Vladimir Borte Leyva*
Mercedes Rivero Mendoza**
Universidad de Las Tunas, Cuba
lbortev14@ult.lt.rimed.cu
RESUMEN
Es el educador el encargado de contribuir al desarrollo ideológico de la niñez y la juventud, de lograr que el estudiantado tenga un papel protagónico en todas las actividades escolares y extraescolares, para que lleguen a ser personas capaces de marchar al ritmo de los nuevos tiempos, de prestar especial atención al desarrollo de valores y actitudes, de promover la independencia, la responsabilidad, la flexibilidad, la autocrítica, el aprendizaje autodirigido y autorregulado, y el compromiso social. Por estas razones, la carrera debe desarrollar en los estudiantes, futuros educadores, un alto sentido de la responsabilidad individual y social, lograr que encuentre en el proceso de formación inicial, en su trabajo cotidiano, los mecanismos que estimulen la motivación intrínseca por la labor educativa. Es por ello que la investigación propone acciones que propicien el fortalecimiento de la responsabilidad en los estudiantes de la licenciatura en Educación Primaria del Centro Universitario Municipal de Jobabo. Se ofrecen fundamentos teóricos, tendencias y regularidades relacionadas con el problema, así como la necesidad de una sólida preparación ideo política conforme a las necesidades contextuales de la nación cubana a partir de las exigencias de la escuela primaria actual. Los resultados permitieron comprobar su efectividad y veracidad en la transformación del problema.
Palabras claves: responsabilidad individual y social, proceso de formación inicial, labor educativa
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Vladimir Borte Leyva y Mercedes Rivero Mendoza (2019): “El fortalecimiento de la responsabilidad en la formación inicial de los docentes de la educación primaria”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (noviembre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/11/fortalecimiento-responsabilidad-docentes.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1911fortalecimiento-responsabilidad-docentes
INTRODUCCIÓN
Es necesario que todo ser humano contribuya a mejorar el mundo que le ha tocado vivir, eso es llamado por muchos servir, esta acción es necesario enseñarla, la historia en sus registros acumula los elementos para demostrar la participación que tiene el maestro en este proceso del servir.
La revolución científico-técnica contemporánea, cuyo desarrollo vertiginoso hace que fenómenos que parecían imposibles sean resueltos de manera rápida y precisa, provoca un importante cambio en la economía mundial, que unido al uso de las nuevas tecnologías, permite que los conocimientos se propaguen por el mundo casi al ser descubiertos, sobre todo en los países desarrollados, los cuales pueden sumar a la generación tradicional de riquezas un nuevo factor estratégico: el conocimiento.
El fomento y desarrollo de una cultura científica en toda la sociedad es necesario para poder insertarse en este mundo unipolar, desigual y globalizado. Mundo donde son cada vez menos los que concentran en sus manos las mayores riquezas y más los que viven en la pobreza, incluso en la más extrema pobreza, los índices de subdesarrollo crecen y con ellos los profundos males sociales como el hambre, el analfabetismo, la prostitución, el desempleo entre otros muchos. Los países desarrollados exportan al mundo pobre no sólo las migajas de sus riquezas sino también su cultura consumista, individualista y destructora. Esto provoca un debilitamiento en los valores a escala mundial.
Nuestra sociedad no está exenta de sufrir los efectos de esta problemática, unido a que, a los cambios que tuvieron que introducirse a raíz del periodo especial, se suma el recrudecimiento del bloqueo económico al que el gobierno norteamericano ha sometido a Cuba, lo que provoca un impacto desfavorable en las condiciones de la vida social y en la esfera espiritual e ideológica de los individuos.
La sociedad socialista requiere de un hombre nuevo, con una preparación tal que garantice la continuidad del proyecto social socialista, sobre la base de una ideología rica en el contenido de los valores humanos universales. Un hombre con una amplía cultura general integral, politécnica, laboral y de los sentimientos, con un fundamento científico, con los valores de la justicia social, la conciencia y unidad nacional y esta tarea le corresponde por excelencia a la educación.
Para José Martí la educación constituye una poderosa arma de lucha, las generaciones nuevas, a su juicio, debían formarse en un código de valores que las convirtiera en el brazo fuerte que sostendría la independencia nacional. Así también el maestro de maestros, expresó que “para ser maestro hay que serlo primero de sí mismo”. Esta premisa guía el fin de nuestro sistema educacional, consistente en lograr el desarrollo de un estudiante que se corresponda con el sistema de valores e ideales de la nación, que recoja en sí lo más avanzado del pensamiento pedagógico martiano, marxista y fidelista.
El papel del maestro es esencial, su encargo social es instruir y educar para transformar el mundo, hoy más que nunca, es el encargado de llevar una cultura general integral, en la lucha por la plena justicia social en nuestro sistema socialista con un fundamento axiológico de carácter histórico, que aportan los valores fundamentales de la nación a lo largo de la historia patria.
Para ello es necesario que el maestro, como nos ha inculcado el Comandante en Jefe, sea ejemplo de revolucionario, disciplinado, buen trabajador, exigente para poder cumplir con los objetivos de la escuela socialista. Al respecto en su discurso en la graduación del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce (1976) planteaba que el ser maestro significa serlo en todas las esferas de la vida e implícito en ello está su ejemplaridad como divisa indispensable para cumplir su misión.
En el modelo del docente en formación inicial de la especialidad de Educación Primaria se plantea la necesidad de formar un educador con una amplia cultura general integral, capaz de demostrar, con su actitud y ejemplo personal cotidianos, un sistema de valores donde se destaquen el amor y defensa de la patria, la solidaridad, el antiimperialismo, la incondicionalidad, responsabilidad, laboriosidad, honestidad y honradez que se traduzca en normas de comportamiento, que lo ponga en condiciones de educar y no sólo de instruir; que sea portador de una sólida preparación ideo política conforme a las necesidades contextuales de la nación cubana a partir de las exigencias de la escuela primaria actual.
Al hacer un análisis del cumplimiento de lo planteado en el modelo del profesional que se forma en los Centros Universitarios Municipales y de la experiencia profesional que se posee, se observa que el valor responsabilidad es uno de los más afectados, sobre todo en lo relacionado con sus modos de actuación. Este tema tiene gran significación en el mundo de hoy ya que de él depende la supervivencia humana y en especial en nuestra sociedad la continuidad de la revolución, si el maestro no porta en su actuación los valores no podrá desarrollarlos en los niños y niñas de la Educación Primaria.
La experiencia que se posee en la formación de maestros primarios, según la labor realizada como profesor y coordinador de la carrera de Educación Primaria en el Centro Universitario Municipal de Jobabo, ha permitido constatar que a pesar de los esfuerzos que realiza el Estado para la formación del personal docente no se ha logrado a plenitud el maestro ideal al que se aspira, se evidencian deficiencias que limitan el actuar de nuestros docentes en formación en correspondencia con su ejemplo y actuación responsable, entre ellas.
Ausencias reiteradas de los docentes en formación a los encuentros presenciales así como abandono de la carrera.
Desinterés por el estudio, lo que se evidencia en la poca participación de los docentes en formación en el encuentro presencial, no se responden las guías de estudio por la totalidad de ellos, es insuficiente el uso de la bibliografía, básica y complementaria así como el no aprovechamiento de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para elevar la calidad de su aprendizaje y poca preocupación por obtener las más altas calificaciones.
pobre protagonismo estudiantil, miedo escénico para la realización de matutinos y otras actividades participativas.
El tema abordado ha estado presente en los planes de estudio para la formación de maestros, lo han tratado múltiples autores, entre los que se destacan: Piaget, Risiere Frondizi, Yus Ramos, Sebastián L y Adolfo Sánchez Vázquez los cuales han hecho aportes significativos a nivel mundial. En Cuba se destacan trabajos de J. R. Fabelo (1989 - 2003), E. Báxter (1989 - 2005), N. Chacón (1999, 2002), L. Mendoza (1996, 2003), Mayra Acebo (2003, 2004, 2005); Zenaida Ávila Pérez (1996); Danilo Quiñones Reyna (2007) y Víctor Cortina Bover (2005), ellos han ofrecido sus puntos de vista en los planos filosófico, psicológico, sociológico y pedagógico.
DESARROLLO
La formación inicial de docentes de la Educación Primaria en Cuba con énfasis en la formación de valores.
El estudio de diferentes bibliografías, tesis de maestrías y doctorados en las cuales se aborda la problemática, posibilitó realizar el análisis histórico de la formación inicial de docentes de la Educación Primaria en nuestro país con énfasis en la formación de valores determinando tres etapas que nos llevan a los elementos que se necesitan para el mismo.
A lo largo de toda la época colonial y durante la república neocolonial la Educación Cubana permaneció en el más completo abandono, no existió preocupación alguna por la formación de maestros y en los pocos momentos que se hizo su objetivo era asegurar el dominio de los explotadores. Las escuelas públicas eran mínimas y permanecían abandonadas, los maestros con sus propios esfuerzos las mantenían funcionando, con sus recursos personales de por sí muy escasos. La religión ocupaba un papel de primer orden tanto en las escuelas privadas como en las públicas.
No obstante a esto el magisterio cubano escribió páginas gloriosas y sus tradiciones y figuras representativas legaron para el futuro sus enseñanzas, por lo que hay que destacar el papel que desempeñaron en el surgimiento de la nacionalidad cubana pedagogos como José Agustín Caballero, José de la Luz y Caballero, Félix Varela, Rafael María de Mendive, Rafael Morales González (Moralitos) entre otros y el de los que consolidaron esa nacionalidad y fomentaron el espíritu de lucha como José Martí, Carlos M de Céspedes, Ignacio Agramonte, Frank País García, Enrique José Varona, entre otros muchos que demuestran que los educadores cubanos tenían como meta el cumplimiento del deber y como premisa la responsabilidad que tan honrosa tarea impone.
Con estos antecedentes podemos realizar el estudio histórico de la formación inicial de docentes de la Educación Primaria partiendo de tres etapas:
• Primera etapa de 1959 hasta 1975.
• Segunda etapa de 1976 hasta 1990
• Tercera etapa 1990 hasta la actualidad
En el estudio de las mismas se tuvieron en cuenta los aspectos relacionados con: Objetivos formativos en la formación inicial de maestros de la Educación Primaria y cambios cualitativos que se producen en la formación inicial de maestros de la Educación Primaria con énfasis en la formación de valores.
• Primera etapa de 1959 a 1975. Formación de maestros para la Educación Primaria sobre la base de la necesidad y masividad de la educación.
La preparación aquí recibida permitía que los maestros salieran con una alta preparación sobre la base de la disciplina, la responsabilidad y el sacrificio, cualidades personales que le servirían para llevarla a sus futuros alumnos.
Esta etapa la formación se hace sobre los pilares de la necesidad de preparar al hombre nuevo que tiene la tarea de construir una sociedad nueva, capaz de llevar la luz de la enseñanza donde fuera necesario conscientes de que su labor educadora está ligada indisolublemente a la actividad política.
En las escuelas todavía no se aprovechaba a plenitud las extraordinarias posibilidades que ofrecían las diferentes asignaturas para la formación intelectual, ideológica, moral y estética de los futuros maestros. Se realizaban actividades políticas, se participaba en actos, desfiles, se conmemoraban fechas históricas que contribuían a la formación integral de estos.
• Segunda etapa de 1976 hasta 1990. Perfeccionamiento de la formación de maestros para la Educación Primaria sobre la base de una preparación más acabada para el desarrollo de su profesión.
Surgen las Escuelas Formadoras o Escuelas Pedagógicas, las que cumplieron su rol en la preparación de los maestros que necesitaba la revolución, su formación le permitía contribuir a la formación de la personalidad integral y multifacético a la cual aspiraba nuestra sociedad.
Los maestros aquí formados salían con la convicción de la necesidad de participar activamente en las transformaciones económicas, políticas y sociales que tienen lugar en el país al ser ubicados en escuelas rurales en la mayoría de los casos. Razones que nos permiten hablar de un avance sustancial en la educación primaria, haciéndose necesario continuar elevando la preparación política, científica y metodológica de los maestros.
Lo más significativo de esta etapa en el desarrollo de la formación de valores radica en la adquisición de convicciones políticas a través de los programas de Marxismo – Leninismo e Historia y la salida docente que le daban el resto de los programas del currículo para ir formando un maestro primario capaz de laborar de manera incondicional en las escuelas rurales más apartadas del país y convivir con sus alumnos en sus propios hogares.
• Tercera etapa 1990 hasta la actualidad. Nuevos profesionales para la Educación Primaria sobre la base de una mayor preparación científico –metodológica.
En aras de lograr un egresado con un perfil mucho más amplio son creados en esta etapa los Institutos Superiores Pedagógicos, los que asumen la alta responsabilidad de la preparación y superación de los maestros primarios de cada territorio, los que introdujeron cambios en los planes de estudios existentes, entre ellos, la formación política-ideológica, patriótica y revolucionaria; el desarrollo en todas las carreras, las disciplinas de Historia de la Revolución Cubana y Marxismo Leninismo.
Con la tercera revolución educacional, se introducen cambios en los planes de estudio y la formación del profesional de la educación se traslada al municipio de residencia del futuro maestro, el estudiante después del primer año intensivo en el Instituto Superior Pedagógico, realiza su práctica profesional a partir del segundo año en una escuela de su municipio de residencia complementándola con los estudios de educación superior.
Esta transformación exige una ampliación del perfil profesional y un mayor rigor y nivel de preparación de los docentes, tanto en la actividad académica, la de investigación, como en la de orientación profesional. Esto significa que se debe conducir a los docentes en formación inicial a nuevos estilos de aprendizaje, mayor uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, autodidactismo y responsabilidad ante el estudio individual, lo que garantiza la formación desde la escuela y para la escuela.
En el año 2007, se implementa el Programa Nacional de reforzamiento de los valores en el que se priorizan los principales valores a desarrollar en nuestra sociedad y especialmente en la Educación. Con este programa se inserta en el currículo de la carrera de Educación Primaria la labor a desarrollar con los docentes en formación inicial para jerarquizar los valores que se necesitan en la sociedad socialista.
En esta etapa se producen cambios en los planes de estudio y con ellos las transformaciones que se van operando en la formación de maestros primarios con una mayor intencionalidad en los objetivos formativos. Uno de los cambios más significativos es que se retoma la formación de maestros primarios de 9no grado con una duración de cuatro años; luego estos docentes se incorporan a la licenciatura en Educación Primaria en los Centros Universitarios Municipales, esto evidencia la necesidad de priorizar la formación de una actitud responsable ante la labor que desempeñan estos docentes.
El concepto de valor, la educación y formación de ellos es estudiado por diferentes ciencias. Es una problemática actual y no sencilla de incursionar ya que se trata del ser humano que es la maquinaria más perfecta y compleja que existe.
Desde los filósofos antiguos hasta nuestros días el término valor ha sido sometido a estudio. Esta palabra proviene del latín valoris, utilizada en la filosofía estudiada por Platón y Sócrates. Se utilizaba para designar una virtud. No es hasta la filosofía moderna que se generaliza su uso en función de valer.
Según el diccionario filosófico los valores son: “determinaciones sociales de los objetos del mundo circundante, que ponen de manifiesto su significación positiva o negativa para el hombre y la sociedad (bien y mal, bello y feo), que se contienen en los fenómenos de la vida social y la naturaleza” (Editorial Progreso. Moscú, 1984: 437)
El filósofo cubano José R. Fabelo Corzo precisa que: ¨ valor humano es la significación socialmente positiva que poseen los fenómenos y objeto de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad. (F Corzo, José Ramón, 1989: 8).
Cándido R. Aguilar Díaz, recomienda desde el punto de vista metodológico la siguiente definición: “valor humano es la significación socialmente positiva que tiene la realidad para el hombre como elemento fundamental de sus relaciones sociales y que tienen como su contrapuesto al antivalor¨ (A Díaz, Cándido R, 1981: 6 )
El autor asume el concepto que ofrece la Dra. Nancy Chacón Arteaga cuando señala que el valor” refleja la significación social positiva, buena, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta, actitud, cualidad), que con un carácter valorativo-normativo a nivel de conciencia moral (individual-social) en forma de principios, normas; representaciones y sentimientos morales, orientan la actitud y conducta del hombre, hacia el progreso moral, a la elevación del humanismo y al perfeccionamiento humano. (Chacón Arteaga, Nancy, 1999)
Esta definición nos permite entender el valor como unidad de lo objetivo y lo subjetivo, de lo emocional y lo racional, se da sobre la base de exigencias y necesidades humanas históricas-concretas expresándose en los valores a través de los intereses, aspiraciones, realizaciones humanas objetivos y fines. En síntesis los valores existen en la sociedad como parte de la conciencia social y a su vez están en dependencia del tipo de sociedad donde estos se forman.
Los valores no son inmutables, se corresponden con cada momento histórico y también existe para cada sociedad concreta un sistema de valores objetivamente conformado, expresión en última instancia, de la propia estructura de las relaciones económico- sociales que caracterizan a esa sociedad.
En la actualidad se hace cada vez más visible la decadencia moral y se ponen en crisis valores humanos universales que han sido conquistas históricas del progreso moral y axiológico de la humanidad. En ese marco y como respuesta al agravamiento de los males sociales a nivel mundial, se levantan voces que desde una posición renovadora abordan la llamada crisis de valores, proponiendo modelos alternativos que al menos compensen la dramática situación.
Los valores universales además cobran vida en numerosos códigos de ética de la ciencia y la tecnología. Las disposiciones contenidas en estos se reflejan de una u otra forma en el proyecto social que edifican los cubanos, honrando de esta manera a quienes a lo largo de la historia patria hicieron de las concepciones éticas, bastiones inexpugnables en defensa de la libertad y felicidad humana.
Es por ello que los valores de naturaleza moral son los que nos urge incursionar, pues tienen su expresión en la sociedad en general y constituyen un contenido particular de la educación y de los diferentes agentes socializadores como familia, las organizaciones políticas, colectivos laborales, los medios de difusión masiva e instituciones y organizaciones sociales existentes. Y sobre todo porque al abordar esta problemática nos estamos refiriendo a la personalidad.
La psicología ha desarrollado distintas ópticas conceptuales en el estudio de los valores morales. Las concepciones filosóficas e históricas, mecanicistas, pragmatistas e idealistas que han prevalecido, se caracterizan desde el punto de vista psicológico, por un enfoque parcial de la formación de valores humanos en el individuo, reduciendo la explicación de la misma a un solo aspecto, esfera o componente psicológico, o por el intento de un enfoque integral, donde participan varias esferas o componentes, pero sin explicar la relación que se establece entre los mismos.
Un tratamiento de gran significación al estudio de los valores, lo constituye dentro de la Psicología Marxista el enfoque histórico-cultural desarrollado por L. S. Vygotsky y continuadores. Este, al establecer un conjunto de principios, categorías y métodos fundamentales, para abordar la problemática del desarrollo socio-cultural del hombre, crea el marco teórico y metodológico adecuado para la comprensión, diagnóstico y dirección del proceso de formación y desarrollo de los valores morales, posibilitando de esta manera un análisis científico acerca de que son los valores, el lugar que ocupan en la personalidad y como operan en el proceso de la relación individuo-sociedad.
Los valores existen en la subjetividad no como simples reproducciones de significados (reflejo cognitivo) ni tampoco como motivos aislados de actuación (reflejo afectivo) sino que constituyen complejas unidades funcionales cognitivo-afectivas a través de las cuales se produce la regulación de la actuación, lo que significa, que para que un valor regule la actuación no basta que el sujeto conozca el contenido del valor sino que es necesario además que el sujeto sienta la necesidad de actuar en correspondencia con el referido valor.
Se infiere entonces que, el ejemplo del maestro es vital para lograr este fin, de ahí que si él no es portador en su accionar cotidiano, dentro y fuera de la escuela, de modos de actuación acorde a los que pretende fomentar en sus alumnos su labor no sería completa, es por ello que para fortalecer valores a nivel de la sociedad la formación inicial de docentes debe tener en su centro esta tarea.
Es por ello que la formación del hombre nuevo, acorde al proyecto educativo de nuestra sociedad socialista exige desde la concepción marxista leninista cambiar todo lo que debe ser cambiado sobre la base del sistema de valores que responda a la clase económicamente dominante, en nuestro caso la clase obrera, de ahí que en nuestras escuelas se enseñe la moral propia de esta clase y necesaria para preservar la sociedad.
Es preciso que el docente en formación inicial construya sus actitudes y creencias, así como sus propios valores en el encuentro con el modelo social propuesto. No se trata de un proceso espontáneo sino científicamente dirigido ya que, como se ha demostrado, estas construcciones evolucionan tomando como punto de partida el conocimiento previo, la experiencia social del sujeto y el desarrollo cognitivo alcanzado. Hay que tener en cuenta además el papel activo del maestro ya que este crea las condiciones, propone e implementa los procedimientos para la educación de actitudes y valores en los estudiantes.
Esta formación moral forma parte indisoluble de su crecimiento humano, así como del compromiso con su realidad social y sus destinos, fidelidad, responsabilidad, incondicionalidad, sentido de identidad profesional y pertenencia son valores imprescindibles en la actualidad. Por esta razón los objetivos del modelo del profesional de la Educación Primaria parten de que se necesita un docente con una amplia cultura general integral para lo cual debe demostrar:
una sólida preparación ideopolítica,
con su actitud y ejemplo personal cotidianos, un sistema de valores donde se destaquen el amor y defensa de la patria, la solidaridad, el antiimperialismo, la responsabilidad, incondicionalidad, laboriosidad, honestidad y honradez.
Todos ellos constituyen una unidad dialéctica, constituyen un sistema, se forman en el proceso de interacción entre los hombres y el objeto de su actividad, en el proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual. No obstante a esto para la realización de este trabajo y por el rol que le corresponde al maestro y sin restarle importancia al resto de los valores, consideramos que la responsabilidad es imprescindible para formar un docente, sobre todo en el componente académico de su formación al considerar que el estudio le asegurará el dominio de las ciencias necesarias para su futura labor, la cual sólo será exitosa si está bien preparado, nadie puede enseñar lo que no sabe.
De ello se deriva la necesidad de que el docente en formación inicial de la Educación Primaria posea un alto nivel profesional y un compromiso social y político que se logran con el fortalecimiento de los valores morales con énfasis en la responsabilidad.
Al analizar las reflexiones axiológicas de José Martí la responsabilidad debe tenerse en cuenta que en nuestra sociedad está sustentada, en buena medida, en el contenido ético del deber, el deber se razona, se siente, ese pensar bien, conduce ante todo a la responsabilidad social e individual: “Sólo en el cumplimiento triste y áspero del deber está la verdadera gloria. Y aún ha de ser el deber cumplido en beneficio ajeno, porque si va con él alguna esperanza de bien propio, por legítimo que parezca, o sea, ya se empaña y pierde fuerza moral. La fuerza está en el sacrificio.¨ (M Pérez, José, OC TIII, pág. 265)
La Doctora Esther Báxter cita a Federico Mayor Zaragoza, Director general de la UNESCO, al plantear que la responsabilidad se refiere al cumplimiento con el deber que se asignó y permanecer fiel a su objetivo, es aceptar lo que se requiere, honrar el papel que se nos ha encomendado y actuarlo conscientemente, poniendo lo mejor de uno. (Báxter E, 2007)
De estos análisis se deduce que en la base del valor responsabilidad están las actitudes, las necesidades y las motivaciones de las personas. La responsabilidad implica tener conciencia de las obligaciones, seguridad de sí mismo, tomar decisiones con la madurez necesaria en correspondencia con la edad, particularidades y conocimientos del individuo, tener constancia, auto proposición de metas, responder por sus actos, sentir como suyos los problemas que afecten a alguien o a algún grupo de personas y además ejercer influencias cambiantes sobre el medio que lo rodea.
Se considera además, que los modos de actuación asociados a este valor son:
• Desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor las tareas asignadas.
• Asumir la crítica y la autocrítica como poderoso instrumento de autorregulación moral.
• Propiciar un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas asignadas.
• Conocer y respetar la legalidad socialista y las normas administrativas establecidas.
• Promover un modo de participación democrática, donde los individuos se sientan implicados en los destinos de la familia, la comunidad, su colectivo estudiantil, laboral y el país.
• Respetar, defender y fomentar la propiedad social sobre los medios de producción.
• Cuidar el medio ambiente.
Hoy ante los retos que impone la educación de las nuevas generaciones y en particular la formación inicial del profesional de la educación, es imprescindible fortalecer los valores para con ello elevar su profesionalidad que parte del dominio de la ciencia que enseña y de los métodos de enseñanza aprendizaje.
Sólo en la actividad, los sujetos de la educación pueden interiorizar la influencia educativa del significado de los valores, por medio de las relaciones interpersonales directas sujeto – sujeto, la comunicación, los hábitos, las costumbres o tradiciones en determinados tipos de actuaciones y actividades planeadas y previstas con fines educativos.
Es en ella donde se expresan los sentimientos asociados a determinados valores, las cualidades personales que van conformando la individualidad de los sujetos. La actividad de aprendizaje exige la elaboración de estrategias que permitan al educando, más el aprender a aprender que el aprendizaje de contenidos específicos.
El proceso de educación en valores debe lograr que la persona de un sentido propio a aquel contenido que la sociedad presente como valor. Para esto resulta imprescindible la creación y defensa de espacios para le reflexión, la discusión y el debate, la coexistencia de puntos de vista contrapuestos e incluso para el error reflexivo.
La formación en valores se expresa también a través del estilo comunicativo del profesor, cuando este lo cambia, enriquece, comienza a incidir más favorablemente sobre los educandos. De ahí que para motivar a los docentes en formación lo primero debe tenerse presente es conocer sus intereses. Por eso, en sentido general los valores no se desarrollan si no existen espacios de comunicación imprescindibles entre los profesores, la dirección y la comunidad, ya que todos estos factores conforman en su unidad la comunidad educativa. Debe quedar claro que la imposición nunca será la mejor opción para formar valores.
La formación de la responsabilidad, encuentra sus mejores vías cuando median la motivación, la persuasión y el convencimiento interno del sujeto.
Es en el trabajo metodológico que se desarrolla en el Centro Universitario Municipal, y que tiene continuidad en las microuniversidades, donde se diseña el trabajo docente educativo a desarrollar para fortalecer los valores en los docentes en formación inicial, teniendo la clase encuentro como la vía por excelencia para este trabajo, con el complemento en todas las actividades de extensión universitaria para contribuir a la formación de una cultura general, científica, tecnológica, laboral y la cultura de los sentimientos, con un contenido axiológico y una orientación humanista.
Es importante además tener presente los métodos que se utilizan para educar y evaluar el fortalecimiento de los valores. Asumimos en este trabajo los planteados por la Doctora Esther Báxter Pérez (2007): los dirigidos a la conciencia, los dirigidos a la actividad y los dirigidos a la valoración.
Es esta la base para analizar que, independientemente al trabajo que se desarrolla como resultado de toda una tradición pedagógica y de todos los que con su ejemplo personal en el pasado y en el presente y de la existencia de resoluciones, trabajos investigativos, estrategias, programas y objetivos educativos, se manifiestan en algunos jóvenes de nuestra sociedad conductas y modos de actuación no acordes a los valores que estamos desarrollando, algunas de estas conductas se manifiestan los docentes en formación inicial de la carrera Educación Primaria pertenecientes al Centro Universitario Municipal, relacionadas con el estudio, la asistencia y otras que demuestran que la responsabilidad es uno de los valores que se necesita reforzar.
Conclusiones
El estudio histórico permite identificar los cambios que se van produciendo en los planes de estudio y con ellos las transformaciones que se van operando en la formación inicial de docentes de la Educación Primaria con una mayor intencionalidad en los objetivos formativos.
El estudio de las fuentes bibliográficas permitió comprender la evolución histórica del concepto valores humanos y valorar desde diferentes posiciones el proceso de formación en valores en el individuo, precisando los fundamentos teóricos necesarios que contribuyan a fortalecer el valor responsabilidad en los docentes en formación inicial de la Educación Primaria.
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