Laritza Bejerano Marrero*
Universidad de las Tunas Pepito Tey, Cuba.
laribm@nauta.cu
Resumen
Las necesidades educativas especiales, están íntimamente relacionadas con las ayudas pedagógicas que determinados alumnos requieren para su desarrollo y crecimiento personal. Así pues, se consideran alumnos con necesidades educativas especiales, no solo a aquellos que presentan determinadas limitaciones para el aprendizaje, sino también, a todos aquellos que, puntualmente, y por diferentes causas, pueden necesitar ayuda para encauzar de una manera normal, su proceso de aprendizaje. La investigación aborda la importancia de trabajar con escolares que presentan trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Su aporte principal desde la Psicología-Pedagogía es ofrecerle orientaciones y actividades motivadores acordes con las características de este tipo de escolar, para que le permitan un mayor desarrollo, estabilidad emocional y calidad de vida en el aula y la escuela en general.
Abstract
The special educational needs are closely related to the pedagogical aids that certain students require for their development and personal growth. Thus, students with special educational needs are considered, not only those who have certain limitations for learning, but also those who, punctually, and for different reasons, may need help to channel their process in a normal way. Learning. The research addresses the importance of working with school children with Attention Deficit Hyperactivity Disorders (ADHD). Its main contribution from the Psychology-Pedagogy is to offer orientations and motivating activities according to the characteristics of this type of school, to allow a greater development, emotional stability and quality of life in the classroom and school in general.
Palabras claves: TDAH-necesidades educativas especiales-orientación-desconcentración-autocontrol.
Key words: ADHD-special educational needs-orientation-deconcentration-self-control.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Laritza Bejerano Marrero (2018): “La orientación educativa a docentes que trabajan con alumnos diagnosticados con trastornos por déficit de atención con hiperactividad”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/06/docentes-alumnos-trastornos.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1806docentes-alumnos-trastornos
Introducción
Los escolares están expuestos a pasar por periodos en su vida durante los cuales el control de las emociones puede verse perturbado por condiciones diversas. Sufrir una pérdida o una crisis familiar, cambiar de escuela, tener dificultades para avanzar en el aprendizaje, ser objeto de burla por parte de un compañero, acomodarse a una nueva responsabilidad, son algunos ejemplos de realidades cotidianas que, de forma transitoria, pueden provocar desequilibrios emocionales. En las aulas se encuentran escolares que presentan características diversas y diferentes respecto al comportamiento, lo que se revela en un rendimiento conductual que se aleja de las metas o propósitos propios, de sus familiares y de sus propias expectativas como maestro(a), por esto se hace necesario reflexionar en torno a este tema. Los escolares con (TDAH) no son pocos dentro de la población escolar de la escuela primaria, de ahí que su atención demande mayores esfuerzos, preparación y ayuda del docente, así como la aceptación y colaboración del resto de los coetáneos, sus familiares y otros requieren recursos adicionales, materiales y humanos de los sistemas educacionales.
Estas realidades ratifican la existencia de contextos desfavorecedores del desarrollo, o sea; aquellos entornos donde la familia, la institución educativa y la comunidad, carecen o poseen insuficientes condiciones para ofrecer las influencias adecuadas al proceso de formación y desarrollo de las nuevas generaciones.
Desarrollo
Ante situaciones como las descritas, pueden aparecer en algunos escolares, manifestaciones inadecuadas de comportamiento que requieran de atención con especial dedicación, en este trabajo se brindan pautas para su prevención, detección y atención oportunas, adecuadas y efectivas.
El TDAH se ha considerado, tradicionalmente, como un trastorno de la conducta. La investigación ha demostrado la presencia de alteraciones cognitivas en personas con TDAH, por lo que los modelos actuales sobre el trastorno proponen que los déficits cognitivos asociados con él están relacionados con la capacidad de auto-regulación (Douglas, 1988), de inhibición de las respuestas (Barkley, 1997), o del control ejecutivo (Pennington y Ozonoff, 1996; Schachar y Logan, 1990). De todas formas, el diagnóstico del trastorno se hace teniendo en cuenta el patrón de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Así, se considera que el trastorno está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad de lo que es habitual para la edad y el desarrollo del sujeto. También es necesario que algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención hayan aparecido durante la infancia, antes de los siete años, se manifiesten en más de un contexto (escolar, familiar, etc.), interfieran de forma significativa, y causen deterioro, en el rendimiento escolar o laboral y en las actividades cotidianas.
Existen además, condiciones adversas que pueden ser manifiestas o encubiertas, en cualquiera de los contextos. Algunas de ellas pueden ser: maltrato infantil, castigo corporal, abandono, violencia intrafamiliar y comunitaria, estigmatización ante diferencias económico- sociales, falta de espacios para recreación, esparcimiento, y juegos en las comunidades, discriminación (por género, color de la piel, creencias, origen, inserción socio clasista y preferencia sexual), trabajo infantil, estatus migratorio y su influencia en la toma de decisiones con los menores de edad, alto nivel de accidentabilidad, condiciones económicas precarias y de marginalidad, prostitución, acoso sexual, o drogadicción, suicidios (o tentativas), portadores de ITS, comisores de hechos delictivos e incumplimiento de la ley, entre otras.
La delimitación conceptual de los TDAH es muy compleja, tanto por la dificultad que entraña delimitar criterios de normalidad en un determinado patrón de comportamiento, como por la multitud de factores implicados en su origen y estabilidad.
Por eso, es necesario profundizar en el conocimiento de la situación social del desarrollo de los educandos para el logro de una mejor atención a sus necesidades y así estructurar desde los colectivos pedagógicos en coordinación con los agentes socializadores el proceso formativo, idea que demanda de las instituciones educacionales una adecuada proyección hacia los entornos educativos para contribuir a la formación de una personalidad integral en los estudiantes y a evitar que aparezcan manifestaciones inadecuadas del comportamiento.
1. Definición ¿Quiénes son los escolares con Trastorno por Déficit de atención con Hiperactividad?
El término “Trastorno” se usa para señalar la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica, que en la mayoría de los casos se acompañan de malestar o interfieren en la actividad de la persona. La mayor parte de estos trastornos se presentan ya desde la infancia, aunque hay notables diferencias entre ellos, su denominador común es que presentan manifestaciones inadecuadas del comportamiento, y baja concentración en la actividad por disminución de la atención según las normas uniformes de lo que se espera para sus iguales en edad y cultura.
1.1 Pero, ¿qué es un TDAH?
Dadas las numerosas investigaciones publicadas en los últimos años sobre el TDAH, y, en ocasiones, con resultados contradictorios, fruto del incremento de este diagnóstico, en que se trata de “una condición o patrón de comportamiento inadaptado, de base neurobiológica, iniciado generalmente en la infancia, cuyos síntomas básicos son de carácter cognitivo-conductual: falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
A continuación se presenta un conjunto de características que presentan los escolares con TDAH:
Déficit de Atención, se caracteriza por:
Hiperactividad, se caracteriza por:
También existen un grupo de escolares con manifestaciones diferentes o inadecuadas en el comportamiento que no se han constituido en un trastorno, que no son estables, se trata de aquellos que presentan problemáticas como: impulsividad, hiperactividad y déficit atencional, las que caracterizan su actuación, haciéndola parecer inadecuada, a la vez que se convierte en un obstáculo para su aprendizaje y desarrollo.
Generalmente, ante buenas prácticas educativas, puede prevenirse su agravamiento para que no se convierta en un trastorno de la conducta.
Teniendo en cuenta las afectaciones que se producen en la esfera emocional-volitiva, es decir, una pobre e inadecuada formación de intereses, necesidades y las principales motivaciones del escolar, con un insuficiente desarrollo de sentimientos y las diferentes alteraciones en los procesos cognoscitivos, así como en las relaciones interpersonales, nos permiten plantear que hay una repercusión importante en el aprendizaje escolar, el cual, en ocasiones por torpeza que muestran los escolares, tiende a rendir por debajo de la norma, ello requiere del empleo de variados métodos para su prevención, detección, diagnóstico y atención.
Los maestros cuentan con diversas vías para identificar el nivel de calidad de los diferentes entornos (familiar, escolar y comunitario) y su contribución a la formación del escolar, incluido el propio proceso educativo en la institución educacional; entre las vías y recursos está el proceso de entrega pedagógica como resultado del tránsito de grado, de ciclo o de un nivel a otro; el estudio del expediente acumulativo del escolar(EAE), la observación diaria dentro y fuera de la escuela; el muestreo de libretas y cuadernos de trabajo; las visitas al hogar, las entrevistas a alumnos, familiares y factores comunitarios; las asambleas y reuniones pioneriles.
Como resultados de las investigaciones en el área del diagnóstico desde el punto de vista psicopedagógico existen diferentes niveles de alteración de la hiperactividad que el maestro debe conocer. Estos son dificultades, problemas y trastornos. El conocimiento y la comprensión de estos niveles de alteración permiten que se puedan adoptar diferentes alternativas de atención con cada alumno y su familia, y proyectar un mejor trabajo de prevención.
Al referirnos a las dificultades en la hiperactividad estamos considerando que el escolar presenta determinadas manifestaciones por un conflicto o inconveniente que se ha generado en su desarrollo, y que le impide obtener un objetivo, una meta. Aunque con apoyo y recursos educativos lo puede lograr en corto tiempo, en estos casos la frecuencia e intensidad de las manifestaciones pueden variar, son aisladas, inestables y sobre todo obedecen a los cambios propios del desarrollo en determinados periodos críticos.
Cuando hay una complicación o contrariedad mayor en comportamiento cuando el grado de integración de la dificultad es más estable, frecuente e intenso, estamos en presencia de diferencias en el comportamiento, de un problema de hiperactividad. De esta forma es más resistente al tratamiento aunque determinados adultos influyen en el cambio de comportamiento. En estos casos hay mayor grado de implicación personal y los motivos de actuación comienzan a transformarse en actitudes que afectan al grupo, en el caso del trastorno la situación conductual es más grave.
Estas variabilidades que se dan en el área del comportamiento, cuando se agravan aparecen conformando uno de los grupos clasificatorios de los trastornos, es el caso de los Trastornos de Conducta, y el trastorno negativista desafiante. Sin embargo, como docente, se debe conocer cuáles son los signos de alerta que pudieran ayudarle a prevenir su aparición o agravamiento.
Se define el Trastorno de la Conducta como “desviaciones que se presentan en el desarrollo de la personalidad de los menores, cuyas manifestaciones conductuales son variables y estables, esencialmente en las relaciones familiares, escolares y en la comunidad. Estas desviaciones tienen como base fundamental las influencias externas desfavorables.
El trastorno negativista desafiante: trastorno del comportamiento, normalmente diagnosticado en la niñez, que se caracteriza por comportamientos no cooperativos, desafiantes, negativos, irritables y enojados hacia los adultos, y en general, a todas las personas que tengan un rasgo de autoridad sobre él, especialmente padres y madres, el profesorado y otras personas en posición de autoridad.
La mayoría de los modos de actuación observados en grupos conductuales, también pueden aparecer alrededor de los 2 ó 3 años de edad o durante la adolescencia en algunos otros de forma transitoria. Muchos, sobre todo cuando están cansados, con hambre o disgustados, tienden a desobedecer, discutir con sus padres, madres y desafiar la autoridad. Sin embargo, en los del grupo con trastorno negativista desafiante, estos síntomas ocurren de forma más frecuente, estable e interfieren con el aprendizaje, el desarrollo, la adaptación a la escuela y, algunas veces, con las relaciones entre ellos y los demás.
Los síntomas de este Trastorno pueden resumirse en que con facilidad:
1) Problemas con el autocontrol y la regulación del comportamiento
2) Pobre memoria funcional. (La memoria temporal que utilizamos para realizar ciertas tareas y resolver determinados problemas en el momento)
3) Escasa persistencia en los esfuerzos hacia las tareas
4) Dificultades con la regulación de las emociones, la motivación y la excitación (cambio brusco de carácter)
5) Inconsistencia mayor que lo normal en la ejecución de las tareas o del trabajo
6) Tardanza crónica y pobre percepción del tiempo
7) Se aburren fácilmente
8) Baja autoestima
Estos comportamientos se presentan con más frecuencia de la observada típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo comparables, y acaban provocando un deterioro significativo en la actividad social, académica o laboral.
2. ¿Cuáles son las consideraciones a tener en cuenta en el proceso docente educativo con educandos con alteraciones del comportamiento, TDAH o trastornos de la conducta?
Lo primero a considerar es la importancia que adquiere la organización escolar, al posibilitar que se cumplan los principios de la educación en cuanto a la convivencia colectiva mediante la participación de los alumnos en todas las actividades comprendidas en el proyecto educativo del grupo y de la institución. La organización escolar:
Resulta esencial establecer relaciones afectivas positivas con los educandos que presentan manifestaciones inadecuadas del comportamiento en conjunto con el TDAH, con un trato sincero y afectuoso independientemente del estado de ánimo que exterioricen logrando su activa incorporación a las actividades en los diferentes entornos.
Las tareas colectivas, por otra parte, son potenciadoras en el desarrollo de relaciones de camaradería y ayuda mutua, entre otras cualidades positivas de la personalidad.
La utilización de métodos y procedimientos para el trabajo educativo le permiten al maestro las vías para atender a estos escolares.
Entre ellos podemos mencionar la persuasión, ejemplo personal, análisis y debate de obras literarias, películas (destacando cualidades positivas y negativas), utilización eficaz de actividades prácticas y socialmente útiles (proyectos socio productivos en el huerto y jardines), el estímulo (la aprobación, el elogio, el agradecimiento) y la sanción, individual y colectiva (la advertencia, la amonestación privada y el análisis de las consecuencias de los errores), valorando las conductas manifiestas y no al niño.
Otro aspecto a tener en cuenta es el principio de la vinculación entre el estudio y el trabajo resultando esencial para el desarrollo de cualidades positivas. La experiencia de observar lo creado, el resultado del esfuerzo realizado y su utilidad, unidos al ejemplo que irradia la conducta del maestro contribuyen a potenciar el sistema de relaciones y la formación de determinados valores socialmente valiosos como la honestidad, la honradez, la solidaridad, la ayuda mutua y la responsabilidad.
Es importante desarrollar los proyectos socio productivos, técnicos y sociales aprovechando las alternativas de trabajo que ofrecen en jardines, parcelas, huertos, cría de animales y en algunos talleres, en dependencia de las características de la zona donde está ubicada la escuela y las edades de los alumnos, así como las actividades que se desarrollan en empresas, fábricas y centros de trabajo cercanas a la escuela, y lograr el compromiso y sensibilización de los trabajadores para que se conviertan en agentes educativos que supervisen y apadrinen a los estudiantes. Todo el proceso educativo concebido en estos proyectos debe quedar bien reconocido con antelación en convenios y compromisos entre las diferentes agencias de la comunidad y la escuela, con la activa participación de la familia.
La participación de los escolares en las actividades artísticas y físico-deportivas incide decisivamente en sus sentimientos, actitudes y valores, mediante el reconocimiento de reglas necesarias y establecimiento de relaciones humanas adecuadas, elevando su socialización. Además de las clases de Educación Física y el deporte para todos, se incluirá la gimnasia antes de empezar las clases, los juegos de movimiento y ejercicios físicos en los recreos, todas estas actividades elevan la persistencia, la tenacidad y el esfuerzo por obtener metas superiores.
El juego para los escolares es una actividad que les permite canalizar su energía, los hace más sociables, desarrolla el liderazgo, las motivaciones, sentimientos positivos, el respeto entre compañeros y la consideración a los más débiles, además de la responsabilidad ante el grupo.
Las actividades artísticas, culturales y recreativas no solo fortalecen el prestigio de la institución en la comunidad, sino que educan por su valor ideológico, cognoscitivo y estético, en ellas deben tener una gran colaboración los padres, otros familiares, los centros y promotores culturales de la comunidad.
No pueden establecerse las mismas necesidades educativas para todos los escolares, debido a la gran variedad de síntomas, problemas y alteraciones.
3. Sugerencias al maestro:
Actividades a desarrollar en el aula
Actividad: ¿Cómo son?
Temática: manifestaciones más comunes que aparecen en los escolares que presentan Trastorno de Conducta.
Objetivo: explicar las manifestaciones más comunes que se pueden presentar en la escuela, en el hogar y con sus compañeros.
Forma de organización: taller
Desarrollo:
A partir del conocimiento adquirido en cuanto a los criterios de diagnóstico, se socializarán ideas acerca de las manifestaciones que a consideración de los maestros aparecen con más sistematicidad en el contexto escolar, en el hogar y con sus compañeros. Dividida la pizarra en tres columnas se escribirán las mismas. Se reflexiona de todo lo planteado y se inducen las que ya han sido validadas en investigaciones científicas.
Además de estas manifestaciones esenciales, se pueden analizar otras que con relativa frecuencia pueden aparecer; aquí se incluyen la baja autoestima, baja tolerancia a las frustraciones, temperamento irascible y labilidad emocional. Otros síntomas como negativismo, enuresis y tics pueden asociarse.
Concluye el taller con la presentación de un Spot que refleja algunas manifestaciones en un escolar los cuales deben ser asociados con lo explicado con anterioridad.
Acciones a desarrollar para:
Disminuir la hiperactividad
Tachado de letras, de figuras geométricas y números.
Armar rompecabezas
Descripción de láminas
Cambiarles los finales a los cuentos
Conclusiones
Los escolares con Trastorno por Déficit de Atención presentan alteraciones en el comportamiento y disminución de la atención por su baja concentración que a su vez recaen sobre el grupo estudiantil, es por eso que el papel del docente en la escuela es fundamental, cada vez son mayores los diagnósticos de escolares con este trastornos. Estas y otras actividades y sugerencias fueron aplicadas en el 2do grado del S/I: República de Chile que contribuyeron a mejorar la convivencia escolar y familiar.
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