María Elena Díaz Ávila*
Leticia María Turtos Díaz**
Universidad de Holguín, Cuba.
e-mail: mariad@uho.edu.cu
Resumen:
El trabajo analiza las características del proceso de enseñanza- aprendizaje de la Historia de Cubadesde una perspectiva histórica y tiene como propósitoofreceruna periodización de los años posteriores al triunfo de la Revolución cubana, a partir de la bibliografía consultada que incluye programas, libros e investigaciones científicas relacionadas con el tema, así como pretende socializar las tendencias decada uno de los períodos establecidos por sus autores. Interesa destacar cómo con el triunfo de la Revolución Cubana,la educación en sentido general fue evolucionando hacia formas que garantizaran una mejor concepción científica del mundo en los escolares de todos los subsistemas de educacióny, en especial,cómo se desarrolló la enseñanza de la Historia como disciplina del currículo, orientada hacia la formación de convicciones éticas acordes con los principios de la Revolución naciente y al desarrollo de hábitos y habilidades que aseguraran la formación de las nuevas generaciones.El presente material contribuye a enriquecer los referentes teóricos de la didáctica de esta disciplina y es de utilidad para estudiantes y profesores de la carrera de Historia en las Universidadescubanas.
Palabras claves:enseñanza de la Historia,Cuba,periodización,tendencias
Summary:
The paper analyzes the characteristics of the teaching-learning process of the History of Cuba from a historical perspective and aims to offer a periodization of the years after the triumph of the Cuban Revolution, based on the consulted bibliography that includes programs, books and scientific research related to the subject, as well as intends to socialize the trends of each of the periods established by their authors. It is interesting to highlight how, with the triumph of the Cuban Revolution, education in a general sense was evolving towards ways that would guarantee a better scientific conception of the world in schoolchildren of all education subsystems and, especially, how History teaching developed as a discipline of the curriculum, oriented towards the formation of ethical convictions in accordance with the principles of the nascent Revolution and the development of habits and skills that will ensure the formation of new generations. This material contributes to enrich the theoretical references of the teaching of this discipline and is useful for students and professors of the history career at Cuban universities.
Keywords: history teaching, Cuba, periodization, trends
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
María Elena Díaz Ávila y Leticia María Turtos Díaz (2020): “La historia de Cuba: una periodización histórica de su enseñanza”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (abril 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2020/04/historia-cuba-ensenanza.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante2004historia-cuba-ensenanza
Introducción
La enseñanza de la Historia ha transitado por diferentes etapas desde que en el siglo XVI se intentó insertarla en el ámbito escolar, pero no es hasta la segunda mitad del siglo XIX, que ocupó un lugar en el currículo escolar de los sistemas educativos de numerosos países y como consecuencia de esto comenzaron a manifestarse preocupaciones por las formas de su enseñanza.
En Cuba su introducción en el sistema educacional data del siglo XVIII, pero no es hasta la década del 40 del siglo XIX que el gobierno colonial de la época decreta un plan de estudio donde se concebía a esta como asignatura del currículo. (Rivera, M. 2004: 15) Por estos años la Historia de Cuba se estudiaba como un apéndice de la de América y se realizaban excursiones y visitas a lugares históricos, aunque en su mayoría estaban desvinculadas del proceso histórico cubano por lo que aportaban muy poco al crecimiento espiritual patriótico de los escolares.
A fines de este siglo ya en la Educación Primaria comenzaron a observarse preocupaciones por los problemas relacionados con el contenido de su enseñanza, la edad de inicio de su estudio por los escolares y la metodología a seguir. En esta época, aunque algunos pedagogos abogaron por enseñar los contenidos de la Historia Universal junto a la Historia de Cuba, la mayoría consideró que debía enseñarse esta última, criterio prevaleciente durante 14 años. (Cano M. 1930: 38)
Durante esta etapa y hasta 1930, la enseñanza de la Historia se caracterizó en este nivel educacional por estudiar siempre un aspecto de la comunidad y por tener como método de enseñanza la simple narración de hechos. A partir de 1930 el estudio de la comunidad se amplía a todas las manifestaciones de la sociedad y aunque la narraciónsiguió siendo el método por excelencia, ahora se vinculaba con el estudio, el trabajo de elaboración, investigación, interpretación y el comentario para establecer apreciaciones, con lo que se dieron pasos importantes hacia una concepción más científica de su estudio al pretender estudiar el pasado e interpretarlo, permitiendo al alumno apreciar cómo se había efectuado el desarrollo del hombre y favoreciendo el despertar de la curiosidad en los alumnos /as. En resumen, su enseñanza siguió teniendo un marcado carácter narrativo y memorístico. (Cano, M. 1930: 34)
Como parte de la política educacional seguida por el dominio neocolonial en la Isla que pretendía emplear la educación como vía para garantizar su dominio tanto en lo político como en lo social y lo cultural, la Historia que se enseñaba en estos años concedía una importancia significativa a la historia de los Estados Unidos, en especial a la historia de la revolución norteamericana, con lo que se distorsionaba la verdadera enseñanza de la Historia para resaltar la superioridad de ese pueblo y continuar alentando en los cubanos una actitud de sumisión a su política.
Por esta época, la insuficiente presentación de los hechos y procesos históricos cubanos en su justa dimensión unido a la enseñanza eminentemente memorística, limitaban el proceso de instrucción y educación propiciando un insuficiente estimulo por incursionar en su historia con el consiguiente limitado esfuerzo de los estudiantes. (Álvarez y Díaz, 1981:24)
Independientemente a las razones anteriores, no puede olvidarse que en este período algunos pedagogos como Emilio Roig, Ramiro Guerra, Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo fieles a su patria, trataron de conservar las mejores tradiciones del pueblo cubano a través de sus clases y con ello despertar el interés por el conocimiento de su historia y por ende, los sentimientos de amor a la patria.
Desarrollo
Con el triunfo de la Revolución Cubana, la educación en sentido general, fue evolucionando hacia formas que garantizaran una mejor concepción científica del mundo y en especial la Historia, como disciplina del currículo en todos los niveles de enseñanza, se orientó hacia la formación de convicciones éticas acordes con los principios de la Revolución naciente y al desarrollo de hábitos y habilidades que aseguraran la formación de las nuevas generaciones. La pedagogía cubana se encargó de buscarle el lugar que necesita la enseñanza de esta disciplina y con el análisis de regularidades desde la óptica marxista, el esclarecimiento de los hechos, personajes, fenómenos y procesos se favorecía su comprensión, a la vez que se fortalecían los sentimientos de identidad nacional.
No obstante, a esto la manera en que se enseñaba la Historia unido a la falta de suficientes documentos probatorios en el trabajo escolar, promovieron en algunos escolares la falta de interés por el estudio de esta materia. (Álvarez y Díaz, 1981:25)
El máximo interés de la Revolución en el poder se vio materializado en la preocupación constante por el perfeccionamiento continuo del sistema educativo en el que la asignatura Historia tuvo una posición privilegiada a partir de sus potencialidades para la formación del hombre nuevo, acorde con las características del contexto.
La enseñanza de la Historia después 1959 ha atravesado por diferentes momentos los que fueron determinados por los autores de este trabajopartiendo de los criteriosque a continuación se relacionan, lo que les permitió determinar las tendencias para cada uno de los períodos establecidos:
Siguiendo estos criterios y mediante el estudio de documentos relacionados con el desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia de Cuba de los diferentes programas de estudio en diferentes etapas, condujeron a la autora a determinar cuatro períodos que caracterizan de manera general la enseñanza de esta disciplina desde 1959.
La periodización realizada condujo a la caracterización de cada uno de los períodos que la conforman, a partir de los elementos fundamentales que tipifican el campo de investigación, los cuales se concretan en:
Primera Etapa 1960 –1975
En la década del 60 del siglo XX sobre la base orientadora del Marxismo – Leninismo se realizó una nueva interpretación de la historia cubana lo que favoreció el esclarecimiento de hechos, procesos y personalidades históricas y posibilitó el fortalecimiento del sentido de pertenencia a la nación cubana en un nuevo contexto histórico.
A partir de este momento el objetivo principal de los pedagogos e historiadores cubanos consistió en “convertir la asignatura en un instrumento ideológico para reforzar la unidad nacional y fomentar el patriotismo” y se siguió trabajando desde la didáctica para lograr un mayor protagonismo de los estudiantes en el proceso de adquisición de los conocimientos. (Rivera, M.2004: 21)
Por esta época Cuba como parte de la comunidad de países socialistas sintió la influencia directa del desarrollo social de los países de la Europa Socialista en las diferentes esferas de su desarrollo y como consecuencia de ello la influencia de pedagogose investigadores soviéticos en la enseñanza cubana, en general, y en particular en la enseñanza de la Historia en la que se hacía énfasis en el estudio de las regularidades con prioridad en el análisis de las causas y consecuencias de los procesos históricos, pero sin profundizar en los hechos. Lo anterior constituyó una limitación que repercutió no solo en el nivel de aprendizaje alcanzado sino también en la comprensión de la Historia Patria.
Por estos años los programas de estudio aprobados para la enseñanza de esta disciplinano posibilitaban con suficiencia que el alumno adquiriera el papel de las masas populares y las personalidades en la historia con un enfoque adecuado, pues se tendía a sobredimensionar el papel de estas últimas en detrimento de las primeras. De igual forma la manera de ejercer la docencia no facilitaba suficientemente el desarrollo de habilidades de trabajo independiente.
De manera general al revisar los programas de estudio se constató que:
En resumen, de Primaria a Secundaria los conocimientos de la historia patria que recibían los estudiantes estaban marcados por el descuido constante del aspecto cronológico y la casi total desmotivación por su aprendizaje.
Las tendencias en la enseñanza de la Historia desde 1959 hasta alrededor de 1975 pueden resumirse en:
Lo anterior justificó en ese momento la necesidad de un perfeccionamiento en la enseñanza de la Historia desde una nueva concepción en los planes y programas de estudio, así como de la metodología a emplear para cumplir con el encargo social de la escuela que garantizara la formación de una concepción científica del mundo y el desarrollo de hábitos, habilidades y convicciones acordes con las transformaciones que se realizaban en el país.
Segunda Etapa 1975 – 1987
A partir del curso escolar 1972 –1973 se comenzó a trabajar para implantar un nuevo plan de Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación y se establecieron fases de trabajo con la enseñanza de la Historia, entre ellas el estudio diagnóstico sobre la situación de su enseñanza y la elaboración del pronóstico de su futura didáctica.
Se trazaron los lineamientos para poner en práctica el Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación que revisara con mayor profundidad los planes y programas de estudio en las diferentes educaciones, tomando en consideración los análisis efectuados en las diferentes reuniones celebradas en las distintas instancias del país y los encuentros con historiadores y docentes.
Para asegurar este perfeccionamiento se diseñaron los programas de tránsito que de manera progresiva incluían los cambios. Entre 1975 y 1980 las modificaciones estuvieron, en lo esencial en el contenido de los programas.
La principal limitación de este perfeccionamiento estuvo dada en la inclusión de los contenidos de Historia de Cuba en la Historia Universal sin tener en cuenta las peculiaridades del desarrollo histórico cubano, lo que limitaba la comprensión por parte de los estudiantes.
Asimismo, en la Educación Primaria no siempre se valoró la necesaria correspondencia entre la complejidad del contenido y la edad de los escolares, todo lo cual afectaba el desempeño de los estudiantes. En esta Educación por lo general el alumno /a se enfrentaba al estudio de contenidos muy distantes de su contexto social en espacio y tiempo, lo que en ocasiones lastraba el interés de estos por su estudio ya que le resultaban muy difíciles de comprender.
En la década del 80 del propio siglo, la Historia como asignatura siguió su continuo perfeccionamiento en los diferentes subsistemas de Educación. Como resultado de dicho perfeccionamiento gradual contó esta vez con objetivos generales mejores definidos, al Materialismo Histórico como su base y contó con una mayor posibilidad de promover el desarrollo de habilidades, capacidades y valores en los escolares, pudiendo establecer una relación más coherente entre lo universal y lo nacional.
En resumen, la Dra. Araceli Rivera (2004), citando al Dr. José Ignacio Reyes (1999), considera que el período 1975 – 1987 fue el más negativo en la enseñanza de esta disciplina durante la etapa revolucionaria, la que estuvo guiada fundamentalmente por modelos elaborados por pedagogos de la antigua U.R.S.S. que no siempre tuvieron en cuenta las particularidades del desarrollo educacional cubano.
Esta investigadora valora además, como limitaciones en la Educación Primaria la visión de la Historia que recibían los estudiantes al seguir siendo fragmentada y lineal, por lo que no dejaba huellas positivas duraderas en sus mentes porque los alejaba cognitiva y afectivamente de sus raíces nacionales y locales; en la Educación Secundaria Básica se manifestaban incoherencias en la materialización del objetivo del nivel que preveía una educación histórica basada en los conocimientos básicos de la Historia Universal y Patria muchas veces sin tener en cuenta la lógica de los períodos.
En este período en la Educación Preuniversitaria desapareció la enseñanza de la Historia Nacional y se indicó en Décimo el estudiode la Historia Contemporánea y Cuba de 1923 hasta ese momento, en el onceno grado el estudio de la Historia del Movimiento Obrero Internacional y Cubano de 1917 a 1945, en el que recibían algunos contenidos sobre Cuba, pero matizados por la hiperbolización de las actividades obreras y el papel de su dirección.Este sistema de conocimientos no estaba coherentemente estructurado a partir de una adecuada delimitación de las etapas de la historia del país, además de que esta se concebía sin la prioridad que necesitaba pues el tiempo dedicado a su estudio así lo evidencia.
Durante este período los métodos de enseñanza prevalecientes continuaron favoreciendo el papel protagónico del maestro en la enseñanza con lo que esta siguió siendo tradicionalista, con énfasis en la exposición del maestro y el papel pasivo de los estudiantes, lo que no favorecía la motivación de los alumnos /as por el aprendizaje.
La Historia siguió enseñándose de forma aislada del resto de las asignaturas del currículo en los diferentes niveles de enseñanza, limitando el desempeño de los estudiantes al no establecer las relaciones necesarias entre los diferentes contenidos y habilidades que facilitarían su comprensión.
Las tendencias de enseñanza de la Historia en este período pueden resumirse en:
Tercera Etapa 1988 – 1999
En 1987 el Ministerio de Educación orienta una nueva revisión de los planes y programas de estudio en cada uno de los subsistemas de Educación. A partir de aquí la Historia de Cuba aparece como una asignatura independiente con un incremento del tiempo para su estudio.
En la Educación Primaria se introdujeron algunos contenidos históricos para el Primer Ciclo en la asignatura “El Mundo en que Vivimos”,asíen el Primer grado en la Unidad “Mi país” se estableció el estudio de lo relacionado con los símbolos y los defensores de la patria; en el Segundo grado, en la Unidad 5 “Cuba es nuestra patria”; en el Tercer grado, en la Unidad 5 “La provincia en que vivo” y en el Cuarto grado en la Unidad 2 “Somos cubanos” apareció el estudio de las etapas de la Historia de Cuba. En el Segundo Ciclo de la Educación Primaria se concibió su continuidad con la Historia de Cuba y un contenido más sistemático del devenir del pueblo cubano.
En la Educación Secundaria Básica se previó el estudio en el Séptimo grado de la Historia del Mundo Antiguo y la Edad Media, en Octavo grado la Historia Moderna y Contemporánea, incluyéndose dos unidades relacionadas con la Historia de Cuba. En Noveno grado se conjugó la enseñanza de la Historia Nacional y local, partiendo del estudio de los aborígenes hasta la Revolución en el poder.
En los análisis efectuados por dirigentes y funcionarios de la época con estudiantes y profesores de este nivel se siguió apreciando que no en todos, la organización de este sistema de conocimientos y la manera que empleaban para enseñar la materia despertaba el entusiasmo que pretendían los docentes.
En la Educación Preuniversitaria y Técnica y Profesional, se concibió el estudio de la Historia Contemporánea y de Cuba (de 1868 a la Revolución Cubana) en el Décimo grado y el Primer Año respectivamente. En el Undécimo y Duodécimo grados comenzó a impartirse la Historia de Cuba, en el primer caso desde 1868 hasta 1935 y en el segundo desde 1935 hasta la Revolución en el poder. (Anexo 2)
En el Duodécimo grado se introdujo un curso que tenía como objetivo principal profundizar en la Historia Patria en los estudiantes que concluyeran el bachillerato, concibiéndose además la realización de un examen de Historia de Cuba para aquellos que aspiraban a ingresar en la Educación Superior lo que contribuyó a reforzar en este sector el interés por mejorar su aprendizaje como forma de garantizar el ingreso.
En estas últimas Educaciones venía constatándose que junto a la forma tradicional de enseñar la Historia, sin el predominio de un trabajo sistemático con diversas fuentes históricas y del conocimiento histórico, la insuficiente vinculación con el contexto más cercano al estudiante, unido a la necesidad de volver a estudiar temáticas ya abordadas en grados precedentes, sin la profundización requerida, hacían que los estudiantes manifestaran insuficiente interés por lo que se les enseñaba, reflejado en los resultados de aprendizaje.
A principios de la década del 90 como una necesidad en el contexto histórico en que se vivía ante la desaparición del campo socialista, la Historia de Cuba alcanza su mayor reconocimiento al declarársele asignatura priorizada del currículo e implementarse su Programa Director previsto para cumplimentarse por todas las asignaturas en los diferentes subsistemas de Educación. Con ello se pretendía asegurar un mayor fortalecimiento político – ideológico a partir del fomento de valores identitarios en los escolares, que garantizaran la continuidad histórica de la Revolución.
A finales de esta década las transformaciones curriculares del Preuniversitario y la Educación Técnica y Profesional condujeron a impartir Historia de Cuba en el Undécimo grado (de 1868 – 1935) y el Duodécimo Grados (de 1935 – actualidad), mientras se reservaba al Décimo Grado el estudio de la Historia Contemporánea y de América. (Anexo3)
Las tendencias de la enseñanza de la Historia en este período pueden resumirse en:
Cuarta Etapa 2000 – 2010
Las actuales transformaciones realizadas como parte de la Tercera Revolución Educacional Cubana trajeron para la Educación Primaria dentro del nuevo modelo a las aulas con matrícula no mayor a 20 alumnos, la concepción de un horario único, el tránsito por la enseñanza y la concepción de un maestro que imparta ambas áreas de conocimiento.
Para alcanzar el propósito de hacer a la enseñanza el vehículo idóneo para la formación integral del niño en estas edades, se requiere de la integralidad del maestro que permita al alumno asimilar los procedimientos y modos de actuación necesarios para de manera independiente adquirir el aprendizaje que requerirá en su tránsito por la vida.
Constituyen elementos imprescindibles en este proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia el tránsito de los escolares por los niveles de desempeño cognitivo a través de la aplicación de las estrategias más lógicas para solucionar las tareas docentes.
Los programas implantados en el año 2001 para el desarrollo de la enseñanza de la historia patria contemplan para el Quinto grado su inicio con Cuba y su historia más antigua, hasta el reinicio de la lucha por la independencia con la Guerra del 95. El sexto grado prevé iniciar con los contenidos referidos a la ocupación yanqui hasta la Revolución en el poder.
Estas trasformaciones trajeron junto al perfeccionamiento de los planes de estudio y programas en la Educación Secundaria Básica, cambios en la manera de enfocar el proceso pedagógico que posibilitara un mayor desarrollo de la conciencia de los adolescentes, el fortalecimiento de su espíritu solidario y humano, la actuación con sentido y en defensa de la identidad nacional y cultural de nuestro pueblo y la manifestación actitudinal del patriotismo socialista, creativo y transformador de la realidad en que vive.
El modelo educativo implementado en esta Educación plantea como una prioridad la figura del Profesor General integral, docente encargado de dirigir todo el proceso pedagógico de un grupo conformado por quince (15) estudiantes. Es significativo destacar la implementación del diseño de una preparación esmerada para este docente de manera tal que pueda enfrentar la conducción del proceso de enseñanza – aprendizaje de la mayoría de las asignaturas del currículo.
En este sentido se mantuvo la concepción de las asignaturas priorizadas con el objetivo de que los alumnos/ as elevaran su rendimiento académico a partir de la aplicación y el consecuente seguimiento al diagnóstico, su tratamiento diferenciado, así como la óptima utilización del software, la computación, los programas de la Revolución, las video clases y la materialización efectiva de los Programas Directores de las asignaturas priorizadas.
La Historia continuó su organización en orden ascendente. En el séptimo grado se concibió impartir la Historia Antigua y Media desde la comunidad primitiva y hasta la agudización de la crisis del régimen feudal, en el Octavo grado Historia Moderna y Contemporánea a partir de las revoluciones burguesas hasta los problemas del mundo actual y en el Noveno grado la Historia de Cuba desde los antecedentes de la nacionalidad hasta la república que soñó Martí.
Resulta novedoso el hecho de que por primera vez en la concepción de un programa en la educación Media se definen los contenidos de otras asignaturas que se relacionan con diferentes períodos de la Historia de Cuba; en este sentido se destaca el programa de Noveno grado por concebir en sus cuatro unidades la necesaria relación entre los contenidos históricos con la literatura, la geografía, y la música cubana, así como la educación cívica, todo ello de forma armónica.
A partir del curso escolar 2004 –2005 la Educación Preuniversitaria enfrenta cambios radicales en su modelo educativo, derivados a su vez del perfeccionamiento a que se somete el sistema social cubano a partir del despliegue de la Batalla de Ideas y la necesidad del logro de una Cultura General Integral.
En este modelo educativo aparece la nueva concepción del Profesor General Integral que a diferencia de la Educación Secundaria, es el responsable de desplegar el trabajo educativo junto al colectivo de profesores e imparte una o más asignaturas a los 30 alumnos que Integran el grupo docente.
Sigue siendo objetivo de este nivel el que los alumnos/ as eleven su rendimiento académico a partir de la aplicación y el consecuente seguimiento al diagnóstico, su tratamiento diferenciado, así como la óptima utilización del software, la computación, los programas de la Revolución, las video clases en las asignaturas Matemática, Español –Literatura, Historia, Biología y Física, así como la tele clases en las restantes asignaturas del currículo.
En esta Tercera Revolución Educacional aparece también la figura del profesor por Área del Conocimiento en cada uno de los Departamentos Docentes. En el Departamento de Humanidades, el profesor dada una preparación sistemática deberá irse incorporando paulatinamente al desarrollo de la docencia de las asignaturas Español – Literatura, Historia y Cultura Política.
La Historia de Cuba sigue siendo asignatura priorizada y se establecen adecuaciones a los programas de Onceno y Duodécimo grados. El Onceno grado inicia con el estudio de la sociedad criolla (siglo XVI al siglo XVIII) y alcanza el período de 1902 a 1952, así el Duodécimo Grado se encarga de estudiar el período comprendido de 1953 a la actualidad. No obstante haberse introducido las transformaciones ya mencionadas, continúa siendo un problema a resolver el desinterés que muestran algunos estudiantes en las clases de esta asignatura.
Entre los principales problemas a resolver se encuentra la necesaria presencia en clases de fuentes documentales que propicien el suficiente trabajo independiente propiciando con ello que el alumno pueda transitar por los caminos del historiador. Aún persiste, en ocasiones, la omisión de la ubicación espacial y temporal de hechos, procesos y personalidades históricas, así como el insuficiente tratamiento a la Cultura Histórica Local en su relación con la Historia Nacional y Universal.
La didáctica de esta asignatura en este nivel de enseñanza necesita buscar la fórmula para impartir el contenido ya recibido por los estudiantes en niveles de enseñanza antecedentes como algo diferente, de ahí que se afirme que los intentos por perfeccionar el proceso de enseñanza – aprendizaje desde la preparación didáctica y metodológica de los docentes para estimular la motivación constituya un paso importante.
Lo anterior unido a la generalización del empleo de vídeo clase en esta asignatura conspira en ocasiones con el adecuado desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje, dado fundamentalmente porque la disposición del tiempo en la concepción de las vídeo clases limita el trabajo del profesor en el aula y no favorece el suficiente intercambio en las relaciones alumno – profesor y alumno – alumno, asimismo el empleo de este medio en ocasiones hace que el docente limite su trabajo a ella y no oriente a los estudiantes la consulta de otras fuentes que pudieran favorecer el desarrollo de motivaciones para seguir incursionando en las temáticas ya estudiadas.
De manera general esta etapa presenta insuficiencias que limitan el cumplimiento de los objetivos formativos del nivel, entre las que pueden citarse:
Conclusiones
Como se ha venido explicando para el desarrollo de la asignatura Historia en los diferentes niveles de Educación no siempre se tuvo en cuenta la prioridad del trabajo con el contenido de la historia patria para la formación requiere que el estudiantado ante el creciente desafío que ha representado el contexto histórico en que ha tenido que vivir el pueblo cubano, unido a ello en ocasiones resultan insuficientes las acciones planificadas por los docentes para lograr contagiar con el entusiasmo y suscitar el gusto por la Historia en la totalidad de los escolares.
Por último, se considera oportuno resaltar que en los debates más recientes acerca de la calidad del desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia por especialistas de Educación en la provincia Holguín, se ha valorado como a pesar de los esfuerzos realizados para perfeccionar su enseñanza, el nivel de especialización de los docentes en una disciplina concreta ha dificultado la integración de los conocimientos desde un enfoque interdisciplinario.
Lo anterior unido a la afectación en el establecimiento de la relación de la Historia Local - Historia Nacional, dada fundamentalmente por la ausencia de un texto que garantice el mejor estudio de la Historia Local, hace que los docentes no estén suficientemente preparados para enfrentar las transformaciones educacionales actuales tendientes a una concepción integradora de la enseñanza, todo ello provoca un manifiesto desinterés en algunos escolares, lo que se evidencia en los resultados de su aprendizaje.
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