Rigoberto Lárraga Lara
El Plan Nacional para el Desarrollo Indígena PNDI 2009-2012 promueve “el mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda indígena, de preferencia con materiales y diseños de la región que sean acorde con sus costumbres e imagen de su localidad aprovechando sustentablemente los recursos”. Sin embargo y por diversas razones las políticas de mejoramiento de vivienda son aplicadas en las poblaciones rurales vía subsidios de paquetes de materiales sin un instrumento metodológico que permita el cumplimiento de los objetivos mencionados por el PDNI. Introduciendo materiales y técnicas de construcción industrializados, fomentando la dependencia de insumos externos (materiales y técnicas de construcción) a las comunidades y deteriorando el conocimiento local heredado por centenares de años de tradición en la construcción vernácula. La dinámica de subsidios mal aplicados ponen en riesgo por lo menos tres elementos principales en la sustentabilidad de la arquitectura indígena: la autonomía, la auto dependencia y la autosuficiencia. En San Luis Potosí, los proyectos de gobierno para la eliminación del rezago económico en las comunidades rurales indígenas han implementado programas de apoyo a la vivienda por más de $43,610,344,000.00 pesos (Fohapo ha distribuido aproximadamente 4,000 subsidios en los últimos 4 años en SLP), donde materiales industrializados entraron a las comunidades rurales como símbolo de progreso y modernidad, trasformando el paisaje y su modo de vida, así como, su relación con la naturaleza. Aunque el conocimiento empírico es dinámico y éste va adecuando nuevos valores y nuevas formas de expresión, estos elementos constructivos innovadores se van incorporando a las comunidades de una manera muy acelerada y no siempre con los resultados positivos que sus viviendas tradicionales les brindaban, como menciona Stresser-Pean (2008:122). “Ya no se trata aquí de aculturación, sino lisa y llanamente de substitución”.