Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


ANTECEDENTES DE LA FORMACION DEL VALOR PATRIOTISMO EN LA EDUCACION SECUNDARIA BASICA Y SU ESTUDIO TEORICO

Autores e infomación del artículo

Idelmar González Tamayo*

Universidad Las Tunas, Cuba.

idelmargt@ult.edu.cu


RESUMEN

El trabajo aborda una interesante problemática de la escuela cubana en los momentos actuales que es el fortalecimiento del valor patriotismo, preocupación que surge de las insuficiencias que tiene la preparación de los estudiantes de secundaria básica y la necesidad de buscar nuevas vías para materializar los fines propuestos por la sociedad en materia educativa. Recoge además los antecedentes de la formación del valor patriotismo en la Educación Secundaria Básica y un estudio teórico del tema desde la perspectiva filosófica, sociológica, psicológica,pedagógica, didáctica y axiológica.

Palabras claves: valores, patriotismo, pedagogía, didáctica

 ABSTRACT

The work deals with an interesting problem of the Cuban school in the current moments that is the strengthening of the patriotism value, concern that arises from the insufficiencies that the preparation of the basic secondary students has and the need to look for new ways to materialize the proposed aims for society in educational matters. It also includes the background of the formation of patriotism value in Basic Secondary Education and a theoretical study of the subject from a philosophical, sociological, psychological, pedagogical, didactic and axiological perspective.

Key words: values, patriotism, pedagogy, didactic


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Idelmar González Tamayo (2018): “Antecedentes de la formación del valor patriotismo en la educación secundaria básica y su estudio teórico”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/06/valor-patriotismo-educacion.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1806valor-patriotismo-educacion


INTRODUCCIÓN

La educación en Cuba constituye un privilegio para hombres y mujeres, gracias al empeño de la Revolución triunfante el 1ro de enero de 1959. Al mismo tiempo es una necesidad vital para el desarrollo de nuestro país, por lo que resulta de enorme importancia la formación de individuos que respondan a los intereses de la sociedad socialista que le vio nacer.

Dentro de la misma, la Educación Secundaria Básica, constituye hoy una institución de nuevo tipo, en la que se materializan las aspiraciones de la sociedad actual, cuyo fin es la formación básica e integral del estudiante cubano: una cultura general integral que le permita estar plenamente identificado con su nacionalidad y patriotismo, conocer y entender su pasado, enfrentar su presente y su preparación futura.
La labor de formar valores, constituye una hermosa y noble acción por ser un trabajo necesario para preservar la concepción humana de la sociedad cubana y la escuela tiene la responsabilidad de llevar adelante esta misión.
“Se necesita construir valores para garantizar la continuidad de la Revolución” De esta manera clausuró Miguel Díaz Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el Taller Nacional de Educación en Valores que tuvo lugar el 10 de abril de 2014 en la Universidad Central de Colaboración Médica de la capital.

1.1- Antecedentes de la formación del valor patriotismo en la Educación Secundaria Básica.

Desde los primeros años del triunfo revolucionario, con las medidas y leyes radicales promulgadas a partir de 1959, la pedagogía cubana se vio necesitada e inmersa en la búsqueda de soluciones prácticas con vista a: elevar masivamente la escolaridad, `` la Campaña de alfabetización.´´
En 1971 se desarrolla el Congreso de Educación y Cultura donde se debate con fortaleza la conciencia política e ideológica del magisterio cubano, donde lo más importante era sentar las pautas del Sistema Nacional de Educación, por lo que se trabajó la formación patriótica como cualidades morales de forma general, teniendo en cuenta que era necesario el patriotismo de cada personalidad para la defensa del socialismo.
En el año 1973 se constituyó el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, con el objetivo de responder a la necesidad de maestros en nuestro país. Se reconoció a Manuel Ascunce Domenech como un símbolo de patriotismo, al expresar con orgullo enaltecido “Yo soy el maestro”
En 1978 se funda el Centro de Estudios Martianos, el cual les dio mayor información a los educadores y estudiantes sobre José Martí, aunque no se vio como hilo conductor de un Programa. En esta etapa el valor patriotismo no se trabajaba con toda la fortaleza necesaria, pues no formaba parte de un programa conductor que permitiera su fortalecimiento, al quedar debilidades, las que no eran atendidas, con el rigor necesario, por parte de los docentes.
En la clausura del VIII Seminario Nacional a dirigentes, metodólogos e inspectores de las direcciones provinciales y municipales de Educación, en las Escuelas Pedagógicas “Salvador Allende” de Ciudad La Habana y “Pepito Tey” de Las Tunas, los días 8 y 11 de febrero de 1984, José Ramón Fernández, Ministro de Educación en su discurso expresó… Honremos la memoria de los caídos en el largo camino de la forja de la nación cubana y en su lucha secular por la liberación nacional y revolución social; de los que con su ejemplo y heroísmo hicieron posible el presente de la Patria.
En 1989 surgen las Cátedras Martianas. EL pensamiento de José Martí es componente imprescindible del proceso educativo en valores que se desarrolla en la escuela cubana; por esta razón a la Cátedra Martiana, de cada institución educativa, le corresponde la responsabilidad de funcionar como órgano asesor de la dirección para el trabajo con la obra del Apóstol, de su estudio por educadores y estudiantes, y de contribuir a elevar la calidad de la dirección del aprendizaje de los textos martianos que se estudian en cada nivel de enseñanza.
En los años 90, las condiciones de vida cambiaron por la presencia y agudización de algunas conductas negativas en una parte de la juventud cubana, que han hecho denominarla crisis, desorientación, desequilibrio o cambios de valores.
En los primeros años de la década de los 90, Cuba se vio abocada a un colapso económico, como consecuencia del derrumbe del Campo Socialista, y la desintegración de la URSS, y agravado por el recrudecimiento del bloqueo imperialista contra la Isla.
Estos elementos conllevaron a encontrar una vía para comprender las causas y las posiciones asumidas ante la agudización de los síntomas de desmoralización y degradación de valores, a partir de la actuación de un cuantioso grupo de individuos (estudiantes y jóvenes), lo que hace pensar en una crisis de valores morales a tono con las difíciles condiciones del período especial que afrontaba la sociedad cubana desde 1991. En el quinquenio 1990-1995 se introduce a la práctica resultados de la investigación sobre: La formación del valor patriotismo.
En el año 1998 como parte del perfeccionamiento educacional se establece la Resolución Ministerial 90 que fija los lineamientos para fortalecer la formación de valores, la disciplina y la responsabilidad ciudadana desde la escuela. Se presenta un trabajo más organizado, sistemático y coherente; al tener en cuenta la edad y características de adolescentes, y la jerarquización de algunos valores, con el objetivo supremo de formar ciudadanos que se caractericen por su honestidad, honradez, solidaridad, patriotismo, responsabilidad, y antiimperialismo; valores necesarios para la conformación del hombre nuevo.
Junto con la Resolución Ministerial 90, se edita el folleto “El sistema de trabajo Político e ideológico”, del Ministerio de Educación, que regula el mismo en todas las enseñanzas y recoge los diez componentes fundamentales del sistema de trabajo Político e ideológico, dentro de los que sitúa con gran fuerza la formación de valores, al indicar un conjunto de acciones que permitieron estructurar y profundizar en las influencias, que en el plano docente y extradocente, favorecían dirigir la labor educativa de la escuela hacia la formación en valores, jerarquizar aquellos valores en los cuales debía hacerse un énfasis especial para lograr los objetivos planteados como modelo ideal de nuestros adolescentes.
La Educación Secundaria Básica desde el año 2003, ha tenido una serie de transformaciones en el modelo social ideal, se le han realizado adecuaciones a los programas desde el aspecto curricular y pedagógico, con el fin de elevar aún más el proceso de enseñanza-aprendizaje, y toma fuerza el aspecto conductual de los estudiantes en el proceso pedagógico, además se incorporan los documentos normativos de la formación de valores, lo que facilitan el proceso de transformación y desarrollo de los adolescentes, dentro de las prioridades de la formación ideológica está la formación de valores.
En el año 2004 se establece la carta circular 106 sobre el trabajo Político Ideológico para desarrollar con todos los integrantes de las instituciones docentes, dirigentes y estudiantes como vía esencial para realizar, sistemáticamente, el debate político-ideológico, en estrecha coordinación con los organizaciones políticas, estudiantiles y sindicales; continuar realizando las actividades previstas en el documento “El ideario martiano y la formación de valores de los adolescentes”.
En el año 2007 el Programa Director de reforzamiento en valores especifica los nueve valores prioritarios a formar en los estudiantes. En el VIII Seminario Nacional para Educadores cursos (2007-2008), se puntualizan estos valores y sus respectivos indicadores; además se brindan las orientaciones para la implementación del trabajo con los valores. Ese propio año se establecen las direcciones del trabajo político ideológico, aprobadas por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, especialmente los cinco pilares: la concepción de la Guerra de todo el Pueblo.
La investigación pedagógica ha constituido un método para lograr las pequeñas transformaciones que se han operado en la problemática de los valores. Paulatinamente se ha incrementado el nivel de cientificidad con que se aborda el problema y las soluciones que se proponen.
La formación de valores en la Educación Secundaria Básica para la atención educativa a los estudiantes ha desarrollado actividades creativas que los motivan en el marco de la escuela pero no se observa un adecuado tratamiento a las potencialidades que brinda la comunidad para lograr el trabajo en el fortalecimiento de los valores, es insuficiente la influencia de las organizaciones de masas que conviven con la escuela y la familia para el desarrollo de las actividades.
Es por ello que con las nuevas tecnologías se incorporan a la docencia el uso de los programas audiovisuales, la computación, software educativo, video clase y programa libertad y se continúa trabajando con las mismas orientaciones ministeriales a las que se hizo referencia anteriormente.
Todos estos antecedentes permiten comprender que el Proceso de Formación de Valores es una prioridad del MINED y en la Educación Secundaria Básica tiene como fin fomentar en las nuevas generaciones la concepción científica del mundo, convertir los principios ideológicos de la moral comunista en convicciones y actos de conducta diaria.
El Ministerio de Educación ha orientado el trabajo con la formación de valores en las instituciones educacionales mediante resoluciones que regulan las acciones a desarrollar por parte de los diferentes factores que intervienen en ese proceso dentro de la escuela. La misma se ha desarrollado en correspondencia con las condiciones y exigencias de cada momento histórico.
La esencia de lo expuesto hasta aquí fue definida por el compañero Fidel Castro Ruz en, los términos siguientes: “Hoy se trata de perfeccionar la obra realizada y a partir de ideas y conceptos enteramente nuevos. Hoy buscamos lo que a nuestro juicio
debe ser y será un sistema educacional que responda cada vez más a la igualdad, la justicia plena, la autoestima y las necesidades morales y sociales de los ciudadanos en el modelo social que el pueblo de Cuba se a propuesto crear ”
La formación de valores ha constituido un punto de partida para varios investigadores, tales como: Esther Báxter (1994); José R Fabelo (1995); Nancy Chacón (1998); Mayra Acebo (2005); Paula Aguirre (2008); Yusimí Mora (2009); José Infante (2010); Madelín Vázquez (2010); Caridad Peñalver (2011); Alexis Leonard (2012); Yaleydis Alarcón (2013), entre otros.
La profesora e investigadora Maira Acebo, en su tesis de doctorado, nos ofrece un análisis de la formación de valores en la Educación Secundaria Básica, en la que propone el valor identidad latinoamericana como parte del sistema de valores a formar en los estudiantes de ese nivel educativo, partiendo del cúmulo de conocimientos científicos sobre la identidad, que ofrecen investigadores que anteceden, de los que se asumen ideas básicas que sirven de punto de partida para la producción de nuevos conocimientos, ofreciendo así un modelo pedagógico para la formación del valor identidad latinoamericana, desde la Historia de América.
Esther Báxter Pérez, en su libro “Educar en Valores; Tarea y reto de la sociedad”, cita la definición de valores dada por el Dr. C Gilberto García Batista, en su artículo”¿Por qué la formación de valores es también un problema pedagógico”, este expresa que los valores constituyen una guía general de conducta, que se derivan de la experiencia y le dan un sentido a la vida, propician su calidad, de tal manera que están en relación con la realización de la persona y fomentan el bien de la comunidad y la sociedad en su conjunto.
La Lic. Paula Aguirre Fuetes, realiza una investigación en la que aborda la formación de valores en la Educación Secundaria Básica, específicamente en los estudiantes de octavo grado. Ofrece acciones coherentes, flexibles y contextualizadas, que propician acertados modos de actuación, acordes con los principios de la sociedad clasista y la realidad actual, enfatizando fortalecer el valor responsabilidad.
El Lic. Alexis Leonard Fonseca, le concede gran importancia a la educación de las nuevas generaciones, para ello en su tesis de maestría ofrece actividades, organizadas y planificadas, dirigidas a fortalecer el valor patriotismo en los estudiantes de la Educación Secundaria Básica, pero no pone en práctica sus actividades desde la didáctica.
Estos autores aportan sus conceptos, puntos de vista, recomendaciones, estrategias metodológicas, sugerencias, actividades y acciones sobre el tema, sin embargo la realidad evidencia, que aún persisten insuficiencias en el valor patriotismo de nuestros estudiantes y además ninguno lo hace desde la Asignatura Encuentros con la Historia de mi Patria, siendo la misma un potencial para fortalecer este valor.
La falta de creatividad e iniciativa de muchos docentes, unido a otros factores de orden objetivos y subjetivos, hacen que se sigan utilizando predominantemente en las clases y actividades extradocentes, métodos tradicionalistas y reproductivos, que no promueven el interés ni las reales transformaciones que se requieren de estos estudiantes, como lo exigen las nuevas condiciones histórico-sociales.

Lo analizado hasta aquí permite apreciar que se requiere continuar trabajando para integrar las acciones que se realizan en función del fortalecimiento del valor patriotismo, por cuanto en la medida que se prepare mejor a los estudiantes para un modo de actuación responsable, podrá afrontar el presente con sus dinámicos cambios, sus contradicciones y sus retos de una forma positiva.

1.2. Fundamentos filosóficos, sociológicos, psicológicos, pedagógicos, didácticos y axiológicos que sustentan el fortalecimiento del valor patriotismo en la Educación Secundaria Básica.

Desde su surgimiento el hombre ha reflejado de una manera u otra las condiciones materiales existentes en el período histórico concreto que le ha tocado vivir, de ahí que como plantea la filosofía marxista el ser social condiciona la conciencia social, al respecto señala Carlos Marx “... no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.” (1976: 34 ) pues por el carácter reflejo de la base económica la conciencia social se manifiesta en la superestructura política, ideológica y cultural de la sociedad, que abarca todas las manifestaciones de la actividad humana, organizadas en formas específicas de la conciencia social: la ideológica política, la ideológica jurídica, la moral, la religión, el arte, la ciencia y la filosofía.
Es precisamente en la moral como manifestación de la conciencia social donde queremos adentrarnos. La moral es un resultado de las formaciones económicas, sociales, y es una de las formas más antiguas de la conciencia social; su formación es un producto del proceso de separación del hombre del resto de los animales como única forma de regulación vital de la actividad, es un contexto primitivo que como conciencia sincrética elemental no diferenciada expresada en normas establecidas apareció por las tribus y comunidades.
Los valores están en consonancia con la propia existencia del ser humano, de ahí que ellos configuren y modelen sus ideas, condicionen sus sentimientos, actitudes y su modo de actuar. Como formaciones complejas se alcanzan en etapas superiores del desarrollo estabilizándose en la adultez, cuando se convierten en convicciones y formas de actuar ante la vida.
José de la Luz y Caballero como iniciador de la Pedagogía científica en Cuba, dejó plasmado el fundamento filosófico respecto a la moral y la necesidad de una educación moral acercándose a la tesis sobre carácter histórico clasista de la moral, formulada y argumentada unos años después por Carlos Marx y Federico Engels.
Los clásicos del marxismo plantearon que “el hombre piensa de acuerdo a como vive, pero también idealiza y se anticipa a la realidad y en el plano de los valores (nivel ideológico) elabora las representaciones del deber ser y del ideal social al que aspira, por lo que los valores orientan las acciones de las personas hacia el mejoramiento humano y sus condiciones de vida, proponiéndose objetivos, metas y fines”. Chacón, N, (1999).
La formación de valores es un proceso gradual que moviliza integralmente la personalidad se da en la actividad humana, en la interacción sujeto-objeto, dadas las relaciones hombre-hombre, hombre-naturaleza y hombre-sociedad en la actividad humana, en la cual se produce la transformación de lo material en ideal y viceversa, sobre la base de las necesidades (materiales y espirituales) que se expresan en los intereses, en los motivos, la proyección de los ideales, los fines y la selección de los medios para alcanzarlos. Este proceso tiene como objeto la formación integral y armónica de la personalidad. En esta integralidad se tiene en cuenta el lugar y papel de los valores en dicho proceso formativo, al que por su complejidad se le debe prestar un tratamiento especial e intencional.
Desde una concepción dialéctica-materialista podemos comprender los valores como los significados que adquieren los fenómenos, objetos y procesos de la realidad para los individuos, clases, naciones en el contexto de la actividad práctica. Es decir de los fenómenos, objetos y procesos de la realidad resultan significativos para el ser humano, en su vida práctica en la medida en que satisfacen necesidades. Así pueden ser valores, tantos fenómenos naturales, objetos creados por el hombre como aquellas formaciones espirituales en actividades.
Desde la concepción marxista-leninista, la construcción de la sociedad socialista requiere de transformaciones en la base económica y formar al hombre nuevo que es el que llevará a cabo su construcción, sobre la base de valores de la clase trabajadora en el poder.
Nuestra sociedad está organizada en la órbita de un sistema de valores de los cuales emanan la ideología oficial, la política interna y externa, las normas jurídicas y el derecho a la educación.
Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.
Según A. A. Fernández (2008) los valores son un sistema de representaciones morales, propias de cada cultura, resultado de la práctica social que sintetizan aquellas normas derivadas del desarrollo histórico de la humanidad en su conjunto y las propios de las clases, grupos sociales y naciones específicas, que se trasmiten a través de la educación constituyendo guías generales de la conducta dirigidas al perfeccionamiento humano.
Se considera que algunas dificultades que se presentan en los valores en la sociedad cubana actual son el resultado en primer lugar de un conjunto de factores sociales que trascienden el marco de los años noventa, constituyendo una preocupación para los padres, la familia en general y para los educadores.
Toda sociedad aspira a formar un determinado modelo de hombre, entre diferentes sociedades, seguro que habrá valores comunes como la honestidad, la sinceridad, patriotismo, entre otros; pero no quiere decir ello que las costumbres, las leyes, las normas le den igual connotación, lo cual está además asociado al momento histórico concreto que se trate. Al igual que habrá sociedades que le den un peso muy grande a determinados valores, como las justicia, la solidaridad, por citar algunos, cuya extensión entonces sea también algo diferente.
El individuo no nace con valores formados; estos se adquieren en el de cursar de la vida en correspondencia con el contexto social donde la familia, la escuela y la comunidad desempeñan un importante papel.
Los valores son los motivos que se configuran en el proceso de socialización del hombre, pero que éstos no son el resultado de una comprensión abstracta, de una información pasiva que se inyecta a la persona, sino que el valor se forma y desarrolla a través de su historia personal, su experiencia y el sentido emocional que le brinde el sujeto. “ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor.” (González: 1995: 49)
En este sentido la Dra. C. Esther Báxter plantea la consideración que la personalidad se forma, se desarrolla no solo bajo la influencia de acciones dirigidas hacia una finalidad del sistema educacional sino también y de manera esencial en un amplio contexto social puesto que el sujeto vive en una sociedad. (Báxter E. p. 145).
La formación de valores es un sentimiento que identifica al hombre como ser social, además de lo educativo comprende otros elementos de la esfera afectiva y volitiva que junto a lo cognitivo permiten hablar de un proceso de educación que tiene como finalidad la formación multilateral de la personalidad.
La formación o fortalecimiento en valores incluye la asimilación y objetivación de normas de convivencia de patrones de conducta y de paradigmas de actuación que contribuyen a la configuración de la personalidad del sujeto, en proceso complejo que pasa por las influencias educativas que reciben por todos los agentes socializadores por esta razón la formación de la personalidad a diferencia de la instrucción no es tarea directiva, si no de carácter orientador, si se tiene en cuenta que:

  1. En este proceso tienen especial significación las características psicológicas individuales, que le confieren un rasgo particular a todas las influencias educativas que se reciben. Es decir no es posible establecer con certeza que ciertas influencias educativas produzcan determinados efectos a nivel de todos los sujetos de un grupo determinado.
  2. En el proceso de la formación de la personalidad intervienen múltiples agencias y agentes de socialización, y no siempre los mensajes trasladados por ellos resultan coincidentes o complementarios.

Este objetivo y resultado se manifiestan en los cambios que se producen en el propio sujeto que a su vez estará determinado por su propia actividad, ello significa que los cambios que se producen en los alumnos estarán determinados esencialmente por su realización, entre ellos cabe destacar el desarrollo del proceso cognitivo como el pensamiento, la memoria y la percepción, así como la formación de cualidades positivas de su personalidad.
Los valores no son el resultado de una comprensión, no son el resultado de una información pasiva que inyecta a la persona, el valor se configura a través de la persona concreta que lo forma y desarrolla, es decir, la persona acrecienta el valor a través de su historia personal, de su experiencia y algo que es clave, a través de su propio lenguaje, por esta razón cuando vamos a analizar desde nuestro punto de vista los valores, tenemos que ubicarnos en que la personalidad humana es esa organización del mundo psíquico que todos tenemos, que precisamente está estructurada para hacer la base de las diferencias individuales y este es un problema que en este tema no se puede soslayar.
Según la doctora E. Báxter , (1989: 40), el valor es algo ligado a la propia existencia de la persona, que afecta a su conducta, configura y modela sus ideas, condiciona sus actitudes y modos de actuar. Es el significado actual que se le atribuye a objetos y fenómenos de la realidad en una sociedad, dado, en el proceso de la actividad práctica en unas relaciones concretas.
También hace referencia de cómo se configuran los elementos dinámicos de un valor concreto como resultado de las complejas interacciones del sujeto en su medio.
Después de analizar el concepto valor dado por la autora Esther Báxter Pérez, asumo lo referido por ella, ya que da una pauta a seguir en cuanto al fortalecimiento del valor patriotismo, teniendo en cuenta que el valor está ligado a la propia existencia de la persona, modelando sus ideales, condicionando sus actitudes y modos de actuación. Ideas importantes para el fortalecimiento de dicho valor en todos los estudiantes de la Educación Secundaria Básica.
Para una mejor comprensión del patriotismo como valor moral hay que partir de la determinación misma de la moral como parte de la conciencia, la que constituye un reflejo de las condiciones en que viven los hombres, a partir de la formación histórica de las relaciones entre sí, las actitudes y conductas en el transcurso de sus vidas. Muchas fueron las formas de principios, normas, sentimientos, valores y representaciones sobre el bien, el mal y el deber que regulan y orientan la elección moral y la conducta del individuo. Ideas que en su conjunto permiten la formación de valores.
El éxito del fortalecimiento del valor patriotismo no depende solamente del estudiante, sino es necesario que la escuela, el hogar y la comunidad hayan jugado su papel correctamente, ya que cada uno constituye un eslabón importante para el buen desarrollo de la personalidad.
Las múltiples investigaciones en el campo de la pedagogía y la psicología pedagógica han revelado cómo la actividad patriótica constituye fuente principal en los estudiantes y un objetivo fundamental en el resultado de su propia actividad.
Uno de los aportes fundamentales del enfoque histórico cultural es la concepción dialéctica de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo, donde el aprendizaje está en función de la comunicación y del desarrollo. El "área de desarrollo potencial o zona de desarrollo próximo". En cuanto a esto Vigotsky planteó que la zona de desarrollo próximo es la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de resolver un problema y el nivel de desarrollo potencial determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro componente más capaz.
El valor es un componente de la ideología “…Cualquier valor cobra sentido solo en relación con el hombre, su vida, su salud, su educación, su bienestar, así como con la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales…” JR, Fabelo (1996: 8), lo que evidencia el carácter complejo y contradictorio del proceso de formación de valores.
La formación de valores constituye un problema de la educación de la personalidad. Para lograrlo hay que tener en cuenta condiciones positivas que lo favorezcan tanto en la escuela, como en la familia y la comunidad entre las que podemos precisar:
Esto explica a lo largo del desarrollo de la humanidad la relación entre la educación y la concepción de valores, al considerar la definición de la primera y la significación de la segunda en el orden teórico práctico.
La tarea educativa aparece directamente relacionada con el proceso de construcción de los sentimientos y afectos, de las valoraciones, intereses e ideales que tienen su máxima expresión en la configuración del proyecto de vida.
La educación debe centrarse en las necesidades del proceso de formación del individuo en las diferentes etapas de la vida.
Hacer de la escuela un lugar atractivo en el que el escolar sienta la necesidad de estar, lo que favorece que la escuela se convierta en el centro cultural de la comunidad.
La formación de valores en la sociedad cubana tiene su plataforma teórica en los fundamentos de la Escuela de Ética Cubana que se fundamenta en lo más progresista del pensamiento universal y se sustenta en los aportes del pensamiento ético cubano, representado por Félix Varela, José de la Luz y Caballero, Enrique José Varona y su máximo exponente José Martí que expresaron las ideas morales del patriotismo, la soberanía nacional, de la identidad nacional, entre otros y que pusieron especial interés en trasmitírselas a sus discípulos.
Los valores son un contenido de la educación y la labor pedagógica tiene que estar dirigida a que los educandos participen activa y conscientemente en todo lo que realicen para lo cual es necesario conocer sus motivaciones e intereses.
La actividad pedagógica (…) debe creer en las amplias potencialidades actuales y futuras del educando, en su desarrollo sentimental, emocional e intelectual, no solo para su proceso de aprendizaje en la escuela, sino para el como ser humano y en su relación con quienes lo rodean a lo largo de la vida Lidia Turner (2002: 4) Aquí los valores son fundamentales, fortaleciéndolos desde la actividad pedagógica.
Por todo lo anterior es que el Ministerio de Educación ha incluido la formación de valores como un componente esencial del Sistema de Trabajo Político Ideológico. En este sentido el profesor se séptimo grado al concluir debe haber formado en sus estudiantes valores como: la responsabilidad, la laboriosidad, la honestidad, la honradez y el patriotismo.
Educar las nuevas generaciones en el patriotismo significa garantizar la unidad de conciencia moral, los sentimientos y la conducta positiva hacia nuestro país, es formar el amor hacia la tierra a que pertenecemos, el odio a quienes traten de arrebatarnos la soberanía, la independencia y la libertad.
En el proceso pedagógico se dan todas las condiciones para favorecer la formación del patriotismo. “Cada maestro, desde su asignatura, además de enseñar resuelve tareas educativas. El contenido de los programas de las diferentes asignaturas constituye una poderosa fuente para la formación de sentimientos y valores patrióticos.” (Bonet: 999:5)
El valor patriotismo cobra especial significación para el proceso pedagógico de la Educación Secundaria Básica. Según Molina (1998), el patriotismo es “el valor supremo de un proyecto social, pues la comprensión de ese sentimiento lleva al hombre a ser más digno.” (Molina: 98:9) Para Bonet (1999) “educar ciudadanos patriotas significa ante todo, preparar a nuestros estudiantes para amar a su patria, a sus héroes, símbolos, tradiciones patrióticas y culturales, al trabajo creador; impregnar en ellos el orgullo de ser cubanos, al arraigo a su suelo natal, los sentimientos de identidad nacional, así como la dignidad, la solidaridad y la intransigencia revolucionaria. (Bonet: 999:1).
Se parte de una concepción del patriotismo como valor, integrado a un sistema de valores que forman parte de su fundamento y nos identifican como nación soberana; manifestados en los siguientes componentes: El amor y la defensa a la patria, el respeto y la admiración por quienes contribuyen a forjar la patria, el amor a la naturaleza de la patria, el respeto a nuestras manifestaciones culturales y a las mejores tradiciones patrióticas, el respeto a los símbolos nacionales, la lucha por la libertad y la soberanía, el amor al estudio, la disciplina social, el respeto a las leyes, criticando lo mal hecho, lucha contra lo adverso, la ayuda solidaria entre compañeros y demás personas que nos rodean, la solidaridad con las causas justas, la disposición a colaborar con otros pueblos del mundo.
En estas circunstancias el profesor debe trabajar para explotar esas potencialidades, ya que la formación de valores descansa, inicialmente en el conocimiento de la realidad, obtenido por la vía de la introducción. Así por ejemplo, el patriotismo solo puede educarse en los niños a partir del conocimiento de los hechos y personalidades significativos de las historia patria, de sus héroes más relevantes, de los actos que enorgullecen la pertenencia a una cultura, a un pueblo o nación.
Es la escuela a quien se le asigna la elevada responsabilidad de la educación patriótica de los estudiantes y jóvenes. El profesor, teniendo en cuenta el carácter mediato de la formación y desarrollo de los contenidos de la conciencia, realiza la labor pedagógica sin dejar de consolidar los aspectos psicológicos que se presentan en toda la situación. No puede perder de vista que los contenidos, las condiciones, los medios, las vías y las formas utilizadas por él en el proceso de educación patriótica, deben estimular la aparición en sus estudiantes de sentimientos, motivos, actitudes y convicciones con el nivel necesario de eficacia y estabilidad en su personalidad.
¿Qué es el patriotismo?
En su sentido más amplio es un fenómeno histórico cuyo contenido varía según las épocas. Es respeto y admiración por los símbolos, héroes y mártires de la patria, amor a la naturaleza, a las tradiciones y culturas. Es sentir orgullo por su país, la Revolución, la disposición de defenderla y el odio a todo lo que amenace su independencia y soberanía, es el amor al trabajo y al estudio.
Entendido el patriotismo como la actitud hacia el medio histórico-cultural donde se desarrolla la vida del hombre es...” la lealtad a la historia, la patria y a la Revolución Socialista y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo”.
Uno de nuestros más insignes pedagogos, Félix Varela y Morales (1788-1853) expresó:
No es patriota el que no sabe hacer sacrificios a favor de su patria…
Varela deja plasmado el compromiso moral de todo ciudadano honesto con la patria para lo cual cualquier sacrificio es poco en aras de la defensa de integridad.
José de la Luz y Caballero (1800-1862) destacó la importancia de inculcar el patriotismo a los alumnos, señalando que más importante que su estado de salud era para él el estado de su país por lo que les encomendaba a Cuba; y sus enseñanzas calaron tan hondo en la formación patriótica de sus discípulos que muchos se fueron a la manigua insurrecta para liberar a su patria del colonialismo español.
Martí nos ofrece valoraciones fundamentales acerca del patriotismo. De la ética martiana se asumen las siguientes consideraciones: “... El patriotismo es un deber santo, cuando se lucha por poner la patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres” José Martí (1892:320).Criterio que comparte el investigador.
Y apuntaba...” El patriotismo es de cuantas se conocen hasta hoy, la levadura mejor de todas las virtudes humanas” (Martí, José, 1894:377).
En este trabajo se asume la definición de valor patriotismo planteada por Mirta Bonet:(1999:1) “educar ciudadanos patriotas significa ante todo, preparar a nuestros estudiantes para amar a su patria, a sus héroes, símbolos, tradiciones patrióticas y culturales, al trabajo creador; impregnar en ellos el orgullo de ser cubanos, al arraigo a su suelo natal, los sentimientos de identidad nacional, así como la dignidad, la solidaridad y la intransigencia revolucionaria. (Bonet: 999:1).. Nos hemos basado para asumir esta definición, en la integralidad de la misma, pues primeramente tiene en cuenta, los componentes del valor patriotismo que incide en el estudiante para un adecuado fortalecimiento del mismo. Además no solo lo trata en el plano afectivo sino también en lo cognitivo,
La unidad que se establece entre los factores que inciden en la escuela en el rol educativo, unido a la familia, las instituciones, las organizaciones de la escuela y la forma en que se conduce la educación de los estudiantes permitirá formar valores que tengan su fundamento en nuestras raíces históricas y que logren una adecuada formación humana, patriótica, antiimperialista e internacionalista que es el resultado de toda una tradición de aquellos que en el pasado nos legaron con su ejemplo personal sus inquietudes revolucionarias.
En el VIII Seminario Nacional para Educadores (2007- 2008), se le brinda un tratamiento especial a las definiciones de valores y modos de actuación asociados a ellos, destacándose el referido a patriotismo al plantear:
Por la significación que reviste el conocimiento de los modos de actuación, a continuación se exponen lo relacionados con el valor patriotismo:
El patriotismo es una labor de imprescindible dirección pedagógica pues los sentimientos, los valores, las convicciones y las actitudes solo se desarrollan cuando son el producto de una labor educativa sistemática y coherente dirigida fundamentalmente en esta etapa de la vida escolar para la formación y desarrollo de valores morales.
El proceso eficiente es aquel donde el alumno se apropia del contenido bajo sus decisiones y hasta espontáneamente; por tanto las actividades realizadas de forma responsable por los estudiantes utilizando acertados métodos, procedimientos y técnicas informáticas para aprender, son consideradas como una actividad eficiente.
En tanto el Ministerio de Educación exige entre sus lineamientos el aumento del nivel de preparación de los estudiantes, donde sus cualidades personales influyan en el desarrollo de valores, convicciones y principios, para así contribuir a elevar la calidad de la enseñanza-aprendizaje, además de desarrollar al máximo las potencialidades de todos los estudiantes y lograr en ellos una mejor aspiración social.
Se deben buscar métodos de trabajo que nos ayuden a formar al hombre del futuro: trabajador, activo y consciente e iniciar desde la escuela la tarea encaminada a desarrollar las potencialidades formativas de cada individuo dentro del marco de la filosofía marxista leninista.
El proceso de enseñaza-aprendizaje ha sido históricamente de formas diferentes, que sean desde su identificación como proceso de enseñaza, con un marcado acento en el papel central del docente como transmisor de conocimiento hasta las concepciones mas actuales en las que se concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje como un todo integrado, en el cual se pone de relieve el papel protagónico del estudiante. En este último enfoque se revela como característica determinante la integración de lo cognitivo y lo afectivo, de lo instructivo y lo educativo, como requisitos psicológicos y pedagógicos esenciales.
El proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar en el transcurso de las asignaturas escolares, y tiene como propósito esencial contribuir a la formación general integral de la personalidad del estudiante, constituyendo la vía mediatizadora fundamental para la adquisición de conocimientos, procedimientos, normas de comportamiento y valores legados por la humanidad.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje se incluye lo educativo. Esta faceta se logra con la formación de valores, sentimientos que identifican al hombre como ser social, además, lo educativo comprende el desarrollo de convicciones, la voluntad y otros elementos de la esfera volitiva y afectiva, que junto a la cognitiva permiten hablar de un proceso de enseñaza-aprendizaje que tiene como finalidad la formación multilateral de la personalidad del hombre.
He ahí el camino martiano del conocimiento de la realidad. Un sistema didáctico dirigido a formar sentimientos, valores morales, conocimientos, hábitos y habilidades, cuya esencia se sintetiza al afirmar “...las cualidades morales suben de precio cuando están realizadas por cualidades inteligentes...”
En la formación del valor patriotismo tiene un alto contenido didáctico y educativo. Contribuye a la formación y desarrollo de rasgos de la personalidad; es por ello que es importante el desarrollo de hábitos de conducta y ha de ser una tarea fundamental de la escuela contemporánea.
El patriotismo del alumno debe formarse fundamentalmente, en todas y cada una de las asignaturas del plan de estudio, así como en las actividades extraescolares. Por tanto tiene valor educativo porque educa los hábitos de trabajo y estudio, va normando su propia actividad, fortaleciendo su actividad y consolidando sus puntos de vistas y de criterios.
La formación en el patriotismo es una labor de imprescindible dirección pedagógica, pues los sentimientos, los valores, las convicciones y las actitudes se van desarrollando como producto de una labor educativa sistemática y coherentemente dirigida.
  Desde el punto de vista axiológico los valores morales son los parámetros que permiten juzgar si un acto es moralmente bueno o malo, de acuerdo a las características comunes que ha denotado una sociedad.
Desde un inicio los hombres se preocuparon no sólo por justificar ideológicamente sus valores, sino por tratar de imponerlos a todo el sistema social. La política, el Estado, el derecho, vinieron a servir de instrumentos para esos fines, uniéndose a la moral y la conciencia religiosa que ya desde antes actuaban en esa dirección. Como resultado, la sociedad siempre logró organizarse y funcionar sobre la base de un sistema de valores oficialmente reconocido. Los otros sistemas se ven obligados a subordinarse pero no desaparecen y pugnan permanentemente por convertirse en predominantes.
La constante evolución del universo humano hace que los valores universales no constituyan un sistema inmutable, sino por el contrario, histórico-cambiante, concretando siempre su contenido en el momento histórico que vive la humanidad. Este cambio se produce aun cuando el concepto que designa el valor en cuestión no varíe y siga siendo el mismo en distintas épocas y para distintos sujetos. Al cambiar el contenido objetivo tiende también a cambiar más o menos rápidamente el contenido que subjetivamente se le atribuye al concepto. Es decir que, manteniéndose el mismo concepto, su contenido varía objetiva y subjetivamente con el desarrollo del sistema de relaciones sociales. Claro que la variación subjetiva depende de una serie de factores y no sólo del cambio objetivo del contenido del concepto valorativo.
Entre los factores que pueden retrasar la concientización subjetiva de los cambios operados en los valores objetivos se encuentran el escaso conocimiento de la nueva realidad social, la insuficiente toma de conciencia de los intereses derivados de esa realidad cambiada y el peso de ciertas tradiciones y prejuicios que tienden a mantener la estabilidad del sistema de valores concientizado.
Pero el factor más importante en la determinación del grado en que los nuevos contenidos objetivos de los valores son asimilados por el sujeto radica en la posición social que este último ocupa. Ya se ha señalado que esta posición determina los intereses específicos del sujeto dado y el grado de su coincidencia o contraposición con los intereses del género y, a través de éstos, con las tendencias del progreso. Si se trata de un sujeto -individuo, grupo, clase, nación- cuyos intereses están en correspondencia con las tendencias objetivas del progreso social, los cambios producidos en el contenido objetivo de los conceptos valorativos encontrarán su expresión de forma relativamente rápida en la conciencia valorativa de este sujeto (siempre que se superen otros posibles obstáculos ya aquí mencionados). Si, por el contrario, se trata de un sujeto con intereses que tal vez en algún momento coincidieron con el progreso, pero que ahora se le contraponen, ese sujeto se aferrará al viejo contenido del concepto valorativo, a aquel contenido que se correspondía con la época en la que él estaba situado en la línea del progreso. José Ramón Fabelo (2001)
CONCLUSION
Los antecedentes de la formación del valor patriotismo en la Educación Secundaria Básica, demuestran como desde el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, se ha estado trabajando en la formación de este valor en los adolescentes, por la importancia que reviste el mismo en mantenimiento de las conquistas alcanzadas durante los últimos 59 en Cuba y la fundamentación teórica que aborda la investigación posibilita conocer el rol que desempeña la unidad dialéctica entre instrucción–educación en el proceso de Enseñanza- Aprendizaje para fortalecer valores.

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* Profesor de la Universidad de Las Tunas, Cuba idelmargt@ult.edu.cu

Recibido: 11/04/2018 Aceptado: 20/06/2018 Publicado: Junio de 2018

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