Romina Damid Ramírez Reyes*
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
Email: damid95@hotmail.com
De acuerdo a investigaciones de Montanet et al., (2009) en la actualidad son muchas las personas en el mundo que dedican su esfuerzo y estudio a lo que podría denominarse como la nueva cultura de la longevidad. En realidad, es el intento de vivir más y en mejores condiciones físicas, sociales y mentales, producto de que el avance social está orientado hacia esa dirección, buscando así un modelo de envejecimiento competente en un sentido útil y productivo, capaz de fortalecer desde un punto de vista genérico de la salud, su calidad de vida.
La calidad de vida es un término que hace referencia a condiciones dignas en los factores sociales, económicos y personales, sin embargo, en los adultos mayores la salud represente un indicador diferenciador. Aponte (2015) señala que el envejecimiento es en sí mismo un proceso cuya calidad está directamente relacionada con la forma como la persona satisface sus necesidades a través de todo su ciclo vital.
Según la OMS, citado por Rubio et al., (2015) la calidad de vida es "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno.
Con esto, se demuestra la importancia de analizar los indicadores de la calidad de vida en el adulto mayor, pues estudios realizados por Acosta et al., (2012) evidencian que esta se encuentra relacionada con el convivir fuera del núcleo familiar, morbilidad, medicamentos que consumen, capacidad funcional, género, actividad física, sentimientos de abandono familiar, ingresos económicos, nivel educativo, servicios de salud, recreación, interacción social, bienestar espiritual, escolaridad, estado civil, autonomía y residir en medio urbano.
Datos proporcionados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (2018) señalan que en el Ecuador existen: 1.049.824 personas mayores de 65 años (6,5% de la población total). Resaltando que, en este período de vida, existen mayores limitaciones para acceder a recursos de subsistencia: el 45% vive en condiciones de pobreza y extrema pobreza, 42% vive en el sector rural, 14,6% de hogares pobres se compone de un adulto mayor viviendo solo, 14,9% son víctimas de negligencia y abandono, el 74,3% no accede a seguridad social de nivel contributivo. Con base a ello se analizará los indicadores de la calidad de vida de los adultos mayores autovalentes de la Asociación de Damas Voluntarias “San Vicente de Paul” y se identificará que aspectos están siendo tomados en cuenta para cumplir con la normativa constitucional.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Romina Damid Ramírez Reyes (2019): “Calidad de vida de los adultos mayores autovalentes en el Cantón Chone”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/03/adultos-mayores-autovalentes.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1903adultos-mayores-autovalentes