Susel Noemí Alejandre Jiménez *
Universidad de Granma, Cuba
salejandrej@udg.co.cu
Resumen
Ante el influjo de paradigmas socioculturales posmodernos y la creciente supremacía cultural, la geografía desde su carácter de ciencia social, constituye premisa inviolable para la comprensión-explicación de las interacciones que se dan en el espacio geográfico y que a su vez son reflejo de las realidades asociadas a la cultura de la dominación. La educación geográfica como proceso vinculado a la formación de los individuos, interviene directamente en la fundamentación de los objetos, procesos y fenómenos que operan a diversas escalas, y que son competentes como parte de la formación integral del individuo, donde la identidad cultural como conglomerados de intangibles debe ser defendida desde la educación geográfica. Por ello en el presente trabajo se realiza un análisis de la educación geográfica como necesidad social para enfrentar las actuales invasiones foráneas ante la inminencia de la globalización de la cultura como fenómeno social.
Palabras clave: educación geográfica, cultura, identidad cultural, globalización
Abstract
Before the influence of postmodern sociocultural paradigms and the growing cultural supremacy, the geography from its character of social science, constitutes inviolable premise for the understanding-explanation of the interactions that you/they are given in the geographical space and that in turn they are reflective of the realities associated to the culture of the dominance. The geographical education as process linked to the formation of the students, intervenes directly in the foundation of the objects, processes and phenomena that operate to diverse scales, and that they are competent as part of the student's integral formation, where the cultural identity as conglomerates of intangible should be protected from the geographical education. For it work is carried out an analysis of the geographical education presently as social necessity to face the current strange invasions before the imminence of the globalization of the culture like social phenomenon.
Key word: geographical education, culture, cultural identity, globalization
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Susel Noemí Alejandre Jiménez (2019): “Educación geográfica: una necesidad social ante la inminencia de la globalización de la cultura”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/06/educacion-geografica-globalizacion.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1906educacion-geografica-globalizacion
Introducción
En los actuales escenarios donde impera la globalización cultural, emergen situaciones internacionales asociadas a este fenómeno que han condicionado la forma de pensar y actuar de los individuos en las diferentes sociedades y a diversas escalas. Se advierten contrariedades asociadas a la distribución no equitativa de los recursos naturales y la desigualdad social como reflejos de un orden económico injusto que lacera, cada vez más, la integralidad de los países en desarrollo y que condiciona la forma de subsistencia en las diferentes latitudes.
Como fruto de esta globalización, existen naciones cada día más desarrolladas culturalmente donde su nivel de vida es cualitativamente superior a la media de las naciones en desarrollo; del mismo modo, se evidencia una panorámica económica denigrante en los países del Tercer Mundo, endeudados y saturados de problemáticas sociales que afectan directamente el desarrollo cultural de estas naciones, invadidos por culturas exóticas que se imponen con mecanismos de dominación mediáticos y que quebrantan la identidad cultural de estas naciones menos asistidas.
En este sentido, la educación geográfica como proceso que tiene carácter natural y social, viene a participar directamente de la globalización de la cultura, donde suceden disímiles situaciones relacionadas con la descripción-participación que tiene la ciencia geográfica en la resolución de problemáticas socioeconómicas y culturales y que, por tanto, urge su necesario tratamiento.
Por ello, surge la necesidad imperiosa del estudio de la geografía como ciencia que, desde su espectro de estudio, se ocupa de la internalización de las relaciones causa-efecto que concurren en el espacio geográfico y que condicionan la manera de pensar y actuar de los individuos. Al decir de Buitrago, (2005, p.4) “…la geografía tiene un contexto socioespacial que la sitúa ante retos verdaderamente necesarios de intersección y, por tanto, en el ámbito de las actuales ciencias sociales, su figuración no debe pasar desapercibida…”, lo cual implica la importancia que reviste el estudio desde la educación geográfica como ciencia social, para contribuir al desarrollo de la identidad cultural.
En este sentido, en el contexto global existe la preocupación por la resolución de estas realidades que están muy cercanas al objeto de estudio de la geografía, el cual se expresa en el análisis de la envoltura geográfica como sistema material íntegro que se autodesarrolla y está integrada por la litosfera, hidrosfera, atmósfera y biósfera en constante interacción con el cosmos. Por tanto, es en la envoltura geográfica donde suceden las principales interacciones entre los componentes bióticos, abióticos, económicos y socioculturales que constituyen máxima expresión de las particularidades del espacio geográfico y que a su vez se conciertan como elementos portadores de simbolismos que revisten significados especiales en el individuo contribuyendo al desarrollo de la identidad cultural y la defensa de la cultura asociada al contexto.
Por consiguiente, la educación geográfica como máxima expresión de la dualidad instrucción-acción, desde el plano de la ciencia geográfica debe rebasar su papel descriptivo-valorativo, para asumir propósitos más proactivos que trasciendan los marcos áulicos y conlleven a una preparación cultural desde las acciones interventoras y comunitarias en los diferentes contextos socioculturales de hoy en día, como complejos escenarios de convivencia social.
Por ello, en el presente trabajo se ofrecen algunas consideraciones teórico-prácticas entorno a la educación geográfica como una necesidad social ante la inminencia de la globalización de la cultura y la defensa de la identidad cultural.
Desarrollo
2.2 Educación geográfica, globalización de la cultura e identidad cultural
La globalización de la cultura es un fenómeno actual mundial que es caracterizada como un proceso acelerado que interfiere en la economía, la tecnología, los aspectos sociales y culturales de las diferentes regiones del planeta. Esta interconexión se impone con la creciente aparición de las tecnologías de la comunicación, donde emerge una unificación y homogeneidad de culturas que aparecen con un carácter global y se pierden los elementos singulares que tipifican el espacio geográfico en los diferentes contextos.
Este dinamismo en el proceso de globalización cultural es promovido por las naciones del primer mundo, las cuales han emergido como pilares que se caracterizan por un capitalismo democrático, destacándose en todos sus aspectos por la confluencia de la informatización de todos sus procesos y una excesiva mercadotecnia asociada a la invasión del consumismo.
La globalización cultural, por tanto, se evidencia en el enlace de prácticas culturales que van desde la imposición de marcas, estereotipos de belleza, acoso mediático, sensacionalismo, imaginario colectivo, costumbres, prácticas sociales, entre otros, hasta la imposición de saberes exóticos que condicionan y llegan a decidir el curso de las diferentes culturas y tradiciones que se concretan en el espacio geográfico.
Por tanto, urge “…una educación geográfica que procurase el equilibrio y la armonía en la identidad regional y nacional y una toma de conciencia de la perspectiva internacional y global…” (De Miguel y otros, p.8). Se difunden entonces, productos preconcebidos para determinadas regiones del planeta que invaden y se propagan en los países subdesarrollados, que comienzan su esparcimiento a gran escala, gracias al gran desarrollo y auge de la tecnología.
En este sentido, la educación geográfica la sido objeto de análisis en sus diferentes cónclaves de la Unión Geográfica Internacional, por lo cual, en 2007, se llega a promover la primera Declaración de Educación Geográfica para la Diversidad Cultural, donde se queda refrendado la necesidad social de asumir una educación geográfica que vaya más allá de su papel descriptivo hacia su involucración proactiva en los contextos socioculturales.
Por ello, “…uno de los objetivos tradicionales de la educación geográfica ha sido siempre el de impulsar el conocimiento de otros pueblos de la Tierra y descubrir la aportación de las diferentes culturas al patrimonio común de la humanidad. Se pretende con ello despertar actitudes de tolerancia y de comprensión hacia otras naciones, y eliminar en lo posible posturas chovinistas y sectarias…” (Capel, 1984, p.30)
Por consiguiente, la educación geográfica es un proceso que forma parte del proceso educativo del individuo durante toda su vida e interviene en los modos culturales que adopta en los diferentes contextos de actuación. En este orden de ideas, el proceso de educación geográfica en las diferentes educaciones por las que transita el individuo, suscita la formación de otros procesos como pueden ser: la educación ambiental, la educación ciudadana, la educación cívica, la educación identitaria, la educación energética, entre otros, toda vez que constituye un proceso que tiene un carácter totalizador, pues su campo de acción versa sobre la educabilidad en el saber geográfico.
Como proceso, en este influyen determinados factores que tipifican su manera de darse y que por supuesto, condicionan su objetividad. En este sentido se revela como “…ya en el siglo XXI la enseñanza de la geografía está sirviendo para legitimar el “proceso natural” de la globalización y la necesidad que supuestamente tendrían pueblos y personas de competir en el mercado para aumentar la productividad.” (Xouto, 1999, p.12)
El proceso de educación geográfica en la universidad contemporánea, tiene un carácter integrador, toda vez que vertebra las relaciones interdisciplinarias y propicia la aprehensión de conocimientos, habilidades y valores que articulan la proyección del individuo en su contexto de actuación, pues favorece la vinculación del individuo en los diferentes contextos y los prepara para proceder de manera participativa y transformadora ante los diversos conflictos de carácter espacial que se advienen en las disímiles comunidades.
La educación geográfica no se encuentra contemplada en la pedagogía cubana como un proceso general, -pues casi siempre ha sido denominada proceso de enseñanza-aprendizaje de la geografía, proceso educativo de la geografía o bien proceso pedagógico de la geografía-, a raíz de la preocupación internacional de la Comisión de Educación Geográfica en la Unión Geográfica Internacional, surge el término educación geográfica para designar a todos los procesos que influyen en la enseñanza, aprendizaje, formación, educación e instrucción de la geografía como ciencia y que son de necesaria imbricación en los momentos actuales con la contigüidad de la globalización cultural.
Lo anterior implica que, a partir de las diferentes Declaraciones Internacionales de Educación Geográfica, exista una mayor preocupación por el saber geográfico y que esta ciencia aparezca refrendada con carácter menos descriptivo y más actuante en los diversos documentos de la Unión Geográfica Internacional (UGI), por lo cual en las diversas educaciones a escala internacional se hayan asumido las prioridades de la educación geográfica contenidas en las diversas cartas de declaraciones.
Por tanto, la educación cubana como fuente inagotable de diversas transformaciones y actualizaciones, asume por primera vez en el Plan de Estudio E (2017-2018) la necesidad social de “la relación entre la educación geográfica y la educación para la educación ambiental, el desarrollo sostenible y la cooperación internacional” (MES, p. 6), reconociendo el término en este documento legal que traza la política educativa para la formación integral de los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Geografía.
Desde épocas antiguas la geografía ocupaba un papel preponderante que formaba parte del estudio integral que necesitaba el individuo y era considerada una ciencia articuladora para dar respuestas asertivas a los diferentes procesos y fenómenos que aparecían ante la realidad social y natural y que era necesario buscarles una explicación científica.
En este sentido, hablar hoy día de educación geográfica es una necesidad social, pues, si bien no ha sido excluida de los planes de estudios y aún se mantiene vigente como parte integrante de las ciencias naturales y sociales, si podemos decir que no ha tenido el impulso y preocupación en los últimos tiempos, donde se le ha otorgado un mayor nivel de prioridad a otras materias como la Historia, la Matemática y la Lengua Materna.
Es evidente que hoy día irrumpe, “…la inserción desigual en el mundo globalizado, de tal manera que se configura un paisaje humano de la exclusión, donde viven personas en el umbral de la pobreza y en el cual los referentes culturales son muy distintos a los existentes en las sociedades de las denominadas tecnópolis, o sea las ciudades en las cuales los medios informáticos difunden una gran cantidad de información con una extraordinaria rapidez e inmediatez.” (Xouto, 2010, p. 15)
Al decir de este autor, son notables las diferencias socioculturales que se advienen ante la pruriculturalidad y la diversidad de culturas foráneas que se imponen en las regiones menos favorecidas y son difundidas por la propia prontitud y rapidez con que operan los cambios socioculturales. Por ello, la educación geográfica ocupa un lugar significativo para vehiculizar la identificación del individuo por el contexto sociocultural, pues la educación geográfica debe ser contextualizada como expresión de las características presentes en el contexto.
Es innegable el valor que tienen los elementos geográficos identitarios para el desarrollo de la identidad cultural, toda vez que la identidad cultural como conglomerado de intangibles que porta el espacio geográfico y valor síntesis de la cultura nacional de cada pueblo, se reafirma en esos elementos geográficos (físicos, socioeconómicos, históricos, culturales y ambientales) que son trasmitidos por medio de signos y significados (Geertz, 1987) como portadores de una significación individual y colectiva.
En este orden de idea, la geografía ocupa un lugar supremo en la construcción de identidades, de simbolismos y de las tradiciones asumidas en cada lugar, región, contexto y comunidad. Para Tomas Austin (2001), se concretan como el “sustrato geográfico de lo humano”, manifestando esa propensión que tienen los grupos humanos para conformar la identidad cultural a partir de los aspectos de orden geográfico que porta el contexto, el cual se construye en la misma medida en que se valoran, interpretan y asumen los elementos geográficos presentes en el espacio geográfico.
Por tanto, la identidad cultural como cultura contextuada, se consolida en la misma medida en que son internalizados los elementos geográficos del contexto, toda vez que el individuo asume su sentido y pertenencia por las características que tipifican el espacio geográfico. Como se expresa, la identidad cultural se manifiesta en todos los elementos que porta el espacio geográfico: producción material, generación de conocimientos, vivencias cotidianas, creencias, valores, convicciones, aspiraciones, memorias, propósitos colectivos. Por lo cual la forma de vida en los diferentes contextos se evidencia en las costumbres, creencias, códigos de conducta, de vestimenta, lenguaje, arte, cocina, ciencia, tecnología, religión, tradiciones e instituciones. (Rish, 2005)
Por consiguiente, la educación geográfica se convierte en un proceso para culturar a los individuos en el afianzamiento y consolidación de la identidad cultural, toda vez que aborda el estudio de la interacción naturaleza-sociedad y propicia la formación de una cultura geográfica acorde a los momentos actuales para enfrentar los desafíos de la época contemporánea y los embates de la globalización.
La educación geográfica facilita la involucración del individuo en su contexto de actuación, a partir de la asunción de conocimientos, habilidades y valores que son apropiados en el espacio geográfico, contribuyendo en gran medida a la conservación de la cultura acumulada y al patrimonio de los pueblos para preservar la identidad cultural.
Conclusiones
La globalización de la cultura ha cobrado significación en los tiempos actuales, constituyendo un fenómeno sociocultural que ha conllevado a la desnaturalización de los pueblos y países subdesarrollados como principal mercado, toda vez que se generalizan experiencias foráneas del primer mundo que han condicionado la identidad cultural en las diversas áreas geográficas del planeta y que por consiguiente, han devenido como procesos de transculturación que condicionan la soberanía e independencia de las regiones menos favorecidas.
La educación geográfica como proceso de carácter socioeconómico y cultural ha evolucionado como una prioridad incorporada al lenguaje general en todas las educaciones, pues no se puede obviar la particularidad que ocupa la educación geográfica ante los procesos sociales de globalización de la cultura, donde se imponen nuevos métodos de aprender y nuevas formas de enseñar que faciliten la comprensión e interpretación del espacio geográfico para el desarrollo de la identidad cultural.
Bibliografía