Elena de la Caridad Acosta Cuéllar *
Centro de Capacitación ¨José Smith Comas¨ Cuba
Email: elena.acosta@ehtv.mintur.tu.cu
Resumen:
Martí analiza los problemas exponiendo las causas y los efectos de los fenómenos, la estructura, los principios y su composición. Su pensamiento está avalado por sus observaciones, escritos sociales, perseverante lucha por la legislación social avanzada y el planteamiento de ideas fundamentales sobre nuestras raíces, sobre la nueva República. En estos tiempos convulsos y turbulentos en que vive la humanidad y los cubanos como parte de ella es imprescindible afianzarse a las raíces identitarias en las que José Julián Martí Pérez es un ejemplo imperecedero en obra, acción y palabra en la que siempre se encuentra respuesta, en la que se han inspirado muchos héroes y mártires de Cuba y del mundo: José Smith Comas, Ernesto Guevara de la Serna y Fidel Castro Ruz son paradigmas de este legado.
La labor de formación de valores ha de realizarse conscientemente organizada con estudiada intencionalidad y unidad de acción.
Después de su caída comenzó una nueva etapa del viaje humano de Martí. Se ha cumplido con ello sus ideas visionarias sobre el destino de los hombres consagrados al bien de su patria.
“No hay más que un modo de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos – o un hombre de su tiempo”.
Eso es José Martí: un hombre de todos los tiempos, y un hombre así, vence a la muerte, según su decir:
“Morir no es nada, morir en vivir, morir es sembrar. Vale y vivirás. Sirve y vivirás. Ama y vivirás.
Abstract:
Martí analyzes the problems by explaining the causes and effects of the phenomena, the structure, the principles and their composition. His thinking is supported by his observations, social writings, persevering struggle for advanced social legislation and the approach of fundamental ideas about our roots, about the new Republic. In these turbulent and turbulent times in which humanity and Cubans live as part of it, it is essential to take hold of the identity roots in which José Julián Martí Pérez is an imperishable example in work, action and word in which there is always an answer, which has inspired many heroes and martyrs of Cuba and the world: José Smith Comas, Ernesto Guevara de la Serna and Fidel Castro Ruz are paradigms of this legacy.
The work of value formation must be carried out consciously organized with studied intentionality and unity of action.
After his fall, a new phase of Martí's human journey began. His visionary ideas about the destiny of men consecrated to the good of their country have been fulfilled.
"There is only one way to live after death: to have been a man of all times - or a man of his time".
That is José Martí: a man of all times, and such a man, conquers death, according to his saying:
"To die is nothing, to die in life, to die is to sow. OK and you will live. Serve and you will live. Love and you will live.
Palabras clave: Valores - justicia social - utilidad de la virtud - actitud ante la vida - ideario pedagógico – educación - raíces identitarias – paradigmas – legado - formación de valores - formación del hombre
Key Words: Values - social justice - utility of virtue - attitude towards life - pedagogical ideology - education - identity roots - paradigms - legacy - formation of values - formation of man
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Elena de la Caridad Acosta Cuéllar (2019): ““¿Qué significa José Martí para los cubanos? ¿cómo trabajar los valores a partir de sus ideas y de su ejemplo?”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/03/jose-marti-cuba.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1903jose-marti-cuba
INTRODUCCIÓN:
La vida y la obra de José Martí es una fuente infinita de la que se aprende siempre, su diversidad, motivaciones, su ejemplo mismo lleva a la búsqueda constante, ha inspirado a muchos, nos convoca a todos. Generalmente se le vincula a la Guerra Necesaria (1895-1898), sin embargo, desde edades muy tempranas su pensamiento político y literario son un exponente, un aval que le acreditan indiscutiblemente como Héroe Nacional de Cuba y el más universal de los cubanos; se considera además de lo mejor del pensamiento cultural y social de Iberoamérica, el Caribe y el resto del mundo. Es un inspirador y un manantial inagotable para todas las edades y para todos los tiempos
La lozanía y vigencia de la obra y el pensamiento martiano se resume en el siguiente fragmento expresado por Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos: ¨el pensamiento martiano goza de una contemporaneidad apasionante, sus esenciales conceptos sirven aún de guía a las acciones culturales, sociales y políticas necesarias para el desarrollo ascendente de la humanidad, su literatura y lenguaje están en armonía con la sensibilidad de nuestros días…¨ 1
Aprender de Martí, no es un ejercicio de rapidez, sino una marcha constante donde confluyen los deslumbramientos de ahora con las ideas de siglos.
Martí analiza los problemas exponiendo las causas y los efectos de los fenómenos, la estructura, los principios y su composición. Su pensamiento está avalado por sus observaciones, escritos sociales, perseverante lucha por la legislación social avanzada y el planteamiento de ideas fundamentales sobre nuestras raíces, sobre la nueva República. Además, estudia al hombre como transformador de su realidad, portador de conciencia y lo inserta en el contexto histórico en el que se desarrolla junto a la historia.
En estos tiempos convulsos y turbulentos en que vive la humanidad y los cubanos como parte de ella es imprescindible afianzarse a las raíces identitarias en las que José Julián Martí Pérez es un ejemplo imperecedero en obra, acción y palabra en la que siempre se encuentra respuesta, en la que se han inspirado muchos héroes y mártires de Cuba y del mundo: José Smith Comas, Ernesto Guevara de la Serna y Fidel Castro Ruz son paradigmas de este legado.
La labor de formación de valores ha de realizarse concientemente organizada con estudiada intencionalidad y unidad de acción.
DESARROLLO:
José Martí, máximo exponente del pensamiento revolucionario cubano del siglo XIX, tuvo en su época una claridad meridiana acerca del ser humano en su integridad, su carácter activo, transformador, capaz de poner riendas a su voluntad, como expresión de la conciencia en la unidad de los conocimientos y el talento con los nobles sentimientos de la espiritualidad de los seres humanos, liderados por los valores supremos como la justicia social y el deber ante la patria, que concibió en la utilidad de la virtud, es decir en el actuar, en la actitud ante la vida, en el ser de las personas.
Asociado a esta concepción humanista y optimista, destacó el papel de las virtudes y de la capacidad de mejorar los defectos humanos o enmendar los errores, aportando una idea integradora acerca de la educabilidad del ser humano, depositando en la educación la confianza de hacer crecer culturalmente a las personas, con el dominio de la ciencia y de la conciencia, para hacer las cosas que se necesitaban con el propósito de hacer libre y soberana a la patria, a la vez que al individuo, para trabajar juntos con un conocimiento de causas por su prosperidad, abriéndose paso los valores de la honradez, el decoro y el culto a la dignidad humana.
José Martí legó un ideario pedagógico, cuyas principales tesis son claves para derivar hoy, en la construcción científica colectiva del quehacer teórico y práctico de los pedagogos cubanos, en revolución permanente, los conceptos, las ideas rectoras, los principios, métodos y procedimientos, enriquecedores de las raíces históricas de la Educación y la Pedagogía cubanas.
¨Es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época, y la época¨.
¨Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es prepararlo para la vida” 2
su idea del carácter complejo de la educación y el principio integrador que debe caracterizar la organicidad y coherencia del proceso educativo a partir de la integración entre la instrucción y la educación, la inteligencia y los sentimientos en su comprensión ética y humanista de “La utilidad de la virtud”.
El estudio de sus “Juicios, sobre la Educación Popular” 3, recogidos en el, son suficientes para ejemplificar la hondura de pensamiento acerca de este complejo proceso de la educación de las nuevas generaciones, concebida desde su universal acervo cultural, gestado en su revolucionario bregar con una visión de la necesidad del cambio de la realidad de la Cuba colonial en que le tocó vivir, de ahí su proyección adelantada a su época y la capacidad de tocar los problemas en sus esencias más ocultas a la vista de los demás, así fue de radical y esencial en sus razonamientos y juicios en particular el de la educación, muy asociado al de la independencia, la libertad y soberanía de la patria y del ser humano como individuo en lo personal.
El estudio del pensamiento martiano permite entender la dimensión histórica de muchos hechos sociales y las posibilidades que tienen los mismos para proyectarse en el futuro, lo cual refuerza la formación del estudiante cubano.
La formación del hombre como ser social y la sociedad resulta una cuestión de enorme interés para todo sistema de formación y capacitación, desde el punto de vista institucional, grupal e individual.
- ¿Qué significa Martí para los cubanos? 4
En un documento denominado El Presidio Político en Cuba, Martí cuando apenas tenía 18 años, después de sufrir cruel prisión a los 16 con grilletes de hierro atados a sus pies, afirmó: “Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno.”
Para nosotros los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió.
Los que reanudamos el 26 de julio de 1953 la lucha por la independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868 precisamente cuando se cumplían cien años del nacimiento de Martí, de él habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado.
Fue un hombre verdaderamente extraordinario y excepcional. Hijo de militar, nacido en un hogar de padre y madre españoles, deriva en profeta y forjador de la independencia de la tierra que lo vio nacer; intelectual y poeta, siendo un adolescente al iniciarse la primera gran contienda, fue capaz más tarde de conquistar el corazón, el respeto, la adhesión y el acatamiento de viejos y experimentados jefes militares que se llenaron de gloria en aquella guerra.
Amante fervoroso de la paz, la unión y armonía entre los hombres, no vaciló en organizar e iniciar la guerra justa y necesaria contra el coloniaje, la esclavitud y la injusticia. Su sangre fue la primera en derramarse y su vida la primera en ofrendarse como símbolo imborrable de altruismo y desprendimiento personal. Olvidado y aun desconocido durante muchos años por gran parte del pueblo por cuya independencia luchó, de sus cenizas, como Ave Fénix, emanaron sus inmortales ideas para que casi medio siglo después de su muerte un pueblo entero se enfrascara en colosal lucha, que significó el enfrentamiento al adversario más poderoso que un país grande o pequeño hubiese conocido jamás¨. Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos.
¿Por quiénes y por qué? Por los mismos que hoy luchan y los que mañana lucharán por los mismos sueños y esperanzas de salvar al mundo, y porque quiso el azar que hoy la humanidad perciba sobre ella y tome conciencia de los riesgos que él previó y advirtió con su visión profunda y su genial talento.
El día en que cayó, el 19 de mayo de 1895, Martí se inmolaba por el derecho a la vida de todos los habitantes del planeta.
En la ya famosa carta inconclusa a su amigo entrañable Manuel Mercado, que Martí interrumpe para marchar sin que nadie pudiera impedirlo a un inesperado combate, reveló para la historia su más íntimo pensamiento, que no por conocido y repetido dejaré de consignar una vez más: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, [...] de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”
Semanas antes, al suscribir en Santo Domingo el Manifiesto de Montecristi junto al ejemplar patriota latinoamericano Máximo Gómez, de origen dominicano y escogido por Martí como jefe militar de las fuerzas cubanas, próximo a partir hacia Cuba, entre otras muchas y brillantes ideas revolucionarias, Martí escribió algo tan admirable que, aun a riesgo de aburrir, también necesito repetir: “La guerra de independencia de Cuba [...] es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo.”
Cuán precozmente escribió esta última frase, que se ha convertido en el tema principal de este encuentro. Nada hay hoy más necesario y vital que ese distante y al parecer utópico equilibrio¨. 5
Martí al concebir la política como un arte da una definición aleccionadora:
¨La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación, cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada¨ 6
Como se aprecia, para Martí la política es una categoría de la práctica pero que se relaciona con las aspiraciones éticas de valer universal.
En José Smith Comas, como uno de los discípulos del Maestro, vemos también un claro sentido de distinguir y relacionar la práctica y las aspiraciones ideales y siempre teniendo como categoría más alta: la justicia.
Posee también entre sus virtudes, una enorme capacidad para involucrar a las masas en la solución de los problemas. Esa capacidad le viene de la tradición martiana, de su compromiso de servicio público y de una muy cultivada sensibilidad social
Antes del 10 de marzo de 1952, José Smith Comas era ya una figura ampliamente conocida por el sector juvenil y estudiantil cardenense, por sus luchas y sus ideas radicales. Después del golpe de estado se fue convirtiendo en uno de los dirigentes más destacados de la juventud de su ciudad natal y de los primeros en integrar el Movimiento 26 de Julio a propuesta de su maestro Manuel del Cueto y de Antonio López ¨Ñico¨, quien organiza esta organización por orden de la Dirección Nacional del M-26-7 en la Ciudad Bandera
Ana Comas Bas, madre entrañable de José Smith Comas, refiere en entrevista realizada por uno de los autores antes de fallecer, que ¨…de pequeño leía mucho, entre estos se destacan las obras de José Martí; acostumbraba a leer en voz alta, mientras me desenvolvía en los quehaceres hogareños e intercambiaba criterios con él¨.
Otras anécdotas referidas por compañeros de aula y de lucha, profesores y amigos recogidas en la biografía7 de este mártir cuyo nombre lleva el Centro de Capacitación de la Delegación Territorial de Matanzas, ubicado en la península de Varadero, exponen los valores que este joven de 24 años inspirara la confianza, el prestigio, respeto de cuantos le conocieron.
Entre sus valores se significa la honradez, el patriotismo, el coraje a toda prueba, la audacia, el realismo, firmeza en los principios, sabiduría estratégica e inteligencia para asumir la táctica correcta ante cada coyuntura son los elementos que configuran la enorme dimensión de su extraordinaria actuación. Fidel Castro lo asigna Capitán de la Vanguardia del Granma, en esta expedición este grado lo ostentaban tres hombres y entre los ochenta y dos expedicionarios, todos merecedores de integrar la misma, hombres de la talla de Camilo, Che, Almeida, Raúl, Ramiro por solo citar algunos de ellos y poder dimensionar este valeroso joven.
José Martí dijo: “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Estos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, que es robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Estos hombres son sagrados”.
En su corazón y actuación están presentes el decoro político y moral de la mejor tradición cubana, la que se corresponde con las exigencias más profundas no sólo de la etapa que le correspondió vivir y luchar, ejemplo para todos los tiempos del legado martiano
¨El mayor monumento de los cubanos a su memoria es haber sabido construir y defender esta trinchera, para que nadie pudiera caer con una fuerza más sobre los pueblos de América y del mundo.
De él aprendimos el infinito valor y la fuerza de las ideas¨.8
La inmensa sabiduría de José Martí y sus vínculos con la cultura universal son referentes indispensables para enfrentar los colosales desafíos que la humanidad tiene ante si.
“Yo no necesito ganar una batalla para hoy; sino que, al ganarla, desplegar por el aire el estandarte de la victoria del mañana, una victoria sesuda y permanente, que nos haga libres de un tirano, ahora y después. ¿Qué dónde estoy? En la revolución; con la revolución.”
En este mundo actual que vemos desfilar ante nuestros ojos, hay razones más que sobradas para las visiones apocalípticas. Hoy, como ayer, al decir de Martí, “el mundo entero es una inmensa pregunta”.
La humanidad toda debe darse a sí misma una respuesta definitiva y verdadera que satisfaga sus necesidades y aspiraciones legítimas. Y habrá de armarse con tesón y optimismo suficientes para recorrer el camino que la conduzca a la victoria, a pesar de los escollos y los cataclismos. Es fundado y es cierto, como sentenciara nuestro Héroe Nacional, que “el sol sigue alumbrando los ámbitos del mundo, y la verdad continúa incólume su marcha por la tierra”.
Expresar de modo sencillo y con la mayor serenidad científica e histórica la presencia martiana en el Che, existe una comunidad de pensamientos, a simple vista increíbles. El contacto del Che con la obra martiana se produce desde muy temprano en su vida. Recuérdese su avidez por la lectura. Se ha confirmado que entre los diez y quince años ya ha leído con pasión grandes obras, de variados y grandes escritores. El Che tuvo los primeros datos acerca de José Martí en la etapa de su adolescencia, concretamente cuando realizaba estudios preuniversitarios en el colegio Dean Funes, en la ciudad de Córdoba, en la década de 1940. Allí, como parte de la literatura latinoamericana que lee, conoce los Versos Sencillos
Más tarde, en marzo de 1952, durante su primer viaje por América, en Tacna, Perú, impresionado por la pobreza y la miseria de los pueblos americanos que ha recorrido, recita a Alberto Granados uno de esos versos de Martí que ya le calaban muy hondo:
Con los pobres de la tierra
quiero yo mi suerte echar
el arroyo de la Sierra
me complace más que el mar” 9
Téngase en cuenta que este es el joven Ernesto Guevara, ni siquiera graduado de su carrera de medicina y para quien el contacto con Cuba estaría algo lejano.
Algo más tarde, en marzo de 1956 (desde México), respondiendo a una correspondencia de su amiga Tita Infante al parecer quejumbrosa y triste por la boda de Ernesto con Hilda Gadea, él le pide que no se haga “la niña de Guatemala”.10
Martí es un referente necesario cuando de doctrinas revolucionarias se trata, cuando poesía y amor rebosan. Resulta notable (según varios testimonios) que dentro de las prendas queridas e indispensables del guerrillero en la Sierra Maestra siempre podía encontrarse un libro de Martí. Pedía constantemente que le llevaran sus obras y las de Antonio Maceo, además insistía en la necesidad de que se estudiaran por todos. 11
La primera evocación pública a Martí por el Guerrillero Heroico la realiza allí en la propia montaña, en febrero de 1958, al ser entrevistado por Ricardo
Massetti para radio El Mundo de Buenos Aires:
¿y no temes que se pueda calificar tu intervención en los asuntos internos de una patria que no es la tuya como una intromisión”, preguntó el periodista -, a lo que respondió con firmeza y convicción: “En primer lugar, yo considero mi patria no solamente a la Argentina sino a toda América. Tengo antecedentes tan gloriosos como el de Martí y es precisamente en su tierra donde me atengo a su doctrina.” 12
El 27 de enero de 1959, a pocos días del triunfo de la Revolución, ofrece una charla en la sociedad Nuestro tiempo, allí expresa: "En la noche de hoy se impone la evocación martiana [...] y creo que al hablar de la proyección social del Ejercito Rebelde, nos estamos refiriendo concretamente al sueño que Martí hubiese realizado.” Y más adelante continúa: "Lo que a mí me interesa y lo que creo importante es el pensamiento social que teníamos los sobrevivientes de alegría de Pío.”13
No hay dudas de que Martí no sólo era conocido por el Che, sino, además, profundamente asimilado.
Se trata de un período histórico, en el cual la celeridad de los acontecimientos no permite sentarse a meditar, a retrotraer ideas o personajes, a preparar premeditadamente deleitantes discursos. El Che evoca a Martí como una obligación honorífica con quien es parte de sí mismo, pero de quien se han comprendido también, en toda su riqueza, los anhelos y esperanzas.
Comprender que la proyección social del Ejército Rebelde se correspondía con la realización del sueño martiano y que el pensamiento social de los revolucionarios tenía una importancia capital para el futuro de la patria, era algo así como declararse martiano “de dicho y hecho” Eso, que ya era evidente en el actuar del Che desde hacía tiempo, salía a la luz ahora con más fuerza, al convertirse éste en un protagonista ferviente de la epopeya revolucionaria cubana.
Tal comprensión de la obra y pensamiento martianos quedó nítidamente expuesta en el discurso del Che en conmemoración del 107 aniversario del natalicio de José Martí, el 28 de enero de 1960. Ante una enardecida, emocionada y revolucionaria muchedumbre que clama por el Che, éste llama a honrar al maestro, que “había nacido, había sufrido y había muerto en aras del ideal que hoy estamos realizando.”14
Proponía el Che todos los modos posibles de honrar a Martí, “pero se puede y se debe honrar a Martí en la forma en que él querría que se hiciera, cuando decía a pleno pulmón: ¨La mejor manera de decir es hacer” 15
Explica entonces el Che, con el desenvolvimiento natural del que ha hecho ciencia del pensamiento martiano, la convergencia histórica entre éste y la Revolución cubana. Aquél luchaba por la liberación de Cuba, con todos y para el bien de todos, ésta, decía, el Che, “es una revolución hecha para el pueblo [...] que nació desde abajo, que se nutrió de obreros y campesinos, que exigió el sacrificio de obreros y campesinos. Más adelante, concluye: “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar, decía Martí... y así mismo, interpretando sus palabras, lo hicimos nosotros”. 16
Discurso corto, enardecido, patriótico, profundo, magistral; nos transmite al Martí autor intelectual de la Revolución cubana, ejemplo de revolucionario, gran estratega político, escritor profundo y tierno, hombre valiente, humanista, maestro de revolucionarios. Nos transmite al Martí que necesitamos siempre para enrumbar nuestras utopías, “al Martí que habla y que piensa hoy, con el lenguaje de hoy.”17
De su consolidada y arraigada vocación martiana, deja constancia el Che una vez más en el discurso pronunciado en la Quinta Sesión Plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social en Punta del Este, Uruguay, el 8 de agosto de 1961. Aquí el Che se refiere a Martí en circunstancias muy especiales: Primero, para enfrentar macabros y mal intencionados manejos del pensamiento martiano; segundo, para presentar a nuestro José Martí tal y como era, con toda la profundidad de sus doctrinas y la agudeza de su accionar; presentar al Martí antiimperialista, anticolonialista, que murió -como él mismo decía- por sus ideales de libertar a su patria, y así impedir que los Estados Unidos cayeran con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América.
Se hace evidente durante todo el discurso que el Che se refiere a Martí - por cierto en más de tres ocasiones distintas durante la intervención-, precisamente asumiendo la posición martiana, la prédica a la unidad de los latinoamericanos, destacando el papel de Cuba en el logro de la misma, porque, tal y como lo parafrasea, “lo que no queremos es ser arría...”18
Allí se puede intuir cómo se erige el pensamiento martiano en fuente ideológica importante de las concepciones que maduran en el Che. Su profundo humanismo revolucionario, el internacionalismo proletario y la solidaridad militante, encuentran en el referente histórico martiano su más hondo y clarificador sostén. Allí recalca que nuestra Revolución es solidaria, porque también lo decía Martí: “todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre”. Y cada vez que una potencia imperial avasalla un territorio le está dando una bofetada a todos los habitantes de ese territorio. 19
Como dijera un estudioso, “esta frase de Martí era la preferida del Che, constantemente la citaba. Era la frase que daba justo en su concepción del mundo, que daba justo en su sentido de la vida”. 20
Así, la comprensión científica de la ética y el acontecer revolucionarios que se enlazan en el pensamiento guevariano expuesto en la célebre frase del maestro, confirman el hecho de que el Che viera en Martí uno de los pilares ideológicos de la Revolución cubana y continental.
Tal calidad del pensamiento guevariano se expresaba con fluidez y reiteración. A pocos días de la conferencia de Punta del Este en Uruguay, en su discurso en la Universidad Nacional de Montevideo, el 18 de agosto de 1961, nos ofrece verdaderas lecciones del sustrato ideológico presente en los proyectos de unidad continental de los más relevantes próceres de América, cuya acción viene condicionada por un largo y profundo proceso de transculturación. Así nos dice el Che:
San Martín [...] era un hombre de América; [...]: como Bolívar, no podemos decir que pertenecía a un país, como Martí no nos pertenece. Son producto de nuestra civilización, de nuestro sustrato cultural, producto de todo lo que ha madurado durante años y años, de lo que se ha agregado al indígena primitivo, con el negro que se trajo, con el español que vino a colonizar las razas de otros lugares del mundo, por nuestras condiciones sociales específicas y que han creado este hombre americano que habla prácticamente el mismo lenguaje, y que de todas maneras se entiende siempre en cualquier lugar donde se exprese. 21
Esa vocación martiana estuvo presente siempre en todo su quehacer revolucionario y por ello fue reiteradamente al encuentro con Martí. De esta manera, el 17 de agosto de 1962, como el propio Apóstol, sin apenas sacudirse el polvo del camino, visita la casa museo de la finca El Abra, que acogió a Martí en la entonces Isla de Pinos de 1870. Allí fue a compartir con él un buen tramo de rica historia.22
.La aprehensión y asimilación por el Che del pensamiento martiano lo encontramos ya como una simbiosis nada mecánica en el abanico de influencias que conforman las concepciones guevarianas.
Más que la consagración misma de sus vidas a la causa de los pobres de la tierra y, en particular, de los pobres de América, una serie de analogías sorprendentes, pero nada casuales, acercan las figuras de José Martí y Ernesto Che Guevara. Noble y severo ejercicio del deber; temple de la voluntad acendrada hasta lograr sus más claros perfiles; postura radical ante el combate no a expensas sino en ganancia de lo humano; total [...] vocación de sacrificio; fe inquebrantable que se yergue sobre precariedades y reveses.23
En la enredada urdimbre de los acontecimientos históricos, muchos son los hilos secretos que se extienden entre Martí y el Che: los espacios continentales que en distintas épocas les sirvieron para corroborar y desarrollar sus doctrinas (dígase su México y Guatemala comunes); la comprensión cabal de la esencia destructora del imperialismo norteamericano, permitieron a ambos conformar una interpretación dialéctica de las condiciones de sus respectivas épocas y de las de Cuba y América en particular.
Ello exigía por tanto un modo de actuar que en ambos próceres encuentra manifestaciones comunes. Ambos tuvieron la oportunidad histórica de representar a América Latina en conferencias continentales (Martí en la Conferencia Monetaria en Washington de 1890 y el Che, en la mencionada de Punta del Este, Uruguay, en 1961). La actitud mantenida en esas tribunas expresa una dignidad y agudeza políticas sin par.
Por eso, con toda razón podemos asegurar que Martí no pudo ver sus sueños, pero no le faltaron hijos a América para enfrentar al gigante imperial.24
El profundo humanismo y el alcance de sus respectivas concepciones ético-revolucionarias, el alcance de sus doctrinas, la grandeza del ejemplo práctico en la entrega a la causa de la revolución, el latinoamericanismo, los convirtió en hombres de dimensiones americanas y mundiales.
El mismo Che lo decía:
Yo nací en Argentina [...], permítanme que sea un poquito pretencioso al decirle que Martí nació en Cuba y Martí es americano; Fidel también nació en Cuba y Fidel es americano; yo nací en Argentina, no reniego de mi Patria de ninguna manera, tengo el sustrato cultural de la Argentina, me siento también tan cubano como el que más y soy capaz de sentir en mí, el hambre y los sufrimientos de cualquier pueblo de América, fundamentalmente, pero además de cualquier pueblo del mundo. 25
Esa magnitud de hombre de América y del mundo venía dibujándose desde hacía mucho tiempo en el Che. Ya el 10 de diciembre de 1955, desde Costa Rica, en carta a su tía Beatríz: le dice: Tuve la oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit convenciéndome una vez más de lo terrible que son estos pulpos capitalistas. He jurado [...] no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos capitalistas. En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico [...] Te abraza, te besa y te quiere tu sobrino, el de la salud de hierro, el estómago vacío y la luciente fe en el porvenir socialista.26
En Fidel Castro lo vemos realidad como continuador de la ¨guerra necesaria¨, en toda la obra iniciada en enero de 1959, en el decir poético de nuestro Nicolás Guillén ¨Te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió¨ y consolidada en este siglo XXI y que se expresan en las Directrices contenidas en el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba:
El legado Martiano propicia que los jóvenes de hoy continuadores de la obra revolucionaria, aseguren el mantenimiento de la independencia e identidad, y por eso, estimular al máximo la formación de valores, constituye un problema de primer orden para la sociedad cubana. En tal sentido se proponen a modo de conclusión del presente trabajo los principales valores a trabajar y su modo de actuación, así como se precisan lineamientos generales para concretar el trabajo con los mismos, considerando que todas las instituciones y organizaciones tienen la alta responsabilidad de la formación de valores, pero es la Escuela, como centro socializador de la cultura el lugar por excelencia para realizar el trabajo político –ideológico con los estudiantes. Ella debe ser capaz de involucrar a toda la sociedad en tal empeño y garantizar un trabajador con más pertinencia y correspondencia de las exigencias del Ministerio del Turismo.
- Principales valores a trabajar y su modo de actuación:
- Tener una conducta consecuente con la ética de la Revolución cubana
- Combatir toda manifestación de egoísmo, individualismo, consumismo y sumisión
- Mantener un comportamiento ejemplar en la actividad social y en la vida cotidiana.
- Mantener el proyecto de vida individual indisolublemente ligado al proyecto social socialista y poner el talento al servicio de la Revolución.
- Sentir orgullo de ser cubano y respetar a los símbolos patrios.
- Tener disposición a asumir las prioridades de la Revolución, al precio de cualquier sacrificio.
- Ser un fiel defensor de la obra de la Revolución Socialista en cualquier parte del mundo
- Actuar siempre en correspondencia con las raíces históricas, enalteciendo sus mejores tradiciones revolucionarias: el independentismo, el antiimperialismo y el internacionalismo en el espíritu de la Protesta de Baraguá.
- Tener con ciencia de la importancia de su labor y ponerla en función del desarrollo económico y social del país
- Fortalecer la unidad del pueblo entorno al Partido.
- Sentir los problemas de los demás como propios
- Respetar a las personas sobre la base del valor intrínseco del ser humano
- Propiciar un clima de confianza, respeto y amistad entre las personas. Escuchar a los demás con empatía y comprensión.
- Autocontrolar las manifestaciones de agresividad que pueden darse hacia otras personas.
- Ser altruistas y desprendidos con absoluto desinterés.
- Identificarse con las causas justas y defenderlas
- Estar dispuesto a realizar acciones dentro y fuera del país, incluso al precio de elevados sacrificios materiales y espirituales.
- Contribuir desde lo individual al cumplimiento de tareas colectivas.
- Fortalecer el espíritu de colaboración y trabajo en equipo.
- Desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor las tareas asignadas.
- Asumir la crítica y la autocrítica como poderoso instrumento de autorregulación moral.
- Propiciar un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas asignadas.
- Conocer y respetar la legalidad socialista y normas administrativas establecidas.
- Respetar, defender y fomentar la propiedad social sobre los medios de producción.
- Cuidar el Medio Ambiente
- Mostrar plena dedicación a la actividad laboral y social que se realiza
- Poseer capacidad para enfrentar los obstáculos y encontrar soluciones a los problemas presentados en la actividad social que se realiza.
. Cumplir con eficiencia, disciplina y calidad las tareas encomendadas.
- Combatir cualquier manifestación de acomodamiento y vagancia
- Sentir mayor realización personal en tanto mayor sea su aporte social en la actividad que desempeña-
- Vivir con lo que se recibe si violar la legalidad ni la moral socialista
- Administrar los recursos económicos del país en cualquier nivel, de acuerdo con la política trazada por el Partido.
- Respetar la propiedad social y personal, no robar
- Enfrentar las manifestaciones de indisciplinas, ilegalidades, fraude y hechos de corrupción.
- El apego irrestricto a la verdad. Ser sincero en su discurso y consecuente en su acción.
- Tener valentía para expresar lo que se piensa
- Combatir las manifestaciones de doble moral, hipocresía, traición, fraude y mentira.
- Ser críticos y autocríticos.
- Cumplir y hacer cumplir la legalidad socialista
- Luchar contra todo tipo de discriminación en los ámbitos familiar y social
- Valorar con objetividad los resultados de cualquier actividad laboral y social.
- Contribuir con su criterio a la selección de personas que por sus méritos sean acreedores de reconocimiento moral y material.
Lineamientos Generales en la labor de formación de valores:
Todos estos valores encuentran vinculación con la palabra martiana si se consultan dos excelentes textos: el Diccionario Martiano y José Martí Aforismos del autor Jorge Sergio Batlle, además de las Obras completas, Obras Escogidas y otros
CONCLUSIONES O REFLEXIÓN FINAL:
Después de su caída comenzó una nueva etapa del viaje humano de Martí, que ha consistido en mantenerse vivo, espiritualmente, en la conciencia y en la acción de los hombres mejores de su pueblo, que es decir todo el pueblo. Se ha cumplido con ello sus ideas visionarias sobre el destino de los hombres consagrados al bien de su patria.
“No hay más que un modo de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos – o un hombre de su tiempo”.
Eso es José Martí: un hombre de todos los tiempos, y un hombre así, vence a la muerte, según su decir:
“Morir no es nada, morir en vivir, morir es sembrar. El que muere, si muere donde debe, sirve. Vale y vivirás. Sirve y vivirás. Ama y vivirás. Despídete de ti mismo y vivirás. Caes bien, y te levantarás.”
El Sol ahora aquí brilla con luz propia, solo porque Dos Ríos no marca el fin, sino el comienzo de una era en la que vuelves en Baconao abriendo cielos de esperanza para los humildes. Tú vives en los pobres de la tierra, en el arroyo de la Sierra y en ese monte de espumas de tus versos y en el ejemplo imperecedero que es tu vida.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA: