Profesora Sheina Leoni –Uruguay
La mediocridad es uno de los mayores pecados de nuestra época. Los mediocres han hecho suyo el mundo y lo han cambiado, desde la política a la religión, sin olvidar los valores, las costumbres y las leyes. Todo está a su merced, han copado prácticamente todas las instancias de la vida de las sociedades, y esta pandemia parece ir en aumento. Seguramente, en toda la historia d e la humanidad ningún pensador político, filósofo o estudioso hubiera imaginado que una sociedad pudiera ser liderada por mediocres... Desde los tiempos antiguos, los más fuertes alcanzaban el poder y ejercían un liderazgo sustentado por la fuerza o la inteligencia superior, de esa forma el mundo avanzaba e iba mejorando. La famosa teoría de explicada por Darwin, refleja el triunfo de los más fuertes y mejores sobre los peores y los más débiles, y así incontables teorías científicas han dado por supuesto el triunfo del talento sobre la mediocridad. La mayoría de los líderes de la antigüedad solían ser los mejores ya que el pueblo les exigía mucho, incluso en diversos sitios los asemejaban a Dioses. Se sentían orgullosos de sus dirigentes y los cubrían de privilegios para, a cambio, recibir de ellos protección y un liderazgo sabio y prudente. Cuando estos no contemplaban las expectativas, se buscaba la forma de sacarlos del cargo.