José Luis Crespo Fajardo*
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca (Ecuador)
joseluiscrespof@yahoo.es
Resumen:
Este artículo ahonda en el desajuste existente entre la educación y el mundo del trabajo. El desempleo en países como España afecta dramáticamente a los jóvenes titulados universitarios. Una de las causas es la desconexión entre estudios y oportunidades laborales,debido a que las Universidades no están formando a personas para aquellos trabajos que se ofrecen. Esta situación ya fue advertida en los estudios de Beck y Blas Cabrera, los cuales utilizamos como base para el análisis de algunas noticias recientes.
Palabras clave: Educación, Universidad, desempleo, mercado de trabajo.
Abstract:
This article delves into the existing mismatch between education and the world of work. Unemployment in countries such as Spain dramatically affects the young university graduates. One of the causes is the disconnection between studies and employment opportunities, because universities are not training people for those jobs that are available. This situation was already warned in the studies of Beck and Blas Cabrera, which we use as a basis for the analysis of some recent news.
Keywords: Education, University, unemployment, labour market.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
José Luis Crespo Fajardo (2018): “La educación para el trabajo en la actualidad”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2018). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2018/03/educacion-trabajo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1803educacion-trabajo
1. Introducción
El presente informe se introduce en un tema de gran actualidad: el desajuste entre educación y mundo del trabajo, y la falta de empleabilidad que se vive en todo el mundo. El paro afecta de forma dramática especialmente a los jóvenes con títulos superiores, los cuales incluso se ven tentados a falsear datos sobre su titulación para tener más oportunidades de ser contratados en trabajos de poca cualificación.
Este texto se redactará al hilo del artículo “¿Qué formación para qué empleo? Educación, trabajo y retórica”, de Blas Cabrera, el cual trata de todo lo relacionado con la conexión natural que debería haber entre estudios y trabajo. También utilizaremos algunas nociones de Ulrich Beck en el estudio “Vivir nuestra propia vida en un mundo desbocado: individuación, globalización y política.” Paralelamente, tocaremos ciertas noticias de actualidad tomadas de periódicos que revelan lo acertado de algunas afirmaciones de estos autores.
2. Planteamiento
Lo ideal es que las orientaciones educativas que se propongan desde las instancias gubernamentales tengan una vinculación lógicamente entrelazada con el mundo del trabajo. Sin embargo, en la actualidad vemos que en España existe un desajuste significativo. Es así que el artículo de El País titulado “Cientos de ofertas laborales quedan vacantes por la falta de perfiles técnicos”, publicado hace menos de un año, se plantea el interrogante ¿cómo es posible que en España haya trabajos que se quedan sin ocupar, si el desempleo actualmente ronda el 20 por ciento? Es más, consideremos que la tasa de paro en España entre los jóvenes de entre 16 y 24 años es actualmente de 42,9%.
Se trata de una situación contradictoria. Lo normal sería encontrar una enorme fila de personas solicitando cualquier tipo de trabajo, y, no obstante, el artículo revela que hay empresas que no logran contratar a nadie, porque los candidatos no reúnen el perfil necesario y no cuentan con las habilidades requeridas. Concretamente, se da el ejemplo de la corporación Iberfoil, que no ha encontrado perfiles apropiados para su planta de laminación en Sabiñatigo. Se trae también el dato de que, en 2016, una encuesta constató que el 44% de los empresarios tienen complicaciones para contratar debido a que no localizan perfiles técnicos.
Estas noticias evidencian que entre la demanda y la oferta existe un desajuste. No se está formando a personas para los trabajos que se ofrecen. Hay una desconexión que la patronal CEOE (Confederación española de organizaciones empresariales) estima que devendrá en un futuro próximo en 80000 puestos vacantes que no podrán rellenarse.
Algo que llama la atención es que una mayoría aplastante de empleos corresponden a Formación Profesional. Da la impresión de que vivimos en un mundo donde el capitalismo hegemónico no va a dar demasiadas opciones a las disciplinas profesionales de dimensión cultural humanista y social, precisamente porque es extremadamente difícil en España hallar una profesión con estos títulos. Es decir, vemos ahora que muchas personas que estudiaron artes y humanidades están tratando de reciclarse con Ciclos Formativos de Grado Superior, con el fin de tener una entrada al mercado laboral. Todo el mundo, de alguna manera siempre ha sido consciente de que la educación era la fábrica y despensera de las capacitaciones profesionales de acuerdo a una división social jerárquica. Se decía que Formación Profesional era el destino de aquellos menos hábiles intelectualmente, y que no aspiraban a mucho en la vida, puesto que se formaban para una profesión que sólo les daría lo suficiente para sustentarse y vivir sin estrecheces. Dentro de esta lógica, los estudios universitarios eran el destino de los más ambiciosos, los futuros líderes del mundo... Ahora, la crisis del trabajo hace que se nos caiga la venda de los ojos, y como se evidencia en el artículo de El País, casi todos los empleos son para los titulados en Formación Profesional.
Como podemos ver, no hay un correcto ajuste entre el sistema educativo y el mercado laboral. La idea de capital humano necesita una orientación. Creemos que debe fomentarse socialmente que se escoja una carrera que sea útil para el mercado, aunque pueda parecer frustrante para los deseos vocacionales. A finales de los años XX, como comenta Cabrera, se daba todo el valor a estudiar siguiendo el espíritu y la vocación personal. Sin embargo, a la vista de la realidad laboral, y considerando que muchas veces en la vida no hay posibilidades realistas de escoger unos estudios por placer, nos parece que lo necesario es que se fomente en la sociedad el estudio a profesiones con salida. No es justo que nos hagan creer que debemos seguir nuestro espíritu en una carrera que no va a tener ninguna opción real laboral. Cabrera comenta críticamente que el capitalismo busca legitimar la educación orientada al universo laboral, pero hay que pensar que incluso siendo así, sostenerse e intentar llevar una vida independiente es un sueño ineluctable al que nadie se rendirá.
Nos parece necesario recalcar que la Formación Profesional, a pesar de ser la que más posibilidades de empleos abre, no ofrece salidas garantizadas. En el artículo de Urunga “¿Estudias FP? Estos son los ciclos con más salidas laborales en España”, también publicado en El País, se señala que hay que elegir bien el ciclo a estudiar, y considerar que en 2015 el 72% de las ofertas de empleo fue para los titulados en FP2, pero aún así, las ramas con más salidas laborales son Administración y Gestión (el 12, 4% de las ofertas de empleo de 2015, fue para los titulados). Luego siguen los egresados en Informática y Comunicación, Fabricaciones Mecánicas y Electricidad y Electrónica.
Como decimos, es verdad que la Formación Profesional da más oportunidades, pero también, como vimos antes, parece que hoy en día no conecta de manera precisa lo académico con lo social, la educación y la empresa. Resulta interesante, en este sentido, valorar cómo es España se está empezando a implantar el sistema de Formación Profesional Dual, que se realiza en concordancia entre la empresa y el centro educativo. El estudiante pasa un número de horas en la empresa, lo que le da un conocimiento profundo y realista de la profesión. La empresa, por su parte, indica cómo se está transformando, cómo evoluciona, con el fin de que el currículo académico se adapte a las necesidades que tendrá previsiblemente en el futuro. Este sistema ha venido aplicándose en Alemania, Holanda, Bélgica Dinamarca, Austria y Suiza desde hace años, con éxito. En el País Vasco se ha empezado a implementar la FP Dual, logrando, a través de técnicos intermediarios que están al tanto de lo que se necesita en las principales empresas del entorno económico, una mejor la conexión entre lo académico y lo laboral.
Otro aspecto que nos gustaría comentar es la realidad de la poca empleabilidad de los titulados universitarios. Los diplomas universitarios, otrora garantes de credibilidad profesional y social, ahora son ninguneados y sus detentores se preguntan para qué sirven. Una respuesta sarcástica divulgada recientemente en los medios de comunicación indica que tal vez sólo sirven para hacer papiroflexia…
Efectivamente, una campaña crítica ante la situación de precariedad de los jóvenes fue lanzada por la agencia de comunicación DDB, con el lema #TuTiluloSíSirve. En ella se presenta a un joven ingeniero técnico que manifiesta que, una vez graduado, tras intentarlo de muchas maneras no han podido encontrar una oportunidad laboral a la altura de su formación, habiéndose empleado desde entonces en trabajos de baja cualificación.
A través de videos de YouTube viralizados en redes sociales, manifiesta que, ante la inutilidad de sus títulos, los está usando para realizar figuras de origami (papiroflexia japonesa) y venderlas, por el módico precio de entre 5 y 15 euros, a través de una tienda virtual (Figura 1). Así, sabiendo que toda una generación atraviesa su misma circunstancia, invita a todos los que le vean a que se unan en esta iniciativa.
La Agencia DDB indica que la situación de los participantes en esta campaña es real, y que se busca denunciar la situación que viven los jóvenes. En su Web y canal de YouTube se puede ver una serie de tutoriales para hacer papiroflexia con títulos.
Irónicamente, aunque hablamos de títulos universitarios, en uno de los videos se utiliza un título de FP en Administración y Finanzas, lo cual quiere decir que es un grado con muy pocas salidas. El autor del video hace una corbata de papel con el título, comentando al espectador: “para que simbolice todas aquellas corbatas que soñaste que te pondrías”.
España no ha sabido concordar lo académico con lo laboral, en un mundo que se hace cada vez más competitivo. Como resultado, la cualificación ya no significa empleabilidad. Está claro que hoy en día ninguna titulación garantiza la inserción laboral, y factores como la personalidad y la viveza individual se convierten en clave. Nos parece muy interesante, en este sentido, valorar cómo al final del video de YouTube se remite al LinkedIn del personaje, sugiriendo a una posible empresa que le contrate. Una estrategia de ingenio para conseguir trabajo es lo único que queda.
Nos parece también remarcable observar que -como indica Beck al hilo del individualismo y el deseo posmoderno de construir nuestra vida propia- estamos condenados a estar en permanente actividad, sin importar si tenemos o no empleo. Incluso siendo unos fracasados, no paramos de realizar acciones y pensar estrategias buscando progresar… También hay que decir que, ciertamente, el individualismo hace que veamos el fracaso en el plano laboral como algo muy sentido. Sabemos que la culpa no es nuestra, que el desempleo generalizado es una situación social coyuntural, pero no podemos evitar pensar que tal vez tenemos algo de responsabilidad, y esto se vive a veces como una carga personal, generando sentimientos de culpa y conflictos psicológicos. El individualismo y el deseo de vivir nuestra propia vida hace que tengamos que asumir también como vinculante lo inesperado y los azares negativos del destino.
Conclusión
En conclusión, muchas de las vicisitudes que se relatan en estos artículos periodísticos que hemos comentado tienen gran relación con las indicaciones de Beck y sobre todo con las descripciones de Blas Cabrera. Por ejemplo, Cabrera comenta que la visión hegemónica del capital humano entra en crisis en los años 90, debido a la incertidumbre del mercado de trabajo, arrasado por la liberalización y la desregularización. Esto produce que, en relación a la seguridad del periodo fordista, donde era posible planificar la vida, emerjan ahora la precariedad, los contratos basura y la exclusión sistemática de los jóvenes.
Bibliografía:
Cabrera Montoya, Blas (2005): “¿Qué formación para qué empleo? Educación, trabajo y retórica” INDAGA. Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanas (3): 67-99.
Gorospe, Pedro (2017): “Cientos de ofertas laborales quedan vacantes por la falta de perfiles técnicos”, El País, (02/05/2017) Fecha de consulta 06/01/2018, de http://economia.elpais.com/economia/2017/04/30/actualidad/1493568891_151662.html
Beck, Ulrich (2001): “Vivir nuestra propia vida en un mundo desbocado: individuación, globalización y política.” En: En el límite: la vida en el capitalismo global. Barcelona, Tusquets.
Llanos Martínez, Héctor (2017): “Una campaña sobre precariedad muestra a jóvenes licenciados haciendo papiroflexia con sus títulos” Verne, El País. (04/05/2017) Fecha de consulta 06/01/2018, de http://verne.elpais.com/verne/2017/05/04/articulo/1493911624_463655.html
Urunga, Francisco (2016): “¿Estudias FP? Estos son los ciclos con más salidas laborales en España”. El País (23/09/2016). Fecha de consulta 06/01/2018, de:http://economia.elpais.com/economia/2016/09/22/actualidad/1474535751_945157.html
* Este artículo se inscribe dentro de los resultados del Grupo de Investigación en Enseñanza en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, coordinado por José Luis Crespo Fajardo. Agradecimientos por su colaboración a los profesores Jorge Tenesaca Chimbo y a Leonardo Ramos Monori.