Guadalupe del Rosario Bravo Cedeño*
Stefanía Dolores Robles Briones **
Marlene Ruth Loor Rivadeneira ***
Universidad Técnica de Manabí. Ecuador
grbravo@utm.edu.ecResume
El divorcio o la separación de los padres, es una situación difícil de afrontar, puede producir malestar y frustración para sus seres queridos, especialmente para los hijos, situación que puede traer consecuencias negativas para los más vulnerables como son los niños y adolescentes, esto debido a que son meramente seres pasivos que se convierten en víctimas por esta situación problémica que enfrentan sus progenitores y que en muchas de las ocasiones no es nada apropiada para su desarrollo psicosocial. El presente estudio tiene como objetivo conocer si el divorcio de los padres es un agente que tiene consecuencias psicosociales en los adolescentes del Décimo Año en la Unidad Educativa Milenio Olmedo, periodo 2016 – 2017; siendo necesario, definir a profundidad y con criterio la temática expuesta, donde se muestra la importancia de conocer el comportamiento de los adolescentes por el sentimiento de separación de sus padres. La metodología está dada a través de un estudio descriptivo, empleando el método de análisis documental para indagar y establecer la bibliografía utilizada en la fundamentación de las variables de investigación. Como resultado se pudo dar respuesta a las consecuencias que pueden tener los hijos durante la etapa de la adolescencia, dando como conclusión que muchos hijos presentan desórdenes conductuales y trastornos emocionales, sensaciones de ira, resentimiento, ansiedad, junto con la aprensión y confusión por el cambio de relaciones con los padres. Los resultados obtenidos permiten sugerir el desarrollo de talleres a los padres y estudiantes involucrados en esta realidad social, para a través de este lograr que los adolescentes mejoren su conducta social.
Palabras clave: Divorcio, problemas psicosociales, trastornos emocionales, adolescentes, padres.
Abstract
Divorce or separation from parents is a difficult situation to face, it can produce discomfort and frustration for their loved ones, especially for their children, a situation that can have negative consequences for the most vulnerable, such as children and adolescents, that they are merely passive beings who become victims because of this problematic situation their parents face and that in many cases is not appropriate for their psychosocial development. The present study has as objective to know if the divorce of the parents is an agent that has psychosocial consequences in the adolescents of the Tenth Year in the Educational Unit Milenio Olmedo, period 2016-2017; being necessary, to define in depth and with criterion the subject exposed, which shows the importance of knowing the behavior of adolescents by the feeling of separation from their parents. The methodology is given through a descriptive study, using the method of documentary analysis to investigate and establish the bibliography used in the foundation of the research variables. As a result it was possible to respond to the consequences that children may have during the adolescence stage, concluding that many children have behavioral disorders and emotional disorders, feelings of anger, resentment, anxiety, along with apprehension and confusion by the change of relationships with parents. The results obtained allow us to suggest the development of workshops for parents and students involved in this social reality, in order to achieve that adolescents improve their social behavior.
Keywords: Divorce, psychosocial problems, emotional disorders, adolescents, parents.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Guadalupe del Rosario Bravo Cedeño, Stefanía Dolores Robles Briones y Marlene Ruth Loor Rivadeneira (2018): “El divorcio de los padres de los adolescentes del décimo año y las consecuencias psicosociales en la Unidad Educativa Milenio Olmedo, periodo 2016 – 2017”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (marzo 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/caribe/2018/03/divorcio-padres-consecuencias.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1803divorcio-padres-consecuencias
Introducción
Una de las mayores transformaciones que se experimentan en la vida familiar, es precisamente el aumento de la frecuencia de las separaciones matrimoniales. Si bien el divorcio no significa lo mismo que la separación matrimonial, ambas se utilizan con frecuencia indistintamente, para significar el fin de la vida como pareja dentro de un hogar. El divorcio no sólo es un fenómeno sociológico y demográfico, es considerado un proceso psicológico potente, con implicaciones profundas en la vida de las personas. Según la disposición civil de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, “el divorcio es la disolución jurídica definitiva de un matrimonio, lo que deviene de la separación del marido y la mujer misma que confiere a las partes el derecho a contraer nupcias nuevamente” (INEGI, 2006).
Desde la representación sociológica, la separación constituye un fenómeno social y demográfico caracterizado por el incremento de las rupturas conyugales; fundamentalmente por la formalización legal de la disolución del matrimonio. A nivel micro social, “el divorcio constituye un proceso de ruptura y transformación familiar, caracterizado por su heterogeneidad, mismo que conlleva principalmente a la formación de familias reconstruidas y de tipo monoparental”. (INEGI, 2000), (Poxtan, 2010). Además, es un indicador del incremento de tensiones, ambivalencias y desigualdad al interior de las parejas, así como del cambio de expectativas sobre el matrimonio.
Las cifras de divorcio a nivel de Latinoamérica están aumentando en casi todos los países, en cuanto a Latinoamérica, el país con menos divorcios (de todo el mundo) es Chile (3%), mientras que en Ecuador el porcentaje de divorcios llega al 20%, en Guatemala al 5 %, en México al 15 %, en Panamá al 27 %, en Brasil al 21% y en Venezuela al 27%. (El-Economista, 2014)
Entre el 2.006 y 2.016, los divorcios se incrementaron en un 83,45 % al pasar de 13.981 a 25.468, mientras los matrimonios cayeron un 22,01% al registrar 74.036 nupcias en el 2006 frente a 57.738 del 2016, según los últimos datos del Anuario de Estadísticas Vitales: Matrimonios y Divorcios, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos INEC. Según datos de este registro administrativo, las principales causas del divorcio en 2016 fueron: por mutuo acuerdo con 15.995 casos, seguido de abandono voluntario e injustificado del otro con 8.157 casos e injurias graves o actitud hostil con 895 casos. Esta publicación anual presenta que los matrimonios que terminaron en divorcios en el 2016 tuvieron una duración promedio de 15 años. En el 2006 el promedio era de 13 años. (INEC, 2017).
En la provincia de Manabí, en el año 2015 se registraron 3.917 matrimonios, registrándose para este mismo año un total de 1.763 divorcios, en comparación con los 5186 realizados en el año 2.006 teniendo un total de 1.033 divorcios. (INEC, 2016). Estas cifras indican la forma alarmante en la que se están produciendo las disoluciones conyugales. Ante lo expuesto, el objetivo de este estudio es conocer si el divorcio de los padres es un agente que tiene consecuencias psicosociales en los adolescentes del Décimo Año en la Unidad Educativa Milenio Olmedo., periodo 2016 – 2017, y a través de este, introducir al lector sobre la importancia de este tema y cómo influye en el desarrollo psicosocial de los niños y adolescentes.
Desde esta mirada se realizó un estudio en la institución educativa, con lo cual se pudo conocer que existe un elevado índice de divorcio de los padres de familia, por lo que es importante analizar este fenómeno desde un enfoque macro social, el cual se encuentra asociado con la transformación social y demográfica. “A nivel micro social, el divorcio constituye un proceso de ruptura y transformación familiar, caracterizado por su heterogeneidad, mismo que conlleva principalmente a la formación de familias reconstruidas y de tipo monoparental” (INEGI, 2000). De acuerdo a los resultados encontrados, se considera oportuno sugerir que se desarrollen talleres a los padres y estudiantes involucrados en esta realidad social, para lograr que los adolescentes mejoren su conducta social.
Metodología
El abordaje metodológico de esta indagación se lo realizó para dar cumplimiento al objetivo de conocer si el divorcio de los padres es un agente que tiene consecuencias psicosociales en los adolescentes del Décimo Año en la Unidad Educativa Milenio Olmedo, periodo 2016 – 2017; considerando oportuno efectuar un estudio con una perspectiva no experimental, transaccional de corte descriptivo, por medio de lo cual se pudo examinar la temática expuesta, habiendo la necesidad de consultar los elementos teóricos conceptuales del tema. Se aplicó el método histórico lógico para la exposición discursiva de las ideas; así como, el método del análisis documental para realizar los aportes y criterios de los diferentes autores, tomando en consideración obras impresas y digitales procedentes del ambiente web. El procedimiento para la recolección de información consistió en realizar cuestionarios de encuesta a 28 estudiantes hijos de padres divorciados y docentes de la unidad educativa.
En el presente estudio se hace una revisión de las conceptualizaciones, primeramente del matrimonio, conocido como la unión entre un hombre y una mujer, mismos que hacen un fiel compromiso de vivir juntos, a través de un acto constitutivo de la parte conductual en plenitud mediante la generación del proceso reproductivo y crianza conjunta de sus hijos, de tal forma que se unen como una sola unidad reproductiva para conformar una familia. De este modo, el “El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, el cual se fundará en el libre consentimiento de las personas contrayentes y en la igualdad de sus derechos, obligaciones y capacidad legal” (Ecuador, 2008).
El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros, reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por costumbres y tradiciones. En segundo lugar, el matrimonio es una institución fundacional, como se ha visto que fue la primera en ser instituida formalmente como una esfera de la sociedad humana; es decir, la sociedad misma en todas sus formas depende básicamente del matrimonio. El matrimonio establece entre los cónyuges y las familias de origen, una gama de obligaciones y derechos que varían dependiendo de cada sociedad.
En este apartado, no se va a considerar el matrimonio en profundidad, sino sólo los aspectos del tema que son absolutamente esenciales para conseguir una posición referente para tratar sobre el divorcio y el nuevo casamiento. En donde el divorcio como tal, es el proceso que da por término a la unión matrimonial, acción que rompe con este vínculo para dejar en libertad a los cónyuges para que puedan contraer otro matrimonio si así lo desean. El divorcio “Es la disolución del vínculo matrimonial a petición de un cónyuge, decretada por una autoridad judicial competente y en base a causa expresamente señalada en la Ley” (Diccionario-Jurídico-Mexicano, 1997, pág. 156). Es decir, el divorcio “disuelve el vínculo matrimonial y deja a los cónyuges en aptitud para contraer nuevo matrimonio, salvo las limitaciones establecidas en este Código. No podrá contraer matrimonio, dentro del año siguiente a la fecha en que se ejecutorió la sentencia, quien fuere el actor en el juicio de divorcio, si el fallo se produjo en rebeldía del cónyuge demandado. (Código-Civil, 2009).
Esta disolución conyugal se entiende como ruptura que se da en la convivencia de estos, donde uno de los dos alude a la posibilidad de poner fin a la vida matrimonial. Tanto el derecho canónico como el civil, después de establecer formas de convivencia y de perpetuación entre un hombre y una mujer para unirlos en matrimonio, han determinado la forma de corregir los efectos de los errores al celebrarlo o de la equivocada manera de intentar cumplir los objetivos de esta unión de hecho. “El divorcio es un mal social que se ha adoptado como remedio para evitar problemas, a veces de trascendencia; se dice que es un mal, pero un mal necesario; lo ideal sería que no se dé, pero para ello habría que evitar las causas que lo justifican”. (Rodríguez, 2003)
El deseo de disolver el vínculo matrimonial se da por diversos intereses que se ponen en juego, como son un hogar tranquilo, la educación y el ejemplo a los hijos, la paz y tranquilidad social, entre otros aspectos que se tornan saludable para todos los involucrados; pero por razones que a continuación se expresarán se ha tenido que adoptar el divorcio y la nulidad del matrimonio, a la larga estos se consideran males menores que mantener un vínculo matrimonial dañino para los esposos, para sus hijos, la familia y para la sociedad en general.
El incremento de los divorcios a nivel del mundo, es ya una tendencia que se ha venido observando de forma indiscriminada en los últimos años, lo que demanda un acuerdo entre los cónyuges. Por ello, es necesario, para encauzar de forma correcta este tema, tomar en cuenta varios factores que por lo general están presentes para que se dé un proceso de divorcio, siendo las causas las primeras que estarán para ser analizadas, para saber de qué situación se parte para llevar a efecto el trámite de separación, de dónde se obtienen los datos para concluir sobre repercusiones psicopatológicas y epistemológico con el que se observa e interpreta la realidad de la ruptura conyugal. Las causas que con más frecuencia se aducen como motivo de separación o divorcio, se concretan en las siguientes:
Los miembros, suelen hacer siempre un balance positivo de la ruptura en el aspecto relacional, en el sentido de que se prevé que saldrá beneficiado al romper la relación. Suele ser el punto clave de la separación conyugal. Los otros aspectos actúan más de mediadores que de determinantes, pero indudablemente refuerzan o frenan el tomar la iniciativa de la separación. Así, se podría decir que la situación previa a la separación/divorcio es fundamentalmente positiva, negativa o más ambivalente, en función de los factores señalados. En síntesis se podría describir la situación de la cual se parte para dar inicio a la ruptura de un matrimonio:
Las causas más frecuentes que dan paso al proceso de divorcio son: problemas de convivencia de la pareja, escasa comunicación, falta de conocimiento sobre la pareja, búsqueda de satisfacción individual exclusivamente, cerrarse en ellos mismos, falta de adaptación, falta de proyección social, creencias religiosas y políticas, machismo, factores económicos, factores relacionados con la familia extensa, cambio de roles sexuales y parentales, consumo de sustancias psicotrópicas, atracción sexual disminuida, elección de otra pareja, maltrato, celos, abandono de la casa, extrema relación con los padres, la economía.
Un sin número de parejas atraviesan por situaciones inesperadas como el divorcio, que en muchas de las ocasiones llega de sorpresa, causando dolor y sufrimiento principalmente en los hijos quienes son los protagonistas principales en este drama de la vida familiar. Ningún matrimonio está exento de estos problemas, debido a que se pueden presentar en cualquier momento de la vida. El divorcio en la actualidad ya forma parte de la cultura de muchos países, por lo que muchas personas involucradas en este proceso, deben hacer cambios en sus vidas principalmente para evitar los trastornos psicopatológicos, ya que muchos estudios afirman que la mayor parte de estos tienen repercusiones negativas en la pareja y en los hijos, causando dolor de cabeza, mareos, dificultades respiratorias, problemas cardiacos, entre otros cuadros que se presentan cuando los niveles de tensión son muy agudos y que son consecuencias de una situación familiar como el divorcio y están sujetos a polémicas, estos síntomas son la expresión física de las dificultades emocionales que padecen las parejas que ya están en conflicto.
Ante esta situación es preciso enfocar correctamente este tema, tomando en cuenta varios factores que siempre están presentes en un proceso de divorcio y haciendo conciencia que desde ese momento habrá cambios en la vida de cada uno de los miembros de la familia. El individuo forja la personalidad en el seno familiar y cuando se produce ruptura conyugal en dicho entorno, los niños y adolescentes pierden sus marcos de referencia; por lo tanto, la decisión de divorciarse pone en marcha una serie de sucesos que se dan a medida que pasa el tiempo. Las alternativas que se tomen durante este periodo afectan de forma significativa a los hijos, quienes desarrollarán algunas dificultades limitantes o significativas en su desarrollo psicosocial.
Esta situación se torna difícil, sin embargo los problemas comienzan a disolverse en la medida en que los padres ganan nuevamente su propia estabilidad emocional y provean más apoyo y cuidado a sus hijos. Por esta razón, los padres deben recordar el ser padres por sobre todas las cosas, con respecto a los niños antes, durante, y después de la terminación conyugal. “Dentro de los discursos surgidos en torno al divorcio, aparece como punto de apelación la calidad de vida de los hijos, luego de una ruptura matrimonial, algunos dirán que el divorcio necesariamente perjudicará la estabilidad emocional de los niños” (Fagan, 2004). Otros suponen que éste, al contrario, puede ser la solución a situaciones familiares discrepantes y conflictivas tristes, devolviendo la tranquilidad a los hijos, que en muchos de los casos son ellos los que piden tranquilidad, por estar cansado de ver enfrentamientos entre sus padres.
El debate en torno al divorcio y las consecuencias psicológicas que trae a los hijos y a la sociedad que se tiene que enfrentar a la lucha por lograr la estabilidad familiar; es también importante el sentir y el percibir de los niños, niñas y adolescentes frente a una realidad conflictiva por la que tienen que atravesar y que se puede repetir en el futuro como parejas y padres. Al estudiar los efectos del divorcio en los hijos es difícil determinar si es el propio divorcio lo que les afecta o una serie de factores sociales que acompañan muy frecuentemente a la separación de las parejas. De acuerdo a Kalter (1989), entre los factores sociales destacan:
Ser un hijo de padres divorciados en los actuales momentos se está convirtiendo en algo común, sin embargo, esto sigue provocando un trauma para los niños y adolescentes que experimentan esta situación y sus estragos, debido a que este acontecimiento genera en ellos un proceso de duelo o perdida que conlleva sufrimiento, baja autoestima, conflictos y mezcla de emociones, identidad personal y familiar del cual en muchos de los casos se ven obligados a superar de forma individual, otros en cambio, presentan déficit de atención, problemas de comportamiento, bajo rendimiento académico, sentimientos de culta, entre otros problemas que los llevan a caer en el consumo de drogas, actividad sexual precoz, estrés, depresión, ansiedad entre otros.
Se considera factor de riesgo a la característica o cualidad de una persona o comunidad que se sabe va unida a una mayor probabilidad de daño a la salud física y mental de las personas. En este caso, las separaciones y los divorcios, son una situación en progresión creciente, que se da como un fenómeno psicosocial de primera magnitud, susceptible a la influencia de las costumbres y cambios legales, y que tienen sus consecuencias en lo correspondiente a los problemas sicosociales de sus hijos, dado por el resultado de un largo proceso de deterioro de la relación matrimonial en la familia, iniciado muchos años antes de la separación y que, por lo doloroso que representa en la vida del niño, tiene claras repercusiones en su futuro como adolescente y adulto. Por todo ello, se cree de importancia hacer un análisis de los factores psicosociales de riesgo en la adolescencia; para esto se considera como principales factores de riesgo psicológicos:
a) Sobreprotección: Se puede manifestar de una manera ansiosa (al crear sentimientos de culpa en el adolescente) o de una manera autoritaria (al provocar rebeldía y desobediencia).
b) Autoritarismo: Limita la necesidad de independencia del adolescente y mutila el libre desarrollo de su personalidad, para provocar como respuesta en la mayoría de los casos, rebeldía y enfrentamientos con la figura autoritaria y pérdida de la comunicación con los padres.
c) Agresión: Tanto física como verbal, menoscaba la integridad del adolescente, su autoimagen y dificulta en gran medida la comunicación familiar.
d) Permisividad: Esta tendencia educativa propicia la adopción de conductas inadecuadas en los adolescentes por carencia de límites claros.
e) Autoridad dividida: Este tipo de educación no permite claridad en las normas y reglas de comportamiento, y provoca la desmoralización de las figuras familiares responsables de su educación.
3. Ambiente frustrante. Cuando el adolescente no encuentra adecuadas manifestaciones de afecto, cuando hay censura inmotivada y frecuente hacia su persona, cuando se reciben constantes amenazas, castigos e intromisiones en su vida privada y cuando se aprecia un desentendimiento y alejamiento de las problemáticas que presenta. (Arce, 1995)
4. Sexualidad mal orientada. Cuando por la presencia de prejuicios en relación con los temas sexuales, la comunicación en esta esfera queda restringida y el adolescente busca por otros medios, no siempre los idóneos, sus propias respuestas e informaciones o en muchos casos mantiene grandes lagunas que le acarrean grandes problemas por el desconocimiento, la desinformación y la formación de juicios erróneos en relación con la sexualidad. (Neninger, 1999)
Como principales factores de riesgo social parar los niños y adolescentes, se tienen:
1. Inadecuado ambiente familiar. Cuando la familia es disfuncional, no cumple sus funciones básicas y no quedan claras las reglas y roles familiar se dificulta el libre y sano desarrollo de la personalidad del adolescente. Es necesario que exista un soporte familiar abierto, capaz de asimilar los cambios requeridos para la individualización del adolescente. (Arce, 1995)
2. Pertenencia a grupos antisociales. Este factor tiene como causa fundamental la satisfacción de la necesidad de autoafirmación y la necesidad del seguimiento del código grupal. Por lo general cuando los adolescentes no encuentran una vía adecuada de autoafirmación tratan de buscarla en este tipo de grupo donde fácilmente la encuentran, con el reconocimiento grupal ante la imitación de sus patrones inadecuados.
3. La promiscuidad. Es un factor de riesgo social que no sólo puede ser motivo de embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual, sino que también propicia una autovaloración y autoestima negativas que puede deformar la personalidad del adolescente. (Neninger, 1999)
4. Abandono escolar y laboral. Este hecho provoca que el adolescente se halle desvinculado de la sociedad, y no encuentre la posibilidad de una autoafirmación positiva, al disminuir las posibilidades de comprobar sus destrezas para enfrentar los problemas y asumir responsabilidades, lo cual resquebraja su autoestima, la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de desarrollo social. (Larso, 1988)
5. Bajo nivel escolar, cultural y económico. Estos son elementos considerados como protectores del desarrollo y la salud y el hecho de presentar un déficit en ellos le impide al adolescente un enfrentamiento adecuado a las situaciones de conflicto. (Rutter, 1987)
La salud mental de los niños, las niñas y los adolescentes que provienen de familias nucleares presentan una elevación del riesgo de presentar problemas académicos moderados o severos; sin embargo, en los casos de padres separados, es 1.69 veces mayor con respecto a los hijos de familias nucleares. Entre las consecuencias hacia el futuro para los hijos se encuentra el consumo de sustancias psicoactivas, ingesta que inicia en el alcohol y el cigarrillo y puede transcurrir hasta drogas duras e ilegales, generalmente en los momentos de crisis. Un dato revelador es que para todas las sustancias psicoactivas ilegales existe mayor consumo en los hijos de padres separados frente a los de familias nucleares, en comparación con los hijos de padres que conviven. (Estrada, Posada, Aguádelo, Montoya, & Álvarez, 2006, págs. 8-9)
El divorcio de los padres se constituye en una situación de riesgos para los hijos, dado a que se enfrentan a problemas que deben asumir con consecuencias muchas veces negativas para su vida de una decisión que ellos no tomaron, y que les afectará por el resto de sus vidas. Por regla general, los problemas de conducta en los niños pueden encontrarse desde los no existentes hasta lo de dificultad prolongadas aun años después de que el divorcio ha concluido. A decir de Espinosa (2009) “la desintegración familiar por cualquiera de los problemas mencionados produce trastornos psicológicos en los afectados, desde estrés hasta depresión, donde el suicidio se hace presente, sobre todo en la población joven”.
El divorcio en especial cuando ocurre en edades tempranas del desarrollo de los hijos, ocasiona una serie de efectos que interfieren en la adaptación posterior de éstos. Entre los efectos se nombran carencias afectivas, ocasionadas porque los padres están inmersos en resolver sus problemas económicos y afectivos. Rice (2000) “sostiene que mucho más nocivo que un divorcio es el que los hijos vivan en una situación familiar caracterizada por la falta de afecto y las agresividades constantes entre los padres divorciados”. Ante esta situación Fernández & Tay (2008) indican que “los hijos de una pareja divorciada tienden a presentar más problemas sociales, académicos y de comportamiento que los vástagos de familias tradicionales; también pueden ser más agresivos, hostiles, desobedientes, depresivos o retraídos, y pueden perder interés en el trabajo escolar y en la vida social. Los problemas emocionales y de comportamiento de los niños pueden surgir del conflicto entre sus progenitores, tanto antes como después del divorcio, más que de la separación misma”.
Los adolescentes de padres divorciados que se vinculan de forma ansiosa con sus pares, se le hace muy difícil separarse, hay gran preocupación por la situación que enfrentan por lo que tratan por todos los medios de mantener el contacto con sus amigos o compañeros sentimentales, donde algunas ocasiones tienen reacciones extremas ante el planteamiento hipotético de la separación de sus padres, denotándose pocos indicadores de adaptabilidad ante la nueva situación presentada. Sin embargo, en algunos casos, el rompimiento conyugal constituye un alivio para los hijos, sobre todo en casos de violencia intrafamiliar y maltrato psicológico.
Las emociones son las que proporcionan el hecho diferencial de la existencia humana. Así mismo tienen una gran importancia por su influencia en los procesos psicológicos, tales como la memoria o el pensamiento. (Casacuberta, 2003). Las emociones del adolescente a veces parecen exageradas, sin embargo, muchas de sus acciones son inconsistentes, aunque es normal que estos cambien repentinamente su estado emocional, entre la felicidad y la tristeza, entre sentirse inteligentes o tontos, es como si se tratara de una segunda niñez temprana. Una situación de divorcio, en esta etapa, rompe su equilibrio y tranquilidad, esto se debe a que la falta de uno de los padres trastorna el desenvolvimiento normal del hogar donde los principales afectados son los hijos, quienes sufren las consecuencias de esta situación.
Es muy frecuente encontrar hijos con un estado emocional preocupante, esto como resultado del divorcio de sus padres. Las parejas deben tomar conciencia de que, cuando se rompe el vínculo matrimonial, las obligaciones entre los cónyuges terminan, pero queda la gran responsabilidad de los hijos, es aún mayor, por lo que se debe tomar medidas y ponerse de acuerdo con relación a los hijos, de modo que el daño que el divorcio pueda producirles sea el menor. Soriano y Osorio (Soriano & Osorio, 2008) señalan que: “una carencia emocional puede conllevar fuertes repercusiones para la vida cotidiana de las personas, debido a que la falta de control en las emociones y sentimientos puede desencadenar en la infancia y la adolescencia problemas graves de salud como la anorexia, la bulimia, drogadicción, conducta sexual no protegida y comportamiento agresivo”.
Además de los cambios emocionales que ellos sienten, los adolescentes exploran varias formas de expresar sus emociones como forma de saludar a sus amigos, formas de expresarse, el amor y respeto a sus padres ahora se convierten en un alejamiento y una expresión de querer estar solos o en compañía de otros. Esta forma de expresar sus sentimientos en sí por sus amigos, sus padres y otros familiares, es un indicador de que hay un arraigado cambio emocional, al cual como padres se debe prestar la debida atención, si se quiere evitar que los hijos caigan en situaciones negativas. Ante estos signos, los padres deben estar pendientes por señas de cambios emocionales excesivos o por períodos de tristeza de larga duración. Estas señales pueden indicar problemas emocionales severos de los cuales se requiere ayuda urgente.
1.3. Naturaleza de la Unidad Educativa Milenio Olmedo, periodo 2016-2017.
El Colegio Olmedo se institucionalizó mediante acuerdo legislativo el 30 de septiembre de 1852, con el ejecútese presidencial de José María Urbina. En sus inicios, este establecimiento vivió en completo abandono, debido a que en Guayaquil y Quito se concentraba el poder comercial y cultural del país. Ante esta situación, los mismos portovejenses presionaron a las autoridades, he hicieron que el tema fuese tratado por el Congreso en el año 1856, por lo que se consiguió la construcción de una nueva edificación. Posterior a ello, el Colegio se trasladó a Montecristi, hasta que el General Eloy Alfaro, Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas, decretó su reapertura en la ciudad de Portoviejo, el 21 de octubre de 1883. En el año 1931, se dio un cambio significativo, ya que éste fue trasladado a las calles Francisco de P. Moreira, Alajuela y Avenida Universitaria. Sin embargo, como el plantel fue adquiriendo prestigio, se dispuso levantar una nueva edificación a la salida de la vía Portoviejo – Manta, donde actualmente se construye una Unidad del Milenio. En la actualidad cuenta con 2597 estudiantes matriculados, de los cuales 280 corresponden al Décimo Año de Educación General Básica.
Su Misión es ser una institución educativa de nivel medio en la ciudad de Portoviejo provincia de Manabí, que forma bachilleres en Ciencias y con Diploma de Bachillerato Internacional a través de procesos pedagógicos y curriculares de calidad, coherentes con las necesidades y problemas locales nacionales e internacionales, para contribuir a la creación de una sociedad nueva basada en principios de justicia y equidad.
Tiene como Visión ser una institución de educación media moderna e integral, pionera en procesos innovadores, participativos y de calidad educativa a través de la implementación del Bachillerato Internacional, formando jóvenes con características de líderes en valores éticos y sociales, emprendedores y comprometidos con el desarrollo local y nacional mediante una sólida preparación científica, técnica y humanista.
Resultados
Para llevar a efecto el estudio se tuvo en consideración los indicadores divorcio y problemas psicosociales de los padres de los adolescentes del Décimo Año de la Unidad Educativa Milenio. A continuación se muestran los análisis respectivos de acuerdo a los resultados obtenidos:
A través de la encuesta a los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo, para conocer con quién viven en la actualidad, se obtuvo los siguientes resultados: el 64,29% con la mamá, el 25% con otros familiares y el 10,71% viven con el papá.
Los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo, consideran que la separación o divorcio de sus padres se dio por las siguientes causas: el 39,29% indica que fue por falta de comunicación, el 21.43% dijo que por problemas económicos, el 10,71% dijeron que por el consumo de alcohol o adulterio o por mutuo acuerdo y el 7,14% indicó que se produjo por el consumo de drogas.
En la encuesta realizada a los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo, para determinar la influencia de la separación o divorcio de sus padres les ha afectado en la inestabilidad emocional estudiantil, se obtiene el siguiente resultado: el 64,29% indica que les influye mucho y el 21.43% indicó que les influye poco. Sea cual fuere el grado de influencia en cada uno de los casos se comprueba que existe un caos emocional por la falta de afecto de cada una de las partes en separación.
Los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo, respondieron a través de una encuesta como se sienten ellos después de la separación de sus padres, reflejando el siguiente resultado: el 57.14 % indicaron que se sienten mal y el 43.86 % indicó que se sienten muy mal.
Los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo, establecen en qué lugar o espacio ellos se sienten mejor: el 53.67% dicen sentirse bien en casa, el 28.57% se sienten mejor en la escuela y el 17,86% se sienten mejor en la calle. A pesar de los conflictos familiares que los niños perciban, ellos aún, se sienten mejor en casa o en la escuela; tal y como refleja la muestra encuestada según sus más altas frecuencias de respuestas.
Los estudiantes opinan sobre si después de la separación de sus padres ellos mantienen una comunicación efectiva: el 57.14% indicaron que a veces, el 21.43% indicó que nunca, el 14.29% dijo que casi siempre y el 7.14 % indicó que siempre tienen una comunicación efectiva con sus padres separados.
Los estudiantes de la Unidad Educativa Olmedo son encuestados, para determinar que si después de la separación de sus padres, ellos han presentado problemas de mala conducta, obteniendo el siguiente resultado: el 42.86% indicaron que casi siempre, el 25% indicó que a veces, el 21.43% dijo que siempre y el 10.71 % indicó que nunca han presentado problemas de mala conducta.
Se realiza una encuesta a los docentes de la Unidad Educativa Olmedo, para determinar lo que ellos consideran sobre la separación o divorcio de los padres de familia y si afecta en el desarrollo psicosocial de los estudiantes.
El 100% de los docentes encuestados de la Unidad Educativa Olmedo, están de acuerdo en que la inestabilidad emocional de los padres de familia después de una separación o divorcio, afecta siempre a los adolescentes.
Los docentes de la Unidad Educativa Olmedo son encuestados, para determinar si ellos consideran que los adolescentes de padres divorciados presentan problemas de conducta, obteniendo el siguiente resultado: el 57.14% indicaron que siempre y el 42.86 % indicó que casi siempre existen problemas de conducta por parte de los adolescentes hijos de padres divorciados.
En la encuesta realizada a los docentes de la Unidad Educativa Olmedo, para determinar si los adolescentes de padres divorciados tienen problemas para interrelacionarse con los demás, se obtuvo el siguiente resultado: el 57.14% indicaron que casi siempre y el 42.86% indicó que siempre la separación o divorcio de los padres afecta en el desarrollo psicosocial de los estudiantes.
Se efectúa una encuesta a los docentes de la Unidad Educativa Olmedo, para determinar si en mencionada unidad Educativa se hace seguimiento a los estudiantes que presentan problemas psicosociales, obteniendo el siguiente resultado: el 57.14% indicaron que casi siempre y el 42.86% indicó que siempre la unidad Educativa Milenio Olmedo hace seguimiento a los estudiantes que presentan problemas psicosociales.
En la encuesta a los docentes de la Unidad Educativa Olmedo, se concluye que todos ellos determinan como forma en que hacen seguimiento a los estudiantes con problemas sicosociales, son las que se encuentran basadas mediante las terapias psicológicas.
Discusión de los resultados
De acuerdo al análisis efectuado sobre el divorcio y problemas psicosociales, de los adolescentes del Décimo Año de la Unidad Educativa Milenio se denotan las siguientes cuestiones derivadas de cada uno de los indicadores unidimensionales evaluados para tal efecto:
El cúmulo de motivos que durante el matrimonio conllevan a la separación y ruptura de un matrimonio, tiene sus consecuencias, lo que se hace evidente con los resultados obtenidos durante la investigación, en donde el 64,29 % de los estudiantes después de una separación o divorcio, vive con mamá, el 25 % con otros familiares y el 10,71 % viven con el papá. La respuesta a esta pregunta no es lineal, al menos desde un lugar centrado en las necesidades de la infancia. “La cuestión se focaliza en que, sea cual fuere el miembro de la pareja parental con el que conviva el niño/a, se garantice que tanto la función paterna como la función materna estén aseguradas, porque de ambas funciones precisa el niño/a para un correcto desarrollo emocional” (Mendez, 2013, pág. 12).
Desde el lugar de ruptura hay que abordar los desacuerdos entre dos personas adultas y evitar introducir a los hijos e hijas como una forma adecuada de encarar el problema. Para los hijos de padres separados las principales consecuencias se dan en la dinámica de las relaciones familiares, y perciben que la separación implica cambios en la relaciones con sus padres, asumir roles parentales en su familia, adaptarse a nuevos contextos con la familia extensa, o con nuevas familias y hacer ajustes en el aspecto socioeconómico. (Andrade J. , 2014). Cabe anotar, que de acuerdo al estudio realizado el 39,29% de la separación de los padres se da por la falta de comunicación, el 21.43% dijo que por problemas económicos, el 10,71% dijeron que por el consumo de alcohol, adulterio o por mutuo acuerdo respectivamente; y, el 7,14% indicó que se produjo por el consumo de drogas. Se nota un factor negativo para el desarrollo infantil con familias disfuncionales y matriarcales debido a la separación por diversos factores que perjudican principalmente la psique del niño en su normal desarrollo físico y emocional.
Otro dato relevante encontrado en el estudio, es que el 64,29% de los estudiantes indica que la separación o divorcio de sus padres les ha afectado en la inestabilidad emocional estudiantil; el 21.43% indicó que les influye poco. Sea cual fuere el grado de influencia en cada uno de los casos, se comprueba que existe un caos emocional por la falta de afecto de cada una de las partes en separación. Cabe resaltar que tanto el padre como la madre juegan un papel importante en el desarrollo infantil y esos modelos por separado no incentivan a formar una juventud estable. Este caso refleja una problemática social que indica la disfuncionalidad familiar que es eje principal para el desarrollo normal del niño. Lamentablemente hoy en día los hijos crecen en familias llenas de resentimiento, odio y agresión entre los padres, aun cuando estos permanezcan casados toda la vida. Los resultados encontrados se apoyan con el criterio de Mercado (2011), el divorcio es, sin duda alguna, devastador y doloroso para padres e hijos, sin embargo, “no es el divorcio en sí lo que les arruina la vida a los hijos, sino el desamor de los padres, Si no se hace un esfuerzo en ayudar a sanar las heridas de estos niños del divorcio no simplemente cubrirlas para no verlas ellos tendrán la oportunidad de salir fortalecidos de esta experiencia. Ser hijos de padres divorciados, no significa un destino de fracaso o infelicidad”. Sin duda alguna, aunque en algunos casos la separación pueda suponer un alivio, lo real es que en todo proceso de divorcio tiene un impacto emocional de importancia en el cual se puede identificar o mostrar a través de rencor, agresividad, tristeza, desconfianza, entre otros.
Dentro de los indicadores investigados, están que el 57.14 % de los estudiantes se sienten mal después de la separación o divorcio de sus padres y el 43.86 % indicó que se sienten muy mal. Estos resultados demuestran que los principales afectados en una separación matrimonial son el fruto de ese amor que alguna vez existió y que ahora son casos de disputas legales por custodias o malos ratos entre las partes. A criterio de Méndez (2013, pág. 12). “Las reacciones son tantas como las diversas clases de niños que existen sin embargo son similares como cuando un adulto enfrenta una tragedia. Sufren una devastadora pérdida del buen concepto de sí mismos, un sentimiento de culpa por el conflicto, y otras emociones de aterradora intensidad como son la tristeza, sentimiento de abandono y aislamiento, confusión y desorientación, crucificado entre ambos padres, edad adulta forzada y codependencia”. A criterio de Serrano (2006), “el divorcio al romper a la familia, crea un sentido agudo de trauma con sentimientos de ansiedad intensa y dolor profundo”; sin embargo, en algunos casos donde existen violencia intrafamiliar, incesto o abuso infantil los traumas son más profundos para los hijos, que el mismo divorcio de los padres.
El 53.67% de los estudiantes dicen sentirse bien en casa, el 28.57% se sienten mejor en la escuela y el 17,86% se sienten mejor en la calle. A pesar de los conflictos familiares que los niños perciban, ellos aún, se sienten mejor en casa o en la escuela; tal y como refleja la muestra encuestada según sus más altas frecuencias de respuestas. Aunque toca tomar atención a ese pequeño porcentaje de alumnos que se sienten mejor en la calle, para ayudarles a motivar el buscar una motivación para que se sientan mejor en su casa o escuela dependiendo del caso particular en cada uno de ellos. Dicho esto, la familia transforma y estructura a las personas, creando un estilo de actuar que mediatiza la socialización con otros sistemas; ante esto, surge la idea de que todos los eventos vivenciados y las experiencias tempranas en la dinámica familiar, de algún modo organizan los pensamientos y acciones en el presente. (Simón, 2004)
Otro aspecto a resaltar, es que el 57.14 % indicaron que a veces mantienen una comunicación efectiva con sus padres después del divorcio, el 21.43 % indicó que nunca, el 14.29 % dijo que casi siempre y el 7.14% indicó que siempre tienen una comunicación efectiva con sus padres separados. En este sentido, es común observar el comportamiento de las parejas que se separan, las mismas que buscan distanciamiento total sin importarles los sentimientos de sus hijos que se encuentran en un dilema emocional de cómo comportarse con sus padres y las repercusiones que tendrán a futuro por su nuevo estatus de vida.
El 42.86% de los docentes indicaron que después de la separación de los padres de familia los estudiantes han presentado problemas de mala conducta, el 25% indicó que a veces, el 21.43% dijo que siempre y el 10.71% indicó que nunca han presentado problemas de mala conducta. El resultado de la encuesta demuestra la cruda realidad del cambio de comportamiento que tienen los hijos luego de una separación, muchos de ellos, caen en depresión y por tratar de llamar la atención se refugian en compañías negativas que los motivan a tener una conducta inusual y dañina.
La separación o divorcio de los padres de familia afecta en el desarrollo psicosocial de los estudiantes, lo que denota que esta situación afecta a los alumnos en su vida escolar. El 100% de los docentes, están de acuerdo en que la inestabilidad emocional de los padres de familia después de una separación o divorcio, afecta siempre a los adolescentes. Está por demás decir que es notorio el trauma provocado por una separación, sobre todo en los niños y más en los adolescentes. La adolescencia es la etapa en la que se redefinen las competencias emocionales, por tanto, es fundamental potenciar su desarrollo, así como inducir al autoanálisis de los sentimientos y emociones que se experimentan, con la finalidad de poderlos conocer y comprender mejor y, además, conocer las propias limitaciones, lo que nos permitirá comprender mejor las de los demás. (Bauzá & Fernández, 2009). Los resultados encontrados y la información expuesta por los teóricos, dan a pensar que en estos momentos, la carencia de una mente emocional es la que resulta peligrosa para el desarrollo psicosocial de los adolescentes.
Los docentes consideran que los adolescentes de padres divorciados siempre presentan problemas de conducta en un 57.14% y el 42.86% indicó que casi siempre existen problemas de conducta por parte de los adolescentes hijos de padres divorciados. Allí debe entrar el departamento de psicología para brindar el soporte necesario para con sus estudiantes, dado a que se está dejando a un lado esta problemática social que cada día se hace más frecuente en nuestro ambiente. Los resultados encontrados contrastan con la investigación se efectuó en el Centro de Protección de Derechos MIES, el cual está situado en el sur de Guayaquil, con niños que provienen de padres divorciados, en edades de 5 a 11 años. El estudio se centró en conocer las características psicológicas de estos niños ante el divorcio de sus padres, con una muestra conformada por 5 casos. Se puede inferir que los niños, son poco tolerantes a la frustración, emplean un vocabulario desafiante, en ocasiones no realizan las actividades dentro del aula, tienen dificultad para acatar y respetar normas y reglas, se aíslan de sus compañeros por lo que se puede indicar que la conducta de los niños es algo que se moldea en la familia, puesto que es ahí donde adquieren la mayoría de los aprendizajes, donde se forman los valores, adquieren el desarrollo de su lenguaje, socialización, la afectividad y se moldea el carácter. (Andrade, 2013)
El 57.14% de los adolescentes de padres divorciados tienen problemas para interrelacionarse con los demás. Las instituciones educativas deben crear un programa de reintegración psicológica a los alumnos que estén pasando esa etapa especial en sus vidas, para que ellos; los estudiantes, no caigan en el mundo de la desesperación, drogas y demás taras de la sociedad moderna. La comprensión representa el medio y el fin de la comunicación, lo que implica tener una mentalidad abierta y flexible a las situaciones que nos plantea tanto la sociedad como las relaciones humanas. (Bauzá & Fernández, 2009)
Con un 42.86 % se demuestra que en la unidad Educativa Milenio Olmedo se hace seguimiento a los estudiantes que presentan problemas psicosociales. Esta labor debe profundizar los conocimientos científicos y sociales para hacer de su comunidad educativa una institución de excelencia. Un 100 % de los docentes de esta institución, indican que se realizan terapias psicológicas a los estudiantes que presentan problemas sicosociales. Los criterios profesionales en el ámbito psicoeducativo y social coadyuvan a mejorar el comportamiento de caracteres con indisciplina, para motivarles a llevar una actitud y aptitud eficiente y de calidad para con la sociedad. Para la situación señalada una experiencia de divorcio para los hijos durante la infancia representa un evento estresando significativo con consecuentica en la salud mental durante la adolescencia. Y que dichas consecuencias deben ser consideradas al momento de planificar programas de prevención para este tipo de población (Steinman. & Petersen, 2001). Eso sin mencionar que existen etapas y tareas durante el desarrollo psicosocial normal de los adolescentes, que se ven afectadas por el divorcio o separación de sus padres.
Conclusiones
Un divorcio es un problema social que afecta principalmente a los hijos, los mismos que si son adolescentes, tendrán traumas psicológicos por su falta de madurez y asimilación de las decisiones de sus padres. Por ésta razón se observan comportamientos juveniles con desórdenes conductuales y tendencias a lo antisocial, por el hecho de no tener un modelo parental que sigan con buen ejemplo, creen que las rupturas son normales y que la familia no es importante para la sociedad. El estado no se preocupa por esta disfuncionalidad y cada día es mayor el porcentaje de matrimonios disueltos por diferentes causas.
Se establece que de acuerdo al objetivo de conocer si el divorcio de los padres es un agente que tiene consecuencias psicosociales en los adolescentes del Décimo Año en la Unidad Educativa Milenio Olmedo, periodo 2016 – 2017, se realizó en primera instancia un estudio de las conceptualizaciones referentes al tema, lo que permite concluir que la experiencia de divorcio ha variado a través del tiempo constituyéndose un fenómeno social y demográfico con consecuencias familiares que afectan de forma negativa principalmente a los niños y adolescentes de todos los niveles sociales, ya que en muchos de los casos han representado un evento significativo con consecuencias psicosociales nefastas, temor, sensación de tristeza por la pérdida de uno de sus padres.
Con los datos obtenidos en la investigación de campo, se pudo determinar que el divorcio a nivel micro social, permitió tener un criterio sobre las transformaciones que se observan en el núcleo familiar en específico de las relaciones de pareja, denotándose en los resultados observados que un factor negativo para el desarrollo infantil es la separación de los padres, por los diversos factores que de ella se derivan y que perjudican principalmente la psique del niño y su normal desarrollo emocional. Esta problemática social indica la disfuncionalidad familiar como eje principal para limitar el normal desarrollo del niño, los mismos que crecen en familias llenas de resentimiento, odio y agresión entre los padres, aun cuando estos permanezcan juntos y que ahora son casos de disputas legales por custodias o malos ratos entre las partes. Todo esto hace que muchos de los niños y adolescentes se sienten mejor en la calle, escuela, o en cualquier otro lugar que no sea su hogar. Esta situación hace muchos de los hijos luego de una separación, caen en depresión y por tratar de llamar la atención se refugian en compañías negativas que los motivan a tener una conducta inusual y dañina, afectando de forma directa en su desarrollo psicosocial.
A lo anterior hay que agregar, que es notorio el trauma que sufren muchos de los niños y jóvenes, provocados por una separación, por lo que les toca asumir roles que no les corresponde a su edad, pues en muchas ocasiones. Ante esta cruda realidad, debe entrar el departamento de psicología de las instituciones educativas, para brindar el soporte necesario a estos seres vulnerables y en riesgo a través de programas de reintegración psicológica, para que no caigan en el mundo de la desesperación, drogas y demás taras de la sociedad moderna.
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