Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


BOSQUEJO SOBRE LA INCIDENCIA DE LAS FAMILIAS DISFUNCIONALES EN EL RENDIMIENTO ESCOLAR Y EL COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LA INSTITUCIÓN “30 DE SEPTIEMBRE” DEL CANTÓN ROCAFUERTE

Autores e infomación del artículo

Agustina Elizabeth Cedeño Casanova*

Viviana Milene Zambrano Acosta **

Jimmy Manuel Zambrano Acosta***

Universidad Técnica de Manabí, Ecuador

Email: acedeno4078@utm.edu.ec


RESUMEN
Se asumen puntos de vistas y criterios a partir de un bosquejo acerca de los aspectos significativos que  se relacionan con la importancia de la educación en la sociedad actual, fundamentalmente en el desarrollo de los escolares, como es el caso de la familia. Los elementos de la familia y su funcionalidad, así como las problemáticas que en ella existen en muchos casos, llegan a afectar de forma trascendental a los niños y niños en cuanto a su rendimiento académico y su comportamiento.
La función que realiza el rendimiento académico como indicador de la capacidad de los escolares está en gran medida marcado y condicionado por las situaciones familiares, en dependencia de su funcionalidad o disfuncionalidad; que finalmente determinará generalmente para futuro su accesibilidad a puestos de trabajo y como consecuencia su condición social.
Palabras claves: Familia; Disfuncionalidad Familiar; Rendimiento académico; Comportamiento.

ABSTRACT
You can see the points of view and the criteria of a sketch on the aspects of interests that are related to the importance of education in today's society, mainly in the development of school children, as is the case of the family. The elements of the family and its functionality, as well as the problems that exist in many cases, are translated in the form of transcendental to children and children in their academic performance and behavior.
The function that performs academic performance as the indicator of the capacity of school children is largely marked and conditioned by family situations, depending on their functionality or dysfunctionality; that finally their accessibility to jobs and as a consequence of their social condition will be determined for the future.
Keywords: Family; Family dysfunctionality; Academic performance; Behavior.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Agustina Elizabeth Cedeño Casanova, Viviana Milene Zambrano Acosta y Jimmy Manuel Zambrano Acosta (2019): “Bosquejo sobre la incidencia de las familias disfuncionales en el rendimiento escolar y el comportamiento de los niños y niñas de la institución “30 de septiembre” del Cantón Rocafuerte”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (julio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/07/familias-disfuncionales-rendimiento.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1907familias-disfuncionales-rendimiento


INTRODUCCIÓN
Uno de los principales procesos sociales que garantiza la grandeza de los pueblos es precisamente la educación, la cual responde a la formación de los sujetos en sus diversas etapas de desarrollo. La educación es vista y forjada como el principal proceso que posibilita el capital humano en cuanto a la concepción y productora de capacidad de trabajo. Es en este contexto que “(…) las dificultades escolares del niño constituyen una hipoteca cada vez más pesada para su futuro porvenir.” (Gilly, 1978 p. 24). Esto se afirma en gran medida, ya que el rendimiento tanto en resultados parciales y/o finales que se van obteniendo en la escuela, le asentirá la posibilidad de acceder a más y mejores puestos de trabajo; en cambio, aquel niño que fracasa en la escuela, sólo tendrá acceso en el futuro a trabajos subalternos y lógicamente con menor remuneración.
Los resultados negativos por parte de los escolares, que se relacionan finalmente con el bajo rendimiento académico es un problema significativo a escala global, en el que influyen muchos factores de diversa naturaleza, por eso algunos autores versados sobre el tema, entre los que se destacan Adell (2002), afirman que es una problemática multicondicionada y multidimensional; entre los que se destaca como principal factor determinante y hasta causal la familia y su funcionalidad.
Mejorar la calidad de la educación es uno de los objetivos que se persigue de forma sistemática en la América Latina actual, incluido por supuesto también Ecuador (Blanco, R. y Messina, G. 2000), y desde esta perspectiva se tiene muy en claro que para lograrlo se debe trabajar en integrar esfuerzos y estrategias para diseñar e implementar acciones y políticas que permitan ofrecer y mantener una educación de calidad, disponible para todos y distribuida de manera justa y equitativa.
Paralelamente, se debe trabajar también en planes de acción que permitan recuperar a la familia como núcleo principal de la sociedad y que funcione adecuadamente como tal, ya que, la solución no solo radica en crear unidades educativas, infraestructura educativa y otros espacios a tales demandas, si correlativamente la cifra de divorcios, violencia familiar, alcohol, drogadicción etc., siguen en crecimiento diariamente y esto devasta cualquier intensión y situación normal de estudio por parte de los escolares.
Entre los principales problemas sociales que afectan a Ecuador se puede enumerar con facilidad tácita los siguientes: suicidios, bajo rendimiento de aprendizaje, desempleo, delincuencia, migración, prostitución, drogadicción, alcoholismo, maternidad precoz, divorcios, violencia intrafamiliar, pandillas, etc. Lastimosamente la mayoría de estos problemas son originados por el alto índice de disfuncionalidad familiar y que desencadenan en desordenes de conducta como los antes mencionados, todos ellos al margen de unas adecuada educación familiar e institucional establecida.
Sobre el tema se han desarrollado innumerables estudios con enfoques y perspectivas heterogéneas, capaces de analizar la problemática desde lo sociológico, lo pedagógico, lo educativo, lo jurídico-legal, y de diversos ámbitos y contextos.
En investigaciones de amplio alcance como es caso de la efectuada por Arcos, P.; Ariza, E.; Cabello, M. A.; López, M. C.; Morales, A. M.; Pacheco, J.; Palomino, A. J.; Sánchez, J.; Venzalá, M. C. (1999), quienes realizaron un estudio titulado “El entorno Familiar y el Rendimiento Escolar” estudiantes de educación primaria de los centros públicos de Lucena (Córdova-España). Como principales conclusiones del mismo, se declaró que aspectos como el nivel cultural de los padres, el nivel económico, el número de hermanas y hermanos, los problemas familiares, el interés y expectativas de la familia influyen significativamente en los resultados y el comportamiento de los escolares en la institución educativa y fuera de ella.
En América Latina se han realizado también muchos estudios de este tipo, en los que se tratan aspectos del rendimiento escolar, realización de los deberes escolares, comportamiento en las instituciones escolares y en los contextos públicos, entre otros. En relación con este tema es importante mencionar a Vélez, E., Schiefelbein, E., & Valenzuela, J. (1994), los cuales tienen la autoría de un artículo a partir de dieciocho informes de investigación donde concluye que: los métodos de enseñanza activos son más efectivos que los pasivos; la experiencia de los profesores y el conocimiento de los temas de la materia están relacionados positivamente con el rendimiento; las actitudes de los escolares hacia los estudios son importantes para incrementar el rendimiento; la repetición del grado escolar y el ser de mayor edad están relacionadas negativamente con los resultados positivos inmediatos y a largo plazo, por lo que además señala que el rendimiento y la práctica de tareas en casa está indisolublemente relacionado con la participación de los padres, en los cuales la familia es esencial en cuanto a sus orientaciones, normas establecidas y aspectos afectivos con el escolar.
En consecuencia, además se han podido estudiar situaciones que favorecen en el discernimiento de la trascendencia real del peso familiar en el logro de los escolares. Se pueden encontrar que hay niños con resultados bajos y se manifiestan indiferentes a las clases y deberes escolares, son solitarios, o de lo contrario tienen amigos en la misma situación; y en relación no se expresa como causa el factor económico, pues sus padres no tienen grandes problemas en este aspecto, y se demuestra ya que la institución donde se desarrolla la investigación es una institución privada. Aún así, los estudiantes se encuentran continuamente atrasados en sus cuadernos, sin embargo el elemento a considerar es que generalmente no viven con alguno de sus padres o están a cargo de sus abuelos u otro familiar.
La familia como institución esencial en los procesos y sus resultados tienen una determinada incidencia en sus miembros más jóvenes, debe ser flexible donde en su seno se lleven a cabo una interrelación armoniosa, que sea capaz de ofrecer ciertos privilegios de acuerdo a la edad de los hijos. (Martínez, M. A. 2018). Los padres al constituirse en los primeros y auténticos educadores, tienen que ser capaces de orientar y guiar de manera adecuada las acciones, procederes y comportamientos, en todos los contextos de actuación de los niños y niñas, tanto en el hogar y progresivamente en la comunidad, como en la escuela específicamente.
Es de vital importancia que el niño se encuentre en un ambiente familiar favorable, acogedor, para que se sienta emocionalmente satisfecho y pueda cumplir con sus expectativas personales y adquiera seguridad en sí mismo, esto se traducirá en mejores resultados académicos y un comportamiento ajustado y regulado a las condiciones en que se desarrolla en los diversos contextos de actuación.
Por el contrario, las familias disfuncionales, no tienen obligatoriamente ningún límite social, ni financiero, ni intelectual. Sin embargo, hasta décadas recientes, el concepto de una familia disfuncional no fue tomada en serio por los profesionales (terapeutas, trabajadores sociales, maestros, consejeros, clérigos, etc.), especialmente entre las clases media y alta. La problemática de las relaciones intrafamiliares, ponen en riesgo el futuro de los niños, niñas y adolescentes.

DESARROLLO
La familia vista desde una perspectiva sistémica es un grupo o sistema compuesto por subsistemas que serían sus miembros y a la vez integrada a un sistema que es la sociedad (Ares, P.1990, 2002). Cada miembro de este sistema posee roles que varían en el tiempo y que dependen de la edad, el sexo y la interacción con los otros miembros familiares (Seguel, A., Holmes, Z., Venegas, K., Alcérreca, F., & Salamanca, R. 2000), por tanto, las influencias dentro de la familia no son unidireccionales sino que son una red donde todos los integrantes de la familia influyen sobre los otros integrantes, por lo que se suceden relaciones complejas.
“La familia es un grupo de pertenencia natural en el cual se establecen relaciones de dependencia y vínculos afectivos entre sus miembros. Posee una estructura jerárquica de carácter dinámico y funcionamiento sistémico. La necesidad de vivir en familia que tiene el hombre se acrecienta ante el carácter eminentemente psicológico de la relación niño-adulto durante todo el período en el cual crece y deviene en personalidad.” (Louro Bernal I. 2008 p. 1)
La estructura familiar mantiene un flujo bidireccional con la sociedad, y aunque la familia se modifica, persiste como una estructura estable que se adapta al entorno social en constante cambio. (Herrera, 1997). Para Ares, P. (2002) la familia es considerada como sistema, lo que implica de esta forma que ella constituye una unidad, una integridad, por lo que es un error atomizarla a la suma de las características de sus miembros; por consiguiente, no se le puede ver como una suma de individualidades, sino como un conjunto de interacciones.
Los nexos de todo tipo entre los miembros de una familia es tan estrecho que la mínima modificación de uno de sus integrantes provoca modificaciones o trascendencia en los otros, lo que consecuentemente se traslada de forma sistemática a toda la familia. Por lo que es obvio que las problemáticas que se suscitan en ella no se logran observar de manera lineal (causa-efecto), sino que dichos problemas y síntomas son debidos precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema (Herrera, 1997). El mismo autor continua diciendo que: “(…) el funcionamiento familiar debe verse no de manera lineal, sino circular, o sea, lo que es causa puede pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa.” (Herrera, 1997 p. 592).
Entonces cuando aparece un síntoma determinado, este puede ser tomado como un indicador de una disfunción familiar y hay que ver al niño, no como el problemático, sino como el portador de las problemáticas familiares, como el receptor que configuran las diversas situaciones y las expresa de forma particular de acuerdo a sus características (Molina, A. 2012)
Minuchín,  (1980) afirma que “(…) la funcionalidad o disfuncionalidad de la familia no depende de la ausencia de problemas dentro de ésta sino, por el contrario, de la respuesta que muestra frente a los problemas; de la manera como se adapta a las circunstancias cambiantes de modo que mantiene una continuidad y fomenta el crecimiento de cada miembro”. (Minuchín, 1980 p. 84)
Se logra de forma expresa la funcionalidad familiar cuando los objetivos familiares o funciones básicas se cumplen plenamente y cuando se obtiene la finalidad (generar nuevos individuos a la sociedad) en una homeostasis sin tensión, mediante una comunicación apropiada y basada en el respeto de las relaciones intrafamiliares (Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescente. 2012).
Si por determinadas causas se ven afectadas algunas de las funciones en el seno familiar, y existe específicamente un rompimiento de la comunicación interfamiliar, con la insatisfacción de las disímiles necesidades que le corresponden ser satisfechas por la familia, ocurre entonces una disarmonía y desequilibrio emocional, y si la familia en su conjunto no posee las herramientas necesarias para sobreponerse con inteligencia, capacidad de dialogo y de solución de problemas, la disfunción familiar hace presencia insoslayable. Una vez que la familia se comienza a establecer como disfuncional no se logra la formación y transformación de sus miembros e inclusive en ocasiones esta disfuncionalidad trasciende los límites de la familia nuclear para llegar a la familia extendida y a otros elementos de la comunidad incluso.
Alcaina, T. (s.f.) (1999) ofrece criterios que caracterizan a la familia disfuncional como la que ante situaciones que generan estrés responde con el aumento de la rigidez de sus pautas transaccionales y de sus límites, se atrinchera irremediablemente con criterios irreflexivos, carece de motivación y ofrece resistencia o elude toda posibilidad de cambio. La familia disfuncional se diferencia de la funcional por la utilización de patrones de interacción recurrentes que dificultan el desarrollo psicosocial de sus miembros, su adaptación y la resolución de conflictos. En muchas ocasiones a sabiendas de que los resultados pueden ser dañinos para todos los miembros, pero existen dificultades de todo tipo que impiden salidas adecuadas para todos o simplemente no están dispuestos algunos miembros al sacrificio para la solución de las principales problemáticas.
Al definir a la familia como un sistema en donde los problemas de uno de los miembros afecta a todos. Alcaina, T. (s.f.) (1999) plantea las posibles consecuencias de los hijos al estar presente en las situaciones que se generan y recrean incluso en el seno de una familia disfuncional, y dice:
“Existen datos que indican que este tipo de familia se ve imposibilitada para llevar a término de un modo adecuado las funciones familiares, afectándose áreas como la educación y el desarrollo afectivo y relacional. En concreto, la afectación de la función de culturización-socialización repercute negativamente en la consecución de objetivos lúdicos, de aprendizaje y estimulación. Ello deriva generalmente de la falta de implicación parental, debido a desinterés o ausencia física de uno o ambos padres por motivos laborales o separación, produciéndose un efecto circular en niños y adolescentes, capaz de originar una falta de motivación en la escolarización. Estas actitudes podrían transmitirse a las siguientes generaciones, dando lugar a deficiencias culturizadoras que sitúan a estas familias en desventaja en una sociedad competitiva”. (Alcaina, T. (s.f.) (1999) p.37)
Es decir, se generan situaciones en los escolares que perturban en gran medida los resultados académicos y el comportamiento de los escolares, por lo que se citan a continuación una serie de resultados a partir del estudio en correspondencia en el centro educacional “30 de septiembre” del cantón Rocafuerte. Se realizó con una muestra de 73 niños y niñas que forman parte de familias disfuncionales, de lo que se pudo sintetizar los siguientes aspectos negativos:

  • Disminuye la motivación por las actividades académicas y de estudio.
  • Puede manifestarse violento o retraído en los diversos espacios donde se comporta.
  • El rendimiento académico baja significativamente.
  • No se caracteriza por ser un escolar colaborativo con sus coetáneos.
  • Se pierde el control con facilidad y con ello el equilibrio emocional.
  • Las manifestaciones de irritabilidad pueden ser frecuentes.
  • Existe un incorrecto manejo de la depresión, que lleva al rechazo, y hasta el desprecio de algunos de sus familiares.
  • Agresividad en las respuestas a través de la comunicación.
  • Se culpan unos a los otros con facilidad.
  • Limitadas las expresiones de afecto.
  • Evidencia problemas de la concentración y la atención.
  • Expresión de sentimientos almacenados del pasado.
  • Se evidencian dificultades para encontrar y poner en práctica las soluciones ante problemas.
  • Se hace difícil el establecimiento de reglas, límites y distribución de funciones hogareñas y en el propio centro educacional.
  • Falta de responsabilidad ante un problema.
  • Inconsistencia al regular límites y cumplimiento de reglas.
  • La comunicación es inefectiva, ésta se matiza de ofensas y discriminaciones injustas.
  • Los resultados académicos tienden a disminuir significativamente, sobre todo en materias de mayor exigencia.

Como principal elemento a tener en cuenta es precisamente el rendimiento escolar o resultados académicos, lo cual es la resultante del complejo mundo que envuelve al estudiante: cualidades individuales (aptitudes, capacidades, personalidad…), su medio socio-familiar (familia, amistades, barrio…), su realidad escolar (tipo de centro, relaciones con el profesorado y compañeros o compañeras, métodos docentes,…). (Arcos, P.  y col. 1999).
Para Adell (2002), mejorar los rendimientos no sólo quiere decir obtener notas más buenas, por parte de los estudiantes, sino aumentar, también, el grado de satisfacción psicológica, de bienestar de los individuos en situación escolar.  
Son varias las definiciones que se han aportado por diversos autores sobre rendimiento académico, los cuales muestran que “(…) es un constructo complejo y que viene determinado por un gran número de variables y las correspondientes interacciones de muy diversos referentes: inteligencia, motivación, personalidad, actitudes, contextos, etc.” (Adell, 2002 p. 34) Por tanto “el rendimiento académico es un producto multicondicionado y multidimensional” (Serrano, citado por Adell, 2002 p.36).
En lo referente al rendimiento, el cual se enfatiza en el contenido del presente escrito es preciso esclarecer que se tienen en cuenta dos tipos: el positivo y el negativo al cual le llama “el fracaso escolar”; Para Menéndez, I. (2004) el fracaso escolar “se presenta cuando un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico”; este problema ocupa el primer plano de las preocupaciones del mundo de la educación; teniendo en cuenta que “el fracaso no es propiamente escolar, y sería equivocado circunscribirlo al fracaso del escolar”. (Menéndez I. 2004 p. 221)
“Un niño puede tener problemas para aprender a leer y escribir en un contexto de pobreza y marginación con condiciones alimentarias, de desgaste físico y emocional así como una familia de origen con una pobre escolarización, mientras que su hermano puede desarrollar las competencias en el desciframiento del código escrito sin mayores complicaciones, compartiendo estas mismas condiciones. La diferencia puede estar en la forma en que el sujeto se adapta a las condiciones del ambiente desde lo biocorporal pero también desde lo emocional y la forma en que capitaliza las oportunidades que el entorno le proporciona. Aquí es donde tiene cabida la idea de estilos y ritmos de aprendizaje, de habilidades cognitivas y metacognitivas que son propias de cada sujeto.” (García, M. M. L. 2017 p. 105)
Entre otros elementos se puede tener en cuenta además, que los niños y las niñas en estas condiciones de familias disfuncionales tienen de forma regular insatisfechas sus necesidades afectivas, intelectuales, emocionales, o sociales. No respeto a los horarios establecidos, procedimientos rígidos y autoritarios, repetidos cambios de pareja por los padres, familia desorganizada o disfuncional; suelen presentar conductas no habituales. Dentro de las más frecuentes en este grupo atareo se encuentran la hiperactividad, agresividad y miedo además de las mencionadas anteriormente. (Botello, H., Josefa, L., Gamboa Graus, M. E., & Hechavarría Benítez, A. C. (2018).
Al respecto sobre estas es necesario mencionar que: 
La hiperactividad, es entendida como el cambio continuo y sistemático de una actividad a otra. La cual se manifiesta en una significativa intranquilidad, donde esta es totalmente ajena a la voluntad del niño, por lo que no cesa ni disminuye con solo órdenes dirigidas al pequeño, se manifiesta al responder sin terminar de escuchar la orientación de la tarea, interrumpe, se va del lugar exacto donde le están hablando o está realizando una actividad, no se concentra porque afecta la posibilidad de concentración de la atención. La hiperactividad se asocia a la falta de atención, lo cual ejerce una dificultad concreta en la asimilación de conocimientos y por ende en su aprendizaje. Esto hace que no realicen bien las actividades que inicia y generalmente no concluye, lo que lleva a pensar que no comprenden y se les achaquen problemas de inteligencia, que realmente no tienen.
Otro elemento es la agresividad (Del Pilar Barrios, M. 2018), en la cual los niños agresivos se caracterizan por una intranquilidad constante, mantienen una actitud defensiva agresiva, están prestos a pegarle a sus compañeros, empujarlos, no piden lo que desean, gritan, son rechazados, no se concentran, descuidados con la propiedad social y personal, interrumpen, no comparten, gritan, insultan, quieren ser el centro de todo, muerden, añoran lo ajeno, generalmente son niños con carencias afectivas o sobreprotegidos (Sosa, 2006).
“(…) en la vivencia cotidiana se observa un marcado divorcio entre familia y escuela, existe la falsa concepción entre muchos padres y/o cuidadores de considerar que una vez el estudiante ingresa al plantel educativo toda la responsabilidad y el peso de la educación pasa a ser función de los profesores y la institución, por ello, es frecuente observar apatía y poca participación en las actividades escolares, su intervención se reduce meramente a su asistencia a las reuniones de entrega de notas, compra de útiles escolares, pagos de matrículas y pensiones, desconociendo el hecho de que su poca contribución puede determinar los niveles de rendimiento de sus hijos.” (Lastre Meza, K., Salazar, L., Daris, L., & Alcázar Berrío, C. 2018 p. 105)
Por su parte, el miedo es considerado a edades tempranas como un sentimiento normal en presencia de amenazas, útil para la supervivencia del niño en función de evitar peligros innecesarios, siempre y cuando se manifieste de forma equilibrada. Se entiende como un conjunto de sensaciones, normalmente desagradables, que se ponen en marcha ante peligros que se viven como reales, en las que se originan respuestas de tipo defensivo o protector.
Si la familia es entendida desde el punto de vista sistémico (Herrera, P. 1997) en donde la alteración de uno de los elementos del sistema altera indefectiblemente a todo el sistema en sí y el rendimiento académico es un “constructo multicondicionado y multidimensional” (Pérez, J. 2005), entonces la familia “(…) ejerce una gran influencia sobre los miembros más jóvenes durante toda su vida escolar”( Adell, 2002 p. 39); en consecuencia; “ los padres pueden ser facilitadores u obstaculizadores del rendimiento escolar de los hijos”(Arias, W. 2012 p. 41).
Como se puede observar el problema del rendimiento escolar y el comportamiento de los niños y niñas con familias disfuncionales se puede enfocar desde diversos aspectos, sin embargo no se duda del papel capital que tiene la familia, agente que determina el adelanto o atraso de los niños. En consecuencia es de vital importancia que los padres tengan conocimiento pleno y consciencia en esta realidad, para evitar diversas actuaciones perjudiciales que profundicen el fracaso escolar; y por otra parte, el conocimiento de esta relación permitirá “prever unos arreglos pedagógicos a fin de permitir al niño con dificultad sacar un excelente provecho de la enseñanza que le es dispensada.” (Gilly, 1978 p. 56).
Entre los requerimientos que se exigen por la educación en el subsistema de primaria, para un proceso educativo de calidad en los niños y niñas en Ecuador, es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos en este sentido:

  • Protagónico: los niños y las niñas como centro teniendo en cuenta sus necesidades e intereses.
  • Participativo: Donde interviene en todos los momentos del proceso (qué hacer, cómo hacer, con quiénes hacer y qué resultados se obtienen).
  • Colectivo Cooperativo: Acción grupal en la que se manifiesta la ayuda, sugerencia y toma de decisiones que conduce al desarrollo personal.
  • Papel del adulto: Mediador cultural en la que organiza, orienta y conduce el proceso educativo de los niños y las niñas.
  • Clima Socio-afectivo y comunicativo: Interrelación adulto-niño y niño-niño.
  • Enfoque lúdico: Se desarrollan todo tipo de actividades con los matices necesarios de juego acorde a la edad, que incluye procedimientos generales para todo tipo de actividad.

Estos aspectos también llegan a facilitar de buena forma que las instituciones educacionales se integran en determinadas acciones con las familias, es decir, que sean agentes de influencia con aquellas familias que se encuentran en situaciones de desventaja y que de una forma u otra se consideran disfuncionales. Pueden de diversas formas llegar de cerca a dichas familias, para en esfuerzos concretos ayudar y sobre todo, transformar la realidad de los escolares. (Fernández, M., y Parra, A. F. 2017). En definitivas determinado por las posibilidades y capacidades reales para que se de esta transformación.
Comprender el proceso educativo de calidad, que llega hasta la familia incluso, significa verlo en la integralidad de sus componentes y contenidos rectores que responden al desarrollo integral que se aspira para los niños y niñas.  Por lo que se aboga en gran medida de forma legal, social y educacional que se logre el “desarrollo integral de los niños y las niñas”, lo cual se traduce en un adecuado estado nutricional, desarrollo físico, normas de comportamiento social, cualidades personales, primeras instancias morales, procesos psíquicos y salud, en los cuales la familia es sustancialmente vital y determinante.

CONCLUSIONES
Evidentemente se puede concluir que es complejo y multifactorial las variables que determinan el logro de un adecuado rendimiento académico y comportamiento por parte de los escolares, pero entre una gran amalgama de ellos es determinante y con un peso trascendental la familia, su actuar y funcionamiento. Tiene mucho que ver en primera instancia el tiempo que dedican los padres a estudiar, orientar, aconsejar, explicar a sus hijos sobre actividades del colegio, en caso de que el padre no goce de un nivel educativo alto para responder a la exigencias académicas, es su deber actuar como facilitador de medios para satisfacer esta necesidad bien sea con el apoyo en otros, lo importante en todo caso es dar soluciones y velar porque el niño no llegue al aula de clases sin cumplir con sus responsabilidades. Pero todo ello, pasa además de las situaciones que se pueden ocasionar en materia de la comunicación intrafamiliar, las situaciones anómalas en las relaciones entre los miembros familiares, que finalmente terminan arrastrando al menor.
El aserto que la familia y la escuela son los sistemas de mayor impacto en el desarrollo infantil, pero paradójicamente se determinó en los resultados de los instrumentos aplicados que entre la familia y la escuela existe un divorcio que afecta la planificación y la toma de decisiones que deben realizarse conjuntamente con el objetivo de mejorar el desempeño escolar del menor. Ya que si la familia está en condiciones de disfuncionalidad, menos posibilidad tiene de lograr una adecuada orientación y ayuda de sus hijos.
Es necesario mencionar que en el centro educacional “30 de Septiembre” del cantón Rocafuerte en Ecuador, las familias de sus estudiantes en una mayoría sustancial asumen un rol pasivo en el proceso de acompañamiento del escolar, por lo tanto se debe dinamizar la participación de la familia en la escuela, establecer redes de apoyo sólidas que fomenten vínculos fuertes, de tal manera que la familia sea más cercana a los centros educacionales y así se logra mayor funcionamiento. Como se conoce que dependiendo de su intervención y participación, dependen en gran medida el alcance de logros significativos y el desarrollo de competencias según los grados escolares.

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*Estudiante del programa de especialidad en Orientación Familiar integral, Instituto de Postgrado de la Universidad Técnica de Manabí, Licenciada en enfermería. e-mail: acedeno4078@utm.edu.ec, tel. +5930986116301
** Licenciada en Ciencias de la Educación. Estudiante del Programa de Maestría de Investigación en Educación Mención Comunicación Educativa del Instituto de Postgrado de la Universidad Técnica de Manabí. e-mail mzambrano5996@utm.edu.ec, tel. +5930981811193.
*** Doctor en Ciencias de la Educación. Profesor Titular Principal del Instituto de Postgrado de la Universidad Técnica de Manabí. e-mail jzambrano@utm.edu.ec, tel. +5930990475029.

Recibido: 11/07/2019 Aceptado: 18/07/2019 Publicado: Julio de 2019

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