Madelyn Díaz Lago*
Instituto Superior Pedagógico de Matanzas. Cuba
madelyn.diaz@ehtv.mintur.tur.cu
Resumen:
En la obra de José Martí se pueden encontrar valiosos testimonios sobre la necesidad de proteger a la naturaleza. Tales referencias aparecen en su quehacer tempranamente y con evidente amor, por lo que constituyen un importante recurso para la educación ambiental. En la relación hombre-naturaleza se destacan en Martí tres vertientes fundamentales: La educación, la ética y la estética. Es por ello que el objetivo del siguiente trabajo es explicar, cómo ven diferentes autores, el legado que nos deja en sus textos José Martí, acerca de la necesidad de proteger la naturaleza desde tiempos inmemorables.
In José Martí 's work you can find valuable testimonies about the need to protect nature. Such references appear in their work early and with obvious love, so they constitute an important resource for environmental education. In the relationship between man and nature, three fundamental aspects are highlighted in Martí: education, ethics and aesthetics. That is why the objective of the next work is to explain, how they see different authors, the legacy that we
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Madelyn Díaz Lago (2018): “Reflexiones sobre el reto que nos legó José Martí: necesidad de proteger la naturaleza”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/10/reto-jose-marti.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1810reto-jose-marti
Introducción:
“La tierra no es como muchos piensan, una herencia de nuestros padres. Es cuando menos, un préstamo de nuestros hijos”.
En la obra de José Martí se pueden encontrar valiosos testimonios sobre la necesidad de proteger a la naturaleza. Tales referencias aparecen en su quehacer tempranamente y con evidente amor, por lo que constituyen un importante recurso para la educación ambiental.
Para Martí la naturaleza es “… El pino agreste, el viejo roble, el bravo mar, los ríos que van al mar como a la Eternidad vamos los hombres: la naturaleza es el rayo de luz que penetra las nubes y se hace arco iris; el espíritu humano que se acerca y eleva…Naturaleza es todo lo que existe, en toda forma, en espíritu y cuerpos; corrientes esclavas en su cauce; raíces esclavas en la Tierra; pies, esclavos como las raíces; almas, menos esclavas que los pies…”
En la relación hombre-naturaleza se destacan en Martí tres vertientes fundamentales: La educación, la ética y la estética.
Desarrollo:
En el pensamiento martiano ocupa un lugar muy importante los conocimientos científicos y técnicos en la lucha del hombre por transformar la naturaleza y transformarla en su beneficio. José Martí, dejó para la posteridad frases de profundo contenido pedagógico:
“(…) que se trueque de escolástico en científico el espíritu de la educación… divorciar al hombre de la tierra es un atentado monstruoso. Y eso es meramente escolástico: ese divorcio. A las aves, alas; a los peces, aletas; a los hombres que viven en la Naturaleza, el conocimiento de la Naturaleza: esas son sus alas”.
“Enseñar a los niños, a la vez que el abecedario de las palabras, el abecedario de la naturaleza. “
Martí resalta la importancia del conocimiento científico para que el hombre pueda aprovechar la naturaleza en su beneficio, en una relación armoniosa, que propicie el bienestar y la vida. Se refiere a la necesidad de transformar los sistemas de enseñanza obsoletos y memorísticos que imperaban en la educación en su tiempo.
En carta enviada al Generalísimo Máximo Gómez, escribió: “La felicidad de los hombres, y la de los pueblos, está Máximo, en el conocimiento de la naturaleza. ’’
Martí en su ideario pedagógico abogaba por una escuela nueva, vinculada a la vida, que forme a los niños y jóvenes para ser útiles a sus pueblos y ser felices a través del conocimiento.
Las ciencias, para Martí, deben correr parejas al trabajo cotidiano, como parte de la vida que son. De ahí que las vincule a la agricultura, a la industria, al taller a la instrucción
La ética debe regir la conducta del hombre en las relaciones con sus semejantes, la sociedad y la naturaleza.
José Martí hizo alusión a la posibilidad de relaciones armoniosas entre el hombre y la naturaleza de manera que pudiera sustentar la vida en la tierra, lo expresa la frase …
“Pero no, no hay contradicciones en la naturaleza. La tierra basta para sustentar todos los hombres que cría” …” El conflicto vendría de cualquier población excesiva en los centros grandes, pletóricos y lujosos de población que no necesitan de ella…” ,
Es decir, el desarrollo sostenible es donde el hombre aproveche los recursos naturales sin destruirlos y preservándolos para las presentes y futuras generaciones.
“El mundo sangra sin cesar de los crímenes que en él cometen contra la naturaleza”, escribió José Martí. Esta frase parece presidir esta época en la que desde los problemas más simples hasta los más complejos del medio ambiente han pasado a ser preocupaciones de primer orden para una parte importante de la población mundial.
“La naturaleza gime sin que los poderosos quieran escuchar…” decía Martí, anticipándose a la terrible situación que se vive en el siglo XXI cuando no se avizoran cambios radicales en las condiciones ambientales y donde el desarrollo de tecnologías, la urbanización y ponen en peligro la sustentabilidad de la vida en el planeta, todo ello agudizado por la guerra en algunos lugares del mundo que amenaza en convertirse en un conflicto mundial.
José Martí fue un escritor excelente y un extraordinario creador, un ferviente defensor de los humildes, conocedor e innovador de las artes, la ciencia y la técnica. Tanto en prosa como en verso, reflejó a lo largo de su obra la belleza de la naturaleza expresada en la admiración por las plantas, flores, animales, fenómenos naturales, y también con el cuidado de la naturaleza, porque “La naturaleza cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud del hombre.”
La relación hombre- naturaleza significa para Martí el sentido del equilibrio y armonía que advertimos en las directrices fundamentales de su pensamiento, y el signo positivo que la preside no varía siquiera en sus reflexiones sobre los procesos más agresivos de la naturaleza:
“No hay que temer, sino que bendecir los huracanes, porque después de ellos, queda la tierra renovada y pura.”. No se advierte en este acierto, la admirada identificación con la naturaleza desatada; sino un sentido muy moderno - y por tanto ecologista- del equilibrio y utilidad que pueden aportar estos fenómenos atmosféricos.
Se manifiesta su ética en la ponderación y estímulo constante de las mejores virtudes humanas: “ser útil al mundo enseñándole que la naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y amigos, y madres.”. Su culto a la ética, su inteligencia y su gran visión le hicieron ver con sorprendente anticipación a su época, la necesidad de que la conducta responsable e íntegra del hombre fueran también la carta magna en su relación con la naturaleza.
Frente a la riqueza, la bajeza humana opone siempre la simplicidad de la naturaleza. En muchos de sus Versos Sencillos 10 está presente este contrapunto:
“Yo sé de las historias viejas
Del hombre y de sus rencillas;
Y prefiero las abejas
Volando en las campanillas.”
“Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el sol.”
1.3. En cuanto a la estética
La estética, puesto que para Martí la naturaleza no es solo soporte de vida y medio de producción, sino también fuente de goce espiritual y, por tanto, de mejoramiento humano.
La vertiente estética se patentiza en la profunda satisfacción estético-espiritual que experimenta en la contemplación del medio y de la naturaleza humana como parte de este medio: “__Y admiré el batey, con amor de hijo, la calma elocuente de la noche encendida, y un grupo de palmeras (…) y estrellas, que brillaban sobre sus penachos. Era como un aseo perfecto y súbito, y la revelación de la naturaleza universal del hombre”
En carta a María Mantilla calificada como su testamento, escrita en Cabo Haitiano poco antes de entrar a combatir en Cuba, en abril de 1895, aparece un párrafo que pudiera considerarse como todo un manifiesto estético:
“Donde yo encuentro poesía mayor es en los libros de ciencia, en la vida del mundo, en el orden del mundo, en el fondo del mar, en la verdad y música del árbol, y su fuerza y amores, en lo alto del cielo, con su familia de estrellas —y en la unidad del universo que encierra tantas cosas diferentes y es todo uno, [...]”
Se descubre además, en la obra de Martí, el amor por la naturaleza, poniéndose de manifiesto en carta a Manuel Mercado cuando le expresa: “Los que sienten la naturaleza, tienen el deber de amarla, las alboradas y las puestas son el verdadero estudio de un artista. ’’
Fiel a su palabra y su vida, desembarca en Cuba, para encabezar la guerra necesaria, que había organizado y convocado, y de sus vivencias durante los 38 días que duró su recorrido, desde el desembarco en Playitas, en la región oriental del país, hasta la caída en combate en Dos Ríos, ha quedado, en forma de diario, el relato más tierno y conmovedor sobre la flora y la fauna de esa región de su amada Cuba.
Los nombres de árboles y plantas, de frutos y flores, sus usos; la belleza del paisaje, las noches estrelladas, descritas con pinceladas impresionistas, están allí como testimonio de un hombre que pidió no morir en lo oscuro, sino de cara al sol. “Al fondo de la casa, la vertiente con sus sitieríos cargados de cocos y plátanos, de algodón y tabaco silvestre: al fondo, por el río, el cuajo de potreros: y por los claros, naranjos: alrededor los montes, redondos, apacibles: y el infinito azul arriba con sus nubes blancas, y una paloma se esconde en la nube. - Vuelo en lo azul”.
Como se infiere de sus textos, la relación hombre-naturaleza en José Martí y sus criterios vinculados a la ecología aparecen siempre rectorados por su pensamiento independiente y su sentido de armonía. Esta visión integradora reafirma su profunda fe en las posibilidades del hombre, y de las condiciones de su medio; esperanza que implica la necesidad de salvar la vida en nuestro planeta. Y para acceder a este vital objetivo la humanidad tiene ante si el reto de hacer compatible el desarrollo, con la conservación del equilibrio. Equilibrio que Martí siente asequible y que lo lleva a “confiar en la armonía de la naturaleza y el hombre, cuyo conocimiento da a la vida un nuevo sabor, y priva a la tristeza de buena parte de su veneno y de su amargura:”
CONCLUSIONES:
Para dar cumplimiento a estos preceptos martianos desde el triunfo de la revolución en enero de 1959 de adoptaron medidas legislativas que daban cumplimiento al programa del Moncada, en atención a los reclamos sociales acumulados durante años, los que de manera directa o indirecta reflejaban la problemática ambiental nacional.
Han sido promulgadas más de 480 legislaciones en materia ambiental, teniendo como punto de partida la Constitución de la República que en su artículo 27 consigna: ‘’El Estado protege al medio ambiente y los recursos naturales del país. Reconoce su estrecha vinculación con el desarrollo económico y social sostenible para hacer más racional la vida humana y asegurar la supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras. Corresponde a los órganos competentes aplicar esta política. Es deber de los ciudadanos contribuir a la protección del agua, la atmósfera, la conservación del suelo, la flora, la fauna y todo el rico potencial de la naturaleza. “
En la actualidad enfrentamos la crisis ambiental más compleja que ha conocido la humanidad. El legado martiano estimula a forjar una cultura ambiental desde nosotros mismos, por lo que las preocupaciones ambientales no deben ser detener el desarrollo económico, sino diseñar modelos de desarrollo que no afecten el ambiente y realizar una consecuente educación ambiental que forme en nuestros estudiantes la cultura ambiental que exige nuestro mundo de hoy y de mañana.
Los educadores cubanos deben desarrollar la educación ambiental que requiere el mundo de hoy, como continuadores de la obra de pedagogos cubanos, que nos legaron una ética muy arraigada de respeto y protección del medio ambiente, entre los que se encuentra como uno de sus máximos exponentes a José Martí.
Como ferviente seguidor de las ideas martianas tenemos a nuestro Fidel que muestra de ello fue su intervención en 1992, donde tuvo lugar la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, que adoptó un nuevo paradigma de desarrollo para la humanidad: el desarrollo sostenible.
En esta conferencia, llamada también Primera Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, nuestro país dejó clara su posición a través de nuestro presidente Fidel Castro, que refiriéndose a la situación del medio ambiente expresó:
“Las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente... han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos que ya empezamos a padecer (…)Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre (...) Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo.’’
BIBLIOGRAFÍA