Gabriela Patricia Cinta Collado*
Universidad Autónoma de Querétaro, México
gpcintacollado@yahoo.com.mx
RESUMEN
En la actualidad, la perspectiva de género en el ambiente educativo resulta un tema de gran relevancia, debido a que impacta de manera contundente y directa en la impartición de una educación de calidad, equitativa, justa y empática. Esto nos lleva a la reflexión sobre las condiciones actuales de la educación en el tema de perspectiva de género en los países de América Latina, los cuales, influenciados por su propia cultura e idiosincrasia paternalista no han avanzado a un ritmo adecuado en este aspecto de la educación. Romper paradigmas obsoletos que afectan la perspectiva de género de manera responsable y estudiada, debería ser actualmente un objetivo de docencia.
El propósito de este artículo es propiciar en los lectores la reflexión sobre la importancia de la capacitación docente en perspectiva de género en los países de América Latina, con el fin de desarrollar ambientes educativos más adecuados e incluyentes
Clasificación JEL: I20
PALABRAS CLAVE: perspectiva-género-patriarcado-docente-reflexión-capacitación-identidad-cultura-paradigmas-ambiente
ABSTRACT
The gender perspective in the educational environment is a subject of great importance at present because it directly affects the ability to provide quality, equitable, fair and empathetic education. That is why it is necessary to carry out a reflection on the conditions in which education is found in the gender perspective in Latin American countries, which influenced by their own paternalistic culture and idiosyncrasy have not advanced an adequate rhythm in this aspect of education. Breaking obsolete paradigms that affect the gender perspective in a responsible and studied way should be one of the objectives of teaching, which is why more training in this area is necessary.
The objective of this article is to encourage readers to reflect on the importance of the approach in the context of Latin American countries for the development of more educational and inclusive environments
JEL Clasification: I20
KEY WORDS: perspective-gender-patriarchy-teacher-reflection-training-identity-culture-paradigms-environment
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Gabriela Patricia Cinta Collado (2018): “Importancia de la capacitación docente en perspectiva de género en los países de América Latina”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (abril 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/04/capacitacion-docente.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1804capacitacion-docente
INTRODUCCIÓN
La perspectiva de género es una visión que nos permite analizar fenómenos sociales desde el enfoque de las diversas manifestaciones de las relaciones afectivas que se dan en la sociedad latinoamericana, la cual se encuentra impregnada de una gran cantidad de estereotipos que a nivel educativo deberán eliminarse para poder ofrecer una educación de calidad, equitativa, justa y empática hacia el alumnado
Este trabajo es un planteamiento derivado de la convicción, de que resulta primordial hacer una reflexión sobre la perspectiva de género, y trabajar con todas aquellas personas que estén involucradas en la práctica docente; es decir, no sólo con los profesores que se encuentran frente a un grupo en el aula, sino con todo el personal que de una u otra manera es parte del ambiente educativo; esto con el objetivo de que sean capaces de reconocer los diferentes roles e interacciones sexuales y afectivas que existen en la actualidad, y que se derivan de las diferentes relaciones sociales, sin importar su sexo o preferencias. Tomando la palabra género como un concepto, y dejando a un lado el aspecto biológico de lo femenino y lo masculino, buscando en todo momento la igualdad y equidad en el quehacer educativo.
Es importante aclarar, que en este artículo nos alejamos del enfoque feminista de la perspectiva de género, debido a que en ésta, se establece como uno de sus ejes centrales la representación del empoderamiento de la mujer limitando a mí parecer, el ángulo desde el cuál deseo tratar este tema. Es mi deseo abordar esta reflexión de perspectiva de género de una manera neutral y no polarizada hacia ninguna tendencia o ideología; considerando que en un sentido amplio ésta abarca las diferentes manifestaciones de identidad que existen ¿y por qué no?, también aquellas que se podrían desarrollar en el futuro, Si bien es cierto, y hay que mencionarlo, el movimiento de la liberación femenina es un antecedente de alto impacto en esta perspectiva, también existen muchos otros movimientos sociales importantes relativos a igualdad de oportunidades, libertad de expresión y libertad de culto; como lo son los movimientos estudiantiles que se dieron en México, Brasil y Argentina, los movimientos artísticos de protesta social, revoluciones, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, los movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador, y muchísimos más que se podrían mencionar a lo largo de la historia de toda América Latina; que han sido fenómenos que han influenciado nuestra cultura y visión en torno al tema.
DESARROLLO
La educación y la cultura de los países de América Latina actualmente se encuentran en un cambio constante, dentro de un gran marco de ensayo y error; ocasionado en gran parte por los problemas económicos que viven los países latinoamericanos, la falta de presupuesto para la educación y la cultura, las políticas económicas nacionales e internacionales, la globalización, el fácil y rápido acceso a la información, la tecnología, los grandes inventos, las comunicaciones, las redes sociales, la publicidad, etc. Considero que el sistema educativo de muchos de los países de América Latina, así como el personal involucrado en él, no se han preparado para adaptarse a estos cambios con la misma rapidez con que se han dado y, en algunos sentidos se ha perdido en el camino de ese gran cúmulo de opciones, modelos y teorías educativas con las que se cuenta.
Sin embargo estos aspectos extrínsecos al sistema educativo sí influyen directamente en el ámbito escolar, ya que éste se ve afectado en diversos aspectos principalmente de tipo presupuestario, lo que propicia que por cuestiones económica, la mayoría de las veces, se limiten las posibilidades de la capacitación docente en cuanto a las nuevas tendencias educativas y el desarrollo humano del educando, poniéndole prioridad a la infraestructura más que a la innovación educativa.
Considerando que el desarrollo de los estudiantes es una parte fundamental del proceso educacional, es a mi parecer, quehacer y responsabilidad de la comunidad educativa (sin por ello dejar a un lado la responsabilidad de la sociedad y del gobierno), el poder proporcionar las condiciones necesarias a las nuevas generaciones para construir una sociedad justa e igualitaria que se adapte de una manera rápida y dinámica a estos cambios, ya que es en el entorno educativo, donde se generan la mayor cantidad de ideas que permiten al alumnado desarrollar su identidad. Esto, deberá permitirle al educando el desenvolvimiento adecuado dentro de la sociedad a la que pertenece; por lo que es imprescindible que los educadores se trasladen del discurso a la práctica, para que esto pueda darse de una manera óptima dentro del entorno educativo, y es aquí donde entra la importancia de la capacitación en el tema, ya que aunque el educador puede estar lleno de buenas intenciones y tratar de crear un ambiente educativo adecuado, si no se tienen las bases y los conocimientos necesarios, es difícil que se logre el objetivo.
Los latinos en general, nos desarrollamos en una sociedad donde la diferencia sexual: hombre o mujer, nos marca (aún desde antes de nacer) de muchas maneras: en nuestra forma de vestir, en nuestras relaciones, el tipo de trabajo u oficio a realizar, en los juegos, en la manifestación de las emociones; en nuestra vida en general.
La razón por la que se dan estas situaciones, es debido a que nuestra sociedad, es una sociedad cuyas bases están sustentada en el patriarcado como estructura social; destacando que el patriarcado, que no es lo mismo que el machismo, por sus características crea grandes limitaciones principalmente para la mujer, pero los hombres no están exentos de esto, ya que se rigen por esquemas muy definidos, muchos de ellos inflexibles; donde lo masculino es el referente de quién tiene el poder económico, político y social, sin embargo, el hombre no deja de sufrir esta desigualdad, principalmente en todo lo que se refiere al aspecto emocional y las relaciones con otras personas del mismo o de otro sexo.
Desde el punto de vista educativo, existe un tema que me llama mucho lo atención y que está íntimamente relacionado con el estudio de perspectiva de género y es que aún en la actualidad, a pesar de los grandes avances en materia de igualdad de oportunidades en la educación; el nivel de educación de la mujer en los países de América Latina es muy bajo, dándosele siempre prioridad a la educación del hombre a nivel familiar. Esto lo podemos percibir en las encuestas que llevan a cabo diferentes organismos de los países de América Latina, para citar un ejemplo, tenemos el "Informe Mundial sobre la Educación 1991" de la UNESCO de 1992, que muestra diferencias entre hombres y mujeres de al menos un 0.3%, llegando en algunos países a ser de hasta el 18%. Estas estadísticas consideran a la población de 15 años y más, es decir, que estas diferencias se generan después de la educación elemental que en la mayoría de los países es obligatoria, sin embargo, revisando algunos datos estadísticos anteriores, me percato, que estas diferencias se han ido reduciendo con el paso del tiempo. Esto es palpable solamente observando y tomando en consideración la información y datos formales que dan a conocer diferentes organismos nacionales e internacionales. Dichos datos, resultado de encuestas y estadísticas, nos hablan de que la participación de la mujer en la matrícula de educación superior ha aumentado significativamente, llegando en algunos países a rebasar el 50%.
No solamente a través de los datos formales podemos evidenciar las diferencias manifiestas relacionadas con el género, también podemos darnos cuenta de este fenómeno, observando situaciones informales y cotidianas, como podría ser a través de los dichos populares, los cuales son, del dominio público de la gran mayoría de la población latina. Como ejemplos clásicos podemos mencionar algunos de ellos: la mujer a su casa, el responsable de traer el pan a la casa es el hombre, la mujer tiene que cargar su cruz, por eso a las mujeres no las dejan salir de la cocina, y un sin fin de comentarios, dichos y refranes, que se usan de manera generalizada y en abundancia en la cultura latina, a los cuales nos han acostumbrado desde pequeños. A esta manera de ver las relaciones interpersonales se le conoce como cosmovisión de género, la cual incluye ideas, valores, prejuicios, interpretaciones, reglas, leyes, etc., que si bien, son base fundamental de la identidad cultural de ese grupo de personas que conforman una comunidad social; no dejan de ser en muchos casos el origen de la desigualdad y la inequidad de género. Es importante mencionar que la perspectiva de género como tal no trata de eliminar la cosmovisión de un grupo social, sino de modificarla para lograr una sociedad más equitativa y libre de discriminación.
Abordando el tema desde otro punto; la sociedad muy pocas veces reconoce el factor político como una de las causas de origen de la desigualdad en las relaciones entre géneros, ya que solamente lo observa como una causa de disparidad económica, pero a título personal, considero que el autoritarismo de los gobiernos, que se ha dado a lo largo de la historia de la mayoría de los países de América Latina, han propiciado también una inequidad de género al establecer normas de conductas inflexibles tanto para hombres como para mujeres.
Es cierto que actualmente existen muchos esfuerzos de los gobiernos, de las organizaciones mundiales, de organizaciones altruistas y diversos grupos civiles para disminuir la desigualdad en diversos aspectos sociales y de género; también es verdad que se ha avanzado mucho en este rubro gracias a las políticas de perspectiva de género o de igualdad de género que en la mayoría de los países de América Latina se han implementado; sin embargo, un aspecto que ha provocado que no funcionen, es que muchas de esas políticas no tienen claro que se requiere de una preparación y difusión previa de los objetivos, explicando qué se pretende lograr con estas políticas, capacitación en el proceso de instrumentación y puesta en marcha, además de incluir a quiénes van a ser los responsables de implementarlas. Lamentablemente desde ahí se comienza a resquebrajar la factibilidad y sostenibilidad de los proyectos; y aunque esto se da por muchas razones, principalmente se deriva de los cambios de gobierno, ya que son políticas de largo plazo, y si no se abandonan, muchas veces se modifican en el siguiente periodo gubernamental perdiéndose la coherencia y la continuidad que requieren para poder generar un cambio real.
Es decir, no tenemos ningún patrón estable que nos garantice la continuidad de los objetivos de las políticas gubernamentales relativas a género, por lo que a mi parecer, es en el ambiente educativo en donde sí podemos generar esos cambios de una manera más sostenida, ya que sin importar las directrices que se sigan o se implementen por parte de las autoridades educativas, es el docente quien se encarga de desarrollar el potencial humano de los educados que generarán la percepción social del futuro; percepción en donde no exista una división de roles limitantes y preestablecidos, en donde podamos realmente ser libres de ser.
Existen muchas hipótesis relacionadas con la perspectiva de género. Una que me parece muy interesante de mencionar porque ejemplifica lo anteriormente comentado, es la teoría del rol social, en donde se estudia el impacto que los roles sociales ejercen entre hombres y mujeres, los cuales causan diferencias conductuales y psicológicas; siendo el rol quien guía el proceso de sociabilización. Con base en esta teoría, hago la analogía de que el ser humano es un actor que representa un papel que el director (la sociedad) le ha asignado y en donde su libertad se ve limitada al encuadre de dicho personaje.
Es por todo lo comentado anteriormente, que hablar de la perspectiva de género provoca reacciones en todas las personas, reacciones muy variadas que pueden ir desde el enojo hasta el fervor, desde las emociones negativas hasta las positivas pero difícilmente causará indiferencia; ya que aplicar la perspectiva de género en cualquier ámbito, conduce a modificar creencias y valores de las personas que en él confluyen y, como siempre que se intenta introducir un cambio en un grupo social, se genera algún grado de resistencia, lo cual ha sido ampliamente estudiado y comprobado.
Quiero hacer mención en este momento de otro aspecto de nuestra cultura social: los habitantes de América Latina somos una población con un gran misticismo y religiosidad, en donde las creencias y valores están dictadas por algo más allá de lo humano; por este motivo, el cambio es mucho más difícil de que sea aceptado. La religión, cualquiera que sea el dogma filosófico, ha inculcado en la población que las cosas así son y así han sido desde el principio de los tiempos y que debe ser aceptado sin ningún tipo de análisis o racionalización, porque además dicho orden ha sido establecido por un ser superior al hombre, el cual es capaz de premiar o castigar a la humanidad. No quiero adentrarme más en el aspecto de la influencia religiosa en la perspectiva de género, puesto que no considero tener los suficientes conocimientos y argumentos como para dar una opinión de un tema tan delicado para las personas, pero sí considero necesario no dejar de mencionar este aspecto como un factor de influencia social que afecta la percepción de género.
Podemos notar que en la actualidad se habla mucho y en todos los ámbitos de la perspectiva de género, es un tema que se encuentra “en boga”, pero ¿qué es perspectiva de género? Considero que para poder entender mejor su significado debemos de ir a las definiciones de las palabras según la Real Academia de la Lengua Española:
Perspectiva: Punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto. (DEL, 2017).
Género: Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico. (DEL, 2017).
Derivada de estas definiciones, de artículos leídos y de las experiencias que he tenido de manera personal y profesional, puedo definir la perspectiva de género como la visión con la cual se analizan y se viven las construcciones socioculturales de la sexualidad y de las relaciones afectivas entre personas.
Sin embargo, aunque estas definiciones en el diccionario son claras, seguimos teniendo una gran confusión en lo relativo a la identidad de género. Dicha confusión se genera por el uso cotidiano y desinformado de la palabra género, que suele utilizarse de manera incorrecta, aplicándose para hablar haciendo referencia a las características asociadas a la persona por sus caracteres biológicos sexuales, siendo en este caso la palabra correcta a utilizar “sexo” y no “género”, ya que son las características biológicas las que se están relacionando. La palabra género, utilizada correctamente, deberá aplicarse para hablar de las construcciones sociales relativas a la sexualidad y a las relaciones afectivas. Es verdad que, aunque existen diferencias en las características físicas y biológicas del hombre y la mujer, es importante destacar que éstas no son determinantes a la hora de hablar de capacidades, habilidades, cognición, preferencias, etc.
Existen diversos estudios antropológicos sobre la categorización del sexo y género en las diversas culturas y épocas, pero actualmente la categorización universal en la sociedad latina es la de hombre-mujer o de masculino-femenino. Debemos ser honestos al decir que cuando hablamos con esta concepción dual no estamos representando la realidad que actualmente se vive en el mundo entero y no sólo en América Latina.
Actualmente se presentan una gran cantidad de construcciones en las relaciones sexuales y afectivas que como docentes debemos conocer y que las comentaré a continuación: relaciones heterosexuales, homosexuales, transexuales, cisgénero, transgénero, travestis, bisexuales, polisexual, monosexual, pansexual, demisexual, antrosexual y asexuales. Veamos sus definiciones para que queden más claro estos conceptos:
Heterosexual: Atracción de un hombre hacia una mujer; o de una mujer a un hombre como polos opuestos.
Homosexual: Atracción de una persona hacia otra de su mismo género.
Transexual: La persona transita de un género al opuesto para realizar su vida dentro de éste.
Cisgénero: La persona posee una identidad correspondiente con los papeles que la sociedad ha asignado a su género.
Transgénero: No implica una orientación sexual específica, pero sí una transformación física al sexo opuesto en algún grado.
Travesti: Es la persona que se viste parcialmente de otro género con distintas motivaciones.
Bisexual: Atracción de una persona hacia hombres y mujeres.
Monosexual: Es la atracción a un sólo género u orientación específica.
Pansexual: Atracción de una persona hacia cualquier otra, sin tomar en cuenta su género u orientación sexual.
Demisexual: Atracción sexual de una persona hacia otra, sólo con quien previamente desarrolló lazos emocionales estables.
Antrosexual: Persona con desconocimiento de su orientación sexual y amplia flexibilidad para descubrirla.
Asexual: Falta de una orientación sexual, carece de atracción por otras personas. (Stuardo Scarlet 2015)
El saber que el género es una construcción social, y que nuestra sociedad se basa en el patriarcado (que no reconoce todas estas construcciones), nos permite entender un aparte del porqué de la realidad que actualmente se vive sobre desigualdad de género, podemos mencionar algunas de ellas: la violencia contra las mujeres, que preocupantemente va en aumento, la homofobia, las diferencias salariales entre hombres y mujeres, discriminación, falta de oportunidad laboral, falta de oportunidad de la mujer para acceder a la educación superior, el racismo, entre muchas otras situaciones de desigualdad; pero no debemos olvidar que estas categorías y estos estereotipos son creados por las mismas personas que conviven en el grupo social, es decir, son creadas por la misma sociedad.
Estas categorías son las representaciones de una realidad creada y aceptada socialmente, que se trasmiten de generación en generación, originando la desigualdad y discriminación, y es sobre ello que hay que enfocar nuestros esfuerzos como docentes, en la modificación de estas realidades.
Es por eso, que el profesorado debe estar capacitado para reconocer estas construcciones desigualitarias y discriminatorias dentro del aula, para así poder evitar su promoción o justificación; así mismo debe estar consciente de las implicaciones que conlleva el no tomar medidas correctivas cuando se ha detectado un problema de desigualdad de género en el grupo, así como el "hacerse de la vista gorda" ante situaciones o comentarios que fomenten esta construcción social inadecuada: debiendo asumir la responsabilidad que como agente social y educador recae en él, al ser partícipe de manera activa en la construcción de la identidad del educando.
De manera que, es momento de cuestionarnos y reflexionar si estamos educando desde una perspectiva de género o desde una perspectiva polarizada, cualquiera que ésta sea: machismo, feminismo, racismo, discriminación; reflexionar sobre si realmente estamos propiciando el ambiente adecuado para la equidad de género o para la desigualdad, si somos conscientes de las necesidades psicoafectivas de las personas que estamos educando, si sabemos respetar y hacer respetar la identidad de género de nuestros educandos y si estamos propiciando una sociabilización sana o no.
Como pueden ver, el tema de perspectiva de género es un tema muy complejo, en donde la comunidad educativa no nos podemos cruzar de brazos y decir que no nos concierne o que no es de nuestra responsabilidad; por tal motivo, hago hincapié en la importancia de capacitarnos para poder afrontar las nuevas realidades que se nos presentan y que viven nuestros educandos. Debemos de estar conscientes de que nuestra responsabilidad va más allá de sólo trasmitir información; somos responsables de desarrollar personas.
Parte importante de esta capacitación requiere de sensibilizar a los docentes, los cuales, como individuos pertenecientes a una sociedad, tienen sus propios paradigmas con los que se deben de trabajar antes de poder hablar de educación con perspectiva de género. Esta sensibilización abarca muchos temas correlacionados de los cuales se deben de tener conocimientos como serían: los derechos humanos, la libertad de expresión, los tipos de violencia y discriminación que todavía se viven en el entorno, la tolerancia, el respeto, el lenguaje incluyente, sólo por mencionar algunos.
CONCLUSIONES
Si bien es cierto que desde la individualidad el profesorado no puede combatir este problema social; sí puede generar un ambiente adecuado para la reflexión y la modificación de modelos preestablecidos, utilizando para ello toda la información y herramientas disponibles.
Este cambio obviamente no se puede dar de un día para otro puesto que tenemos paradigmas culturales establecidos de una manera profunda en nuestra identidad social, sin embargo como todos sabemos, la suma de los cambios individuales son los que generan el cambio social, por lo que como educadores tenemos la responsabilidad de cuestionarnos y trabajar para encontrar caminos adecuados con los que podamos empezar a romper estos paradigmas, pero romperlos de una manera responsable y estudiada. Hemos de ser coherentes con el decir y el actuar, tomar siempre en cuenta las características del grupo en el cual estamos influyendo desde la educación, porque estos grupos tienen características específicas y diferentes (eso como profesores lo sabemos por experiencia), tenemos que hacer los abordajes desde el enfoque y la metodología más adecuada para cada grupo con el que se esté trabajando, pero siempre sin perder el objetivo que se persigue.
En la educación, la capacitación de los docentes es un proceso continuo y dinámico, pues las realidades cambian y se traslapan en un mismo entorno de tiempo y espacio. Esto nos exige que llevemos a cabo las acciones necesarias para estar actualizados en el campo que por decisión hemos escogido desempeñarnos.
Como se puede percibir, es una tarea titánica la que debemos enfrentar pero que es necesaria para poder hacer el camino que nos lleve a una sociedad más justa y equitativa. Desde mi punto de vista, el camino más seguro para poder avanzar en este objetivo definitivamente es la capacitación. Tenemos un rol protagónico en el cambio, no lo ignoremos, existen muchos desafíos, barreras y obstáculos que sortear, pero considero que éste es sin duda, uno de los retos que deberíamos estar dispuestos a enfrentar.
Para finalizar quiero comentar que me pude dar cuenta de que existen numerosas fuentes de información sobre la perspectiva de género, que lo plantea y analiza desde diferentes enfoques; siendo tanta la información, que sería muy difícil de comentar en un sólo documento. Es mi deseo que este artículo les haya generado la inquietud que los lleve a explorarlas y reflexionar sobre el tema, que al ser parte de la comunidad educativa debemos estar en constante preparación, no sólo desde el punto de vista didáctico sino en todos los aspectos en los que como docentes podamos aportar más al desarrollo de nuestros educandos.
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*Gabriela Patricia Cinta Collado. Licenciada en Administración. Maestría en Formación Docente. Especialidad en Psicología Organizacional. Docente en la Escuela de Bachilleres “Salvador Allende” de la Universidad Autónoma de Querétaro, México.