Lucía Teresa Jiménez Pernas *
María Victoria Chirino Ramos**
Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”, La Habana, Cuba.
vickychr2006@gmail.com
Resumen:
En la actualidad en que los escenarios donde se desempeñan los gerentes y directivos se hace cada vez más complejo los estudios sobre las competencias que estos deben poseer se hacen más frecuentes. El término competencia directiva como un tipo específico de competencia es abordado desde diferentes ámbitos ya sean educacionales, empresariales, entro otros. Para definir este término se hace necesario analizar y valorar desde los primeros estudios realizados en relación con las competencias. La sistematización como método de investigación es una de las vías para tanto desde la teoría como desde la práctica arribar a conclusiones en cuanto a qué entender por competencia directiva y para poder identificar las especificidades en el contexto de la dirección empresarial.
Palabras clave: Competencias, competencia directiva, sistematización, metodología para la sistematización.
Summary:
At present, in the scenarios in which managers and executives perform, studies of the competencies they must have become more and more difficult. The term managerial competence as a specific type of competence is approached from different areas, be they educational, business, among others. To define this term, it is necessary to analyze and evaluate from the first studies related to competencies. Systematization as a research method is one of the ways for both the theory and the practice to reach conclusions as to what to understand by managerial competence and to be able to identify the specificities in the context of business management.
Key words: Competence, management competence, systematization, methodology for systematization
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Lucía Teresa Jiménez Pernas y María Victoria Chirino Ramos (2018): “La competencia directiva: sistematización para su comprensión”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (abril 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/04/competencia-directiva.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1804competencia-directiva
INTRODUCCIÓN
El estudio de las competencias en los últimos años ha estado en constante debate. La diversidad de conceptos para definirlas y los intentos por clasificarlas son abundantes en la literatura académica. Se plantea que el término competencia se desarrolló desde principios del siglo XX en países como Inglaterra, Alemania, Australia, Estados Unidos y Argentina fundamentalmente, aunque como plantea Martin Mulder se encuentran alusiones al mismo en textos antiguos como el Código de Hammurabi, lo cual permite aseverar que se empleaba en épocas anteriores. Toda esta diversidad de criterios hace más complejo el proceso de tomar una posición entorno a dicha temática. Para esto en los procesos de investigación existen diversos métodos, la sistematización es uno de ellos.
Para aplicar dicho método se hace necesario entonces una sistematización de las definiciones del término en función de clarificar la posición que se asume en torno a las competencias para llegar a la estructura de la competencia directiva.
En cuanto al término sistematización existen también diferentes puntos de vista en la literatura científica, en algunos casos es asumido solamente en el plano práctico y en tanto se encuentra también su asunción desde el punto de vista teórico. En este caso se hace una propuesta de sistematización teórica (Chirino et al: 2011) ya utilizada con resultados satisfactorios no solo por su autora sino por otros investigadores de Cuba y Angola.
El objetivo que se propone es: Sistematizar el término competencia como punto de partida para definir la competencia directiva.
Para lograr el resultado esperado acerca de la sistematización teórica de los principales tipos de resultados científicos aportados en una investigación, hay que partir de clarificar qué se va a entender por sistematización teórica y el proceder metodológico que se adopta para ello.
En la actualidad el tema de la sistematización es recurrente en el ámbito educativo, asociado principalmente a la práctica pedagógica. Son múltiples los autores que en este sentido aportan sus experiencias y puntos de vista en cuanto al proceder necesario para sistematizar una experiencia práctica (L. Cendales y otros 2002, O. Jara s/f, M. R. Mejía y otros 2008, M.L. Iovanovich s/f, entre otros)
Lucio Ricardo plantea la existencia de cinco tipos de sistematización que a continuación se presentan:
El análisis de estos tipos de sistematización evidencian el vínculo teoría-práctica, pero trascienden el proceso de sistematización de la propia práctica, lo que resulta de gran valor metodológico si se trata de sistematizar en el plano teórico, lo cual es muy frecuente en las tesis de maestría y doctorado en Ciencias Pedagógicas, en las que suele aparecer una tarea de investigación relativa a la sistematización de los fundamentos que permiten penetrar en la esencia del objeto de estudio, por lo que es una tarea eminentemente teórica, que no niega la práctica como base y parte de ella.
En el caso específico de este resultado, son altamente significativos los enunciados b, c ,d y e por ajustarse más al objetivo que se ha trazado en este trabajo, por ello se hace referencia a la sistematización teórica, puesto que los investigadores no estamos sistematizando una práctica concreta en la que participamos, sino que estamos trabajando con constructos teóricos, conceptos, elaborados por otros desde su búsqueda de información y experiencias particulares, con intenciones diferentes, tratando de reconstruir el objeto de la sistematización con un carácter de generalidad que permita realizar recomendaciones para su introducción en la práctica como etapa del proceso investigativo, lo cual puede convertir este texto en un material de consulta para los investigadores educativos.
Al respecto, M. R. Mejía al referirse a la sistematización plantea que “el concebir diferentes tipos de acción está a la base de salir de la mirada pragmática de ella, de su posibilidad no sólo para solucionar problemas, y de su condición de ser un elemento con y a partir del cual se construye el conocimiento” (Mejía, 2009:3-4). Ver la sistematización como proceso de construcción del conocimiento privilegia su naturaleza teórico-práctica, pues tanto uno como la otra desempeñan un papel importante para lograr el fin que se persigue, se destaca además en este autor la relación que establece entre la sistematización y su capacidad para solucionar problemas, la cual se relaciona con la producción de conocimientos que aporta el proceso como tal.
M.L. Iovanovich afirma que “Se entiende la sistematización como un proceso permanente y acumulativo de producción de conocimientos a partir de las experiencias de intervención en una realidad determinada (…)” (Iovanovich, 2007: 9). Esta autora reconoce también la sistematización como proceso de producción de conocimientos, aunque lo limita a partir de las experiencias prácticas dado el objetivo que orienta su trabajo. En su artículo hace referencia a los acuerdos que existen en todos los procesos de sistematización, “tales como:
Se reitera el vínculo teoría –práctica en el proceso de sistematización, siempre hay una práctica en la base de este proceso; en el plano teórico, hay una búsqueda de conocimiento sobre la práctica. Interesante resulta el último planteamiento acerca del papel pedagógico de la sistematización con el que se concuerda y que no aparece explícito en otros de los trabajos revisados sobre este tema.
En cuanto al proceder metodológico para la sistematización, Oscar Jara, refiere cinco momentos
“1. Vivir la experiencia.
2. Las preguntas básicas.
2.1 Definir el objetivo de la sistematización.
2.2 Delimitar el objeto a sistematizar.
2.3 Precisar un eje de sistematización.
2.4 Identificar las fuentes de información.
2.5 Detallar el procedimiento a seguir.
3. Recuperar el proceso vivido.
3.1Reconstrucción histórica.
3.2 Ordenamiento y clasificación de la información.
4. Las reflexiones de fondo.
_ Análisis
_ Síntesis
_ Interpretación crítica.
5. Puntos de llegada.
5.1 Formular conclusiones y recomendaciones.
5.2 Elaborar productos de comunicación.” (Jara, material impreso)
Este autor aporta una concepción metodológica que le imprime una lógica a la sistematización como proceso de investigación. Debe resaltarse que el proceso en esta concepción no culmina hasta tanto se socialicen las conclusiones y recomendaciones realizadas a partir de los resultados obtenidos. Estos momentos que propone Jara tienen gran similitud con la guía elaborada por Anja Nina Kramer que a continuación se presenta.
“Pasos de la sistematización.
Antes
0. documentación durante la experiencia (archivo)
Durante
Después
Puede apreciarse que, aunque hay similitud, metodológicamente la propuesta de Jara tiene un nivel de claridad organizativa muy importante para no perderse en el proceso, como es el caso de delimitar el objetivo, el objeto y los ejes de sistematización, que ayudan al investigador a no alejarse del camino trazado, aunque en el diseño de la guía, esta autora hace alusión a la necesidad de delimitar la experiencia que se quiere sistematizar y plantear el objetivo.
En este trabajo se asumen los procederes metodológicos planteados por María Victoria Chirino Ramos y se presentan adecuados al objeto de estudio planteado en este artículo, ellos son: “Determinación de: objeto de la sistematización, objetivo del proceso, ejes de sistematización, precisar el procedimiento metodológico a seguir, arribar a conclusiones y recomendaciones.” (Chirino, 2013:34)
Para realizar el proceso con la mayor uniformidad posible, se considera que los investigadores deben realizar la búsqueda de información en torno al tipo de resultado asignado y elaborar las correspondientes fichas de contenido.
Para organizar la información obtenida, se utiliza como instrumento, la siguiente tabla de sistematización:
En este trabajo se pretende sistematizar el término competencia tratando de agrupar los rasgos que la identifican atendiendo a su naturaleza, su estructura general y componentes en función su utilización. Todo ello en aras de definir competencia directiva para el contexto empresarial.
Siguiendo la metodología propuesta anteriormente se realiza la sistematización de competencias como término más general para luego en un segundo momento hacerlo para competencia directiva.
A los fines de este trabajo se asume la definición de competencia de un colectivo de autores encabezado por Beatriz Castellanos 2005 en tanto incluye en su estructura componentes que se integran a diferentes niveles de desarrollo, regulando la actuación del sujeto en determinado contexto y condicionando su desempeño. Además, considera el componente metacognitivo el cual a juicio de la autora de este trabajo es de gran relevancia pues permite a los sujetos tomar conciencia y control de su propio desempeño.
Un segundo momento en este trabajo es la sistematización de la competencia directiva lo cual se muestra a continuación.
A partir de lo anterior, así como la concepción de competencia asumida, se considera oportuno acotar que se entiende por competencia directiva: la configuración psicológica que integra componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de personalidad armónicamente vinculados que condicionan el desempeño eficiente en la dirección de los procesos administrativos dentro de una organización. Es válido recalcar que no basta con la presencia aislada de los elementos que conforman estos componentes, para que se manifieste este tipo de competencia, se necesita que estos se integren y contextualicen de acuerdo a una situación o actividad. Cada uno de los componentes de la competencia directiva se manifiesta a partir de algunos procesos y características personológicas como se muestra a continuación.
Conclusiones
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