Loreto Marchant R.
UNIVERSIDAD DE VIÑA DEL MAR
lmarchant@uvm.cl
Las crecientes demandas de los contextos locales y globales del mundo de hoy por mayor eficiencia y eficacia en la vida diaria de las organizaciones, cualesquiera que sea su naturaleza y propósitos, plantea algunas cuestiones a mi juicio profundas, fundamentales. La dinámica de un desarrollo global, el carácter transcultural que han ido adquiriendo nuestras culturas locales, una tecnología que todo lo invade, los mercados globales cada vez mas exigentes, sino intransigentes, son algunas de las características de un mundo que pre- siona a dichas organizaciones y a nosotros por participar en un sistema cada vez mas sistémico pero impersonal, cada vez mas relacionado pero menos amistoso con la persona humana.
En este contexto cabe hacerse entonces la siguiente pregunta: ¿Qué dimen- sión debemos considerar a esa fuerza que nace del interior del ser humano, que tiene que ver con su esencia física y espiritual, qué dimensión debemos considerar al emprendimiento, a la capacidad por avanzar siempre mas allá con un sentido profundo de superación?
Sin lugar a dudas que el emprendimiento tiene hoy por hoy muchas defi- niciones y condiciones especializadas para un mundo con los rasgos ya se- ñalados. La planificación estratégica, las distintas “técnicas y métodos” que las empresas utilizan para tener éxito en sus desarrollos, tienen y se plantean precisa y necesariamente con ese carácter: técnico, metodológico. Sin em- bargo, hay una condición que muchas veces o se olvida, o por la premura no hay tiempo para considerarla: la persona, las personas, nosotros los que formamos esas organizaciones, los que debiéramos ser las organizaciones.