Roger Florentino Obregón Tejeda*
Universidad de Holguín. Cuba.
roger58@uho.edu.cu
RESUMEN:
El objetivo del trabajo es demostrar como en 1967 en plena gesta guerrillera en Bolivia, estaban presentes en el Che las ideas y el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro. Se destaca el lugar otorgado por el Che al discurso de Fidel a “la conciencia revolucionaria”, a tal efecto fueron analizadas las anotaciones que al respecto hiciera el Che en su Diario de campaña y en sus Cuadernos de lectura de Bolivia, tomando como referencia, tres discursos pronunciados por Fidel Castro en 1967. El trabajo es significativo porque sintetiza el punto de vista del Che sobre Fidel, sobre la Revolución Cubana y el Marxismo entendido desde Nuestra América.
Palabras claves: líder histórico Revolución Cubana - Diario de campaña del Che- conciencia – Discursos de Fidel.
SUMMARY:
The objective of work is to demonstrate like in 1967 in complete heroic deed guerrilla fighter in Bolivia, the ideas and the thought of the historic leader of the Revolución Cubana Fidel Castro were present at the Che.
The place once Fidel's discourse was bestowed upon by the Che to the revolutionary conscience juts out, for that purpose notes were examined that with regard to this matter the Che in his Diario do campaign and in his Notebooks of reading of Bolivia, drinking like reference, three discourses pronounced by Fidel Castro in 1967.
Work is significant because you synthesize the point of view of the Che on Fidel, on the Revolution Cubana and the Marxism understood from Our America.
Key words: Historic Leader Revolution Cuban - Daily newspaper of Campaign of the Che – Conscience - Fidel's Discourses Camp
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Roger Florentino Obregón Tejeda (2018): “El pensamiento de Fidel Castro en Che Guevara. (Partiendo del análisis de tres discursos del líder histórico de la Revolución cubana en 1967 reflejados por el Che en Diario de Campaña y Cuadernos de Lecturas en Bolivia).”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/06/pensamiento-castro-guevara.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1806pensamiento-castro-guevara
INTRODUCCIÓN:
Antes de emprender su epopeya en Bolivia, el Che participa en una experiencia internacionalista en el Congo. Del Congo se traslada a Tanzania. Luego pasa una temporada subrepticia en Praga, vuelve a Cuba y de aquí a Bolivia. A lo largo de este periplo, en la más estricta clandestinidad y anonimato, el Che continúa con sus lecturas, estudios, apuntes y reflexiones teóricas.
Había empezado a redactar un Diccionario de Filosofía a los 17 años y leyó numerosos clásicos del marxismo antes de conocer a Fidel, continuó perdurablemente con esa ilustración durante toda la década del '50 –como atestigua su correspondencia-, el estudio sistemático del Marxismo se inicia con el triunfo de la Revolución Cubana. A partir de ese momento, y en medio de las más variadas responsabilidades, el Che estudia y discute colectivamente El Capital. Con ese objetivo participa de dos seminarios anuales de lectura (en uno de ellos, junto a Fidel). Prolongando esos círculos de estudios y debate, el Che organiza bimestralmente reuniones de discusión en el Ministerio de Industrias, donde se analizan problemas prácticos y cotidianos junto con discusiones teóricas vinculadas al pensamiento marxista. 1
Más tarde, ya fuera de Cuba y después de haber luchado en el Congo, el Che le envía desde Tanzania una carta a Armando Hart2 . En ella incluye indicaciones precisas y sugerencias puntuales sobre un futuro plan para estudiar colectivamente filosofía, economía y elaborar en base al marxismo un proyecto de ediciones teóricas. 3
Posteriormente, desde Praga, el Che le envía a Orlando Borrego 4 una serie de apuntes cuyo tema central versaba en torno a la crítica del Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. 5
Los apuntes que el Che elabora en Bolivia se insertan en ese orden de textos y estudios que giran sobre los clásicos del marxismo, la historia de la filosofía, la crítica de la economía política, la reflexión sobre la concepción materialista de la historia y la filosofía de la praxis. Los llamados Cuadernos de lecturas de Bolivia constituyen el punto de madurez- de largos años de estudio y reflexión. Entre los innumerables autores y pensadores analizados por el Che en la gesta boliviana ocupa un lugar destacado el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
DESARROLLO:
En Bolivia el Che lee, analiza, extracta y reproduce fragmentos y anota conclusiones en sus Cuadernos sobre innumerables libros y autores, es incuestionable que contaba con una cantidad considerable de textos, mucho mayor que los que alcanza a leer, extractar y analizar. Por ejemplo, al anotar sus reflexiones correspondientes al día 11 de enero de 1967, el Che escribe en su Diario en Bolivia (el diario de campaña): “Alejandro y Pombo (…) llegaron con la noticia de que mis libros se habían mojado; algunos se habían deshecho…”.
Uno de los pensadores a los cuales el Che le presta especial atención es a Fidel Castro.
Hay que tener presente que Fidel Castro Ruz (1926-2016) no sólo era el máximo dirigente de la Revolución Cubana, sino además uno sus más allegados, desde su juventud, cuando se conocieron en México. Su pensamiento, aunque está sintetizado en “La historia me absolverá”6 , debe buscarse fundamentalmente en la obra práctica de la Revolución Cubana y en sus discursos. Si el Che Guevara es, además de un gran guerrillero, principalmente un escritor; Fidel, además de constituir uno de los dirigentes más significativos de la contemporaneidad, constituye un gran orador. El pensamiento teórico y político más íntimo de Fidel debe buscarse en sus intervenciones orales, discursos y últimamente en sus reflexiones.
El primer discurso de Fidel Castro, que el Che estudia, analiza, extrae y anota un fragmento en sus Cuadernos de lectura de Bolivia, es el pronunciado por el líder histórico de la Revolución Cubana, el 2 de enero de 1967, en el desfile militar y concentración efectuados en la Plaza de la Revolución, con motivo del VIII Aniversario de la Revolución.
El Che no registra ningún dato preciso. Sin embargo, aunque no se cuenta con información al respecto, es casi seguro que escuchó la intervención por Radio Habana-Cuba, deducible por la anotación que deja plasmada en su Diario: “La gente7 salieron por la tarde, cuando acababa el discurso de Fidel”8 Y agrega una reflexión extremadamente interesante: “Éste se refirió a nosotros en términos que nos obligan más aún, si cabe”.9
Para terminar de confirmar que, desde Bolivia el Che, escuchaba los discursos por radio, y que esa es su fuente, pueden consultarse las notas correspondientes al 1ero. de mayo de 1967, donde deja plasmado en su Diario: “En La Habana habló Almeida10 , pasándome la mano a mí y las famosas guerrillas bolivianas”. Agrega: “El discurso fue un poco largo pero bueno”.11
No casualmente el Che, cuando en sus Cuadernos de lectura en Bolivia extracta y reproduce una idea central de Fidel, lo hace de uno de estos discursos, retomemos (el correspondiente al 2 de enero de 1967 en la Plaza de la Revolución).
Se evidencia que tanto Fidel como el Che comparten una perspectiva común acerca del pensamiento revolucionario: una concepción axiológica y praxiológica del marxismo, donde los valores, la educación, el patriotismo, la cultura y la conciencia socialista no son “reflejos” mecánicos y automáticos de la economía –que siempre marcharían con retraso, siguiendo paulatiidnte el desarrollo lineal, evolutivo y ascendente de las fuerzas productivas- sino dimensiones fundamentales de la historia y la lucha de clases.
A diferencia del marxismo oficial en la URSS y en los países de Europa del Este, de tonalidad fuertemente determinista, en el pensamiento de Fidel Castro lo que predomina es una concepción del socialismo de inspiración humanista y ética. Su lectura latinoamericanista del Marxismo, donde siempre se destaca en primer lugar el problema de los valores y la ética, debe tener su génesis en la temprana inspiración ideológica aprendida de José Martí (1853-1895) y de otros pensadores latinoamericanos que influyeron en su juventud universitaria, como es el caso, por ejemplo, de José Ingenieros (1877-1925) y su influyente prédica en defensa de las “fuerzas morales”. El joven Fidel Castro también recibe la influencia política de Antonio Guiteras (1906-1935) y Julio Antonio Mella (1903-1929).
No casualmente, en Bolivia el Che destaca en el discurso de Fidel el lugar otorgado por éste a “la conciencia”.
Ya decíamos que era indudable que el Che, escuchaba, desde Bolivia, los discursos de Fidel por radio. No es un dato menor, simple ni anecdótico. Poco tiempo antes de que Fidel Castro pronunciara en La Habana el discurso del cual el Che extracta un fragmento en sus Cuadernos de lecturas de Bolivia, el Che se había entrevistado con Mario Monje (Secretario General del PC Boliviano, quien había llegado al campamento guerrillero del Che el 31 de diciembre de 1966). Entre el discurso de Fidel y la entrevista con Monje transcurren escasos dos días. El conflictivo encuentro con Monje sellará el rechazo al proyecto guerrillero del Che por parte de la vieja dirección del PC boliviano –fiel a Moscú, a diferencia de numerosos cuadros comunistas jóvenes como los hermanos Inti y Coco Peredo, entre otros, que acompañaron fielmente siempre al Che-. Inmediatamente después de sintetizar su disputa con Monje, el 2 de enero de 1967 el Che anota en su Diario de campaña la referencia al discurso de Fidel a la cual con anterioridad hemos hecho referencia.
¿Qué era lo que expresó Fidel y que tanto impactó al Che en Bolivia? Lo que en sus Cuadernos de Lectura de Bolivia el Che extractó de Fidel es lo siguiente: “Por eso, si nos preguntaran cual ha sido el efecto más importante de la revolución ¿cualquiera de las cosas que hemos enumerado anteriormente?, diríamos: No, la más extraordinaria consecuencia de esta revolución es la increíble conciencia revolucionaria que se ha desarrollado en el pueblo”.12
Que en plena selva boliviana el Che continuara escuchando atentamente a Fidel –a miles de kilómetros de distancia- y lo incluyera en sus Cuadernos donde anotaba sus impresiones de sus lecturas de teoría marxista, implica que continuaba considerando a Fidel como el mismo líder carismático que describe en “El Socialismo y el hombre en Cuba”13 . El Che seguía abonando su carta de despedida a Fidel en todos sus puntos. Y lo que más rescataba de Fidel era el énfasis en “la conciencia revolucionaria”, núcleo central del hombre nuevo, eje articulador de la política de estímulos morales. La conciencia, terreno de disputa y espacio de construcción de hegemonía socialista. Última fortaleza del sistema mercantil capitalista, incluso durante la transición al socialismo. Allí estaba y sigue estando hoy en día la clave.14
Por eso el Che se detiene en ese pasaje preciso del discurso de Fidel y lo reproduce como material teórico, ubicándolo en el mismo nivel y rango de estudio que los libros de los clásicos y otros pensadores marxistas (podría, si hubiera querido, haberlo reproducido en su diario político y de campaña militar, pero lo reproduce en su diario de estudios y materiales teóricos; tal era la importancia que le otorgaba a esa formulación de Fidel). Un punto central que un oyente distraído de ese discurso quizás hubiera pasado rápidamente por alto, pero en cambio el Che sabe perfectamente que allí reside el corazón del marxismo que hizo triunfar a la Revolución Cubana. Una lectura del marxismo en la cual la ética y la conciencia son “las palancas fundamentales”, donde las fuerzas morales y la construcción de una nueva conciencia revolucionaria constituyen las principales fuerzas productivas de la historia latinoamericana.
Por eso, casi medio año después de haber reproducido aquel pasaje de un discurso de Fidel en sus cuadernos teóricos, en su Diario de Bolivia (el de campaña militar), cuando se conmemoraba el 26 de julio, fecha emblemática del asalto al cuartel Moncada, el Che, escribe: “Por la noche di una pequeña charla sobre el significado del 26 de Julio, rebelión contra las oligarquías y contra los dogmas revolucionarios. Fidel le dio su pequeña mención a Bolivia”.15
Breve análisis reflexivo, pero extremadamente significativo porque sintetiza de modo inigualable el punto de vista del Che sobre Fidel, sobre la Revolución Cubana y sobre el marxismo entendido desde Nuestra América. Contra la dominación del sistema capitalista, contra las clases explotadoras, refutando incluso los actuales dogmas neoliberales y recetas que entonces llamaban (y continúan convocando en la actualidad) a no hacer nada y cruzarse de brazos y a olvidar las lecciones de la Historia de nuestros pueblos.
La última referencia a un discurso de Fidel, en el Diario del Che, la encontramos en sus anotaciones del 10 de agosto de 1967, donde deja plasmado: “largo discurso de Fidel en que arremete contra los partidos tradicionales y, sobre todo, contra el venezolano16 ; parece que la bronca entre bastidores fue grande”. 17
CONCLUSIONES:
De la amistad y la admiración que Ernesto Che Guevara le profesaba a Fidel Castro18 hablan de forma elocuente varios de los documentos dejados por el Guerrillero Heroico. Cartas, frases y artículos denotan cuán profundo caló el Comandante en Jefe en aquel argentino, que con solo un encuentro se sintió identificado con el revolucionario cubano y sus ideas.
Sobre el surgimiento de esa amistad el Che diría en una ocasión: “Lo conocí en una de esas frías noches de México […] a las pocas horas de la misma noche de la madrugada era yo uno de los futuros expedicionarios […]”.19
Y no es casual entonces que en su carta de despedida, vuelva sobre ese recuerdo, pues marcó el inicio de una etapa vital en la lucha por la libertad de Cuba, de América; y también en la profundización y radicalización del pensamiento de ambos hombres.
Los días de preparación de la expedición del Granma, le permitieron al joven médico aquilatar las cualidades morales del líder cubano. Cuando la persecución a los revolucionarios de la Isla los alcanzó en tierras mexicanas y llevó a muchos a la prisión, la actitud de Fidel conmovió a todos.
“[…] Hubo quienes estuvieron en prisión 57 días […] con la amenaza perenne de la extradición […] pero en ningún momento perdimos nuestra confianza personal en Fidel Castro. Y es que Fidel tuvo algunos gestos que, casi podríamos decir, comprometía su actitud revolucionaria en pro de la amistad. Recuerdo que le expuse específicamente mi caso: un extranjero, ilegal en México, con toda una serie de cargos encima. Le dije que no debía de manera alguna, pararse por mí la Revolución, y que podía dejarme; que yo comprendía la situación y trataría de ir a pelear desde donde me lo mandaran y que el único esfuerzo debía hacerse para que me enviaran a un país cercano y no a la Argentina. También recuerdo la respuesta tajante de Fidel: “Yo no te abandono” […] Esas actitudes personales de Fidel con la gente que aprecia son la clave del fanatismo que crea a su alrededor […]”. 20
Y hay otro momento días después, que lo marca profundamente: El yate Granma ha zarpado y en medio de una noche tormentosa, un expedicionario cae al mar. Fidel ordena regresar y rescatar a su compañero. El hombre fue encontrado y el Granma continuó.
Fidel impresionó al Che como “un hombre extraordinario” 21, de esos que sin importar cuán imposibles son las cosas, las encara y las resuelve. Esa capacidad, su inteligencia y el humanismo que emanan de su persona, fueron las que hicieron que reconociera en él a un líder indiscutible.
“[…] Fidel es un hombre de tan enorme personalidad que en cualquier movimiento donde participe, debe llevar la conducción”, escribió en uno de sus artículos, donde también lo denomina como una “fuerza telúrica” y valora que “(…) El futuro colocará en su lugar exacto los méritos de nuestro primer ministro”.22
Porque para el Che, “[…] si nosotros estamos hoy aquí y la Revolución Cubana está aquí, es sencillamente porque Fidel entró primero en el Moncada, porque bajó primero del Granma, porque estuvo primero en la Sierra, porque fue a Playa Girón en un tanque, porque cuando había una inundación fue allá y hubo hasta pelea porque no lo dejaban entrar […], porque tiene como nadie en Cuba, la cualidad de tener todas las autoridades morales posibles para pedir cualquier sacrificio en nombre de la Revolución”. 23
En el Granma, los combates de la Sierra y la invasión; en los amenazantes días de Girón y la Crisis de Octubre; en la necesaria lucha por la sobrevivencia económica, por sacar adelante el país, el Che estuvo al lado de los cubanos, su sangre y su sudor construyeron también la Revolución y edificaron un nuevo país que hizo suyo y al cual amó entrañablemente.
También en esa cercanía, en ese amor, estuvo la mano de Fidel, el primero que lo hizo sentir cuán justa era la causa de la gente noble de esta tierra. De ello testimonia la carta de despedida que le dejara al Comandante en Jefe antes de ofrecer en otras partes del mundo, el concurso de sus modestos esfuerzos.
El 8 de octubre de 1967, el Che sigue al pie de la letra las enseñanzas del “Gigante”, como le llamara a Fidel, teniendo el firme convencimiento de que a los compañeros no se los abandona, en la última estocada decide quedarse con los heridos y no romper el cerco tendido por el ejército boliviano.
De seguro, instante ante de ser asesinado por sus captores, deben haberse hecho realidad sus palabras: “Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos”.24
Bibliografía consultada:
Anexo:
Carta del Che Guevara a Armando Hart Dávalos,
Dar-Es-Salaam, Tanzania (4/XII/1965)
Mi querido Secretario:
Te felicito por la oportunidad que te han dado de ser Dios; tienes 6 días para ello. Antes de que acabes y te sientes a descansar (...), quiero exponerte algunas ideíllas sobre la cultura de nuestra vanguardia y de nuestro pueblo en general.
En este largo período de vacaciones le metí la nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. Me encontré con la primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya que el partido lo hizo por ti y tú debes digerir. Como método, es lo más antimarxista, pero además suelen ser muy malos. La segunda, y no menos importante, fue mi desconocimiento del lenguaje filosófico (he luchado duramente con el maestro Hegel y en el primer round me dio dos caídas). Por eso hice un plan de estudio para mí que, creo, puede ser estudiado y mejorado mucho para constituir la base de una verdadera escuela de pensamiento; ya hemos hecho mucho, pero algún día tendremos también que pensar. El plan mío es de lecturas, naturalmente, pero puede adaptarse a publicaciones serias de la editora política.
Si le das un vistazo a sus publicaciones podrás ver la profusión de autores soviéticos y franceses que tiene.
Esto se debe a comodidad en la obtención de traducciones y a seguidismo ideológico. Así no se da cultura marxista al pueblo, a lo más, divulgación marxista, lo que es necesario, si la divulgación es buena (no es este el caso), pero insuficiente.
Mi plan es este:
I Clásicos filosóficos
II Grandes dialécticos y materialistas
III Filósofos modernos
IV Clásicos de la Economía y precursores
V Marx y el pensamiento marxista
VI Construcción socialista
VII Heterodoxos y Capitalistas
VIII Polémicas
Cada serie tiene independencia con respecto a la otra y se podría desarrollar así:
I).-Se toman los clásicos conocidos ya traducidos al español, agregándose un estudio preliminar serio de un filósofo, marxista si es posible, y un amplio vocabulario explicativo. Simultáneamente, se publica un diccionario de términos filosóficos y alguna historia de la filosofía. Tal vez pudiera ser Dennyk [Guevara se refiere a Dinnyk que dirigió una historia de la filosofía en cinco tomos] y la de Hegel. La publicación podría seguir cierto orden cronológico selectivo, vale decir, comenzar por un libro o dos de los más grandes pensadores y desarrollar la serie hasta acabarla en la época moderna, retornando al pasado con otros filósofos menos importantes y aumentando volúmenes de los más representativos, etc.
II).- Aquí se puede seguir el mismo método general, haciendo recopilaciones de algunos antiguos (Hace tiempo leí un estudio en que estaban Demócrito, Heráclito y Leucipo, hecho en la Argentina).
III).- Aquí se publicarían los más representativos filósofos modernos, acompañados de estudios serios y minuciosos de gente entendida (no tiene que ser cubana) con la correspondiente crítica cuando representen los puntos de vista idealistas.
V).- [En el original aparece el N°IV tachado y rectificado como V. La propia carta luego lo explica]. Se está realizando ya, pero sin orden ninguno y faltan obras fundamentales de Marx. Aquí sería necesario publicar las obras completas de Marx y Engels, Lenin, Stalin [subrayado por el Che en el original] y otros grandes marxistas. Nadie ha leído nada de Rosa Luxemburgo, por ejemplo, quien tiene errores en su crítica de Marx (tomo III) pero murió asesinada, y el instinto del imperialismo es superior al nuestro en estos aspectos. Faltan también pensadores marxistas que luego se salieron del carril, como Kautsky y Hilfering (no se escribe así) [el Che hace referencia al marxista austríaco Rudolf Hilferding] que hicieron aportes y muchos marxistas contemporáneos, no totalmente escolásticos.
VI).- Construcción socialista. Libros que traten de problemas concretos, no sólo de los actuales gobernantes, sino del pasado, haciendo averiguaciones serias sobre los aportes de filósofos y, sobre todo, economistas o estadistas.
VII).- Aquí vendrían los grandes revisionistas (si quieren pueden poner a Jruschov), bien analizados, más profundamente que ninguno, y debía estar tu amigo Trotsky, que existió y escribió, según parece.
Además, grandes teóricos del capitalismo como Marshal, Keynes, Schumpeter, etc. También analizados a fondo con la explicación de los porqué.
VIII).- Como su nombre lo indica, éste es el más polémico, pero el pensamiento marxista avanzó así. Proudhon escribió Filosofía de la miseria y se sabe que existe por la Miseria de la filosofía. Una edición crítica puede ayudar a comprender la época y el propio desarrollo de Marx, que no estaba completo aun. Están Robertus y Dürhing en esa época y luego los revisionistas y los grandes polémicos del año 20 en la URSS, quizás los más importantes para nosotros.
Ahora veo que me faltó uno, por lo que cambió el orden (estoy escribiendo a vuelapluma).
Sería el IV, Clásicos de la economía y precursores, donde estarían desde Adam Smith, los fisiócratas, etc.
Es un trabajo gigantesco, pero Cuba lo merece y creo que lo pudiera intentar. No te canso más con esta cháchara. Te escribí a ti porque mi conocimiento de los actuales responsables de la orientación ideológica es pobre y, tal vez, no fuera prudente hacerlo por otras consideraciones (no sólo la del seguidismo, que también cuenta).
Bueno, ilustre colega (por lo de filósofo), te deseo éxito.
Espero que nos veamos el séptimo día, Un abrazo a los abrazables, incluyéndome de pasada, a tu cara y belicosa amistad.
R. [Ramón]
Notas o referencias bibliográficas
*Profesor Auxiliar del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Empresariales y Administración de la Universidad de Holguín, Cuba. Graduado de Licenciatura en Filosofía en la Universidad Estatal de Leningrado (1983), hoy San Petersburgo.