Yudannys Cano Merino *
Irsa Gómez Téllez**
Osaida Tórrez Góngora ***
Universidad de Las Tunas, Cuba.
yudannyscm@ult.edu.cu
RESUMEN: El artículo refiere los sustentos teóricos y metodológicos que posibilita dar un adecuado tratamiento a la escucha como habilidad en el proceso de enseñanza aprendizaje, con la finalidad de desarrollarla y potenciarlas restantes habilidades comunicativas en los escolares del nivel primario;por lo que en la preparación de los docentes debe convertirse en un objetivo básico la planificación sistemática de variadas actividades que incentiven al alumno a escuchar para comprender antes de ejecutar con su comprobación.En este artículo se ejemplifica cómo lograr el desarrollo de esta habilidad en los escolares, a partir de la concepción de actividades que responden a las distintas formas de escucha con el propósito de desarrollarla y lograr un comunicador competente.
PALABRAS CLAVES: escuchar, habilidad, comunicación, aprendizaje, actividad.
ABSTRACT: The article refers the theoretical and methodological sustenance that facilitates and gives an appropriate treatment to the listening ability as skill in the teaching learning process with the end of developing and helping the others communicative skills in the scalars of the primary level, that is why in the teachers preparation must be as first place a basic objective it is the systematic planning of a varied activities which encourage to the pupil to listen to understand before executing with their own verification. In this article it exemplifies how to achieve the development of this skill in the scalars, from the conception of activities that answer to the different forms of listening with the purpose of its developing and in this waybe able toachieve acompetent communicator.
KEY WORDS: listening, ability, communication, learning, activity.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Yudannys Cano Merino, Irsa Gómez Téllez y Osaida Tórrez Góngora (2018): “El desarrollo de la habilidad escuchar, una necesidad para elevar la calidad del proceso de enseñanza – aprendizaje”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/06/escuchar-ensenanza-aprendizaje.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1806escuchar-ensenanza-aprendizaje
INTRODUCCIÓN
La necesidad de escuchar en el acto de la comunicación es imprescindible para informarse y aprender en todos los aspectos de la vida. Saber escuchar es un indicador en el comportamiento de un buen comunicador. Constituye una forma de comunicación.
Al escuchar podemos darnos cuenta si entendió o no lo dicho, cómo fueron interpretados los criterios o consideraciones del hablante. Es fundamental dejar expresar a los demás y saber reconocer el turno que ocupamos en la conversación.
Es la labor de la escuela cubana actual, lograr que el escolar sepa escuchar como parte de la comunicación y evidencie la asimilación de las exigencias para el grado de su Lengua Materna, al escuchar y expresarse verbalmente de forma clara, emotiva, fluida y coherente.
Se hace necesario dirigir la atención a la producción verbal del escolar, al considerar lo que dice y cómo lo dice. Desarrollar gradualmente sus habilidades de expresión; porque es necesario que los escolares bien dirigidos por el docente aprendan a escuchar y digan lo que desean expresar con claridad; que demuestre el interés por hablar, leer y escribir cada vez mejor, como muestra del logro de las motivaciones lingüísticas.
Para alcanzar este propósito en los escolares el proceso de enseñanza aprendizaje debe ser dirigido con actividades que además de promover su razonamiento lógico, desarrollen los distintos tipos de escucha de una forma gradual, que les permita comprender antes de ejecutar, desempeñarse con un rol activo y realizar el control valorativo de su actividad.
DESARROLLO
La comprensión auditiva y el lenguaje oral están estrechamente relacionadas, tienen numerosos aspectos en común; para lograr un adecuado desarrollo de la expresión oral de debe favorecerse conjuntamente el trabajo por la escucha: seguir órdenes, ordenar secuencias de acontecimientos vistos o escuchados, seleccionar claves para reconstruir el mensaje del hablante, entre otros pueden contribuir a este fin. Para un aprendizaje efectivo y una participación exitosa en la vida es necesario garantizar por todos los medios que los niños atiendan y se concentren.
Hay que señalar que desde hace algunas décadas “escuchar” no se había concebido como meta de aprendizaje; se ha pretendido que los niños escuchen sin haberlos enseñado. Hoy se concibe la escucha como un elemento indispensable en el proceso de la comunicación
Una de las ideas centrales en la obra de L.S. Vigotsky, considera que los seres humanos se desarrollan en una formación histórico - cultural dada, creada por la propia actividad de producción y transformación de su realidad y es por medio de la actividad humana que se produce el desarrollo de los procesos psíquicos y la consiguiente apropiación de la cultura, por lo cual la actividad humana es siempre social e implica por tanto, la relación con otras personas, la comunicación entre estas, siendo en esta interacción con otros que surge el mundo espiritual de cada uno, su personalidad.
La comunicación es la habilidad que adquirimos en el transcurso de nuestras vidas y que nos permite enviar mensajes a otra persona. Construimos nuestros mensajes a partir de nuestras ideas y sentimientos y lo transmitimos a través de nuestras palabras y acciones. Este proceso recibe el nombre de codificación. Al recibir nuestro mensaje, el que escucha deberá decodificarlo para poder comprenderlo. Podemos oír las palabras y observar las acciones, pero muchas veces, tenemos nosotros mismos que inferir su significado. Una comunicación eficaz requiere que interpretemos correctamente los mensajes para emitir una respuesta.
Como seres humanos, uno de los logros más importantes es la comunicación. Con la tecnología actual podemos hablar con las personas que se encuentran en el otro extremo del país, del planeta e incluso en la luna. Pero cuando se trata de establecer la comunicación frente a frente, a menudo, afrontamos verdaderas dificultades. Tenemos problemas para compartir lo que queremos. Nos resulta difícil por igual escuchar con atención y comprender del todo lo que el otro ha dicho.
Para comprender cabalmente tenemos que entender los sentimientos y las acciones; las palabras por si solas pueden ser engañosas.
Existen cuatro habilidades básicas para la comunicación:
Escuchar.
Hablar.
Leer.
Escribir.
Escuchar procede del latín auscultare; modificada en auscultare posteriormente en escuchar, sinónimo de escuchante, centinela, guardia.
Escuchar es algo más que oír. Oír es solamente la primera parte, la parte física en que el oído siente las ondas sonoras, es algo más que prestar atención. Es parte de un proceso de comunicación bidireccional. Una persona que sabe escuchar no sólo se limita a oír a su interlocutor, sino que interviene activamente en el acto de la comunicación.
El oír se refiere a la recepción física de las ondas sonoras a través del oído. Escuchar, en cambio, incluye además del oír, la capacidad de recibir y responder al estímulo físico y utilizar la información captada a través del canal auditivo. (C. Beuchat, 1989: 21).
Saber escuchar implica dirigir la atención hacia las palabras del otro tratando de lograr una percepción de la palabra hablada, preparándose para extraer de lo oído lo esencial y no apresurarse en deducciones, sin haber penetrado en el sentido de las del interlocutor.
Escuchar es un proceso, no es un acto pasivo, aunque los que saben escuchar deben mostrarse paciente en su actitud, es decir mostrar un sentimiento general y duradero positivo o negativo acerca de los objetos sociales, en este caso ante la comunicación, ante las personas, ante las ideas que se expresan.
Se hace necesario reflexionar ¿Sabemos escuchar? ¿Hemos valorado como docentes la importancia de escuchar a nuestros escolares y ser escuchados por ellos en el desenvolvimiento vital del proceso enseñanza – aprendizaje? ¿En el transcurrir de la vida, al relacionarlos con nuestros semejantes, somos pacientes en la escucha? ¿Hemos desarrollado en los escolares dicha habilidad? ¿Qué hemos hecho para lograrlo?
Escuchar no es simplemente cuestión de trucos o técnicas, es una actitud, un modo de relacionarse con el mundo. Debe formar parte del modo de vida. Desempeña un papel importante para nuestras relaciones interpersonales.
Saber escuchar es aprovechar la diferencia de la velocidad entre el pensamiento y la palabra, empleando el tiempo sobrante en reunir las ideas, interpretar la elección de tiempo, evaluar la fuerza de los argumentos del que habla y responder con gestos de la cara o movimientos corporales; preguntarse si tal cosa constituye un dato importante, como unir una idea con otra; pensar si tal manifestación coincide con su propia experiencia prestar atención máxima al que expone o habla, hay que mostrarse atento, alerta, vivo.
Escuchar bien es hacerlo activamente, es hacer saber al interlocutor que lo estamos atendiendo, es repetir con palabras nuestras lo que han dicho, para demostrar que hemos entendido bien; realizar preguntas, asentir con la cabeza, lograr que el mensaje quede claro y preciso.
Escuchar es un proceso complicado y requiere de una preparación. La sensación precede a la percepción y la percepción precede a la sensación según L.S. Tull Summerfield y C. De More referido por (I.Brito Robles, 1997). Otros componentes básicos para lograr la escucha:
Sensopercepción.
Interpretación.
Evaluación.
Respuesta.
Estos forman el modelo SIER, que representa una función mental extraordinariamente complicada, pero permite la comunicación entre los seres humanos.
Escuchar y hablar van juntos. El ser humano aprende hablar escuchando.
Analicemos la estructura de este modelo de acuerdo con el criterio anteriormente planteado.
Sensopercepción: Percibir sensorialmente (en caso de oír), en las otras ocasiones de captar una expresión en el rostro o un gesto corporal lo que otra persona está transmitiendo. La sensación es el reflejo de una cualidad sensorial, de una diferencia y objetiva impresión del mundo que nos rodea. Refleja las cualidades de los objetos y fenómenos.
Interpretación: la capacidad de interpretar, de comprender lo captado, de llegar a la esencia del fenómeno y emitir un juicio propio.
Evaluación: es la capacidad de evaluar lo escuchado, de decir la importancia que posee para uno, así como la validez del contexto dado.
Respuesta: es la capacidad de responder el ciclo de comunicación y hacer saber a la otra persona que hemos comprendido lo que nos ha transmitido.
La comunicación con los demás seres humanos es un proceso continuo que ocupa un gran por ciento de nuestro tiempo útil, al hacerlo es necesario aplicar estos elementos, sin escuchar es difícil vivir en sociedad y comunicarnos con el mundo exterior.
La sensibilidad auditiva en el curso normal de nuestras vidas está determinada en su mayor parte por nuestros principales intereses: la cultura, el estilo de vida, la profesión y otros.
Si analizamos la última idea planteada es válido considerar que existen otras operaciones importantes que intervienen en la escucha. Son estas: la imaginación, asociación y la atención, además de la memoria.
Memorizar implica:
Reproducción – Se mantiene a través del recuerdo.
Reconocimiento en presencia del contenido.
Recuerdo en ausencia de lo que motivó el contenido de la memoria.
En correspondencia con las operaciones que interviene para posibilitar estas funciones mentales importantes, se analizan las acciones que permiten el desarrollo de esta habilidad.
¿Qué debemos hacer para escuchar?
Es necesario analizar brevemente algunas de las particularidades de estas acciones.
La comunicación es un elemento rector en nuestras conexiones con el mundo que nos rodea, lo establecemos en correspondencia con situaciones diversas, de acuerdo con el hecho comunicativo. Por ello es fundamental atender. Para lograrlo necesitamos ser pacientes, esperar, escoger favorablemente o satisfacer un deseo, ruego o mandato. No siempre lo que oímos nos cautiva, motiva o interesa; pero para atender y lograr nuestra tención es necesario aplicar voluntariamente el entendimiento espiritual y concentrarse. La existencia de la atención le permite al hombre más que oír escuchar, incluso intensamente. La razón de que la atención se dirija a este objeto y no a otro no solamente está en el sujeto, sino también en el objeto, en sus características y cualidades. La atención es la vinculación de la conciencia con el objeto, más o menos íntima. En la acción, en la actividad se fija la atención. En este caso nos referimos a la atención de nuestro interlocutor.
Al consentir debemos asumir una actitud de análisis, de previsión, proyección o planificación ante lo escuchado. No es solo aguardar pacientemente y admitirlo todo como un robot, sino saber receptar la información para proyectar una acción.
Para comprender es necesario que el que escucha llegue a la esencia del fenómeno, es decir captar el mensaje de lo escuchado; decodificar las ideas emitidas, debe basarse en el significado de las palabras que recibe o que parten del texto, del discurso que ocupa, asociar el significado de estas con lo que conoce y emitir juicios acerca de lo oído.
Al memorizar es necesario fijar, retener y reproducir. La primitiva fijación del contenido de las ideas puede reducirse en forma de un infinitivo: recordar, de una consiente e intencionada retención, de una sistemática y organizada reproducción a partir de la audición. Los resultados de este, recordar pueden expresarse en los contenidos que el hombre escuchó, así como en su libre reproducción. Es necesaria la atención de lo escuchado. Puede considerarse una fijación más o menos consciente del conocimiento de la realidad alcanzada en este momento. Al igual que en el acordarse representa una selección de conocimientos que se obtuvieron y apropiaron en el pasado y que posteriormente se requieren para la actividad práctica o teórica.
La reproducción puede manifestarse también en forma de ideas y conocimientos que se abstraen de las particularidades, situaciones en las que fueron grabados en la memoria o en los recuerdos, que forman parte de lo pasado o experimentado.
Después de la recepción de la información el individuo ofrece una respuesta, actúa acorde con sus potencialidades y particularidades. Esto nos avizora la impresión y afecto que ha producido la escucha. Este comportamiento depende mucho del tema que se trate. Es importante que antes de actuar, antes de ofrecer las respuestas, se elabore un plan de acción para alcanzar los objetivos propuestos. La planificación permite el desempeño exitoso de los escolares y constituye una de las vías que propician la auto educación.
Al maestro le corresponde una función primordial para propiciar la audición.
La mayoría de las personas no sabemos escuchar correctamente. Comprendemos una parte de lo escuchado. Hacerlo mal es extraordinariamente costoso. Las ideas quedan generalmente distorsionadas, esto nos aleja y aísla del medio en que vivimos; afecta hasta nuestra orientación.
Es un arte, el arte de escuchar, para lo cual deben aplicarse las diez reglas básicas:
Escuchar ideas, no datos
Evalúa el contenido, no la forma.
Escuchar con optimismo.
No saltar a las conclusiones.
Tomar notas.
Concentrarse.
El pensamiento rompe la barrera del sonido.
Escuchar activamente.
Mantener la mente abierto contener los sentimientos.
Ejercitar la mente.
No ser el único que habla, mostrar consideración y amabilidad hacia el interlocutor, tener voluntad de hacer que la escucha sea parte activa del proceso de comunicación, interesarse en cualquier tema que inicia la persona que habla, juzgar el contenido del mensaje y no de su forma de expresión, poner empeño en atender, evitar distracciones, mantener abierta y flexible la mente son actitudes que según algunos autores ayudan a escuchar mejor.
El docente o profesor es un profesional de la comunicación oral, transmite ideas, pensamientos, conocimientos y desarrollo del intelecto del estudiante por lo que debe contribuir a perfeccionar la escucha en ellos.
Es necesario que exista una estrecha relación entre estas habilidades comunicativas para lograr con éxito el proceso de comunicación. Como representa el siguiente esquema.
La escucha en el proceso de comunicación está en dependencia del turno que ocupe el emisor. Este es un proceso bidireccional, según la situación comunicativa los interlocutores realizan sus funciones, una vez como receptor al escuchar el mensaje emitido por el emisor, al analizarlo e interpretarlo emite una respuesta y ya en este momento deja de ser receptor para convertirse en emisor, y trasmite un mensaje que es recepcionado a la vez por el receptor que anteriormente ocupaba el turno de emisor.
La habilidad escuchar es una de las menos trabajadas y atendidas. Obsérvese, por ejemplo, que existe muy poca bibliografía especializada al respecto y todavía son muy pocos los trabajos investigativos que se ocupan de ella. Enseñar a escuchar debe ser una tarea priorizada de la escuela, muchos problemas de la lectura y escritura dependen, en buena medida, de ella, por lo que es necesario que nosotros los docentes aprendamos a distinguir los diferentes tipos de escucha.
Este artículo se sustenta en los tipos de escucha citado por Cecilia Beuchat, donde se hace referencia a que la bibliografía especializada registra diferentes formas como son:
Atencional: cuando el oyente atiende para obtener información y poder participar activamente (se utiliza con mucha frecuencia en el aula para escuchar órdenes, instrucciones y mensajes).
Analítica: cuando el oyente analiza el mensaje para responder o resolver alguna cuestión; si llega a emitir un juicio estamos entonces ante un ¨ escuchar crítico ¨. Esta forma puede manifestarse al escuchar para responder preguntas o para dar su opinión.
Apreciativa: cuando se escucha para disfrutar y deleitarse como goce espiritual y estético (arte, música, una obra literaria, etc.).
Marginal: cuando no constituye una actividad principal sino que escuchamos los sonidos en otro plano (los sonidos del ambiente, música de fondo, etc.).
En toda actividad dirigida a la producción de textos orales ha de atenderse prioritariamente al desarrollo de la habilidad escuchar.
Defensiva: Consiste en proteger nuestras posiciones, escuchar pero sin ser receptivo a lo que dice el otro, querer influir en él, pero sin brindarle la posibilidad de que influya sobre nosotros. En esta escucha se considera al interlocutor como objeto de la comunicación. Esta escucha defensiva se manifiesta generalmente mediante una comunicación no verbal: movimientos de cabeza, gestos, interrupciones etc.; que no promueven la comprensión ni hacen que el hablante se sienta comprendido.
Factores que influyen en el acto de escuchar
El acto de escuchar es un complejo proceso que tiene un basamento fisiológico que entraña una conducta lingüística, los que son necesarios descomponer para brindar a los estudiantes la debida atención.
Es importante conocer el funcionamiento del oído para determinar si hay alguna afección que provoque una audición deficiente.
Pero también es necesario conocer si el estudiante y discrimina adecuadamente, si comprende lo que oye, su nivel de atención y su concentración y su memoria auditiva.
Es importante que el maestro desarrolle esta habilidad en sus alumnos para lograr con éxito el proceso de comunicación. Al hacerlo tendrá en cuenta las particularidades de estos, la capacidad auditiva, su medio familiar, sus características psicológicas, si es tímido o audaz, introvertido o extravertido.
En todos los niveles y particularmente en la primaria, es fundamental que se atienda de manera específica lo que usualmente identificamos las cuatro grandes habilidades idiomáticas: escuchar, hablar, leer y escribir
Sugerencias para el desarrollo de las competencias comunicativas en el trabajo colaborativo
Actitud positiva y constructiva por parte de los interlocutores.
Tener disposición para entenderse.
Respetar la verdad.
Respetarse mutuamente.
Implicarse personalmente en el intercambio de opiniones y razones ajenas, es decir comprometerse de manera constructiva en el discurso dialógico, considerando las razones ajenas, expresándolas propias y modificándolas si es necesario.
Premisas necesarias para un adecuado desarrollo de la escucha como habilidad comunicativa
En muchas ocasiones este proceso se ve afectado porque se desconocen elementos esenciales que deben tenerse en cuenta como son: el silencio, el respeto a la palabra ajena, la necesidad de atender y pensar en lo que otras personas dicen, la disciplina que entraña pedir la palabra; esperar a que termine el interlocutor; no hablar a coro o simultáneamente con otros; no manifestar gestos de impaciencia mientras los demás hablan; adoptar una posición que permita observar al que habla.
Estos elementos deben constituir el punto de partida y guía para el desarrollo de la actividad de escuchar en los estudiantes.
Estudios realizados evidencian que los alumnos no poseen el hábito de escuchar y que esto no constituye siempre una prioridad de la escuela. Una reflexión sobre estas insuficiencias permite afirmar que existe un limitado conocimiento sobre los aspectos que influyen en una buena audición, se le presta poca atención a las premisas necesarias para lograr un ambiente que favorezca la escucha y no son suficientes las actividades que se planifican para desarrollar esta habilidad en los niños.
Para lograr este objetivo deben tenerse presente los siguientes elementos:
El maestro debe brindar un adecuado modelo al hablar y al escuchar a los demás.
Rectificar oportunamente a los estudiantes.
Favorecer la participación de todas.
Desarrollar el hábito de escuchar.
Atender que la posición de los asientos posibilite que todos se vean cuando sea necesario y se mire a la persona que habla.
Pensar en lo que el otro dice.
No manifestar gestos de impaciencia mientras hablan los demás.
Solicitar la palabra, no interrumpir, no hablar simultáneamente.
Esperar el turno para intervenir.
Tener conciencia del valor del silencio.
Elaborar un sistema de preguntas que sirvan de apoyo en caso necesario.
Seleccionar temas o textos significativos para motivar la espontánea participación.
Estimular la creatividad y el desarrollo de la imaginación.
Variantes a utilizar para desarrollar la habilidad de escuchar en el proceso de enseñanza-aprendizaje
Una de las particularidades de todo docente y que favorece el proceso de enseñanza aprendizaje, lo es sin duda su creatividad.
A continuación se ejemplifica con una actividad la puesta en práctica de las variantes citadas anteriormente para desarrollar la habilidad de escuchar en el proceso de enseñanza–aprendizaje.
Tema ¿Cómo distinguir si estamos ante un oyente analítico o crítico?
Objetivo: Demostrar cómo elaborar el sistema de preguntas dirigidas a la comprensión, que propicien la atención, el análisis y el juicio valorativo del oyente.
Para garantizar las condiciones previas en esta actividad es necesario que el docente tenga concebido la grabación de la canción “Martí maestro”.
Invitarlos a escuchar la canción “Martí, maestro”, del cantautor cubano Polo Montañés dedicado a nuestro José MartíTexto de la canción Martí, Maestro del cantautor cubano Polo Montañés.
Hace algún tiempo debí escribirle una canción, a ese maestro gran intelecto, gran pensador.
La calle Paula lo vio nacer y en Dos Ríos cayó después el que cultiva la rosa blanca en el corazón.
Nené traviesa entre tantas cosas hechas por él. Como la bailarina española baila muy bien. Príncipe enano el camarón, camaroncito que se encantó. Los zapaticos de Rosa que Pilar a la niña enferma le dio.
Martí coraje, Martí valor, a ti maestro gran pensador va mi canción,..
(Coro)Martí del monte Martí del sol, echo de fuego sangre y sudor Revolución.
Para su amigo Manuel Mercado escribía él, y muchas cartas a Rosario hizo también a Rafael Mendive escribió, a ese maestro que le enseñó, y en las entrañas del mounstro un día también vivió.
Martí de sangre, Martí de bala sobre un corcel, habla de Homero y de su Iliada, habló también, de Guatemala también habló, de aquella niña que se murió: la historia dice que fue de frío y el asegura que fue de amor:
Martí coraje, Martí valor, a ti maestro gran pensador, va mi canción.
(Coro)Martí del monte, Martí del sol hecho de fuego sangre y sudor, Revolución…
Los niños guardan la Edad de Oro en el corazón. (2 veces)
Escuchar la canción.
Al concluir dar origen a reflexionar sobre la impresión que les causa la letra, música o el tono de voz del autor.
Para el trabajo de grupo proponemos dos actividades, una frontal y otra en equipo.
Orientarles que tendrán la oportunidad de escuchar nuevamente fragmentos de la canción, a los que deben prestar la debida atención porque responderán preguntas relacionadas con el contenido de la misma y tomarán las notas pertinentes, las mismas se le anunciarán antes de escuchar cada parte, pueden tenerlas por escrito.
Escuchar desde el inicio hasta…a la niña enferma le dio… (Con estas dos actividades se trabaja la escucha atencional)
- Nombra las obras a las que el autor hace referencia siguiendo el orden en que se enuncian.
- ¿Cuáles son las palabras que utiliza Polo Montañés, para referirse a José Martí?
Escuchar el siguiente fragmento hasta…Revolución.
¿Qué quiere expresar el autor con la frase …”hecho de fuego, sangre y sudor” Se trabaja la escucha analítica)
Prepárate para que puedas identificar el coro de esta canción con su delimitación. (Se trabaja la escucha analítica)
Argumenta tu selección. (Realizan un debate)
Segunda parte de la canción (hasta el final) sin fragmentar. (Las actividades están encaminadas a desarrollar una escucha crítica)
¿Por qué Polo Montañés expresa que José Martí asegura que la niña de Guatemala, murió de amor?
¿Cuál es el mensaje que nos trasmite el autor con esta canción? ‘
Escribe la última frase de la canción y al concluir, comparte con tus compañeros cómo se pone de manifiesto este mensaje en tus alumnos.
¿Por qué creen que Polo Montañés escogió a José Martí para escribir su canción?
Cuáles son los instrumentos que se escuchan acompañando la letra de la canción? (Se trabaja la escucha marginal, porque no fue orientada esta pregunta, esta forma de escucha es cuando no constituye una actividad principal sino que escuchamos los sonidos en otro plano (los sonidos del ambiente, música de fondo, etc.).
Para su disfrute los invito a escuchar nuevamente la canción y formar parte del coro de la misma, el cual no se indicará por lo que deben estar atentos a la letra y a la música para detectar inicio y fin del coro.(Se conjugan dos formas atencional y apreciativa).
CONCLUSIONES
Si se desarrolla una buena escucha en los escolares, se desarrollan además las habilidades de hablar, leer y escribir, habilidades que lo preparan para su decursar por la vida.
El medio lingüístico ejerce una gran influencia en este sentido: hogar, institución educacional, comunidad, medios de comunicación, constituidos todos como sistema de influencias; pero es sin dudas, el trabajo sistemático de la escuela –dígase de los trabajadores del centro en general y de los maestros en particular- el que desempeña el más relevante papel.
BIBLIOGRAFÍA