Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


IMPORTANCIA DEL FOMENTO DE LA RESILIENCIA EN EL PROCESO DE LA ENSEÑANZA APRENDIZAJE CON ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD

Autores e infomación del artículo

Eleticia Isabel Pinargote Macías *

Hernán Andrés Cedeño Cedeño **

Gabriela Monserrate Romero Chávez***

Universidad Técnica de Manabí, Ecuador

epinargote@utm.edu.ec


RESUMEN

La investigación se enfoca en determinar la importancia de la resiliencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes con discapacidad de la Universidad Técnica de Manabí (UTM), para ello se realiza una exploración a fin de comprobar el criterio que sobre este concepto poseen un grupo de estudiantes. En el trabajo se abordan aspectos contextuales contemporáneos que pueden resultar favorecedores de la resiliencia un enfoque psicosocial. El artículo se fundamenta en una investigación cualitativa amparada en el paradigma cualitativo de corte interpretativo-hermenéutico. Los referentes teóricos fueron consignados a partir de la revisión bibliográfica, con la finalidad de confrontarlos con la fase empírica que permitió desentrañar las representaciones individuales de los entrevistados acerca de la resiliencia. Los resultados de la investigación demuestran que la resiliencia es ampliamente conocida, aunque se mantiene un sesgo importante en su representación relacionada con una mirada más individual que social, lo que podría limitar su influencia como factor pedagógico.
Palabras Claves: resiliencia-actores educativos-representaciones individuales- mirada crítica.

ABSTRACT & KEYWORDS
The research focuses on determining the importance of resilience in the teaching-learning process of students with disabilities at the Technical University of Manabí (UTM), for which an exploration is carried out in order to verify the criteria that this concept possesses a group of students. The work deals with contemporary contextual aspects that may favor a psychosocial approach to resilience. The article is based on qualitative research based on the qualitative interpretative-hermeneutic paradigm. The theoretical referents were consigned from the bibliographic review, with the purpose of confronting them with the empirical phase that allowed to unravel the individual representations of the interviewees about the resilience. The results of the research show that resilience is widely known, although an important bias is maintained in its representation related to a more individual than social view, which could limit its influence as a pedagogical factor.
Key words: resilience-educational actors-individual representations-critical look.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Eleticia Isabel Pinargote Macías, Hernán Andrés Cedeño Cedeño y Gabriela Monserrate Romero Chávez (2018): “Importancia del fomento de la resiliencia en el proceso de la enseñanza aprendizaje con estudiantes con discapacidad”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/03/fomento-resiliencia.html
//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1803fomento-resiliencia


INTRODUCCIÓN

Actualmente se habla de resiliencia como un fenómeno que destaca las capacidades humanas frente a la adversidad, hecho que no resulta casual en sociedades modernas o que viven en la modernidad, por la valoración que éstas dan a la autonomía y a los derechos individuales (Lagos & Ossa, 2010).
Se puede afirmar que los estudios sobre la resiliencia han seguido la línea de la psicología positiva, rama para la cual la psique humana, no sólo ayuda a resolver los problemas de salud mental de los individuos, sino que también favorece una mejor calidad de vida y bienestar (Suárez & Melillo, 2008).
Los estudios que abordan esta temática han centrado su mirada preferentemente en la perspectiva psicológica individual, lo cual se explica cómo se ha ido trabajando el concepto. Sin embargo, es necesario ampliar la concepción de este constructo a nuevas perspectivas que diversifiquen la visión de mundo, de realidad, de sociedad y de sujeto, proporcionando con ello elementos de equilibrio entre las responsabilidades grupales e individuales, del mismo modo en que se agudizan las complejas relaciones que entrelazan las influencias sociales en las condiciones personales y viceversa.
Entre los avances que a nivel social y económico se reportan en los últimos años con la apertura de la Revolución Ciudadana en Ecuador, cabe destacar el incremento del nivel de vida de los ciudadanos en el aspecto económico, social y cultural, entre lo que se destaca el acceso a la salud pública y la educación; Pero aún existen sectores de la sociedad que viven en la pobreza y la extrema pobreza, donde se manifiestan diversos factores de riesgo que ponen en juego la resiliencia de importantes agrupaciones sociales (Terazona, Roque, Vázquez, & Espinosa, 2015).
En el ámbito educativo la Constitución de la República del Ecuador refrenda en el artículo 46, literal 3: “Atención preferente para la plena integración social de quienes tengan discapacidad. El Estado garantizará su incorporación en el sistema de educación regular y en la sociedad” (Asamblea Constituyente, 2008).
Más adelante la propia Constitución en el artículo 47, literal 7, reconoce  a las personas con discapacidad, el derecho a: “Una educación que desarrolle sus potencialidades y habilidades para su integración y participación en igualdad de condiciones. Se garantizará su educación dentro de la educación regular. Los planteles regulares incorporarán trato diferenciado y los de atención especial la educación especializada. Los establecimientos educativos cumplirán normas de accesibilidad para personas con discapacidad e implementarán un sistema de becas que responda a las condiciones económicas de este grupo (Asamblea Constituyente, 2008).

METODOLOGÍA

La investigación se enmarca dentro del paradigma interpretativo o hermenéutico, ya que busca conocer desde los mismos sujetos, la representación del objeto que se estudia. Representa un estudio exploratorio, no experimental, estructurándose sobre la base de una metodología cualitativa y con un nivel de análisis fenomenológico; si bien estos estudios se corresponden tradicionalmente con una perspectiva descriptiva y desarrollada desde los mismos actores, también incorpora en algunas ocasiones la reconstrucción de las estructuras que basan el aspecto estudiado, estableciendo categorías y relaciones entre ellas.
Por la flexibilidad que ofrece en su aplicación, la técnica de recolección de la información que se utilizó en la investigación fue básicamente la entrevista de tipo semiestructurada. Las preguntas realizadas, se relacionaron con el concepto que el entrevistado o entrevistada manejaba acerca de la resiliencia, la importancia que él o ella le atribuía, las cualidades personales que tiene una persona resiliente y el rol que, según su percepción, le cabe a la sociedad en el tema de la resiliencia.
El análisis de los datos, se realizó en base al análisis de contenido de dichas entrevistas, estructurándose así el cuerpo de información que forma parte del estudio, en base a las categorías que fueron emergiendo desde los datos.
La muestra fue de tipo intencionada y se determinó a partir de la relación de los sujetos con el ámbito educativo, seleccionándose a los estudiantes discapacitados para que aportaran su percepción acerca del objeto en estudio. El número total de entrevistados fue de 9 estudiantes.

RESULTADOS

Orígenes y definición de la Resiliencia

Etimológicamente el término resiliencia proviene del latín “Resiliens” y es utilizada por primera vez en el año 1626 como resilire; término compuesto que significa “re”: atrás, y “salire”: saltar; es decir, “saltar hacia atrás” o rebotar, aludiendo con ello a la flexibilidad de los objetos (Harper, 2008). Sin embargo, sus acepciones han sido asociadas al área de la salud y de la educación, desde donde la psicología la ha adaptado para hacerla parte de su quehacer, pero en cada una de ellas conserva su esencia (Tarazona, Bowem, & Suarez, 2018).
Este término ha sido definido desde esta perspectiva por varios autores, siendo la planteada por (Rutter, 1981) una de las primeras que alude a las capacidades personales. Este autor señala que la resiliencia aparece en los jóvenes que están en riesgo social, y logran salir de situaciones de estrés. El tema surge a partir de la observación que hace este científico, quien junto a un equipo de investigadores trabajó con niñas y niños expuestos a condiciones de vida altamente estresantes y que lograron sobreponerse constructivamente ante estas situaciones, mientras otros terminaron siendo adultos dañados.
Para algunos autores (Florenzano, 1997) se define como la capacidad de las personas o del sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles que les toca vivir y de una manera socialmente aceptable. Esto supone una capacidad de resistencia que permite conservar la integridad frente a situaciones adversas y, a la vez, la capacidad de desarrollo y construcción positiva a pesar de vivir circunstancias difíciles. En esta definición es posible ver que para el autor, las condiciones que pueda ofrecer la sociedad no existen o no son consideradas necesarias al momento de crecer y desarrollarse. De este modo se enfatiza lo que para joven tiene que soportar y superar en beneficio de su propio bienestar y el de los demás.
Otro autor (Grotberg, 1996) describe la resiliencia como “la capacidad humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso salir transformado”. Desde esta perspectiva, puede ser vista como un mensaje dirigido a quienes constantemente se ven enfrentados a situaciones de precariedad y desamparo social.
Otros autores (Kotliarenco, Cáceres, & Álvarez, 1996) señalan que el término comprende un conjunto de procesos sociales intrapsíquicos que posibilitan tener una vida “sana” viviendo en un medio “insano”. Estos procesos tendrían lugar a través del tiempo, a partir de combinaciones de atributos de la persona con su ambiente familiar, social y cultural. La posición de estas investigadoras sigue manteniendo una visión unilateral con respecto a los individuos y la sociedad en la que se desarrollan, ya que es la persona quien, a partir de sus habilidades internas, debe vencer los obstáculos que le presenta el medio.
La presencia de las habilidades planteadas por estos autores, son consideradas primordiales debido a las exigencias sociales y la complejidad en que se desenvuelven los seres humanos en las relaciones cotidianas.
El término habilidad puede entenderse aquí como destreza, capacidad, competencia o aptitud; su relación conjunta con el término social nos revela una impronta de acciones de interacción, una acción mutua o de reciprocidad, es decir, que se desarrolla entre varias personas, situación que ofrece la posibilidad de una retroalimentación. Así la noción de habilidad social entra en el ámbito de lo recíproco y en el continuo de la interacción. Una interacción que fundamenta la respuesta de otras personas en una combinación de la acción iniciada; de manera que la habilidad social no termina sin la acción mutua, es decir, la habilidad social supone beneficios para los implicados.
Se puede asegurar que el camino correcto sería promover la resiliencia para superar traumas y liberarnos del estrés. Aquí le cabe una importante labor a la familia, a la escuela, y a los programas de acción social, que deben idear la manera de fomentar la resiliencia a partir de un entrenamiento de habilidades y capacidades que faciliten los modos de actuar frente a las eventualidades, prestando el apoyo necesario, creyendo y potenciando las fortalezas individuales en función de promover la resiliencia apuntando a mejorar la calidad de vida de las personas a partir de su propio significado, del modo como ellas perciben y enfrentan el mundo en un determinado tiempo y contexto (Kotliarenco et al., 1996).
Retomando el significado para la psicología positiva, la resiliencia es la capacidad personal para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves, todo esto, contando con fuerzas internas que sólo responsabilizan de su éxito o fracaso al mismo sujeto. Este concepto incluye dos aspectos relevantes; resistir al suceso y rehacerse del mismo, tareas que por cierto son atribuibles a cada individuo. En esta misma línea, se agrega que una persona resiliente, incluso logra vivir a nivel superior luego del trauma, ya que en este proceso se desarrollan recursos latentes insospechados (Barudy & Marquebreucq, 2006).
Considerando lo analizado anteriormente se puede afirmar que el concepto de resiliencia surge al calor de los conceptos modernos y es aplicable, principalmente en contextos en que la realidad social y/o económica tiende a sobrepasar las fuerzas internas de los individuos, siendo objeto de estudio de la psicología y aplicado en muchas de las investigaciones sociales, pero sin basarse aún en el enfoque psicosocial que la sociedad le demanda; es decir, ha sido estudiado casi exclusivamente bajo el prisma de la psicología individual, o en general considerando mayoritariamente elementos como las fortalezas individuales, se obvian características importantes de la estructura social y el momento histórico en que se dan estos acontecimientos.
Teniendo en cuenta las características sociales que se dan en un determinado entorno de alto riesgo, el estudio de la resiliencia juega un papel clave, pues con ello se busca facilitar que la sociedad involucrada desarrolle plenamente sus potencialidades, enriquezca sus vidas y puedan prevenir las disfunciones que ponen en juego la resiliencia a nivel del grupo social (Moreira, Tarazona, Romero, & Moreira, 2017).

Resiliencia en el Contexto Educativo

Algunos autores aseguran (Tedesco, 1995) que la mejor estrategia educativa es una política social que mejore las condiciones de vida de toda la población, que garantice las posibilidades de las familias para alimentar, vestir, curar y transmitir los elementos básicos de la formación de sus hijas e hijos. Es obvio que se refiere a mejorar las condiciones de educabilidad y adoptar estrategias que permitan aprender en situaciones de múltiples carencias materiales y afectivas no agota la problemática educativa de un país. No obstante, enfrentar estas urgencias puede también ser muy educativo para aquellos que no sufren esas carencias, ya que sólo mejorar las condiciones de educabilidad implicaría aceptar que todo el problema está fuera de la escuela.
Esto no es válido ni desde el punto de vista político, ni desde el punto de vista técnico; la pobreza, la violencia, la ausencia de figura paterna, etc., son situaciones objetivas que tienen una representación subjetiva diferente en cada una de las personas que las sufren. Para cambiar esas representaciones, el concepto de resiliencia aporta algunas pistas que, si bien no son nuevas para muchos educadores, en el contexto de pobreza y exclusión pueden adquirir un renovado impulso.
Según algunos autores (García, Rodríguez, & Zamora, 2005), aquellos jóvenes que han demostrado un comportamiento resiliente, es decir, que han podido sobreponerse a esas experiencias negativas fortaleciéndose en el proceso, han contado con alguna persona ya sea de la familia extensa o de la comunidad, con quien lograron establecer un vínculo positivo. Es en este aspecto donde el rol de la escuela y en particular de los y las docentes, adquiere todo su valor y su complejidad.
El contexto escolar puede proporcionar las condiciones para que niños y niñas completen su desarrollo, en un clima social escolar positivo. En este sentido se plantea como un concepto muy ligado al clima social en la escuela, en términos de si el contexto escolar es un ambiente que específicamente promueve el desarrollo de factores protectores frente a las situaciones difíciles (Arón & Milicic, 1999). Así, una comunidad de docentes, puede transformarse tanto para los jóvenes como para sí, en una red de apoyo que ayude a enfrentar las situaciones conflictivas, de dos formas concretas; una manera es trabajar con ellos los distintos modos de abordar el estrés y la otra, transformarse en un factor protector para estos niños y jóvenes, constituyéndose en una red de apoyo social.
Considerando lo analizado anteriormente se puede definir que los docentes se transforman en figuras influyentes en el desarrollo de los jóvenes, son verdaderos modelos de comportamiento con los cuales puede existir una sintonía afectivamente significativa, que en algunos casos pueden ser únicamente los profesores quienes afianzarán o modificarán la imagen que han formado los jóvenes de sí mismos, fortalecerán o debilitarán la confianza básica, fomentarán los estilos competitivos o solidarios, crearán ambientes protectores o precipitarán a situaciones de riesgo, promoverán expectativas positivas, crearán esperanzas o sucumbirán en la desesperanza.
Las aproximaciones tradicionales asociadas a la resiliencia señalan la importancia del entrenamiento de los jóvenes en habilidades y conductas de afrontamiento que permitan desarrollar actitudes resilientes, especialmente en realidades marginales (Szarazgat & Glaz, 2006); (Silas, 2008) lo que conlleva una resignificación de la colaboración y el pensamiento positivo tanto propio como de la comunidad circundante.
En esta línea también se pueden encontrar experiencias que rescatan el valor adaptativo de las figuras parentales dentro de sus propios entornos (psico y socioeducación), señalando que estas figuras darían modelos conductuales y apoyo afectivo necesario para que los niños y jóvenes desarrollen conductas resilientes  (Lázaro, 2009).

Análisis de los resultados

Los resultados obtenidos en el estudio se presentan a través de dos análisis, uno descriptivo y otro hipotético–relacional. En primer lugar se realiza un análisis descriptivo de la información, agrupadas en categorías, obtenido a partir de la información de las entrevistas realizadas, encontrándose cuatro categorías:

  1. Definición de resiliencia: Se refiere a la manera como se define el concepto a partir de los entrevistados. Es posible afirmar que existe un conocimiento en general homogéneo sobre el tema, recogiendo nociones como superación, afrontamiento de problemas, y sobreponerse a adversidades. Se debe señalar que estas nociones observadas en las definiciones de los participantes, coinciden estrechamente con lo establecido en la teoría.
  2. Componentes de la resiliencia: Esta categoría se refiere a los elementos que componen o estructuran la resiliencia a juicio de los participantes. Se perciben mayormente factores personales y en menor medida del entorno. Los factores personales mencionados se relacionan con habilidades cognitivas, y afectivas-actitudinales, aunque predominan mayormente estas últimas, dentro de la cuales estarían la autoestima, el buen humor, la perseverancia, y ser positivo. Otro de los elementos abordados tendría que ver con factores cognitivos y de planeación como las metas personales. Los factores del entorno serían la familia y en particular los padres. El ambiente social, la creación de redes sociales, las habilidades sociales, son agentes que aparecen en menor medida en los relatos, debido a que la resiliencia es considerada más como una capacidad individual. Sin embargo, uno de los participantes señala que habría sólo factores externos y no internos en la constitución de la resiliencia, esta opinión corresponde a una respuesta que escapa de la totalidad.
  3. Evaluación de la importancia: Esta categoría se refiere a la percepción de los participantes acerca de la importancia que tiene la resiliencia para las personas o para la sociedad en general. Se aprecia que el concepto tiene una connotación positiva y es de alta valoración para los participantes, tanto como recurso personal de ellos mismos y como factor de superación personal. También es posible apreciar que además de esta valoración positiva existe en algunos participantes una mirada crítica del concepto de resiliencia, percibiéndose una mirada muy individualista del concepto que deja de lado la responsabilidad de la sociedad sobre el individuo. Se señala que la sociedad debería dar mayores oportunidades al individuo y no lo hace. Por eso las personas reaccionarían con estrategias de resiliencia, así ésta se relacionaría con resultados negativos del sistema económico imperante.
  4. Importancia de la educación: Esta categoría se enfoca en analizar la influencia y valoración que tiene la resiliencia en el ámbito educativo. Se puede señalar que los entrevistados plantean que la educación es un elemento fundamental para la resiliencia debido a que gracias a ésta, se tiene un medio que permite salir adelante y no caer en las dificultades que depara la sociedad. Se observa que algunas personas focalizan la importancia que tiene la figura del profesor como motivador y guía para que ellos puedan salir adelante y hacer frente a las dificultades. Por otra parte, también es posible apreciar una mirada crítica respecto a la educación, en el sentido de su responsabilidad en el escaso desarrollo de políticas y mecanismos que aseguren el bienestar de las personas o su desarrollo personal. En la figura 1 se puede apreciar el esquema con el modelo hipotético-relacional.

El análisis relacional muestra las relaciones hipotéticas entre los factores estudiados, a partir de las características señaladas por los participantes del estudio. Se puede señalar que, por un lado, la educación da un conjunto de conocimientos a la persona que le permitirían tener oportunidades sociales y culturales que posibilitan salir adelante en la vida; por otro lado, el profesor es una de las figuras importante para algunos de los participantes, como modelo afectivo que apoya la motivación para mejorar. Además, la resiliencia es vista como un elemento positivo para la persona que le permite mejorar la autoestima y enfrentar las dificultades con fortaleza.
De este modo la resiliencia y la escuela tienen una relación indirecta como factores que permiten a la persona mejorar y desarrollarse positivamente. Se observa que los participantes, perciben que la educación tendría una influencia en la resiliencia como elemento que permitiría alcanzar el desarrollo positivo de la persona, pero que la resiliencia no tendría necesariamente influencia en la educación.

CONCLUSIONES

El concepto de resiliencia se ha mantenido como un concepto clínico tradicional, centrado en las capacidades individuales y que por tanto traspasa la responsabilidad del éxito o el fracaso a las personas. Una vez que este concepto es analizado a la luz de teorías de gran contingencia, se le da un matiz social y como efecto se realiza la contrapropuesta a partir de una reformulación que representa también un reto a la sociedad.
La mención espontánea de los participantes se mantiene dentro de esa misma lógica, es posible detectar, a partir de las categorías encontradas, una visión bastante homogénea que la entiende como un proceso individual, que permite el enfrentamiento de las dificultades, y que requiere más bien de rasgos personales afectivos como la autoestima y el humor.
En los resultados de la entrevista se puede advertir que la importancia asignada al concepto de resiliencia es alta, pero siempre dentro de la perspectiva individual, siendo la sociedad (y los grupos primarios como la familia) elementos importantes pero no en forma unánime.
Se pudo comprobar que para los entrevistados el componente social es secundario y por tanto un complemento que acompaña el proceso de la resiliencia, más que un factor determinante o causante de ésta. Los elementos sociales serían medios importantes para lograr las habilidades que la componen, siendo la educación uno de los medios más señalados como importantes en ello.
Las sociedades modernas han demandado la autonomía como condición esencial de los individuos, esta situación ha traído como consecuencia la sobrevaloración de las responsabilidades de éstos por sobre las que le competen a la estructura social. Bajo este discurso, las doctrinas modernas han caracterizado a los sujetos como seres libres para determinar sus destinos, seres con capacidades individuales, seres autónomos y autosuficientes. A la Educación le correspondería dejar de ver la resiliencia como una condición individual y comenzar a verla como un eje del centro educativo para trabajar la convivencia y los valores colectivos de la comunidad en su conjunto.
En este sentido, cabe la posibilidad de una reformulación, una nueva mirada al concepto resiliencia en la que se puedan incorporar las concepciones de una sociedad más compleja; donde no se hable de una sobredeterminación de la persona por sobre la responsabilidad de la sociedad, sobre todo cuando sabemos que los cánones por los cuales las personas pueden o no ser exitosas son impuestos socialmente. Una mirada donde la persona sea parte de un colectivo y se reorganicen simbólicamente las desigualdades más que continuar con ellas, asumiendo la persona toda la responsabilidad.

LITERATURA CITADA

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MsC. Licenciada en Ciencias Sociales, Docente Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales
MsC. Licenciado en Ciencias Sociales, Docente Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales
Egresada de la Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales de la UTM

Recibido: 02/03/2018 Aceptado: 08/03/2018 Publicado: Marzo de 2018

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