cal 30 y 50 y otro vehículo con microonda con parque suficiente PTO. Mande 1 000 cápsulas para carabina Cal 30 dominicana y 500 caps. Carabina americana Cal 30 PTO. Envíe sanitario para casos emergencia PTO. Debe mandarme una ametralladora Browning nueva con parque suficiente PTO. Enemigo tiene buenos armamentos incluyendo bazooka y éste debe encontrarse en Monte de Federal y Arrocera misma PTO. Remita 4 lanza granadas 15 granadas de fusil y 25 salvas para el mismo PTO. Por dicho motivo debe interesarse en avión bombardeo en zona Opns (operaciones) se ponga en contacto lo más pronto posible con microonda con OF que suscribe PTO. Se supone hay muertos y heridos rebeldes PTO. Hasta el presente tomadas las medidas necesarias sin novedad 0900.
Suárez Suquet
Tte. Cor. Jefe Opnes. (Gálvez, 1979: 223).
Asimismo, con fecha 12 del propio mes de septiembre, se cursó otro informe a la Jefatura del Regimiento Agramonte, del que se reproduce el siguiente fragmento, relacionado con el combate de La Federal:
ASUNTO: Actividades personal Rgto 2 “Agrte”.
Al: Aydte y S-1 Rgto 2 “Agrte”.
“… a las 1200 hrs se recibió una llamada del Aydte Rgto el que transmitió la O (orden) del JRgto (Jeje del Regimiento) de que el personal que se encontraba en Opnes (operaciones) por la Sierra de Cubitas saliera inmediatamente para la finca “La Federal” zona del Pto de Elia fin reforzar pelotón mando 1er Tte Rolando D. Martínez Alonso que se encontraba combatiendo con un grupo de rebeldes…”
Este documento termina así:
RESUMEN, que el grupo que penetró en el batey de la finca La Federal a las 0445 hrs del día 9 estaba mandado por el “Che Guevara”… Que el grupo que se quedó en la finca “Asturias” lo mandaba Camilo Cienfuegos quien desde el lugar en que se encontraba hablaba con Fidel Castro en la Sierra… ” (Gálvez, 1979: 223 y 225).
En ambos documentos del ejército queda corroborado lo señalado por el Che, acerca de que lo más negativo del encuentro fue ser conocida su presencia en el territorio por el ejército batistiano y la trayectoria aproximada que seguiría la columna en el sur de Camagüey.
El periodista Pérez Galdós destaca, que a pesar de los momentos de peligro, el hambre y la sed que padecieron, el agotamiento por las largas caminatas, el desconocimiento del terreno por donde avanzaban y la constante persecución de las fuerzas de la tiranía, a la que tuvieron que enfrentar en algunos combates, nada pudo impedir que el Che y sus hombres cumplieran exitosamente la misión encomendada y que hacia mediados de octubre de 1958 llegaran hasta el entonces territorio de la provincia de Las Villas. (Pérez Galdós, 2013: http://www.radiorebelde.cu/especiales/che/la-invasion-columna-ocho-ciro-redondo-encabezada-por-che-20130831/)
Con respecto a la proeza realizada por el Che y por Camilo Cienfuegos, Fidel hizo referencia en el discurso que pronunció en la Comuna de San Miguel, del Departamento Pedro Aguirre Cerda, de Santiago de Chile, el 28 de noviembre de 1971, cuando expresó: “Y fue en esas circunstancias en que se organizaron dos columnas, una al mando de Camilo y otra al mando del Che, equipadas con las mejores armas que podíamos disponer, y que realizaron lo que verdaderamente se puede considerar una proeza: partiendo de la Sierra Maestra, avanzaron hacia el oeste, hacia la provincia de Las Villas, a través de unos 500 kilómetros de territorio llano y muchas veces despoblado. Y las dos columnas, de Camilo y del Che… avanzaron en muchas ocasiones combatiendo y tenazmente perseguidas, en terrenos desfavorables, y cumplieron las misiones de llegar hasta el centro de la isla.” (Castro Ruz, 1971: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1971/esp/f281171e.html)

CONCLUSIONES:
La invasión al occidente de Cuba, con el fin de extender la lucha revolucionaria a lo largo y ancho de la Isla, siempre ha constituido una estrategia militar de suma importancia y gran relevancia para alcanzar el triunfo definitivo, por ello en 1958 se nuevo se reeditaría la hazaña, esta vez por dos nuevos titanes.
La invasión llevada a cabo por las columnas de Camilo y Che, no obstante los numerosos contratiempos y peligros enfrentados, cumplió el objetivo trazado de llegar a la provincia de Las Villas, luego de atravesar las extensas llanuras de Camagüey, desarrollando allí la campaña final que provocó la caída de la oprobiosa tiranía batistiana.
Sin lugar a dudas, el combate de La Federal, constituye un hecho de relevante significación en el paso de la columna ocho, comandada por el Che, por la antigua provincia de Camaguey, no sólo porque fue el primero que sostuvo la columna invasora en el llano, así como también fue el primero de la campaña invasora, sino por el amplio apoyo popular de que fueron objeto los invasores a su paso por la zona, expresión de la firme decisión del pueblo cubano de derrotar el régimen imperante.

 

 

 

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*Graduado como Licenciado en Educación en la Especialidad de Historia (julio de 1979, en el Instituto Superior Pedagógico de Camagϋey) y Master en Ciencias de la Educación Superior (en 2015 en la Universidad de Camagϋey), se desempeña como profesor Asistente en el Centro Universitario del municipio Colombia, adscrito a la Universidad de Las Tunas, provincia Las Tunas, Cuba. Dirección electrónica: antoniogn@ult.edu.cu.
** Graduada como Licenciada en Derecho (en julio de 2009, en la Universidad de Las Tunas), se desempeña como profesora Asistente en el Centro Universitario del municipio Colombia, adscrito a la Universidad de Las Tunas, en la provincia Las Tunas, Cuba. Dirección electrónica: yelenasm@ult,edu.ce.

Recibido: 08/12/2018 Aceptado: 26/03/2019 Publicado: Marzo de 2019

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