Yamila Tamayo Rodríguez*
Universidad de Las Tunas, Cuba
yamilatr@ult.edu.cu
RESUMEN
El artículo hace referencia a una problemática en la enseñanza de la Historia en la Educación Secundaria Básica, referida al insuficiente empleo de las potencialidades educativas de los contenidos históricos para contribuir a la formación integral de la personalidad de los estudiantes, en este caso específicamente de la cultura de paz, la cual se analiza como un contenido histórico estructurante dentro del proceso. Es el resultado de investigaciones que se vienen generando en la Universidad de Las Tunas como resultados de proyectos relacionados con la enseñanza de la Historia en los diferentes niveles educacionales, parte de los referente teóricos desde la historiografía y la Didáctica de la Historia de la categoría cultura de paz y concluye con un aporte novedoso en la Educación Secundaria Básica.
Palabras claves: cultura de paz, enseñanza, aprendizaje, historia, estudiantes.
ABSTRACT
The article refers to a problem in the teaching of History in Basic Secondary Education, referred to the insufficient use of the educational potential of the historical contents to contribute to the integral formation of the personality of the students, in this case specifically of the culture of peace, which is analyzed as a structuring historical content within the process. It is the result of research that has been generated at the University of Las Tunas as a result of projects related to the teaching of history at different educational levels, part of the theoretical reference from the historiography and the didactics of the history of the culture category of peace and concludes with a novel contribution in Basic Secondary Education.
Key words: culture of peace, teaching, learning, history, students
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Yamila Tamayo Rodríguez (2018): “La enseñanza de la historia en función de la cultura de paz”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/06/ensenanza-historia-cultura.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1806ensenanza-historia-cultura
1. LA NECESIDAD DE DESARROLLAR LA CULTURA DE PAZ
La formación multilateral y armónica de la personalidad de los niños, adolescentes y jóvenes es el fin de la Educación cubana, para lograr este propósito se requiere desarrollar una educación integral entendida esta, como la formación multifacética y plena de la personalidad, que posibilite su preparación para enfrentar los retos de la vida en sociedad.
Esta preparación según el autor (Torroella 1993), se debe realizar en dos direcciones, la primera para la vida individual y la segunda para el aprendizaje básico que prepara para la vida social, lo cual consta a su vez de dos fases, la primera referida al proceso de socialización y la segunda a la promoción de la convivencia, la participación activa, cooperativa del individuo en las diferentes esferas de la sociedad, en esta preparación los docentes desempeñan un papel fundamental.
En Cuba desde los documentos normativos se hace un llamado al papel que le corresponde a la educación en la formación de niños, adolescentes y jóvenes, de igual manera se insiste en el mantenimiento de las relaciones de paz como principio máximo de las relaciones internacionales e interpersonales, pero a pesar de ello estudios realizados han demostrado la presencia de diversas manifestaciones de violencia psicológica que generan múltiples conflictos en las relaciones y predominio de comportamientos agresivos e irrespetuosos.
Así lo refieren también pedagogos dedicados a investigar el campo relacionado con la educación para la paz y los derechos humanos: “Si bien Cuba no se destaca en el mundo actual por sus altos niveles de violencia social, no puede dejarse de observar que las manifestaciones de violencia, en especial en las relaciones interpersonales, se han incrementado en los últimos años”. (Viciedo 2009: 3)
En este sentido se debe continuar perfeccionando la labor de los docentes al ser estos los encargados de lograr el fin de la Educación cubana. Para contribuir a este objetivo la Educación Secundaria Básica tiene como propósito: “…la formación básica e integral del adolescente cubano, sobre la base de una cultura general que le permita estar plenamente identificado con su nacionalidad y patriotismo…” (MINED 2007: 11)
En la base de esa formación básica e integral, la cultura de paz debe ser un elemento que caracterice el modo de actuación de los estudiantes de la Educación Secundaria Básica, para contrarrestar todas las manifestaciones de violencia y conductas inadecuadas que se observan en la actualidad.
Es una necesidad que el currículo de la Educación Secundaria Básica se comprometa en preparar a los estudiantes para la vida en sociedad. Los contenidos históricos que se imparten en este nivel educativo posibilitan que los estudiantes se apropien de conocimientos, habilidades y valores para respetar la diversidad. Es importante entonces, que los docentes de manera intencionada fortalezcan las relaciones de paz, elemento sin lograr aun, lo que constituye una limitación de las potencialidades educativas que posee la asignatura para contribuir a la educación integral de los estudiantes.
1.1. LA CULTURA DE PAZ: FUNDAMENTOS DESDE LA HISTORIOGRAFÍA Y LA DIDÁCTICA DE LA HISTORIA
Para que el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia cumpla con su rol, es necesario reconocer la relación que se establece entre la ciencia y la asignatura, así como las corrientes historiográficas y el impacto de las mismas en la Didáctica de la Historia. La Historia como ciencia, se define en el siglo XIX y a partir de entonces su objeto de estudio ha evolucionado bajo la influencia de las diferentes corrientes historiográficas que han prevalecido en determinados períodos históricos.
La autora (Álvarez, 2006:94) expone que el contenido de la Historia que enseñamos “depende la concepción historiográfica que asume el docente o (…) la que está incorporada al curriculum diseñado previamente por comisiones de especialistas”. Es por ello que se hace un breve esbozo de las principales corrientes historiográficas, su impacto en la enseñanza de la Historia y su influencia en la comprensión de la cultura de paz.
La corriente positivista se reconoce por una visión objetiva de los hechos, basada en la absolutización del documento histórico como fuente de veracidad, a partir de este precepto, no queda espacio para la subjetividad del historiador, su labor se limita a recopilar, ordenar y analizar datos centrados en aspectos político-militar-diplomáticos y en el papel de grandes personalidades.
Como resultado de esta visión, los temas en torno a las relaciones sociales, los conflictos, la violencia y la paz no fueron objeto de estudio. En lo relacionado con las guerras, el estudio se limitó al papel desempeñado por los grandes jefes militares y la paz se analizó como el fin de las hostilidades bélicas, aquí radica la limitación esencial de esta corriente en cuanto al estudio de la paz.
En contraposición a los criterios positivistas, el Marxismo ofrece una comprensión materialista que representó un referente revolucionario en la conformación del objeto de estudio de la Historia desde “la elaboración y fundamentación de una propuesta teórica coherente acerca de la evolución social a partir de una metodología globalizadora en la que intervienen todos los factores que componen la sociedad”. (Reyes et al, 2006: 21)
La concepción de Historia total defendida por el Marxismo, influye en que comiencen a ser tratadas aristas de la vida de hombres y mujeres en sociedad, la investigación histórica se orienta en torno a procesos económicos y sociales complejos, así como al estudio de las condiciones materiales de vida. Entre los aportes esenciales de la historiografía marxista que sirven de fundamentos a esta investigación se encuentran:
En correspondencia con lo anterior, el conflicto social se reconoce como aquella situación de disputa o divergencia en que hay una contraposición de intereses tangibles, necesidades o valores en pugna. (Galtung, 2003). En el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia se debe reflexionar que conflicto y violencia no son sinónimos por tanto lo importante no es que desaparezcan los conflictos sino que se encuentren soluciones, una de ellas puede ser el consenso.
Por otra parte la Escuela de los Annales plantea la necesidad de reconocer como objeto de estudio de la Historia “el hombre en sociedad”. (Reyes et al, 2006: 24). Esta corriente critica la Historia positivista y propone una Historia de contenido social en su conjunto, por lo que se le atribuye valor al estudio de temas relacionados con las relaciones sociales, los conflictos y las guerras, desde una perspectiva no solo político-militar, sino también económica y social, pero en su tercera fase de desarrollo los partidarios de esta corriente sufrieron una fragmentación que no se correspondía con la Historia global declarada en el objeto de estudio de la Historia.
Las anteriores corrientes historiográficas han sido las de mayor impacto en el desarrollo de la Historia como ciencia, no obstante por la necesidad de los historiadores de abordar temas que incluyeran aspectos marginados por las investigaciones históricas, surge la corriente historiográfica Historia social.
La Historia social, es entendida como “la historia de la sociedad sin dejar fuera ningún aspecto de la totalidad”. (Hobsbawm, 1998:23). Esta corriente surge por la necesidad de incluir en el estudio de la Historia todas las aristas de la sociedad, de esta forma, “recoge las relaciones humanas y económicas (…), la organización familiar y vida cotidiana, las condiciones de trabajo, el ocio, las actitudes de las personas con relación a la naturaleza y las influencias acumulativas de aspectos culturales como la arquitectura, la literatura, la música, el pensamiento económico y el desarrollo social”. (Sobejano, 1993: 6)
Si bien estas últimas corrientes historiográficas han impactado en la enseñanza de la Historia se debe plantear que en la realidad educativa se priorizan los aspectos políticos-militares en detrimento de los económicos, sociales y culturales, lo que ha provocado la preocupación de investigadores en Didáctica de la Historia, quienes han realizado aportes con el objetivo de lograr no solo la instrucción sino también la educación a través del proceso de enseñanza aprendizaje de la asignatura.
Es por ello que el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia debe vincularse a “situaciones valorativas y de ambientes sociales relacionados con actitudes xenófobas, nacionalismo exaltado, movimientos neofascistas, violencia escolar y de género, machismo implícito o explícito”, (Sobejano, 2004: 4), para lograr que los estudiantes se apropien de conocimientos, habilidades y valores que se traduzcan en un modo de actuación consecuente con la no violencia, el cuidado del medio ambiente, el rechazo a manifestaciones de discriminación por motivo de diferencia de razas, sexos, religión o condición social, para lograr la formación de un ciudadano comprometido con la sociedad a la cual pertenece.
La didacta (Sobejano, 2004), plantea que existen factores y premisas que actúan en cualquier decisión de enseñanza de la Historia, entre los más importantes se encuentran que la selección de contenidos, los procedimientos y las metodologías de enseñanza aprendizaje estén al servicio de la educación para la ciudadanía, que sirvan para “formar en el respeto a los derechos y libertades fundamentales en el ejercicio de la tolerancia (…) preparar a los alumnos para que participen en la vida social y cultural, formar para la paz, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos”. (Sobejano, 2004: 9).
En este sentido varios investigadores han reconocido las fortalezas de la Historia para desarrollar la cultura de paz. Giesecke (2000), hace referencia a la necesidad de ampliar el sentido de la reflexión histórica para contribuir a desarrollar actitudes de justicia, solidaridad y equidad como sustento de la cultura de paz; esta autora plantea dos sugerencias a tener en cuenta para lograr este empeño: "…la revisión de la historia para descubrir cómo contribuyó la gente en general con el desarrollo de sus culturas y la investigación de los actores o protagonistas no-militares para luego hacerlos modelos a ser imitados”. (Giesecke, 2000: 5).
Lo anterior significa que se profundice en la participación de todas las personas de diferentes clases sociales, etnias y religiones en la conformación de la cultura de los pueblos para conocer las raíces históricas y por tanto a través de los conocimientos históricos, analizar las diferencias entre los pueblos y sobre todo respetarlas, criterio que se comparte, pero se considera que la cultura de paz no debe quedarse a nivel de las relaciones entre países, sino que debe extenderse a las relaciones interpersonales de forma intencionada.
El autor (Quintero, 2002) hace alusión al proyecto: Historia de Nicaragua para Niños y Niñas, encargado de enseñar la Historia para el fomento de una cultura de paz. Este autor plantea como elemento importante de la cultura de paz la identidad nacional, idea que se asume pero, a partir del estudio de la historia familiar, local, comunitaria y nacional.
La autora (Pinto, 2007), apunta que constituye una necesidad generar una cultura de paz y para ello se debe construir o reconstruir la mirada que se tiene del otro y aboga por una enseñanza de la Historia que promueva el respeto a la diferencia. Se comparten los anteriores planteamientos, pero desde este artículo se insiste en que el desarrollo de la cultura de paz no debe limitarse a las relaciones entre naciones, como se refirió en párrafos anteriores, el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia debe posibilitar la comprensión de la paz en su sentido positivo que significa ser analizada “en las dimensiones individual y grupal, nacional e internacional”. (Torres, 2012: 15), (Viciedo, 2004: 28).
Es importante entonces que se vincule el aprendizaje histórico con la vida social, donde se analicen las dimensiones antes mencionadas, lo que en la actualidad constituye un problema reconocido por didactas de la Historia, en este sentido la autora (Álvarez, 2006: 65) refiere: “…otra dimensión del problema historia vs vida se da entre la desvinculación del aprendizaje histórico con la realidad social”.
Más adelante la autora advierte: “La sociedad necesita que el egresado de la escuela tenga una conducta democrática, respete la diversidad, practique la igualdad, no caiga en vicios, se incorpore activa y conscientemente a la producción; sepa cumplir las leyes y normas sociales y las obligaciones familiares, conscientemente; cuide y desarrolle el medio ambiente natural y social”. (Álvarez, 2006: 68).
La Historia debe aportar a la formación de ese ciudadano mediante el vínculo del contenido histórico con la vida cotidiana para, de esta forma, preparar a los estudiantes para la vida en sociedad. El proceso de enseñanza aprendizaje debe tener como centro la cultura de paz. En tal sentido se asume que: “Solo mediante la educación podremos edificar una paz duradera en la mente de los hombres y pasar así de una cultura de guerra a una cultura de paz”. (Reyes et al, 2013: 47).
Esto significa no reducir la historia a los hechos políticos-militares, para lo cual es necesario incluir temas que aborden la cultura, la economía, las artes, las ciencias, el patrimonio, el medio ambiente, entre otras aristas que posibiliten desarrollar la cultura de paz en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia.
En tal sentido se asume la enseñanza de la Historia social integral reconocida como “una concepción didáctica que refleja la diversidad de elementos de la vida social marcada por la dialéctica pasado-presente-futuro que se manifiesta en todos los niveles: personal, familiar, comunitario nacional y universal a partir de los conocimientos históricos, los intereses del alumno y las potencialidades del medio social, lo que posibilita el desarrollo integral en el escolar, expresado en el aprendizaje de saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales, que forman su pensamiento histórico y la capacidad para actuar en el contexto social” (Reyes, 1999: 50). Lo anterior devela el valor del principio de la Didáctica de la Historia referido a la relación de la historia personal, familiar, local, nacional y universal.
2. TALLERES Y MICROINVESTIGACIONES PARA DESARROLLAR LA CULTURA DE PAZ EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE DE LA HISTORIA
Se realizaron varios talleres con los estudiantes que contaron con tres momentos: en el primero se prepararon para la investigación sobre el concepto cultura de paz, para ello se partió del contexto familiar, con el objetivo de relacionar la historia familiar, en este momento el estudiante de manera individual se preparó; la exposición oral se potenció, lo que favoreció la toma de partido ante determinadas situaciones, además de escuchar los criterios de los compañeros en un clima democrático.
En el segundo momento los estudiantes trabajaron en equipo con el objetivo de investigar sobre conflictos sociales que se evidencian en la comunidad, así como la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, aquí desarrollaron también la búsqueda de información, interpretación de los resultados, valoraciones desde sus puntos de vista de la importancia de lo que aprenden. Posteriormente los estudiantes integraron lo aprendido y sacaron lecturas para la vida en familia y sociedad. Se desarrollaron estrategias de búsqueda y trabajo con fuentes, interpretación de los resultados, comparación y valoración de situaciones.
Los estudiantes comenzaron las microinvestigaciones sobre la cultura de paz en la familia, para conceptualizar la violencia-entendimiento humano y el conflicto-consenso. El desarrollo de las microinvestigaciones en el contexto familiar tuvo como objetivo esencial, además de la contextualización de los conceptos antes referidos, favorecer el desarrollo de valores como: la equidad, la tolerancia y la democracia.
La orientación de las microinvestigaciones se realizó en el primer taller de preparación con los estudiantes. Se comenzó por analizar qué es la familia y qué rol desempeña en la sociedad. Para ello se partió de una cita de José Martí: “El que ha andado la vida, y visto reyes, sabe que no hay mejor palacio que la casa de familia…”
La docente contextualiza la cita extraída de una crónica escrita por José Martí en el periódico Patria el 29 de abril de 1893 que se titula El álbum de Clemencia Gómez, en la cual describe su primera visita a la casa de Máximo Gómez y Bernarda Toro en República Dominicana, a fin de dialogar con el Generalísimo sobre la guerra que organizaba el Partido Revolucionario Cubano. El Maestro, conmovido, da a conocer el hogar “de amor doméstico y sacrificio natural”, en que vivían los Gómez Toro. De esta se manera realiza la introducción para orientar las microinvestigaciones en la familia y la comunidad:
Actividades a realizar en la microinvestigación sobre la cultura de paz en la familia:
Actividades a realizar en la microinvestigación sobre la cultura de paz en la comunidad:
Ubicación geográfica (se sugiere elaborar un mapa del municipio para ubicarla).
Año o período de fundación e historia de las personas que se fueron ubicando en esa comunidad.
Se explicó a los estudiantes cómo debían proceder para obtener la información que se les solicitaba y el tiempo con que contaban para realizar las microinvestigaciones. Como resumen de la actividad, se debe precisar, que aunque algunos de los miembros del grupo se mostraron pasivos y poco comunicativos, la mayoría se sintió motivada por investigar el tipo de familia a la cual pertenecía y la breve historia del surgimiento de su comunidad.
En la selección de los aspectos para la realización de la microinvestigación se comprobó la poca práctica que poseían los estudiantes para realizar este tipo de actividades, por lo que hubo que orientarlos constantemente. En la medida en que avanzaban en las microinvestigaciones realizadas en la comunidad se observaron algunos progresos relacionados con la independencia cognoscitiva.
En el taller de comprobación de la actividad se constató poco avance, por lo que se decidió ofrecer mayor tiempo para que se prepararan con calidad. Los estudiantes se mostraron motivados y continuaron buscando información, la procesaron, elaboraron informes, los expusieron, se reunieron en equipos y socializaron constantemente lo aprendido en los talleres, aunque se debe señalar que se presentaron problemas en el momento de la exposición de la actividad porque algunos sentían desconfianza al exponer, por temor a las burlas de otros compañeros del grupo y por revelar determinadas situaciones que se evidencian en sus familias y comunidades donde primaba la violencia.
Entre los temas que se debatieron estuvo la relación entre sus padres, la relación con los hermanos mayores y menores. Se debe referir que fue un instante muy emotivo porque muchos hicieron referencia a la necesidad de que se escucharan sus criterios en la toma de decisiones familiares. No todos los estudiantes se sintieron interesados en exponer sus investigaciones y se apreció además, cierta dependencia en la exposición de los informes, algunos lograron hacerlo con mayor independencia, y otros no ordenaron de forma lógica sus actividades.
El empleo del trabajo independiente como método esencial favoreció que los estudiantes desarrollaran procedimientos como la búsqueda y fichaje del libro de texto y otras bibliografías de ampliación, además de materiales que se pusieron a su disposición, otro de los procedimientos fue la elaboración de resúmenes y exposición de los mismos, así como la realización de debates para escuchar los criterios de sus compañeros sobre los temas a investigar.
A continuación se ejemplifica con trabajos independientes que se orientaron con el objetivo de comenzar a desarrollar la cultura de paz en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia
Unidad 1: Cuba: los antecedentes de la nación y la nacionalidad cubanas.
Tema: Situación de Cuba y la localidad ante el estallido de la guerra de los Diez Años.
Actividades:
Se debe referir que debido a que fue el primer trabajo independiente que realizaron los estudiantes, no todos participaron de forma activa, pero se pudo establecer un diálogo por parte de la docente y algunos de los que se mostraron más interesados. En la medida en que fueron respondiendo las interrogantes se pudo apreciar que el interés aumentaba. Los estudiantes lograron identificar contradicciones no solo económicas y políticas, sino también sociales, culturales y religiosas. Lograron poner ejemplos de la situación de las mujeres provenientes de las diferentes clases sociales.
Se reflexionó cómo en la actualidad todavía quedan criterios a nivel de sociedad de que las mujeres son más débiles que los hombres, que incluso esos criterios vienen de las propias mujeres, así como que los negros tienen menor coeficiente de inteligencia y se dedican a actividades ilegales. Estos juicios son errados. Estos aspectos le sirvieron para sacar experiencias para la vida personal, familiar y comunitaria.
Sobre la esclavitud, la mayoría expresó no estar de acuerdo con que seres humanos fueran tratados de esa manera, entre otros elementos que apuntan al desarrollo de valores humanos como la solidaridad y la equidad. Es importante señalar que se mostraron motivados con la pregunta referida a la localidad, a saber cuál era situación local en ese período, a cómo vivían las mujeres, y a cómo se manifestaban las contradicciones que se daban a nivel de la isla. Para ellos resultó muy interesante esa relación entre lo general y lo particular.
Los estudiantes refirieron que la lucha armada constituyó una necesidad para librarse del colonialismo porque durante los primeros años del siglo se habían tratado de solucionar las contradicciones por diferentes vías y no habían sido resueltas. Mediante actividades como estas los estudiantes comprendieron que la guerra debe ser la última acción para resolver un conflicto por los daños que provocan al medioambiente, a la cultura y al género humano.
Unidad 2 referida a las luchas por la independencia y la formación de la nación:
Temática 2.5: José Martí y su pensamiento humanista.
Objetivo: explicar la esencia humanista y democrática del pensamiento martiano a través de su concepción de guerra necesaria.
Lectura de un fragmento de la circular “Política de guerra”, redactada por José Martí.
“Se le responderá con energía a las ideas, pero no se lastimará a las personas, a fin de tenerle abierto el camino hacia la revolución. A los prisioneros en términos de prudencia se les devolverá vivos y agradecidos mostrándoles compasión verdadera. En nuestras fuerzas se fomentará la disciplina estricta y el decoro de hombres que son los que dan fuerza y razón al soldado de la libertad para pelear. Explicar en arengas y conversaciones el espíritu fraternal de la guerra, los beneficios que de ella se obtendrán con la independencia. Se respetarán las propiedades de quienes nos respeten, solo se destruirán las que sirvan o asilen al enemigo. La benevolencia y el rigor dependerán del curso de la guerra” (Martí, 1975: 315).
Después de la lectura de este fragmento se les formularon las siguientes preguntas a los estudiantes:
Los estudiantes a través de estas actividades arribaron a la conclusión referida a que de la misma forma que aprenden del pensamiento de los héroes de la patria, les sirve para sus relaciones con las demás personas al tener en cuenta los criterios martianos sobre las características de la guerra necesaria. Los estudiantes expusieron sus puntos de vistas sobre la concepción martiana y a su vez reflexionaron sobre las relaciones entre los miembros del grupo.
Este contenido también favoreció que se establecieran relaciones con situaciones de conflictos actuales, que suceden en diferentes partes del mundo donde la falta de tolerancia ha provocado daños irreparables para la vida de las personas; pero las reflexiones más valiosas estuvieron encaminadas a la necesidad de defender sus criterios sin imposición y sin llegar a la violencia.
Otro de los momentos importantes fue la realización del Proyecto “Los conflictos sociales: manifestaciones y soluciones”. Los estudiantes tuvieron un período de tiempo de dos meses para preparar la presentación del proyecto, durante ese tiempo se les orientaron las siguientes actividades:
Se dividió el aula en tres equipos, un equipo investigaría sobre un conflicto internacional que consideraran de los más importantes del momento, el segundo equipo sobre un conflicto ya estudiado en la Historia de Cuba y el tercer equipo sobre un conflicto personal o familiar que afecte la convivencia humana. Se les aclaró que no era necesario develar a qué estudiante, ni a qué familia pertenecía el conflicto.
Se les orientó: Imagina que vas a participar en un Congreso estudiantil y debes presentar una ponencia relacionada con el conflicto que le correspondió al equipo. Mientras se orientaba la actividad no emitieron muchos criterios pero sí estuvieron muy atentos a lo que se explicaba y prestos a escribir los mínimos detalles de lo que se indicaba. Luego en espacios no aúlicos manifestaron que había sido de mucha satisfacción que se les orientara este tipo de actividad.
El primer equipo eligió el conflicto en Venezuela a partir de los sucesos ocurridos desde enero del 2013 y muchos tenían familiares cumpliendo colaboración en el hermano país. El segundo equipo escogió para elaborar la ponencia el conflicto Estados Unidos-Cuba que se inició su estudio en clases y el tercer equipo el divorcio en la familia cubana actual.
El despliegue de la actividad contó con dos sesiones de exposición, en la primera se debatió acerca de las definiciones de los conceptos: conflicto, violencia, entendimiento humano, consenso, paz, tolerancia, equidad, democracia. En el segundo momento dieron los criterios de cómo estos conceptos se evidenciaban en sus comportamientos, en los diferentes contextos. Sobre todo hicieron referencia a la tolerancia como elemento que debe distinguir a las relaciones entre los compañeros del grupo, en la familia, la necesidad de que se tengan en cuenta sus criterios en la familia a la hora de tomar decisiones importantes. Criticaron la forma con que algunos adultos se manifiestan acerca de los gustos de los adolescentes, como es el caso de la música, la forma de vestir, de peinarse, entre otros aspectos.
2.1 CONCLUSIONES PARCIALES DE LA IMPLEMENTACIÓN DE LOS TALLERES Y MICROINVESTIGACIONES
De manera general con la realización de estos talleres y microinvestigaciones se unificaron criterios en torno a que la violencia solo genera violencia y que la forma de solucionar los conflictos debe ser diferente, sobre todo lograr el entendimiento humano, así como el diálogo y la mediación como elementos que favorecen la solución no violenta. El trabajo en equipo favoreció las relaciones interpersonales entre el grupo y principalmente entre los estudiantes de diferentes sexos y mayor respeto hacia los docentes.
La puesta en práctica de los talleres y microinvestigaciones para el tratamiento didáctico de la cultura de paz en una Secundaria Básica de Las Tunas, reveló el acertado camino seguido para que, desde el protagonismo compartido de estudiantes, docentes y grupo, se logre elevar el dominio de los contenidos históricos, la comprensión de la paz como una cualidad importante de las relaciones sociales que impacta en el modo de actuación favorable de los estudiantes en el contexto escolar, familiar y comunitario y su adecuada inserción en la actividad social.
BIBLIOGRAFIA