LAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS DE UNA CIUDAD MAYA SAGRADA: IZAMAL, YUCATÁN, MÉXICO
H. Ayuntamiento Constitucional del Municipio de Mérida
Resumen:
Izamal, Yucatán, México es una ciudad muy especial porque ha sido considerada sagrada por más de quince siglos. La antigua casa del dios-sacerdote Zamná fue lugar de oración del pueblo maya hasta el inicio de la evangelización católica que estuvo a cargo de los frailes franciscanos. En el siglo XVI la llegada de la imagen de Nuestra Señora de Izamal inició una nueva devoción entre los mayas que vieron en ella a una madre amorosa, por lo que el cariño del pueblo yucateco hacia ella perdura hasta nuestros días. La sacralidad de la ciudad se hace evidente en las manifestaciones artísticas que en ella se han producido y de las que da cuenta este trabajo.
Palabras clave: Izamal – Arte maya – Península de Yucatán – Santuario de Nuestra Señora de Izamal – Piedad Popular
Abstract:
Izamal, Yucatán, México is a very special city because it has been considered sacred for over fifteen centuries. The former house of god-priest Zamná was a place of prayer of mayan people until the beginning of catholic evangelization which was in charge of the Franciscans friars. In the sixteenth century, the arrival of the image of Nuestra Señora de Izamal began a new devotion among mayan people who saw in her a beloved mother so the affection of the Yucatecan people towards it continues to this day. The sacredness of the city is evident in the artistic expressions that have occurred there and which realizes this work.
Keywords: Izamal – Mayan Art – Península de Yucatán – Nuestra Señora de Izamal Sanctuary – Popular Piety.
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1. Antecedentes Históricos
La ciudad de Izamal fue fundada con el nombre de Itzamatul que quiere decir en maya “rocío que cae del cielo” en el horizonte preclásico (alrededor del siglo primero de nuestra era cristiana) por el sacerdote maya Zamná, patriarca de los Itzaes de acuerdo con las crónicas del padre Cogolludo, quien posteriormente fue considerado casi un dios más para los mayas. Desde esa época se convirtió en un importante centro religioso al que se dirigían numerosas peregrinaciones, al igual que el sitio conocido hoy como San Gervasio en la isla de Cozumel en el Caribe mexicano donde se veneraba a la diosa maya de la fertilidad: Ixchel.
Tras la fundación de Mérida el 6 de enero de 1542, la evangelización se intensificó en la península yucateca. El anuncio del kerigma, la primera noticia del Evangelio, era considerado una urgente necesidad para salvar las almas de los indios mayas quienes, para los evangelizadores, formados dentro de la cultura occidental renacentista, celebraban rituales demoniacos, lo que les conduciría al sufrimiento eterno. Cuando los evangelizadores de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos) llegaron a Izamal por primera vez, la encontraron prácticamente deshabitada, pero aún tenía relevancia simbólica y religiosa para los indígenas.
El 29 de septiembre de 1549 se celebró el primer capítulo de la Custodia Franciscana de San José en la ciudad de Mérida. Durante éste se aprobó no solo la erección de la custodia franciscana en Yucatán, que tomó el nombre de San José de Yucatán, sino la creación de tres nuevos conventos para apoyar a los de Mérida, Campeche y Sisal (Valladolid). Estos conventos fueron San Miguel Arcángel en Maní, San Francisco de Asís en Conkal y San Antonio de Padua en Izamal. El segundo capítulo custodial fue celebrado en 1553 y en él salió electo el joven fraile Diego de Landa y Calderón, de la nobleza de Cifuentes en España, como guardián del convento de Izamal y se le encargó la construcción del mismo, puesto que antes solo eran un conjunto de casitas de paja sobre las construcciones prehispánicas. Fue entonces cuando Fray Diego de Landa OFM inició la construcción sobre el templo prehispánico del Pap Hol Chac. Landa pensó sobre la ciudad de Izamal, recordando el significado de su nombre, que iba a reconstruirla y a fundarla de nuevo bajo los auspicios de la Inmaculada Virgen María, quien como Madre del Salvador, es el cielo de que cae para la tierra el divino rocío de la redención humana.
Fray Diego de Landa OFM, de acuerdo con un rótulo grabado en la piedra clave de la puerta del templo, logró terminar la portería, sustentada en esbeltas columnas toscanas, en 1554. El diseño del templo corrió a cargo del arquitecto Fray Juan de Mérida OFM, quien ya había estado a cargo de la construcción de los conventos de San Francisco en Mérida, San Bernardino en Sisal y San Miguel en Maní. El padre Landa llegó a amar de tal modo a sus catequizandos de Izamal que logró que una de las dos imágenes de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora que había mandado traer de Guatemala se quedara en el convento de Izamal, donde se le conoce como Nuestra Señora de Izamal. El amor del P. Landa fue ampliamente reconocido por los indios que en correspondencia, como decía el ilustre izamaleño y obispo de Yucatán Mons. Crescencio Carrillo y Ancona, “el amor de los indios por el hábito franciscano es tan profundo y acentuado, que nadie que los trate y conozca íntimamente podrá dudar de esta verdad, aún hoy después de tres siglos de aquellos hechos”.
Posteriormente, Fray Diego de Landa fue elevado a la categoría de obispo de Yucatán, siendo el segundo en ocupar la sagrada cátedra en Mérida. De él se pueden decir muchas cosas. La placa que tiene la estatua de bronce suya que se encuentra en el costado sur del convento que escribió el ex gobernador Carlos Loret de Mola en 1971 dice: “Contradictorio provincial de hierro. Fanático destructor e incansable constructor. Luz y sombra, persiguió a los mayas como inquisidor. Como obispo los defendió de los encomenderos. Hizo el auto de fe de Maní y la “Relación de las cosas de Yucatán”. Historiador primordial. Es figura eminente en la segunda mitad del siglo XVI”.
Imagen 1: Características del paisaje urbano de Izamal. En la parte superior de izquierda a derecha: Plaza Crescencio Carrillo Ancona, Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Izamal y Palacio Municipal; en la parte central, de izquierda a derecha: Centro Regional de Bellas Artes, kiosco en la Plaza Zamná y portales en la Plaza Zamná. En la parte inferior, mismo orden: vivienda tradicional de Izamal, “calesa” estacionada en la Plaza Zamná y rampa mayor para el acceso al Santuario. Fotografías de Arq. Raúl Enrique Rivero Canto, 2005 – 2010.
En 1648 la fiebre amarilla azotaba a Yucatán, por lo que se resolvió llevar en procesión a Nuestra Señora de Izamal a Mérida para que la fiebre acabase. Fue tal el poder de la intercesión de Nuestra Señora que la fiebre cesó casi inmediatamente a su llegada a Mérida, lo que hizo que se le ofrecieran abundantes limosnas, que sirvieron para la construcción del innovador – lo era para la Nueva España – camarín del convento.
En el ocaso de la Colonia, el 1 de febrero de 1821, el último gobernador español, Juan María Echeverri Manrique de Lara, ejecutó el decreto de las cortes de Cádiz por el cual se clausuraban todos los monasterios de las órdenes mendicantes en todos los dominios españoles. Por ello el convento de San Antonio de Padua en Izamal quedó clausurado al mismo tiempo que la franciscana Provincia de San José de Yucatán quedaba extinguida. Los frailes, si querían seguir siendo parte de la estructura eclesial tenían que volverse sacerdotes diocesanos. Únicamente los frailes ancianos podían conservar los hábitos quedándose enclaustrados en Mejorada (Mérida), Ticul o Calkiní (Campeche).
Tras la exclaustración de los frailes franciscanos, se dieron una serie de eventos desafortunados, empezando por el incendio que acabó con el camarín y con la imagen de Nuestra Señora de Izamal, por lo que se tuvo que llevar a Izamal la que estaba en Mérida en manos de doña Narcisa de la Cámara. A ello le siguió la ejecución de las Leyes de Reforma con la consecuente incautación de la propiedad por el Gobierno. En 1915 se desató una cruel y temible persecución religiosa de parte del gobierno carrancista, que encabezó en Yucatán el Gral. Salvador Alvarado. Entre las principales acciones, estuvo la destrucción de la gran mayoría de las obras de arte religioso, pero gracias a la oportuna intervención de los izamaleños, en especial de Don José Álvarez Ferrer, logró salvarse la imagen de Nuestra Señora de Izamal.
Al finalizar la persecución se realizan diferentes actividades para reorganizar el trabajo de las parroquias, a lo que se le puede llamar “la restauración de la Arquidiócesis”, que coincide con el trabajo pastoral del Arzobispo Su Excelencia Mons. Dr. Fernando Ruiz Solórzano (1903 – 1969), pastor de la Iglesia Católica en Yucatán de 1944 a 1969. Los principales acontecimientos de este período fueron: el Primer Congreso Eucarístico Diocesano celebrado en noviembre de 1942 y el Segundo Sínodo Diocesano celebrado el 25 de abril de 1945. La restauración moral de la Arquidiócesis incluía la restauración de los templos y de las obras de arte. Aquí cabe señalar el trabajo del escultor Francisco Mena Valdés quien con sus hijos participó en la realización de un nuevo retablo para la Parroquia de Izamal.
El Pbro. Ildefonso García Arjona el 24 de julio de 1948 les entregó la parroquia de San Antonio de Padua a los frailes franciscanos, quienes regresaron a Yucatán por gestiones de nuestro segundo arzobispo Mons. Dr. Fernando Ruiz Solórzano como parte de sus labores de restauración de la Arquidiócesis. El Comisario provincial de la Provincia del Santo Evangelio en México, Fray Fidel de Jesús Chauvet envió a la primera fraternidad de este período tras un siglo de ausencia franciscana. Los frailes que llegaron a Izamal fueron Fray Nicolás de Jesús Silva, Fray Sebastián Sepeda, Fray Leonardo Sánchez y Fray Fernando de la Borbolla.
Tras la muerte de Mons. Ruiz Solórzano en 1969 fue designado III Arzobispo de Yucatán quien desde 1965 había sido el obispo auxiliar: Su Excelencia Mons. Dr. Manuel Castro Ruiz (1920 – 2008). El papa Beato Juan XXIII convocó en 1962 al Concilio Vaticano II que se celebró hasta 1965, cuando fue concluido por el papa S.S. Paulo VI. Entre sus principales cambios a la sagrada liturgia estuvieron que el sacerdote celebrará de frente a los fieles, se modifican las vestiduras litúrgicas, que las Misas se celebren en las lenguas vernáculas en lugar del latín y que se detenga la producción de imágenes para dar lugar a altares “cristocéntricos”. Como parte de la aplicación de las reformas del Concilio fueron retiradas de muchos presbiterios las pocas imágenes que se habían salvado de la persecución y se incineraron vestimentas litúrgicas y textos de la primera mitad del siglo XX que fueron tachados de inútiles. El único lugar donde se preservó textos y vestiduras debido a la magnificencia de sus capellanes (Cngo. Mons. Enrique Pérez Capetillo y Cngo. Fernando María Ávila Álvarez, entre otros) fue en la hoy Rectoría de Santa Lucía, donde hasta la fecha se conservan inventariados bajo las denominaciones de “Acervo Bibliográfico Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz” y “Colección de ornamentos litúrgicos Cristo Rey”.
Es muy lamentable que en la época posconciliar los seminaristas se hayan formado con las ideas “cristocéntricas absolutistas” que hicieron que al convertirse en los sacerdotes de nuestro tiempo, piensen que las imágenes solo sirven para distraer a los fieles durante las celebraciones y que deben ser eliminadas, ya que se ha demostrado el valor pastoral y catequético de las obras de arte sacro.
Un hecho que marcó la vida del pueblo izamaleño fue la llegada, el 11 de agosto de 1993, del Beato Juan Pablo II para reunirse con los indígenas de las etnias de América y coronar pontificalmente a Nuestra Señora de Izamal, como reina y madre de Yucatán. El 1 de octubre de 2011, la sociedad izamaleña se regocijó al poder recibir las reliquias del Beato Juan Pablo II que consistían en una cápsula con su sangre y en sus vestiduras.
2. Izamal, ciudad sagrada
Los habitantes reconocen su ciudad como sagrada y es por ello que su escudo de armas lleva la leyenda “Itzmal Kauil” que en el idioma maya significa Sagrada Izamal o Sagrado Rocío del Cielo. El Bando de Policía y Gobierno del Municipio de Izamal narra en su artículo 7 su origen sagrado:
Izamal es una ciudad en el estado de Yucatán, México, a 72 kilómetros al este de Mérida, Yucatán. Se le conoce como "La Ciudad de los Cerros" por poseer en su territorio vestigios arqueológicos entre los que destacan 7 pirámides mayas; también se le ha nombrado como ``Ciudad de las Tres culturas” por contar con herencia cultural de la época prehispánica, la época colonial y la actual. Fue un importante centro de peregrinación dado que ahí se veneraba a Itzamná o Zamná, sacerdote patriarca de los Itzáes. A la llegada de los españoles siguió siendo tan importante que motivó la construcción de un grande y hermoso convento utilizando los materiales de una de sus pirámides, a este le dieron el nombre de San Antonio de Padua. El Obispo Fray Diego de Landa, quien vivió en esta ciudad, inició la construcción del convento y trajo la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de Yucatán, desde Guatemala. Izamal sigue siendo un lugar de peregrinación, ya que la imagen que preside el retablo mayor del templo del convento Franciscano, es la de Nuestra Señora de Izamal, la Inmaculada Concepción; la cual ha sido proclamada Patrona de Yucatán y se le festeja el 8 de diciembre con una gran fiesta popular. 1
Imagen 2: Localización de Izamal. Con color rojo se señala al territorio del Municipio de Izamal dentro del estado de Yucatán, México. Ilustración de M. en Arq. Nicte-Há Gutiérrez Ruiz, 2012.
3. El valor artístico del conjunto urbano
En la Península de Yucatán al hablar de Izamal se piensa inmediatamente en el color amarillo, eso es inevitable debido a que en el Centro Histórico así como en gran parte de la ciudad contemporánea los muros de los edificios, públicos y privados, se encuentran pintados de color amarillo y sus molduras pintadas de color blanco. Entre otros motivos, esto representa una muestra de afecto hacia el papado y la Santa Sede al ser éstos los colores que conforman la bandera del Estado Vaticano.
Indiscutiblemente, al compartir los predios características cromáticas, se logra una gran integración entre los elementos que deviene en la sensación de armonía y unidad, entendiendo la gran composición urbana como una obra de arte popular. Complementan el valor artístico del paisaje las numerosas imágenes religiosas de piedra caliza tallada que decoran las fachadas de las viviendas, ya sea en nichos o sobre las cornisas a modo de remate.
Es por las características que la definen y la identifican que el Programa Nacional de Turismo (de México) declaró a Izamal en el año 2002 como Pueblo Mágico de México.
4. El lugar de las manifestaciones artísticas de la fe de la sociedad: el Santuario
La parroquia de San Antonio de Padua de Izamal tiene por sede al histórico convento franciscano de San Antonio de Padua, que ostenta el rango de Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Izamal, Reina y Patrona de Yucatán. Todo el conjunto ocupa una manzana y colinda al norte con la calle 31 (entrada y salida de la carretera a Mérida), al sur con la calle 33, al este con la calle 28, y al poniente con la calle 30 que ha sido cerrada al tránsito vehicular porque el convento tiene una gran afluencia de turistas. El complejo tiene una superficie total de 14,687.18 m2 y su construcción duró de 1553 a 1561, utilizando el emplazamiento y las piedras de la pirámide del Pap-Hol-Chac.
El convento de San Antonio de Padua está ubicado en el Centro Histórico de Izamal, por lo que el uso de suelo que lo rodea varía entre comercial y habitacional, así como edificios de gobierno (equipamiento). Hacia el norte y poniente se encuentra rodeado por plazas, que a su vez están rodeadas de edificios comerciales, destacando por ser la más concurrida la Plaza Zamná, al norte. La plaza que da al poniente, llamada Crescencio Carrillo y Ancona o 5 de mayo, además de estar rodeada al norte y sur por comercio cuenta al oeste con la sede de gobierno municipal. Es importante mencionar que al suroeste del convento se localiza el mercado municipal de Izamal y que al sur y oriente del convento los usos varían entre comercios y casas habitacionales.
Desde la calle se puede acceder al atrio por tres rampas, una al norte, otra al sur y la principal al poniente; el acceso al conjunto podría ser peligroso y difícil para la mayoría de las personas que acuden a ella debido a que las rampas son muy pronunciadas, y al ser de piedra son resbaladizas y en caso de estar mojadas serían prácticamente una pista de patinaje. A pesar de que en las rampas de los costados (sur y norte) se han improvisado pasamanos, el acceso al conjunto sigue siendo riesgoso sobre todo para infantes, adultos mayores y personas con capacidades diferentes, lo que en nada merma la multitudinaria asistencia al inmueble.
El elemento más llamativo es el atrio, ya que es el atrio cerrado más grande de América y el segundo más grande del mundo después del de San Pedro. El atrio tiene en todo su perímetro un gran corredor con arcada, que da acceso a varias áreas del complejo (no todos los espacios están abiertos al público). Desde el atrio se tiene acceso directo a la nave principal. Curiosamente, aunque la iglesia cuenta con Capilla del Santísimo Sacramento, el Cuerpo de Cristo no está ahí, si no que siempre está en el presbiterio, esto debido a que la población no se acostumbró a tenerlo en la Capilla del Santísimo.
El espacio destinado para Capilla del Santísimo está dentro de la iglesia a 2 m. aprox. del acceso principal y en ella se encuentran 2 pilas bautismales, ya que en antaño fue sede del baptisterio. En la iglesia hay 2 confesionarios, uno está ubicado en la nave principal y otro en la Capilla del Santísimo, aprovechando el espacio. El que se encuentra en la capilla tiene más privacidad que el otro, pues está en un espacio cerrado, pero está más lejos del Sacramento porque al altar está hasta el final de la nave (29 m. aprox).
La nave del templo tiene cuatro accesos: uno al poniente, el principal; al norte dos, uno de los cuales da a un claustro que sirve como vestíbulo a otras áreas y el otro (a un costado del presbiterio) a un pasillo que queda justo frente a la sacristía, y esta cercanía hace funcional el traslado de los utensilios litúrgicos; y el cuarto al sur, que da a una terraza, que a su vez vincula a los servicios sanitarios. Algo que destaca del templo es la presencia de almenas en sus muros laterales.
Directamente desde el atrio se tiene acceso a la antigua capilla de la Tercera Orden, que actualmente es utilizada como salón de usos múltiples. El antiguo claustro mayor da acceso a la sacristía, a las aulas de catecismo y al segundo claustro que es residencia de los frailes menores. Debajo del camarín de Nuestra Señora se encuentra el Museo de Sitio. El camarín es visitado por turistas y devotos por contener uno de los mayores tesoros de Yucatán: Nuestra Señora de Izamal. “Hoy el rostro de la imagen de Nuestra Señora de Izamal es sobrio e inspira confianza; yo he sido testigo de cómo algunas personas al verla de cerca por primera vez, derraman lágrimas porque es muy grato verle los ojos que miran con gran ternura” 2
Imagen 3: Obras de arte sacro en Izamal. En la parte superior de izquierda a derecha: vista general de la nave del Santuario, pintura al óleo de la época colonial de Nuestra Señora de Izamal 3 y escultura de Mons. Diego de Landa OFM 4; en la parte central se puede ver el presbiterio del Santuario en el que destaca el retablo mayor. En la parte inferior, mismo orden: escultura original de Nuestra Señora de Izamal, imagen de Nuestra Señora de los Remedios en el barrio del mismo nombre y réplica del Santo Cristo de Sitilpech. Fotografías de Arq. Raúl Enrique Rivero Canto, 2008 – 2009.
Imagen 4: Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Izamal En la parte superior de izquierda a derecha: detalle de la portada de acceso al templo, claustro mayor y murales al fresco en la portería; en la parte central, de izquierda a derecha: fachada sur del presbiterio, detalle del reloj de sol sobre el claustro mayor y ruinas de la noria. En la parte inferior, mismo orden: acceso principal, detalle de los contrafuertes y vista del conjunto desde la Plaza Crescencio Carrillo y Ancona. Fotografías de Arq. Raúl Enrique Rivero Canto, 2005 – 2011.
Desde que una persona accede al conjunto se percibe un espacio magnífico. La rampa indica que se accede a la presencia del Creador, el atrio ofrece una sensación que mezcla paz con magnanimidad. Al entrar al templo se percibe, gracias a la altura de su techo, a la longitud de su nave y a la presencia de las pías imágenes, que ahí está Dios. A lo largo de la nave cuenta con una imagen de Cristo Negro, la Santísima Trinidad, Santos Reyes Magos, Nuestra Señora de Guadalupe y Sagrado Corazón de Jesús. En el primer cuerpo del retablo, elaborado por el ebanista izamaleño don Miguel Lima Torres, están, de izquierda a derecha: Santa Lucía (a veces sustituida por San Felipe de Jesús, protomártir mexicano y patrono de la provincia franciscana a la que pertenece Izamal), San Antonio de Padua, el Santísimo Sacramento, San Francisco de Asís y San José. En el segundo cuerpo están pinturas que representan: El Descendimiento, La Natividad, La Visitación y La Anunciación. Al centro está la original escultura tallada de Nuestra Señora de Izamal. Las pinturas reafirman la propiedad mariana del conjunto al representar escenas importantes de la vida de María Santísima.
Otras importantes obras de arte en su interior son los retratos al óleo de distinguidos obispos yucatanenses y del Beato John Duns Scotus. Mención especial merece la pintura mural de Santa Bárbara junto al acceso principal del templo.
El complejo está construido en su totalidad de mampostería, los muros son altos y gruesos, la nave es de bóveda de cañón corrido y tiene 51.90 m de largo, y 9 y 11 m de ancho. Los materiales que se utilizaron además de la piedra fue el vidrio, para los vitrales y madera para los barandales, aunque se han reemplazado por herrería. Lo que queda del antiguo huerto está convertido en un gran jardín que ayuda a refrescar el ambiente. La plataforma del camarín está flanqueada por dos frondosos árboles.
En Izamal como en ninguna otra obra franciscana queda en evidencia la ambición constructiva de los frailes. Más que simple base para la evangelización de una comarca, Izamal fue concebido como símbolo de la nueva fe, alzada en este caso no sólo en simbólica, sino dramática y literalmente sobre las ruinas de las antiguas creencias. Su objetivo fue reclamar para el cristianismo el prestigio inmemorial de un santuario cuyos templos y masivas plataformas se extendían en todas direcciones, y desde cuya eminencia alcanzaban a vislumbrarse los visos azulosos del Caribe.5
La sociedad se involucra fervientemente en las actividades que se realizan ahí “dándole vida” a las esculturas que ahí se encuentran. Entre tales actividades se encuentran numerosas muestras de la Piedad Popular Católica, importante ejemplo del Patrimonio Cultural Intangible de la Península de Yucatán.
5. Las manifestaciones artísticas prehispánicas
Siete pirámides mayas aún perviven de las muchísimas que existieron en Izamal, son dignas representantes de la cultura que la construyó. El estilo arquitectónico al que pertenecen es el maya megalítico debido al tamaño de las piedras empleadas para su edificación, así como al tratamiento de las esquinas de los inmuebles. La más sobresaliente de todas ellas es el Kinich Kakmó que en idioma maya significa “guacamaya de fuego de rostro solar”. Con más de 35 metros de altura es el edificio prehispánico más alto de Yucatán y hace de Izamal, la tercera ciudad con edificaciones más grandes por dimensiones de base de México, únicamente superada por Cholula y Teotihuacán.
Otra pirámide de interés es Itzamatul que en idioma maya quiere decir “el que recibe o posee la gracia que cae del cielo” que supera los 22 metros de altura y permite apreciar desde ella la majestuosidad del Kinich Kakmó.
Las otras cinco pirámides son de menores dimensiones pero gozan de la misma importancia para comprender el asentamiento prehispánico, éstas son: Habuk (Vestido de agua), Chaltún Há (Agua de la laja), Hun pic tok (Ocho mil pedernales), Kabul (Casa de la mano milagrosa) y Tu’ul o El Conejo. En Habuk el sitio se desplanta en una plataforma de 90 metros de lado y en El Conejo sobre una plataforma de 50 x 40 metros que probablemente sirvió para funciones habitacionales. De Kabul se dice que “albergó entre sus escombros una cara gigante de más de dos metros de lato, modelada en estuco, similar a las de Kohunlich, Quintana Roo, desaparecida a principios del presente siglo”6
De las siete pirámides, sólo dos se encuentran en propiedad privada: Hun pic tok se encuentra dentro de las instalaciones del Hotel San Miguel, frente al Palacio Municipal y Kabul dentro del Centro Cultural y Artesanal Izamal. Los cinco sitios públicos cuentan con la protección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y son mantenidos en óptimas condiciones por el H. Ayuntamiento Constitucional del Municipio de Izamal, por lo que la entrada es libre y se pueden visitar de 8:00 a 17:00 horas.
Imagen 4: Manifestaciones artísticas prehispánicas y cenotes. En la parte superior de izquierda a derecha: cenote izamaleño, detalle del Kinich Kakmó y cenote en la carretera Izamal - Tunkás; en la parte central, de izquierda a derecha: fachada poniente de Itzamatul, pirámide superior de Kinich Kakmó y fachada oriente de Itzamatul. En la parte inferior, mismo orden: vista general del Santuario desde la cima de Itzamatul, escalinata mayor de Itzamatul y vista general del Kinich Kakmó desde la cima de Itzamatul. Fotografías de Arq. Raúl Enrique Rivero Canto, 2005.
6. Los barrios tradicionales
Como resultado de las políticas de congregación de la Colonia, numerosos indígenas mayas fueron trasladados a Izamal, y al llegar fueron conformando barrios que aún perviven. Cada uno de ellos cuenta con una capilla cuyo santo patrono le da nombre e identidad al barrio y un parque con características propias. “Al igual que en las ciudades, sus plazuelas simbolizan el inicio del espacio periférico, pero, al mismo tiempo, el centro de su respectivo emplazamiento”7
El más visitado de todos los barrios es el de Los Remedios, al noroeste de la ciudad, cuyo nombre proviene de la advocación patronal: Nuestra Señora de los Remedios, cuya imagen se encuentra en la capilla colonial del barrio dentro de una composición enmarcada por un imponente retablo neogótico del siglo XIX. Hoy en día el barrio ha cobrado nueva vida ya que, desde el 16 de septiembre de 2008, es la sede de la parroquia diocesana “El Señor Jesús, Divina Misericordia”, que promueve la ejecución del Plan Diocesano de Pastoral de la Arquidiócesis de Yucatán en Izamal. También en dicho barrio se encuentra un imponente Yaxché (Ceiba Pentandra L. Gaertn), árbol sagrado para los mayas, escenario predilecto para un sinfín de leyendas.
Otro barrio destacado es el de La Santa Cruz o El Gallito, al poniente de la ciudad, cuya capilla está anexa al Parque de los Cañones, que como su nombre lo indica, exhibe los vestigios militares de la Guerra de Castas del siglo XIX, en la que la ciudad tuvo que defenderse de los indígenas mayas insurrectos. La devoción a la Santa Cruz desarrolló un gran auge hacia 1847 y desde entonces es parte fundamental de la religiosidad popular de los pueblos de la Península de Yucatán.
El barrio de San Román cuenta con una pequeña capilla, antes dedicada al Divino Maestro, y se encuentra muy próximo al antiguo cementerio hacia el sur de la ciudad. Hacia el norte de la ciudad, después de haber pasado la pirámide de Kinich Kakmó se localiza el barrio de San Ildefonso o del Zorro cuya capilla decimonónica es muy modesta. En él destaca la presencia de un ancestral pozo comunitario, muestra del Patrimonio Natural de Yucatán. Finalmente, el barrio del Santo Cristo o de San Juan al oriente, constituye una interesante zona de valor ambiental por la antigüedad y grandeza de sus joyas botánicas.
7. Espacios de difusión artística y cultural
Además del Museo de Sitio del Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Izamal, se han desarrollado espacios para la promoción cultural y artística. Algunas de esas oportunidades han sido desarrolladas por la autoridad municipal y otras por la propia Orden de los Frailes Menores. En fechas recientes el Grupo Plan y la Fundación Haciendas en el Mundo Maya crearon el Centro Cultural y Artesanal Izamal para coadyuvar en la difusión de las artesanías que produce la población maya. Entre los servicios que ofrece el Centro Cultural y Artesanal se encuentran: museo, hotel spa, tienda de artesanías, restaurante y renta de bicicletas. La obra expuesta en el Museo del Centro Cultural y Artesanal fue donada por Fomento Cultural Banamex A.C. y forma parte de de la colección Grandes Maestros del Arte Popular.
En lo que antes fue el Colegio Civil de Niñas, fundado en 1899, y la Biblioteca Municipal funciona, gracias a la inversión pública, el Centro Regional de Bellas Artes. También, de iniciativa gubernamental es el Centro para el Desarrollo de la Cultura y las Artes.
Otros espacios para la difusión artística y del patrimonio cultural son un taller de bordado de punto de cruz o hilo contado, un taller de urdido de hamacas, un taller de bordado a máquina, un taller de miniaturas y artesanía ecológica, un centro de herbolaria maya, un taller de joyería en espino de henequén y cocoyol, un taller de papel maché, un taller de tallado en hojalata, un taller de tallado en madera fina, un taller de zapatería tradicional artística, una destilaría de henequén y un centro de difusión de cuentos y leyendas. De igual manera se puede concertar una cita con el distinguido cronista de la ciudad.
También conviene resaltar el potencial cultural y artístico del antiguo cementerio, así como de la ex estación de ferrocarriles de principios del siglo XX. Ambos recintos, importantes muestras del patrimonio funerario e industrial respectivamente, podrían ser explotados para fines culturales y para albergar muestras de arte, en especial de arte contemporáneo, ya que la ciudad carece de un recinto de ese tipo.
8. Conclusiones
La ciudad de Izamal posee una historia fascinante que parte de un místico pasado prehispánico, pasa por un piadoso pasado colonial y llega a un presente en el que convergen el dinamismo modernizador y el interés por conservar las manifestaciones artísticas de su patrimonio cultural edificado. La presencia de Nuestra Señora de Izamal y su Santuario funcionan como ejes de la actividad cotidiana en la ciudad y detonantes de la actividad turística.
Al analizar Izamal estamos frente a una ciudad que es una obra de arte en sí misma en cuanto lo urbano y en la que cada elemento arquitectónico goza de un valor artístico único en el mundo, al ser exponente de la inculturación del Evangelio en la religiosidad popular maya, utilizando las formas y los colores propios de la Península de Yucatán. No se puede pasar por alto que las manifestaciones artísticas prehispánicas que aún perviven incrementan el valor cultural de la ciudad del mismo modo que el folclore y la magia que encierran los barrios tradicionales.
Las diversas manifestaciones artísticas de esta ciudad maya sagrada gozan de una buena estrategia de difusión, pero requieren acciones concretas de rescate y restauración. También hace falta promover la producción de obras de arte contemporáneo en la ciudad.
El pueblo yucateco se encuentra muy orgulloso de la ciudad sagrada de sus antepasados, porque para él aún goza de tal dignidad. El valor espiritual de la ciudad de Izamal trasciende las fronteras de lo religioso para permear en el medio artístico e incidir fuertemente en la vida de la sociedad.
Imagen 5: Vinculación de arte y sociedad en el Santuario de Izamal. Ilustran esta lámina fotografías de la ceremonia multitudinaria con la que el pueblo maya recibió las reliquias del Beato Juan Pablo II (al centro) el 1 de octubre de 2011 en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Izamal. En fila del centro a la izquierda y a la derecha se puede observar los murales de Santa Bárbara que decoran el pórtico. Fotografías de Arq. Raúl Enrique Rivero Canto, 2011.
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2 GONZÁLEZ, El Convento de San Antonio de Padua y la Imagen de Nuestra Señora de Izamal. Izamal, 2008, p. 7.
3 Esta pintura actualmente es exhibida en la Pinacoteca Juan Gamboa Guzmán en la ciudad de Mérida, Yucatán.
4 Esta escultura es obra de Don Enrique Gottdiener Soto, distinguido escultor mexicano que se caracterizó por su obra en bronce con temática indigenista y nacionalista.
5 BRETOS, Iglesias de Yucatán. Mérida, 1992, p. 71.
6 MÉZQUITA, Arte Sacro en Yucatán: la expresión de la fe. Mérida, 2006, p. 83.
7 PERAZA, Espacios de identidad: la centralidad urbana y el espacio colectivo en el desarrollo histórico de Yucatán. Mérida, 2005, p. 225.