MSc. Arnel Medina Cuenca
Profesor Titular de Derecho penal de la
Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
arnel@lex.uh.cu
El tráfico y la trata de personas hay que combatirlos con métodos efectivos, que garanticen por una parte el enfrentamiento a las bandas criminales y por el otro la protección de las víctimas con la participación de los Estados y de la comunidad internacional, tomando en consideración el hecho de que esta actividad ocupa el tercer lugar en la cadena delictiva internacional: primero el tráfico de drogas, después el de armas y en tercer lugar el tráfico de seres humanos. Corresponde al Derecho penal, ante la presencia de un bien jurídico merecedor de tutela penal y con el surgimiento de nuevas y complejas formas de criminalidad en los últimos tiempos, y especialmente las relacionadas con la denominada criminalidad organizada, se justifica que junto al proceso de discriminación de determinadas conductas de escasa peligrosidad social, exista en la actualidad una tendencia a criminalizar otras, el tráfico ilícito de migrantes y la tata de personas, que han sido recogidos en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. En la investigación realizada se destaca el hecho de que aunque se trate de conductas que han existido en diferentes épocas con determinadas características, lo cierto es que el incremento de las desigualdades entre el norte desarrollado y el sur empobrecido ha alterado la composición, fluidez e intensidad de las migraciones y ha modificado su distribución geográfica, con la participación creciente de redes criminales.