Marcos Oliver Jaimes Gómez*
Edgar Jesús Jaimes Gómez **
Escuela Normal De Tejupilco
marc_oliver11@hotmail.com
RESUMEN
El presente estudio se realizó en la Escuela Normal de Tejupilco, con la intención de documentar las prácticas pedagógicas que desarrollan los estudiantes y la reflexión que hacen de lo sucedido en las aulas de clase de educación preescolar, con la finalidad deconocer los procesos y reorientar la formación que reciben en su formación inicial.
Partimos de la perspectiva experiencial de Dewey, donde la premisa es el aprendizaje a través de la experiencia lo cual en el ámbito de las escuelas normales se logra mediante las prácticas pedagógicas que se desarrollan en las instituciones de educación básica.
Posteriormente, el proceso de reflexión de la práctica posibilita hacer conscientes las múltiples situaciones vividas durante la clase, permite tomar distancia epistemológica con la idea de visualizar formas diferentes de hacer las cosas, mejorar la toma de decisiones antes, durante y después de la práctica.
Finalmente, en el proceso de planear, ejecutar, evaluar qué implica la práctica, el análisis y reflexión sobre lo realizado y la contrastación con la teoría, se va generando el desarrollo de las competencias profesionales requeridas para la docencia que requiere nuestra sociedad actual, contribuyendo de manera directa en el proceso de formación y autoformación de los futuros docentes.
PALABRAS CLAVE: Práctica docente - Reflexión - Formación.
ABSTRACT
The present study was carried out at Tejupilco Normal School, with the intention of documenting the pedagogical practices developed by students and the reflection they make of what happened in classrooms of pre-school education, with the purpose of know the processes and reorient the training they receive in their initial training.
We start from Dewey's experiential perspective, where the premise is learning through experience which in the realm of Normal Schools is achieved through the pedagogical practices that are developed in institutions of basic education.
Later, the process of reflection of the practice allows to make aware the multiple situations lived during the class, allows to take epistemological distance with the idea to visualize different ways of doing things, to improve the decision making before, during and after the practice.
Finally, in the process of planning, executing, evaluating what practice involves, analyzing and reflecting on what has been accomplished and contrasting with theory, the development of the professional competences required for teaching required by our current society is generated, contributing directly in the process of training and self-training of future teachers.
KEY WORDS: Teaching practice – Reflection - Training
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Marcos Oliver Jaimes Gómez y Edgar Jesús Jaimes Gómez (2018): “La reflexión de la práctica en la formación docente”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (noviembre 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/11/practica-formacion-docente.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1811practica-formacion-docente
Las prácticas profesionales son una actividad que implican el diseño, ejecución y evaluación de actividades que generen aprendizajes en los otros; al tiempo que contribuyen a consolidar las competencias deseables en los nuevos maestros.
Para el caso de las Escuelas Normales, el perfil de egreso está planteado por competencias, donde los estudiantes diseñan, organizan y aplican estrategias y actividades adecuadas al desarrollo de los alumnos de educación básica; es aquí donde surge el interés por conocer los procesos desarrollados por los estudiantes durante sus jornadas de prácticas pedagógicas, con el propósito de analizar las estrategias y actividades didácticas que éstos implementan, y cómo éstas posibilitan el desarrollo de competencias profesionales a partir de la reflexión de su práctica docente.
En este sentido, la presente investigación se estableció como una necesidad para documentar la reflexión de la práctica que realizan los estudiantes normalistas, para ello se recurrió a una metodología con un enfoque cualitativo, cuya muestra se estableció con un grupo de estudiantes, considerando criterios como el promedio y la ubicación contextual de sus prácticas profesionales.
Se planteó como objetivo primordial:
Surgen entonces algunas preguntas de investigación:
Si bien es cierto que se realizan diversas jornadas de prácticas, cuando éstas culminan, no se hace una reflexión a profundidad de lo que sucede en los jardines de niños, elaboran su diario, pero no se utiliza para reflexionar lo que sucede durante la aplicación de las estrategias didácticas. Por lo antes dicho se considera como problema de investigación: ¿Qué sucede durante las prácticas pedagógicas y cuál es su impacto en la formación profesional?
Conocer lo que sucede durante las prácticas pedagógicas, permite reflexionar sobre la formación que están recibiendo los estudiantes, las diversas alternativas de mejora a dicha situación, implica observar en escenarios reales qué tipo de estrategias didácticas utilizan, cómo las desarrollan, cómo las evalúan, así mismo identificar qué dificultades enfrentan, cómo las resuelven y sobre todo, la reflexión que realizan cada día.
El estudio se realizó a partir de la sistematización de fuentes documentales, entrevistas y observaciones a docentes tutores y estudiantes normalistas del 7º y 8º semestres dentro de sus prácticas profesionales.
La investigación se estableció como una necesidad para la reflexión de la práctica, haciendo uso de la metodología de la Investigación - Acción, para ello, la muestra se estableció de manera aleatoria. En el estudio participan estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar quienes se encontraban cursando el séptimo y octavo semestres de su formación inicial, los cuales, además se encontraban realizando su servicio social en instituciones de Educación Preescolar.
Los resultados de esta investigación nos posibilitan el tener una mirada más amplia sobre los procesos formativos de los estudiantes al analizar su práctica en escenarios reales. Ofreciendo oportunidades concretas para reorientar los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes normalistas. Algunos hallazgos son los siguientes:
En este sentido, se percibe que hace falta reflexionar la práctica de manera sistemática, razón por la cual se hace necesario conocer cómo, cuándo, y con qué recursos los estudiantes normalistas de los diferentes semestres reflexionan sobre su práctica docente, así mismo identificar qué instrumentos utilizan, qué referentes teóricos retoman y cuál es el sentido que le dan a las prácticas pedagógicas en su proceso de formación.
Al respecto, Perrenoud (2004) aboga por un profesor que sea capaz de: organizar y animar situaciones de aprendizaje, gestionar la progresión de los aprendizajes, elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación, implicar a los alumnos en sus aprendizajes, trabajar en equipo, participar en la gestión de la escuela, informar e implicar a los padres, utilizar las nuevas tecnologías, afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión así como organizar la propia formación continua.
Con lo anterior se pueden apreciar las características que todo docente debe tener para desarrollar una intervención educativa de calidad, lo cual implica una responsabilidad permanente para estar a la vanguardia buscando en forma autodidacta su capacitación, con miras a lograr la profesionalización que permita mejorar su intervención en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, adecuándolo al contexto sociocultural y a las necesidades individuales de sus alumnos atendiendo así a la diversidad.
El enfoque por competencias implica nuevas formas de concebir el currículum, así como los nuevos modos de entender los procesos de enseñanza y aprendizaje, definitivamente en los nuevos modelos de escolarización, el término competencia es polémico ya que éstas no tienen un estándar de medición palpable o visible, por lo que solo pueden verse reflejadas en la medida en la que cada individuo se desenvuelve en el contexto. Por tanto, este enfoque por competencias implica que el ser humano manifieste la capacidad de poder enfrentar y resolver las diferentes situaciones y problemáticas que se susciten a su alrededor, sin embargo, todo hacer debe ser evaluado para determinar los logros y dificultades, propiciándose con ello un aprendizaje continuo, al respecto Frade (2009, p. 14) menciona que “la evaluación se caracteriza por ser un balance entre los logros y dificultades, los avances y los retrocesos, los beneficios y los obstáculos, lo que se aprendió y lo que falta por aprender, pero sobre todo, entre la oportunidad y el contratiempo para desarrollarse”.
En este caso las exigencias actuales en educación, implican romper con los paradigmas del docente tradicional, demandan un maestro cada vez más preparado para generar situaciones de aprendizaje que permitan a sus alumnos integrar el nuevo conocimiento con el precedente, así mismo, se requiere un maestro que acompañe a sus alumnos en su formación como personas, como ciudadanos y que coadyuve a una mejor convivencia social.
Además, Díaz Barriga (2006) quien considera a Dewey como uno de los pioneros de la reflexión sobre el trabajo docente, entre sus aportaciones principales se encuentra que constituyen la raíz intelectual de muchas propuestas actuales que recuperan la noción de aprendizaje experiencial y al mismo tiempo da sustento a diversas propuestas de enseñanza reflexiva. Dewey desarrolla su propuesta de aprendizaje con la tesis central de que “toda auténtica educación se efectúa mediante la experiencia”, pero al mismo tiempo afirma que ello no significa que todas las experiencias sean verdaderas o igualmente educativas.
Así, siguiendo a Dewey, el aprendizaje basado en la experiencia, es activo, utiliza y transforma los ambientes físicos y sociales para extraer lo que contribuya a experiencias valiosas, y pretende establecer un fuerte vínculo entre el aula y la comunidad, entre la escuela y la vida, es decir, es un aprendizaje que genera cambios sustanciales en la persona y en su entorno. A través de éste se busca que el alumno desarrolle sus capacidades reflexivas y su pensamiento.
La aplicación del aprendizaje experiencial en la enseñanza se conoce como el enfoque de “aprender haciendo” o “aprender por la experiencia”, de ninguna manera se restringe a un “saber hacer” rutinizado e irreflexivo ni a una pedagogía del activismo sin sentido, por el contrario, propone como punto central el desarrollo del pensamiento y de la práctica reflexiva.
Al respecto, Schön (en Perrenoud, 2007) señala que:
La práctica reflexiva puede extenderse, en el sentido general de las palabras, como la reflexión sobre la situación, los objetivos, los medios, los recursos las operaciones en marcha, los resultados provisionales, la evolución previsible del sistema de acción. Reflexionar durante la acción consiste en preguntarse lo que pasa o va a pasar, lo que podemos hacer, lo que hay que hacer, cuál es la mejor táctica, qué orientaciones y qué precauciones hay que tomar, qué riesgos existen, etc. Se podría hablar entonces de práctica reflexionada. (p. 30)
Ana posibilidad para llevar a cabo la reflexión de la práctica es a través del Ciclo de Smith (1989) citado por Escudero, (et al., 1997) en él se establecen cuatro elementos como parte del proceso de reflexión: descripción, análisis, confrontación y reconstrucción de la práctica, estos elementos permiten al docente aprender, desaprender y reconstruir su experiencia cotidiana docente.
Muchas de las ocasiones, cuando se desarrolla el trabajo docente, hay momentos de indecisión en que no sabemos muy bien lo que hay que hacer, qué decisiones tomar, o qué actitud adoptar, es precisamente en estos casos cuando se puede generar una reflexión en plena acción, cuando incluso no tenemos ni idea de lo que hay que hacer en determinada situación, se puede decir que no intervenir es entonces también una forma de actuar. Así pues, la reflexión en la acción es, por lo tanto, rápida, nos ayuda a tomar decisiones en el acto, en ocasiones sin recursos o posibles opiniones externas, sin la posibilidad de pedir un tiempo fuera.
Este proceso puede llevar a la decisión tanto de no intervenir inmediatamente, como de hacerlo sobre la marcha si no puede aplazarse, en este sentido, es importante que los practicantes desarrollen una gran capacidad reflexiva que les permita movilizar sus saberes en el momento adecuado de la situación educativa. Por ello, la reflexión sobre la acción permite anticipar y preparar al practicante, a menudo sin advertirlo, para reflexionar más rápido en la acción y para preservar mejor las hipótesis y para hacer frente a lo imprevisible.
Al respecto, Latorre (2003), señala que:
La reflexión en la acción se constituye, en un proceso que capacita a las personas prácticas a desarrollar una mejor comprensión del conocimiento en la acción, ampliando la competencia profesional de los prácticos, pues la reflexión en la acción capacita a los profesionales para comprender mejor las situaciones problemáticas, y les reconoce la habilidad para examinar y explorar las zonas indeterminadas de la práctica. (p. 19)
Por tal motivo, como formadores de docentes se le otorga gran relevancia a la reflexión sobre lo que se realiza en las escuelas de Educación Básica, concretamente los preescolares, en el sentido de que posibilita reorganizar la forma de pensar sobre la práctica profesional y la relación entre la teoría y la práctica.
Por otro lado, como lo señala Schön (2008):
Los estudiantes aprenden mediante la práctica de hacer o ejecutar aquello en lo que buscan convertirse en expertos, y se les ayuda a hacerlo así por medio de otras prácticas más veteranas que les inician en las tradiciones de la práctica. (p. 29)
Dicho proceso de reflexión tiene como uno de sus elementos indispensables la elaboración del diario del profesor, el cual de acuerdo con Emig (1977), (en Zabalza, 2011) permite:
Escribir sobre lo que uno mismo está haciendo como profesional en clase o en otros contextos, es un procedimiento excelente para hacerse consciente de nuestros patrones de trabajo. Es una forma de ‘descentramiento’ reflexivo que nos permite ver en perspectiva nuestro modo particular de actuar. Es, además, una forma de aprender. (p. 10)
De tal manera, el diario se constituye como un insumo de gran relevancia para llevar a cabo el proceso reflexivo, aunque puede complementarse con registros de observación, entrevistas, video filmaciones, como recursos que hacen posible tomar distancia de la práctica docente que se desarrolla, con la intención de poder mirarnos desde fuera, para así tomar consciencia de lo que sucede en nuestra práctica educativa.
Finalmente, lo que se pretende es construir el hábito de la práctica reflexiva, que permita a los estudiantes desenvolverse con mayor profesionalismo en el ambiente dinámico del aula de clases.
Siguiendo a Bourdieu, se busca el desarrollo de un “conjunto de esquemas de actuación docente, que permita engendrar infinidad de prácticas adaptadas a situaciones siempre renovadas, sin constituirse jamás en principios explícitos” lo que él llama “hábitus” (Bourdieu, 1972, En Perrenoud 2010, p. 38) ya que se considera que quienes practican la reflexión se manejan en una espiral de aprendizaje permanente, en la cual, cada día se reinicia un nuevo ciclo de observación, planificación, acción, reflexión y rediseño, para luego continuar de manera sistemática con el ciclo.
Como docentes de Instituciones formadoras de docentes, se hace necesario fomentar las prácticas reflexivas desde el ejemplo, desde nuestra propia labor docente, ejemplificar el proceso de reflexión de manera permanente, para fomentar en los estudiantes la revisión de lo que se realiza en la labor educativa.
Las reflexiones que se han hecho sobre los resultados de la investigación permitieron ampliar la perspectiva sobre la formación de los estudiantes normalistas, ante la posibilidad de retomar nuevos caminos para seguir investigando sobre la función docente en las Escuelas Normales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
DÍAZ, Barriga A. F. (2006). Enseñanza situada: Vínculo entre la escuela y la vida. México: Mc Graw Hill.
ESCUDERO, J.M. BOLIVAR, A., GONZÁLEZ, M.T. & MORENO, J.M. (1997). Diseño y desarrollo curricular en la educación secundaria. Cuaderno 7. Barcelona, España: Horsori.
FRADE, L. R. (2009). La evaluación por competencias. México: Inteligencia Educativa. 3ª edición.
LATORRE, Antonio. (2003). La Investigación-Acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. España: Graó.
PERRENOUD, P. (2004) Diez Nuevas Competencias para enseñar. España: Graó.
PERRENOUD, P. (2007) Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. 3ª reimpresión. México: Graó.
SEP. (2012). Programa de Estudio 2011. Guía para la educadora. Educación Básica Preescolar. México: SEP.
ZABALZA, M. A. (2011). Diarios de clase. Un instrumento de investigación y desarrollo profesional. Tercera edición, Madrid: Nárcea.