Geisel Castillo Perozo*
Ismaela Hechavarría Trujillo**
Universidad de Oriente. Cuba
ismaht@uo.edu.cu
RESUMEN
El valor humanismo tiene elevada significación para la sociedad. En los adolescentes las nociones sobre él se encuentran en un periodo de reforzamiento; por lo que resulta necesario trabajarlo en la enseñanza secundaria. Para ello se han empleado diversas vías y métodos; sin embargo, acercar a los estudiantes a un modelo alcanzable es si dudas una alternativa favorable. Para la organización de pioneros cubanos ese modelo es Ernesto Guevara. Es propósito de este trabajo reflexionar acerca del humanismo de Guevara y las potencialidades de sus anécdotas para profundizar en las nociones sobre este valor en los adolescentes de secundaria básica.
Palabras claves: anécdotas, humanismo, valores
ABSTRACT
The value humanism has high significance for the society. In the adolescents the notions on him are in a period of reinforcement; for what is necessary to work him in the secondary education. For they have been used it diverse roads and methods; however, approaches the students to an attainable model are without doubt a favorable alternative. For the organization of Cuban pioneers, that model is Ernesto Guevara. It is purpose of this work to meditate about the humanism of Guevara and the potentialities of their anecdotes to deepen in the notions about this value in the adolescents of high school.
Key words: anecdotes, humanism, values
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Geisel Castillo Perozo e Ismaela Hechavarría Trujillo (2018): “El anecdotario de Ernesto Guevara en función de profundizar las nociones sobre el valor humanismo”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (octubre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/10/ernesto-guevara-humanismo.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1810ernesto-guevara-humanismo
INTRODUCCIÓN
Los valores están asociados a las contradicciones que se manifiestan a escala universal. De ahí que se analice la relación existente entre dichos valores y los llamados problemas globales de la contemporaneidad.
Un estudio de la sociedad contemporánea muestra que como resultado de la globalización neoliberal se produce un desmontaje de los valores y la agresión a las identidades nacionales, al desatarse una ofensiva ideológico – cultural desde los centros de poder; lo que viene acompañado de problemas ecológicos, paz mundial, educación, cultura y sanidad, por solo citar ejemplos, tales contradicciones requieren de un enfoque teórico – práctico que conduzcan a una verdadera transformación de la sociedad en virtud del mejoramiento humano.
La aproximación científica al problema que se aborda demuestra que prácticamente desde su surgimiento, la sociedad humana, se ha proyectado como una necesidad la formación de hombres y mujeres correspondientes a sus exigencias y propósitos, en la misma medida en que ha proyectado como deber el entorno social de los mismos. Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado y de los avances obtenidos no se ha logrado el nivel deseado en este aspecto, tal realidad hace que el estudio de los valores en la sociedad cubana y en los adolescentes en particular sea objetivo de trabajo en la labor diaria de cada docente.
A escala social se evidencian contradicciones entre el modo de actuar de la familia y los estudiantes, entre la conducta manifestada dentro de la escuela y fuera de esta, así como en la conducta en el hogar y en la escuela. Cuestión insoslayable en este análisis, es lo referido a la contradicción entre lo social y lo individual, lo que expresa en definitiva, la forma en que existen los valores.
La observación a los estudiantes en los distintos espacios en que interactúan dentro de la escuela, así como los instrumentos aplicados, han permitido constatar deterioro en el cumplimiento de reglamentaciones y normas de convivencia establecidas en el reglamento escolar; comunicación irrespetuosa con empleo de vocabulario inadecuado; falso concepto de compañerismo en sus relaciones, manifestado en el poco enfrentamiento ante lo mal hecho y en las escasas valoraciones críticas ante las actividades que realizan.
La existencia dentro del destacamento de estudiantes no aceptados por sus compañeros denota la falta de comprensión y respeto entre ellos. No se ha logrado que prevalezca un sentimiento de interés por los demás, de cooperación, confianza y amistad en las actividades que desarrollan de forma grupal e individual.
Tomando como punto de partida la aspiración de la Organización de Pioneros José Martí al adoptar como lema: ¡Seremos como el Che!, hoy puede afirmarse que aún no se ha logrado que los estudiantes reviertan esta aspiración en sus modos de actuación, significando que en este período de su formación no han concientizado lo que significa ser como el Che.
Tales manifestaciones en el modo de actuación de los estudiantes reflejan la insuficiente interiorización de la noción sobre el valor humanismo, así como la necesidad de continuar promoviendo el conocimiento de la actuación de Ernesto Guevara como paradigma humanista para las nuevas generaciones incentivando el deseo de imitarlo a partir de su ejemplo personal.
Se significa como objetivo de este trabajo: reflexionar acerca del humanismo guevariano y las potencialidades de sus anécdotas para profundizar en las nociones sobre este valor en los adolescentes de secundaria básica.
DESARROLLO
El pensamiento revolucionario y marxista del Che Guevara es profundamente humanista. Al analizar su trayectoria desde su nacimiento en Argentina, transitando por su juventud, sus recorridos por América Latina, su importante etapa de maduración teórica y política en Guatemala hasta su incorporación al contingente de revolucionarios cubanos en México y su destacada participación como guerrillero en Cuba, se concluye que se está en presencia de un hombre con cualidades excepcionales.
Su espíritu de trabajo; su hábito de educar y enseñar; su ejemplo, su voluntariedad ante las tareas; su entrega en cuerpo y alma a los demás; su solidaridad, inteligencia, desinterés y humanidad entre muchísimas otras cualidades lo convierten en un paradigma del hombre nuevo para lograr los más altos objetivos.
Su pensamiento constituye un rico manantial de ideas revolucionarias, donde se destaca su fidelidad a los principios del Marxismo Leninismo. Durante el tiempo que permaneció en Cuba, ocupó diferentes cargos en la dirección del Gobierno Revolucionario. Los escritos y discursos de esta etapa de su vida, reflejan la proyección internacionalista de sus ideas. En su pensamiento económico se encuentra una guía para las tareas que deben desarrollarse en el proceso de eliminación del capitalismo y la construcción del régimen socialista en Cuba. Muchos fueron sus aportes en estos aspectos, entre ellos los relacionados con la planificación de la economía, el trabajo voluntario y la emulación socialista.
La esencia de su pensamiento radica en su ética. No hay un solo pensamiento en lo económico, en lo político, en lo militar, en lo artístico - cultural que no tenga como punto de partida y de llegada al hombre, al interés humano.
Cuando se busca en su pensamiento ético rápidamente se percibe que su núcleo central está constituido por la concepción del hombre nuevo y de su correspondiente formación. Se trata de la producción y autoproducción del sujeto que hará posible la estructuración de un mundo de equidad y justicia social. Tan importante es este hombre nuevo, negación dialéctica del hombre enajenado, que si no se concreta en la misma medida que las transformaciones de las circunstancias socioeconómicas, el proyecto liberador no será viable.
Si bien no fue el primero en hablar del hombre nuevo, si fue el primero en que en la segunda mitad del siglo XX y desde una perspectiva marxista, contextualiza el problema del hombre nuevo, ensayando en el orden práctico lo correspondiente a su formación.
El legado fundamental de su concepción filosófica está plasmado en su carta a Carlos Quijano, en este texto esclarece los mecanismos internos y externos que posibilitan las rápidas o lentas transformaciones que van ocurriendo a nivel de la conciencia individual y social de las masas y la formación de los nuevos valores éticos; pues su gran talento lo llevó a seleccionar como arma la confianza en el hombre, pertrechado con el eficaz armamento de su conciencia revolucionaria, que además tiene la ventaja de incrementarse y reproducirse a través de la educación sistemática, el ejemplo y los estímulos morales. Por lo que la concepción del hombre nuevo constituye el núcleo central de su pensamiento ético, al cual define como: ¨ individuo, actor de ese extraño apasionante drama que es la construcción del socialismo en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.¨ (Guevara, 1988, p.8).
Al hombre nuevo lo caracteriza un cambio de conciencia con respecto a la forma de pensar y proyectarse que tipifica a la individualidad gestada por la sociedad explotadora. De ahí que el Che considerase que en fragor de la práctica revolucionaria el hombre nuevo, irá adquiriendo una mentalidad humanista, colectivista, patriótica a la vez que internacionalista que posibilitaría que el individuo dejase de considerarse lo más importante para considerar que lo más importante es la nación, el proceso revolucionario de construcción de la nueva sociedad, es el pueblo de Cuba, es la humanidad y que por tal motivo esté dispuesto a sacrificar algún beneficio individual en bien del beneficio colectivo. En este sentido, el Che le decía a los obreros, el 14 de junio de 1960
Cada agrupación humana es más importante que el individuo, y todo el grupo de un sector obrero es más importante que el sindicato de un centro de trabajo, y todos los obreros son más importantes que uno. Eso es algo que hay que comprender; hay que organizarse nuevamente para cambiar la mentalidad anterior. (Guevara, 1972, p. 149).
El Che a la par que aboga por el desarrollo de la individualidad combate al individualismo que resulta incompatible con la mentalidad del ser humano que debe construir el socialismo.
La aspiración de alcanzar el arquetipo humano por excelencia en los jóvenes cubanos no fue una simple aspiración subjetiva o un sueño revolucionario sino que estuvo sustentada en los marcos exclusivos de la teoría marxista. Su pensamiento abarcador recogía las más ricas tradiciones del humanismo universal y todo el acervo cultural del pensamiento revolucionario cubano, latinoamericano y de todo el mundo. No hay que olvidar que junto a su profesión de médico y a su alta sensibilidad humana se unía su experiencia directa en varios países de América Latina observando la vida de cada uno de los pueblos que visitó y analizando las contradicciones sociales, económicas y políticas de aquellos. Teoría y praxis social se unían indisolublemente en su concepción revolucionaria.
Su concepción ética adquiere una dimensión política ideológica cuando esboza las cualidades a las que se debe aspirar formar en la juventud, enfatizó de manera especial en cuestiones como la sensibilidad ante los problemas del hombre, el amor al estudio, la modestia, la sencillez, la solidaridad, la inconformidad ante lo mal hecho, la intransigencia contra la injusticia y el formalismo; tales cualidades dignifican a este hombre nuevo y lo convierten en ejemplo vivo. De igual forma consideraba el colectivismo como una importantísima cualidad del hombre socialista cubano, así como el trabajo.
Insistió en la relación individuo – colectividad – sociedad, precisando en la necesidad de que el individuo experimente los intereses sociales como suyos, siendo capaz de tomar posiciones propias, defender con pasión sus puntos de vista y estar dispuesto a mantener sus convicciones aun en condiciones adversas.
Para profundizar en su pensamiento es necesario enfatizar en el análisis de varios elementos, en primer lugar su humanismo marxista y revolucionario, pues para él la transformación social se realiza en función del hombre, que a su vez en este proceso es capaz de autoperfeccionarse, adquiriendo nuevos valores. Esta actividad creadora del hombre representa un doble carácter, condicionada socialmente porque no solo se esfuerza por transformar lo que le rodea sino que se modifica a sí mismo, es decir, participa conscientemente en esta interacción con su medio y, a la vez, es protagonista activo de los cambios sociales que se propone.
Él unía a su pasión revolucionaria una alta sensibilidad humana: el amor a su familia, a sus hijos, a los amigos, su sentido del humor, su risa alegre y vibrante, su cantar desentonado, hasta la forma dura de decir la verdad sin guardar posteriores rencores.
Según el Che, la moral desde un sentido heroico es esa fuerza combativa, esa fe en el triunfo y la justicia final que lleva a los soldados a efectuar los más extraordinarios hechos de valor. El sujeto recibe continuamente el impacto de un nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado al influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora.
El humanismo del Che tiene como antecedente su amor juvenil a la humanidad, plasmado a la esfera individual, un amor que asume formas cada vez más concretas y comprometidas, que culmina en la identificación con los pueblos oprimidos del continente y del mundo. Su trayectoria existencial representa por un lado su evolución ética y política personal; por el otro, una progresiva profundización de la naturaleza del amor, manifestándose en el amor al otro y en la entrega humanitaria al servicio de los oprimidos, siendo imposible entonces separar el amor por el explotado del compromiso a su lado en la lucha de liberación.
En El Socialismo y el Hombre en Cuba revela:
¨ El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad ¨ (Guevara, 1988, p.14).
En el lenguaje del Che la palabra amor manifiesta un contenido siempre más rico y profundo, para descubrirlo a la luz de su práctica el camino más directo se encuentra en el sentido de la opción por los pueblos explotados como sujetos, que significa en primer lugar el reconocimiento de su derecho a la autoderminación y el compromiso a luchar por su afirmación, pero al mismo tiempo, esa opción expresa la confianza del Che en la capacidad ética, intelectual y política del propio pueblo de ejercer su derecho y luchar por su liberación sobre las oligarquías y el imperialismo.
Por tanto, hay una concepción ética de extrema importancia para el Che y es el vínculo imprescindible entre razón y sentimiento que se expresa en su entrega profesional estrechamente unida al pueblo.
El objeto central de su actuación continúa siendo el ser humano, su lucha en función del hombre, de su liberación. Che asimilaba de este modo la concepción marxista que comprende la esencia del hombre y su integralidad en un plano social ya que la sociedad es, según Marx, el propio hombre en sus relaciones sociales.
Lograr el desarrollo de las potencialidades del ser humano solo es posible en una sociedad que transforme sus estructuras, construyendo las premisas materiales y espirituales de realización, y el Che en este sentido enriqueció el desarrollo marxista desde su concepción humanista, de forma creadora y en constante vinculación con las masas, que es dentro de ella que se va gestando el hombre nuevo.
Una valoración de su pensamiento ético no solo resaltaría su coherencia, humanismo e intransigencia revolucionaria, como coincidencia más absoluta de su obra y vida sino el más necesario conocimiento de sus ideas, de la asimilación de sus principios y valores morales, de la continuación de su ejemplo, he ahí su significación axiológica que sería una de las vías para enfrentar las deformaciones ideológicas y las tendencias negativas que pueden generar algunas de las medidas señaladas por la Revolución Cubana; por ello el estudio y valoración de su pensamiento ético constituye la más alta lección de consagración personal en aras de un mundo mejor.
El tiempo ha confirmado estos juicios. Los pensamientos del Che se manifiestan hoy en todos los continentes. Los hombres honestos luchan por el pan y la libertad amparados en sus ideas y paradigma.
Estas valoraciones serían suficientes para aquilatar la vitalidad de su pensamiento, pero lo que le otorga su más real trascendencia es el carácter totalmente consecuente entre sus valores éticos y la ejemplaridad de su vida.
La utilización del término humanismo en la sociedad contemporánea ha sido muy frecuente, ello se debe según la lógica heraclitana a que sencillamente es de lo que más carece el mundo actual.
Bajo este término se encuentran disímiles apreciaciones, aproximaciones e interpretaciones, es decir, una vastísima gama de significados prácticos se le atribuye hoy a un término que ha devenido una concepción con una larga historia.
Como concepción filosófica e ideológica sobre el ser humano, es el plano más integrador de la concepción ética y axiológica de nuestro sistema educacional y social. Esta concepción ideológica del humanismo, entiende al ser humano como portador de potencialidades infinitas para transformar y transformarse a sí mismo, por medio de su actividad, lo que implica conocimientos tanto teóricos como prácticos, buenos sentimientos asociados a la sensibilidad y significaciones humanas de los hechos, independencia, creatividad y mucho optimismo en las fuerzas humanas para crecer y ser cada día y en cada momento histórico de nuestras vidas mejores personas.
La esencia del humanismo socialista puede expresarse en el hecho que el hombre es el capital más precioso. En el I Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), se define claramente como objetivo fundamental de la educación, el desarrollo pleno de las capacidades intelectuales, físicas y espirituales del hombre, de sus sentimientos humanos, de sus concepciones.
Para el desarrollo de la investigación la autora se acoge al concepto definido en el Programa Director Para el Reforzamiento de Valores Fundamentales en la Sociedad Cubana Actual emitido por el Comité Central del Partido Comunista. En dicho documento se plantea:
“Humanismo: Es el amor hacia los seres humanos, y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia." (Comité Central del Partido, 2006, p.6).
Cualquier profesor que intente influir positivamente en los valores de sus estudiantes debe emplear como métodos educativos la observación sistemática de actitudes y comportamientos; la comunicación persuasiva, dialógica, de explicación orientadora, comprensión, reflexión valorativa; la compulsión, con la exhortación a las acciones positivas, transformadoras inmediatas del mal en bien, de compromiso. Además es importante la estimulación ante las actitudes positivas y sanción moral ante lo mal hecho o errores cometidos; el ejemplo personal en la correspondencia de la palabra y la acción, como base del prestigio moral del educador.
Estos métodos inciden de forma simultánea en la actuación, en las vivencias y en las experiencias morales, así como en el elemento más interno del adolescente: su conciencia, tanto en el plano racional, como en el emocional o esfera de los sentimientos. Por otra parte se influye en la conciencia y la conducta con hechos y actividades de los hombres y mujeres del pasado y del presente, era parte de la concepción guevariana la necesidad de analizar siempre que fuese posible el significado para los hombres del pasado e incluso compararlo con el presente ante cualquier dificultad transitoria.
En 1968 la organización de pioneros José Martí, inspirados en el ejemplo y la estirpe de este hombre de todos los tiempos adopta como su consigna ¡Pioneros por el comunismo: Seremos como el Che! Por lo que alcanzar su ejemplo se convierte en una máxima para cada generación de cubanos. “Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡queremos que sean como el Che!" (Castro, 1967, p.3).
Es una ineludible condición que el modelo de aspiración que se le presente al estudiante sea alcanzable, debido a que sobre ellos influyen modelos de conducta de personas que les rodean incluso de hechos y actividades. Se hace necesario, por lo tanto, acercar los ideales y paradigmas a los que aspiramos en los estudiantes; para lograrlo es recomendable analizar las figuras heroicas en sus rasgos más cercanos a su propia vida y conductas cotidianas.
El empleo de anécdotas encaminadas a estos fines resulta una alternativa positiva, pues tienen la rara virtud de adueñarse de todos los públicos, siendo como la exploración del carácter, como indignación psicológica o como situación de un personaje o un hecho de la historia, de ahí que puede plantearse que es algo más que una realidad.
Las anécdotas forman parte de la literatura y varios autores reconocen las potencialidades de esta última para la formación de la personalidad y sus códigos éticos, estéticos, psicológicos. Al respecto Díaz, Lourdes. (2015) afirma:
La literatura como forma de la conciencia social, y actividad creadora contiene gran carga expresiva de valor estético, ideológico, ético y social con incidencia directa en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad. Portadora de vivencias afectivas lo cual favorece una mayor riqueza de las capacidades del ser humano, mientras que los procesos cognitivos vinculan el resto de las áreas del desarrollo intelectual: la percepción, la memoria y la atención de manera interrelacionadas para expresar modos de sentir, pensar y actuar en los seres humanos. (Díaz, 2015, p.3)
En tanto se reconoce que “La anécdota exalta o ridiculiza, hace sentir, hace vibrar porque nos pone en contacto directo con el hombre. A veces basta una frase para pintar un carácter” (Sánchez, 1987, 14). Para lograrlo el profesor debe combinar sabiamente un profundo conocimiento de los objetivos y del sistema de conocimientos del programa, del tema y de la clase; así como un amplio dominio del lenguaje, de la expresión oral, de las técnicas de la comunicación oral (atención a la tonalidad y entonación de las palabras para desarrollar emociones y sentimientos en los estudiantes que contribuyan al logro de los objetivos planteados)
El concepto anécdota ha evolucionado en el tiempo, proviene del griego anekdotor (inédito).
La anécdota es un breve relato de un suceso o personalidad histórica con un carácter objetivo, precisamente por la veracidad de su contenido, a pesar del grado de subjetividad que le pueda proporcionar el que la cuenta. Una característica que la distingue es que debe ser curioso, atrayente, notable, lo que posibilita en los estudiantes una mayor identificación con el hecho o el personaje formando en ellos conexiones más sólidas y perdurables con un elevado sentido educativo.
Al revisar las anécdotas que sobre el Che Guevara han trascendido se encuentra un rico manantial ético humanista que posibilita establecer modelos de actuación acordes a los principios que se desean formar en los adolescentes cubanos.
En función de profundizar las nociones sobre el valor humanismo se adoptaron como principios para la selección de las anécdotas los siguientes:
Una valoración de estos principios revela que están muy enlazados con los modos de actuación del valor humanismo, y es que de eso se trata, de lograr que estas anécdotas sean un reflejo de lo que se desea formar en los estudiantes desde la escuela.
Para el desarrollo de actividades dirigidas a profundizar las nociones sobre el valor humanismo empleando anécdotas sobre Che Guevara se sugiere nombrar la actividad en correspondencia con el contenido de la anécdota y se recomienda desarrollar con la mayor efectividad posible la narración de esta, de forma tal que los estudiantes queden motivados para solucionar las actividades que posteriormente desarrollarán. Seguido a este primer momento se realizará la comprensión de la misma a través de un debate, el cual se realizará a partir de una guía para el debate que esencialmente incluye: La etapa de la vida del Che a la que se refiere; el enfoque histórico, ya sea de la etapa o de la vida del Che; el o los modos de actuación asociados al valor que predomina; se incluye además la valoración de la posición asumida por Ernesto Guevara de la Serna y finalmente la posición del estudiante ante una situación semejante relacionada con su vida cotidiana.
Desde la orientación de la actividad el profesor debe transmitir con claridad el objetivo de la misma, es decir, qué, cómo, y para qué, con ayuda de qué medios, con quiénes o con quién lo va a realizar y en qué forma se va a evaluar, teniendo en cuenta la participación protagónica de los educandos desde el propio momento de la motivación y logrando la creación de una disposición positiva hacia la actividad.
El profesor debe ser capaz de incitar a los estudiantes a asumir criterios positivos o negativos, los defiendan y reflejen sus vivencias, experiencias, sentimientos; pues cada una de las actividades lleva implícito formas de comportamiento, actitudes y sentimientos para autovalorarse y valorar situaciones y a los demás.
CONCLUSIONES
Para el desarrollo de actividades dirigidas a profundizar las nociones sobre el valor humanismo empleando anécdotas sobre Che Guevara presupone el aseguramiento de las condiciones previas, tomando como punto de partida la lectura y debate de las anécdotas, así como el sistema de conocimientos, hábitos y habilidades ya introducidos y sistematizados en grados anteriores para su actual profundización; lo que contribuirá a que los estudiantes logren mayor independencia cognoscitiva y puedan orientarse por sí solos de forma correcta en su vida en sociedad, aplicando y generalizando las influencias recibidas.
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