Marlene Ruth Loor Rivadeneira*
Jairo Vicente Cedeño Ponce**
Guadalupe Del Rosario Bravo Cedeño***
Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Ecuador
rutylo@hotmail.es
Resumen
La resiliencia es una peculiaridad de la personalidad, que detiene el efecto negativo del estrés y fomenta la adaptación. Esto implica vigor emocional, que ha sido utilizado para describir a los individuos que muestran capacidad de adaptabilidad y valentía antes situaciones que se le presentan en la vida cotidiana y pese a todo ello tratan en lo posible de hacer las cosas correctas. El objetivo de este estudio es identificar si existen combinaciones de factores resilientes que den lugar a diferentes perfiles de resiliencia en jóvenes con discapacidad motora en la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí. Se realizó un análisis descriptivo empleando el método de análisis documental para conocer la distribución de la variable de resiliencia, para ello fue necesario aplicar la escala de resiliencia de Wagnild y Young (1.993), el mismo que fue elegido por su fácil aplicación, por estar validado para población joven y adulta, y por sus propiedades psicométricas se tomó como muestra 4 estudiantes de la carrera objeto de estudio diagnosticados con discapacidad motora y seis docentes. Como conclusión se tiene que el nivel de resiliencia de los estudiantes es alto, demostrando confianza en sí mismo, perseverancia, se sienten bien solos, ecuanimidad y satisfacción personal. Los resultados obtenidos orientaron al establecimiento de estrategias para fortalecer el perfil de resiliencia de los estudiantes.
Palabras clave: Condiciones de adversidad, competencia personal, satisfacción personal, autoestima, salud.
Abstract
Resilience is a peculiarity of personality, which stops the negative effect of stress and encourages adaptation. This implies emotional vigor, which has been used to describe individuals who show adaptability and bravery before situations that arise in their daily lives and despite all this try as much as possible to do the right things. The objective of this study is to identify if there are combinations of resilient factors that give rise to different profiles of resilience in young people with motor disability in the Clinical Psychology Career at the Technical University of Manabí. A descriptive analysis was carried out using the method of documentary analysis to know the distribution of the resilience variable, for this it was necessary to apply the scale of resilience of Wagnild and Young (1993), the same one that was chosen for its easy application, being validated for young and adult population, and for its psychometric properties was taken as sample 4 students of the study subject race diagnosed with motor disability and six teachers. The conclusion is that students' level of resilience is high, showing self-confidence, perseverance, feeling well alone, equanimity and personal satisfaction. The results obtained led to the establishment of strategies to strengthen the resilience profile of the students.
Keywords. Adversity conditions, personal competence, personal satisfaction, self-esteem, health.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Marlene Ruth Loor Rivadeneira, Jairo Vicente Cedeño Ponce y Guadalupe Del Rosario Bravo Cedeño (2018): “Perfil de resilientes en jóvenes con discapacidad motora en la carrera de psicología clínica de la Universidad Técnica de Manabí”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/10/jovenes-discapacidad-motora.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1810jovenes-discapacidad-motora
Introducción
A través de los años en la sociedad, se siguen creando un sinnúmero de problemas a causa de las enfermedades entre las más comunes esta la discapacidad, y la población aún no tiene la información pertinente para enfrentarlas, lastimosamente muchos de estos afectados sufren de discriminación, son sujetos de burlas, maltratos, no son considerados como miembros activos de la sociedad y por lo tanto vulneran sus derechos. Delgado (2009), refiere que “la discapacidad es la deficiencia de realizar cualquier actividad de manera normal; lo que provoca que los padres asuman el control de las actividades de los niños, convirtiéndolos así en niños dependientes”. Según la Corte constitucional “Se consideran personas con discapacidad aquellas que poseen como mínimo un 30 % de discapacidad” (Pérez. & Ponce, 2017).
La Organización Mundial de la Salud, da a conocer que más de mil millones de personas están en ésta situación y también son víctimas de discriminación. Un aproximado del 15 % de la población mundial, padecen de discapacidad y es un porcentaje que va aumenta a medida que la población envejece, incrementando la prevalencia de enfermedades crónicas. (OMS, 2018). De acuerdo al Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (2018), en la República del Ecuador existen un total de 447.294 discapacitados registrados siendo el 55.99 % de sexo masculino y el 44.01 % de sexo femenino; de todo este grupo un 46.68 % corresponden a discapacidad física, 22.43 % intelectual, 14.13 auditiva, 11.87 % visual y 4.90 % Psicosocial. Para la provincia de Manabí las personas registradas son 46.212 discapacitados, el 55.19$ es masculino y el 44.80 % femenino, distribuidos en un 54.50 % física, 16.51 % intelectual, 9.43 % auditiva, 13.71 visual y 5.85 % psicosocial. En lo que respecta a la ciudad de Portoviejo, existen 9.679 discapacitados registrados, con el 56.52 % físico, 13.78 % intelectual, 9.41 %auditiva, 13.9 % visual y 6.38 % psicosocial. De este último grupo el 54.82 % es de sexo masculino y el 45.18 % de sexo femenino.
La influencia de las enfermedades crónicas y discapacidades han hecho que desde diferentes ámbitos se estudien las variables que inciden en una mejora de la calidad de vida de estas personas. Entre las variables involucradas en este proceso, se pueden mencionar el nivel de apoyo social del que dispone la persona, las condiciones sociodemográficas, el tipo de discapacidad y las secuelas que comporta; sin embargo, uno de los factores más importantes que van a determinar el proceso de adaptación y ajuste es el modo o estilo de afrontamiento de cada persona. (Nachshen, Woodford, & Minnes, 2003); (Saloviita, Italinna, & Leinonen, 2003)
La realidad actual demuestra que, “si bien algunas personas que experimentan situaciones traumáticas llegan a desarrollar trastornos, en otras situaciones no sucede así, pudiendo en algunas incluso ser capaces de aprender y beneficiarse de tales experiencias” (Fergus & Zimmerman, 2005); esto debido a que muchas personas con discapacidad son capaces de superar infinidad de barreras que supone vivir con una discapacidad. Lo expuesto, hace notar que uno de los elementos que ha cobrado relevancia entre los programas de intervención para la integración psicosocial, fortaleza y en general, la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad, es el de la resiliencia. (Grotberg, 1.995) Así, desde hace algunos años “ha comenzado a manejarse el concepto de resiliencia como una hipótesis explicativa de la conducta saludable en condiciones de adversidad o alto riesgo” (Fergus & Zimmerman, 2005).
Los autores en sus diferentes teorías, dan a conocer que la resiliencia es la capacidad que tiene cada individuo para enfrentar y sobreponerse a los diversos obstáculos que se le presentan a lo largo de la vida. En la Actualidad, los estudios de Resiliencia, tienen como propósito la formación de personas competentes, que tengan la capacidad de superar todos los obstáculos que se le presenten, manteniendo siempre sus propias herramientas de superación frente a cualquier dificultad con el propósito de fijar metas, que le permitan construir un futuro mejor, a través de un trabajo productivo que le permita mejorar su calidad de vida. Desde esta mirada se realiza esta investigación, la misma que está fundamentada por el criterio de algunos autores: según Munist, y otros (1999), “Resiliencia es “la capacidad humana que permite hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas”. A partir de la aplicación de esta definición, otros autores han creado una diversidad de instrumentos, que permiten medir esta capacidad. Salgado (2005) al respecto, sostiene que Resiliencia es: “La capacidad que poseen las personas de superar obstáculos logrando adaptarse de forma adecuada y superando la adversidad ante un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativa, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas de salud o situaciones estresantes del estudio, trabajo, etc.; la cual se aprende en un proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que compromete a las personas a tomar una serie de pasos”.
Hasta los actuales momentos se han realizado varias investigaciones en cuanto al estudio de la Resiliencia, ya que estas comienzas su desarrollo desde que los seres humanos se encuentra en el vientre de la madre, de igual forma se ve influenciada por el apoyo familiar, social, cultural y todos los ambientes en los que la persona se desenvuelve en su vida cotidiana. De allí que, las personas resilientes tienen como característica principal una elevada autoestima, así como también buenas relaciones interpersonales, son proactivos y tiene confianza en las capacidades que posee y en la de los demás, son conscientes de sus errores y acciones frente a los otros.
La presente investigación identifico la existencia de combinaciones de factores resilientes que dan lugar a diferentes perfiles de resiliencia en jóvenes con discapacidad motora en la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí. Este estudio contiene una descripción con bases teóricas de carácter Inductivo–deductivo, propositiva–analítica y documentalista. Los resultados, discusión y análisis de datos permitieron acercarse a la realidad de los estudiantes que presentan discapacidad motora y orientaron a la posibilidad de realizar un programa programas que fomente las potencialidades de los estudiantes con discapacidad motora hacia el desarrollo de esta capacidad, para lo cual fue preciso medir el nivel de resiliencia de un grupo de estudiantes para luego examinar si existen diferencias en el grado de resiliencia según la discapacidad y comparar si el grado de resiliencia difiere de la discapacidad motora.
Metodología
Para dar cumplimiento al objetivo de identificar si existen combinaciones de factores resilientes que den lugar a diferentes perfiles de resiliencia en jóvenes con discapacidad motora en la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí, se utilizó el método descriptivo de corte transversal. Como técnica se utilizó la Escala de Resiliencia de (Wagnild y Young, 1.993), esto como procedimiento para la recolección de información, el cual está conformado por las áreas: satisfacción personal 4 ítems, ecuanimidad 4 ítems, sentirse bien solo 3 ítems, confianza en sí mismo 7 ítems, perseverancia 7 ítems y satisfacción personal 4 ítems; puntúa en una escala tipo Likert de 7 puntos (1 = totalmente en desacuerdo y 7 = totalmente de acuerdo). Las puntuaciones más altas son indicadores de mayor resiliencia, y el rango de puntuación es de 25 a 175 puntos. La muestra fue constituida por 4 estudiantes y 6 docentes. Otro de los instrumentos aplicados fue la entrevista de la cual se tomaron algunos criterios, con los cual se logró fundamentar de forma adecuada la investigación.
El primer autor que empleó este término resiliencia fue John Bowlby, el creador de la teoría del apego, pero fue Boris Cyrulnik, psiquiatra, neurólogo, psicoanalista y etólogo, el que dio a conocer la conceptualización de este término en el campo de la psicología. Probablemente, la resiliencia en cuanto a la realidad humana sea muy antigua; sin embargo, el interés científico acerca del tema data desde 1978 con Michael Rutter, tomó este término de la física, denotando la capacidad de un cuerpo de resistir, ser fuerte y no deformarse. “El autor menciona que la resiliencia es la capacidad de prevalecer, crecer, ser fuerte y hasta triunfar a pesar de las adversidades” (Rutter, 1985). Claramente este autor da a conocer que este término fue adaptado a las ciencias sociales para caracterizar a las personas que a pesar de haber nacido vivir en situaciones de adversidad, se desenvuelven y desarrollan de forma sana y exitosa.
De allí que la resiliencia es la capacidad que tienen los seres humanos para hacer frente a las adversidades que se le presentan en la vida, superándolas y transformándolas de forma positiva por ellas” (Munist, y otros, 1999). Por otra parte Aguirre (2002), publica sus observaciones, señalando la variabilidad de respuestas de niños y niñas sometidos a experiencias individuales, familiares o con la comunidad “a lo que denomina resiliencia, la misma que es consecuencia de una combinación de factores que permite a las personas desarrollarse, triunfar, realizarse y hacer las cosas bien a pesar de las condiciones de vida adversa”. La resiliencia se ha convertido en una fusión de ideas a partir de múltiples tradiciones disciplinarias, es un aspecto muy estudiado por las implicaciones que tiene para la prevención del riesgo y la promoción del desarrollo de las personas. “Adaptado al ser humano, resiliencia es la capacidad de prevalecer, crecer, ser fuerte y hasta triunfar a pesar de las adversidades” (Salgado, 2005).
La resiliencia como herramienta para el desarrollo humano, posee tres componentes: la capacidad de proteger la integridad frente a la adversidad o amenaza al desarrollo humano, la capacidad de construir competencias vitales positivas pese a las circunstancias adversas y el proceso considerado como aquellos mecanismos emocionales, cognitivos y socioculturales que influyen sobre el desarrollo de las personas (Leal, Leal, & Padilla, 2008, pág. 36). En palabras de Grotberg (1.995), “es la capacidad de una persona de sobreponerse a la adversidad, recuperarse y salir fortalecido de ella, permitiendo desarrollar competencias sociales, académicas y vocacionales, pese a estar expuesto a situaciones de estrés y dificultad grave. Por lo tanto, la resiliencia de acuerdo a Grotberg (1995); Kotliarenco (2000); Luthar, Ciccheti y Becker (2000) ; Saavedra y Villalta (2008), se ha definido como “la capacidad de una persona que engloba factores ambientales y personales con los cuales el sujeto afronta y supera las adversidades que acontecen en su vida”. Cada una de las definiciones y aportes acerca de la resiliencia, suelen tener la idea de la capacidad de las personas para continuar de la mejor forma posible, afrontando los eventos y circunstancias complejas que la vida les presenta, para posteriormente restablecerse de estas situaciones.
Esto quiere decir que la resiliencia caracteriza a aquellas personas que, a pesar de vivir situaciones de alto riesgo o sufrir situaciones adversas, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos e incluso salen fortalecidos de estas situaciones. (Páez, y otros, 2011). La resiliencia puede presentarse en diferentes grados de intensidad y en diferentes sucesos de la vida de las personas, y se pueden dar por desastres naturales, accidentes, enfermedades, muerte, ruptura amorosa, etc., causando desequilibrios psíquicos y estrés emocional, y que pueden provocar daños emocionales, cognitivos y sensoriales. Según la RAE (2014) es la Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado situación adversos”.
Una persona resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, recuperan el control de la vida y logra dejar la posición de víctima, que lo ha marcado por, mucho tiempo; con esto logra poner en función las partes del cuerpo que aún se encuentran en buen estado y que en algún momento la persona cree no tenerlas o no poder hacer uso de ellas otorgándole así acceso a recursos que hasta ese momento permanecían ocultos en el interior. Esta capacidad abarca componentes ambientales y personales con los cuales los individuos afrontan y superan los diferentes problemas que se les presenten en su vida
Desde hace un tiempo considerable, se han venido realizando estudios que indican la importancia de tomar en consideración la perspectiva de género ante situaciones difíciles; de allí que desde la resiliencia, es preciso conocer cuáles son las diferencias significativas en el género. El género se concibe de acuerdo a Barbera (1998) como “un conjunto de procesos de naturaleza biopsicosocial, determinado por la vinculación sexo-género, una categorización social normativa, una construcción subjetiva, un proceso psicológico, común sistema de clasificación y como un sistema dinámico interactivo”.
A decir de Prado y Águila (2.003), “La teoría de identidad de Género propone la hipótesis de las identificaciones de roles sobre los modelos identificaciones de roles sobre los modelos identificaciones familiares”. Por otra parte Horney (1.980), menciona que “Las mujeres desarrollan el concepto de identidad corporal y los hombres la identidad corporal y posicional respecto del rol masculino. El desprecio masculino a las mujeres y su devaluación proviene del temor masculino ante la omnipotencia materna en los estadios tempranos de la vida”. Cada uno de estos aportes conllevan a indicar que “Las nuevas prácticas de la vida vinculan a los seres humanos hombres y mujeres desde la subjetividad, y que los vínculos tienen a caracterizarse como transicionales, con conflictos derivados de las coexistencia de las expectativas contradictorias” (Meler, 1.992).
La mayor parte de los estudios realizados sobre resiliencia, se han aplicados a niños, niñas y adolescentes en situaciones requeridas; sin embargo, las características de personalidad, no necesariamente deben ser limitadas a estos contextos ni edades. “En los actuales momentos su campo de acción no se restringe solamente a este sector de la población, debido a que también se puede estudiar la resiliencia en personas adultas y mayores”. (Saavedra, 2008). De este último grupo y de acuerdo a trabajos realizados por Gonzáles (2011), son las mujeres las que puntúan de forma significativa más que los hombres, considerando que con la edad aumentan de forma progresiva las puntuaciones, de allí que la edad se la ha considerado como una variable discriminativa de la empatía. Además las mujeres puntúan más alto en el factor protector externo en las diferentes edades, a diferencia de los hombres que la puntuación es en el factor protector interno
De acuerdo a lo expuesto, se puede hacer una diferenciación de importancia, debido a que se comienza a comprender que las mujeres requieren de un apoyo externo, por lo general la familia como ente principal, para que puedan ser resilientes. Una intervención resilientes requiere preparación, vivencia y aprendizaje de experiencias de adversidad. Estudios donde se ha tenido en cuenta estas variables sexo y resiliencia, presentan resultados que tienen características de resiliencia a favor de las mujeres. De esto se parte para indicar que las conductas resilientes enfatizan una interacción dinámica de los componentes, los cuales varían según a las etapas de desarrollo de cada persona.
La discapacidad es uno de los rasgos que influyen en el análisis del presente estudio, la misma que de acuerdo a la OMS (2001), es definida como “toda restricción o ausencia debida a una deficiencia, de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen considerado normal para el ser humano”. La discapacidad es la ausencia de capacidad es la “limitación en la realización de papeles y tareas socialmente definidos, esperados de un individuo dentro de un entorno físico y sociocultural determinado” (Abellán & Hidalgo, 2011). Según datos de la UNESCO (2015), “más de 1.000 millones de personas a nivel mundial viven con alguna forma de discapacidad. Casi 93 millones de estas personas en situación de discapacidad son niños”.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2017), registra las siguientes como discapacidades más frecuentes:
Motriz: limitación de una persona para moverse o mantener una postura corporal. Visual, pérdida parcial o completa de la vista. Mental, limitación en el aprendizaje, alteración de la conciencia y dificultad para conducirse de una manera correcta. Auditiva, pérdida parcial o completa de la audición. Del lenguaje: limitación y problemas para hablar.
Una de las etapas que contempla mayor complejidad y cambios más bruscos en los seres humanos, es la adolescencia y la juventud, pudiendo acompañarse ésta de otros factores que de cualquier forma son traumáticos para la vida de algunos. Si se enfoca esto a la discapacidad, la mayoría de situaciones en las que se piensa en las situaciones en que ésta aparece y se supone que lo más frecuente es que se adquiera desde el momento en que se nace.
La transición de la niñez a la adolescencia y posteriormente a la adultez, debe obligatoriamente pasar por unas fases de adaptación en las que de forma general, desde edades muy tempranas se aprende a convivir con determinadas situaciones que dificultan el desarrollo de las personas, por tanto es muy importante desarrollar los aspectos resilientes desde prácticamente el inicio de la primera infancia. No obstante, hay ocasiones en el que el momento vital en el que se detecta o sobreviene la discapacidad es a lo largo de la vida. Wyndaele y Wyndaele (2.006), expresa que:
Sin duda alguna, estas situaciones pueden llegar a desbordar a los individuos, no sólo por el shock traumático, sino por el proceso de adaptación y cambio a una nueva forma de vida que debe experimentar tanto el afectado como los que le rodean. Así, aunque una discapacidad es dolorosa en cualquier periodo de la vida, si ésta es sobrevenida, puede incrementar un mayor nivel de desajuste al comparar la vida antes con la de después de ese suceso traumático, desencadenado cambios en la vida de los afectados, que pasan bruscamente de vivir de forma sana e independiente a depender de los familiares o de cuidadores para llevar a cabo sus actividades de la vida diaria, y por tanto, necesitar adaptarse a nuevas formas de vida y de relación con el entorno.
Tener una discapacidad adquirida desde el nacimiento o tenerla sobrevenida a lo largo de la vida, no van a variar el hecho de tener una discapacidad, ni mucho menos estar exentos de una serie de barreras tanto físicas como mentales a las que desde la discapacidad deberán enfrentar. Estos estresores obligan a cambios importantes en el funcionamiento familiar, social, laboral y educativo. A partir esto, se puede mostrar que el enfoque de las discapacidades, manifiestan tendencias centradas en la persona, en base a diagnósticos para categorización, valoración y corrección del déficit según la discapacidad, haciendo uso de programas especializados que les ayuden a ser más resilientes y mejoren su calidad de vida.
Tras una revisión de la amplia literatura sobre la resiliencia con discapacidad, en los actuales momentos, según (Gismeno, 2.000), hay muy pocos trabajos que analizan las variables implicadas de resiliencia la existencia de combinaciones de las variables resiliencia y capacidades motoras, y principalmente de dimensiones que la formen parte de la autoexpresión de opiniones, sentimientos en situaciones sociales, decir no y cortar interacciones, hacer peticiones o iniciar interacciones positivas con el sexo opuesto.
A través del tiempo y la evolución se observa que estas tendencias van cambiando con aspiraciones a un enfoque inclusivo e integral para todos y todas, donde se identifican las características de cada una de las personas y de su contexto, esto con el objetivo de definir los apoyos necesarios de acuerdo a la situación de discapacidad motora que presente. Para ello, se requiere de procesos relacionales con equipos de trabajo que trabajen de forma colaborativa, que aborden la discapacidad de forma integral e intersectorial desarrollando estrategias para el entorno formativo, que les permita ser mejores cada día y sean resilientes para la vida. Desde este enfoque se puede decir que existe relación entre los factores de resiliencia y las variables implicadas en el desarrollo de la discapacidad motora.
Para hacer referencia a la discapacidad se hizo necesario conocer un poco sobre las Leyes y reglamentos que se han consagrado para los discapacitados en la República del Ecuador. En la Constitución del Ecuador (2008), Sección Quinta referente a la educación y la Sección Sexta, personas con discapacidad, establece:
Art. 26.- La educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado. Constituye un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir. Las personas, las familias y la sociedad tienen el derecho y la responsabilidad de participar en el proceso educativo. Art. 27.- La educación se centrará en el ser humano y garantizará su desarrollo holístico, en el marco del respeto a los derechos humanos, al medio ambiente sustentable y a la democracia; será participativa, obligatoria, intercultural, democrática, incluyente y diversa, de calidad y calidez; impulsará la equidad de género, la justicia, la solidaridad y la paz; estimulará el sentido crítico, el arte y la cultura física, la iniciativa individual y comunitaria, y el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar. La educación es indispensable para el conocimiento, el ejercicio de los derechos y la construcción de un país soberano, y constituye un eje estratégico para el desarrollo nacional.
Art. 47.- El Estado garantizará políticas de prevención de las discapacidades y, de manera conjunta con la sociedad y la familia, procurará la equiparación de oportunidades para las personas con discapacidad y su integración social. (p. 27)
Para la Corte Constitucional, se considerarán personas con discapacidad aquellas que posean 30 % o más de discapacidad. Desde el 7 de junio del presente año, se considerará como persona con discapacidad para los efectos previstos en la Ley Orgánica de Discapacidades, a quien acredite un 30 % o más de discapacidad según el Ministerio de Salud o el CONADIS.
La Corte Constitucional establece que es inconstitucional la parte final del artículo 1 del Reglamento a la Ley Orgánica de Discapacidades, en el que se establece que se considera persona con discapacidad aquella que posea un porcentaje de discapacidad del 40 % o más. Por esta razón, la Corte Constitucional estableció que el artículo permanecerá vigente en el ordenamiento jurídico, de la siguiente manera:
Art. 1.- De la persona con discapacidad.- Para efectos de este Reglamento y en concordancia con lo establecido en la Ley, se entenderá por persona con discapacidad a aquella que, como consecuencia de una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, con independencia de la causa que la hubiera originado, ve restringida permanentemente su capacidad biológica, [p]sicológica y asociativa para ejercer una o más actividades esenciales de la vida diaria, en una proporción equivalente al treinta por ciento de discapacidad, debidamente calificada por la autoridad sanitaria nacional. (Pérez. & Ponce, 2017).
La Corte también declaró inconstitucional el grado del 40 % establecido en el artículo 6 del mismo Reglamento en el que se establecen los beneficios tributarios para personas con discapacidad. Por tanto, el artículo permanecerá vigente en el ordenamiento jurídico de la siguiente forma: “ Art. 6.- Beneficios tributarios.- El régimen tributario para las personas con discapacidad y los correspondientes sustitutos, se aplicará de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica de Discapacidades, este Reglamento y la normativa tributaria que fuere aplicable” (Pérez. & Ponce, 2017). Cabe destacar que los beneficios tributarios previstos en la Ley Orgánica de Discapacidades, únicamente se aplicarán para aquellas personas cuya discapacidad sea igual o superior al treinta por ciento.
Resultados y discusión
Para identificar los perfiles de resiliencia en los en jóvenes con discapacidad motora en la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí, se definió a partir de las diferentes combinaciones de las dimensiones de resiliencia de la Escala de resiliencia de las dimensiones que presenta la escala de resiliencia de Wagnild y Young, como son:
Ecuanimidad: Ítems 7, 8,11 y 12.
Satisfacción personal: Ítems 16, 21, 22 y 25.
Sentirse bien solo: 5,3 y 19.
Confianza en sí mismo: Ítems 6, 9, 10, 13, 17, 18 y 24.
Perseverancia: Ítems 1, 2, 4, 14, 15, 20 y 23.
2.4 y 3. Validez y confiabilidad.
Identificar los perfiles de resiliencia
La resiliencia cobra un papel fundamental en la vida de las personas que experimentan adversidades, como por ejemplo en este estudio trata de los estudiantes que viven con alguna discapacidad motora, tras un accidente fortuito o por causas de nacimiento; por tanto, es lógico encontrar relación entre las dimensiones que componen este constructo y la calidad de vida.
Los ítems que aportan a los factores de resiliencia son: (6) “Me siento orgulloso de haber logrado cosas en mi vida”;(13) “Puedo enfrentar las dificultades porque las he experimentado anteriormente”; y, (18), “En una emergencia soy una persona en quien se puede confiar” demuestra que los estudiantes tienen confianza en su mismos. En ellos se encuentra que los grupos con puntuaciones altas en competencia social y aceptación de uno mismo y de la vida tienen mayores puntuaciones en las relaciones positivas. En este sentido, la competencia social se define como “un comportamiento de la persona en el contexto interpersonal que expresa sentimientos, actitudes, opiniones o derechos de un modo adecuado a las situaciones”. (Buss, 2.000).
Esta idea queda fortalecida al explorar el tamaño del efecto, el cual indica que en la mayoría de los factores de calidad de vida, la magnitud de estas diferencias es elevada. Esto se observa en los factores relativos al bienestar emocional y físico, así como también en los relacionados con la sociabilidad (relaciones interpersonales e inclusión social). Los estudiantes que presentan discapacidad motora, tienen capacidad de afrontamiento, demuestran que las habilidades sociales que presentan son de una persona resilientes.
El indicador (21) “Mi vida tiene significado” con este indicador se demuestra que los estudiantes tienen satisfacción personal. “Esto se refleja en los factores relativos al desarrollo personal y la autodeterminación. Si atendemos a la definición de competencia personal, esta engloba aspectos relacionados con la capacidad personal, la independencia, el dominio, la perseverancia y la habilidad, entre otras”. (Caballo, 2.005)
Estos datos ofrecen consistencia a la validez de la existencia de diferentes perfiles de resiliencia y ayudan a comprender la relación entre la resiliencia y la calidad de vida de los estudiantes que presentan discapacidad motora. Se observa que en la mayoría de los factores de calidad de vida destacan los grupos que puntúan alto en las dimensiones de resiliencia, competencia social y de aceptación de uno mismo y de la vida son elevadas. “Estos aspectos estarían relacionados con una alta aceptación de uno mismo o una gran autoestima” (Peterson, 2.000).
La experiencia de las características de la lesión medular es delimitada para cada individuo, esto depende de una compleja combinación de variables e indicadores personales, sociales y de su contexto que en un futuro pueden contribuir a profundizar en la relación de la resiliencia y la calidad de vida de las personas. A pesar de estas constantes, los resultados contribuyen al conocimiento de la resiliencia, a través de estos se orienta al diseño y la aplicación de programas dirigidos a fortalecer la calidad de vida de los estudiantes que viven con lesión medular causado por situaciones fortuitas de la vida.
Con los resultados obtenidos, se indica el grado de habilidades sociales, interpersonales y de resolución de conflictos que presentan los estudiantes con discapacidad motora Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí, esto implica la capacidad de relacionarse con los otros de forma cordial, tener capacidad para pedir ayuda, muestran y actúan con una comunicación asertiva, dan confianza por la capacidad de despertar en los otros el deseo de ayudar y la capacidad de exigir sus derechos.
Para fortalecer los resultados de la investigación se aplicó el instrumento de entrevista a docentes de la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí, a continuación se presentan los criterios expuestos:
Relación entre los factores de resiliencia y las variables implicadas en el desarrollo de la discapacidad motora
Uno de los factores que se consideran dentro de la resiliencia es que la persona tenga la capacidad de hacer frente hacia los obstáculos, lógicamente son personas resilientes, porque a pesar de su dificultad estudian; es decir, afrontan sus problemas y no los esconden, por lo tanto, si hace frente ante la dificultad, lo cual, muestra que si hay relación de resiliencia y discapacidad motora. Desde la perspectiva de Boris Cyrulnik que contempla la resiliencia como un encuentro entre lo subjetivo y ambiente considerando siempre en un ámbito contextual. Por lo tanto, se podría decir que resiliencia y discapacidad motora van de la mano, y se correlacionan e interaccionan, esto debido a que parte de su vida cotidiana y del desarrollo como personas. (Ortíz, y otros, 2.018)
Las relaciones interpersonales y bienestar emocional de los estudiantes con discapacidad motora de la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí.
El mismo hecho de compartir con sus compañeros y que estos lo acepten se establece una buena relación interpersonal, debido a que su dificultad no es cognitiva, es más bien física, por lo cual hoy hacen buen trabajo en el aula de clases y no presentan limitantes. Son estudiantes con predisposición y responsabilidad de trabajo ya sea en equipo e individual respondiendo de la mejor manera. Esto indica que la discapacidad motora que presentan no reflejan ninguna disfunción cognitiva o conductual por lo cual podría haber una mala relación interpersonal. De allí se parte para decir que estos estudiantes son muy resilientes, en la medida en que su relación con el ambiente (compañeros – docentes), es buena y no se los ha visto afectado a nivel educativo, debido a que emocionalmente se encuentran de forma normativa. Son comunicativos con los demás estudiantes y comparten el tiempo adecuado en el aula de clases. (Ortíz, y otros, 2.018)
Estudiantes con discapacidad motora muestran capacidad para superar dificultades personales y/o académicas
El mismo hecho de emprender el problema físico, esto ya no es un limitante y estos se desenvuelven dentro de su entorno como persona normal, ya que no presenta límites. Estos estudiantes tratan de suplir sus deficiencias y como docentes siempre se tratamos de buscar técnica que no solo será escribir como ej.: El debate. La adaptación les ayuda a relacionarse mejor. Una de las mejores formas de superar las dificultades es la de suplir la discapacidad afrontando la carencia, creando un mecanismo defensivo como escribir o realizar mejores o mayores actividades con la extremidad que si posee. Desde una misión ellos asumen su diversidad funcional no como una dificultad, sino como parte de su identidad y por lo tanto encuentran formas para solucionar lo físico que les podría afectar a ellos. Lo demuestran al asistir de forma continua al aula de clases, realizando las tareas asignadas dentro y fuera del aula y aceptándose como son, ellos buscan superarse diariamente. Lo hacen al aceptarse tal y cuan son, al querer tener una profesión que les ayudará a ellos y a otras personas con discapacidad a ser resilientes en su vida cotidiana. (Ortíz, y otros, 2.018), estos criterios se corroboran con Mellino y Suarez (2008), quienes explican que “resiliencia es la habilidad humana para enfrentar, sobreponerse y salir fortalecido por experiencias de adversidad.”
Estudiantes con discapacidad motora hacen frente a las adversidades de la vida, la superan y las transforman positivamente.
Los estudiantes que presentan discapacidad motora, tienen todas las capacidades completas a nivel cognitivo, porque la discapacidad va más allá del pensamiento, con un desarrollo normal dentro de sus procesos cognitivos que les ayuda a desenvolverse mejor cotidianamente; en caso de presentar limitantes trabajan en ello. Incide mucho en querer ser mejor cada día, usan sus fortalezas antes que sus debilidades, haciendo que pase desapercibido por eje. Si la discapacidad es un la mano derecha adquiere la habilidad de hacer mejores y más cosas que otras personas, que no presentan discapacidad. Contemplar diversas formas de ver la vida, lo cual lo ven de una forma distinta desarrollando capacidades y actividades que les ayuden a sobresalir y ser mejores. Para estas personas la discapacidad motora ha sido un problema que les ha acompañado a lo lardo de su vida, por lo cual han desarrollado estos problemas, el aprender a escribir, interactuar con los otros, movilidad etc. De muchas formas entre ellas no considerarse menor que nadie por el hecho de que presenten una discapacidad, el hecho de poder movilizarse y tener prioridades en el ámbito personal, etc. Están en toda la capacidad posible ya que han ido superando adversidades que se les han presentado cotidianamente como por ejemplo poder solos utilizar una sola mano y depende también del grado de discapacidad que presentan. (Ortíz, y otros, 2.018)
Estrategias propuestas para fortalecer el perfil resilientes en los estudiantes que presentan discapacidad motora.
El objetivo de las siguientes estrategias es fomentar las potencialidades de los estudiantes con discapacidad motora hacia el desarrollo de esta capacidad
De acuerdo a Ortiz et al (2.018), se debe trabajar con la motivación, la cual como docentes y psicólogos les permitirá ayudar aportando no solo con conocimientos a los estudiantes que presentan discapacidad motora, se los motiva y se eliminan ideas negativas que se podrían generar en la psiquis de estas personas. Se debe variar la metodología de tal manera que puedan desempeñarse haciendo uso de otras capacidades y fortalezas que tienen.
Estrategias como la inclusión en la totalidad de los docentes y estudiantes, tratando de unir al conglomerado. Esto se debe iniciar desde los primeros ciclos de estudio, ofreciendo potencialidades a los familiares pero debe de ser con mayor apoyo de los compañeros. Se podría trabajar en dos estrategias básicas:
Es muy importante hacer un acercamiento en la calidad de vida de los estudiantes, una de las formas es poniendo en práctica las estrategias de empoderamiento y motivación para que sean más las personas con discapacidades motoras que estudien y sean resilientes en su vida, a través de la motivación, la autoeducación desarrollo de la capacidad y habilidad social, desarrollo de la creatividad e imaginación, entre otros.
Conclusiones
De acuerdo a los resultados obtenidos, en el presente estudio se generan las siguientes conclusiones:
De acuerdo a la investigación bibliográfica, se pudo conocer que la resiliencia es un término que caracteriza a las personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones difíciles y de alto riesgo, se desarrollan de forma psicológica sana y exitosa. La resiliencia va acompañada de un elevado coeficiente intelectual, dado que las personas están en la capacidad de resolver problemas y tener un adecuado desenvolvimiento en la sociedad. Son personas mayor tendencia a la esperanza, felicidad y elevada autoestima, con una vida espiritual más desarrollada y excelentes relaciones interpersonales.
Los jóvenes con discapacidad motora en la Carrera de Psicología Clínica de la Universidad Técnica de Manabí, son personas resilientes pues a pesar de las adversidades poseen capacidades psicométricas aceptables, lo que permite que tengan menos efectos traumatizantes para así tener la oportunidad de convertir esa situación difícil en una oportunidad para evolucionar, adaptándose de forma positiva aun con su discapacidad, demuestran responsabilidad, autocontrol emocional y prevención de futuras patologías psicológicas. Son personas que se están preparando para la vida.
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