Ángel Guarda Tejeda Santos*
Gerardo Rojas Ramírez**
Alexis Martínez Ayala ***
Universidad Las Tunas, Cuba.
angelts@ult.edu.cuResumen
El presente trabajo tiene como objetivo fundamentar desde la relación ciencia, tecnología y sociedad, la necesidad de la formación del valor patriotismo ante los retos de la globalización de la ciencia y la tecnología y el papel de las universidades en la formación de profesionales competentes, lo cual no solo depende de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el curriculum universitario, sino también de los intereses y valores que regulan su actuación profesional por lo que se requiere de un docente preparado integralmente que con su maestría pedagógica logre convertir cada clase en un taller donde se enseñe a aprender, se aprenda a enseñar y se forme a un patriota con sólidas convicciones antiimperialistas, para enfrentar los retos actuales en un mundo caracterizado por el desarrollo vertiginoso del conocimiento científico, que posibilita la aparición de nuevas tecnologías que ha traído como consecuencia cambios en todas las esferas de la sociedad y a la cual no escapa la industria de la guerra, mediante el uso de la cibernética, las ciencias de la información y la microelectrónica para la creación de vida artificial, que se expresa en sistemas tecnológicos cada vez más autónomos, la inteligencia artificial y la robótica.
Palabras Claves
Globalización; ciencia; tecnología; sociedad; valor patriotismo
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ángel Guarda Tejeda Santos, Gerardo Rojas Ramírez y Alexis Martínez Ayala (2018): “Patriotismo, versus globalización de la ciencia y la tecnología”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (enero 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/index.html/caribe/2018/02/patriotismo-ciencia-tecnologia.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1802patriotismo-ciencia-tecnologia
Introducción
El mundo en la actualidad se caracteriza por el desarrollo vertiginoso del conocimiento científico, que posibilita la aparición de nuevas tecnologías, lo que se ha denominado por los especialistas en el tema como revolución científico-tecnológica, la cual ha traído como consecuencia la experimentación de cambios en todas las esferas de la sociedad y a la cual no escapa la industria de la guerra, donde gobiernos como el de los EE:UU destina millonarias sumas para el desarrollo de la cibernética, las ciencias de la información y la microelectrónica para la creación de vida artificial, que se expresa en sistemas tecnológicos cada vez más autónomos, la inteligencia artificial y la robótica.
Todo esto ha propiciado el surgimiento de nuevos métodos para tomar el poder, los llamados “golpes suaves” que son mecanismos para derrocar gobiernos de corte progresista en el mundo, a través de la manipulación psicológica de las masas, con las más poderosas herramientas, como son los medios de comunicación.
A peligros como la estandarización de la vida humana y la pérdida de socio-diversidad, se enfrenta el mundo de hoy. La cotidianeidad subvertida tiende a hacerse única y dependiente de elevados consumos de naturaleza, lo que incrementa su fragilidad. La pérdida acelerada de socio-diversidad parece una carrera desenfrenada en busca de estados sociales de homogeneidad y equilibrio, pero en términos de vida y sociedad homogeneización y equilibrio son equivalentes a la muerte.
Es por ello que cada día la sociedad demanda con más fuerza a las Universidades, la formación de profesionales competentes. La calidad en la formación profesional, depende no solo de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el curriculum universitario, sino también de los intereses y valores que regulan su actuación profesional.
En Cuba se han realizado y realizan estudios para determinar las causas y posibles soluciones mediante diversas alternativas. La audiencia sobre valores celebrada en La Habana en 1996, los trabajos realizados por diferentes autores entre los que se destacan los Dr. José Ramón Fabelo, Esther Baxter, Nancy Chacón, Fernando González Rey, Cintio Vitier, María Isabel Domínguez, Gilberto García, Amelia Amador y otros reconocidos especialistas sobre el tema, nos aportan sus concepciones desde el prisma de diferentes ciencias.
Los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba en su VI Congreso (2011) recoge entre sus proyectos: 145 “Continuar avanzando en la elevación de la calidad y rigor del proceso docente educativo, jerarquizar la superación permanente, el enaltecimiento y atención del personal docente, y el papel de la familia en la educación de niños y jóvenes...” y 147 “...lograr que los equipos y medios audiovisuales sean un complemento de la labor educativa del docente y garantizar el uso racional de los mismos...”
Para el logro de estos objetivos se requiere de un docente preparado integralmente que con su maestría pedagógica logre convertir cada clase en un taller donde se enseñe a aprender, se aprenda a enseñar y se forme a un patriota con sólidas convicciones antiimperialistas.
Para cumplir con este modelo se requiere, formar y fortalecer en la formación inicial del profesional de la educación todo el caudal de valores morales e intelectuales que le permitan enfrentar y acometer con responsabilidad, inteligencia y dignidad la misión que la sociedad y la revolución hoy exigen de nosotros, por lo que constituye un asunto de vital importancia para la seguridad nacional de nuestro país.
La temática de la formación de valores, ha sido objeto de estudios científicos y de aplicaciones prácticas de diverso grado de profundidad y alcance, constituyendo hoy en día una prioridad en la educación cubana, en todos los niveles de enseñanza. El interés por la formación axiológica de los niños y jóvenes cobra mayor interés ante la presencia de la llamada “crisis de valores”, tanto a nivel mundial como nacional.
Lo anterior exige echar una mirada crítica a la formación de valores en las nuevas generaciones de cubanos. En esta universidad, como parte del diagnóstico integral realizado, hemos detectado algunas barreras en los modos de actuación de nuestros docentes en formación; lo cual se manifiesta en:
Materiales y métodos
Todo lo antes descrito corrobora que la ciencia no ha resuelto la anterior problemática a los niveles deseados; por lo que el presente trabajo tiene como objetivo esencial fundamentar desde la relación ciencia, tecnología y sociedad, la necesidad de la formación del valor patriotismo ante los retos de la globalización de la ciencia y la tecnología.
La base teórico metodológica general que sustenta la investigación es el materialismo dialéctico e histórico lo que nos permite el uso de métodos de nivel teórico y empíricos que se relacionan a continuación:
Del nivel teórico:
Histórico y Lógico: para la búsqueda bibliográfica y establecimiento de los antecedentes y tendencias relacionadas con la formación de valores.
Sistematización Teórica: para valorar críticamente los referentes teóricos que sobre el proceso de globalización de la ciencia y la tecnología y el proceso de formación de valores, vistos de forma integrada para con ello delimitar los sustentos o referentes teóricos.
Del nivel empírico:
La observación: Para observar clases a fin de obtener criterios acerca de la situación inicial y de la efectividad de las actividades puestas en prácticas.
Resultados y discusión:
Para adentrarnos en la fundamentación de la necesidad de la formación del valor patriotismo ante los retos de la globalización de la ciencia y la tecnología, primeramente realizaremos una reflexión cienciológica entre los nexos (relación dialéctica) que existen entre las categorías ciencia – tecnología – sociedad.
Los nexos que existen entre ciencia–tecnología–sociedad se han visto en un creciente fortalecimiento a partir de la primera mitad del siglo XX, ejemplo: el desarrollo de la energía nuclear, de la electrónica, las comunicaciones, la introducción de la computación y otros; son prueba irrefutable de los fuertes vínculos entre ciencia-tecnología y sociedad. De ahí que resulte interesante, antes de abordar el problema en cuestión, detenerse a reflexionar sobre las categorías ciencia, y tecnología para posteriormente valorar como se relacionan con la categoría sociedad.
Jorge Núñez Jover muestra una caracterización en torno a la concepción de ciencia. Considera que la ciencia se caracteriza por:
Por otra parte este autor asegura que la ciencia no es obra de Robinsón Crusoe, sino una actividad profesional institucionalizada que supone educación prolongada, internacionalización de valores, desarrollo de estilos de pensamiento y actuación. La ciencia es toda cultura y así debe ser estudiada.
J. D. Bernal expuso que la ciencia debe ser atendida como: “institución, método, tradición acumulativa de conocimiento, factor principal en el mantenimiento y desarrollo de la producción y una de las influencias más poderosas en la conformación de las opiniones respecto al universo y el hombre”
G. Krober resume que “entendemos la ciencia no solo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc; sino también simultáneamente como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad”
Según el diccionario filosófico se define la ciencia como “esfera de la actividad investigadora dirigida a la adquisición de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento...”
Haciendo una breve valoración de cada uno de estos conceptos y enfoques, se asume el criterio de que la ciencia es una actividad profesional dirigida a la adquisición de nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento; que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y cultura. Constituye el saber humano.
Una vez reflexionado en torno al concepto de ciencia, realizaremos un breve análisis en torno a la concepción de tecnología.
Jorge Núñez considera que hay un par de imágenes de la tecnología que limitan su comprensión, la imagen intelectualista y la artefactual. En la primera la tecnología se entiende como ciencia aplicada: la tecnología es un conocimiento práctico que se deriva directamente de la ciencia, entendida esta como conocimiento teórico. La imagen artefactual o instrumentalista aprecia las tecnologías como simples herramientas o artefactos. Como tales están a disposición de todos.
La ciencia se encarga de la exploración de lo posible mientras queda pendiente derivar lo real de lo posible por medio de la selección de la variante óptima. Esa es la tarea de la tecnología: la búsqueda sistemática de lo óptimo dentro de un campo de posibilidades. La tecnología son complejos técnicos promovidos por las necesidades de organización de la producción industrial, que promueven a su vez el desarrollo de la ciencia.
Según Price (1980) definiremos la tecnología como “aquella investigación cuyo producto social (principal) es, no un artículo sino una máquina, un medicamento, un producto o un proceso de algún tipo.”
Según un colectivo de autores del CITMA, la tecnología “es un término general que se aplica al proceso a través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y comprensión del entorno material... es el estudio de la ciencia de los oficios.”
Al analizar cada una de estas concepciones se infiere que la ciencia aporta el saber, o sea el conocimiento, mientras que la tecnología aporta el método a la ciencia, o sea, como hacer para aplicar el conocimiento dado por la ciencia. Sin embargo, ¿qué es la sociedad?
Sin el ánimo de establecer una definición de sociedad, abordaremos algunos rasgos esenciales que nos permitan particularizar en la formación de valores y específicamente el patriotismo, como parte determinante de los objetivos de este trabajo.
Las sociedades humanas son entidades poblacionales; dentro de la población existe una relación entre los sujetos (habitantes) y el entorno, ambos realizan actividades en común y es lo que les da una identidad propia. También, sociedad es una cadena de conocimientos entre varios ámbitos, económico, político, cultural, deportivo y de entretenimiento.
Además, dentro de la sociedad existen varias culturas que son creadas por el hombre, y esas culturas tienen su propio territorio para poder desarrollar una interacción acertada con los sujetos de mismas creencias, costumbres, comportamientos, ideologías e igual idioma. Se entiende por sociedad un conjunto de individuos que comparten una cultura, y que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una comunidad.
En la medida que se desarrolla la sociedad la tecnología impone a la ciencia la búsqueda de nuevos conocimientos y se reinicia el ciclo nuevamente. Una vez realizada estas reflexiones, se debe partir del criterio de que el desarrollo de la ciencia y la tecnología propician el desarrollo de la sociedad, por lo que existe una estrecha relación entre ciencia-tecnología y sociedad.
Como parte indisoluble de la sociedad, existen las creencias, costumbres y valores éticos que conforman su particularidad. Para satisfacer los objetivos de este trabajo nos detendremos a reflexionar sobre este último, los valores.
El término valor tiene sus antecedentes en el latín AESTIMABILE, que significa todo objeto de preferencia o elección la que ha sido usada para indicar la utilidad o precio de los bienes materiales y la dignidad o el mérito de las personas, sin embargo, este uso carece de significación filosófica.
Esta palabra obtiene significación filosófica sólo cuando se generaliza para indicar cualquier objeto de preferencia o selección, lo que ocurre por primera vez con los Estoicos, los cuales introdujeron el término en los dominios de la ética y denominaron valores, a los objetos de las selecciones morales, entendiendo el bien en el sentido subjetivo.
En la contemporaneidad, reaparece la noción subjetiva del bien donde se establece que el valor del hombre es como el de todas las cosas, su precio; es decir, tanto como sería dado por el uso del poder. Por esta razón no es absoluto, sino una consecuencia de la necesidad y del juicio del otro.
La dialéctica materialista, tributa los fundamentos teóricos y los principios metodológicos para el desarrollo del pensamiento ético, tanto en la comprensión de la ética en su devenir histórico, como sobre la moral, la cual es concebida como un fenómeno de la naturaleza histórico social, cuya complejidad se expresa en las leyes de la dinámica de su estructura, conformada por conciencia moral, las relaciones morales y la actividad moral; así como de sus funciones reguladoras, orientadoras, valorativas y educativas presentes en toda la actividad y el sistema de relaciones y comunicación humana, cuya manifestación o rasgos característicos son parte consustancial de la cultura de cada época.
El tratamiento a esta problemática con un enfoque singular aparece genialmente reflejado en el pensamiento crítico de los próceres de las luchas libertadoras del continente, de ahí que su axiología es considerada como “Axiología para la Acción (Vitier 1996)
José Martí fue un representante digno en la corriente de pensamiento de “reflexión crítica”, en su visión acerca del hombre y sus valores, consideraba que habrían de coincidir en un haz la espiritualidad y el sentido de identidad, de manera que este sujeto sea capaz de obrar con espíritu creador y dignidad, en correspondencia con su realidad y tiempo histórico; su concepción acerca del valor se sustenta sobre la base del bien, la belleza, la verdad y sus mediaciones: dignidad, decoro, amor, libertad, honradez, entre otros.
Los referentes valorativos en Martí se presentan como signos reales capaces de ensancharse en el proceso histórico cultural de interacción del hombre con la naturaleza. Su pensamiento es expresión de la tradición filosófica latinoamericana y cubana, fundada en el siglo XIX, de ahí que se nutriera sobre todo de las concepciones axiológicas de Félix Várela, José de la Luz y Rafael María de Mendive, de los que especialmente tomó en cuenta las ideas referidas a la unidad entre lo ético y lo estético y sus mediaciones como expresión de la continuidad.
En esta concepción, lo axiológico y lo epistemológico, constituyen una unidad indisoluble que extrae sus principios de la realidad, de la práctica y declara a la vida como el resultado de las relaciones recíprocas de lo objetivo y lo subjetivo, unido a concepciones socio políticas muy terrenales y concretas que singulariza su axiología de la acción.
Una importante contribución, al abordar la problemática de los valores desde una perspectiva conceptual, corresponde al investigador cubano Fabelo (2003) referente a esta posición define: “Valor es todo objeto, idea, concepción que tiene una significación socialmente positiva para el sujeto o grupo y sociedad determinada”. De aquí podemos inferir el carácter social de los valores, haciendo énfasis en que cada sociedad humana tiene su propio sistema de valores acorde a sus intereses, sin embargo no por esto podemos negar que haya valores universales para cualquier tipo de sociedad.
Según Gilberto García los valores son: guías generales de conducta que se derivan de la experiencia y le dan sentido a la vida, propician su calidad de tal manera que están en relación con las personas y fomentan el bienestar de la comunidad y la sociedad. Pensamos que los valores son ejemplo a seguir, de buen comportamiento, beneficios para toda la humanidad.
Cortina (1999) plantea que, los valores forman parte de nuestro ser más profundo, de nuestra entrañable realidad, indispensable de la vida humana. En la vida social el individuo se orienta de manera selectiva y lo hace en estrecho vínculo con su concepto del mundo, sustentada en un sistema de aspiración que actúa como patrón de evaluación de sí mismo y de la realidad, en ellos radica la trascendencia social de la configuración, el desarrollo del sistema axiológico. Cada hombre debe tener sus propósitos los cuales le darán la medida de comportamiento en la sociedad.
Se pudo comprobar después de analizar los anteriores conceptos que:“ Los valores representan guías, objetivos, ideales que el hombre va conformando en la etapa de la infancia y que inicia su construcción consciente a partir de la adolescencia, en interacción con su mundo vivencial para alcanzar su proyecto de vida”, a este concepto dado por Acebo (2005) en su tesis doctoral, se acogen los autores, por considerarlo el más adecuado a sus fines, al tener una profunda base vigotskiana, un carácter identitario donde da un importante papel a la influencia vivencial del sujeto y considera el papel importante de los valores en la construcción de los proyectos de vida de los mismos, además de ponderar adecuadamente la influencia de el medio social en la formación axiológica de los estudiantes.
No obstante para su mejor comprensión, desarrollo y conocimiento el sistema de valores de cualquier sociedad o individuo se debe dividir y agrupar en valores: políticos, patrióticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, filosóficos, científicos y humanos; su contenido son una expresión específica de las condiciones económica-sociales y clasista de una época histórica concreta. Sin embargo, a pesar de esta clasificación, no podemos delimitarlos, deslindarlos o aislarlos uno de otros, pues tienen una interrelación estrecha e indisoluble para integrar el sistema de valores de una sociedad o individuo determinado.
El carácter orientador, rector y regulador de los valores morales y humanos, los ubica en un lugar especial como integradores del sistema de valores tanto a nivel de sociedad, de grupo, como individual, al estar presentes en la premisa, el fundamento, el objetivo y finalidad de la actividad humana en cualquier esfera de la vida.
Lo anterior se infiere a que los valores morales son un componente determinante en la formación de la personalidad del estudiante, lo cual determina en gran medida su formación patriótica, así como su educación familiar, sexual y laboral, sobre la base de valores humanos como la responsabilidad, el sentido del deber, la honestidad, la honradez, el colectivismo, la solidaridad, entre otros valores que rigen cualquier propósito o acción educativa.
Se asume a demás lo planteado por Chacón (2002 ) donde define: “El valor moral como un elemento de la conciencia (social o individual) expresa la significación social positiva, buena, en contraposición al mal; de un fenómeno (hecho o acto de conducta), en forma de principios, normas o representaciones sobre lo bueno o lo malo, lo justo, digno, que posibilita la valoración, orientación y regulación de la actitud y conducta de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del humanismo y perfeccionamiento humano”.
Estas definiciones otorgan gran importancia a la significación social positiva que todo objeto, fenómeno, cualidad, idea, comportamiento debe poseer para poder ser considerado un valor y su estrecha conexión con el progreso social, esta característica es distintiva de los valores por lo que no tendría sentido referirse a ellos, sin tener en cuenta que siempre indican la connotación positiva de su significación.
En correspondencias con las consideraciones anteriores estamos en condiciones de reflexionar en torno al valor patriotismo
El héroe nacional cubano José Martí, dentro de sus múltiples alusiones al término expresó que “El patriotismo es (...) la levadura mejor de todas las virtudes humanas”.
Por su parte Arteaga y Cárdenas identifican el patriotismo como una relación que se establece entre el individuo y la patria, donde se expresa en el sentido de pertenencia y en el sentimiento de amor y respeto a sus símbolos, héroes y mártires, a la naturaleza de la patria; en la responsabilidad por su destino, en la lucha por contribuir a su engrandecimiento y el enfrentamiento a sus enemigos y a todo aquello que lo dañe o disminuya; señalan que se expresa además, en la actitud hacia el medio histórico cultural, la lengua y las tradiciones patrias, y sobre todo hacia el resto de los ciudadanos. Consideran que es a la vez un sentimiento, una actitud y una relación.
Después de haber analizado las diferentes definiciones de patriotismo dadas por varios autores, se asume el criterio, según el VIII Seminario Nacional para Educadores “es lealtad a la historia, la patria, y disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo.
Es respeto y admiración por los símbolos nacionales, los héroes y mártires de la patria. Amor a su naturaleza, tradiciones y cultura. Orgullo por su país, la Revolución y su obra socialista, disposición para defenderla. Odio a todo lo que amenace su independencia y soberanía. Es antiimperialismo: repudio a la actitud agresiva e injusta del imperialismo. Es intransigencia ante cualquier forma de dominación extranjera.
Es solidaridad con las causas justas del mundo”, por ser más abarcador y por tanto aporta más elementos al fortalecimiento de este valor en los estudiantes.
Una vez que se ha reflexionado sobre la problemática de los valores y su relación con las categorías ciencia-tecnología-sociedad, ante el reto que nos impone un enemigo tan poderoso como el gobierno de Estados Unidos, nos motivo para el estudio de esta problemática, dada la necesidad de garantizar una sólida formación del valor patriotismo en nuestros estudiantes, como continuadores de nuestro proceso histórico.
Conclusiones
Ante un mundo donde el desarrollo cada vez más vertiginoso de la ciencia y la tecnología el cual ha traído como consecuencia la experimentación de cambios en todas las esferas de la sociedad; y a la cual no escapa la industria de la guerra, donde gobiernos como el de los EE:UU destina millonarias sumas, debemos demostrar que la Revolución Cubana ha formado y fortalecido valores como el patriotismo, el antiimperialismo, la soberanía, la independencia, la dignidad, entre otros, y que señalan el progreso social de nuestro pueblo, es decir adquieren un significado relevante en tanto su influencia es importante para elevar la cultura general integral y preservar las conquistas logradas por nuestro pueblo.
Bibliografía