Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


LA SUBJETIVIDAD EN LA TUTORÍA UNIVERSITARIA. CONSIDERACIONES TEÓRICAS

Autores e infomación del artículo

Leticia Sesento García*

Marisol Palmerín Cerna**

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México

leticiasesentogarcia@yahoo.com.mx


RESUMEN
¿Cuál es el papel que tiene la subjetividad en los procesos de tutoría en las instituciones de educación superior? ¿La calidad de las tutorías depende del proceso intersubjetivo que se establece entre el estudiante y el docente? La subjetividad ejerce una gran fuerza sobre nosotros e influye en nuestro pensamiento y nuestra conducta, por eso tiene un gran peso en las aportaciones de la psicología y el psicoanálisis. La subjetividad se suele definir como un complejo estado afectivo, una reacción eminente humana que ocurre como resultado de cambios psicológicos que influyen sobre el pensamiento y la conducta.

Por otro lado, la tutoría es un proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes, mediante la atención personalizada a un alumno o a un grupo de alumnos por parte de los académicos competentes y formados para dicha función, apoyándose conceptualmente en teorías que posibiliten un mejor acercamiento a la naturaleza del estudiante. El desempeño docente juega un importante papel, cuya labor es ayudar al estudiante a culminar con éxito la etapa escolar. El tutor se convierte en facilitador e intérprete de las necesidades de formación del estudiante. El tutor adquiere más importancia, ya que muchos jóvenes necesitan el apoyo cercano de algún docente. La premisa fundamental del presente trabajo es que los procesos educativos están permeados e influenciados por la subjetividad, no solo del estudiante, sino la del tutor. Así se establece una intersubjetividad que definirá, finalmente, la calidad del proceso educativo y, de manera específica, del proceso de tutoría o acompañamiento docente.
Palabras clave:  subjetividad, tutoría,  calidad  y estudiante.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Leticia Sesento García y Marisol Palmerín Cerna (2019): “La subjetividad en la tutoría universitaria. Consideraciones teóricas”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/06/subjetividad-tutoria-universitaria.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1906subjetividad-tutoria-universitaria


  EL PROBLEMA
La subjetividad es inseparable de la singularidad de cada sujeto, cuya actuación siempre ocurre dentro de redes de subjetividad social donde los otros, así como los efectos de sus acciones e interrelaciones, están siempre presentes en la configuración subjetiva de cada acción individual. Para Buber (2009), el otro es inseparable de la configuración subjetiva, por tanto no hay sentido subjetivo asociado al otro fuera de una configuración subjetiva que integra a otros de forma simultánea. En la relación tutorial la otredad, representada bien por el estudiante o por el docente tutor, están siempre presentes una serie de configuraciones subjetivas que paulatinamente van conformándose y que definen las relaciones con los demás. El desconocimiento de este proceso intersubjetivo no alerta al docente de la importancia que tiene su figura con los estudiantes.

Esa compleja trama relacional, sin perder nunca de vista su condición subjetiva y existencial tiene su significado actual para la filosofía y las ciencias sociales, la condición existencial y subjetiva de cada sujeto está en relación con los demás. La subjetividad es un proceso inherente al funcionamiento cultural del hombre y al mundo social generado por todas las producciones del orden cultural. Para Buber (2009), el racionalismo moderno individualista no condujo a una concepción de la subjetividad; la idea de que el hombre estaba definido a partir del pensamiento hizo a un lado el aspecto meramente afectivo. Algunos profesores estaban convencidos de que en el aula había solo cabezas, no corazones. De  ahí que surge la pregunta: ¿Cuál es el papel que tiene la subjetividad en los procesos de tutoría en las instituciones de educación superior? ¿Qué teoría es la que aporta más elementos teóricos para una mejor comprensión de lo que ocurre en la relación tutor-docente y estudiante?

CONSIDERACIONES TEÓRICAS

Existen una serie de acercamientos interesantes en torno al tema de la subjetividad, el cual es compleja porque tratan acerca del mismo ser humano. Es necesario contar con elementos teóricos que puedan orientar alguna práctica educativa, sin teoría, solo se trabajaría en tanto la voluntad de cada uno. Para Bisquerra (2010), existen diversas teorías que intentan hacer acercamientos a lo que él denomina como emociones y su conceptualización. Desde luego que el psicoanálisis es una de las principales teorías en torno al ser humano. Incluso se podría establecer que por un lado estarían todas aquellas teorías de carácter psicológico y, por el otro lado, ubicaríamos al psicoanálisis.

En torno a la primera orientación psicológica de las emociones las teorías más importantes de la emoción se pueden agrupar en tres categorías: fisiológicas, neurológicas y cognitivas. Las teorías fisiológicas sugieren que las respuestas intracorporales son las responsables de las emociones. Las teorías neurológicas proponen que la actividad en el cerebro lleva a respuestas emocionales. Y, finalmente, las teorías cognitivas argumentan que los pensamientos y otras actividades mentales juegan un papel esencial en la formación de las emociones. Consideramos que si bien estas teorías han aportado elementos teóricos importantes, aun no abordan con la profundidad necesaria la naturaleza compleja del ser humano.

Por ejemplo, Charles Darwin afirmaba que las emociones evolucionaron porque eran adaptativas y permitían a los seres humanos sobrevivir y reproducirse. Por ejemplo, la emoción del miedo obligaba a las personas a luchar o evitar el peligro, así nuestras emociones existen porque sirven para sobrevivir. Las emociones motivan a las personas a responder de forma rápida ante un estímulo del ambiente, lo que aumenta las probabilidades de supervivencia. En cambio, para William James y Carl Lange, las emociones ocurren como consecuencia de las reacciones fisiológicas a los eventos. Además, esta reacción emocional es dependiente de la manera como interpretamos esas reacciones físicas. Por ejemplo, imagina que caminas por el bosque y ves un oso. Comienzas a temblar y tu corazón se acelera. Según la teoría de James-Lange, interpretarás tu reacción física y concluirás que este asustado, esta teoría afirma que no tiemblas porque estás asustado, sino que estas asustado porque tiemblas.
Walter Cannon (2012) no estaba de acuerdo con la teoría anterior por distintos motivos. Primero, sugirió que las personas experimentan las reacciones fisiológicas asociadas a las emociones sin sentir la emoción. Por ejemplo, el corazón se puede acelerar porque practicas deporte, no necesariamente por el miedo. Además, Cannon sugirió que sentimos las emociones al mismo tiempo que las reacciones fisiológicas. Concretamente, esta teoría sugiere que las emociones ocurren cuando el tálamo envía un mensaje al cerebro en respuesta a un estímulo, lo que provoca una reacción fisiológica.

En la última década, la teoría de la inteligencia emocional ha comenzado a ganar terreno. Esta nueva manera de pensar al sujeto comenzó a hacerse popular gracias a Daniel Goleman (1996), tiene su origen en la visión de la inteligencia del profesor Howard Gardner, la teoría de las inteligencias múltiples. Son numerosos los estudios que afirman que la inteligencia emocional es clave para el bienestar de las personas, pues la regulación emocional o la empatía afectan positivamente al bienestar psicológico de los individuos, así como a las relaciones personales.

Sin embargo,desde el psicoanálisis, y a partir de las aportaciones de Freud (1915),  las experiencias educativas constituyen el efecto manifiesto de procesos eminentemente subjetivos, los cuales están fuera del control consciente de los sujetos, y que por lo tanto también escapan a las intenciones educativas de padres y maestros. El psicoanálisis (2001) no es una teoría que aporte a la educación métodos didácticos. El psicoanálisis le apuesta a la escucha atenta, mediante la cual se trata de encontrar qué le pasa a alguien, en la medida en que el que “no sabe” va sabiendo. Si partimos de la premisa de que los síntomas hablan, entonces ¿de qué hablan los fracasos, los problemas escolares, los atrasos en el aprendizaje? De lo que se trata es que los protagonistas externen cuál es su implicación en relación con la función que desempeñan. Así, se ve con más claridad que la demanda de cada uno de ellos no es la misma, al maestro, a los padres, a los especialistas y, por supuesto al alumno. Si un alumno no puede aprender cierta noción o tema, no significa que el maestro o el padre estén fallando, sino que desde su singularidad, el niño o estudiante habrá de buscar la respuesta.

EDUCACIÓN Y SUBJETIVIDAD

La educación formal ha priorizado la adquisición de conocimientos en deterioro de otro tipo de aprendizajes. El enfoque central en el desarrollo cognitivo ha derivado en insuficiencias sociales que, en los adolescentes, se ha mostrado en conductas no deseadas. Asimismo, en el caso preciso de España, se ha revisado que no obstante los jóvenes presentes poseen mayores cocientes intelectuales que tiempos  pasados (Colom, 2005), las evaluaciones mundiales, como el informe Pisa, manifiestan que conservan un nivel académico abajo de la media (OCDE).  En un escenario como el actual, las necesidades de los jóvenes en pleno siglo XXI son diferentes a las de generaciones anteriores, en la actualidad se requiere una concepción educativa flexible, extensa, integradora y encaminada a los valores, para disminuir las insuficiencias que se perciben. Así que uno de los objetivos de la educación será recuperar conceptos como la subjetividad, dado que las investigaciones actuales han demostrado que existe una estrecha relación entre aquella y la capacidad de aprender. (Damasio, 2006).

Rafael Bisquerra (2012) sostiene que la educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que intenta fomentar el perfeccionamiento de las competencias emocionales como unidad fundamental del desarrollo integral en la persona.Todo ello tiene como propósito desarrollar el bienestar personal y social. El respeto a la subjetividad de cada sujeto ha de ayudar a los jóvenes, a través  de un código ético y moral apropiado, a aprender a aprender. Y en este aprendizaje para la vida, la escuela  (en auxilio con la familia y la colectividad) ha de quedar cada vez más y más compleja con la existencia cotidiana ayudando a una educación significativa y crítica.

Es pertinente hablar del llamado Efecto Pigmalión, el cual  hace referencia a cómo las expectativas del profesor sobre el alumno pueden condicionar su comportamiento hacia él y afectar a su evolución académica. En un experimento clásico muy conocido, Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (1980) seleccionaron al azar estudiantes en una escuela de primaria, después de realizarles una serie de test de inteligencia. Sin embargo, indicaron a sus profesores que, debido a las altas capacidades de los alumnos elegidos, tendrían grandes mejoras académicas durante el curso. El análisis de los resultados académicos y las mediciones de los test realizados ocho meses después, demostró que el rendimiento de los alumnos elegidos durante el curso mejoró considerablemente. En el aula se dio la profecía auto cumplida; las creencias del profesor acerca de las capacidades de sus alumnos originaron conductas que el mismo profesor esperaba. No sólo las expectativas positivas o negativas del docente pueden afectar al comportamiento del alumno, sino que, además, pueden afectar al nivel intelectual del mismo. (Baños, 2010). Rosenthal considera cuatro factores determinantes que permiten explicar cómo las expectativas del profesor pueden transmitirse a los alumnos de los que se espera más:

1) Se genera un clima emocional más cercano. Se debe a la utilización de un lenguaje no verbal inconsciente que permite transmitir las emociones a través de gestos, expresiones faciales, tono de voz, miradas, sonrisas, y otras.

2) Se enseña más materia. Las expectativas creadas en la capacidad del alumno hacen que el profesor se esfuerce más para explicar nuevos contenidos académicos.

3) Se les pregunta más. El profesor confía más en las respuestas de estos alumnos.

4) Se les elogia más. Cuanto más se cree en el alumno más se le alaba para que pueda obtener el mejor resultado. Si el profesor no cree en la capacidad del  alumno puede aceptar una respuesta incorrecta o incompleta.

El docente es la persona idónea para generar este cambio formando climas de aprendizaje positivos. Inducir una mayor mediación intersubjetiva y más empatía para mejorar las relaciones con los otros, y así impulsar una sociedad más justa. Asimismo, las competencias sociales y emocionales no reemplazan a las competencias cognitivas, sino que ambas se corresponden hasta favorecerse en constante auxilio y progreso identificado, tan necesario.

El estado de máxima eficiencia cognitiva que provoca el rendimiento óptimo es el que corresponde a lo que se conoce en psicología como flujo (Csikszentmihalyi, 1997) un estado de bienestar en el que alcanzamos sin esfuerzo el dominio de una actividad. Si no somos capaces de relajarnos y de concentrarnos no podremos entrar en esa fase, una razón trascendental para que en la escuela existan climas emocionales positivos que permitan optimizar el aprendizaje. Pero para ello se requiere que el profesorado sea emocionalmente competente para poder así transmitir los valores adecuados.

SUBJETIVIDAD Y TUTORÍA UNIVERSITARIA

En las Universidades en contadas ocasiones se ofrecen programas sobre emociones, donde se resalte la importancia de la eficacia de los programas de educación emocional en términos de programas de tutorías (Arbizu, 1994). Es importante desarrollar una serie de competencias emocionales. La generalidad de estos programas que se distribuyen en los centros educativos se agrupan en la adquisición de cinco enormes habilidades pertenecientes a los espacios intrapersonal e interpersonal (Bisquerra, 2010).

a) Autoconciencia: reconocer nuestras convenientes emociones y sentimientos.
b) Medida emocional: hay que estar al tanto tratar las emociones, no eliminar.
c) Empatía: aprender a instalarse en la piel de los demás.
d) Habilidades sociales: permiten aprender a relacionarnos con los otros.
e) Habilidades  para la vida: conciernen plantarse desafíos que traza la vida habitual

Siguiendo a Vigotsky (2009), con el auxilio de los adultos, y de personas con más vivencias y experiencias, los jóvenes pueden aprender de los demás, de tal forma que puedan avanzar a etapas mejores de desarrollo. La presencia del otro más capaz coadyuva enormemente al crecimiento académico, emocional y cultural de los estudiantes. En este sentido habría de destacar las aportaciones de Vigotsky en cuanto a lo que él denomina la Zona de Desarrollo Próximo. Conversando sobre ellos y desenvolviendo buenas dosis de empatía se alcanzan a solucionar y desafiar las dificultades interpersonales. (López, 2007).

La subjetividad tiene su génesis en el enfoque histórico-cultural del desarrollo humano, del cual Vigotsky es el principal exponente. Resulta oportuno destacar que la concepción de subjetividad representada por esta teoría difiere de la forma en que el término subjetividad es frecuentemente utilizado en el sentido común (esencialmente como referencia a lo "interno" a lo que es "característico de la persona"). Para González Rey (2002), la subjetividad es la organización de los procesos de sentido y significado que aparecen y se configuran de diferentes formas en el sujeto y en la personalidad, así como en los diferentes espacios sociales en los que el sujeto actúa.

La subjetividad no es sinónimo de lo "psicológico". Existen procesos psicológicos automatizados que no corresponden a lo que se entiende por subjetividad. Sirvan de ejemplo, los procesos de atención involuntaria que surgen ante un estímulo auditivo fuerte. Una de las principales confusiones derivadas de la utilización de la categoría subjetividad en el sentido común es precisamente utilizarla como sinónimo de lo psicológico, con lo que se pierde su valor heurístico para la comprensión de la forma cualitativamente distinta en que lo psicológico aparece en el hombre. La subjetividad es simultáneamente social e individual. El concepto de subjetividad, ya sea en el sentido común o en las conceptualizaciones teóricas que lo utilizan, apuntan a una subjetividad que existe básicamente en los individuos y en ese sentido es individual. Sin embargo, la subjetividad entendida simultáneamente como significados de sentidos que caracterizan también los diferentes espacios sociales que los individuos constituyen (familia, aula, grupo de amigos, empresa y muchos otros) contribuye a romper con la dicotomía individual-social, interno-externo, intrasubjetivo-intersubjetivo, articulando de forma dialéctica, ambos polos y expresando su carácter, contradictorio, y complementario. Cuando se experimenta en climas emocionales positivos es más fácil vivir motivados y así enfrentar los inconvenientes que surjan en la vida diaria y que no alcanzamos a responder. Los estudios elaborados señalan que para que los programas de educación emocional y social sean eficaces convienen determinar por principio de cuentas las necesidades reales de los estudiantes. Partir de una realidad, avanzar en algunas conceptualizaciones, para después implementar cualquier tipo de ayuda tutoría (Bisquerra, 2010).

CONCLUSIONES GENERALES
El campo del estudio de la subjetividad ha de ser abordado colegialmente entre el cuerpo de profesores. El trabajo de la docencia y de la tutoría está sustentado en un campo de afectos que se mueven en el aula. Para Llorente (2006), el clima emocional del aula y, sobre todo, del que se establece entre el profesor y su estudiante, es básico como estímulo necesario para que el alumno desarrolle mayor capacidad para el aprendizaje y para el desarrollo de la pulsión epistemofílica, como el psicoanálisis la denomina (Recalcati, 2016). De ahí que el trabajo de los afectos y de las relaciones intersubjetivas en una situación de aprendizaje sea básica para tomarlas en cuenta.

Las evidencias empíricas muestran que los beneficios de la educación emocional son enormes. Se mejora la salud, aumenta la capacidad de aprendizaje e incluso se es más feliz. Y no sólo hemos de restringirnos a la adquisición de un mayor bienestar personal y social, además, determinadas competencias emocionales como el autocontrol predicen mejor el rendimiento académico que el cociente intelectual (Duckworth y Seligman, 2005). Los propósitos de toda educación es formar estudiantes autónomos, independientes y críticos, capaces de aprender a aprender. Sin embargo, en algunas instituciones de educación forman a los estudiantes para que sean dependientes de la situación, con pocos conocimientos conceptuales sobre temas disciplinares y con pocas herramientas o instrumentos cognitivos que sirvan para enfrentar situaciones cotidianas (Palacios, 2007). El conocimiento de las relaciones intersubjetivas es el primer paso para mejorar el ambiente educativo, desde la educación básica hasta la educación superior. Goleman (1980) define a la inteligencia emocional como la capacidad para reconocer nuestros propios sentimientos y de los demás, motivarlos para manejar las emociones, bien con nosotros mismos y en las relaciones con los otros.

Los docentes han de preparar convenientemente a los futuros ciudadanos para que puedan afrontar, con valores adecuados en un mundo cambiante e imprevisible. El principal valor del conocimiento y de la educación es ayudar a comprender la importancia de disciplinar la mente y de comprometernos en acciones más sanas. El adecuado uso de la inteligencia y del conocimiento debe llevarnos a emprender los cambios internos necesarios para alentar la bondad (Goleman, 1996). El conocimiento de nuestra subjetividad ayuda a apreciarnos, a apreciar a los demás y, en general, a apreciar el mundo que nos envuelve, para así dotar de sentido y significado a la vida. El cambio es posible.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

- ARBIZU, F (1994). La función del docente de profesor universitario. Bilbao: Universidad del País Vasco.

- BAR-ON, R. et al. (2003):”Exploring the neurological substrate of emotional and social intelligence”, Brain, 126.

- BAÑOS, Inmaculada. (2010).  El efecto Pigmalión en el aula, Innovación y experiencias educativas. 2ª. Edición. Barcelona.

- BISQUERRA, Rafael. Coordinador. (2010) La educación emocional en la práctica, Editorial Horsori-ICE.

- BISQUERRA, Rafael, (2012) Orientación, tutoría y educación emocional. 2ª. Edición. Editorial Síntesis.

- BUBER, M. (2009). ¿Qué es el hombre? 2ª. Edición. México. Editorial  Fondo de Cultura Económica.

- CABERO, J. y Barroso, J, (2012). El tutor virtual: características y funciones. En Padilla Leal, F, Hernández, M. y Cabero y J (Eds.), Un reto para el profesor  del futuro: La tutoría virtual.

- CANNON, H. Las emociones humanas. (2012). 3ª. Edición. Barcelona. Editorial Trota.

- COLOM, R. et al. (2005): “The generational intelligence gains are caused by decreasing variance in the lower half of the distribution: supporting evidence for the nutrition hypothesis. Inteligencie.

- CSIKSZENTMIHALYI, Mihalyi, Fluir. (2006). Una psicología de la felicidad, Kairós, 1997.

- DAVIDSON, Richard,  y Begley, Sharon, (2012). El perfil emocional de tu cerebro, Destino.

- DUCKWORTH, A., and Seligman, (2005): “Self-discipline outdoes IQ in predicting academic performance of adolescents”. Psychological Science.

- FONTANA, Cristina. (2001). Todo lo que usted nunca quiso saber sobre el psicoanálisis. 1ª. Edición. Madrid; Editorial Síntesis S.A.

- FREUD, Sigmund. (1915). Lo inconsciente. 2ª. Edición. Buenos Aires; Editorial Amorrortu. Obras Completas Vol. XIV.

- GOLEMAN, Daniel. (1996). Inteligencia emocional. 2ª. Edición. Barcelona. Editorial Kairós.

- GONZÁLEZ REY, F (2002) Sujeto y Subjetividad: una aproximación histórico-cultural. 2ª. Edición. México; Editorial Thomson.

- LÓPEZ, M. (2007). ¿Es indispensable repensar la mediación pedagógica del tutor de la educación a distancia actual? Revista, pac, ISSN1993-6850.RNPS No. 2140 Recuperado de http://www.revista.iplac.rimed.cu/index.php?&id=181mediaciedagadel-tutor-en ead& catid=21&temid=

- LLORENTE, Cejudo, Ma. Del Carmen (2006). El tutor  en E-learning: aspectos  a tener en cuenta. Revista Electrónica de Tecnología Educativa (Edute). Núm.20/enero 06. Recuperado de http://edutec-rediris. Es// Revele 2/revele20/Llorente.htm.

- PALACIOS, R (2007) La tutoría: una Perspectiva desde la comunicación y la educación. En Landeta, A (Ed), Buenas prácticas de e-learning Print in Spain: ANCED.

- RECALCATI, Massimo. (2016). La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza. 1ª. Edición. Barcelona; Editorial Anagrama.

- ROSENTHAL, Robert/Jacobson, Lenore. (1980) Pigmalión en la escuela. Expectativas del maestro y desarrollo del alumno. 1ª. Edición. Editorial Morava.
- VIGOTSKY, Lev. S. (2009). El desarrollo de los procesos psíquicos superiores. 3ª. Edición. Editorial Crítica. Barcelona.

*Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo leticiasesentogarcia@yahoo.com.mx
** Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Solpamerin2009@yahoo.com.mx

Recibido: 13/03/2019 Aceptado: 20/06/2019 Publicado: Junio de 2019

Nota Importante a Leer:
Los comentarios al artículo son responsabilidad exclusiva del remitente.
Si necesita algún tipo de información referente al articulo póngase en contacto con el email suministrado por el autor del articulo al principio del mismo.
Un comentario no es mas que un simple medio para comunicar su opinion a futuros lectores.
El autor del articulo no esta obligado a responder o leer comentarios referentes al articulo.
Al escribir un comentario, debe tener en cuenta que recibirá notificaciones cada vez que alguien escriba un nuevo comentario en este articulo.
Eumed.net se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios que tengan lenguaje inadecuado o agresivo.
Si usted considera que algún comentario de esta página es inadecuado o agresivo, por favor, escriba a lisette@eumed.net.

URL: https://www.eumed.net/rev/atlante/index.htmll
Sitio editado y mantenido por Servicios Académicos Intercontinentales S.L. B-93417426.
Dirección de contacto lisette@eumed.net