Fernando Ramírez Hernández
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La existencia de competencia como principio rector de toda economía de mercado representa un elemento central no únicamente para el crecimiento económico sino también en el aspecto social al permitir desarrollo de las libertades individuales básicas, entre ellas, la primera y más importante en un sistema capitalista, el ejercicio de la libertad de empresa. En un contexto competitivo, existe un gran número de empresas en la industria produciendo un bien más o menos homogéneo, ninguna de ellas puede elevar el precio, porque los consumidores cambiarían de proveedor; tampoco pueden restringir su oferta, porque sus ingresos disminuyen al mantenerse el precio fijo (Aguilar, Javier: 1994). De tal manera tanto los productores como los consumidores maximizan su bienestar. Sin embargo, en el caso de México, las características bajo las cuales se desarrolló la economía en la etapa posrevolucionaria no proveyeron de un ambiente propicio para incentivar la creación de competencia en los mercados.
En cierta medida, las reformas económicas iniciadas en México a principios de los años 80´s, se encaminaron a dar al mercado un papel protagonico pero desafortunadamente no han generado los resultados de ellas esperados. Y es que si bien, los procesos de privatización y liberalización son condiciones necesarias para el desarrollo de los mercados no son suficientes. Por tal motivo, se ha reconocido la importancia de la intervención gubernamental en la economía, a través, de la creación de políticas de competencia, desregulación y como recurso de última instancia de regulaciones.
La desregulación, la política de competencia e incluso la regulación, se han convertido un fenómeno económico tan trascendente a nivel mundial que ocupan un lugar privilegiado en las agendas de muchos gobiernos en países con distinto grado de desarrollo, lo mismo sucede con organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM) y la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En esa lógica, el presente trabajo describe y en menor grado analiza, la aplicación de las políticas de competencia y regulación en México durante el periodo 1993 – 1999. El enfoque teórico utilizado es el neoinstitucionalismo. Aunque en rigor, no se emplean todos los instrumentos de dicha teoría, se le intenta vincular con la aplicación de la política de competencia y de regulación en México. Pensando que la utilidad de estudiar tales procesos radica en conocer su efecto en el desempeño de distintos mercados y su contribución al crecimiento de la economía mexicana, se analiza el marco legal que los soporta y se describen los resultados de su aplicación principalmente en términos cualitativos.