Ana Mary Guerra Vega *
Universidad de Las Tunas. Cuba
anamary@ult.edu.cu
Resumen
El artículo contiene consideraciones acerca de los retos actuales planteados a la Educación Primaria en cuanto a la necesidad de formar escolares reflexivos como uno de los objetivos que conforman el fin de ese nivel educacional, así como definiciones y redefiniciones de conceptos y categorías didácticas importantes para el desarrollo integral de los escolares. El aprendizaje reflexivo es de vital importancia en el desarrollo integral de la personalidad del escolar, dado el valor que adquieren para la vida los conocimientos que alcanza. Para que los escolares aprendan reflexivamente requieren la guía certera del maestro y los padres, además de una adecuada motivación hacia el aprendizaje. Por tanto, se destaca la necesidad de elaborar una estrategia didáctica que contribuya a desarrollar en los escolares este tipo de aprendizaje. Se exponen los métodos fundamentales empleados durante la investigación; son sistematizados los aportes de diferentes autores respecto al tema antes declarado y algunos de los fundamentos filosóficos, psicológicos, sociológicos y didácticos que sustentan la actividad cognoscitiva escolarizada.
Palabras claves: reflexión, aprendizaje, aprendizaje desarrollador, aprendizaje reflexivo.
Abstract
The article contains considerations about the current challenges posed to Primary Education in the need to train reflective school children as one of the objectives that make up the end of that educational level, as well as definitions and redefinitions of concepts and didactic categories important for the Integral development of schoolchildren. The fundamental methods used during the research are presented; Are systematized the contributions of different authors with respect to the topic previously stated and some of the philosophical, psychological, sociological and didactic foundations that support the schooling cognitive activity.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ana Mary Guerra Vega (2019): “El aprendizaje reflexivo en la educación primaria: necesidades actuales”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/03/aprendizaje-reflexivo-primaria.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1903aprendizaje-reflexivo-primaria
INTRODUCCIÓN
Conocer la realidad ha sido siempre para el hombre una necesidad. Solo así pudo desentrañar misterios que le permitieron transformarla y adaptarse a ella. Su capacidad para aprender le permitió transmitir los conocimientos ya adquiridos acerca de la realidad a las nuevas generaciones, quienes incrementan sucesivamente los saberes. Sin la capacidad de aprendizaje, la sociedad humana aún estaría en la era prehistórica. Por tanto, para continuar incrementando el cúmulo de conocimientos que existe hasta hoy, se hace necesario potenciar las capacidades para aprender de las nuevas generaciones. Es fundamental desarrollar en ellos el aprendizaje reflexivo, de manera que se incrementen sus posibilidades para la comprensión de los procesos que ocurren en las distintas esferas de la vida, así como la innovación y creación en la solución de los problemas que se les presentan.
En consecuencia, en el Modelo de Escuela Primaria se plantea como fin “(…) lograr la formación de un niño reflexivo, crítico e independiente, que asuma un rol cada vez más protagónico en su actuación (…)” (P. Rico, 2008: 19)
Sin embargo, en la realidad escolar no se logra este fin cabalmente. Desde los primeros intercambios con maestros primarios se pudo constatar que entre ellos existen insatisfacciones en este sentido, pues al llegar a los grados del segundo ciclo de la Educación Primaria los escolares demuestran habilidades intelectuales insuficientes para desempeñarse con éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las necesidades planteadas por los maestros entrevistados dan al traste con el fin y los objetivos de la Educación Primaria, pues demuestran que todavía se manifiesta entre los escolares la tendencia hacia un aprendizaje mecánico, memorístico, aun cuando en las últimas décadas numerosos investigadores y pedagogos cubanos han dirigido sus estudios a fundamentar y demostrar la importancia de implementar acciones y resultados dirigidos al logro de un aprendizaje cada vez más reflexivo y racional para potenciar el protagonismo de estos escolares en el desarrollo de la actividad cognoscitiva.
A partir de la utilización de diferentes métodos empíricos como la observación, el análisis de los productos de la actividad (planes de clases, clases observadas, revisión de libretas y cuadernos, comprobaciones y evaluaciones realizadas), se constataron las siguientes manifestaciones en las actividades de enseñanza-aprendizaje:
En los escolares:
Por su parte los maestros:
Estas dificultades detectadas dan al traste con lo que se quiere lograr en la Educación Primaria, por lo que se requiere de un estudio profundo referido al aprendizaje en los escolares de este nivel, de manera que se les pueda potenciar desde el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Aprendizaje, una cuestión de vida
El ser humano constituye, desde el punto de vista psicológico, un ente biopsicosocial, dado que para el desarrollo integral de su personalidad requiere, en primera instancia, de un sistema nervioso humano como factor biológico indispensable; segundo, desarrollarse en un medio social, rodeado de influencias constantes que influyan sobre él, sea positiva o negativamente, mediadas por las formas de actividad y comunicación en que se implique al individuo desde su formación en el vientre materno; tercero, al existir un individuo con sistema nervioso humano, en un medio social que influya sobre él, comienzan a formarse y desarrollarse en el individuo los fenómenos psíquicos, los cuales se determinan por la relación dialéctica que se establece entre las condiciones externas (mundo objetivo) y las condiciones internas del sujeto. En otras palabras: “… lo psíquico está determinado por la relación activa que se establece entre el sujeto y el medio. En el hombre, por ejemplo, la relación activa que se establece con el medio social es lo que determina el surgimiento del nivel psicológico humano; es decir, la formación de ideas, conceptos, sentimientos, etc.” (J. López, 1982: 3)
En este proceso de formación y desarrollo de los fenómenos psíquicos se va conformando la personalidad, que se asume como “el sistema de formaciones psicológicas de distinto grado de complejidad que constituye el nivel regulador superior de la actividad del individuo.” (V. González, 1995: 52)
Sin embargo, para comprender en mayor medida la formación y desarrollo de la personalidad, no basta con conocer los fenómenos psíquicos que la conforman, sino que se hace necesario adentrarse en un proceso interno del sujeto que posibilita la progresiva transformación de su psiquis hasta devenir personalidad: el aprendizaje.
Si los seres humanos no tuviesen la capacidad de aprender, jamás se habría alcanzado el desarrollo científico y tecnológico que existe en la actualidad; no se habría trasmitido toda la experiencia histórico-social acumulada de generación en generación; y hasta me atrevo a afirmar que la especie humana no habría sobrevivido ni siquiera cuando apareció por vez primera en la Tierra.
La Filosofía Marxista-Leninista como ciencia que trata las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, así como la fundamentación que brinda la Teoría del Conocimiento marxista y martiana, ayudan a comprender mejor cómo ocurre ese proceso y nos brindan las herramientas necesarias para conducir el aprendizaje de los escolares a partir de sus presupuestos.
El aprendizaje es un proceso activo que ocurre durante toda la vida del sujeto, desde que nace hasta que muere. Ocurre en diferentes espacios, tiempos, formas. Supone el tránsito de lo externo a lo interno, al decir de Vigotsky (1987), “de lo interpsicológico a lo intrapsicológico”. Se aprenden los contenidos, las habilidades, pero también se aprende a amar, a vivir, a respetar.
En el aprendizaje se manifiestan de manera indisoluble las esferas afectivo-motivacional-volitiva y cognitiva instrumental. P. Rico (2015) plantea al respecto que, como parte del aprendizaje, existen otros aspectos que tienen que ver con el desarrollo y formación de las motivaciones, intereses, capacidades y cualidades del pensamiento, así como los sentimientos y orientaciones valorativas. Estos elementos coexisten en el sistema de conocimientos que deben adquirir los escolares y, a su vez, facilitan el proceso de aprendizaje del resto de los contenidos.
El aprendizaje ha sido una categoría estudiada desde diferentes ciencias, y como resultado de las investigaciones realizadas, múltiples han sido las definiciones dadas al respecto.
En la presente investigación se asume la definición de aprendizaje humano dado por D. Castellanos (2002): “El proceso dialéctico de apropiación de los contenidos y las formas de conocer, hacer, convivir y ser construidos en la experiencia socio-histórica, en el cual se producen, como resultado de la actividad del individuo y de la interacción con otras personas, cambios relativamente duraderos y generalizables, que le permiten adaptarse a la realidad, transformarla y crecer como personalidad.”
Aunque el aprendizaje se considera una categoría didáctica, es necesario partir de los aspectos psicológicos que en él intervienen para su comprensión. La psicología marxista, desde el enfoque histórico-cultural, reconoce la estrecha e indisoluble relación que existe entre la formación y desarrollo de las funciones psíquicas y la estructura y funcionamiento del sistema nervioso.
L. Cruz (2014: 7) destaca la estrecha relación del desarrollo psíquico del infante con el desarrollo de su sistema nervioso, en particular su cerebro, dado que el cerebro humano, a diferencia del animal, presenta una plasticidad o moldeabilidad excepcional, con gran capacidad de asimilar la estimulación del medio y una facultad enorme para desarrollarse en función del aprendizaje.
Sin embargo, aunque constituye condición indispensable para que se produzca el reflejo de la realidad, al ser su base material, no es la única, pues él por sí solo no determina la existencia del fenómeno psíquico; para que lo psíquico aparezca y se desarrolle resultan indispensables la actividad y la comunicación, es decir, la interacción del sujeto con el medio y con otros sujetos.
A su vez, esta interacción produce transformaciones en el cerebro, lo desarrolla y posibilita la formación de nuevas funciones psíquicas, lo cual le da un carácter cíclico al aprendizaje como proceso interno del sujeto. Es, por tanto, una necesidad, el estudio del aprendizaje desde una perspectiva ontogenética, lo que posibilitará organizar la vida del sujeto desde la etapa de gestación para potenciar sus posibilidades de desarrollo de capacidades, habilidades, valores, etc., tan importantes para el adecuado conocimiento de la realidad y su oportuna transformación mediante la actividad.
Estos elementos teóricos sirvieron de base al desarrollo del enfoque histórico-cultural por Vigotsky y sus seguidores, de cuya teoría se asumen las leyes y principios, puesto que describen claramente los procesos internos y externos que dan lugar a la formación y desarrollo de la personalidad.
En la selección de lecturas sobre Psicología del Desarrollo (L. Cruz, 2006: 12) se resumen las tesis básicas de este enfoque:
De las ideas planteadas por Vigotsky y sus seguidores respecto al papel de la educación para el desarrollo de las funciones psíquicas superiores, se deduce un sistema de principios que sirven de hilo conductor en el estudio del aprendizaje humano. (L. Cruz, 2006: 13)
Coincido con las autoras al plantear que estos principios explican “el proceso de desarrollo como un todo único, al referirse a lo psíquico en términos de sistemas psicológicos, al hablar de la búsqueda de unidades de análisis que integraran la complejidad de los fenómenos: lo interno y lo externo, lo afectivo y lo cognitivo, lo individual y lo social, etc.”
Ahora bien, ¿cómo se pone de manifiesto esta integridad del desarrollo psicológico y del aprendizaje en los escolares primarios?
Aprendizaje en la Educación Primaria: aprendizaje desarrollador y aprendizaje reflexivo
La Educación Primaria es un nivel educacional en el que los escolares transitan desde los seis años aproximadamente hasta los once o doce años, por lo que encontramos diferencias notables en el desempeño cognitivo en los diferentes grados. Dadas estas diferencias, podemos observar tres momentos del desarrollo, que varían desde un primer momento en que aún el sistema nervioso se encuentra en proceso de maduración y se hace necesario potenciar el desarrollo de los procesos cognoscitivos, el pensamiento, la creatividad, la imaginación; hasta un tercer momento en que el escolar tiene todas las potencialidades para la asimilación consciente de los conceptos científicos y para el surgimiento del pensamiento que opera con abstracciones, cuyos procesos lógicos (comparación, clasificación, análisis, síntesis y generalización, entre otros) deben alcanzar niveles superiores con logros más significativos en el plano teórico. Por tal motivo, ya en estas edades los escolares no tienen como exigencia esencial trabajar los conceptos ligados al plano concreto o su materialización como en los primeros grados, sino que pueden operar con abstracciones.
Estas características permiten a los escolares la realización de reflexiones basadas en conceptos o en relaciones y propiedades conocidas, la posibilidad de plantearse hipótesis como juicios enunciados verbalmente o por escrito, los cuales pueden argumentar o demostrar mediante un proceso deductivo que parte de lo general a lo particular, lo que no ocurría con anterioridad en que primaba la inducción. Pueden también hacer algunas consideraciones de carácter reductivo (inferencias que tienen solo cierta posibilidad de ocurrir), que aunque las conclusiones no son tan seguras como las que obtienen mediante un proceso deductivo, son muy importantes en la búsqueda de soluciones a los problemas que se les plantean. Todas las cuestiones anteriormente planteadas constituyen premisas indispensables para el desarrollo del pensamiento lógico de los escolares.
Para que realmente se formen escolares reflexivos, críticos e independientes es imprescindible lograr en ellos un aprendizaje desarrollador, es decir, aquel aprendizaje que garantiza en el individuo la apropiación activa y creadora de la cultura, propiciando el desarrollo de su auto-perfeccionamiento constante, de su autonomía y autodeterminación, en íntima conexión con los necesarios procesos de socialización, compromiso y responsabilidad social.
Son diversos los autores cubanos y extranjeros que han incursionado en el tema; entre ellos, se destacan las investigaciones de: M. Silvestre Oramas (2000, 2002); J. Zilberstein Toruncha (1996, 2000, 2002); D. Castellanos (2001, 2002, 2005, 2007); P. Rico Montero (1996, 2000, 2002, 2008, 2015), que constituyen un precedente indispensable para la presente investigación.
Como una de las dimensiones del aprendizaje desarrollador se encuentra la reflexivo-reguladora (P. Rico, 2015: 244). Esta dimensión supone el desarrollo de un aprendizaje reflexivo en el segundo ciclo de la Educación Primaria, debido a las características psicológicas de esta edad, sin perder de vista que sus bases se sientan en los momentos del desarrollo que le anteceden.
El aprendizaje reflexivo se asume como el estilo de aprendizaje mediante el cual el sujeto se apropia de la cultura y la experiencia socio-histórica a partir del planteamiento y solución de situaciones de aprendizaje desarrolladoras mediante la búsqueda de relaciones entre las experiencias previas y el nuevo conocimiento, con la aplicación de adecuadas habilidades metacognitivas.
El desarrollo del aprendizaje reflexivo no involucra solo al maestro y al escolar dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también a un grupo mayor de influencias y contextos que determinan las características de los procesos afectivos, cognitivos y volitivos de la personalidad del sujeto que aprende, así como la consideración de acciones para la formación desde las primeras edades de un escolar creativo, de pensamiento divergente y experiencial.
Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, se les debe llevar a los escolares los contenidos objeto de estudio, partiendo de lo simple a lo complejo, favoreciendo el tránsito adecuado de lo conocido a lo desconocido, a partir del vínculo de la teoría con la práctica. Es necesario enseñarles a aprender. Pero estos elementos no se enseñan de la misma manera en que se podría enseñar la Matemática; desde las primeros años de vida, educadoras y maestros deben orientar a los escolares a nuevas situaciones de aprendizaje, a que por sí solos arriben a conclusiones, hay que enseñarlos a elaborar sus propias estrategias de aprendizaje, identificar las mejores alternativas, darle solución y fomentar los niveles de ayuda con sus coetáneos en este proceso.
En la evolución de esta problemática se manifiesta la contradicción entre proceso y resultado. En este sentido, el maestro debe cuestionarse la correspondencia entre ellos, identificar si el resultado le concierne a las acciones del proceso para lograrlo; de este análisis se infiere la implicación consciente del escolar en el proceso de aprendizaje y la adecuada concepción de los niveles de ayuda que se ofrecen desde la posición de los maestros, la implicación de los coetáneos y los familiares.
Es necesario transformar la mentalidad asignaturista al enfocar los problemas, teniendo en cuenta que en el mundo existe la concatenación universal, aplicable a todos los objetos y fenómenos de la realidad. Un mismo problema puede ser abordado desde diferentes posiciones, solo que para darle solución deben unirse todas y cada una para conformar el cuerpo de la solución definitiva, pues del mismo modo que un todo se forma de sus partes, así también la verdad absoluta se compone de verdades relativas en el proceso infinito del desarrollo del conocimiento.
Coincidimos con J. Fiallo (2007) en que la interdisciplinariedad actualmente constituye una vía esencial para incrementar la calidad de la educación que se requiere para el desarrollo de los sujetos y sobrevivir al vertiginoso aumento de información y conocimientos que tiene lugar cada día. Si les brindamos a los escolares el conocimiento ya elaborado, los preparamos para un momento de sus vidas; si les enseñamos a aprender, los preparamos para toda la vida.
Esto no significa que debemos unir todos los contenidos en uno solo, ni conformar una sola asignatura que recoja todo lo que los escolares deben conocer. Se trata de analizar profundamente el currículo de la Educación Primaria y organizar la labor del maestro desde cada contenido, cada habilidad a formar, cada objetivo, de manera que se tengan en cuenta las relaciones existentes entre todos los elementos antes descritos.
El currículo constituye un puente mediador entre el mundo de la vida y el mundo de la escuela. Por tanto, resulta necesario, entonces, analizar y evaluar sus potencialidades en la Educación Primaria para definir los límites entre las disciplinas que lo conforman y redimensionarlo a partir de las relaciones que se establecen entre los conocimientos que lo conforman, así como los sujetos que en él intervienen. Debe incluirse también a la familia, a los no docentes, a todo aquel que influya en alguna medida en la educación de los escolares.
Al realizar estos análisis es significativo valorar la dimensión psicológica del aprendizaje, por lo que es la naturaleza socio-histórica de la psiquis. No es adecuado esperar a que el niño llegue a la escuela para comenzar a estimular su aprendizaje de manera intencionada. Se debe enseñar a los padres a orientar la educación de sus hijos hacia los objetivos comunes de ambas instituciones, de manera que resulte un ciudadano preparado para transformar positivamente la sociedad en que vive, que es, en fin, el mayor logro que puede alcanzar un ser humano: ser útil.
El aprendizaje reflexivo ocurre en la actividad, en el vínculo que establecen los sujetos con el objeto de aprendizaje; en la actividad cognoscitiva necesariamente se da la actividad reflexiva y valorativa. No es posible estudiar el aprendizaje reflexivo sin considerar los conceptos de actividad, comunicación y personalidad, este proceso no solo requiere de la reflexión individual que es capaz de realizar cada escolar, sino que, en el proceso de elaboración de la información, es necesario considerar lo que aporta el intercambio con otros escolares del grupo, que presupone diálogo, confrontación y defensa de argumentos.
Se asumen las ideas de Vigotski al plantear que el aprendizaje y el desarrollo están interrelacionados desde los primeros días de vida del niño, y que, aunque el aprendizaje no equivale a desarrollo, el aprendizaje organizado se convierte en desarrollo intelectual y pone en marcha una serie de procesos evolutivos que no podrían darse nunca al margen del aprendizaje. Por tanto, se considera que el aprendizaje es un aspecto universal y necesario del proceso de desarrollo culturalmente organizado y específicamente humano de las funciones psicológicas.
Haciendo suyo el principio marxista de la determinación social de la conciencia, la psicología postula que la psiquis en el hombre es de naturaleza social y que se desarrolla debido a la apropiación que él hace de la cultura históricamente condicionada. Esta apropiación o aprendizaje, se realiza a través de los diversos tipos de actividades que efectúa el hombre, principalmente el trabajo.
Compartimos la opinión de L. Cruz (2014) al expresar que la comunicación y la actividad actúan como una unidad dialéctica en el desarrollo psíquico de cada sujeto, pues constituyen dos líneas de influencias interdependientes que se entrecruzan y presentan el mismo rol jerárquico en el aprendizaje durante la infancia.
Es por esa razón que al ser humano se le considera un ser social. El individuo constantemente se está relacionando como parte de diversos grupos sociales: la familia, la comunidad, la escuela, sus amigos. Por tanto, es imprescindible tener en cuenta no solo los aspectos psicológicos del educando y el educador como protagonistas del proceso, sino también en qué medida confluye el sistema de influencias educativas en la formación de la personalidad de los escolares.
Es bien sabido que el aprendizaje ocurre durante toda la vida y está permeado de continuos cambios que acontecen como resultado de otros dos procesos que, aunque separados para su estudio, no se ven en la realidad de manera aislada, sino estrechamente relacionados: la socialización e individualización. Por tanto, desde una perspectiva sociológica de la educación se asume la dialéctica de lo individual y lo social.
La socialización es un proceso de asimilación y objetivación de los contenidos socialmente necesarios, que permiten la integración al contexto social y su participación en el desarrollo personal y colectivo. (A. Blanco, 2001) Ocurre a través de la dinámica y compleja interrelación entre la asimilación de los conocimientos, habilidades y valores preestablecidos por la sociedad y su posterior objetivación, o sea, la regulación de su comportamiento y actitud hacia dicha sociedad, a la vez que la transforma de acuerdo a sus necesidades, motivaciones, intereses, ideales, expectativas y niveles de satisfacción.
La individualización es el proceso de formación y desarrollo de la personalidad individual a partir de las influencias educativas externas, que determinan la aparición de características individuales irrepetibles. (A. Blanco, 2001) Es decir, en medio de estas influencias el individuo deviene personalidad y en su desarrollo intervienen varias agencias y agentes socializadores como la familia, la escuela, los maestros y los escolares, quienes asimilan y adquieren nuevos conocimientos que se materializan en hábitos, habilidades, convicciones e ideales.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje en la escuela primaria y como parte de la socialización e individualización del aprendizaje, se manifiesta un sistema de relaciones que influyen en la forma de aprender de cada sujeto: alumno-maestro, alumno-alumno, alumno-colectivo de trabajadores docentes y no docentes.
Muchos podrían pensar que la educación de las nuevas generaciones le corresponde solo a la escuela. Sin embargo, aunque es ella la que posee el encargo social de organizar y dirigir el aprendizaje de los escolares, no se le puede restar importancia al papel de la familia, fundamentalmente durante los primeros años de vida, pues es en este período en que se sientan las bases para la continua formación de la personalidad.
La procedencia social, el ambiente familiar y comunitario explican, en gran medida, las diferencias en el aprendizaje. Es evidente que en este proceso la diversidad de los sujetos que aprenden se manifiesta a través de la activación de las ideas previas, habilidades, heterogéneas motivaciones entre unos sujetos a otros. Consecuentemente, un buen aprendizaje supone el respeto a la diversidad, la singularidad de los escolares en este proceso.
Es válida la intención de que el escolar conozca y maneje sus conocimientos, así como sus experiencias para aprender a aprender durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los aspectos relativos al análisis reflexivo y la flexibilidad como cualidades inherentes al pensamiento encierran en sí mayores potencialidades para el desarrollo del escolar. Para que esta aspiración se cumpla con eficiencia, es necesario transformar la manera de enseñar por parte del maestro.
Aprender bajo la concepción de aprendizaje desarrollador no es algo abstracto; está vinculado a experiencias vitales, necesidades de los individuos, a su contexto histórico-cultural concreto, al realizarse siempre como un proceso activo-reflexivo-interactivo de reconstrucción de la cultura, en el que el maestro es un mediador y su función principal es la de propiciar el tránsito de lo externo a lo interno, de la dependencia del sujeto a la independencia, lo que requiere de la determinación de las necesidades de aprendizaje para la transferencia de una zona de desarrollo a otra.
Las reflexiones precedentes nos revelan la importancia de fomentar una enseñanza desarrolladora, desde las clases del mismo carácter, por ende, los componentes de la didáctica se conciben de tal manera, que conduzcan a la independencia cognoscitiva, motivacional y afectivo-volitiva del sujeto que aprende.
El logro de los objetivos requiere de una adecuada selección de los contenidos, así como las relaciones intermateria, en que se contribuya a una visión integral de lo que se aprende por parte del escolar. Otro elemento de gran importancia para el logro de un aprendizaje reflexivo y desarrollador lo constituye la selección de los métodos y procedimientos a emplear durante la clase. Deben prevalecer métodos que garanticen una posición activa por los escolares, lograr que sean protagonistas de su propio aprendizaje y lo que aprendan pueda ser utilizado por ellos durante toda su vida.
El análisis epistemológico realizado permite afirmar que en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la escuela primaria se hace necesario diseñar una estrategia didáctica que resignifique el aprendizaje reflexivo como subdimensión del aprendizaje desarrollador, de manera que los contenidos se trabajen de manera relacionada y significativa para el escolar, con lo que se puedan formar habilidades y hábitos que faciliten la actividad cognoscitiva durante toda la vida.
CONCLUSIONES
En síntesis, el desarrollo del aprendizaje reflexivo en los escolares primarios, con énfasis en los de segundo ciclo, constituye una necesidad para elevar la calidad y solidez de sus conocimientos.
El aprendizaje reflexivo demanda el adecuado desarrollo de habilidades generales de carácter intelectual, por lo que estas deben ser desarrolladas en todas las clases, según lo permita el contenido de cada asignatura y la edad de los escolares. La coherencia y sistematicidad del trabajo con dichas habilidades son esenciales para el logro de los objetivos propuestos.
El adecuado desarrollo del estilo de aprendizaje reflexivo requiere, en primer lugar, el trabajo integrado y coherente de la familia y la escuela desde los primeros grados, para la formación de adecuadas habilidades metacognitivas que son esenciales en este sentido.
Bibliográficas
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Vigotsky, L. S. (1987). Historia de las funciones psíquicas superiores. La Habana: Editorial Científico Técnica.