Yoenia Olivia Infante Cabrera *
José Ignacio Reyes González **
Universidad de Las Tunas, Cuba.
Yolivia@ult.edu.cu
Resumen: La enseñanza de la Historia constituye una de las asignaturas de mayor finalidad educativa la misma contribuye a la preparación integral de los educandos. El presente artículo hace un análisis de las potencialidades del contenido histórico con enfoque de género y devela las relaciones epistémicas entre este contenido y el resto de los componentes didácticos. Desde el análisis de las tres fuentes para el logro de la finalidad educativa en su nexo con los contenidos históricos con enfoque de género se ponderan las estrategias de enseñanza aprendizaje. Se fundamenta además, la dialéctica entre requerimientos sociales, características sicológicas del educando y la naturaleza de los contenidos disciplinares. Las relaciones del contenidos histórico y la selección de novedosos métodos constituyen una singularidad de la investigación que ponderan las necesarias relaciones entre cada uno de los componentes didácticos.
Abstract: The teaching of History is one of the subjects with the greatest educational purpose, it contributes to the integral preparation of students. This article analyzes the potentialities of historical content with a gender focus and reveals the epistemic relationships between this content and the rest of the didactic components. From the analysis of the three sources for the achievement of the educational purpose in its nexus with the historical contents with a gender focus, the teaching-learning strategies are weighted. It is also based on the dialectic between social requirements, psychological characteristics of the learner and the nature of the disciplinary contents. The relationships of the historical contents and the selection of novel methods constitute a singularity of the investigation that ponder the necessary relations between each one of the didactic components.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Yoenia Olivia Infante Cabrera y José Ignacio Reyes González (2019): “Historia y género una mirada desde la didáctica”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (enero 2019). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/01/historia-genero-didactica.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1901historia-genero-didactica
1.1La enseñanza de la Historia una mirada desde su postulados esenciales
Referirse a la evolución del proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia, siempre genera el acercamiento a contradicciones, potencialidades y deficiencias que ha enfrentado esta disciplina. La explicación a este problema está dado por la complejidad de la ciencia Historia, tal y como afirma Pierre Vilar “la historia designa en primer lugar, el conocimiento de una materia y la materia de este conocimiento, a propósito de este planteamiento Hegel muchísimos años antes había enunciado la idea, de que la Historia significa tanto la narración histórica, como los hechos y acontecimientos históricos” P Pagés (1983:34), por tanto coincido con este autor que hablamos de historia en dos acepciones como parte de una realidad o como objeto de una ciencia.
En la escuela se estudia una parte de la realidad histórica, que se selecciona de los contenidos de la ciencia histórica y que la asignatura como arreglo didáctico de la ciencia estructura en función de los adolescentes y jóvenes. Si bien el programa precisa el sistema de contenidos históricos a aprender, cada docente al impartirlo lo impregna de su sello personal y de su cultura, que implica que generalmente solo una parte de lo previsto en el currículo se aborde con la calidad requerida. En otro momento de transposición didáctica, cada adolescente se apropia del contenido que le atribuye significado, lo incorpora como parte de su cultura y lo utiliza en su actividad práctico-social.
Las corrientes historiográficas han tenido y tienen un impacto directo en la didáctica, algunas han influido más que otras en la forma de concebir el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia, lo que propicia el análisis y las reflexiones de los didactas sobre el tema, pero a la vez las investigaciones didácticas, han estado caracterizadas por la influencia que tiene el positivismo en la Historia.
A pesar de este contexto, los didactas han reconocido que es necesario seguir estudiando aquellos grupos y sectores que no siempre han sido favorecidos por la investigación histórica como es el papel de las mujeres en la Historia, aunque hay un despertar en los último años a su inclusión en los contenidos, su tratamiento en ocasiones ha estado esquematizado y subordinado a la historia de los hombres.
Son reconocidos en este campo los trabajos de P. Pagés (1983), R. M. Álvarez (1998), J. I. Reyes (1999), A. Palomo (2001), P. Belmonte (2003), P. Miralles (2003), C. Reyes (2004), C. Domínguez (2006) M. Contreras (2005) y V. M. Caamaño (2005).
Pagés, P. (1983: 75) apunta hacia la necesidad por parte de los historiadores y didactas del estudio de la historia de las mujeres, insistiendo en la idea de que “las mujeres adquieren conciencia histórica de sus luchas en la medida en que han sido capaces de recordar no sólo los movimientos reivindicativos desarrollados en épocas pasadas, sino también las formas de explotación a que han sido sometidas a lo largo de la Historia, muchas de las cuales no han desaparecido en la actualidad”.
A propósito de este fundamento es necesario detenernos en la necesidad de que se enseñe la historia de las mujeres como contenido para lograr un aprendizaje que no sólo incorpore conocimientos históricos sino que se devele el papel de las mujeres en la historia y se enfrente la marginación social a que han sido sometidas.
Incorporar el estudio de los contenidos históricos con enfoque de género permite desentrañar la naturaleza social y cultural de exclusión de las mujeres de los círculos de poder, encontrar las causas del patriarcado y de cómo se debe transformar los aprendizajes patriarcales. Posibilita contribuir a que los educandos encuentren utilidad social al contenido que aprenden desde las vivencias de aprendizaje.
En este sentido es necesario reflexionar sobre las concepciones de aprendizaje a tener en cuenta para que la Historia contribuya a la preparación integral de los niños, adolescentes y jóvenes.
El aprendizaje es por su naturaleza complejo: primero por la cantidad de elementos que intervienen en el mismo, pero a su vez porque el profesor atiende a un grupo y debe lograr el aprendizaje de todos a pesar de la individualidad del acto de aprender. Precisamente de ahí se desprende que no es un proceso que se garantiza sólo con la intervención del docente y del educando sino que moviliza a toda la escuela y su entorno social, con todo sui sitema de influencias educativas, en fin es un proceso de alta socialización según la concepción de la didáctica actual. J. I Reyes (1999, 2006, 2007) y R. M Álvarez (1998, 2006) consideran que alejar al adolescente del contexto en que aprende, es producir un divorcio con sus más cercanos agentes de socialización.
Para que se produzcan los cambios que deseamos lograr en los adolescentes hay que reflexionar sobre el lugar que ocupa el sujeto en el proceso de aprendizaje. El acto de aprender debe convertirse en un proceso consciente de asimilación de hábitos, habilidades y actitudes, donde el centro del protagonismo lo tengan los adolescentes y así puedan convertirse en un ente activo junto al profesor dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia.
Tal y como plantea. Castellanos D (2001) el aprendizaje implica no solo interiorizar la realidad social, sino que exige un proceso de elaboración personal, que se incorpora de manera consciente y duradera.
Se entiende por aprendizaje: “El proceso dialéctico de apropiación de los contenidos y las formas de conocer, hacer, convivir y ser construidos en la experiencia sociohistórica, en el cual se producen, como resultado de la actividad del individuo y de la interacción con otras personas, cambios relativamente duraderos y generalizables, que le permiten adaptarse a la realidad, transformarla y crecer como personalidad”. Castellanos, D. (2005:24)
El proceso de aprendizaje debe realizarse, considerando la satisfacción personal que se opera en el adolescente, sus intereses y necesidades, su felicidad o desagrado por la realización de las tareas. Hay que tener en cuenta la carga afectiva que significa saber o aprender algo nuevo y, sobre todo los elementos relacionados con su entorno, con su vida diaria. De esta forma se potenciará el desarrollo de la personalidad de los educandos.
El objetivo como aspiración preconcebida tiene una estrecha relación con el resto de los componentes de la concepción didáctica, al reflejar las intencionalidades o los fines hacia los cuales va dirigido el aprendizaje de la historia de las mujeres.
Álvarez, R. (1997: 34) considera que: “Existen tres fuentes para lograr la máxima finalidad educativa que recogen los objetivos: los requerimientos sociales, las características psicológicas y personales de los adolescentes, y la naturaleza de los contenidos disciplinares que se aprenden”.
Estas tres fuentes constituyen un importante referente para el aprendizaje de la historia de las mujeres, de hecho el tema responde a las finalidades de la sociedad, porque constituye una exigencia la educación en una equidad de géneros. Los contenidos seleccionados encierran esta utilidad práctico social que propicia que los adolescentes se conviertan en protagonistas de su aprendizaje y a la vez develen la importancia del rol de la mujer junto al hombre en la sociedad.
Las características psicológicas de los adolescentes están estrechamente ligadas a las finalidades educativas que potencia la historia de las mujeres. Durante esta etapa de la adolescencia se va consolidando la identidad de género y esta categoría está estrechamente relacionada con el rol y la orientación sexoerótica. Las características psicológicas de los adolescentes permiten que se formen conceptos históricos, leyes y teorías referente a la historia de las mujeres y a la Historia en general, este elemento está estrechamente relacionado con la propia naturaleza del conocimiento histórico, donde se transita de lo fáctico a lo lógico; es la adolescencia la edad donde se pueden concretar finalidades educativas más complejas desde la Historia, porque es una etapa de configuración de muchas actitudes, valores y formaciones psicológicas en general.
Este último elemento, considerado como la naturaleza del contenido disciplinar, propicia que a partir de la formación de nociones, representaciones y conceptos históricos, los y las adolescentes, caractericen, emitan criterios valorativos, asuman posiciones ante situaciones de la vida, y socialicen lo aprendido en el desarrollo de tareas de marcado carácter social.
Estas aspiraciones suponen delimitar el qué aprender para concretar los fines preconcebidos, lo que se expresa como la parte de la cultura que con sentido didáctico y pedagógico se selecciona y que contribuye a la formación de conocimientos, habilidades y valores para la vida.
Es necesario sobrepasar limitaciones ambiguas como que el contenido hace sólo referencia al conocimiento, sino que va más allá, a dimensiones como las habilidades, los valores y actitudes que se proyectan en determinado contexto. Este elemento es importante porque corrobora que el contenido es un complejo y dinámico componente del proceso de enseñanza-aprendizaje que permite, a partir de una traslación de la cultura seleccionada, transformar los modos de actuación. Es necesario aclarar que esta cultura, o parte de la cultura seleccionada, encierra no sólo los conocimientos sino valores, comportamientos, sentimientos que se integran en el complejo mundo de la formación del adolescente.
Teniendo en cuenta el valor axiológico que le impregna la cultura al contenido, se hace necesario realizar una correcta selección de contenidos que se encuentren en articulación con las exigencias de la época en que se vive. No se deben enseñar conocimientos, procedimientos o valores que no se correspondan con las necesidades del adolescente, aunque también es un peligro no percatarse de los conocimientos que están ausentes del currículo y que por tanto limitan la educación histórica de los adolescentes. Desde esta idea reafirmo la necesidad de incluir la historia de las mujeres como parte imprescindible del contenido histórico en la Educación Secundaria Básica.
Para seleccionar los contenidos referidos a la historia de las mujeres se propone tener en cuenta los siguientes criterios:
Los contenidos a seleccionar deben estar caracterizados por las relaciones interdisciplinarias que presuponen un aprendizaje en correspondencia con el modelo de la Educación Secundaria Básica. Al analizar la concepción se deben seleccionar contenidos de alta significatividad pero que a la vez puedan ser aprendidos desde la Historia en relación con otras asignaturas. De hecho la Historia en ocasiones ha asumido en su currículo sistemas de conocimientos de Literatura, Artes Plásticas y Educación Cívica. Todas, posibilitan, con una correcta selección, una mayor cultura general y a la vez una adecuada educación histórico social. En este sentido no se puede perder la esencia de la disciplina.
La propuesta encierra un equilibrio entre los elementos conceptuales, procedimentales y actitudinales a aprender por educandos. Se trata de que desde una concepción de historia total, se debe concebir qué conocimientos aprender, qué habilidades y qué valores se formarán en los adolescentes.
Ante todo, los sistemas de conocimientos deben potenciar la aprehensión de valores acordes con los intereses, necesidades y exigencias de la sociedad. Esto no significa que se asume la idea fragmentada que los contenidos son sólo conocimientos sino que entre conocimientos, habilidades y valores existe una dialéctica inquebrantable.
Consecuente con la concepción desarrolladora, se seleccionan los contenidos esenciales estableciéndose invariantes para el aprendizaje de la historia de las mujeres, estas invariantes están sustentadas en las ideas expuestas por M. Buzón y M. Silverio (1986); Hernández (1989) que señalan que los contenidos se agrupan por determinadas características esenciales, regularidades, que adoptan la forma de núcleos del conocimiento.
El trabajo con invariantes de conocimientos propicia que se posea un mayor dominio del aprendizaje de la ciencia en cuestión, porque las regularidades de la ciencia, expresadas en conceptos, principios, leyes y teorías, constituyen la base de las invariantes de la asignatura.
Para establecer las invariantes de contenidos de la historia de las mujeres se propone tener en cuenta las invariantes de contenidos determinadas para la enseñanza de la Historia de Cuba y asumí los siguientes indicadores.
Las invariantes de contenidos no se limitarán a la formación de conceptos o teorías sino que expresarán también los procedimientos para formar esos conceptos y los valores que expresan los mismos al develarse la utilidad práctico social de lo aprendido.
En las invariantes de contenidos se expresan los elementos que potencien la relación interdisciplinaria, se trata de favorecer desde la enseñanza de la historia de las mujeres, contenidos que propicien la adquisición de una educación histórico-social.
Las invariantes de contenidos propuestas son:
Al incluir la historia de las mujeres, como parte de las invariantes de contenidos propuestas, se favorecerá que los niños, adolescentes y jóvenes se enfrenten a un sistema de conocimientos, habilidades y actitudes novedosos que permitan consolidar sus aspiraciones ante la sociedad.
Los ideales y aspiraciones sobre la pareja, la vida o profesión serán más sólidos ante el aprendizaje de la historia de las mujeres, por esto es que se hace necesario realizar una correcta selección de contenidos que favorezcan la formación de nociones, representaciones, conceptos, regularidades y leyes que posibiliten el fin anteriormente expuesto.
Los contenidos seleccionados se secuenciarán por temas, lo que propiciará que los educandos puedan tener un espacio en la propuesta de los mismos, de acuerdo con sus necesidades e intereses.
La secuenciación por temas potencia una mayor actividad por parte de los sujetos que aprenden y se basa en principios interdisciplinarios. Si bien los temas en ocasiones fragmentan la lógica de la ciencia se tiene en cuenta esta estructura epistemológica, para lograr acertados fines educativos.
Seleccionados y secuenciados los contenidos se procede a determinar las relaciones que se establecen entre el componente contenido y el resto de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia para favorecer el aprendizaje de la historia de las mujeres.
Teniendo en cuenta que las categorías de la Didáctica operan como un sistema, es necesario detenernos en otros componentes; es por ello que determinado el qué enseñar se necesita conocer el cómo operar para orientar eficientemente el proceso.
Esta idea conlleva a detenernos en el método, como otro de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje. Álvarez, R. M. (1997: 87) define al método como: “El componente didáctico que con sentido lógico y unitario estructura el aprendizaje y la enseñanza desde la presentación y construcción del conocimiento hasta la comprobación, evaluación y rectificación de los resultados”.
El método es un componente importante en la concepción didáctica porque propicia que los adolescentes, con la guía del profesor, se pongan ante situaciones de aprendizajes, ejerciten su pensamiento y razonen sobre las problemáticas que investigarán.
Se asume el criterio de que es el método el que aporta la dinámica al proceso; a partir del método se cristaliza y concreta el fin propuesto y el qué aprender. Su carácter sistémico se evidencia en que las tareas de aprendizaje a desarrollar dependen del tipo de contenido predominante.
Para la selección de métodos deben tenerse en cuenta las características de los adolescentes y las potencialidades que brinda la historia de las mujeres. Entre los métodos que se proponen seleccionar se encuentran el método investigativo y el de trabajo independiente. Estos dos métodos son muy importantes para desarrollar en los adolescentes y las adolescentes habilidades de trabajo con fuentes, búsqueda de información y procesamiento de la misma.
Se trata de fomentar desde el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia la utilización de fuentes variadas para apropiarse de los contenidos referidos a la historia de las mujeres. Tanto los docentes como los adolescentes tienen a su disposición hoy en las escuelas medios audiovisuales, informáticos y textos que posibilitan el acercamiento a esta parte de la historia; que sumadas las fuentes que están en la familia y la comunidad permiten que el aprendizaje tenga la calidad esperada. Cuando el docente conoce qué se espera al enseñar la historia de las mujeres y define qué enseñar acerca de este tema, debe delimitar las vías que concreten las aspiraciones de la asignatura, sobre todo las sociales.
La efectividad del trabajo con fuentes está asociada, en este nivel, a la utilización de la investigación como una vía para aprender la historia desde el papel protagónico de los adolescentes. El método investigativo posibilita la obtención de información por parte de los adolescentes en las fuentes familiares, comunitarias y nacionales, promueve la indagación personal pero también el trabajo en equipo. Se obtiene información, pero también se logran vivencias directas por parte de los adolescentes con los protagonistas de las acciones sociales, en este caso al seguir la historia de las mujeres en las épocas históricas estudiadas.
La presencia de la investigación histórica como parte de los métodos de enseñanza de la Historia, requiere un mayor conocimiento teórico-práctico por parte de los docentes; pero indudablemente su creciente presencia en las clases de Secundaria Básica permite ganar en objetividad, sentido de pertenencia a un país, a una localidad, a la familia, a la vez que se apropian los adolescentes de procedimientos para la comprensión de la historia cercana o lejana en el tiempo y lo más importante, incorpora en el adolescente las herramientas para ubicarse socialmente y promover la transformación de la sociedad.
El método investigativo será utilizado en todas sus potencialidades, si los adolescentes, a partir de un problema, plantearan una hipótesis y esta se verificara o refutara durante el proceso de la investigación realizada, además permitirá ponerse en contacto con temas muy vivenciales y contextualizados para ellos como la mujer en la familia o en la sociedad, así como el protagonismo de este género en procesos de marcada trascendencia en la vida económica, política, social y cultural.
Al indagar sobre la historia de las mujeres, los adolescentes y las adolescentes obtendrán información novedosa, se sentirán motivados, o en ocasiones insatisfechos; pero siempre lo que hagan en la indagación trascenderá en la vida al ponerse en contacto con su identidad, patrones de convivencia y raíces históricas, además aprenderán más de la Historia y se fomentará su cultura histórica.
A través del método investigativo, los adolescentes aprenderán el legado generacional que les ha antecedido, los valores materiales y espirituales aportados por la sociedad, y al ser internalizados estos aspectos en su memoria histórica y reflejados en su conciencia, se adoptarán modos y patrones de conductas, que posibilitarán realizar tareas de marcado carácter social, la Historia se convertirá entonces, en una necesidad social.
Otro de los métodos es el trabajo independiente, el mismo es de gran utilidad dada las transformaciones realizadas en la Secundaria Básica y las características del currículo histórico.
No existe un consenso en la idea de que el trabajo independiente esté mediado o no por el docente; algunos autores consideran que el trabajo independiente es solucionar tareas sin la ayuda del docente y otros opinan que es toda actividad que realizan los adolescentes en la cual hay implícita una ayuda. Se considera que es una tarea planificada y orientada por el profesor donde intervienen otros mediadores, la cual debe ser resuelta en un marco de tiempo razonable que presupone un grado de independencia por parte de los adolescentes y mediante la cual se desarrollan habilidades, se adquieren conocimientos y habilidades y se forman o sistematizan actitudes. La evaluación es un proceso que caracteriza a este método durante todo su desarrollo.
Los trabajos independientes propuestos tendrán carácter de sistema, donde el contenido se develará con un carácter integrador. Se tendrán en cuenta las dificultades a las que se podrán enfrentar los adolescentes y se planificarán actividades donde estos, en el desarrollo de su tarea, transitarán por los tres niveles de desempeño.
Los adolescentes podrán realizar informes sobre la tarea orientada, socializarán la información con los compañeros del grupo, consultarán distintas fuentes del conocimiento histórico y se propiciará una mayor cultura histórica representada en los conocimientos y en los modos de actuación asumidos.
En la realización de las actividades se precisará el protagonismo de las mujeres en la sociedad, la necesidad de lograr la igualdad de oportunidades y la relación hombre mujer ante las tareas. Los trabajos independientes se realizarán en equipos, para buscar equilibrio entre hembras y varones en la realización de la tarea. Se asume esta variante porque es más provechosa para los y las adolescentes; otra de sus ventajas es, la ayuda mutua para la obtención de la información, el fomento de hábitos de estudios colectivos, al socializar criterios, opiniones e intercambiar ideas.
En la combinación de los métodos investigativos y de trabajo independiente los adolescentes buscarán información, la procesarán, contrastarán lo investigado y extraerán lecturas para la vida, estas actividades se materializarán en los planos instructivos y axiológico-vivencial-transformador, en el plano instructivo, el adolescente y la adolescente indagan, conocen, desarrollan habilidades de trabajo con fuentes tanto escritas, como orales, y documentales, procesan todo lo investigado, y elaboran ponencias donde las estrategias de enseñanza aprendizaje de exposición oral y trabajo con fuentes posibilitan estos fines; por otro lado el plano axiológico-vivencial-transformador se materializa en los valores configurados a partir de estas actividades, en la transformación que se evidenciará en cada adolescente para asumir determinadas actitudes ante las situaciones de aprendizaje a las que se enfrenta.
La utilización de métodos de enseñanza de la Historia, implica que los docentes utilicen estrategias de enseñanza, mientras que la utilización de métodos de aprendizaje por parte de los adolescentes implica que se utilicen estrategias de aprendizaje de la Historia. En los últimos años en la literatura se presentan estrategias de enseñanza-aprendizaje desarrollador que promueven en los aprendices cambios en la manera de sentir, pensar y actuar.
1.3 Las estrategias de enseñanza aprendizaje con enfoque de género
En esta concepción didáctica se promueven estrategias de enseñanza-aprendizaje desarrollador, con enfoque de género que son claves para favorecer el aprendizaje de la historia de las mujeres en los adolescentes. Para modelar las estrategias la creación de situaciones de aprendizaje son muy significativas y para conocer la historia de las mujeres los adolescentes se encontrarán continuamente en situaciones de aprendizajes o situaciones problémicas a resolver.
Castellanos, D. (2005: 87) define que: “Las estrategias de aprendizaje comprenden todo el conjunto de procesos, acciones y actividades que los aprendices pueden desplegar intencionalmente para apoyar y mejorar su aprendizaje. Están conformadas por aquellos conocimientos, procedimientos, que los estudiantes van dominando a lo largo de su actividad y que le permiten enfrentar su aprendizaje de manera eficaz”.
A partir de esta definición puedo sistematizar que las estrategias de aprendizaje desarrollador con enfoque de género son aquellos procesos y procedimientos didácticos, que los adolescentes, con objetivos preconcebidos, pueden desarrollar para el alcance de la cultura histórica, a partir de la apropiación activa y transformadora de los contenidos de la historia de las mujeres en su relación con la historia de los hombres, englobado esto como historia total, que propician un alto nivel de socialización en la vida grupal grupal, familiar y comunitaria, para adquirir compromisos y responsabilidades ante la vida social.
Las estrategias de enseñanza aprendizaje que favorecen el conocimiento de la historia de las mujeres son las siguientes:
Exposición oral
Trabajo con textos
Trabajo con medios audiovisuales (Fragmentos de videoclases, fotografías, diapositivas, entre otros)
Trabajo con objetos de la cultura material y espiritual
Trabajo con cronología
Trabajo con gráficas de tiempo
Esta concepción didáctica se establece sobre la base de una enseñanza y un aprendizaje desarrollador, que tiene como centro el protagonismo de los adolescentes. Por esta razón selecciono una forma de organización que se adapta a los dos momentos fundamentales del plano instructivo, que son el áulico y el extradocente; la forma de organización que se utiliza es el taller por su carácter flexible, dinámico y adaptable a las características psicológicas de la adolescencia y a la naturaleza del contenido histórico.
En el campo de la Didáctica diversos autores han identificado al taller como un método o procedimiento de trabajo, otros como G. Mirabent (1990), R. Mañalich (1997) y D. Calzado (1998), lo han considerado como forma de organización del proceso pedagógico, aunque esta última lo reconoce así para la Educación Superior.
Estos autores fundamentan las funciones que el taller cumple en dicho proceso, en tanto facilita que las relaciones entre los participantes se puedan efectuar a través de acciones conscientes por cada uno de los miembros hacia el logro de los objetivos y en correspondencia con las condiciones educativas que favorecen dicha relación.
Los talleres tienen un componente áulico y otro extradocente, trascienden el marco de la escuela y aprovechan las potencialidades de la comunidad en la educación de los adolescentes
D. Calzado (1998) define el taller como un tipo de forma de organización que concuerda con la concepción problematizadora y desarrolladora de la educación en la medida en que, en él, se trata de salvar la dicotomía que se produce entre teoría - práctica; producción - transmisión de conocimientos, habilidades - hábitos; temático - dinámico. Fenómeno que se presenta en mayor o menor grado en algunas de las formas de organización empleadas hasta el momento.
En la concepción se promoverá un alto nivel de socialización del contenido histórico y a partir del aprendizaje histórico se desarrollarán las vivencias y actitudes que posibilitarán la transformación de los adolescentes, al influir en los contextos que le rodean.
En los talleres se constatará la evolución de los fines previstos, lo que delimita abordar otro de los componentes de la concepción didáctica que es la evaluación. Es necesario concebir un sistema evaluativo que siga la lógica de la trayectoria del adolescente, que potencie su desarrollo a partir de que los adolescentes y las adolescentes asuman conciencia de sus potencialidades y dificultades. Se deben evaluar no sólo los conocimientos sino las habilidades y valores. La evaluación como proceso debe seguir todo el avance del adolescente, que facilite determinar cómo se han resuelto los problemas y si los métodos propuestos fueron bien utilizados.
Álvarez, R. M. (1997:154) define que la evaluación: “…es un proceso inherente a la educación, que se inserta en el ambiente general de la sociedad, es de naturaleza totalizadora, remitido a la complejidad de los factores que intervienen en el proceso educativo, en el que juega un papel fundamental el profesor”.
La evaluación debe servir de importante referente a los adolescentes para conocer su realidad y para transformarse. En el proceso evaluativo intervendrán el adolescente, el grupo, el docente y la familia.
Se tendrán en cuenta los siguientes indicadores para la evaluación:
- Conocimientos adquiridos
- Habilidades desarrolladas
- Valores y actitudes que se favorecen
- Modo en que ejecuta el proceso educativo
La evaluación ante todo debe precisar si se han cumplido los fines y las aspiraciones preconcebidas. Se evaluará a partir de la conciencia que asuma el adolescente de lo aprendido; es decir, la autoevaluación, donde también participarán los compañeros de grupos y el docente.
El aprendizaje histórico social integral con enfoque de género, devela las transformaciones que se han operado en los adolescentes en la comprensión de determinados contenidos históricos, para ser expresadas en la actuación diaria tanto en grupo, como familia y comunidad y debe ser resultado de la comprensión, de que en la historia son protagonistas hombres y mujeres, y que ambos géneros son iguales en la diversidad social.
Los criterios fundamentales que se sustentan son los siguientes:
La implementación, evidenció el impacto afectivo que desplegaron los adolescentes en las investigaciones sobre la historia de las mujeres, sobre todo en las investigaciones de la comunidad.
La experiencia puesta en práctica demuestra la superioridad de la metodología utilizada con respecto a lo que normalmente se realiza en la impartición del programa de historia nacional en el noveno grado. La didáctica empleada favorece aspectos que no se atienden directamente durante la enseñanza de la Historia, considerando que es superior en los siguientes aspectos:
- En el vínculo cognitivo y afectivo que el adolescente establece con su familia, en particular al investigar su historia, sobre todo al revelar el papel de las mujeres en esa célula importante de la sociedad cubana.
- En el vínculo cognitivo y afectivo del adolescente con su comunidad, al adentrarse en las historias de mujeres que vivieron o viven en ese lugar.
- En la integración de conocimientos históricos familiares, comunitarios y nacionales que permiten al adolescente sentirse parte de la historia, apreciar que la historia se comprende solo desde el vínculo pasado-presente-futuro, lo que les posibilitó advertir que todos hacemos historia.
- En la utilización del método investigativo proveniente de la ciencia histórica, lo que posibilitó que el adolescente perciba que la historia se puede reconstruir a partir de variadas fuentes bajo la acción del investigador, lo que favoreció la comprensión del proceso histórico y de la ciencia histórica.
- Se logra mayor protagonismo del adolescente en su aprendizaje en la medida que lo hace en colaboración con sus coetáneos, el docente, la familia y la comunidad.
- Perciben la utilidad que tiene aprender historia, pues aprecian que la historia no es solo protagonizada por los hombres, sino por hombres y mujeres, lo que favorece la comprensión de las relaciones que tienen que establecer como adolescentes las hembras y los varones.
- Los conocimientos no se quedan a un nivel informativo, sino que tienen una aplicación en la práctica social del adolescente, favoreciendo su inserción familiar, en la escuela y en la comunidad.
Conclusiones
Desde el proceso de enseñanza aprendizaje de la Historia se conciben los contenidos históricos con enfoque de género y se asume que la historia de las mujeres es un contenido fundamental, que abordado didácticamente en los planos instructivo y axiológico - vivencial - transformador desde una dialéctica familiar, comunitaria y social, convierte al educando en protagonista de un aprendizaje desarrollador.
Los contenidos históricos con enfoque de género en relación con el resto de los componentes didácticos favorecen la cultura histórica permite develar las potencialidades cognitivas y axiológicas de la Historia para la vida.
Los educandos se convirtieron en protagonistas de un aprendizaje desde el acercamiento afectivo a la historia familiar y desde esta comprendieron algunos elementos de la vida comunitaria y nacional, expresados en un mayor respeto hacia el batallar de las mujeres en la historia y sus luchas por lograr el espacio que les corresponde socialmente, lo que favoreció la educación histórica e integral de los adolescentes
Bibliografía.