EL TRINOMIO DE LA VENTA PERFECTA: MUEBLES, COMERCIO Y BIBLIOGRAFÍA
Universidad de Málaga
Resumen:
Actualmente el historiador del mueble que se tenga que enfrentar con una pieza, obligatoriamente tendrá que tener presente cuales son las fuentes actuales para poder desarrollar dicha labor. Analizamos en el presente trabajo la historiografía de la Historia del Mueble español, en sus obras dedicadas al mercado de muebles antiguos. Publicaciones que se generalizaron a partir de los noventa del siglo XX. De entre los diferentes tipos de publicaciones que el investigador puede encontrar, disponemos de obras que analizan el precio de coste originario del mobiliario, es decir el precio de venta, por ejemplo de una cómoda en el siglo XVIII; aquellos textos que recogen cotizaciones actuales, como la prensa especializa en subastas y mercado del arte, y obras, habitualmente ignoradas como los catálogos de subastas.
Palabras clave: Muebles. Historia. Mercado. Casa de subastas. Cotizaciones. Historiografía. España.
Abstract:
Nowadays the historian of the furniture, who has to face up to a piece, necessarily will have to bear in mind the current sources to be able to develop the labour previously mentioned. In this article, we analyze the historiography of the History of the Spanish Furniture, in the works dedicated to the market of antique furnitures. These publications werewidespread since the nineties until the 20th century. Between the different types of publications that the investigator can find, we have works that analyze the original cost price of the furniture, that is the price of sale, for example a commode in the 18th century; those texts that gather current prices, such as the press specializes in auctions and market of the art, and works habitually ignored as the auction catalogues.
Keywords: Furniture. History. Market. Auction House. Price. Historiography.Spain.
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“Quienes no le hallaban simpático decían que era tratante en antigüedades y objetos artísticos, pero el rechazaba con vigor la acusación (…) Eran muchas las familias francesas, y había algunas inglesas, cuyas circunstancias las forzaban a deshacerse de un Buhl firmado, o de un escritorio construido personalmente por Chippendale, siempre que sin publicidad pudiera llevarse a cabo la cosa, y esto las llevaba a aceptar complacidas los consejos de un hombre de gran cultura y modales irreprochables, capaz de arreglar el asunto directamente”1
1. El precio originario del mobiliario español y su eco en la bibliografía.
El mueble antiguo, ya sea culto2 o popular3 , como todo objeto material, se incluía dentro de la ley de la oferta y la demanda, y por lo tanto dependiendo de la calidad de los materiales, decoraciones y complejidad del mismo, recibían un precio u otro. A nosotros, lo que nos interesa no es realmente cuanto se pagó por un mueble en un determinado momento, sino recoger la bibliografía que se ha hecho eco de tales cuestiones.
Para poder trabajar con un valor de mercado del precio originario del mobiliario, los investigadores disponen de fuentes como la documentación gremial, las testamentarias, tasaciones de bienes, documentos notariales, o aranceles comerciales. A partir de todos estos medios, se han venido editando diferentes trabajos, monográficos o vertebrales como capítulos de artículos o libros, que han profundizado en el precio del mueble antiguo, en diferentes épocas (Fig. 1).
Fig. 1. Billhead of Jonh Hodson (1733). En países como Inglaterra los muebles han sido objetos de una intensa actividad comercial, conservándose anuncios publicitarios de establecimientos dedicados a la venta y realización de muebles.
Sin pretender ser exhaustivos en estas cuestiones, tras una lectura y análisis de la bibliografía, se observa que el interés por el mercado del mueble, en épocas pasadas, es relativamente reciente. Aguiló en El mueble en España. Siglos XVI-XVII, es una de las primeras en resaltar estos asuntos en un capítulo de sus libros. Se detecta en la bibliografía desde los noventa, la incorporación progresiva de este tipo de estudios, tanto en monografías como en artículos de revistas científicas.
La citada autora presenta una metodología de estudio del precio del mueble antiguo, que posteriormente veremos reflejada en el libro de Valle Quesada sobre el mobiliario canario. En El mueble en España siglos XVI-XVII, primera parte, pp. 31-34, en el capítulo “la Adquisición de mobiliario”, gestiona la información en dos sub-apartados, que titula:
A lo largo de ellos profundiza en los diferentes modos de adquirir un mueble en determinados momentos históricos, y cómo su venta y precio estaban siempre regulados por el gremio.
“El establecimiento de tiendas dedicadas exclusivamente a la fabricación y venta de mobiliario, queda recogido desde las primeras ordenanzas de Sevilla o Granada. Maestros entalladores y ensambladores fabricaban los muebles y exponían a la venta los de uso común, permitidos según su titulación (…) Los precios de los muebles estaban regulados por las tasas generales de mercaderías que se promulgaban sin regularidad. Entre las disposiciones sobre regulación de precios en el siglo XVII, sólo la de 1628 refleja con exactitud los precios a los que se debían vender los diferentes tipos de muebles, incluyendo las mercaderías procedentes de la India y Portugal” 4.
Apunta también Aguiló, que las prácticas de alquiler de muebles estaban a la orden del día, citando un comercio establecido en Madrid, gestionado por doradores5 .
Dentro de estos sistemas de compra-venta de muebles, en España hacían las delicias de los extranjeros las almonedas de bienes, de las que la bibliografía también nos ha dado las oportunas cuentas, pudiendo citarse, por ejemplo, los párrafos que Aguiló dedica a esta cuestión, o todos aquellos inventarios de las posesiones de reyes, nobles, religiosos, u otros donde se nos hace partícipe de la venta de los bienes de un moribundo o difunto.
En la línea de investigación propuesta por Aguiló, Valle Quesada, en El mueble tradicional en Gran Canaria, reproduce prácticamente el esquema propuesto por Aguiló, aunque aumentado. A diferencia del anteriormente citado, aquí las afirmaciones se reducen únicamente al mobiliario de Gran Canaria. Entre los puntos que se desarrollan sobresalen:
En estrecha relación con las afirmaciones de Aguiló, y la regulación y disposiciones del gremio, Valle Quesada, incluye un capítulo, inhabitual en estos menesteres, donde aborda el comercio actual de un tipo de mueble, nuevo, producto de la artesanía canaria actual.
Nadal Iniesta, en la línea de las anteriores, en su artículo “el mobiliario doméstico en la Murcia de principios del siglo XVIII (1700-1725)”6 , hace un breve comentario sobre el precio del mobiliario de ésta época, señalando algo que nos es de especial interés “se puede observar que el mobiliario, a pesar de estar realizado en maderas ricas y con embutidos de materiales de gran valor como la plata, el marfil o el nácar, no alcanza la valoración de otras obras escultóricas, pictóricas, de platería o de joyería”7 . Aunque es un dato que habría que contrastar con otros de la misma época u otras regiones, no deja de ser significativo que el precio del mobiliario sea inferior al de otras producciones artísticas.
Morera Villuendas en su trabajo “El escaparate, un mueble para una dinastía”8 , destina un epígrafe a la valoración de este tipo de muebles, siendo uno de los pocos casos donde se analiza el precio de un determinado mueble. La autora clarifica sus afirmaciones con un interesante gráfico donde pone de manifiesto la estabilidad del precio de este tipo de muebles desde aproximadamente 1640-1660 hasta hacia 1730, siendo el único gráfico de estas características del que tenemos constancia. Además, afirma que el análisis realizado “confirma que los precios medios del escaparate suelen ser inferiores a los más costosos escritorios o las camas torneadas” 9.
El último texto que aludiremos es el artículo de Piera recientemente publicado en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, titulado “El comercio del muebles en Cataluña durante el siglo XVIII” 10, donde compila todas aquellas informaciones que fue descubriendo durante su proyecto de tesis doctoral, y que en líneas generales presenta un esquema de trabajo en consonancia con los textos ya referidos, pero con la gran diferencia de que las transacciones comentadas tienen nombre y apellidos.
2. El comercio actual del mueble. Artículos y revistas especializadas.
Sin ánimo de ofender, podemos afirmar que en España los muebles son obras de arte, pero algo menos que sus primos y hermanos internacionales. Fuera de nuestras fronteras nadie duda de la artisticidad de determinados tipos de muebles, y del precio que por ellos llega a pagarse. La situación nacional dista mucha de reconocer al mobiliario como una obra de arte, siendo contadísima las ocasiones en las que podemos ver en una subasta española, y por consiguiente tocarlo, un mueble español de primera categoría que oscile entre las seis y siete cifras. Muebles como la “mesa de las cartas náuticas del Mar Mediterráneo”11 , o el “arca de Juana la Loca” 12, ambas rematadas en Alcalá Subastas, son una verdadera rareza dentro de la realidad nacional.
En España se produce una situación particular. Por un lado, muchos de nuestros muebles, en general aquellos de apariencia afrancesada, se venden como franceses o italianos, ya que visualmente están muy cerca de éstos, particularmente las sillas. De esta manera se da salida a un buen número de piezas que no encuentran comprador en el mercado nacional. En segundo lugar, es habitual encontrar muebles foráneos en nuestras subastas, principalmente de Francia, Inglaterra, Portugal e Italia. A propósito de la cuestión se sorprendería el lector del número de muebles que llevan la etiqueta/marca de “napolitano”. Todos estos muebles internacionales se ofertan aquí a precios ridículos en comparación a lo que se llegaría a pagarse por ellos en su países de origen. Un caso digno de destacar sería el coleccionismo del mueble portugués, por portugueses, que en contra de lo que podría parecer se mueve a unos precios que dejan al mobiliario español literalmente por los suelos (Fig. 2).
Fig. 2. Logo de Feriarte. Las ferias de arte suponen un importante punto de encuentro entre coleccionistas y comerciantes. En Feriarte podemos encontrar todo tipo de muebles, de todas las épocas, estilos y procedencias.
Traemos a colación en este capítulo varios artículos que tienen por objeto la cuestión del mobiliario en el mercado del arte actual. Los hemos clasificado en dos grupos diferenciados: aquellos que han sido editados en revistas científicas y los que aparecen en revistas especializadas en mercado del arte. De estos últimos nos haremos eco de la problemática que presentan.
Con respecto al primer grupo, en 2007, dentro de la obra colectiva El moble del segle XVII a Catalunya i la seva relació amb altres centres europeus, Marc Calzada y Artur Ramón 13, editaron un trabajo que llevaba por título “El mueble del siglo XVII en el comercio de Antigüedades”. Dicho artículo, con un nombre tan sugerente, no es como podría parecer un estado de la cuestión sobre la venta de mobiliario del siglo XVII en el momento actual, sino una reflexión sobre los agentes que participaban del comercio de muebles en esa época.
Recientemente, en 2011, Aruana Moyano 14, ha publicado una extensa investigación, que, prácticamente, puede ser considerado como un pequeño manual sobre el mercado del mueble español actual, y al que remitimos como fuente básica para entender la situación en la que hoy en día se ven inmersos los muebles, los precios, y los coleccionistas españoles de este sector. El estudio sobresale también por la metodología propuesta y que mencionamos a continuación:
La fortuna del mueble español en el mercado del arte como reflejo de su valoración social.
La novedad de la metodología propuesta por Caruana Moyano radica en que ofrece una visión del mercado del mueble integradora, donde tienen cabida todos los principales agentes que intervienen en su comercio, anticuarios, coleccionistas, casas de subastas, etc. El artículo se ilustra con varias tablas que recogen el precio de los muebles desde diferentes puntos de vista:
La investigación también es interesante no sólo por su propio contenido, sino también por el repertorio bibliográfico que lo acompaña, donde se citan un buen número de artículos de gran interés para quien quiera aproximarse al estudio del mercado del arte, y que será una de las principales diferencias que citaremos cuando a continuación hagamos referencia a los artículos aparecidos dentro del revistas especializadas en mercado el de arte.
No queremos dejar de citar dentro de este primer grupo el articulo “Practicum de catalogación, inventario y tasación de mobiliario”, escrito por Teresa Navajas 15. Desde aquí pensamos que a esta publicación no se le ha prestado la atención merecida, ya que viene a ser como un pequeño manifiesto que todo ente relacionado con el mobiliario antiguo español debería leer. Quién tenga por costumbre leer catálogos de subastas, será consciente de la locura que puede llegar a producir leer cualquiera de los catálogos comerciales de ventas de obras de arte en España, sin normalización, bibliografía, e informaciones de dudosa credibilidad. La autora del “Practicum” reflexiona sobre todas estas cuestiones, con afirmaciones tan sensatas como ésta: “la escasa sistematización de datos en el mercado nacional del anticuario, motivada por una dinámica de no contrastar la información de los objetos de arte, siembra entre el colectivo de compradores una duda razonada”16 o “como nota disonante del mercado de antigüedades, aún subsiste un cierto descontrol técnico que, a simple vista, responde a dos motivos fundamentales: por un lado, el desconocimiento científico de la disciplina, y por otro, la deontología de un sector demasiado endogámico” 17.
El texto de Navajas nos sirve de enlace para introducir el segundo grupo de artículos al que hacíamos referencia: los publicados en revistas especializadas en mercado del arte como Subastas Siglo XXI o Galería Antiqvuaria 18(Fig. 3). Éste tipo de publicaciones son de gran interés para los estudiosos del mueble por dos cuestiones:
Fig. 3. Las revistas especializadas en mercado del arte, son una interesante fuente para los historiadores del mueble, ya que ofrecen repertorios de piezas de las que habitualmente no hay ejemplares en los museos, ni referencias bibliográficas.
Los artículos de estas publicaciones presentan un problema intrínseco a su propia esencia. Como revistas de divulgación, su objetivo es precisamente ése, divulgar, y no hacer Historia del Mueble, que es algo que les compete a los investigadores. Partiendo de esta cualidad, sus textos se construyen basándose en de la opinión verbal de expertos en la materia que se esté tratando, y no como fruto de la investigación y la consulta de bibliografía y documentación, por lo tanto siempre hay que contrastar las informaciones aquí recogidas.
2.1. Los catálogos de subastas como fuentes para la Historia del Mueble.
El investigador corriente suele acudir a determinadas fuentes como la documentación de archivo, la bibliografía o las fotografías, entre otras, por ejemplo. Son excepcionales los casos en los que nos encontremos con un historiador que trabaje con piezas publicadas en catálogos de subastas.
Es precisamente sobre esta cuestión sobre la que queremos llamar la atención: la importancia de los catálogos de subastas como fuentes para la Historia del Mueble. Aunque como hemos mencionado anteriormente, las afirmaciones que en ellos se recogen tienen que ser siempre cogidas con alfileres, es indudable la importancia de los mismos para escribir la Historia del Mueble español.
Si somos capaces de abstraernos del texto escrito en los catálogos de subastas españoles19 , nos daremos cuenta de lo útil que puede ser la lectura de los mismos. La historia visual del mueble que nos ofrecen es simplemente infinita, siendo habitual poder encontrar tipologías de las que no se conservan ejemplares en museos. Otra razón por la que nos son de gran utilidad, es por el hecho de que son constantes las apariciones de muebles fechados, más de las que nos podemos imaginar, dándonos a los investigadores la posibilidad de trabajar con piezas seguras de un determinado momento.
Aunque he se ha mencionado que la literatura debe ser leída con más curiosidad que interés, en algunas ocasiones nos puede poner la vista sobre algún foco de producción. Sirva como ejemplo la siguiente situación real:
Un investigador llega a una casa de subasta, con el objetivo de ver unas curiosas sillas que aparecen en un catálogo de ventas, bajo el título de “sillería gaditana del siglo XVIII”. El investigador, que está un poco puesto en estas cuestiones le pregunta al catalogador de turno, -“disculpe, ¿me podría indicar en que criterios se ha basado la catalogación del este mueble?-, ya que sabe perfectamente que en la bibliografía nacional no hay ni una sola referencia al mueble gaditano. El catalogador, apresuradamente responde, - “la sillería procede de un palacio de Cádiz, del siglo XVIII, que conserva su colección de mobiliario intacta, y que además ha pertenecido a la misma familia nobiliaria desde hace siglos. Su estado de conservación es perfecto, y no se encuentran ejemplares similares en el mercado”-. El investigador se obliga a sí mismo a sonreír y se retira. Posteriormente, con cierta suspicacia, se va Cádiz y se da un paseo por la Catedral, iglesias y palacios, y comprueba que lo que por allí se encuentra realmente se parece a la sillería gaditana del siglo XVIII, que la casa de subastas ofertaba. O, en cambio, comprueba que el catalogador lo estaba engañando, y que en Cádiz, Jerez, el Puerto de Santa María, o Medina Sidonia, no hay ni un solo mueble que recuerde a la famosa “sillería gaditana del siglo XVIII”. Un mes mas tarde se entera por el Subastas siglo XXI, que las sillas se han vendido por tal precio. Pasa un año, y nos volvemos a encontrar la misma sillería, esta vez ofertada en Cataluña, bajo el título “bonita sillería valenciana del siglo XVIII…”. He aquí una prueba del interés de los catálogos de subastas y las revistas especializadas en el sector. 20
Puesta de manifiesto la utilidad que pueden presentar este tipo de obras, hay un factor negativo al que tenemos que aludir. Toda obra que se encuentre dentro del mercado del arte, y muy especialmente los muebles, debe ser mirada con un ojo tremendamente crítico, ya que suelen estar “contaminadas”, es decir, “restauradas”, rehechas, “refrescadas”, “repolicromadas”, “casadas” por medio de una boda, o cualquier otra intervención que haya alterado el aspecto u estructura original 21.
3. Bibliografía
ARNAU, Frank, El arte de falsificar el arte. Tres mil años de fraudes en el comercio de Antigüedades. Barcelona, 1960.
CARUANA MOYANO, Sonsoles, “La fortuna del mueble español en el mercado del arte como reflejo de su valoración social”, Revista de dialectología y tradiciones populares, nº 1, t. 66 (2011), pp. 197-228.
GRAMPP, William D., Arte, inversión y mecenazgo. Un análisis económico del Arte. Barcelona, 1991.
HEINZ HOLZ, Hans, De la obra de arte a la mercancía, Barcelona, 1979.
MUÑOS SECA, Beatriz, Arte y eficiencia: El sector de la cultura vista desde la empresa. Navarra 2011.
NAVAJAS, Teresa, “Practicum de catalogación, inventario y tasación de mobiliario”, Estudio el Mueble, nº 10 (2009), p. 30.
PEÑUELAS I REIXACH, Lluis, Valor de mercado y obras de arte. Análisis fiscal e interdisciplinario. Madrid, 2005.
PIERA MIQUEL, Mónica, “El comercio de muebles en Cataluña durante el siglo XVIII”, Revista de dialectología y tradiciones populares, nº 1, t. 66 (2011) pp. 109-138.
POST, Elvin, Fraude. Barcelona, 2009.
SHINER, Larry, La invención del arte: Una historia cultural. Barcelona, 2004.
SPENCER, Ronald D., El experto frente al objeto: Dictaminar las falsificaciones y las atribuciones falsas en el arte visual. Madrid, 2011.
THOMPSON, Donald N., El tiburón de los 12 millones de dólares: La curiosa economía del arte contemporáneo y las casas de subastas. Barcelona, 2009
1 W. SOMERSET MAUGHAM, El filo de la navaja. Barcelona, 2005, p.13.
2 Mueble noble o culto.“Es el más cambiante, porque a la utilidad se le añade la continua búsqueda del diseño, sufriendo así las influencias de los cambios de estilo que se dan en el resto de las artes, especialmente en la arquitectura. El mueble culto incorpora más rápidamente las innovaciones técnicas que el resto de los grupos y es más homogéneo y universal. Se juega con la riqueza de los materiales y con la perfección de lo acabados, utilizando lacas, pan de oro y, con frecuencia, maderas importadas (primero de Oriente y más tarde de América). En el mobiliario noble, la búsqueda de nuevas formas que expresan estilos de vida, es constante”. M. T. VALLE QUESADA, María Teresa, El mueble tradicional en Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 2004, p. 30.
3 Mueble popular.“Estos modelos (se refiere al mueble provincial) comienzan a repetirse sin apenas cambios ni influencias de modas y se mantienen dentro de la tradición pasando entonces a convertirse en modelos populares gracias a los carpinteros rurales”. ”. M. T. VALLE QUESADA, María Teresa, El mueble tradicional en Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 2004, p. 32.
5 M.A. AGUILÓ ALONSO, Ob. Cit, 31.
7 J. NADAL INIESTA, ob. Cit., p. 99.
9 A. MORERA, Ob.cit., p. 123.
10 M. PIERA MIQUEL, “El comercio de muebles en Cataluña durante el siglo XVIII”, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, nº 1, t. 66 (2011), pp. 109-138.
11 La Mesa de las Cartas Náuticas fue subastada por Alcalá Subastas los días 2 y 4 de de octubre de 2007. Desde un precio de salida de 120.000 euros, ascendió a 325.000, pagando finalmente el comprador, impuestos incluidos, 381. 475 euros.
12 El Arca de Bodas de Juana la Loca, alcanzó un precio de remate de 1.100.000 euros.
14 S. ARUANA MOYANO, “La fortuna del mueble español en el mercado del arte como reflejo de su valoración social”, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, nº 1 t. 66 1(2011), pp. 197-228.
15 T. NAVAJAS, “Practicum de catalogación, inventario y tasación de mobiliario”, Estudio del Mueble, nº 10 (2009), p. 30.
16 T. NAVAJAS, ob. cit. p. 30.
17 T. NAVAJAS, ob. cit. p. 30.
18 A lo largo del presente trabajo prácticamente no se citan los artículos sobre mobiliario aparecidos en estas revistas, que son muchos y muy variados, u por lo tanto no suman a los cómputos de las tablas elaboradas. Sólo lo hacemos en casos muy particulares, como aquellos que hacen alusión al mobiliario de determinado focos de producción, como son Valencia, Mallorca y Cataluña, o cuando aludimos determinadas técnicas decorativas como la Taracea, se reseñan y computan éstos artículos. Esta exclusión se debe a que los mismos son más divulgativos que científicos, y su objetivo es hacer un comentario sobre el mercado del arte, y no Historia del Arte, de las artes decorativas o del mueble. Aún así, son de gran utilidad para aproximarnos a determinados tipos de muebles o historias. Tampoco citan bibliografía, ni referencias.
19 En contraposición, la literatura incluida en los catálogos de subastas internacionales, los de las principales casas de subastas, debe ser tenidos en cuenta una importante fuente de conocimiento para la historia del mueble, ya que suelen estar escritos por especialistas en la materia, o supervisados por una reconocida autoridad.
20Basado en hechos reales.
21 Nos referimos a intervenciones modernas, muy habituales entre el sector del antiquariado.