Revista: Caribeña de Ciencias Sociales
ISSN: 2254-7630


CAPITAL SOCIAL VERSUS VACÍO DE PODER. ANÁLISIS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL EN LOS MUNICIPIOS DE PALENQUE Y PUEBLA

Autores e infomación del artículo

Elieth Blázquez Bonilla*

José Luis Sergio Sosa González**

Universidad Autónoma de Puebla. México

eliethb1@hotmail.com


RESUMEN

En el presente artículo analizaron en primera instancia las bases teóricas y conceptuales del término capital social citando en principio a James Coleman quien incorpora dicho concepto a las ciencias sociales, destacando también las aportaciones de Putnam,  Bourdie, Hirschman, Kliksberg, entre otros importantes autores que abordan el tema con muy diversos énfasis, lo que sin duda ha contribuido a que en la actualidad exista una discusión entre los especialistas para aclarar el concepto y definir una metodología que facilite su medición.

Para los autores del presente artículo se estableció que el capital social grupal son: “Las relaciones de confianza y solidaridad al interior de un grupo social que determinan su capacidad de actuar colectivamente para resolver problemas y necesidades comunes”.  También se consideró que es “el conjunto de relaciones de cooperación que se pueden establecer en un grupo social y que buscan prioritariamente resolver problemas colectivos para incrementar el bienestar común de sus miembros”.

Presentaron también el contexto de las ciudades de Palenque y Puebla donde se genera el caso de estudio, para después tratar los resultados de las encuestas, sus diferencias y convergencias,  se exploró la construcción de dicho capital como un mecanismo generador de acción y organización de los pobladores.

Se estableció un acercamiento a las diversas dimensiones que componen el capital social e identificamos los niveles de confianza, solidaridad, cooperación, acción colectiva, empoderamiento, y demás indicadores que permiten ponderar la magnitud y calidad de este activo social entre los habitantes.

Consideraron las diferentes dimensiones que plantea el Banco Mundial para medir el capital social, utilizando las preguntas básicas que propone esa organización en el resumen del “Cuestionario Integrado Para la Medición del Capital Social” (Banco Mundial, 2004).

El documento se presenta en tres apartados: 1) un acercamiento a las bases teóricas y conceptuales sobre el tema de capital social; 2) se ofrecen datos generales de ambos municipios que contextualizan el estudio y 3) se presentan los resultados de la encuesta sobre capital social.
Finalmente concluyeron que tanto Palenque como Puebla son territorios con un muy bajo índice de capital social y argumentamos varias causas de acuerdo a lo establecido en el presente artículo, que han provocado esta baja como la falta de legitimidad en sus instituciones, vacíos de poder, etc., asimismo, se analizaron los motivos divergentes como la confianza que es un elemento básico del capital social y que en Puebla se presenta un nivel más alto de confiabilidad entre los habitantes comparándolo con Palenque; la comunicación y la cohesión social también fueron abordados.

Interesante fue evidenciar el alto índice de separación social que por concepto de raza, religión, causas económicas, entre otras vive la sociedad poblana y que sin duda incide de manera importante en el resultado de esta investigación, por lo que después de realizar esta minuciosa conclusión  recomendamos revisar para su atención los elementos que están influyendo en la formación de organizaciones y de capital social  que  dañan el tejido social. Además de identificar los efectos de las malas experiencias de los ciudadanos que los hace no querer participar en actividades colectivas que les permitan resolver problemas comunes.

Palabras clave: Capital social-Solidaridad-Empoderamiento-Cooperación-Pal

ABSTRACT

In the present article they analyzed in the first instance the theoretical and conceptual bases of the term social capital citing in principle James Coleman who incorporates this concept to the social sciences, also highlighting the contributions of Putnam, Bourdie, Hirschman, Kliksberg, among other important authors who They approach the subject with very different emphases, which undoubtedly has contributed to the fact that there is currently a discussion among specialists to clarify the concept and define a methodology that facilitates its measurement.

For the authors of this article it was established that the group social capital are: "The relationships of trust and solidarity within a social group that determine their capacity to act collectively to solve common problems and needs". It was also considered to be "the set of cooperative relationships that can be established in a social group and that primarily seek to solve collective problems to increase the common well-being of its members."

They also presented the context of the cities of Palenque and Puebla where the case study is generated, to later deal with the results of the surveys, their differences and convergences, the construction of said capital was explored as a mechanism that generates action and organization of the settlers.

An approach was established to the various dimensions that make up the social capital and we identified the levels of trust, solidarity, cooperation, collective action, empowerment, and other indicators that allow us to weigh the magnitude and quality of this social asset among the inhabitants.

They considered the different dimensions proposed by the World Bank to measure social capital, using the basic questions proposed by that organization in the summary of the "Integrated Questionnaire for the Measurement of Social Capital" (World Bank, 2004). The document is presented in three sections: 1) an approach to the theoretical and conceptual bases on the issue of social capital; 2) general data are provided from both municipalities that contextualize the study and 3) the results of the survey on social capital are presented.

Finally they concluded that both Palenque and Puebla are territories with a very low index of social capital and we argue several causes according to what is established in this article, which have caused this decline as the lack of legitimacy in their institutions, power gaps, etc. ., also, divergent reasons were analyzed such as trust, which is a basic element of social capital and that in Puebla there is a higher level of trustworthiness among the inhabitants compared to Palenque; Communication and social cohesion were also addressed.

Interesting was evidencing the high rate of social separation that by concept of race, religion, economic causes, among others Puebla's society lives and that undoubtedly has an important impact on the result of this investigation, so after making this detailed conclusion We recommend reviewing for your attention the elements that are influencing the formation of organizations and social capital that damage the social fabric. In addition to identifying the effects of bad experiences of citizens that makes them not want to participate in collective activities that allow them to solve common problems.
Key words: Social capital-Solidarity-Empowerment-Cooperation-Palenque-Puebla.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Elieth Blázquez Bonilla y José Luis Sergio Sosa González (2018): “Capital social versus vacío de poder. Análisis de la construcción del capital social en los municipios de Palenque y Puebla”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (diciembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/12/construccion-capital-social.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1812construccion-capital-social


1. BASES TEÓRICAS Y CONCEPTUALES

Con relación al concepto de Capital Social, cabe destacar inicialmente a James Coleman (1990), quien incorpora el término capital social a las ciencias sociales, identificándolo como “la capacidad de las personas para trabajar en grupos, en base a un conjunto de normas y valores compartidos”. Para Coleman los valores del capital social se presentan en el plano individual, fortaleciendo la capacidad personal para relacionarse mediante redes de contactos sociales que se fundamentan en expectativas de reciprocidad y comportamiento confiable que, en conjunto, mejoran la eficiencia individual.

Posteriormente Robert Putnam (1993) explica que en una sociedad donde prevalecen los valores del capital social, “se estimula la confiabilidad en las relaciones sociales y se agilizan los flujos de información internos y externos, favoreciéndose el desarrollo y funcionamiento de normas y sanciones consensuales y resaltándose el interés público colectivo, por encima del individualismo que se estimula en la formación del capital humano”.

Para Bourdie (1986) el capital social puede ser considerado como “el agregado de recursos actuales y potenciales que están vinculados a la posesión o acceso a una red permanente de relaciones más o menos institucionalizadas de mutua aceptación y reconocimiento, o, en otras palabras, que están establecidas en función de la membresía en un grupo”. Para este autor el capital social puede medirse, incrementarse o disminuirse, además de explotarse de manera eficiente o ineficiente.

Por otra parte Albert Hirschman (1986) empleó el término de “energía social” y de “recursos morales” para identificar la capacidad de acción colectiva que representa el capital social, indicando que éste es un recurso que, a diferencia del capital físico y del capital natural, se incrementa con su uso, y también puede decrecer sustancialmente cuando no se usa, pero no desaparece, ya que constituye una memoria histórico cultural que engendra nuevos brotes y desarrollos de capital social cuando se dan las circunstancias.

Con relación al concepto de organización social se debe aclarar que el concepto de capital social es superior al de organización social (Flores y Rello, 2002). La organización social se refiere a un conglomerado de individuos que trabajan por un fin previamente determinado bajo una estructura organizacional y una división de funciones y responsabilidades. Mientras que el concepto de capital social considera, no necesariamente, la existencia de una organización, sino la identificación de los participantes entre sí y sobre todo el consciente colectivo que genera acciones de beneficio común, sin circunscribirse únicamente a la dirección de algunos y la subordinación de otros.

Por su parte, Francis Fukuyama (1995) realiza importantes aportaciones a este tema y su relación con el desarrollo. Define el capital social, como “normas y valores compartidos que promueven la confianza y la cooperación social”. Este autor considera que “no todas las culturas son proclives a fomentar el crecimiento económico. Sólo las culturas en las que prevalece un alto activo de capital social están presentes en las sociedades desarrolladas”. Señala también que en América Latina, el stock de capital social es de los más bajos del mundo, lo que ha inducido una cultura de subdesarrollo y realismo mágico que actúa como pesado lastre para la superación de la región frente al reto de la revolución tecnológica y la globalización.

Fukuyama describe el déficit de capital social en América Latina, en términos de “la desconfianza, la pobreza de valores, la corrupción, la poca solidaridad y la inmoral distribución de la riqueza”. Para él, el capital social supone la necesidad de incluir y revalorizar en el proceso de desarrollo, valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, la conciencia cívica, la ética y los valores autóctonos predominantes en una sociedad.

Más recientemente, Nan Lin (2001) identifica al capital social como “un activo colectivo que está implícito en las relaciones sociales y que puede ser promovido o restringido por dichas relaciones, según los valores existentes en el colectivo social”. Para este autor, la inversión en capital social “genera retornos en términos de un mercado que puede ser económico, político, laboral o comunitario”, por lo que el concepto debe entenderse como un activo social o colectivo y como el capital que se genera a través de las relaciones sociales; por tanto, es un activo social en virtud de las conexiones o interrelaciones entre los actores sociales y el acceso a los recursos de la red o grupo del cual ellos son miembros. Por tanto no es un bien individual, sino un recurso accesible temporalmente, sólo mediante nexos directos o indirectos en una red social.

Finalmente y de forma magistral, Bernardo Kliksberg (2002) destaca los valores de la confianza interpersonal, de la capacidad de asociatividad, de la conciencia cívica y los valores de la ética, como los componentes claves del concepto de capital social, y critica duramente, como grave error de la economía tradicional, el que estos valores fundamentales hayan sido marginados en la formulación de estrategias para promover el desarrollo y la lucha contra el hambre y la marginalidad. Kliksberg propone que el Estado debe desempeñar un papel fundamental en la creación de capital social, favoreciendo el clima de confianza social, pues existe una significativa correlación entre el grado de confianza general y las normas de cooperación prevalecientes en la sociedad y los avances en el desarrollo de los países.

Como se puede observar, la idea de capital social se ha utilizado con muy diversos énfasis, lo que ha contribuido a que en la actualidad exista una discusión entre los especialistas para aclarar el concepto y definir una metodología que facilite su medición.

Con relación a esto, López y de la Torre (2004:2) explican que el concepto de capital social se ha utilizado con diversas connotaciones, lo que ha llevado a hacerlo más confuso en lugar de aclararlo. En ese sentido los autores señalan que “la literatura sobre capital social abunda en distintas definiciones del mismo que abarcan fenómenos tan variados como la amistad, la confianza, las habilidades sociales, la membrecía a un grupo, la creación de redes, la cultura, el seguimiento de normas compartidas, la participación social y el sentido de obligación hacia los demás”.

En ese sentido resulta entonces imperativo, establecer una definición propia o personal de lo que es capital social grupal, por lo que para el caso específico de este trabajo, se define como: “Las relaciones de confianza y solidaridad al interior de un grupo social que determinan su capacidad de actuar colectivamente para resolver problemas y necesidades comunes”. Otra definición a partir de este trabajo es “el conjunto de relaciones de cooperación que se pueden establecer en un grupo social y que buscan prioritariamente resolver problemas colectivos para incrementar el bienestar común de sus miembros”. Esto se puede aplicar a cualquier grupo social, como pueden ser los productores agrícolas de una región, colonos, madres solteras u otros conglomerados sociales. El énfasis de esta definición se refiere entonces a la capacidad o potencialidad de actuar con intereses compartidos, además de establecer que el propósito de esa acción siempre será resolver problemas comunes y generar beneficios compartidos.

2. CONTEXTO

Palenque es una ciudad de origen maya perteneciente al estado de Chiapas, colinda al norte con Catazajá y La Libertad; al sur con Chilón; al sureste con Ocosingo; al suroeste con Salto de Agua; al norte con Tenosique; noroeste con Macuspana y al norte con Emiliano Zapata. En el municipio hay una población de 110,918 habitantes, está catalogado con un alto grado de marginación y está incluido en el programa federal Cruzada Nacional contra el Hambre (SEDESOL, 2018). En 2010 había 25,263 hogares, de los cuales 4,905 estaban conducidos por jefas de familia. Los índices de pobreza están elevados, el 82.3% se encuentra en pobreza, de los cuales el 43.8% está clasificada en pobreza moderada, mientras que el 38.5% se encuentra en condiciones de pobreza extrema. El 34.8% presenta rezago educativo; el 40% de la población no cuenta con servicios de salud; el 39% vive en casas construidas con material de mala calidad y espacios insuficientes y el 62.5% señaló que en sus casas no cuentan con los servicios básicos necesarios (CONEVAL, 2010).

Puebla es un municipio que por su densidad poblacional es considerada la cuarta ciudad más grande del país. Colinda al noreste con Tepatlaxco de Hidalgo, al este con Amozoc y Cuautinchán, al sureste con Tzicatlacoyan, al sur con Huehuetlán el Grande y con Teopantlán, al suroeste con Ocoyucan, al oeste con San Andrés Cholula y con San Pedro Cholula, al noroeste con Cuautlancingo y al norte con Tlaxcala. En el municipio de Puebla hay una población de 1, 576,259 habitantes, de los cuales 746,734 son hombres y 829,525 son mujeres (INEGI, 2017; 2015). Puebla está clasificada entre los municipios de menor incidencia de pobreza, 732,154 personas viven en pobreza, el 3.89% de la población habita viviendas sin drenaje ni excusado, el 1.18% vive sin energía eléctrica, el 15.95% no cuenta con agua entubada y el 8.75% vive en casas con piso de tierra (Sánchez, 2010).

3. RESULTADOS DE LA ENCUESTA SOBRE CAPITAL SOCIAL: DIFERENCIAS Y CONVERGENCIAS

De acuerdo con los datos recabados entre los habitantes del municipio de Palenque, se observa que únicamente alrededor del 22% de los encuestados manifestaron tener confianza hacia sus vecinos, mientras que el restante 78% tienen una opinión negativa o en el mejor de los casos neutra sobre el poder confiar en las personas que viven en su misma colonia o comunidad. En el caso del municipio de Puebla, el 47.1% de los encuestados expresaron confiar en sus vecinos, mientras que el 35.3% se mantuvo neutro y el 17.7%  tiene una opinión negativa. Estos datos tan contrastantes, desmienten la idea generalizada de que en los municipios pequeños o de características principalmente rurales, como lo es el municipio de Palenque, se tenga mayor confianza entre los habitantes y por tanto mayor capital social que les permita unirse y enfrentar juntos problemas o amenazas comunes.

            En Palenque, el 50% de los encuestados manifestaron un parcial o total desacuerdo sobre confiar en sus vecinos, lo cual no parece aplicarse para el caso de la confianza y la solidaridad entre las familias ya que muchas de las entrevistas realizadas a informantes clave de dicho municipio, permitieron percibir que las familias tienen mayor convivencia, cohesión, y solidaridad, por lo que debe hablarse más bien de capital social familiar. El caso de Puebla es muy similar, de acuerdo con los datos recabados en la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2017, el 85.2% de los pobladores mayores de 18 años manifestaron que sus familiares son los sujetos en los que más confían (INEGI, 2018: 144).

Este capital social familiar puede ser una fortaleza a utilizar por parte del gobierno en cuanto a programas que involucren a familias más que a grupos sociales. Asimismo, debe estudiarse a fondo las formas de convivencia en las comunidades para conocer qué aspectos están minando la confianza y el capital social comunitario, es decir el que se presenta entre los vecinos. El propósito en este último aspecto debe ser evitar que el capital social siga perdiéndose y evitar que la sociedad civil se debilite y pierda su capacidad de respuesta ante los abusos del gobierno, de otros grupos sociales y sobre todo de los delincuentes y del crimen organizado. Se debe revisar qué aspectos están desgastando o destruyendo el débil tejido social y erradicarlos. Incluso conocer cómo los diferentes tipos de violencia social, gubernamental, intrafamiliar o de otro tipo pueden estar dañando la confianza entre los miembros de una comunidad con las nefastas consecuencias que esto puede traer en el futuro.

Sobre la solidaridad entre los habitantes de las comunidades, se observa una opinión más concordante en ambos municipios. En Palenque, alrededor del 45% manifestó que los vecinos no están dispuestos a ayudar cuando es necesario. Cerca del 38% manifestaron un parcial o total acuerdo sobre el hecho de que los vecinos están dispuestos a ayudar. En Puebla, el 35.3% indicó que no existe esa disponibilidad, mientras que el 47.1% señaló que consideran que sus vecinos si están dispuestos a ayudar.

La solidaridad es uno de los indicadores más importantes del capital social y ambas encuestas evidencian un reducido nivel de solidaridad y capital social. Como se ha mencionado, se sabe que México y los países latinos en general cuentan con niveles muy bajos de capital social lo cual explica en gran medida los grandes e históricos rezagos que no se han podido superar precisamente por la existencia de una sociedad débil e incapaz de imponerse ante los intereses de la clase política y la clase empresarial. En todo caso la situación descrita únicamente refuerza la idea de que es urgente identificar y abatir los factores que están destruyendo aceleradamente el poco capital social con que cuentan las comunidades de nuestro país.

Con relación a la cooperación que es otro indicador muy importante del capital social, en el municipio de Palenque se observa que alrededor del 37% de los encuestados manifestaron un parcial o total desacuerdo sobre la afirmación de que en su comunidad los vecinos se organizan y trabajan unidos para resolver problemas comunes. Otro 36%, es decir un porcentaje casi idéntico opina que efectivamente los vecinos si se organizan y trabajan unidos para resolver problemas comunes. En el caso del municipio de Puebla, el 35.3% manifestó que la comunidad no se organizaba, mientras que el 23.4% considera que si hay organización para solucionar los problemas y el 41.2% se mantuvo neutro.
Se puede pensar entonces que también la cooperación comunitaria es deficiente o se encuentra muy disminuida. Un indicador deficiente o bajo de cooperación puede afectar no tan sólo la capacidad de la comunidad para enfrentar amenazas comunes sino que incluso se puede ver reflejado en dificultad para gestionar diversos apoyos del gobierno hacia la comunidad sobre todo cuando dichos apoyos tienen como requisito la cooperación o la participación de los vecinos de una localidad, tal es el caso de algunos programas de obra pública donde los vecinos tienen que aportar jornadas de trabajo.

Sobre la respuesta o actitud de los vecinos ante invitaciones para organizarse, en Palenque se puede observar que alrededor del 40% de los encuestados manifestaron que a los vecinos de su comunidad no les interesa organizarse y no responden ante las invitaciones en ese sentido. Otro 42% señaló que más bien lo que sucede es que nunca o casi nunca se les invita. En el caso de Puebla, el 41.1% señaló que no hay interés en sus vecinos para organizarse y el 29.4% señaló que desconocían que alguien llevara a cabo reuniones de este tipo.

Estos resultados denotan el bajo índice de organización de los pobladores en ambos municipios. Esto es un dato a considerar, pues a través de la organización comunitaria se puede establecer un contrapeso ante las decisiones gubernamentales que afectan a la población, ya que una sociedad organizada siempre tiene mayor capacidad de exigir resultados a sus autoridades y de supervisarlos. Ante esto se plantea como un foco rojo la necesidad de revisar a fondo la normatividad sobre la organización y la participación comunitaria ya que son aspectos que se han relegado o incluso obstaculizado y que por tanto están debilitando cada vez más a la sociedad civil. El interés de las autoridades en mantener una sociedad desorganizada y débil pudiera parecer obvio, sin embargo, cualquier grupo político o partido debe tener claro que puede ser relevado en cualquier momento y que el generar una sociedad débil deja en desventaja a todos, incluso a los partidos políticos de oposición.

Sobre la percepción de que al organizarse se benefician solo a unos cuantos, en el municipio de Palenque se observaron opiniones muy divididas donde únicamente poco más del 31% manifestó un total o parcial acuerdo en el hecho de que los beneficios de la organización comunitaria son privatizados a favor de unas cuantas personas. Alrededor del 37% señaló un total o parcial desacuerdo sobre el hecho de que esa situación se presente. En el caso de Puebla, el 23.5% planteó que se benefician solo algunos y el 35.3% señaló que la organización comunitaria no beneficia únicamente a unos cuantos. Cabe señalar que en el caso de Palenque el 32% se mantuvo neutral, mientras que en Puebla, el 41.2% eligió esta opción. Una posible explicación a estos indicadores se localiza al vincular esta pregunta con la anterior; es decir, si en ambos municipios existe poca organización para resolver los problemas de la comunidad, entonces es difícil emitir de manera certera si al organizarse se benefician todos o algunos. En ese sentido, la normatividad que regula la organización social y la participación comunitaria debe hacer gran énfasis en aspectos o mecanismos que eviten totalmente el oportunismo y la percepción en los ciudadanos de que la subvención es selectiva.

Esta información coincide con los datos arrojado por la pregunta que al organizarse los beneficios se reparten para todos, pues al igual que la pregunta anterior, el mayor porcentaje de los encuestados se mantuvo neutro y predomina la percepción de que los beneficios es para algunos. En el caso de Palenque, el porcentaje de encuestados que opinan que no existe oportunismo por parte de los líderes que en ocasiones promueven la organización social es relativamente pequeño. Se observa que únicamente alrededor del 28% manifiestan un parcial o total acuerdo en el sentido de que los beneficios de la organización social o comunitaria se reparten para todos. El restante 72% se manifiesta en forma contraria o bien omite su opinión ante la ausencia de opciones de organización. En el caso de Puebla, se encontró que el 41.2% percibe que los beneficios son para todos y el 58.8% restante opina de manera opuesta, en el cual el 35.3% de los encuestados se mantuvieron neutros. Con ello se confirma el olvido o el dejar de lado la promoción de la organización social por parte de las autoridades o bien por inviabilidad de la normatividad vigente la cual no facilita esta acción y no garantiza el éxito necesario en la misma.

La confianza de la sociedad hacia sus autoridades es otro de los indicadores más importantes que inciden en el capital social. A mayor confianza en las autoridades, se puede pensar en mayores niveles de capital social, y por el contrario la desilusión sobre la actuación de las autoridades o funcionarios públicos afecta gravemente las redes de solidaridad y cooperación social que constituyen el cimiento del capital social. En ese sentido el castigo hacia cualquier tipo de corrupción en que incurren funcionarios y autoridades gubernamentales debería ser alto ya que el daño a la sociedad es exagerado pues no fácilmente se puede recomponer el tejido social después de ese tipo de violencia llamada corrupción.

De acuerdo con los datos recabados a través de la encuesta, en Palenque se observa que únicamente poco más del 26% de los encuestados tienen algún grado de confianza hacia las autoridades o funcionarios municipales, mientras que el restante 74% más bien tienen desconfianza hacia las autoridades o funcionarios municipales o bien desconocen su actuación. El caso de Puebla es concordante con el de Palenque, el 5.9% confía en las autoridades municipales, mientras que el 64.7% manifestó dudar de las autoridades y el 29.4% se mantuvo neutro. Esto constituye otro foco rojo de preocupación ya que se observa una gran desvinculación de las autoridades y funcionarios hacia la sociedad la cual no necesariamente se siente confiada y por tanto dispuesta a apoyar a las autoridades y funcionarios municipales. En ese sentido es necesario revisar y adecuar los mecanismos de interacción entre el ayuntamiento y la sociedad civil.

El nivel de confianza hacia los funcionarios y autoridades estatales resulta muy parecido a los municipales. En Palenque se aprecia que únicamente el 27% de los encuestados manifiesta tener algún grado de confianza hacia el gobierno estatal. El restante 73% manifiesta más bien desconfianza hacia los funcionarios y autoridades del gobierno estatal, incluyendo un porcentaje que no emitió su opinión por desconocimiento o desvinculación total con el asunto, aunque también ese 3% pudo haber omitido su respuesta por temor a ser sancionados lo cual indica un alto grado de desconfianza. En Puebla, el 5.9% señaló confiar en las autoridades estatales, mientras que el 64.7% desconfían de las autoridades estatales y el 29.4% se mantuvo neutro. Se observa entonces que es imprescindible las formas de interacción del gobierno con la sociedad, lo cual es un reclamo a nivel nacional ya que la actual democracia representativa es obsoleta con relación a las aspiraciones mínimas de democracia de los mexicanos en general, aún a pesar del efecto de los medios de dominación masiva y del mínimo o insuficiente nivel de escolaridad de la inmensa mayoría de los mexicanos.

En lo relativo a la confianza de la sociedad hacia las autoridades y funcionarios federales, la relación resulta más frágil. En Palenque se observa que alrededor del 30% de los encuestados presentan algún grado de confianza hacia las autoridades y funcionarios federales. El restante 70% no manifiestan ningún tipo de confianza, incluyendo un 3% que no respondieron ya sea por desconocimiento o por temor a ser reprimidos. En el caso de Puebla es aún más predominante, pues el 76.5% desconfía de las autoridades federales y el 23.5% se mantuvo neutro. Como se observa los niveles de confianza son muy bajos y evidencia una crisis de legitimidad.

Sobre la confianza en los partidos políticos como espacios de recuperación de las demandas ciudadanas para llevarlas ante las autoridades, también se observa que ésta es muy reducida. En Palenque se aprecia que únicamente alrededor del 28% de los encuestados manifiestan algún grado de confianza hacia los partidos políticos.

El restante 72% considera que no se puede confiar en estas instituciones. En el caso de Puebla, la credibilidad en los partidos políticos padece un mayor desgaste, pues el 100% de los encuestados señaló que no se puede confiar plenamente en los partidos políticos.

Esto es una situación por demás grave y un foco rojo ya que si el ciudadano no considera que tenga ningún tipo de representación y además carece de canales para expresarse, seguramente acumulara gran cantidad de insatisfacción orillándolo en algún momento a manifestarse de forma más violenta para ser escuchado, sobre todo ante la falta de confianza hacia autoridades y funcionarios y ante la carencia de organizaciones sociales donde encuentre un eco de sus demandas. Nuevamente se confirma la necesidad de revisar y adecuar las formas de interacción entre el gobierno y la sociedad civil para evitar en el futuro brotes de violencia por cuestiones de insatisfacción social.

Uno de los aspectos más importantes para evitar la generalización de la violencia es la intervención de las policías auxiliares las cuales vigilan el orden social. En el caso del municipio de Palenque la situación es riesgosa en ese sentido ya que la confianza en la policía o cuerpos policiacos es por demás reducida. De acuerdo con la información recabada,  alrededor de 50% de los encuestados manifestaron algún grado de desacuerdo en cuanto a confiar en la policía municipal. Alrededor de un 21% señaló una posición neutra sobre las policías o bien se abstuvieron de emitir una opinión. Únicamente un 29% expresó que se puede tener algo o mucha confianza con las policías municipales. En el caso de Puebla, la confiabilidad de los cuerpos policiacos está aún más debilitada, tan solo el 5.9% de los encuestados manifestó confiar en la policía, el 17.6% se mantuvo neutro y el 76.4% señaló desconfiar de las corporaciones policiacas del municipio.

Lo anterior demuestra carencias graves en el funcionamiento de los cuerpos policiacos ya que ni siquiera han logrado la confianza de los habitantes del municipio, ya sea por su poca eficiencia en prevenir y combatir la delincuencia o bien porque ellos mismos se llegan a ver involucrados en actos delictivos, de corrupción o de algún tipo de violencia. Por ello resulta imprescindible la implementación de un sistema de profesionalización de la policía municipal y estatales, que se apoye en procesos transparentes y profesionales que abarquen desde el reclutamiento y selección del personal que se incorpora a los cuerpos policiacos, hasta aspectos de capacitación adiestramiento, vigilancia, promociones, seguridad social, así como un sistema completo de incentivos y sanciones que asegure los mejores resultados y el más alto profesionalismo por parte de los policías hacia la sociedad.

Finalmente con relación a la confianza de los ciudadanos hacia las autoridades y funcionarios municipales, en Palenque se puede observar nuevamente un sesgo negativo ya que alrededor del 53% de los encuestados manifestaron algún grado de desacuerdo en cuanto a confiar en ellos. Asimismo alrededor de un 17% manifestó una actitud u opinión neutra en cuanto a la confianza hacia las autoridades municipales, incluyendo un 3% que no contestó. Únicamente un 30% manifestó que se podía tener algún grado de confianza hacia las autoridades municipales. En el caso de Puebla, el 70.5% señaló que no podía confiar plenamente en las autoridades municipales y un 29.4% se mantuvo neutro.

Nuevamente se observa gran insatisfacción y falta de representación del ciudadano hacia sus autoridades lo cual evidentemente obedece a los resultados que observan de los mismos y determina en gran medida la realización futura de actos violentos para dar cauce a la frustración que puede desarrollar el ciudadano ante el deficiente desempeño de las autoridades que en este caso son las más cercanas al mismo, es decir las autoridades municipales.

Por otra parte, con relación a la acción colectiva se observa que tanto en el municipio de Palenque como en el de Puebla, la participación de la comunidad en actividades de beneficio colectivo es reducida. En ambos municipios la percepción de los encuestados sobre la posibilidad de que los vecinos se organicen para resolver algún problema, presentaron bajos índices de probabilidad. En el caso de Palenque, únicamente el 17% de los encuestados consideraron que existen posibilidades altas de que los vecinos se organicen y cooperen para resolver algún problema o amenaza grave que se presente y afecte su calidad de vida. En cambio, el 44% consideró que las posibilidades de cooperación de los vecinos son bajas o nulas. El restante 39% se abstuvieron de opinar. En el caso de Puebla, el 70.6% señaló que eran bajas las posibilidades de que los vecinos se organizaran, mientras que el 23.5% planteó que si existe posibilidad de organización y el 5.9% se mantuvo neutro.

La facilidad con que se presenta o no la comunicación al interior de un grupo social y el flujo de información al interior del mismo son otros de los indicadores principales o dimensiones del capital social. En esta investigación, la comunicación y la información se midieron a través de la probabilidad que perciben los habitantes de enterarse oportunamente de algún programa o situación que les permitiera mejorar sus condiciones de vida. En el caso del municipio de Palenque se observa que poco más del 33% de los encuestados manifestó que tenía posibilidades altas o muy altas de enterarse de alguna situación de ese tipo. Asimismo poco más del 27% señaló que las posibilidades de enterarse oportunamente eran regulares, y únicamente alrededor del 9% consideraron que tenían bajas o muy bajas posibilidades de enterarse de una situación benéfica del tipo señalado. Finalmente alrededor del 30% se manifestaron en el sentido de no saber si se enterarían o no de una situación así. En el caso de Puebla, la percepción de los encuestados muestra que no confían en enterarse oportunamente, tan solo el 23.5% señaló que existía una alta posibilidad, el 47.1% señaló que moderadamente, el 23.5% consideró que existen muy bajas posibilidades y el 5.9% expresó que no sabría si se enteraría o no de la existencia de dichos programas.

Como se puede observar, si se tomaran aquellos que omitieron su respuesta o señalaron que no sabían, y se incorporaran en la parte negativa se podría calificar de forma baja este indicador. Sin embargo, considerando las respuestas tal y como se proporcionaron se puede decir que este indicador o la comunicación entre la sociedad en los municipios de Palenque y Puebla no representa un foco rojo o un problema grave aunque tampoco se puede considerar una fortaleza pues únicamente menos de un tercio de la población tienen un grado de seguridad de que este aspecto les podría favorecer.

Por otra parte, la inclusión social se refiere al hecho de que en un grupo social se acercan entre sí las personas sin importar sus creencias religiosas, su nivel socioeconómico, sus preferencias políticas, su color de piel, raza o cualquier otra diferencia. Para el caso del municipio de Palenque este es el único indicador que resulta alto sin ninguna duda por lo cual se puede decir que la sociedad del municipio es muy incluyente y que en función de ello se puede llegar a impulsar mejor las redes de cooperación, solidaridad y confianza que constituyen el capital social. Únicamente el 4% de los encuestados consideran que dichos aspectos dividen enormemente o de manera importante a la población del municipio. Esta situación pudo corroborarse a través de la observación y de diversas entrevistas en profundidad a informantes clave en las cuales se pudo apreciar que difícilmente se realiza algún tipo de discriminación en el municipio, esto probablemente se debe a que la gran mayoría son indígenas y precisamente ellos históricamente han sido víctimas de discriminación por lo que procuran no repetir esa actitud o no reproducir los mismos errores, asimismo quienes no son indígenas y viven en el municipio han aprendido el valor de esta cultura y ha sabido interactuar con ellos sin provocar de manera grave o latente problemas de discriminación. En el caso de Puebla, la percepción de división social por cuestiones económicas, raza, religión, etc. son más marcadas. El 11.8% consideró que esto afecta enormemente, el 35.3% señaló que mucho, el 41.2% regular y el 11.8% poco. Este indicador evidencia una particularidad distinta en el municipio de Puebla que no presenta el municipio de Palenque y que sin lugar a dudas merma o dificulta la construcción de capital social, de solidaridad y de acciones comunes de acción.

La cohesión social es otra de las dimensiones a través de las cuales se mide el capital social y se refiere al grado en el que los miembros de un grupo social convive en y se relacionan amigablemente entre ellos. Para medir este indicador se preguntó el número de veces que en el último mes se había reunido el encuestado con otros habitantes de su localidad para convivir, platicar, comer o beber algo, ya sea en una casa o en un lugar público. En el municipio de Palenque, alrededor del 58% de los encuestados señalaron haberse reunido o convivido por lo menos en una ocasión durante el último mes con otros habitantes de la localidad, lo cual demuestra un importante grado de cohesión. Sin embargo debe destacarse que en la mayoría de los casos la convivencia se presenta a nivel de los grupos familiares ampliados, es decir entre primos, tíos, abuelos, hijos y hermanos, y no necesariamente con miembros de la comunidad que no sean familiares. Esta situación nos lleva a pensar que debe separarse el concepto de capital social grupal o comunitario de otros tipos de capital social como son el capital social familiar del cual por cierto no existe mención o antecedente en la literatura. El caso de Puebla se distingue notablemente de los datos arrojados en el municipio de Palenque, pues tan solo el 33.3% señaló haberse reunido al menos una vez, mientras que el 66.7% señaló no haber convivido ni una sola vez con los habitantes de la localidad para comer o beber algo.

El grado de satisfacción de los habitantes de una comunidad por las condiciones generales de su vida y de su familia, constituye uno de los indicadores relacionados a la dimensión de empoderamiento que es parte de la medición del capital social. En el municipio de Palenque los habitantes tienden a sentirse satisfechos o muy satisfechos con su vida y su familia, poco más del 49% de los encuestados manifestó sentirse muy satisfecho con su vida y su familia, mientras que cerca del 20% manifestó sentirse satisfecho en parte. Asimismo únicamente alrededor del 5% manifestaron sentirse insatisfechos o frustrados en cuanto a su vida personal o familiar. En el caso de Puebla los datos fueron concordantes, el 62.5% se siente satisfecho en parte, el 18.8% regular y tan solo el 18.8% señaló que se sentía frustrado en ese ámbito. 
El empoderamiento es una de las dimensiones del capital social que refleja la percepción de los miembros de un grupo social sobre el poder y los derechos que tienen para cambiar o mejorar las condiciones en las que viven, es decir para mejorar su entorno en el sentido más amplio, a su favor. En el municipio de Palenque se observa que alrededor del 23% de los encuestados consideran que tienen algo o mucho poder y derechos para cambiar el entorno político, económico, social, institucional, físico, etc. a su favor y mejorar sus condiciones de vida. El restante 77% consideran que sus posibilidades de incidir en el entorno son mínimas o inexistentes. En el caso de Puebla los índices estuvieron más equilibrados, pues el 46.6% considera tener todos o algunos derechos y poder, mientras que el 53.4% señaló que tiene pocos o ningún derecho ni poder.

Se observa entonces que el propio ciudadano se siente incapacitado para incidir en la transformación de su comunidad y por tanto es más proclive a desarrollar mayores niveles de frustración. Esto debe considerarse un factor de riesgo y un foco rojo que debe resolverse o atenderse a través de la revisión de los marcos de actuación de la sociedad y de la interacción con sus autoridades, aspecto que ya se ha mencionado y que es el principal origen del deterioro del tejido social.

La acción política es también un indicador importante de los niveles de capital social de una comunidad, se refiere a la intensidad o la frecuencia con la cual los miembros de la comunidad participan en actividades colectivas que tienen como fin presionar a las autoridades o funcionarios públicos para que éstos actúen a favor del grupo social y mejoren sus condiciones de bienestar. En otras palabras se trata de la frecuencia con la cual los miembros de un grupo social “presionan” al gobierno para obtener prerrogativas a su favor. En el caso del municipio de Palenque este indicador es regular o bajo, ya que, alrededor del 61% de los encuestados manifestaron que en ninguna ocasión en el último año habían participado en un acto de este tipo, pero el restante 39% manifestaron que ellos o alguien de su hogar había participado por lo menos en una ocasión en actividades de ese tipo en el último año. En el municipio de Puebla, la encuesta arrojó indicadores semejantes, el 56.3% señaló que en el año no han participado en ninguna acción y el 43.9% puntualizó que participó al menos una vez.

El anterior indicador es muy superior a resultados encontrados en estudios parecidos aplicados a otros municipios, sin embargo debe considerarse que en algunas ocasiones los encuestados confunden la participación en eventos partidistas vinculados a campañas políticas con la acción política de los miembros de un grupo social para obtener prerrogativas a su favor. También resulta incongruente que los habitantes de ambos municipios manifiesten participar en actividades de presión política hacia las autoridades y funcionarios cuando al mismo tiempo señalan que se carece casi totalmente de capacidad de organización y cooperación entre sus vecinos.

Finalmente el nivel de civismo prevaleciente en una comunidad se considera también un indicador importante del capital social. Normalmente esta dimensión se ha medido a través de la frecuencia con la cual se ejerce el voto de tal forma que a menor índice de votación, es decir a mayor índice de abstencionismo, se considera que existe menor civismo, es decir menores niveles de ciudadanía. En el caso del municipio de Palenque, se observa que alrededor del 54% de los encuestados no votaron en las últimas elecciones, esto a pesar de que la encuesta se aplicó únicamente a mayores de edad que se encontraban en los hogares. En el caso de Puebla y usando la misma metodología, se recolectaron datos opuestos a los de Palenque, pues tan solo el 12.5% señaló no haber votado, mientras que el 87.5% contestó que sí participó.

Los índices recolectados en Palenque denotan graves deficiencias con relación a la participación electoral, probablemente originado por decepciones constantes de las autoridades hacia los ciudadanos lo que ha generado pérdida de confianza en el sistema político y electoral vigente. Nuevamente se observa el gran abismo que prevalece entre sociedad y gobierno lo cual genera bajos niveles de confianza hacia el sistema electoral y de partidos.

CONCLUSIONES

A través de los datos recabados se puede concluir que tanto en el municipio de Palenque como en el de Puebla existen bajos índices de capital social. Las sociedades de ambos municipios muestran por un lado, un desgaste en la legitimidad de las instituciones que no se ha solventado por la organización de la sociedad ni la construcción de capital social. A diferencia de esto, se sostiene que esta pérdida de credibilidad ha generado vacíos de poder que no son llenados por las autoridades ni por la sociedad civil, sino por grupos del crimen organizado.

            Uno de los elementos generadores del capital social es la confianza, este componente generó índices distintos en Palenque y Puebla. En el primer municipio se evidenció que los pobladores no confían en sus vecinos, en cambio en Puebla se mostró un índice más alto de confianza entre los habitantes. Otro índice divergente fue el de comunicación, en Palenque existe un registro mayor de que la población se entera de la existencia de programas; en cambio, en Puebla el índice fue menor. Sobre la cohesión social hubo una diferencia tenue, pues los habitantes de Palenque señalaron convivir de manera más constante con el resto (principalmente familiares) que en el caso de Puebla.

            La inclusión social y el civismo fueron dos índices que presentaron una diferencia contundente entre ambos municipios. En Puebla se evidencio un alto índice de separación social por causas económicas, de raza, religión, etc. Mientras que en Palenque este índice fue mínimo. Sobre el civismo, Puebla evidencia un importante desempeño por parte de sus pobladores a través de ejercer el voto. En cambio en Palenque, un poco más de la mitad no ejecuta su derecho al voto.

            De manera concordante, ambos municipios manifestaron que no hay solidaridad, cooperación ni organización entre los vecinos. En los dos predominó la sensación de no tener derechos ni poder, es decir, la población no se siente empoderada para ejercer cambios en su comunidad. Esto se suma a la baja confiabilidad que los pobladores tienen en las autoridades municipales, estatales, federales, en la policía y en los partidos políticos, lo cual evidencia un debilitamiento de las instituciones, problema que no encuentra un contrapeso en una sociedad civil organizada; sino que esta pérdida de legitimidad se genera ante una población desorganizada, dividida y sin poder. Dicha condición genera, lo que denomina Edgardo Buscaglia (2013) como vacíos de poder que generalmente son llenados por el crimen organizado.

Los bajos índices de cooperación y solidaridad entre los habitantes de ambos municipio, limita las acciones colectivas que permitan enfrentar y resolver problemas en sus comunidades. Asimismo los coloca en desventaja para actuar de manera organizada y exigir a las autoridades mayor eficacia, o en su caso para coordinarse con las mismas e implementar acciones.

En contraparte, las organizaciones gremiales y la confianza y solidaridad entre miembros de los grupos familiares ampliados presentan mayor fuerza relativa, aunque sumando ambos aspectos la capacidad de exigencia y empoderamiento de la sociedad ante el gobierno sigue siendo mínima. De esta forma, ante una sociedad débil y desorganizada, las comunidades quedan a merced de grupos de delincuentes organizados, además de facilitarse el abuso de las autoridades y su posible vínculo a actos de corrupción, desde los más sencillos hasta los más peligrosos, como pueden ser el vínculo con el crimen organizado.

Con relación a lo anterior se recomienda revisar los elementos que están inhibiendo la formación de organizaciones y de capital social y que por tanto están erosionando el tejido social, como puede ser el oportunismo y la cooptación de organizaciones con intereses partidistas. Asimismo revisar minuciosamente los programas y acciones de gobierno relacionados a la formación de organizaciones de colonos y de ciudadanía en los municipios, también con la finalidad de identificar las causas por las cuales no han tenido éxito y los efectos de las malas experiencias en la actitud renuente de los ciudadanos hacia participar en actividades colectivas que les permitan resolver problemas comunes.

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*eliethb1@hotmail.com Candidata a Doctora en Administración Pública, por el Instituto Nacional de Administración Pública, A.C., Maestra en Ciencia Política y Gestión Pública, actualmente se desempeña como Profesora Investigadora de Tiempo Completo en la Facultad de Administración Pública de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México. Miembro del Grupo de Investigación “Gestión Pública, Administración Social y Educación para el Desarrollo de la BUAP”; Evaluador en el Programa “Agenda para el Desarrollo Municipal” del INAFED, Secretaría de Gobernación Federal
** sergio.sosa@correo.buap.mx Doctor en Ciencias con Especialidad en Estrategias Para el Desarrollo Regional, programa adscrito al Padrón Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT). Experiencia de 10 Años en el gobierno federal y estatal. Se desempeña desde 1998 como profesor investigador en la BUAP, así como: Coordinador del Centro de Estudios para el Desarrollo Estratégico (CEDEST) del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE), Coordinador del Centro de Atención al Comercio Exterior y Coordinador del Posgrado, la Facultad de Administración. Obtuvo el Premio Estatal de Administración Pública en 2002 y se desempeñó también como Investigador en el Instituto de Administración Pública del Estado de Puebla (I.A.P.). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT nivel I, y miembro fundador del Cuerpo Académico 295 PRODEP denominado “Gestión y Desarrollo”.

Recibido: 29/11/2018 Aceptado: 03/12/2018 Publicado: Diciembre de 2018


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