Sonia Macías Lavín
Universidad de las Américas
Universidad Pedagógica Veracruzana
soniamclv@hotmail.com
PRÓLOGO
“La juventud de hoy es nuestro futuro”. ¿Cuántas y cuántas veces hemos escuchado esto? Y acaso ¿nos hemos acercado a los jóvenes para preguntar tan emblemática responsabilidad?
¿La juventud es estado o condición? Esta frase pareciera dar pie a un conjunto de argumentaciones discursivas que lejos están de ser parte de este prólogo. Sin embargo, reconocemos que los jóvenes históricamente se han encontrado detrás de grandes transformaciones sociales aún vigentes en nuestros días: basta recordar el papel de las jóvenes feministas de principios del siglo pasado, las respuestas críticas y transformadoras de los jóvenes de varias naciones del orbe en la década de los sesentas del siglo pasado, las grandes proezas de cambio en las expresiones artísticas juveniles a lo largo de la historia, los aires de innovación en las ciencias por parte de jóvenes investigadores, las tendencias arrebatadoras de revolución en las formas de comunicación y más empresas que signan el concepto de juventud.
La sociedad cambia y con ello los grupos sociales que se encuentran en ella. Como parte de una sociedad los jóvenes adquieren rasgos que permiten identificarlos, pero siempre acotados por un conjunto de valores también en constante transformación. Identidad y valores se conforman en una condición representativa que se modifica dependiendo de condiciones biológicas, sociales, culturales, afectivas y cognitivas, de acuerdo al entorno y a la época.
Ser joven implica cambios y tendencia hacia la maduración. Implícitamente el joven posee cualidades que le permiten ser reflexivo, crítico, analítico y emprendedor; entusiasta y osado son dos características que envuelven a la juventud actual. Si combinamos el conjunto de estas potencialidades y, como se menciona con la frase de Quino con que empieza este prólogo, apoyamos que se finquen los espacios para que en la búsqueda de su identidad la juventud de nuestros tiempos oriente sus valores, clarifique y defina sus tendencias de conformar las estrategias para alcanzar su autonomía, busque las propias formas de expresión de su madurez afectiva y promueva sus condiciones para alcanzar mayores niveles de inclusión social y cultural. Esta puede ser la vía para que nos ubiquemos en el camino correcto de que los jóvenes inventen su propia juventud.
Este texto, tan adecuadamente escrito y diseñado por la Mtra. Sonia Macías Lavín, ofrece la posibilidad de desarrollar críticamente un análisis reflexivo y crítico de las habilidades blandas, como esas competencias en las que subyacen las dimensiones axiológica y socioafectiva, como motor de nuestras acciones y el marco que guía nuestra actuación de manera ética, justa, equitativa y moral, permitiéndonos trascender en cualquier entorno social y laboral para alcanzar los máximos niveles de autonomía, autogestión y autorepresentación, tan necesarios en estos días en que las condiciones internacionales se tornan hostiles y ajenas a una participación democrática de la sociedad civil en la toma de decisiones.
El fin sí justifica los medios y el objetivo de este texto parece acuñar esta frase, dado que ofrece un espacio para alcanzar estas condiciones en la juventud esperando que éste se convierta en el barco que nos lleve hacia dicho puerto.
Alentamos se sigan construyendo barcos como éste y se sigan buscando puertos para arribar ya que en esta proeza se encuentran autores como la Mtra. Macías.
Fernando Fierro Luna
Maestro en Psicología
Profesor de tiempo completo C definitivo
en la Facultad de Psicología UNAM
Campus Ciudad Universitaria
Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato:
Sonia Macías Lavín (2020): “Principios bíblicos y valores para la inclusión social y laboral 1. Actividades que fomentan el pensamiento crítico”, Biblioteca virtual de Derecho, Economía, Ciencias Sociales y Tesis Doctorales (febrero 2020). En línea:
https://www.eumed.net/libros/1881/index.html