Ernesto Luis Reytor Garriga*
Universidad de Granma, Cuba.
e-mail: ereytorg@udg.co.cu
Resumen
El presente artículo presenta algunas reflexiones derivadas de una tesis doctoral en progreso sobre el desarrollo de la competencia icónica como una de las subcompetencias necesarias para el logro de la competencia comunicativa, y su incidencia en la formación inicial del profesional de la carrera Licenciatura en Educación Español Literatura.
El estudio de la imagen adquiere un interés más creciente en el nuevo milenio, puesto que los medios de comunicación audiovisuales imponen cada vez más su dominio enunciativo, por lo que será necesario impartir una educación en los lenguajes artísticos, icónico-verbales e incluso, en la estética y en la axiología subyacentes en los mass-media. Dicha intervención educativa deberá tener como objetivo la formación de educandos capacitados para enfrentar la diversidad de códigos y lenguajes para la adquisición de la competencia comunicativa.
Palabras clave: competencia comunicativa- competencia icónica- formación inicial-licenciatura en educación- carrera Español Literatura
Abstract
The present article presents some reflections derived from an ongoing research on the development of the iconic competition as one of the subcompetences necessary for the achievement of communicative competence, and its incidence in the initial training of the professional career Degree in Education Spanish Literature.
The study of the image acquires a more growing interest at the beginning of the new millennium, the media communicated audiovisuals increasingly impose its enunciative domain, so it is necessary to impart an education in artistic, iconic-verbal and even languages, in aesthetics and in the axiology underlying the mass media. This educational intervention must have the objective of training the subjects who consume the resources, to empower them to be critical and self-directed. The purpose of this paper is to reflect on the didactics of the iconic-verbal language, and its importance for the acquisition of the communicative competence of the students.
Key words: communicative competence- iconic competence-initial training-bachelor’s degree in Education-Spanish and Literature career
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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ernesto Luis Reytor Garriga (2020): “El desarrollo de la competencia icónica en la formación inicial de los estudiantes de la carrera licenciatura en educación español literatura”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (febrero 2020). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2020/02/competencia-iconica-estudiantes.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante2002competencia-iconica-estudiantes
Introducción
La educación universitaria de este siglo tiene como encargo social dar respuesta a las exigencias de la época. Para ello es imprescindible que egresen profesionales conocedores de la realidad que viven y que, por supuesto, contribuyan a mejorarla, a darle solución a sus problemas y desafíos, para que la hagan progresar. Debe entonces aceptar los cambios y transformaciones que vienen sucediéndose en el mundo, pues de otra manera no podrá competir en la calidad de la formación de sus egresados.
La formación inicial del profesional de la educación en la realidad cubana, debe fomentar el desarrollo de las competencias profesionales. El cambio que se requiere implica que se produzcan transformaciones que propicien un desempeño profesional caracterizado por posibilitar el acceso de los estudiantes al contenido, que se sustente en la flexibilidad, la independencia, la proyección y la asunción de compromisos.
La formación del maestro como profesional y por consiguiente el perfeccionamiento del currículo que la posibilita, es una problemática de gran actualidad y relevancia nacional e internacional. Se debate y estudia por disímiles autores desde diversas miradas, entre las que se incluye la formación inicial o de pregrado y el ejercicio de la profesión, este último, más abordado en la literatura científica. La formación inicial del profesional de la educación se encuentra por tanto inmersa en esta problemática compleja, si se tiene en cuenta que la preparación de los futuros educadores tiene una repercusión directa en el crecimiento y desarrollo de los niveles de cultura ciudadana.
En el marco de su formación permanente, la formación inicial resulta ser un período de suma importancia porque es donde se desarrollarán las bases del futuro desempeño del maestro, es el período en que se enfrenta a las primeras experiencias sistematizadas en el aprendizaje de su rol como profesional competente. La formación inicial del profesional de la educación debe caracterizarse por su integralidad, concepción recurrente en la literatura consultada. El desarrollo de las competencias del profesional de la educación, desde estas primeras etapas de su formación, responde a esta exigencia, deviene necesidad de la práctica educativa, de la calidad de su formación profesional.
Desarrollo
2.El desarrollo de la competencia comunicativa e icónica. Su conceptuación
Las carreras con perfil pedagógico tienen como máxima aspiración la formación de educadores dotados de conocimientos, habilidades y valores necesarios para interactuar exitosamente en los contextos educacionales. Particularmente, la carrera Licenciatura en Educación Español Literatura tiene como objetivo egresar a un profesional que domine el sistema de la lengua, a través de su uso en el discurso, teniendo en cuenta la diversidad de estilos, y que sepa utilizar los recursos lingüísticos en las diferentes situaciones comunicativas que ha de enfrentar.
Las etapas por las que ha atravesado el concepto de competencia en el ámbito lingüístico, han estado relacionadas con las concepciones teóricas y epistemológicas imperantes según el desarrollo de las diferentes ciencias lingüísticas que se han ocupado de su estudio.
Noam Chomsky (1957) acuña el término competencia lingüística, que define como "capacidades y disposiciones para la interpretación y la actuación”. La competencia para él es el conocimiento gramatical que el hablante posee acerca de la lengua, por su parte Dell Hymes, (1967), a partir de las concepciones de la Pragmática, opone al concepto de competencia propuesta por Chomsky, el concepto de competencia comunicativa, que constituye un paso de avance en tanto tiene en cuenta el componente social. Si Chomsky consideraba la competencia como conocimiento, Hymes la define como la habilidad para usar la lengua, de ahí que indague acerca de cómo el conocimiento se convierte en uso.
Canale y Swain (1980): Siguiendo a Hymes, ponen de relieve las funciones comunicativas y el contexto social. Consideran como dimensiones de la competencia comunicativa la competencia lingüística, la socio-lingüística, la discursiva y la estratégica. Cots (2000) siguiendo los criterios de Canale y Swain y a partir del concepto de interacción, define el concepto de competencia pragmática.
Charaudeau (2001): Propone retomar aspectos tratados por la pragmática, elabora un modelo que consta de tres niveles, con tres tipos de competencias correspondientes para el sujeto: nivel situacional y competencia situacional, nivel discursivo y competencia discursiva y nivel semiolingüístico y competencia semiolingüística. La competencia semiolingüística postula que todo sujeto que se comunica e interpreta pueda manipular – reconocer la forma de los signos, sus reglas combinatorias y su sentido, a sabiendas de que se usan para expresar una intención de comunicación, de acuerdo con los elementos del marco situacional y las exigencias de la organización del discurso.
En Cuba, la doctora Angelina Roméu Escobar, destacada pedagoga e investigadora del área de la didáctica de la lengua y la literatura, en el año 2003, elabora un concepto integrador denominado competencia cognitivo-comunicativa y sociocultural. Lo anterior revela las tres dimensiones de la competencia: los procesos cognitivos implicados en la significación, las estructuras discursivas y el modelo de contexto construido y que lleva a adecuar la comunicación a la situación social comunicativa en la que se interactúa con otras personas, donde se revelan los conocimientos, intenciones, sentimientos, ideología y jerarquía social.
Además de las referidas, otras investigaciones pedagógicas y lingüísticas ofrecen aportes a la mirada que este artículo hace a la competencia comunicativa. Domínguez (2006), Gutiérrez (2008), Pulido y Pérez (2009), Montaño (2010), García Caballero (2015) han enriquecido el concepto con otras aristas.
Estos autores revelan la importancia de las necesidades que en el orden psicosocial, cognitivo, afectivo y biológico el hombre tiene, concretadas en el medio sociocultural, en la comunicación, incluyen la habilidad del individuo para comprender el significado cultural que subyace en las formas lingüísticas, de establecer distinciones culturales y consideran el carácter complejo de la competencia comunicativa que se expresa en otras competencias que la constituyen, apreciadas desde diferentes perspectivas.
Domínguez define la competencia comunicativa como: “La capacidad mental del hombre en la que se inscribe su desarrollo intelectual, que se manifiesta en la apropiación de la experiencia acumulada por la humanidad a lo largo de la historia y en la forma en que establece la relación con sus semejantes” (2006: 21). Es notable en esta definición la consideración de lo cultural e ideológico, como el conjunto de conocimientos que el sujeto posee sobre el mundo (competencia cultural), que ponen en funcionamiento el sistema de interpretación y evaluación del universo referencial que se manifiesta en el comportamiento (competencia ideológica).
Gutiérrez (2008), considera la competencia comunicativa como categoría inclusiva del dominio de las categorías del sistema, de las unidades del léxico, y de los conocimientos necesarios al hablante para producir y comprender enunciados y discursos adaptados en el texto. Incluye las competencias: estratégica, discursiva, pragmática o inferencial, semiótica, lingüística, ejecutiva y normativa.
Montaño aborda como parte de la competencia comunicativa a la competencia lectora, vista como un saber hacer en contexto (2010: 68), en la que intervienen las competencias: semántica, lingüística, textual y pragmática o sociocultural. Esta definición responde a un enfoque integrador que considera las competencias comunicativa y lectora como unidades integradas y complejas, componentes psicológicos interrelacionados, asociados a una actuación eficiente en el desempeño de la actividad comunicativa. Se revela la importancia del proceso de recepción, comprensión, e interpretación, así como las estrategias que se involucran, asumiendo la importancia de las motivaciones y las actitudes como componentes de estas competencias.
García Caballero (2015: 7), fundamenta el lugar de la competencia comunicativa como peldaño y resultado en el proceso de la formación lingüística y literaria de los estudiantes de la Licenciatura en Educación Español-Literatura, considera las dimensiones: cognitivo-instrumental, afectivo-motivacional y comportamental-creativa, en las cuales se expresan componentes conceptuales, procedimentales, motivacionales y comportamentales que en interacción dinámica configuran la personalidad.
En las diferentes definiciones analizadas los autores mantienen como una regularidad la consideración de las competencias lingüística y pragmática, tienen en cuenta los procesos comunicativos en los que el lenguaje está implicado, así como la relación con su actividad sociocultural.
Con respecto a la competencia pragmática los autores establecen distinciones en correspondencia con el campo de análisis. En el campo del análisis del discurso, en ocasiones se refieren a la competencia pragmática y en otras se la distingue de ella. Kerbrat-Orecchioni (1986) asigna a la competencia discursiva el dominio de géneros concretos del discurso y a la pragmática el de los principios generales de los intercambios verbales, comunes a diversos géneros; en el campo de la didáctica de segundas lenguas, generalmente los autores asocian la competencia discursiva con la competencia textual o bien se considera que la contiene (Bachman, 1990); Charadeau (2001) distingue entre competencia situacional, competencia discursiva y competencia semiolingüística.
En el presente artículo se coincide con Domínguez (2006), quien considera que la competencia comunicativa se nutre de competencias subordinadas estrechamente relacionadas entre sí entre las que a consideración del autor se encuentra la competencia icónica.
La competencia icónica se define como: “conjunto de saberes que se revelan en la actividad comunicativa pedagógica, dada por un proceso autorregulado de cognición, descripción-explicación, reflexión-valoración de discursos icónicos que posibilita la selección adecuada de los medios lingüísticos y culturales que expresan su relación valorativa con el mundo, el desarrollo de un estilo de pensamiento crítico para interactuar en diversos contextos socio-culturales, con diferentes fines y propósitos”.
Esta competencia comienza su desarrollo desde las edades tempranas cuando el niño inicia su interacción comunicativa con diferentes textos de diversa naturaleza sígnica.Por tanto la escuela y particularmente las asignaturas de Lengua Española, en la Educación Primaria; Español Literatura en Secundaria Básica y Preuniversitario son las principales responsables de dotar al estudiante de las herramientas necesarias para leer, interpretar y construir textos pertenecientes a diferentes códigos comunicativos.
Si se toma en consideración que en la sociedad contemporánea se ha generado una vasta infraestructura material, económica, tecnológica y organizativa al servicio de la imagen en sus múltiples y casi ilimitadas variantes, entonces los profesionales que egresen de la carrera licenciatura en Educación Español Literatura deben alcanzar un desarrollo óptimo de la competencia icónica, materializada a partir de las bondades de las asignaturas del plan de estudio en las que desde el 1er año de la carrera con la asignatura Lenguaje y Comunicación donde el estudiante tiene que comprender textos de diversa naturaleza, entre los que se encuentra el icónico, y posteriormente alcanza su concresión en la asignatura Análisis del discurso en la que realizan análisis de discursos pertencientes al código icónico.
Conclusiones
La formación inicial del profesional de la carrera Licenciatura en Español Literatura tiene entre sus metas el desarrollo de la competencia icónica, lo cual favorece la adquisición de saberes para comprender, analizar y construir textos icónicos.
El desarrollo gradual de la competencia icónica, debe pensarse como una actividad planificada, como un proceso intencionado, que inicie desde las edades tempranas y tenga continuidad en las diferentes enseñanzas por las que transita el estudiante.
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