Lilliam Rodríguez Pérez*
Universidad de Las Tunas, Cuba
lilliamrp@ult.edu.cu
RESUMEN
El artículo aborda la necesidad que tienen los estudiantes de aprender nuevos conocimientos y habilidades, en particular, los relacionados con la Educación Artística, y su significatividad, al tiempo que asumen formas de comportarse, de actuar y de pensar y las posibilidades reales de que sea portador de las competencias para lograrlo. La comprensión de texto a través del análisis del contenido de la obra musical constituye un elemento esencial que debe dominar los futuros egresados para dirigir con calidad el proceso de enseñanza aprendizaje de la Educación Artística, desde la apreciación musical.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Lilliam Rodríguez Pérez (2019): “La apreciación musical en la formación del profesional de educación artística”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (octubre 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/10/apreciacion-musical-formacion.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1910apreciacion-musical-formacion
Introducción
“Un buen canto es un buen huésped. Y ¡como duran los versos! Duran más que los imperios en que se cantaron, y que las fortalezas que defendieron los imperios”. José Martí
Hoy, nos ha tocado vivir un mundo lleno de sonoridades diversas, unas agradables y otras menos agradables, pero la sucesión de sonidos equidistantes, es ¡música! El canto que ha acompañado al hombre en todos los momentos de su vida, la que da placer y goce, la que nos representa contextualmente con una significatividad que nos transporta a diferentes momentos y enriquece la experiencia vivida con alegría o no; es a ese canto que perdura en nuestros corazones al que Martí, se refiere, el que nos identifica y diferencia como ser social ubicados en un contexto tiempo-espacio.
La defensa de la cultura y la preservación de las identidades constituyen actualmente un desafío. En este contexto, la Licenciatura en Educación Artística, tiene la misión especial de garantizar desde las edades más tempranas la educación de nuevas generaciones y el pueblo en general con una acertada concepción científica del mundo: la del materialismo dialéctico, para educar un hombre libre y culto, acto para participar activa y conscientemente en la edificación del socialismo, premisa indispensable para la preservación de la identidad musical.
Esta expresión pondera la importancia que tiene la cultura y dentro de esta la música, en la educación del hombre, como parte indispensable de la sociedad; es a través de su forma de actuar y en su desempeño donde este demuestra sus conocimientos, los valores formados y refleja además cómo se ha preparado para la vida, a partir de un disfrute sano. Es la apreciación musical una vía factible que posibilita este propósito.
Con el objetivo de egresar un profesional de perfil amplio y alta competitividad en sus esferas de actuación, se aprobó el Plan de Estudio “E” (2017), que a pesar de lo que se avanza en todas las disciplinas que lo componen, aún se manifiestan en los estudiantes limitaciones en la apreciación musical, para que pueda trasmitir un conjunto de valores espirituales, de elevada belleza estética a sus educandos, a través de las obras musicales.
En esta dirección ocupa un lugar importante la apreciación musical en la formación de los profesionales de la Educación Artística, porque responde a las concepciones y exigencias más actuales que forman parte de la disciplina Educación Artística, comprendiéndose como uno de sus objetivos: apreciar las obras musicales locales, nacionales y universales, teniendo en cuenta sus particularidades y nexos desde un enfoque cronológico que facilite la comprensión de la cultura artística, y la labor de promoción cultural de las que serán portadores en su futura profesión. I. N. Piedra y Col (2016) Este objetivo, a su vez, se concreta en la Asignatura Lenguaje de la Música, coincidiendo plenamente en la aspiración del modelo del profesional.
También se está en correspondencia con el criterio de C. Seijas, (2011) de que la Educación Artística brinda procedimientos y formas de trabajo que influyen directamente en el desarrollo de conocimientos, habilidades, capacidades generales y específicas en los estudiantes. Una de estas habilidades es la apreciación musical, aspecto abordado por la Psicología y de vigencia en la actualidad por su contribución a la práctica pedagógica.
Trabajar desde la apreciación musical el texto en las obras musicales con los estudiantes de la carrera Educación Artística a partir de sus gustos, permite promover la capacidad de apreciación, así como desarrollar habilidades para la comprensión de las mismas, teniendo en cuenta las intenciones del compositor y las exigencias de nuestra sociedad.
Para entender la música, es importante conocer los diferentes aspectos que la componen, desde su parte teórica hasta la misma historia, del cómo el compositor hace uso de todos y cada uno de los elementos que ésta le brinda, del cómo el escucha accede e interactúa con ella.
“La percepción, la valoración afectiva y la toma de conciencia intelectual de cualquier producto artístico forman el tercer eslabón de la cadena al que en pocas ocasiones, y menos aún en el terreno musical se ha dedicado la debida atención. Tradicionalmente y hasta el momento actual, casi todo el tiempo y los recursos empleados en la formación musical se han dedicado a dos aspectos de evidente importancia como son la creación musical, aspecto centrado en la figura del compositor y la interpretación, centrada en la figura del intérprete.
Se ha eludido, en cambio, la dedicación necesaria a un tercer aspecto de trascendencia última en cualquier manifestación artística nos estamos refiriendo a la apreciación de la obra, aspecto centrado en el oyente. Lógicamente toda persona que escucha se convierte en un oyente. Pero hay muchas formas de escuchar, y en esto van a intervenir factores tan importantes como la capacidad de atención y la formación musical de quien escucha. Muchas personas tienen un gran conocimiento auditivo de numerosas grandes obras de la música, aunque no sepan leer ni interpretar una partitura.
En muchos casos, sus opiniones y sus gustos son excelentes, pero no saben expresarlo con un lenguaje apropiado, lo que les puede producir una sensación de frustración e inseguridad que les impida comunicar sus opiniones ante los músicos. Con frecuencia estas conversaciones se convertirían en una “torre de Babel” sin posibilidad de entendimiento.
En efecto, la carencia de un lenguaje específico, correcto y universal y de unas técnicas de composición, aunque sean muy someras, se constituyen como una barrera considerable para la apreciación plena de una obra. Por ello, sería importante la enseñanza de estos contenidos en la capacitación de los estudiantes de 1er año de la carrera Educación Artística para poder desempeñar su labor profesional con calidad.
No resulta excesivamente extraño en el mundo de las artes plásticas, la proposición de algunas nociones más o menos complejas que ayuden a los individuos que se inician, pongamos por ejemplo, en la pintura o la escultura, encaminadas hacia la comprensión y apreciación de las obras, como simples receptores de las mismas, si bien nunca ha sido éste el contenido fundamental de enseñanza. Pero más raramente aún se ha dado esta circunstancia con respecto a las obras de arte musicales.
Es un hecho cuantitativo que la trascendencia de las creaciones artísticas se centra más en los individuos receptores de las obras que en los autores: solamente ha habido un Juan Sebastian Bach, y somos muchos, los que hemos apreciado sus obras pero, desafortunadamente, muchos más los que no han podido captarla en su verdadera magnitud artística.
Así pues, la importancia de dotar al oyente de las herramientas precisas para la captación plena de las obras musicales se constituye como una necesidad, dada la superioridad de los auditores frente a los compositores e intérpretes, además de constituir el tercero de los grandes ámbitos que como eslabones inseparables de una misma cadena completan el proceso artístico: compositor, intérprete y oyente”. De ahí que, se pretende que los estudiantes comprendan la música de una manera cada vez más rica y compleja.
Es por ello que la audición resulta un vehículo propicio para ese fin. Durante las clases, estudiantes y docentes suelen acercarse a la tarea de identificar instrumentos, cualidades del sonido o funciones musicales, a partir de la certeza de que a mayor y más rápida identificación, se garantizará una mayor comprensión del estímulo captado. Aunque no de modo explícito, se promueve así una variante encubierta del supuesto virtuosismo instrumental: el virtuosismo auditivo.
En estos casos, en los que el grabador se enciende con la confianza de producir un estado de fascinación, o en su defecto como medio para diferenciar el fagot del corno, o los sonidos naturales de los artificiales el oído del estudiante es considerado como un neutro sin registros anteriores, cuyo comportamiento se mide sobre la base de la cantidad de información retenida.
Chateau afirma que «la parte es una complicación del campo. Nace cuando la atención se dirige de manera variable sobre regiones diversas del campo». El campo perceptual sonoro entonces, no puede caracterizarse como amorfo «vacío». Se produce una selección por parte del sujeto, quien organiza un texto: agrupa, separa, jerarquiza. El auditor es público y «compositor» al mismo tiempo.
En el acto de percibir, y por ende de escuchar, intervienen historia, deseo, cultura, inconsciente, experiencia, normas. Estos registros modulan, condicionan e imponen sus límites. Habitualmente se percibe menos de lo que ocurre. Es necesario realizar una distinción entre percibir una obra, confiriéndole una organización inmediata, arbitraria, sincrética, y pensar esa misma obra a partir de la internalización de conceptos previos como forma, textura, etc.
La música es una construcción en la que sonidos y silencios se articulan de manera intencional. Este atributo la distingue de las otras cadenas sonoras naturales o mecánicas. La caracterización de sonido, textura, ritmo, forma y melodía, como los contenidos más frecuentes en los programas de Lenguaje de la Música, admiten, como hemos dicho, una instancia de estudio parcializado.
Pero el concepto mismo de sintaxis trae aparejada la producción de sentido. Y no exclusivamente en la interconexión de los elementos, sino en su correspondencia con el contexto cultural y con el sujeto que escucha e interpreta. La universalidad de los conceptos formales está permanentemente contrapesada con su situación histórica. Basta pensar la función del sonido en la vida primitiva, y el papel que el mismo ocupa en la actualidad.
A su vez, los paradigmas estéticos en la enseñanza de la Apreciación Musical, son presentados como una sucesión lineal de estilos que devienen progresivamente del Medioevo al Renacimiento, luego al Barroco, y así hasta la actualidad. La alternativa de trabajar en torno a las grandes cosmovisiones de época, y retornar a ellas desde cada estructura sintáctica, permite un acercamiento paulatino por parte de los estudiantes a los contextos históricos y favorece la posibilidad de que efectúen un proceso similar al escuchar audiciones de su preferencia.
Pero, ¿qué es apreciar?
Apreciar es analizar el particular ordenamiento de la creación, estableciendo que mecanismos desencadenan la experiencia estética que la obra de arte proporciona. (M. B. Guevara)
La apreciación no es un ejercicio que pretenda la homogenización de las aficiones por uno u otro arte. Por el contrario, la apreciación afirma y profundiza la capacidad de elección estética.
Apreciar es una tarea de acercamiento creativo que permite reafirmar o reajustar nuestras preferencias al proporcionarnos criterios para verificar la congruencia artística de las obras. En la apreciación no juega rol alguno el criterio subjetivo de los gustos particulares.
¿Qué diferencia hay entre gustar y apreciar una obra musical?
El gusto no es apreciación. El gusto es una respuesta personal que revela referencias por razones subjetivas. La apreciación pretende dentro de ciertos límites, ser objetiva.
Las tres operaciones básicas para apreciar son: analizar, interpretar y valorar, si se quiere tener una experiencia con la obra musical que no se quede en lo trivial.
Para analizar, es importante observar, escuchar o dado el caso, interactuar con la obra. Al mismo tiempo, es importante hacer una descripción de los elementos constitutivos de la obra, desde los más sencillos a los más complejos: autor, género musical a que pertenece, tonalidad, aire o movimiento de la obra, etc.
Al interpretar, se deben considerar los lenguajes expresivos de la música: cualidades de sonido, elementos de la música, función musical de la obra, análisis del texto.
Valorar una obra conlleva a emitir un juicio, luego de situarla dentro de una genealogía, un periodo histórico, una tendencia, su género y estilo. La valoración tiene por finalidad descubrir el grado de originalidad de una obra.
El espectador además cuenta con otras opciones para apropiarse de una obra musical:
• Identificar y disfrutar la estética de sus elementos configurativos bajo los principios de armonía, contraste, espacio, composición, y ritmo.
• Percibir los posibles efectos que una obra produce en su sensibilidad, transformando su gusto, su manera de percibir la realidad, de pensar el arte, por citar algunos ejemplos.
• Asociar la obra a cualquier tipo de conocimientos, experiencias, vivencias, recuerdos, y a otras obras o expresiones en otros medios, no necesariamente artísticas. En otras palabras, vinculando a la obra con una historia íntima, personal, con otra objetiva de referencias entre obras artísticas (artes plásticas, danza, teatro, música), y de obras artísticas con otras manifestaciones estéticas (artesanías y diseños).
• El goce de una obra, puede provenir de circunstancias y detalles inesperados, sorpresivos, fuera de todo cálculo o estrategia para abordarla. Detalles de su realización técnica, de su producción, cambios notables entre una reproducción y la obra original, son sólo algunos ejemplos de las gratas sorpresas que guarda el arte a quien está dispuesto a dedicarle tiempo y atención.
• Otra manera de intensificar el disfrute de la obra, consiste en formular hipótesis de sentidos, significados y efectos posibles de la obra, y compartirlas con otras personas, explicándolas y analizándolas. Buscando diferencias y consensos para validar nuestro juicio estético.
Aun cuando existen en la actualidad diversas posiciones teóricas respecto a la naturaleza y construcción del conocimiento musical, uno de los puntos en el que pareciera existir un acuerdo de base es en la aceptación de que este saber y su apropiación implican la necesaria confluencia de tres vías de acceso o formas de conocimiento: la ejecución, la composición y la percepción auditiva. Esta última incluye tanto el tratamiento de la información a un nivel sensorial como todos los procesos cognitivos ligados a la interpretación.
Tales formas de acceso, que plantean particularidades en su desarrollo, ocurren además en una necesaria interconexión. Así, el conocimiento musical no refiere a una actuación particular, sino a múltiples operaciones en los que las experiencias de ejecución, composición y percepción interrelacionadas, permiten configurarlo. El bailarín “piensa” el movimiento con su cuerpo: la mano del plástico “piensa” la obra. El instrumentista, cuando escucha, pone en juego todo su cuerpo, de una manera más general, al vincular cada giro musical con las sensaciones corporales (visuales, musculares, táctiles, etc.) y con los estados de concentración o emoción que se experimentan al tocar.
Las relaciones de agrupamiento, de altura, duración, sentido, posibilitan entonces, desde la práctica musical, nuevos registros. Una audición “aséptica”, desprovista de los otros sentidos, cuya recurrencia propicia la adquisición de hábitos que permitan prescindir del instrumento, soslaya la trascendencia de la práctica musical. El desarrollo de la audición es un recurso imprescindible siempre que se articule equilibradamente con otras herramientas.
Se coincide con Dorfles, en que “el arte es muy difícil de comprender para quien no lo practica”. En realidad, pocas estrategias para enseñar la profesión de músico en cualquiera de sus variables han resultado históricamente tan eficaces como aquéllas que se plantean una práctica concreta de la música como condición para el acceso a los conocimientos complementarios.
Desde un punto de vista educativo, estas consideraciones renuevan la formulación de las grandes interrogantes pedagógico-didácticos -para qué, qué y cómo enseñar el saber musical, acerca de los cuales se intentará reflexionar desde la mirada de la Apreciación Musical. Es claro que la palabra no es propiedad de la clase “magistral”, así como la planificación de los procesos de enseñanza/aprendizaje no ocurre únicamente dentro del modelo conductista, ni la atención al sujeto.
Por otra parte la renovación de estrategias didácticas presupone además una permanente revisión de los conceptos y el vocabulario técnico de las asignaturas. Todavía es posible advertir que en algunos programas oficiales, se habla de métrica como sinónimo de ritmo, o que en las clases se intenta inútilmente descubrir el “pulso”, aún en obras concebidas a partir de paradigmas ajenos a la métrica proporcional.
La realidad actual compromete al sistema educativo en la búsqueda de sujetos críticos frente al arte, atentos a las realidades sociales, y capaces de no quedar recluidos en su propia subjetividad. Ello conduce a considerar a la interpretación del discurso musical como un propósito privilegiado de la enseñanza.
Preparar a los docentes para apreciar la obras musicales requiere que posean textos que nombren, caractericen y contextualicen desde lo universal, cubano y de la localidad de manera que puedan dirigir, escuchar, cantar, acompañar con instrumento (guitarra) o leerla musicalmente
Las obras que se incluyen para su tratamiento pedagógico deben cumplir los requisitos siguientes:
A continuación se expone un ejemplo de una obra representativa de la localidad que cumple con los requisitos antes expuestos:
“El himno de la ciudad de Las Tunas “
Autor: José Antonio Miranda (Tony Miranda)
Tunas.
Tus hijos se forjan en la llama
Que simboliza un pueblo que prefiere
Arder dos veces todo lo que quiere
Antes que opriman lo que más aman.
Tus mujeres flores de Birama
Que guardan la ternura de Guarina
Pero su cabeza nunca inclina
Cuando el ejemplo de Mercedes lo reclama.
Del Cornito fuiste al Universo
Cuando el alma del bardo se inspiró
Para inmortalizarte con sus versos
Que a esta tierra de ensueños le cantó.
Del mambí trazaste tu camino
Que si de nuevo tienes que elegir
Por tu ciudad, tus hijos, su destino
Quemada antes que esclava preferir
Quemada antes que esclava preferir.
En la comprensión de textos hay que tener en cuenta sus elementos estructurales. Debe prestarse especial atención a la música del Himno, ya que está condicionada por la interacción de los diferentes factores que definen las características de la sociedad en la que se origina y por ser “la música el hombre escapado de sí mismo”, como bien expresara J. Martí por lo que esta asimila, transforma y refleja las condiciones socio - histórico concretas de la época en que se genera. Desde esta connotación, se precisa de un proceso de educación musical en correspondencia con las necesidades sociales, lo que constituye una vía para favorecer la comprensión de textos de los estudiantes de la Licenciatura en Educación Artística.
Dentro de las funciones de la música, está la hedonista, la comunicativa, la educativa, la ideológica y heurística por su capacidad para provocar estados de ánimo, polémica, diversidad de criterios. Es preciso tener en cuenta el contenido de la música ya que estos intervienen positiva y negativamente en los análisis de textos el estudiante se forma patrones que dependen en su justa medida de la conducción del profesor. Por ejemplo: la obra propuesta en este trabajo va recreando al oyente una historia real y vivida con orgullo por el pueblo tunero que los ubica en el centro mismo de la rebeldía, del valor y el despojo de lo material cuando de defender la patria se trata y esta historia les llega a través de la música.
El estudio realizado sobre la comprensión de textos revela la amplitud de criterios y puntos de vista que sobre esta categoría presentan los diferentes autores, no obstante entre todos los consultados hay puntos en común y son los pasos para este análisis.
El análisis realizado para la realización de este trabajo está relacionado con los conocimientos anteriores que los estudiantes poseen acerca de la historia de la localidad, de pasos para realizar un análisis técnico musical, además una marcada vocación por el trabajo social con responsabilidad, ya que debe ser capaz de incitar a la acción, impulsar, estimular y orientar intereses y aficiones, debe propiciar el intercambio entre las personas y contribuir al fortalecimiento de sus sentidos de pertenencia e identidad musical local para contribuir a su enriquecimiento espiritual y a la elevación de su calidad de vida y la de los demás.
Para ello sugerimos presentar obras con contenidos musicales que posibiliten su posterior montaje en los diferentes subsistemas de educación, que vayan dirigidas a la preparación del hombre para la vida, como objetivo de la educación cubana, con textos relacionados con el patriotismo, la solidaridad, el amor a la naturaleza, a la familia, a la mujer y al medio ambiente entre otros. En el caso de las obras instrumentales se apreciará el ritmo, la belleza de la melodía y la armonía.
La escuela como vía institucional debe garantizar, en relación estrecha con la familia y las demás instituciones culturales, la educación de sentimientos de amor, de respeto y de admiración por la buena música, como elemento de su identidad. Las autoras al respecto refieren y comparten el criterio expresado por M. Córdova (2011), acerca de que la música:
La rápida generalización de conductas y valores éticos se logra a partir de la agresión y la violencia impuesta con las imágenes audiovisuales irrumpiendo la vida privada del hombre, su entorno sonoro, con el empleo de la amenaza verbal, la intimidación y la humillación
Involucrando la música local en el aprendizaje cotidiano de los estudiantes conseguimos aumentar la motivación, ya que incluimos un punto de interés propio en el aprendizaje, lo que favorece su colaboración y su implicación en tal proceso de forma activa, haciéndoles partícipes de su propia educación y fomentado que se sientan personas importantes, que tienen mucho que decir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿por qué no utilizarla para ello?
Como bien plantea Enrique José Varona “Enseñar a trabajar es la tarea del maestro. A trabajar con las manos, con los oídos, con los ojos y después y sobre todo con la inteligencia” para hacer valedera esta expresión es que los profesores y todo personal responsable con la educación en Cuba debe buscar vías de solución y una forma de lograrlo es la búsqueda de información, tanto bibliográfica, como fuentes vivas o digitalizadas.
Para el análisis de textos es necesario presentarle a los estudiantes primero la audición de la obra y después la escriben en la pizarra para hacer el análisis colectivo y en el Himno de la ciudad se propone subrayar los hecho y nombres de figuras como Mercedes, Guarina, el Bardo, para darle tratamiento y poder comprenderlo pues aunque está escrito literalmente con un vocabulario claro y asequible es importante conducir correctamente este análisis.
Se pueden destacar los resultados siguientes:
CONCLUSIONES
La obra que se propone favorece el análisis y el estudio por parte de profesores y estudiantes de los elementos de la Lengua que necesariamente debemos emplear para poder dirigir el proceso de enseñanza aprendizaje y una correcta comunicación, en aras del buen decir.
BIBLIOGRAFÍA