EL COLOR EN LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA: LA POÉTICA DEL COLOR POR MEDIACIÓN DEL EMPLEO DE PÁTINAS: RAMÓN DE SOTO

Mª José Zanón Cuenca (CV)

Universidad Miguel Hernández


Resumen:
El presente estudio, pretende darnos a conocer la relevancia que tiene el color como elemento expresivo en el campo artístico de la escultura a través de la obra del escultor Ramón de Soto. Habitualmente, se ha venido tratando el tema del color como un componente esencial de la práctica pictórica. Sin embargo, el ámbito escultórico también recurre al empleo del color como concepto de soluciones de naturaleza profunda y compleja, y no únicamente como mero elemento de decoro o protección.

Palabras clave: color, arte, escultura, metal, Ramón de Soto.

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El propósito de la presente investigación ha sido demostrar cómo, a lo largo de la historia, el hombre ha utilizado el color mediante una finalidad simbólica y expresiva en sus creaciones, y no única y exclusivamente pictóricas, sino también en las escultóricas, dado que éste, es un elemento integrante que añade plenitud y concreción en determinadas obras de arte.

El color, como elemento sugestivo y evocador que es, ejerce un papel muy importante en la vida cotidiana de los seres vivos, ofreciéndonos toda una serie de datos de nuestra realidad inmediata.  Éste, junto con la forma, es un factor comunicativo que nos mostrará cualidades de los objetos y de las cosas, siendo el color el que mayor impacto expresivo producirá. Esto es debido a la fuerza psíquica que desprende el color y que es afectada no sólo por los propios sentidos, sino también por la mente y por el mismo cuerpo físico. Mediante el color podemos descubrir el estado de ánimo de las personas, de sus ideas, recuerdos, de sus sentimientos, incluso los más profundos y ocultos secretos.  Por lo que éste no debe solamente constituirse como un componente único y principalmente pictórico, sino que, la práctica escultórica también debe hacer y ha hecho un uso de él desde muy distintos propósitos.

Si bien es cierto que, en algunas de las etapas de la historia del arte, la escultura se caracterizó por disfrutar de un cromatismo intencionado, también hubieron otras en las cuales tenemos que decir, que existía una ausencia de éste a nivel explícito, limitándolo únicamente al color propio de algunos de los materiales empleados, o bien, a su uso  como algo secundario y , en ambos casos, sin ningún contenido revelador, siendo los motivos que impulsaron a unos y a otros a la utilización o no del color bien diferentes.

Así pues, con la llegada de las vanguardias artísticas, surge una nueva concepción del arte como investigación abierta, aportando nuevos universos hasta entonces inexplorados. El arte ya no será un instrumento de representación, sino un medio de investigación, un vehículo para llegar a sensaciones y conocimientos inalcanzables por medio de otros procedimientos. La mayoría de estos artistas exploraran tanto las prácticas pictóricas como la escultura, aplicando los cambios e innovaciones surgidos en ambas artes.

Al principio, en éstas etapas nuevas del arte, si que se va ha recurrir a hacer uso del color en la escultura, pero no como elemento significativo o expresivo, sino como un elemento más en la pieza, como un elemento óptico que no nos revela ninguna cualidad subjetiva o particular

Tendremos que esperarnos hasta la década de los ochenta para comprobar cómo el color adquiere ese  significado simbólico y expresivo en la escultura, tema que, abordamos en nuestra tesis doctoral.

En dicha época, la denominada como de los ochenta, cuando la mayoría de los artistas, expresarán experiencias vitales no solo a través de las formas manejadas, sino también a través del color. Ayudándose de los colores, nos transmitirán hechos básicos de la experiencia humana, debido a que es en dicha etapa artística cuando el color se comporta nuevamente como principio significativo y, a la vez comunicativo tanto del mundo íntimo como de la exterioridad del ser. 

La creación artística es una función esencial del ser humano. Todo acto creativo lleva implícito una comunicación, una manifestación, en la cual se nos dan a entender toda una serie de ideas. Éste entendimiento se nos da a conocer por medio del lenguaje oral, la palabra, o a través de otros medios artísticos, la escritura, las formas, los colores... ; arte y hombre son inseparables. Por lo tanto, la expresión artística es una tendencia innata de la especie humana como medio de expresión de su vida tanto interior como exterior. Así, los artistas, pintores y escultores, que se sirven del color como mecanismo de proyección de las emociones y sensaciones, como potencia oculta que afecta a nuestro espíritu, lo hacen con una clara finalidad expresiva, como una manifiesta declaración de exteriorización de su vida interior. Extrayendo de tal forma sus sentimientos y pensamientos más subjetivos y profundos a través de estos signos cromáticos.

En nuestra tesis, “Una aproximación a la Simbología y Expresión del color en la escultura valenciana contemporánea: cinco casos particulares”,  nos centramos precisamente en la intencionalidad simbólica y expresiva que poseen los colores aplicados en la escultura, sobre todo, a la escultura realizada en Valencia durante la época de los ochenta-noventa.

La justificación de realizar un análisis en cuanto al color como elemento expresivo en dicha época, no se formaliza por puro azar sino que la elección obedece al hecho de que es aquí y ahora cuando realmente se va a utilizar el color como un elemento expresivo tan importante como la misma obra. Hasta estos momentos, el color en la escultura, sobre todo desde principios del siglo XX y debido en gran parte a esa magnífica experimentación e investigación por parte de los artistas que van en búsqueda de nuevas formas y fuentes de exploración artística, se nos mostraba como un componente más dentro de la obra, elemento por lo tanto, accesorio, anecdótico, casual y experimental.

Ya en nuestra investigación, pudimos comprobar, cómo a lo largo de la década de los ochenta, tanto a nivel nacional como internacional, la escultura experimentó un gran cambio. La mayoría de las indagaciones de estos artistas giraron en torno a la escenificación de acontecimientos de la propia vida del artista. Pero tal condición no se realizará de forma descriptiva, sino que para ello se servirán del recurso de utilizar imágenes poéticas, metafóricas, simbólicas e ilustrativas, mediante las cuales se adentrarán en las vías de la asociación y la evocación. Posiblemente esto fuese uno de los motivos que favoreciese la utilización del color en esta categoría artística, ya que además de ser un componente expresivo, el color es a la par sugestivo, recuerdo, presencia de sensaciones y sentimientos.

Se trata pues, de una escultura basada en cuestionamientos tales como el intimismo, la reflexión, el pensamiento, siendo en estos mismos momentos cuando el artista incorporará el concepto de color en su obra como elemento de emoción y expresión sensible de las ideas o pensamiento. Decir que, no todos los artistas de dicha época efectuarán por norma generalizada un uso simbólico y expresivo del color, más bien, lo realizarán algunos de los artistas que comprenden dicho período.

En arte, siempre ha existido toda una serie de elementos codificados que nos posibilitan la interpretación de la realidad misma, y uno de esos elementos codificados son los símbolos o formas de expresión de la mentalidad pre-lógica.

Dada la inconfundible tendencia del hombre a crear símbolos de una manera continua, éste  transforma inconscientemente los objetos o las formas en unos símbolos que poseen, en la mayoría de las ocasiones, una vital importancia psicológica, con la finalidad propia de poder expresarse y comunicarse. Por lo tanto podemos decir que, toda simbolización conlleva un efecto de comunicación, y que esa significación no es definitiva, unívoca y totalitaria, ya que los símbolos son expresiones convencionales creadas por el hombre, y que guardan  una estrecha relación con su productor. Cualquier símbolo va a caracterizarse por el aparente poder sugestivo que contiene. Cada individuo verá en él lo que su potencia visual y su sensibilidad le permita percibir. Así pues, el significado de cualquier símbolo dependerá siempre del contexto en que éste se encuentre, y también, por supuesto, de la intencionalidad expresiva de cada individuo, difiriendo según la cultura y la época en que se dan, pudiéndolos entenderse únicamente dentro del contexto cultural en que se encuentran.

Desde los principios de los tiempos, y nos situaríamos en la época prehistórica, el hombre dado su carácter constitutivo de expresar y de comunicar, utilizó una serie de signos y de símbolos para expresar de este modo el mundo de lo inexplicable, la relación inquietante e intangible entre la vida y la muerte. Así, la simbolización nació de la extrema  necesidad de dar forma perceptible a aquello que a los individuos nos resulta o es algo imperceptible. Pero no solamente se originará en los albores de la Humanidad el nacimiento del simbolismo de las formas, sino que también surge el del color. Cabe recordar el empleo de los colores rojo y negro, tanto en las paredes de las cuevas como en las figurillas, para simbolizar la vida y la muerte.

En nuestro particular estudio, el simbolismo que ha centrado nuestra atención y en el que hemos pretendido realizar un análisis simbólico-expresivo ha sido el del color. Para ello nos asentamos en la labor creativa del escultor valenciano, Ramón de Soto.
Una de las cosas, entre muchas otras, que más nos ha llamado la atención en la larga y prolífica trayectoria artística del escultor Ramón de Soto (1942), ha sido, la permanente necesidad de transformación y cambio a la que ésta se ha visto sometida.

Desde sus primeras exposiciones a comienzos de los años 60, hasta las últimas intervenciones, se puede observar la peculiar evolución que dicho artista ha ido trazando, caracterizándose, no sólo por su pluralidad y apertura, sino también, por su afán experimentador y capacidad sintética.

La creación escultórica realizada por Ramón de Soto en los últimos años, se ha visto sometida a un riguroso y persistente proceso de simplificación y de depuración formal. Proceso que, paradójicamente, se ha visto complementado por la incesante búsqueda de una máxima resonancia poética, intentando compaginar la eficacia semántica de carácter connotativo, con una rigurosa levedad de naturaleza constructiva.

Éste es el propósito que ha venido ocupando la investigación plástica emprendida por de Soto en los últimos veinte años, y cuyo período de producción escultórico constituye, desde nuestro punto de vista, el más atractivo y fascinante de dicho autor y en cuyo estudio nos vamos a centrar.

Cabe decir que, además de un excelente escultor, Ramón de Soto es, conjuntamente, un excepcional instalador, forma de expresión artística a la cual recurre R. de Soto para la creación de espacios de reflexión en los que se hallan articulados entre sí todos sus elementos (paredes-techo-suelo).

Señalar también, la aportación tan decisiva como relevante que ha realizado éste artista a la escultura valenciana de las últimas décadas, no solamente por la diversidad de lenguajes que han nutrido su trabajo, sino incluso por el influencia que los mismos han tenido en los jóvenes escultores valencianos de los últimos años. Influencia ejercida además de como artista, como profesor docente de la Facultad de Bellas Artes.

Una de las funciones del arte es, la de crear elementos codificables que puedan hacer una interpretación de la realidad. Las esculturas de R. De Soto aluden con gran frecuencia al silencio, tomando como ejes principales las nociones de tránsito y trayectoria, por un lado, y las de muerte y ausencia por otro. Alusiones que ejecutará en la práctica mediante el empleo, o haciendo uso de imágenes simbólicas, en el cual participará tanto del simbolismo de la forma, como el del color.

Puentes, escaleras, puertas, camino, alusiones a la superación del espacio natural, el color, son los elementos que con mayor frecuencia suele utilizar de Soto en su extraordinaria producción escultórica, además de otros como el del espacio, el vacío, la oposición de Eros y Tánatos, etc.

La producción artística de Ramón de Soto se va a caracterizar, sobre todo en las últimas décadas, por el constante empleo del metal, haciendo que éste adquiera una temperatura cálida al estar surcado por marcas, elementos que aluden al sexo, estructuras que evocan el ascenso o el descenso, el uso de pátinas de distintos colores.

La oxidación en sus esculturas es el tiempo, la reacción, la vida. En los materiales, algo se vuelve cálido, orgánico, es decir, la forma vive. De la entrevista mantenida el artista con Fernando Castro Flórez, crítico de arte y comisario de  la exposición “Ramón de Soto. Arquitecturas del Silencio” realizada en el Almudí1 , el artista nos puntualiza el uso de la oxidación de la siguiente manera, “se trata de meter el factor tiempo en la obra y también la dimensión de la vida, lo que supone contar con la destrucción y la muerte. Cuando oxidas una pieza la condenas a morir, porque tiene las huellas de la vida 2”.

Así pues, en la realización de sus mandalas, son muy importantes las pátinas, es decir, la utilización, la introducción sutil del color. “La escultura también necesita color, porque está en la vida y en la realidad3 ”.

Los mandalas, término hindú, cuyo significado es el de círculo, son objetos cuya finalidad es la de servir como instrumentos de contemplación y concentración, como ayuda para precipitar ciertos estados mentales y para ayudar al espíritu a dar ciertos avances en su evolución, desde lo biológico a lo geométrico, desde el reino de las formas corpóreas a lo espiritual.

Sus primeros mandalas fueron configurados como marinas, jardines de la memoria, paisajes del recuerdo, donde el silencio permitía la liberalización del yo.
En el mandala se sintetiza el vértigo del erotismo y lo impensable de la muerte, la lucha entre la imaginación y la razón, pero también del entendimiento con la sensación.

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El color (pátina) en éstos es originado por la acción corrosiva de distintos ácidos, dando lugar a los distintos matices de color sobre el metal, siendo normal que en los citados mandalas se den gamas de naranjas, verdes, azules, ocres claros y oscuros, rojos. Aunque todos presenten la misma forma circular y se elaboren con la misma técnica, ningún mandala resultará igual a otro, todos son diferentes, pues se proyectan en ellos la situación psíquica de su autor, por lo que, ninguno poseerá tampoco un cromatismo igual. Factor que es debido a que los colores son principios ordenadores de la memoria, sugiriendo recuerdos, estremecimientos, y produciendo un efecto específico sobre el hombre, dependiendo en todo momento del estado anímico del autor el empleo de uno u otro color.

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De la entrevista pertinente que realizamos para nuestra Tesis Doctoral al escultor, extraemos algunas de las preguntas que le formulamos al mismo.

P. Como ya te había contado anteriormente por teléfono, la presente Tesis parte de un estudio acerca de la Simbología y la Expresión del color en la escultura valenciana contemporánea.

El objetivo de este estudio pretende darnos a conocer cómo puede hacerse uso del color como recurso de la expresión sensible de las ideas o del pensamiento, en el ámbito escultórico.

El color, como elemento sugestivo y evocador que es, ejerce un papel muy importante en la vida cotidiana de los seres vivos, ofreciéndonos datos de nuestra realidad cercana. Mediante el color se puede descubrir el estado de ánimo de las personas, de sus recuerdos, sentimientos, incluso aquellos más profundos y secretos. Los individuos se sirven por lo tanto del color como un mecanismo de proyección de las emociones y sensaciones, como una manifiesta declaración de exteriorización de su vida interior.

Tras una revisión de tu obra escultórica hemos podido observar que ésta se halla impregnada de fuertes imágenes y contenidos simbólicos, puertas, puentes, escaleras, vasijas,..., Percibimos una obra de cierta poética muy personal que presenta elementos de índole enigmática y con cierta ambigüedad, en la que el valor del cromatismo en la misma desempeña un papel muy importante, dejando éste constancia de tus sentimientos, acontecimientos y experiencias. Es más, nos resulta muy curioso el hecho de que recurras al uso de pátinas para obtener tales fines expresivos. Razón por la cual nos aventuramos a incluirte en nuestra Tesis, que como ya sabes, ésta versa sobre la Simbología y la Expresión del color en la escultura valenciana contemporánea.

Sabemos, mediante estudios realizados por psicólogos, terapeutas y científicos, que el color además de ser un agente muy potente de emociones y de sensaciones. Que los artistas, tanto pintores como escultores, lo utilizan como forma de expresión sensible de ideas, sentimientos, acciones,...

P. ¿Podrías comentarnos cuál es la reflexión que te impulsa a utilizar ésta forma de utilizar el color en tus creaciones?

R d S. Bien, como ya debes de saber, mis esculturas aluden con bastante frecuencia a nociones tales como el silencio, el tránsito, la muerte, ausencia, el vacío, la oposición Eros-Tánatos, entre otros. Una de las posibles formas de llevar a la práctica estas nociones es recurriendo al uso de imágenes simbólicas, en las que además de hacer partícipe de esto al simbolismo de las formas, también incorporo y de manera muy relevante, el simbolismo del color. De ésta manera establezco una asociación entre los elementos y hago combinar sus posibles significados.

P. Tu obra se caracteriza por ese cromatismo tan especial que obtienes a través de la acción corrosiva de distintos ácidos, pero, ¿que quieres indicarnos con dicha oxidación?

R. d S. Mira cuando oxidas lo que pretendes es introducir el factor tiempo en la obra, pero también la dimensión de la vida propia, la cual cosa nos hace suponer el contar con la destrucción y la muerte. Cuando oxidas una pieza la condenas a morir, ya que dejas en ella las huellas de la vida.

P. También hemos advertido que la mayoría de tus piezas hay una clara predisposición por ciertos colores. Es el caso del negro-azulado, de los marrones, de colores tierra, ocres, rojizos, verdes. ¿Te importaría comentarnos lo que representan estos colores en tu caso?

R d S. La elección de uno u otro color vendrá determinada por la situación síquica en que me encuentre en ese momento. Sabes que los colores son principios ordenadores de la memoria ¿no?. Pues bien, estos son los que nos van a sugerir recuerdos, estremecimientos, los que nos harán asociar unos hechos o situaciones. De esta forma producen un efecto específico sobre nosotros mismos, dependiendo en todo momento del estado anímico de ese momento. Las pátinas son actuaciones que realizamos en la superficie de la obra cargada de historia, de sentimientos, experiencias, de memoria, y que avivan nuestras emociones, nuestros recuerdos.

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Por último concluir nuestro ensayo sobre el color en la escultura contemporánea, con una frase que dijo el pintor francés, J. B. Chardin (1699-1779): “aunque nos servimos de los colores, pintamos con el sentimiento4 ”. En nuestro caso podemos decir que, los escultores, seguiremos utilizando el color en nuestras obras para así seguir esculpiendo con nuestro sentimiento.

BIBLIOGRAFÍA.

1 El Almudín constituye uno de los edificios más emblemáticos de la historia del pueblo valenciano y fue recuperado como espacio contenedor cultural de la ciudad de Valencia.

2 Catálogo de la exposición, “Ramón de Soto. Arquitecturas del silencio”, Generalitat Valenciana, Valencia, 1997, Pág. 36 y 37.

3 Ibidem. Pág. 37.

4 “El color en el arte”, L.E.D.A editores, Barcelona, 1976, Pág. 94.

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