Hernán Andrés Cedeño Cedeño *
Davies Paul Sarmiento Delgado**
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
hernanandrescedeno@gmail.com
RESUMEN
El objetivo del trabajo se enfoca en Analizar el nivel de ansiedad y depresión en los estudiantes con diversidad funcional física de la Universidad Técnica de Manabí, para ello se realiza una exploración a fin de establecer el grado de ansiedad y depresión que poseen todos los estudiantes con discapacidad motora. El artículo se fundamenta en una investigación cuantitativa de alcance descriptivo, donde se aplicarán dos test: el inventario de ansiedad de Beck y el inventario de depresión de Beck. Los resultados de la investigación demuestran que existe una mayor presencia de ansiedad, en relación a la depresión. Sin embargo, en relación al número de personas que tienen ansiedad y depresión, se puede constatar que, en la categoría de ansiedad severa, es la categoría que, dentro de la ansiedad, cuenta con un mayor número de estudiantes. En relación a la depresión, la depresión moderada es la que tiene mayor número de estudiantes, esto Acorde a las categorías que cada test posee para evaluar.
Palabras Claves: diversidad-funcional-niveles-ansiedad-depresión-discapacidad-motora, estudiantes-test.
ABSTRACT
The objective of the work focuses on Analyze the level of anxiety and depression in students with physical functional diversity of the Technical University of Manabí, for this exploration is carried out in order to establish the degree of anxiety and depression that all students with motor disability. The article is based on a quantitative investigation of descriptive scope, where two tests will be applied: Beck's anxiety inventory and Beck's depression inventory. The results of the research show that there is a greater presence of anxiety, in relation to depression. However, in relation to the number of people who have anxiety and depression, it can be seen that, in the category of severe anxiety, it is the category that, within anxiety, has a greater number of students. In relation to depression, moderate depression is the one with the highest number of students, according to the categories that each test has to evaluate.
Key Words: functional-diversity-levels-anxiety-depression-motor-disability-students-test.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Hernán Andrés Cedeño Cedeño y Davies Paul Sarmiento Delgado (2019): “Ansiedad y depresión en los estudiantes con diversidad funciona”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/03/estudiantes-diversidad-funcional.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1903estudiantes-diversidad-funcional
La diversidad funcional abarca un amplio colectivo que, en nuestra sociedad, tradicionalmente se ha visto segregado de una forma particular, a diferencia de otros grupos que también sufren algún tipo de discriminación como, por ejemplo: transexuales, indígenas, personas de etnia negra, entre otros. Las personas con algún tipo de diversidad funcional, se ven constantemente implicadas en situaciones que les dificultan llevar una vida autónoma y tranquila.
Al referimos a las personas que poseen algún tipo de diversidad funcional motora. Solano & Pérez (2013) afirman:
Son jóvenes que tropiezan en su recorrido académico con profesores, compañeros de estudio, personal administrativo y obrero que no están preparados para interactuar con individuos que necesitan atención. Atención que en ningún momento debe ser vista como un beneficio que los coloca por encima del resto, ni pensando en que se realiza un favor. (p.31)
La práctica de un trato justo hacia las personas que poseen algún tipo de diversidad funcional, se ve influenciado por paradigmas sociales que impiden al colectivo ser condescendientes e inclusivos, esto sumado al tipo y grado de diversidad funcional puede generar en la persona trastornos del estado de ánimo u algún otro tipo de afectación.
La salud mental, dentro de la población universitaria tiene poca promoción y por consiguiente el alumnado se ve expuesto a padecer algún tipo de trastorno mental.
En el ambiente universitario se ponen a prueba competencias y habilidades para alcanzar los objetivos durante el periodo de formación profesional, sometiendo continuamente al estudiante a una gran carga de exigencias académicas, nuevas responsabilidades, evaluaciones, realización de trabajos, algunas veces desarraigo, así como presiones familiares, económicas y sociales, que al interactuar con factores identificados como de riesgo para la presencia de ansiedad y depresión pudieran causar eventualmente un deterioro en su salud mental. (Vergara & Cárdenas Shyrley, 2014)
Hay que tener presente que afrontar alguna diversidad funcional, afecta directamente en las funciones del desarrollo. “Las Personas con discapacidad física parecen presentar mayor incidencia de trastornos de Ansiedad, trastornos del estado de ánimo y déficit en habilidades sociales, … Es común encontrar baja percepción de eficacia en personas que han tenido una situación de discapacidad adquirida” (Botero & P, 2013). Cuando nos referimos a una diversidad funcional física existen alteraciones en la imagen corporal, las cuales pueden distorsionar la percepción del propio ser.
Al tener una distorsión de nuestra propia imagen existen muchos factores psicológicos que se ven directamente implicados y a su vez comprometen el estado de animo y el desempeño de la persona.
La concepción que se tiene de la diversidad funcional viene cargada de mensajes negativos que están instaurados por la sociedad y son interiorizados. Esta introspección se puede manifestar de diferentes formas, en determinados casos, conduciendo a una desvalorización de su persona e imagen. (Martínez, Martínez Sanz, & Mañas Viejo, 2014)
Esto nos quiere decir que las personas que padecen algún tipo de diversidad funcional física comúnmente presentan alteraciones en su disposición emocional, el presente artículo se centrará específicamente en Analizar el nivel de ansiedad y depresión en los estudiantes con diversidad funcional física de la Universidad Técnica de Manabí con el fin de conocer un poco más sobre la carga emocional que padece una persona con discapacidad física, para poder ofrecer una mejor calidad de vida a este grupo de personas.
La Diversidad funcional es un término que se ha empezado a usar con el fin de ser mas incluyentes con las personas que padecen alguna discapacidad. “El modelo de la diversidad funcional gira alrededor de una cuestión básica: las personas no tienen deficiencia, sino diversidad, de lo cual se deduce que lo que sufren no es discapacidad, sino marginación e injusticia debido a su diversidad” (Brugué, 2015).
Las alteraciones físicas que una persona puede tener por lo general son objeto de discriminación, y aunque hablemos de igualdad de derechos de una forma constitucional o jurídica, nadie entiende el verdadero significado de tener una diversidad funcional, y las verdaderas limitaciones que esta puede presentar al ser humano.
Hay que estar conscientes que de una forma general todas las personas somos en alguna medida funcionalmente diferentes. Fernández (2016) afirma: “En un sentido estricto todas las personas somos en alguna medida funcionalmente diversas, (…). En cierto sentido la valoración negativa que la sociedad imprime a dichas características constituye el punto central sobre el cual se establecen las jerarquías que conllevan procesos de discriminación”. (p.2). Cuando nos referimos a diversidad funcional hablamos de todo el conglomerado, aunque la sociedad en general lo vea de otra manera.
La cosmo visión de la sociedad en general siempre va estar marcada con un hilo de discriminación ante las personas que posean algún tipo de diversidad funcional.
Esto significa que, en cierto sentido, la discapacidad no es un atributo de la persona, sino un problema social y político causado por las barreras y la marginación de las sociedades hacia aquellas personas que no tienen las condiciones que se consideran normales y deseables. (Brugué, 2015, pág. 80)
Hay que aceptar que la diversidad funcional es más un problema social y político para poder brindar un trato más justo e incluyente a este grupo de personas, ya que las discapacidades siempre van a formar parte de la población y el numero de personas que posee algún tipo de diversidad funcional es cada vez mayor.
La cantidad de personas que poseen algún tipo de diversidad funcional cada ves va en aumento. “Se estima que más de mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad; o sea, alrededor del 15% de la población mundial, de ellas casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento.” (OMS, 2011). Esto significa que la población en general cada ves esta mas propensa a poseer algún tipo de discapacidad.
Si nos referimos a las cifras de personas con diversidad funcional en el Ecuador. “Actualmente existen 401.538 personas con algún tipo de discapacidad (auditiva, física, intelectual, lenguaje, psicológico, psicosocial, visual), entre hombres y mujeres”. Este porcentaje varía de acuerdo a la región y al tipo de diversidad funcional. (CONADIS, 2014)
Actualmente en la Universidad Técnica de Manabí existe una población de 152 alumnos activos, con algún tipo de discapacidad (auditiva, física, intelectual, lenguaje, psicológico, psicosocial, visual), en estas cifras no se incluyen a los estudiantes con diversidad funcional que cursan la nivelación básica estudiantil, de este colectivo estudiantil 74 alumnos padecen diversidad funcional física, y representa el mayor numero de alumnos con algún tipo de diversidad funcional. No solamente en esta institución representa el mayor numero de personas, al nivel nacional las personas con discapacidad física representan el mayor porcentaje.
Entre las discapacidades antes mencionadas podemos enmarcar la diversidad funcional física como la discapacidad con mayor población, y no solo eso, también podemos decir que es la diversidad funcional que representa mayor discriminación por parte de la sociedad, ya que por lo general la persona padece algún tipo de anomalía orgánica visible, que puede significar la falta de alguna parte o porción de su cuerpo.
La discriminación no es algo nuevo en la dinámica interpersonal, esta actividad social se viene practicando de épocas de la civilización micénica.
En Grecia, los discapacitados recibieron un trato desigual. Por un lado, el infanticidio practicado en Esparta, donde se eliminaba en el Monte Taigeto, todo aquel que presentara alguna deformidad, y por otro lado, una actitud activa considerando las discapacidades físicas como fenómenos naturales. (Rodríguez & Maria, 2013)
Excluir es una actividad que los seres humanos hemos venido efectuando a lo largo de la historia, y al mismo tiempo hemos ido esculpiendo problemas de autoestima, a diferentes grupos sociales, que ha traído consigo sentimientos de deprecio, marginación, por ambas partes.
Con el pasar de los años y la evolución de la raza humana, estas prácticas discriminatorias han ido evolucionando y se han adaptado al día a día de cada persona. González (2014) afirma:
La discriminación se sostiene en mecanismos que en ciertos momentos son muy evidentes, pero en otras ocasiones son tan sutiles que las prácticas discriminatorias pasan desapercibidas y son normalizadas en el acontecer social cotidiano, para beneficio de los grupos que ostentan el poder. (p.5)
Al normalizar este comportamiento hemos reforzado el acto de formar perjuicios con alguien que presente alguna alteración física o en general alguna persona que pueda ser enmarcada como diferente. Estos perjuicios ya sea que se den una forma verbal o no verbal, solo traen consigo hostilidad la cual puede ser asimilada por el ser humano de la peor manera, aumentando niveles de depresión, ansiedad en estos grupos vulnerables.
No solamente ser víctima de la segregación produce ansiedad y depresión. “Desarrollarse en igualdad de condiciones en relación a los demás ciudadanos, genera un fuerte descontento, malestar, frustración e impotencia frente a las condiciones de injusticia social en que viven” (Triana & Donoso, 2016, pág. 45). Ahora, pongámonos en el lugar de un estudiante universitario, y sumemos toda agresión social, presión académica, poder trasladarse de un lugar a otro, presión económica, o problemas familiares de haber alguno, va dar como resultado problemas en la salud mental de ese individuo.
Mantener un equilibrio de nuestra psiquis, es muy importante para el correcto desarrollo del ser humana sin importar su condición fisca. Vergara & Cárdenas (2014) afirma:
El identificar problemas de salud mental y factores de riesgo en población universitaria es de vital importancia para el desarrollo de su educación integral, formación como individuos y como futuros profesionales, implicando un gran reto dentro de las instituciones universitarias.
La salud mental del estudiante universitario, siempre se va ver afectada por una sobrecarga de presión y de responsabilidades. sin tomar en cuenta de que este estudiante presente alguna diversidad física y se vea expuesto a la discriminación social. El estudiante discapacitado debe lidiar con el doble de problemas, estrés, ansiedad frustración y depresión diariamente.
Lidiar con la ansiedad y depresión en niveles altos puede ser muy difícil de superar y de diagnosticar en un individuo.
En ciertos casos, la ansiedad y la depresión constituyen síndromes puros, pero frecuentemente se solapan, de tal forma que en la práctica no es extraño observar depresiones con una gran carga de ansiedad o cuadros de angustia empañados con sintomatología depresiva. (Serrano & Rojas, 2013)
Por separado estas dos sintomatologías son fáciles de moderar para el organismo y en su mayoría de casos no representan una carga significativa para el ser humano, no obstante. “la prevención es fundamental en la población universitaria, sobre todo si se considera la particular vulnerabilidad que presentan estos jóvenes para desarrollar trastornos emocionales” (Antúnez & Vinet, 2012). Ya que en su mayoría la población estudiantil universitaria esta conformada por jóvenes que oscilan entre los 18 a 26 años de edad.
En este sentido, establecer los niveles de ansiedad y depresión, a una de las partes mas vulnerables de la población universitaria como lo son las personas con diversidad funcional física, nos puede dar la pauta para poder mejorar la calidad de vida y salud mental de este grupo de personas.
Esta investigación será cuantitativa de alcance descriptivo. Se escogerá a la totalidad de la población universitaria con diversidad funcional. Se utilizará el Inventario de Depresión de Beck y el inventario de Ansiedad de Beck para conocer el nivel clínico estadístico en cada sujeto con diversidad funcional.
Mediante la Unidad de Inclusión, Equidad Social y Género, perteneciente a la Universidad Técnica de Manabí se pudo contactar con la totalidad de los estudiantes que padecen algún tipo de diversidad funcional (, la cual corresponde a 152 alumnos, debidamente matriculados en la institución. Se les pidió que asistieran de manera voluntaria a la Universidad Técnica de Manabí con el fin de establecer una comprensión amplia sobre lo relacionado a su bienestar como estudiantes de la Universidad Técnica de Manabí. A esta convocatoria asistió el 48.68% (74 de 152), se extrajo una muestra del 51.35% (38 de 74), la cual corresponde a la totalidad de estudiantes con discapacidad física que asistieron a la convocatoria.
El Inventario de Depresión de Beck Segunda Versión, BDI–II; es un instrumento de auto aplicación de 21 ítems. Ha sido diseñado para evaluar la gravedad de sintomatología depresiva en adultos y adolescentes con una edad mínima de 13 años. La persona a la que se le aplica este test debe elegir, entre un conjunto de opciones, la que mas se asemeje a su estado, durante las últimas dos semanas, incluyendo el día en que completa el instrumento. En cuanto a la corrección, cada ítem se valora de 0 a 3 puntos en función de la alternativa escogida y, tras sumar directamente la puntuación de cada ítem, se puede obtener una puntuación total que varía de 0 a 63 (Melipillán, 2008).
El Inventario de Ansiedad de Beck es un breve cuestionario autoadministrado con gran aceptación para medir la ansiedad en adultos y adolescentes. La interpretación de las puntuaciones del BAI se suele basar en unas puntuaciones de corte que definen diferentes niveles de gravedad de sintomatología ansiosa. La última edición del manual original del BAI propone las siguientes: 0-7 indica ansiedad mínima, 8-15 ansiedad leve, 16-25 ansiedad moderada y 26-63 ansiedad grave (Sanz, 2014).
Se realizó un estudio cuantitativo de alcance descriptivo. Por medio de la unidad de inclusión, equidad Social y Género, de la Universidad Técnica De Manabí se contactó a toda la población estudiantil que posee algún tipo de discapacidad (auditiva, física, intelectual, lenguaje, psicológico, psicosocial, visual), se les pido que de manera voluntaria se acercaran los días 19, 20, 21 del mes de diciembre del año 2018, para colaborar con un programa de intervenciones psicoeducativas, sociales y clínicas para el mejoramiento de la calidad de vida de los estudiantes con discapacidad.
Las entrevistas fueron realizadas por estudiantes de diferentes niveles pertenecientes a la carrera de psicología clínica. A cada entrevistador se le facilito un formato de preguntas en donde se trataron temas afectivos, sociales, educativos, sexuales y se finalizó con los test de ansiedad y depresión de Beck.
La entrevista se dio de una forma dirigida apoyando al participante en caso de dudas, ya que el banco de preguntas era muy extenso y se referían distintos temas, se tomó el tiempo requerido con cada estudiante. De forma previa se dio una capacitación sobre los temas que se iban a tratar y se respetó la confidencialidad de la información en el manejo de los datos. Así, el estudio se ajustó a las normas éticas de investigación de la American Psychological Association (2017).
Se puede demostrar que existe una mayor presencia de ansiedad, siendo 25 personas las que tienen algún nivel de esta categoría. En relación a la depresión, hay un total de 11 estudiantes con diversidad funcional que presentan esta categoría. Sin embargo, en relación al número de personas que tienen ansiedad y depresión, se puede constatar que, en la categoría de ansiedad severa, es la categoría que, dentro de la ansiedad, cuenta con un mayor número, siendo 10 estudiantes. En relación a la depresión, la depresión moderada es la que tiene mayor número de estudiantes, con 4 personas que se encuentran en esta categoría.
En primer lugar, tenemos que considerar cuáles serían las razones para señalar a la ansiedad con mucha más presencia que la depresión. Se puede conjeturar dos razones, una de tipo cronológico en relación a la toma de la muestra de ambos test, ya que ambos test estuvieron precedidos por la realización de una entrevista extensa de característica estructurada y profunda sobre diferentes temáticas que abordaban problemáticas o aspectos sobre la vida del sujeto. Estos contenidos pudieran haber elevado el nivel de ansiedad al momento de realizar el test. Esta entrevista también pudo haber repercutido sobre los resultados ante la depresión, sin embargo, se considera que los apartados de la entrevista no sugieren de manera general temáticas que puedan desencadenar sentimientos de tristeza o melancolía.
La segunda razón sobre el elevado nivel de ansiedad se puede deber a que los estudiantes padezcan un nivel de ansiedad mayor a la depresión debido a que las condiciones de vida mediadas por su diversidad funcional física les generen un estado anímico asociado a situaciones amenazantes que pudieran generar ansiedad que a situaciones de pérdida que pudieran desencadenar afectos depresivos.
El presente estudio solo tiene un alcance descriptivo, por lo tanto, se espera que se desarrolle a partir del mismo la resolución de los problemas que se han encontrado en la presente investigación, tanto a nivel cuantitativo, por ejemplo, correlacional como explicativamente o cualitativo, mediante un análisis documental u otros niveles de explicación desarrollada a través de este método.
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