Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


EL CONSTRUCTIVISMO Y SU APLICACIÓN EN EL AULA
Algunas consideraciones teórico-pedagógicas

Autores e infomación del artículo

Leticia Sesento García*

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México

leticiasesentogarcia@yahoo.com.mx

Resumen
El constructivismo, es un modelo educativo donde el educando es el actor importante del aprendizaje, ya que construye de forma activa su conocimiento, relaciona la información nueva con la que posee, así mismo contempla un profesor que promueve el aprendizaje, que propicia situaciones de aprendizaje que permiten construir andamiajes para desarrollar el conocimiento.  En este modelo no se concreta a memorizar, sino a estimular en el aula a los estudiantes en su  aprendizaje. El constructivismo plantea una educación basada en el desarrollo de habilidades, destrezas, de esta manera el aprendizaje es continuo, significativo, satisfactorio y receptivo. El estudiante cimienta, transforma, diversifica y ordena sus esquemas y construye de esta forma una red de significados que enriquecen su conocimiento del mundo físico, social y participan en su desarrollo personal. Por lo cual, al docente le corresponderá ser creativo y además promover actividades en relación a su contexto.

El constructivismo se centra principalmente en un sujeto quien  desempeña andamiajes para las construcciones mentales. Por lo tanto, admite la creación del nuevo conocimiento y promueve a la persona cuando interactúa con el objeto de conocimiento. Es muy transcendental tomar en cuenta el grado en que se consiguen articular el estudiante, el docente y los temas para lograr aprendizajes exitosos. Los autores que innovaron la educación con esta teoría tenían como inquietud constituir el sentido del aprendizaje. Para el constructivismo resulta sustancial que los estudiantes investiguen y exploren su entorno para que por sí mismos encuentren respuestas a sus interrogantes.

Palabras claves: aprendizaje, docente, estudiante y constructivismo, aula, experiencias de aprendizaje.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Leticia Sesento García (2017): “El constructivismo y su aplicación en el aula. Algunas consideraciones teórico-pedagógicas”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2017). En línea:
https://www.eumed.net/rev/atlante/2017/06/constructivismo-aula.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1706constructivismo-aula


La intención de este artículo es analizar el constructivismo donde el educando  es el actor principal  del aprendizaje,  ya que construye de forma activa los temas, de forma que va relacionando la información nueva con la que ya posee. En este sentido, el papel del maestro es el de promover el aprendizaje. El constructivismo plantea una educación basada en el desarrollo de habilidades, y destrezas, así de esta manera, el aprendizaje es continuo, significativo, satisfactorio y, sobre todo, receptivo para todos los estudiantes. El estudiante cimienta, transforma, diversifica, ordena sus esquemas y construye una red de significados que enriquecen su conocimiento del mundo físico, social y auxilian a su desarrollo  personal, sobre todo la parte de la auténtica formación humanista en los estudiantes es un elemento que siempre ha sido valorado. Monsiváis (2007, 20), señala al respecto que: “Ser mexicano es educarse. La frase concentra el deber y la reflexión. Los liberales lo repiten y lo creen: el que quiera darles forma significativa (la ética es también estética) a los ciudadanos hallará en la educación la vía inmejorable de la unidad y la superación de los escollos”.  El siglo XIX habría de sostener que la educación es lo que hace distinto a un sujeto de otro.

Una de las tareas de la educación formal es buscar la manera en que aprende el ser humano de manera natural, y así intentar construir una teoría que explique esta actitud tan humana como es el aprender, o como lo denomina el psicoanálisis, el deseo de saber (Ortíz, 2012). A partir de una teoría determinada, la educación y, más específicamente, la pedagogía intenta construir una didáctica sustentada en la teoría, cuestión que no resulta fácil la mayoría de las ocasiones. El propósito al final siempre es orientar a los estudiantes para que logren adquirir sus conocimientos de la mejor manera posible. La educación es completamente cambiante al pasar de los años, no solo se conoce con la  memorización, sino que ahora se intenta estimular para que los estudiantes sean activos en su aprendizaje y que consigan descubrir las respuestas a sus inquietudes pero de manera autónoma, libre y sobre todo entusiasta.

¿QUÉ ES EL CONSTRUCTIVISMO?
El constructivismo como modelo pedagógico señala que el conocimiento no es una copia del contexto, como habitualmente se pensaba, sino una construcción del conocimiento propio del ser humano, el cual se efectúa mediante un primer reconocimiento de información con que cuenta el individuo, y éste a su vez construido en su relación con el medio ambiente. Lo fundamental en este modelo no es la adquisición de un nuevo conocimiento, sino conseguir una nueva capacidad con él, es decir, aplicar lo que saben en un escenario nuevo. Así, el estudiante podrá comprobar en la realidad cada concepto aprendido en la escuela. Se trata de vincular la teoría y la relación del sujeto con lo real. Con lo anterior podemos adentrarnos a identificar y definir los factores que influyen y son parte del  constructivismo como teoría pedagógica y principal corriente en la actualidad. Diferentes autores han sustentado este modelo pedagógico, por mencionar  algunos: Kant, Jean Piaget, Lev Vigotsky, David Ausubel,  Jerome Bruner, entre otros.  

Desde la perspectiva de Kant (1987), el conocimiento no es totalmente innato, ni es plenamente empírico, sin que es cimentado  por el hombre a partir de los datos que provee la experiencia, constituyendo en esquemas mediante reglas. El contexto se descubre de cierta forma construida por el aparato cognitivo y no fuera de quien la está observando. El constructivismo se encamina especialmente en el sujeto y sus costumbres previas de las que cumple sus nuevas construcciones mentales. Para Kant, todo maestro habría de tener dos características esenciales; su fe en el niño, en el sentido de que puede ser siempre mejor, y la otra es un gran optimismo.

Para Piaget (1968), el constructivismo supone que la creación del nuevo conocimiento se promueve cuando la persona interactúa con el objeto de conocimiento, él vuelve a insistir en la necesidad de confrontar lo aprendido en el aula con la realidad. El conocimiento se encuentra vinculado a la actuación y realización, es decir a las transformaciones que el sujeto realiza sobre el mundo que le rodea, de esta forma, el conocimiento es producto de la interacción de ambos factores: del sujeto al objeto de manera continua.

Sin embargo, para Vigotsky (1979), también es importante la interacción que el sujeto tiene con su entorno, con su vida social, la relación con los demás. Por ello, es necesario que la escuela estructure las actividades y presente los contenidos escolares basado en una interacción áulica, con el uso de la comunicación eminentemente social en el aula, las interrelaciones de los sujetos interactuantes en el ámbito escolar es de primera necesidad, lo que enfoca de manera precisa a la interacción social. Vigotsky (1979, 56) señala que: “El camino que va del niño al objeto y del objeto al niño pasa a través de otra persona”. Es decir, quereconstruir las propiedades de un objeto de conocimiento implica el tener que interactuar con el propio objeto pero además con otro individuo, eso es, la interacción social donde las acciones del uno afectan las del otro. Vigotsky expresó la idea de que para comprender las acciones realizadas por un individuo se hace necesario comprender las relaciones sociales en que ese individuo se desenvuelve lo que da por hecho la necesidad de conocer el contexto social cotidiano donde el sujeto se apropia del conocimiento, ya que éste está determinado por su propia historia personal y social, es decir, por su interacción como sujeto social. Es a lo que Vigotsky denomina como proceso de internalización.

Para Lev Vigotsky (1979) el conocimiento es un proceso de interacción entre el sujeto y el medio, con el entorno  social y cultural. Considerar al sujeto completamente social, y expresa que los nuevos conocimientos se forman  a partir de los propios esquemas de la persona, producto de la realidad y su comparación con las perspectivas de los demás que lo rodean, el desarrollo cognitivo de las  personas se realiza en la medida que integra a sus pensamientos esas perspectivas, resultado de la interacción social. Vigotsky (2001, 59) señala que: “La verdadera educación consiste en despertar en el niño aquello que tiene ya en sí, ayudarlo a fomentarlo y orientar su desarrollo en una dirección determinada”.

Bruner, por su parte, confirma que la adquisición de la estructura es el objetivo trascendental de la enseñanza, porque reconoce que el aprendizaje sea más accesible, ya que proporciona a los alumnos una noción general, además de la exposición de las ideas de una forma simple y eso hace que la retención sea fácil  y a largo alcance, además hace posible una transferencia apropiada; este elemento es necesario y fundamental para aprovechar los conocimientos en la resolución de problemas.

Por otro lado, David Ausubel (1976) centra su atención en el aprendizaje de las interacciones verbales, la idea clave es el aprendizaje significativo, que se origina cuando el estudiante  relaciona la nueva información con sus conocimientos previos acumulados en su estructura cognitiva. Se insiste nuevamente en vincular la vida cotidiana del estudiante con lo aprendido en la escuela. Este elemento es una constante en estos teóricos del aprendizaje. Al igual que Bruner, cree que el objeto del aprendizaje es percibir la ordenación de un área de conocimiento. Sin embargo, Bruner precisa como un aprendizaje por descubrimiento (inductivo), y Ausubel salvaguarda un aprendizaje por recepción que va de lo general a lo particular. Según este último autor, “…el alumno debe manifestar una disposición para relacionar lo esencial y no arrebatando el nuevo material con su estructura  cognitiva, ya que lo que él aprende es potencialmente significativo para, es decir, relacionable con su estructura de conocimiento sobre una base  no arbitraria”. (Ausubel, 1976; p.48) esto implica  que el material  de aprendizaje  pueda relacionarse de manera importante con alguna  estructura  mental del estudiante, es decir, ser relacionable con las ideas que se encuentran favorables en la estructura cognitiva del alumno.

Si el aprendizaje significativo se da cuando el estudiante relaciona los contenidos nuevos con los que previamente tiene, se demandan dos condiciones, primero una actitud buena del estudiante hacia el aprendizaje significativo y segundo, que la tarea sea muy significativa, es decir, que los contenidos se consigan relacionar, que sean mostrados de forma que consigan ser relacionados con conocimientos previos.

CONSTRUCTIVISMO Y EDUCACIÓN
Es muy importante tomar en cuenta  el grado en que  se pueden unir el estudiante, el docente, los temas por ver,  con esta unión se puede lograr un aprendizaje exitoso  y no solamente  del alumno a pesar de que es el protagonista principal; sino que el éxito es para el docente que acompaña en el andamiaje y del estudiante  propio  como lo marca el constructivismo. El constructivismo, acomoda una sucesión de corrientes e ideas psicológicas, pedagógicas, y sociológicas, y es transcendental entender que “la concepción constructivista se debe  de entender como un marco explicativo que parte de la concepción social y socializadora de la educación escolar e integra todo un conjunto de aportaciones de diversas teorías que tienen como denominador común  los  principios  del constructivismo”. (Coll, 1995: 7). En el constructivismo es de vital importancia la formación de los docentes, como lo apunta Porlán (1997), es necesario que se hagan investigaciones acerca de cómo trabajan los docentes en las aulas, sobre todo en cuanto a las ideas y creencias  que los profesores de ciencias tienen con respecto a los temas que enseñan en cada una de las aulas.

El constructivismo ha sido una teoría que ha sustituido otro tipo de modelos educativos como el llamado modelo por objetivos. J. Gimeno Sacristán (1990) llegó a establecer que este forma pedagógica eficientista tiene sus raíces en la industria, ésta es el modelo o patrón en el desarrollo del currículo escolar. Y ahora con el modelo por competencias vuelve a México, a través de la llamada reforma educativa 2016, esta noción eficientista de la educación. Habría que revisar la relación que se tiene entre el modelo por objetivos y la nueva propuesta de una pedagogía basada en el modelo de competencias. En su afán de lograr mejores rendimientos, los gobiernos están transformando la formación de los sujetos, no en alguien que piense, que sea crítico, sino en aquel sujeto que se adapta mejor a las condiciones de un mercado basado en un neoliberalismo salvaje.

Lo sustancial es percibir que logran coexistir numerosas teorías que tratan de explicar la conducta humana y su manera de aprender, así mismo existen diversos autores que bajo sus ideas y postulados ven las diferentes formas de aprender. Asimismo podemos observar que los autores parten de perspectivas distintas sobre la construcción del conocimiento, pero todos ellos comparten el principio de la importancia de la actividad constructiva del alumno en la realización de su aprendizaje. Para el constructivismo resulta importante que los alumnos sean quienes investigan, indagando y explorando su entorno para que ellos solos encuentren respuesta a sus preguntas, y sean los profesores que responden a preguntas que los alumnos  no se hacen. Así ellos se convierten en los responsables de su aprendizaje  y el docente solo proporciona las herramientas y motiva a desarrollar de manera integral su aprendizaje en forma realmente significativa. Por otro lado, J Eduardo García (1998) hace referencia a que habría que vincular el conocimiento científico, o escolar con el conocimiento cotidiano que tienen cada uno de los estudiantes. Se trata de unificar ambos elementos, los cuales están casi siempre desvinculados en los centros escolares.

CONCLUSIONES
Es importante que los estudiantes vivencien las situaciones, y puedan  crear su propia forma de solucionar problemas. El constructivismo, bajo esta perspectiva, es una forma  de vida, no un requisito escolar para formar parte de nuestro mundo actual. El constructivismo es una posibilidad para que el estudiantes logre construir su propio aprendizaje  a través de la guía que el docente constructivista puede dar; el docente es el modelo a seguir y lo que busca es que el alumno logre comprender su realidad en el mundo  y a partir de eso resolver las problemáticas de la vida diaria mediante un alumno  crítico y reflexivo.

En la actualidad el docente tiene retos nuevos que resolver, vivimos en una era digital, donde cualquier sujeto tiene a su alcance grandes cantidades de información. El nuevo docente ha de conocer esta realidad, llamada virtual o cibernauta. Compartimos la era de una sociedad donde se primicia la imagen sobre lo natural. El internet ha entrado en todos los rincones del planeta; toda persona tiene al alcance de su mano infinidad de información, podríamos decir que existe una saturación de datos. Consecuentemente se hace necesario un docente que maneje con eficiencia las nuevas tecnologías de la información. El constructivismo, como teoría del aprendizaje, ha de considerar sus planteamientos a la luz de estas nuevas formas de adquisición del conocimiento. Información no implica necesariamente formación. Es aquí donde entra el nuevo docente. Como  bien lo señala Giovanni Sartori (1999, 79): “Informar es proporcionar noticias, y esto incluye noticias sobre nociones. Se puede estar informado de acontecimientos, pero también del saber. Aun así debemos puntualizar que información no es conocimiento, no es saber en el significado eurístico del término. Por sí misma, la información no lleva a comprender las cosas: se puede estar informadísimo de muchas cuestiones, y a pesar de ello no comprenderlas.” Justamente el docente actual ha de contar con una preparación profesional amplia, donde el dominio de su enseñanza más la sensibilidad humanística formen parte de su práctica educativa.

Es necesario conocer todas  y cada una de las teorías del aprendizaje, adoptando un postura con cada teoría, que permita utilizar una u otra en función de las necesidades de los estudiantes  y, en general,  del grupo y del contexto  educativo, sin limitarnos siempre usar la misma teoría. El mundo actual impulsa a desarrollar las habilidades  de cada uno y sobre todo la capacidad creativa. Pero las capacidades, habilidades, destrezas  y además aspectos necesarios, necesitan de un sujeto con valores en la educación, para lograr que los alumnos sean mejores personas, respetuosas, comprensivas con sus semejantes, además que luchen de forma creativa por solucionar los problemas que existen, de esta forma se logrará un equilibrio cognitivo y social. En este sentido, habría que volver a pensar el sentido que tiene la educación. Mirar nuevamente a la escuela, a su legado histórico, y, por supuesto, a todos los clásicos de la pedagogía que desde siempre nos están señalando el camino que habrá de seguir la formación del ser humano. Autores como Porlán ((1998) señalan que habría que transitar de la obsesión por los contenidos en la educación tradicional, la obsesión por la eficiencia en la pedagogía por objetivos, la obsesión por los alumnos en el modelo de escuela nueva, hasta una síntesis integradora. El constructivismo replantea el aprendizaje, intentando recuperar aportaciones de grandes pensadores y educadores que han legado su pensamiento, y sus teorías educativas.

 

FUENTES CONSULTADAS

- AUSUBEL, Paul David. (1976). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo. 1ª. Edición. México: Editorial Trillas.

- COLL, César. (1995). El constructivismo en el aula. 3ª. Edición. Barcelona; Editorial Biblioteca en el aula.

 - GARCÍA, Eduardo J. (1998). Hacia una teoría alternativa sobre los contenidos escolares. 1ª. Edición. Sevilla; Editorial Diada. Serie Fundamentos S.L. 221 páginas.

- KANT, Immanuel. (1987). Pedagogía. 1ª. Edición. México; Editorial Hispánicas S.A. de C.V. 113 páginas.

- MONSIVÁIS, Carlos. (2007) Las herencias ocultas. De la reforma liberal del siglo XIX. 2ª. Edición. México; Editorial Debate. 384 páginas.

- ORTIZ, Huazano maría Leonor. (2012). El amor del maestro. Investigación y enseñanza-aprendizaje. 1ª. Edición. México; Ediciones de la noche. 139 páginas.

- PIAGET, Jean. (1968). Los estadios del desarrollo intelectual del niño y del adolescente. Editorial  Revolucionaria. La Habana. 236 páginas.

- PORLÁN, Rafael, J. Eduardo García y Pedro CAÑAL. (1997). (Compiladores). Constructivismo y enseñanza de las ciencias. 3ª. Edición. Sevilla. Editorial Díada S.L. Serie Fundamentos. 201 páginas.

- PORLÁN, Rafael. (1998). Constructivismo y escuela. 5ª. Edición. Sevilla. Díada Editorial S.L. 194 páginas.

- SARTORI, Giovanni. (1999). Homo videns. La sociedad teledirigida. 1ª. Edición. México; Editorial Taurus Pensamiento. 159 páginas.

- SACRISTAN, J. Gimeno. (1990). La pedagogía por objetivos. Obsesión por la eficiencia. 6ª. Edición. Madrid; Editorial Morata. 176 páginas.

- VIGOTSKY, Lev S. (1979). El desarrollo de los procesos psíquicos superiores. 1ª. Edición. Barcelona; Editorial Crítica.

- VIGOTSKY, Lev. S. (2001). La imaginación y el arte en la infancia. 1ª. Edición. México; Ediciones Coyoacán S.A. de C.V. 110 páginas.


Recibido: 17/03/2017 Aceptado: 07/06/2017 Publicado: Junio de 2017

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