Roger Florentino Obregón Tejeda*
Universidad de Holguín. Cuba
roger58@uho.edu.cu
RESUMEN:
TÍTULO: “No le fallen al comandante…!!! ¡¡¡Él no los va a dejar solos…!!!”.
A partir de su encarcelamiento el 12 de septiembre de 1998 y después de largos y difíciles años de incansable lucha, luego de que Fernando González y René González, cumplieran íntegramente sus injustas condenas; el 17 de diciembre de 2014 arribaron a Cuba Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, luego de los históricos acuerdos alcanzados entre La Habana y Washington.
En los años de presidio los acompañó siempre la dignidad que aprendieron de nuestro pueblo y de su historia. Ellos llevaron el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias. Confiaron en que la razón y la justicia prevalecerían por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza, y se comprendería que ellos no habían hecho ningún daño a ese país, que mereciera semejante condena.
Era muy difícil el regreso a casa, pero lo prometió Fidel, y Fidel siempre cumplió su palabra. Una vez más demostró que no abandona a sus combatientes en el campo de batalla
Palabras claves: líder histórico Revolución Cubana – Los Cinco cubanos.
SUMMARY:
Title: “Not fail it to the Commander...!!! He is not going to leave alone…!”
As from his incarceration the September 12, 1998 and after long and difficult years of tireless fight, next of than Fernando González and René González, obey entirely his unjust convictions; The December 17, 2014 they led Cuba Gerardo Hernández, Ramón Labañino and Antonio Guerrero, right after the historic agreements attained between Havana and Washington.
In the years back in prison accompanied them always the dignity that they learned of our town and of his history. They took recluse's uniform with the same honor and pride that a soldier takes their more valued insignias with. They trusted that the reason and justice would prevail on top of the political prejudices and the desires of revenge, and it would be understood that they had not done that country damage, that they merit similar conviction.
The homecoming was very difficult, but Fidel promised him, and Fidel always kept his word. One more time you proved that you do not abandon his combatants at the battlefield
Key words: Historic Leader Revolution Cuban – The Cuban five.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Roger Florentino Obregón Tejeda (2018): “““No le fallen al comandante…!!! ¡¡¡Él no los va a dejar solos…!!!””, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/10/nolefallen-alcomandante.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1810nolefallen-alcomandante
“…Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”.
José Martí
“El día de Juárez”, Patria, Nueva York, 14 de julio de 1894. T.8. p. 256.
El amanecer del 12 de septiembre de 1998, simultáneamente, grupos de oficiales del FBI y policías de la SWAT realizan aparatosas operaciones de allanamiento en diferentes direcciones de la Florida, arrestando a un sinnúmero de agentes cubanos. Ese sábado dejaba de existir la llamada Red Avispa. Fueron llevados para el Centro de Detención Federal, en Miami Downtown y colocados en celdas separadas, siendo sometidos a “audiencias de ablandamiento”: los que admitieran la imputación de espionaje y denunciaran al resto, se le reducirían notablemente las condenas y al ser liberados entrarían en el programa de protección de testigos. Todos fueron amenazados con la cadena perpetua. La mitad del grupo claudicó, traicionando a sus compañeros1 . Los Cinco restantes: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González rechazaron digidnte las ofertas de negociación, negaron rotundamente ser espías en los Estados Unidos y virilmente se declararon dispuestos a afrontar las consecuencias de sus actos 2. Comenzaba a gestarse la verdadera historia de Los Cinco, como se les conocería posteriormente en el mundo entero.
A pesar del alboroto triunfalista de la gusanera miamense, la prensa cubana no había publicado nada sobre la destrucción de la Red Avispa por el FBI, pienso, que inicialmente, estuvo determinado por el temor de no comprometer aún más la situación de ellos.
Por supuesto, yo no conocía absolutamente nada sobre el caso, comienzo a escuchar algo, bien avanzado el mes de octubre de 1998, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro es estimulado por primera vez a hablar públicamente referente al asunto. Un día después de participar en la VIII Cumbre Ibero-americana de Jefes de Estado, en la ciudad de Oporto, en Portugal, Fidel concedió una extensa declaración a la cadena de televisión CNN.3
Ya casi finalizando la entrevista, cuando el líder histórico de la Revolución cubana, había reflexionado sobre variados temas, la reportera Lucía Newman quiso saber su opinión y le pregunta: “Señor Presidente, como usted sabe, hace poco tiempo 10 cubano-americanos, personas de origen cubano, fueron arrestados en Florida, acusados de ser espías para su gobierno. ¿Qué me puede decir al respecto?”
El Comandante en Jefe comenzó diciendo que le “resultaba asombroso que el país más espiador del mundo acusase de espionaje al país más espiado del mundo”, y agregaba: “no hay conversación que yo pueda sostener con cualquier dirigente latinoamericano o cualquier político en el exterior que no sea captada por Estados Unidos. Estamos sometidos a un espionaje total y feroz. Entonces, lo que no entiendo bien es por qué han desatado este escándalo”.
El líder cubano era muy claro al explicar a la periodista: “¿Pero qué nos interesa a nosotros de Estados Unidos? ¿Qué información nos interesa de Estados Unidos? Exclusivamente información sobre las actividades terroristas contra Cuba; información sobre los planes de sabotajes, de los que han realizado muchos; introducción de explosivos, de armas procedentes de Estados Unidos, de lo cual tenemos montones de pruebas; introducción de virus y bacterias desde Estados Unidos, es decir, guerra bacteriológica y, muy especialmente, graves actos terroristas organizados contra el país desde Estados Unidos”.
Fidel reconoció: “Sí, a veces hemos enviado ciudadanos cubanos que se han infiltrado en organizaciones contrarrevolucionarias, para informar de actividades destructivas contra nuestra patria, y creo que tenemos derecho a hacerlo mientras Estados Unidos tolere que desde allí se organicen sabotajes, incursiones armadas, ametrallamiento de instalaciones turísticas, introducción de armas, explosivos y, sobre todo, brutales atentados terroristas. Sí, a veces han marchado cubanos pero a buscar exclusivamente la información que nos interesa”.
Acusó a las autoridades estadounidenses: “Creo que la mala fe en esto consiste en haber pretendido presentar el problema como una búsqueda de información sobre las fuerzas armadas y sobre las actividades del ejército de Estados Unidos. Ahí es donde ha estado la pérfida intención, ahí es donde ha estado la trampa que han querido armar en torno a esto”.
El Comandante afirmó categóricamente: “rechazo terminantemente (…) las imputaciones de que hayamos tratado de buscar informaciones de las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
Ya finalizando, Fidel, dejaba clara la visión de Cuba hasta ese momento: “en este caso hay un número de personas acusadas que, si tuviéramos alguna información sobre alguna de ellas, no sería correcto que nosotros lo informáramos públicamente, sencillamente, porque sería el equivalente de una denuncia contra cualquiera de esas personas”.
Por último, recuerdo, leí y releí, una idea que recalcó muy pausadamente a la reportera, donde iba el mensaje de la postura indeclinable y de principio de la Revolución cubana: en no dejar abandonado ni a uno sólo de sus hijos, de sus combatientes, me dije: “no ha cambiado ni un ápice, es el mismo Fidel del Moncada, del Granma, de la Sierra”. No hacía falta ser muy versado para interpretar su casi concluyente y categórica reflexión: “Y te digo algo más: Si alguien de los que están en esa red ha actuado para tratar de obtener información para Cuba, la que nos interesa esencialmente, la única que nos interesa, la información sobre los actos terroristas que se organizan desde Estados Unidos contra Cuba, lo apoyaremos, digan lo que digan y hagan lo que hagan”.
Estas últimas palabras de Fidel me confirmaron que estábamos en la antesala de una histórica batalla. El tiempo me daría la razón. Y no es que fuera profeta o adivino. Solamente había que recurrir a la historia patria, los ejemplos son innumerables:
Al primero de ellos, hace alusión el Che. Los días de preparación de la expedición del Granma, le permitieron aquilatar las cualidades morales del líder cubano. Cuando la persecución a los revolucionarios de la Isla los alcanzó en tierras mexicanas y llevó a muchos a la prisión, la actitud de Fidel conmovió a todos:
“[…] Hubo quienes estuvieron en prisión 57 días […] con la amenaza perenne de la extradición […] pero en ningún momento perdimos nuestra confianza personal en Fidel Castro. Y es que Fidel tuvo algunos gestos que, casi podríamos decir, comprometía su actitud revolucionaria en pro de la amistad. Recuerdo que le expuse específicamente mi caso: un extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos encima. Le dije que no debía de manera alguna, pararse por mí la Revolución, y que podía dejarme; que yo comprendía la situación y trataría de ir a pelear desde donde me lo mandaran y que el único esfuerzo debía hacerse para que me enviaran a un país cercano y no a la Argentina. También recuerdo la respuesta tajante de Fidel: “Yo no te abandono” […] Esas actitudes personales de Fidel con la gente que aprecia son la clave del fanatismo que crea a su alrededor […]”4
Días después todos los expedicionarios, pueden acrisolar, lo expresado por el Che. El yate Granma ha zarpado y en medio de la noche tormentosa, un expedicionario cae al mar. Fidel ordena regresar y rescatar a su compañero. El hombre fue encontrado y el Granma continuó. El Comandante de la Revolución, Juan Almeida Bosque, años más tarde recordaba, afirmando: “con un hombre así, yo voy al fin del mundo…”
Años más tarde, el entonces Capitán Pedro Rodríguez Peralta 5, combatiente internacionalista en Guinea Bissau y Cabo Verde, que se encontraba combatiendo junto al Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) y su líder Amílcar Cabral, en un combate, cae mortalmente herido, es hecho prisionero y encarcelado en las cárceles de la PIDE. Inicialmente se le da por desaparecido, cuando posteriormente se conoce de su encarcelamiento, el Comandante en Jefe Fidel Castro da indicaciones personales al Canciller de la Dignidad, Raúl Roa a lograr por cualquier vía su liberación.
Otro ejemplo más reciente fue el publicado por el periódico Granma6 , en entrevista al Héroe de la República de Cuba, Orlando Cardoso Villavicencio7 , donde el periodista le pregunta: “¿Te sentiste alguna vez abandonado?”
Su respuesta es harto elocuente: “En la cárcel a veces me preguntaba por qué Cuba no hacía gestiones por mi liberación. Yo, en medio de mi aislamiento cuestionaba si me habían abandonado, 'cómo puede ser, si no me rajé', me preguntaba. Después del regreso, en el acto en que Fidel encendió la llama eterna en el Museo de la Revolución, se me acerca García Márquez y me dice: 'Tú eres el que estuviste preso', me abrazó y dice, 'compadre, tú no sabes las cosas que ha hecho Fidel por tu liberación'. Eso me dio un alivio del carajo.
"García Márquez parecía un niño, enternecido. Hablamos de mi libro y propuso escribir el prólogo, pero yo quería que lo leyeran por mí, no por su prólogo. En esa ocasión relató que fue mensajero de Fidel en esas gestiones, 'me mandó para aquí, para allá', contó el colombiano. Quise averiguar por mi cuenta, y me colé en la oficina del entonces ministro de Relaciones Exteriores, Isidoro Malmierca. Por él supe que se habían hecho más de 50 gestiones, clasificadas, reuniones de García Márquez con Bettino Craxi, con Andreotti, el presidente francés Mitterrand, el senador Kennedy, además de cartas a Siad Barre, al papa Juan Pablo II, y muchas otras. Nunca lo he comentado, pero sufría mucho con eso. A veces tenía la impresión de que a nadie le importaba mi situación. Estuve muy equivocado; me equivoqué con la grandeza de Fidel. Él nunca dejará a ningún compañero abandonado a su suerte".
Por último me referiré a un momento, impactante, lo dio a conocer Randy Alonso, cuando recién se iniciaba la lucha por la liberación de nuestros Cinco compatriotas, el conductor de la Mesa Redonda compartía con la teleaudiencia, una espontánea expresión de un Marielito8 , al coincidir en una corte judicial con Los Cinco:
“…No los va a dejar solos… Manténganse firmes, coño, no traicionen a la Patria. No le fallen al Comandante, y no se preocupen que él no los va a dejar solos”. 9
Y no se equivocaba el Marielito. En la Tribuna Abierta de la Revolución, celebrada el 23 de junio de 2001 en el Cotorro, en La Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro pronunció la emblemática frase: “¡Volverán!”
Fidel mostró al mundo la certeza de que las acusaciones que se le imputaban a los Cinco las haríamos polvo. Al asegurar que los Cinco volverían a la Patria. Se iniciaba una de la más "larga y difícil batalla" del pueblo cubano y su Revolución. El final es conocido por todos, está inmortalizado en la instantánea que encabeza el presente artículo.
Bibliografía consultada:
Notas
*Profesor Auxiliar del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales y Administración de la Universidad de Holguín, Cuba. Graduado de Licenciatura en Filosofía en la Universidad Estatal de Leningrado (1983), hoy San Petersburgo.